Por Hernán Andrés Kruse.-

El “criptogate” sacudió con extrema dureza al gobierno de Javier Milei. Apenas se tuvo conocimiento del tuit del presidente aquella noche del 14 de febrero, el oficialismo comenzó a temblar. La primera reacción fue de manual: Milei no tiene nada que ver con estos “personajes” del mundo de las criptomonedas, vociferaron sus propagandistas desde las redes sociales. Pero la duda había comenzado a carcomer a la opinión pública. Una duda que puede sintetizarse en esta dramática pregunta: ¿estaba al tanto el presidente de semejante estafa? Tanta fue la conmoción que los medios afines, como A24, TN y La Nación+ comenzaron a machacar con la idea de que el presidente había obrado de buena fe, que había sido engañado; que, en última instancia, había pecado de ingenuo.

Con el correr de los días, el escándalo comenzó a parecerse a esa bola de nieve que a medida que se acerca al llano aumenta su tamaño sin cesar. El gobierno se mostraba impotente para evitar que los argentinos centraran su atención en este escándalo institucional, hasta que se produjo en el castigado conurbano el alevoso crimen de Kim, una nena de 7 años que fue masacrada por dos despiadados adolescentes de 14 y 17 años. Los medios mencionados taparon el criptogate con este alevoso hecho y comenzaron a descerrajar munición gruesa contra el ahora enemigo dilecto del presidente, Axel Kicillof. Rápido de reflejos, Milei amenazó con intervenir la provincia de Buenos Aires. Horas más tarde, Kicillof anunció que denunciará penalmente al presidente por su inacción frente al narcotráfico.

Todo parecía indicar que el criptogate entraba en un cono de sombras, que la opinión pública había comenzado a desentenderse del escándalo. Fue una ilusión ya que el 28 de febrero el New York Times, uno de los diarios más poderosos del mundo, publicó un artículo de Jack Nicas y David Taffe-Bellany titulado “¿Qué tanto sabía Javier Milei de la criptoestafa que promovió?” (fuente: La Nación). Los periodistas ponen en evidencia la complicidad del presidente (y la de su hermana) en una estafa monumental que lesiona la dignidad del pueblo argentino, devastado por un ajuste impiadoso e inmisericorde.

A continuación paso a transcribir las partes del artículo que considero más relevantes. Saque el lector sus propias conclusiones.

“El escándalo comenzó con un tuit. “El mundo quiere invertir en Argentina”, publicó Javier Milei, presidente de Argentina, a las 7:01 p. m. del Día de San Valentín, ofreciendo un código para comprar una nueva criptomoneda. La moneda digital se llamaba $Libra, y había sido creada 23 minutos antes. Durante las horas siguientes, miles de personas invirtieron. El valor de $Libra se disparó. Luego se desplomó rápidamente. Los principales actores habían vendido sus monedas, dejando a casi todos los demás con pérdidas colectivas de 250 millones de dólares. Para los veteranos de las criptomonedas, fue un clásico rug pull (“tirón de alfombra”). Una celebridad promociona una nueva moneda digital, los precios se disparan y, entonces, las personas con información privilegiada que poseen la mayoría de las monedas tiran de la alfombra: venden sus participaciones obteniendo grandes ganancias a expensas de los inversores aficionados que entraron más tarde. Para Argentina, fue un escándalo nacional. El presidente, dijeron los críticos, acababa de estafar a sus electores. La oposición pidió un juicio político. Los ciudadanos argentinos presentaron una decena de denuncias penales. Un fiscal federal abrió una investigación, con Milei como objetivo.

Acto seguido, Milei viajó a Washington. El sábado, en la Conferencia de Acción Política Conservadora, pronunció un combativo discurso antes que el presidente Donald Trump, el otro presidente que promovió este año una nueva criptomoneda que se disparó y luego se desplomó. Esa moneda, $Trump, generó enormes ganancias para los iniciados y un acumulado de 2000 millones de dólares en pérdidas para más de 800.000 otros inversores. Trump ha alegado ignorancia. “No sé si me benefició”, dijo. “No sé mucho al respecto”. (La familia Trump y sus socios comerciales ganaron casi 100 millones de dólares solo en comisiones de negociación con la moneda). Tras el creciente escándalo de $Libra en Argentina, Milei adoptó una postura similar. No ganó ni un céntimo, dijo. En su lugar, culpó a una pequeña empresa emergente de Singapur, KIP Protocol, de la que pocos en el sector de las criptomonedas habían oído hablar. “Vos fijate, la propia empresa que armó el lanzamiento, que es KIP, dice claramente que yo no tengo nada que ver”, dijo en una entrevista en horario de máxima audiencia la semana pasada. Pero la historia de Milei ha empezado a desvelarse, mostrando cómo las criptomonedas y la política se han mezclado cada vez más para enriquecer a los poderosos y quitarle a casi todos los demás.

Los orígenes del escándalo de $Libra se remontan a una conferencia celebrada en Argentina el año pasado, en la que un consultor de criptomonedas estadounidense y un socio comercial argentino de Milei intentaron vender acceso al presidente, según entrevistas y documentos revisados por The New York Times. Eso condujo finalmente a reuniones en los despachos presidenciales y a un proyecto de asociación con Dave Portnoy, fundador de Barstool Sports. Desde el colapso de la criptomoneda, han aparecido pruebas que contradicen las afirmaciones del presidente; los críticos en Argentina han acusado a su círculo íntimo de aceptar sobornos; y el consultor estadounidense, a quien Milei se refirió el mes pasado como asesor, ha admitido haber amasado 100 millones de dólares con la artimaña. “Esto es un juego para iniciados”, dijo el consultor estadounidense, Hayden Davis, sobre las criptomonedas en un video la semana pasada. “Esto es como un casino sin reglas”.

