Por Hernán Andrés Kruse.-
La muerte política de Alberto Nisman fue uno de los hechos más graves acaecidos desde el retorno a la democracia en 1983. Porque no se trató de un ciudadano común sino del fiscal que llevaba adelante la investigación del atentado a la AMIA y su supuesto encubrimiento por parte del Poder Ejecutivo (Memorándum de Entendimiento con Irán durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner). El miércoles 14 de enero de 2015 Nisman fue entrevistado por Edgardo Alfano en el programa “A dos voces”. Se lo mostró confiado y exultante al exclamar el encubrimiento del atentado a la AMIA que, según él, había sido bendecido por Cristina.
El fiscal Nisman debía encontrarse el lunes 19 con legisladores en el Congreso para ampliar sus graves acusaciones. En la mañana de ese día la opinión pública se conmocionó al enterarse del fallecimiento de Nisman (su cuerpo fue encontrado en su departamento con un balazo en la cabeza). A partir de ese dramático momento dos hipótesis comenzaron a disputarse el relato. Hubo quienes sostuvieron desde un principio que el fiscal del caso AMIA se suicidó. Así lo sostuvo la presidenta de la nación. Hubo quienes, situados en la vereda de enfrente, sostuvieron que a Nisman lo habían ejecutado para evitar lo que tenía pensado hacer ese lunes 19. Así lo sostuvo todo el arco opositor al kirchnerismo.
La muerte política de Nisman se politizó desde el principio. La grieta que emergió a raíz de ello fue muy profunda. Lo único real y concreto es que hasta el día de la fecha no se sabe a ciencia cierta cómo murió el fiscal de la causa ANIA y las causas de tan trágico desenlace. Luego de un largo período en que pareció que todos se habían olvidado del asunto, a pocos días de cumplirse diez años, la fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal 3, a cargo del fiscal federal Eduardo Taiano, presentó un informe en el que ratifica que Nisman “fue víctima de un homicidio y que su muerte estuvo motivada en su labor en la Unidad Fiscal para la Investigación de la Causa AMIA y, concretamente, con su accionar vinculado al Memorándum de Entendimiento con la República de Irán”. Según Taiano desde el inicio “la investigación sobre la muerte de Nisman estuvo plagada de irregularidades y de acciones tendientes a desviar su curso por parte de diferentes actores” (fuente: Infobae, 10/1/025). El informe del fiscal Taiano refleja a la perfección lo que piensa el antikirchnerismo sobre la muerte política de Nisman.
Al día siguiente, Página/12 publicó un artículo de Raúl Kollmann cuyo título habla por sí mismo: “A 10 años del suicidio de Nisman: a falta de pruebas, un informe”. Refleja a la perfección lo que piensa el kirchnerismo sobre la muerte política de Nisman. Escribió Kollmann:
“La ausencia de las más mínimas pruebas de asesinato en el caso de Alberto Nisman, derivó este viernes en que el fiscal federal Eduardo Taiano presentara un informe repitiendo una larga serie de especulaciones, muchas de las cuales ya fueron desechadas en los diez años transcurridos. El propio fiscal escribe: “al día de hoy no sabemos si los autores del homicidio pudieron haber salido del departamento por la vía de acceso ubicada en la cocina que nadie advirtió durante los primeros momentos de la investigación». La frase desnuda -y así ocurre en el resto del documento- que pasada una década no existe hipótesis alguna que explique cómo un grupo entró al edificio sin ser detectado; que pudiera subir al piso 13, que ingresara al departamento de Nisman, que estaba cerrado por dentro, que haya ingresado al baño, sin pelea, sin desorden alguno y que, supuestamente, después de matar al fiscal, saliera del baño sin dejar rastro, ni huellas ni pisadas, en el charco de sangre.
