Por Carlos Tórtora.-

Javier Milei cambió el tablero político con su decisión de convocar a sesiones extraordinarias del Congreso el próximo 20, para tratar la eliminación de las PASO. En realidad, nadie está seguro de que pueda lograr su objetivo y el kirchnerismo, que podría ser el aliado decisivo de La Libertad Avanza, mantiene un cuidadoso silencio que se presta a varias interpretaciones pero que sin duda apunta a una negociación.

Para todos los protagonistas de la política, la diferencia entre que haya o no PASO es mayúscula. Para empezar, si no hay, el cierre de listas para las elecciones generales de octubre se extendería hasta agosto. En consecuencia también se postergaría dos meses el plazo para la presentación de las alianzas finalizaría dos meses más tarde y habría entonces mucho más tiempo para que se desarrollen las negociaciones entre las fuerzas políticas. La excepción de este panorama de diferimiento serían las elecciones porteñas, adelantadas por Jorge Macri al 6 de julio. Si no se suspenden las PASO locales, el cierre de listas sería en marzo, lo que equivale a decir que los acuerdos deberán cerrarse el mes que viene. Así es que una simple elección de diputados de la Ciudad puede convertirse, por imperio de las circunstancias, en la caja de resonancia de la política nacional.

Si el PRO se impusiera a La Libertad Avanza en la elección local, Milei quedaría descolocado para la elección nacional. De ahí que los libertarios, aunque disimulen su debilidad, están pensando en cómo hacer para obligar a los Macri a que firmen una alianza para la elección local.

Un juego complejo

Volviendo al efecto de las PASO, su anulación le convendría a LLA, que es un partido sin vida democrática interna, pero sí le complicaría y mucho la vida a la UCR y el PRO, donde las crisis internas hacen necesarias las compulsas internas. En cuanto al PJ, todo indica que Cristina Kirchner prefiere que no haya PASO para evitar que Axel Kicillof y otros disidentes le salgan a competir en una primaria.

En síntesis, la posibilidad de que se eliminen las PASO funciona como un congelante de las negociaciones políticas y aumenta la importancia circunstancial de la elección porteña.

Nunca en la historia argentina se debatieron las reglas electorales cuando está a punto de iniciarse la campaña electoral. Suena a irresponsabilidad política.

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