‘Un poco de algo’

“El mundo de las criptomonedas estaba entusiasmado con Milei. Economista libertario, había dicho que quería abrir su país, marcado por las dificultades financieras, a las nuevas monedas. Así que cuando se anunció que hablaría en una conferencia sobre criptomonedas en Buenos Aires en octubre, los líderes de la industria acudieron. La conferencia fue organizada por Mauricio Novelli, un pulido corredor de bolsa de 29 años con conexiones de años con Milei. En 2020, Milei empezó a dar clases en la pequeña academia de inversión de Novelli y se convirtió en el promotor de la escuela, publicando repetidamente sobre ella en internet, hasta que llegó a la presidencia. En 2022, hizo una publicación sobre un nuevo proyecto de criptomonedas de Novelli, calificándolo de “diagrama económico sostenible en el tiempo”. Poco después, se desplomó. En la conferencia, Novelli le cobró a los patrocinadores 50.000 dólares por una intervención y un encuentro con Milei, según cuatro asistentes que pagaron esa cantidad. Sin embargo, esas personas dijeron que la reunión con el presidente resultó ser una rápida foto grupal. Para conseguir más tiempo, dijeron dos de ellos, los organizadores de la conferencia les dijeron que costaría más. “Nos dijeron: ‘Oye, ya sabes, danos un poco de algo y podremos conseguirte una reunión”, dijo Charles Hoskinson, multimillonario de las criptomonedas que fundó una de las mayores plataformas del sector, Cardano. Otro asistente dijo que Novelli ofreció una reunión con el presidente si la persona firmaba un contrato de 500.000 dólares por vagos “servicios de consultoría”, según una copia del documento vista por The Times.

Pero Novelli no era el único que vendía acceso a Milei. Davis —un joven de 28 años con el pelo rubio rizado y gafas doradas vistosas al que Novelli había conocido en un evento sobre criptomonedas en Denver— también decía a los asistentes a la conferencia que tenía “control” sobre Milei y podía negociar acuerdos, según los mensajes vistos por el Times. “Todo, desde los tuits de Milei” hasta “todo lo relacionado con Milei, básicamente, hacer apariciones, etc.: tengo control sobre muchas de esas palancas”, dijo Davis en un mensaje de audio a un empresario, obtenido por el Times. “Pero”, añadió, “hay un costo”. Insinuó que ese costo podría ser de millones de dólares. “No estoy intentando fastidiar a nadie”, dijo, utilizando un improperio. Otro empresario afirmó que Davis hizo una oferta aún más descarada por escrito: ofrecería una reunión con Milei y una asociación con el gobierno argentino a cambio de unos 90 millones de dólares en criptomonedas en 27 meses, según una copia de la propuesta vista por el Times. No hay pruebas de que Milei tuviera conocimiento de las propuestas. Davis y Novelli, a través de portavoces, declinaron hacer comentarios. Tres meses antes de la conferencia, en julio, Novelli y Davis visitaron las oficinas presidenciales de Argentina, según los registros gubernamentales obtenidos por el periódico argentino La Nación. Los registros muestran que su anfitriona fue la hermana del presidente y jefa de gabinete, Karina Milei. En noviembre, volvieron a visitar las oficinas presidenciales. Después, Novelli y Davis brindaron con champán en el Four Seasons de Buenos Aires, y les dijeron a los demás que acababan de firmar un acuerdo con el presidente, según La Nación. Luego, el 30 de enero, Milei publicó una foto de él y Davis, diciendo que el estadounidense “me estuvo asesorando sobre el impacto y las aplicaciones de” la tecnología relacionada con las criptomonedas”.

Un presidente ‘descuidado’

“Mientras el criptoverso estallaba en indignación, Milei se veía sacudido por la crisis en Argentina. La bolsa cayó. Un aliado político clave, el expresidente Mauricio Macri, le llamó “descuidado”. La prensa etiquetó el escándalo como “Criptogate”. Un fiscal federal abrió una investigación, incluso sobre la conducta de Milei, estete ordenó a la oficina anticorrupción de Argentina que investigara. Entonces llegó una acusación más condenatoria: La Nación y el sitio de cripto noticias CoinDesk publicaron mensajes de texto en los que decían mostraban que Davis le decía a alguien que “era el dueño” de Milei porque “le envié $$ a su hermana”. La hermana de Milei ha actuado durante mucho tiempo como guardiana del presidente, y él se refiere a ella regularmente como “la jefe”. El portavoz de Milei, Manuel Adorni, dijo que las acusaciones de soborno eran “insultantes”. Ningún Milei respondió a las preguntas del Times. Davis ha negado desde entonces haberle pagado a alguno de ellos. Cuando le preguntaron en televisión si algún funcionario había ganado dinero con $Libra, Milei respondió: “Eso no me corresponde a mí. Yo tengo plena confianza en todos los funcionarios míos”. Respaldó a Novelli y volvió a culpar a Peh. Pero añadió que, a pesar de todo, sentía poca simpatía por las víctimas de la estafa. “Si vos vas al casino y perdés todo, te digo, ¿qué respuesta?”, dijo. “Es como alguien que va y juega a la ruleta rusa y le tocó la bala, dale…” Tres días después, otro multimillonario de la criptomoneda publicó que quería traer una nueva conferencia sobre criptomonedas a Argentina. “MUCHAS GRACIAS”, respondió Milei. “Sería una gran oportunidad para nuestro país”.

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