Todos los estudios serios y las evidencias indican que Nisman se disparó a sí mismo, parado frente al espejo. ¿Cómo tapa Taiano semejante cuadro? Diciendo que hubo irregularidades en la investigación, que intervinieron servicios de inteligencia e imaginando un largo listado de complicidades. El objetivo es mantener la sospecha respecto del gobierno de Cristina Kirchner y diseñando en el aire que la muerte de Nisman fue obra de un comando iraní-venezolano-kirchnerista. Es un objetivo no sólo nacional, sino también de la geopolítica internacional, instalada por las derechas de Estados Unidos e Israel”.
Buceando en Google me encontré con un ensayo de Alejandro Grimson (Doctor en Antropología por la Universidad de Brasilia) titulado “En estos días, se acusa a quien piensa distinto sobre la muerte de Nisman de “aferrarse a su ideología con la ceguera del fanatismo” (La crisis de la interpretación-Revista Anfibia-junio de 2020). Elaborado un mes después del fatídico 18 de enero de 2015, es lo más lúcido que encontré sobre la muerte política del fiscal de la Causa AMIA.
“La certeza es, por así decirlo, un tono en el que se constata cómo son las cosas; pero del tono no se sigue que uno esté justificado. Sería posible hablar de un estado anímico de convicción. Y tal estado de ánimo podría ser el mismo tanto cuando se supiera como cuando se creyera erróneamente”. Ludwig Wittgenstein, Sobre la certeza
CERTEZAS DE TODO TIPO
“Todos los argentinos nos convertimos en Sherlock Holmes el 19 de enero. El baño, la pistola, la sangre, la custodia, las cámaras, la lista del supermercado, las cerraduras, el pasadizo secreto, la denuncia, un espía, otro espía, wikileaks, un barrido electrónico, el ADN. Holmes, al momento de concluir, nos explicaba cómo encajaban todas y cada una de las piezas. Agatha Christie también fue una maestra en sostener el misterio hasta el final. La novela moderna, la racionalidad absoluta en que todas las piezas encajan. Literatura de un mundo pequeño comparada con los novelistas actuales del suspenso: el autor sueco Mankell y su detective, Wallander, tienen varias diferencias con Holmes. Wallander es un policía con sobrepeso, a veces bebe de más, y gracias a su persistencia y una corazonada logra resolver los casos, aunque deja atrás muchísimos cabos sueltos.
Nunca todo encaja. Nunca hay una racionalidad total; el mundo no entra en una novela. Sin esperar ni a Holmes ni a Wallander, los argentinos nos lanzamos a discutir el caso Nisman, siempre estando completamente seguros. De cada hecho emerge una interpretación clara. Si la puerta del baño no podía abrirse, suicidio. Si no había pólvora en su mano, asesinato. El cerrajero abrió rápido: asesinato. Pero la madre había abierto otra puerta: suicidio. Todo lo que se dice podría ser interpretado de otro modo. Un ejemplo: la famosa discusión sobre si era o no verdadera la revelación de lo que había en el tacho de basura de Nisman se llevó adelante como si la existencia de esos papeles tuviera un significado transparente.
Nisman pensó en pedir la detención de la presidenta, “dejó un mensaje”… Pero eran papeles que había tirado a la basura. Quien afirma que “dejó un mensaje”, ¿tiene certeza de que se suicidó?, ¿también sabe por qué no mandó el supuesto mensaje por email? Como la verdad no podía alcanzarse a la velocidad que necesitábamos, en lugar de deshojar una margarita con las hipótesis debíamos partir de un hecho: sólo sé que no sé nada. A partir de ahí, establecer los hechos. Y hacer preguntas sobre las interpretaciones y los contextos”.
DEVASTACIÓN
“Las presunciones son simples. Si fue suicidio por propia voluntad es porque la denuncia de Nisman carecía de sustento. Si fue asesinado por algún pretendido oficialista, era una verdad irrefutable. Si fue asesinado por quienes lo ayudaron en la preparación de dicha denuncia, fue víctima de una trampa para desestabilizar al gobierno. Si fue inducido al suicidio, se aplican cualquiera de estos últimos dos criterios. ¿Y si no fuera así? ¿Si fuera más complicado? ¿Si la necesaria verdad, cualquiera sea, revelara mucho más que estas presunciones, un entramado más enmarañado y desconocido? ¿Cómo encaja la causa AMIA? ¿Qué incidencia tiene la causa por encubrimiento que en pocos meses va a juicio oral? ¿La geopolítica mundial se reduce a kircherismo y antikirchnerismo?
