Por Carlos Tórtora.-

La suerte del gobierno de Javier Milei parece marcada por algunas grandes paradojas. El presidente desarrolló su meteórica carrera política enarbolando el discurso de que el Estado debía correrse al costado para dejar que los mercados dirigieran la economía. Pero ahora, son la desconfianza y el rechazo de los mercados el principal factor que está empujando al gobierno hacia el abismo. Así es que la presión sobre el dólar, cada vez más firme, indica a las claras que no está jugando solamente el público, sino también algunos grandes grupos económicos. Milei, un héroe del mercado, está cada vez más cerca del colapso, porque el mercado le da la espalda.

La segunda paradoja es que no es la oposición, sino los dos principales aliados de Milei, los que están complicando le de un modo insostenible la gobernabilidad. El primero es Donald Trump, que le acaba de aplicar a la Argentina el mismo aumento de aranceles que a Brasil o a Colombia. Como un símbolo de lo que está pasando, Trump no se sacó una nueva foto con el líder libertario durante el vergonzoso viaje de este a Mar-a-Lago.

Los mensajes de la Casa Blanca a la Casa Rosada son implacables: para ser aliada de EEUU, Argentina debe dejar de depender financieramente de China y cerrar entonces el swap en plena vigencia. Es de imaginar que las represalias chinas pasarán por restringir significativamente nuestras exportaciones a ese país.

Milei, embriagado con su retórica ideológica, siempre quiso identificar su proyecto con el de Trump. Pero las diferencias son abismales: el republicano es un feroz proteccionista mientras que el argentino sigue delirando sobre tratados de libre comercio que jamás se firmarán.

Por último, está la paradoja del FMI, considerado por Milei como su mayor respaldo financiero. Sin embargo, el anuncio de Kristalina Georgieva de que se aprobaría el préstamo de US$ 20.000 millones a la Argentina desató una severa discusión en el seno del directorio del Fondo. Es que ya ni Europa ni la mayor parte de los países de Latinoamérica cumplen al pie de la letra los deseos de Trump, que les impone grandes restricciones comerciales. Ahora Holanda, China, Brasil y España, entre otros, cuestionan en el FMI el préstamo a la Argentina. Y Milei cosecha ahora los odios que sembró en Latinoamérica y España.

En retirada

Hay una tercera paradoja en la crisis del gobierno, en este caso en la política interna. La carrera electoral en marcha está operando en la práctica como un tanque de oxígeno que le da supervivencia a los libertarios al menos hasta octubre. Es como si todo el arco político se hubiera puesto de acuerdo en que el colapso de Milei debe producirse después de que se cuenten los votos y no antes. No es esto una novedad: en las elecciones legislativas del 14 de octubre del 2001 la Alianza que respondía a Fernando de la Rúa ganó sólo 7 diputaciones nacionales en Buenos Aires mientras que el PJ consiguió 18. Esta fue la señal de largada para la crisis final que se llevó puesto a De La Rúa el 20 de diciembre.

Ahora, el castigo electoral parece que empezará el próximo 18 de mayo, con la derrota de La Libertad Avanza en Capital. Y esto se convertiría en catástrofe si Ramiro Marra, expulsado del oficialismo por Karina, obtuviera más votos que Manuel Adorni. Las siguientes elecciones provinciales en Salta, Jujuy, San Luis y Misiones sólo auguran derrotas para el gobierno. Todo esto obviamente si se sigue profundizando la crisis económica y se agrava, como todo parece indicarlo, el escándalo del Criptogate.

En el terreno legislativo, el cachetazo del Senado al gobierno con el rechazo de las designaciones de Manuel García Mansilla y Ariel Lijo le dijo a Milei que, de ahora en más, le conviene mantener semicerrado el Congreso y manejarse a través de DNU.

No hay duda de que el gobierno va a intentar una contraofensiva, pero le será difícil hacerlo antes de tener asegurado el préstamo del FMI.

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