Desde el instante en que se conoció la conmocionante noticia, el vértigo interpretativo habría pecado de leer equivocadamente los indicios, de sacar conclusiones más apresuradas que certeras. Este artículo es una invitación a preguntarnos si no deberíamos mirar las cosas de otro modo y si ese ejercicio no nos permitiría ver otros procesos. La sociedad argentina atraviesa una crisis de interpretación como pocas veces ha sucedido en su historia. La capacidad de los principales actores sociales, mediáticos y políticos de distinguir los hechos de las interpretaciones parece devastada. Desde el momento en que la noticia nos puso a todos la piel de gallina, la pregunta que guía las conversaciones se refiere al dictamen final: suicidio, asesinato, instigación, quién. Hay una necesidad colectiva de responder de forma urgente esos interrogantes. Esa misma necesidad nos ha tendido una trampa: pedirle a cada hecho, a cada noticia, a cada evidencia, a cada paso de la investigación que le otorgue un sentido cristalino a un acontecimiento que, posiblemente, carezca de él”.
SUICIDIO, ASESINATO, ÁNGELES Y DEMONIOS
“La matriz hermenéutica argentina, se sabe, es dicotómica. Por lo tanto, durante los días y semanas posteriores a la muerte del fiscal Nisman fueron surgiendo ángeles y demonios. La celeridad de algunos altos funcionarios por afirmar que fue un suicidio contribuyó a alimentar la interpretación de que fue un asesinato. Es más, en el caso de que efectivamente Nisman se hubiera suicidado es posible que, tal como están las cosas hoy en día, amplios sectores de la sociedad jamás lo crean. En pocos días la principal dicotomía entonces se desplazó de “suicidio versus asesinato” a “¿quién lo mató?”, aunque hasta ahora no se ha hecho pública una sola prueba que dé lugar a la certeza de que hubo un homicidio.
Se ha instalado la idea de que nada previo a la muerte del fiscal puede ser puesto en análisis y discusión porque implicaría falta de decoro. ¿Es así? Deberíamos acordar que conocer la verdad sobre las causas o motivos de su muerte es una condición para que el futuro de la sociedad argentina esté marcado por las instituciones y la democracia. Sin verdad, ni siquiera tendríamos pruebas de impunidad, ya que para ello necesitamos la certeza de que hubo un homicidio, si es que lo hubo. Así que, con el debido respeto, una discusión o reflexión sobre la actuación de Nisman en la causa AMIA y sobre la denuncia que presentó el 14 de enero debería poder darse de modo civilizado como una herramienta más para conocer los hechos”.
LOS HECHOS Y LAS INTERPRETACIONES
“En la sociedad contemporánea, el aforismo de Nietzsche cobra un vuelo quizás inesperado: “no hay hechos, hay interpretaciones”. Hay hechos: los muertos son hechos. Por supuesto, puede decirse que cada palabra es una interpretación: cadáver, fallecido, asesinado, ultimado, portan sentidos muy distintos. El sentido no es inherente, el sentido es siempre una relación interpretativa. Ahora, si pasamos a un segundo nivel donde “muerto” es una convención que permite describir un hecho, podemos partir de acuerdos sociales básicos. Así, un muerto es un muerto. Tortura es tortura. Genocidio es genocidio. En el primer nivel, donde todo está sujeto a interpretación, afirmar que un prisionero fue torturado es una cuestión de puntos de vista. Esto es inaceptable, moral y epistemológicamente.
El problema es dónde se traza la frontera entre los hechos y las interpretaciones. Los negacionistas consideran que el genocidio nazi no fue un hecho, ni los muertos ni el plan criminal. En otros países puede haber debate sobre si el término genocidio es el adecuado para comprender hechos que nadie pone en cuestión. Hay hechos objetivos, incluso si las instituciones no tienen capacidad de probarlos. Hay hechos incluso si no son nombrados: muertos que no son socialmente reconocidos, tanto como hay planetas y estrellas que la humanidad no conoce y por lo tanto no nombra. Pero potencialmente pueden ser descubiertos y designados.
Ahora, las interpretaciones no son equivalentes. Es distinta una interpretación interesada que se apoya en los hechos, de las interpretaciones ridículas. Las dos características principales de éstas, es que no se atienen a los hechos y no tienen verosimilitud o legitimidad social. Sin embargo, hay otras que tienen amplia o alguna legitimidad social, con las que disentimos. Son verosímiles. Son hegemónicas. La ficción del “uno a uno” de la convertibilidad es un buen ejemplo. Un nuevo problema surge cuando las interpretaciones que contradicen abiertamente los hechos tienen legitimidad social. Los argentinos somos derechos y humanos. Entiéndase bien: existe la situación en la que los hechos habilitan de modo verosímil diferentes interpretaciones. Eso tiene un límite. Podría decirse que hay interpretaciones que están exactamente en el límite de lo plausible. Pero hay otras que son puramente delirantes: esto que usted está leyendo no es un artículo, es un elefante”.
15/01/2025 a las 1:58 AM
(CNN Radio Argentina) – Osvaldo Raffo, el reconocido perito forense que apareció muerto en su casa en un aparente caso de suicidio, “trabajó gratis” en la causa sobre el deceso de Alberto Nisman, reveló este martes en CNN Radio su colega Daniel Salcedo.
“No quiso cobrar un centavo por la pericia porque dijo que no correspondía. No quiso cobrar honorarios, lo hizo ad honorem, porque fue su convicción hacerlo así”, dijo Salcedo, ex superintendente de la Policía Científica, en Café con Pepe.
Raffo fue hallado el lunes sin vida en su casa del partido de San Martín con un balazo y un arma a su lado. El perito dejó dos cartas explicando su decisión.
Salcedo recordó que Raffo “fue el líder del equipo” en la causa Nisman junto al doctor Julio Ravioli, “otro gran médico forense”.
“Cada reunión del equipo era una enseñanza”, indicó.
Salcedo dijo que “ya con problemas de salud fue a todas las reuniones” en medio de fuertes “presiones” en una causa tan difícil como la de Nisman. Raffo, en su informe, avaló la hipótesis de asesinato del ex fiscal que investigaba el atentado a la mutual judía AMIA y que fue hallado muerto en su domicilio el 18 de enero de 2015.
Raffo escribió un libro, una suerte de Biblia forense” llamado “La muerte violenta”. “Es un libro de cabecera para todos los que nos dedicamos a la ciencia forense”,
PARECE QUE UN COMEGATO, SABE MAS QUE RAFFO ?
15/01/2025 a las 7:36 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei-Macri: la relación difícil de una pareja despareja
Sergio Suppo
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
12/1/025
Constructor de un movimiento político desde las raíces de sus propias ambiciones, Macri primero diseñó un partido propio, luego demostró que podía gobernar a los porteños y finalmente formó una coalición para pelearle el mando nacional al kirchnerismo.
Fracasó en retener la presidencia una vez que los argentinos perdieron la paciencia y renovaron su fe en el populismo. Y volvió a fracasar en el liderazgo de la fuerza que el péndulo del país indicaba que debía gobernar luego de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Y en eso llegó Milei.
«El ‘pero’ que pretende condicionar las maneras brutales de los libertarios es por ahora más débil que la expectativa que provoca el descenso de los precios y el renacimiento de la actividad económica»
Macri había decidido no volver a buscar la presidencia y ensayar, en cambio, una delegación tutelada del mando. Como Cristina. Vivió –tal cual fue– como un desafío a su autoridad la proyección de Horacio Rodríguez Larreta y habilitó como competidora a Patricia Bullrich. Se suponía que de esa contienda nacería el nuevo presidente y que el jefe de PRO influiría sobre el nuevo gobierno.
Siempre se descontó que el peronismo perdería. Era tan extendida esa convicción que Cristina se resignó a no poner a dedo a Wado de Pedro como candidato a presidente y habilitar a Sergio Massa. Descontaba, como todos, que perdería.
Y en eso llegó Milei. Macri fue el primero de los jefes del antiguo sistema político en advertir su avance y en legitimarlo. Consumada la eliminación de Bullrich, se adelantó junto con la ahora ministra de Seguridad en llamar a votar contra Massa y en favor de Milei. Era lógico, en tanto la razón de ser de Cambiemos era derrotar al peronismo kirchnerista.
«Sin esperar a que Milei tome la decisión final sobre si tendrá aliados o embestirá a todos con un ejército propio, el resto de la política huye hacia refugios tales como las elecciones desdobladas»
Macri también fue el primero en ofrecer a sus dirigentes para integrar el gabinete del recién llegado y fijar las condiciones de una alianza. Un año después, al cabo de un acompañamiento legislativo que le permitió al Presidente evitar que el Congreso se convirtiera en un arma del kirchnerismo, Macri se presenta poco menos que como la víctima de quien pretendía como socio.
Ni tanto ni tan poco. Antes que nada, PRO paga el precio de sus propias torpezas y Milei aprovecha la oportunidad de captar sin mucho más esfuerzo que la propia gestión libertaria una gran parte de la voluntad por ahora mayoritaria de avanzar hacia la reducción de la inflación con herramientas que también sirven para ir contra el populismo.
De ser tan parecido en sus objetivos a los libertarios, al macrismo solo le quedó como valor diferencial de marcar las formas violentas con las que comunica y ejecuta sus medidas el Presidente.
«¿Fue una buena decisión de los Macri medir por adelantado la gestión municipal? No hay garantías para una administración que no parece contar con el reconocimiento vecinal de otros gobiernos de PRO en la capital del país»
No es que las formas no sean importantes, pero los argentinos suelen preferir acortar camino y someterse a modales autoritarios y populistas, entusiasmados por cambios que nunca terminan de llegar.
Es parte del mismo combo de tolerancia argentina que en otros tiempos aceptó la corrupción a cara descubierta de menemistas y kirchneristas en tanto se mantenían la inflación baja o el consumo alto.
El “pero” que pretende condicionar las maneras brutales de los libertarios es por ahora más débil que la expectativa que provoca el descenso de los precios y el renacimiento de la actividad económica.
Es tan grande el hartazgo por los fracasos consecutivos del populismo y el gradualismo para erradicar la inflación que hasta se celebran la descalificación y la violencia verbal ejercidas desde la desigual ventaja del poder.
No hay antídoto frente a una fuerza en crecimiento como no sea evitar un choque con Milei. La búsqueda de un acuerdo con él –que Macri intenta, como refleja su mensaje del jueves pasado– tiene por ahora un juego de ida y vuelta que demora y desgasta a los aspirantes al pacto con el oficialismo.
Un día se ventila una operación con datos que el Estado debería preservar en secreto y al siguiente aparece Milei diciendo que le encantaría una alianza con Macri. ¿En qué condiciones? ¿Qué cuota tendrían los socios del Gobierno en el reparto de candidaturas?
Esas preguntas no tienen respuesta y posiblemente no las tengan nunca porque por ahora predomina entre los libertarios la decisión de sustentarse por sí mismos, sin amigos de la “casta”, una representación legislativa de senadores y diputados incondicionales.
Sin esperar a que Milei tome la decisión final sobre si tendrá aliados o embestirá a todos con un ejército propio, el resto de la política huye hacia refugios tales como las elecciones desdobladas. Desde Jorge Macri hasta Axel Kicillof, todos buscan escenarios propios supuestamente ajenos al resultado de la elección nacional del tercer domingo de octubre.
Es una forma de decirle a Milei que mientras no se meta en los feudos locales tendrá disponible un resultado positivo en las elecciones de medio término.
El adelantamiento del calendario precipita las decisiones. Milei podría estirar hasta mitad de año el juego de aliados o cuenta propia, pero tendrá que definir antes del final del verano qué hará con la elección en la ciudad de Buenos Aires.
¿Fue una buena decisión de los Macri medir por adelantado la gestión municipal? No hay garantías para una administración que no parece contar con el reconocimiento vecinal de otros gobiernos de PRO en la capital del país.
También fugarán hacia adelante radicales como Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe, en busca de una reforma constitucional que habilite la reelección. Lo mismo que Gustavo Valdés, que trata de poner a un dirigente propio en la gobernación de Corrientes.
Kicillof no oculta que quiere evitar competir con Milei, a la vez que apuesta a exponer a Cristina Kirchner en una confrontación directa con el oficialismo.
No todos esos intentos son una garantía de éxito. Reflejan que el viejo sistema quiere evitar en todo lo posible a Milei como adversario.
Tampoco el Presidente tiene asegurado el festejo. Siempre es bueno recordar que gobierna la Argentina.
15/01/2025 a las 7:40 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
“¡Larga vida a Maduro!”: una tragedia que complica y avergonzará a la izquierda argentina por un largo tiempo
Marcos Novaro
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
12/1/026
Finalmente Edmundo González Urrutia no logró entrar a Venezuela para jurar como presidente democrático y contrariar la escena de “normalidad” que buscó y en gran medida logró ofrecer el régimen chavista con su circense ceremonia de renovación de mandato para Nicolás Maduro. Hubo protestas pero no masivas. Ningún sector militar dudó en alinearse con la dictadura. Y González Urrutia debió optar entre ser detenido y volverse un mártir, probablemente ineficaz, o seguir luchando desde el exilio a la espera de que algo cambie en su sufrido país.
Todo indica, en suma, que el régimen se endurece y consolida. Primero, porque con la violenta represión administrada ha logrado atemorizar y desalentar las movilizaciones, y aunque el bloque opositor pueda mantenerse unido, difícilmente encuentre pronto nuevas oportunidades para hacer pesar el apoyo mayoritario que recibe de la sociedad por alguna vía mínimamente efectiva.
Segundo, porque -contra lo que muchos esperaban en el mundo democrático- los militares jóvenes se han vuelto más y más leales al régimen con el paso del tiempo, respondiendo positivamente a la supervisión y las enseñanzas de los comisarios castristas, o simplemente esperando que les llegue su turno de enriquecerse, expectativa que las cúpulas administran con una dedicación gangsteril que no ponen en la doctrina.
Y tercero, porque ha evitado el aislamiento: al apoyo de Rusia, China e Irán, de Cuba y Nicaragua, agrega uno un poco más ambiguo y vergonzante de México, de al menos parte de las administraciones actuales de Colombia y Brasil, y los más abiertos de fuerzas de izquierda de esos y otros países latinoamericanos. Entre ellas, el kirchnerismo argentino.
Pese a que la definitiva deriva autoritaria de Maduro y su banda ha partido aguas en las izquierdas de la región, y buena parte de ella, sobre todo la afincada en países con más larga tradición democrática, Uruguay, Chile, Costa Rica, etc, rompió lanzas con ese régimen.
Esto no parece estar afectando en nada, sin embargo, al kirchnerismo. Del que nacieron, en estos días, algunas de las muestras más penosas de desprecio por la vida democrática y las libertades de que se tenga registro. Con las Madres de Plaza de Mayo una vez más dando la nota, en su incansable esfuerzo por seguir el programa de Hebe Bonafini y volverse la organización de derechos humanos más despreciativa de los derechos humanos del planeta: celebró la continuidad de Maduro en el poder y denunció al imperialismo y sus agentes, promotores de una supuesta leyenda negra sobre Venezuela, que sería el origen de una infinidad de versiones malintencionadas, como la de los 8 millones de emigrados, el 80% de pobreza, los más de 1500 presos políticos y los centenares de desaparecidos y asesinados.
Detrás de la línea que fijaron “las Madres”, fue todo el aparato diplomático y comunicacional kirchnerista. Alicia Castro y Carlos Raimundi, exembajadores en el país caribeño y en la OEA respectivamente, se pelearon por la cucarda de ser el más necio y burdo en la defensa de la tesis de la “normalidad” y la atribución a la “prensa ensobrada” de una horrible campaña de desprestigio contra “un pueblo feliz, próspero y en paz”, beneficiario de una “ampliación de derechos” en todos los ámbitos y de todos los colores, y “decidido a defender el legado de la revolución bolivariana” contra la derecha perversa. En suma, un ejemplo a seguir para los argentinos, ahora que vivimos un infierno.
Mientras, Oscar Laborde, con Alberto embajador en Caracas, y todo el tiempo embajador de Caracas en Buenos Aires, siguió insistiendo con su argumento de que el gendarme Nahuel Gallo no sería víctima de un secuestro extorsivo, justificado con la cortina de humo de un “complot terrorista”, todo ello montado por las autoridades chavistas para practicar una “diplomacia” propia de los carteles de la droga, sino de una operación de inteligencia de las mileistas, más concretamente de Patricia Bullrich, para “asediar” a los pobres venezolanos. Y la prensa adicta bombardeaba con la misma idea: que no existiría riesgo alguno para las libertades y derechos de los argentinos que quieran viajar a Venezuela, la única amenaza real tendría origen en el gobierno argentino, que como es de derecha, está obsesionado con pelearse contra los amables déspotas de ese país y los “obliga a reaccionar”. Si hay alguna duda sobre la consistencia de estos argumentos, basta repasar la cobertura de C5N o Página 12 de los últimos días.
Fue muy sorprendente que casi nadie en esos medios, o en la dirigencia kirchnerista, recogiera en cambio el planteo sustancialmente distinto que sobre el asunto hizo el CELS, otro organismo hasta hace poco señero para ese sector político, al menos en materia de derechos humanos, pero que desde que lo dejó de presidir Horacio Verbitsky perdió evidentemente gravitación sobre él. El CELS no habla de fraude ni de dictadura, tampoco tanto, pero al menos ha reclamado “transparencia en las elecciones” y ahora reconoció que en los últimos tiempos “la crisis de derechos humanos en Venezuela se agravó, y la represión generalizada aumentó”.
¿Por qué nadie en el kirchnerismo se tomó de esa declaración, al menos la retuiteó, para marcar una diferencia, tomar distancia de lo que era para el resto del mundo, evidentemente un papelón horrible? Probablemente, porque la premisa que los guía es más bien la contraria: no agitar las aguas internas, no marcar diferencias “en el campo del pueblo”, menos que menos ahora que hay enfrente un enemigo que supuestamente lo une, y a ellos les da la razón en todo lo que siempre han dicho, que la derecha es perversa, y “que toda otra contradicción es secundaria” cuando se trata de combatir “al imperialismo y el fascismo”.
Y también porque si escarbaran en el drama que vive Venezuela en estos días saldría a la luz un pus que no podrían controlar e invalidaría la tesis principal con que están actuando: que la democracia es “de izquierda” y “popular”, es kirchnerista en suma, y el único autoritarismo real y concreto es de derecha y lo promueven sus enemigos.
Una idea que los propios venezolanos tomaron tiempo atrás de Cuba, contagiaron en Nicaragua e intentaron también hacerlo en Bolivia y Ecuador. Avanza peligrosamente en estos momentos en México. Y cuya actualidad entre nosotros prueba, por si hacía falta, que no se ajusta para nada a la verdad la versión rosa que, tanto el kirchnerismo como algunos progresistas que ahora buscan reconciliarse con él, pretenden instalar sobre los años que tuvimos a esta gente en el poder. Versión según la cual “los K llegaron hasta donde querían llegar”, y nunca pretendieron realmente cambiar el régimen o la Constitución, nunca amenazaron en serio las libertades, el pluralismo ni la competencia democrática. Como probaría el hecho de que entregaran pacíficamente el gobierno, y lo hicieran además no una, sino dos veces.
Frente a lo cual no solo conviene tener presentes los muchos instrumentos con que buscaron hacer precisamente todo eso que ahora niegan: como la llamada “democratización de la Justicia”, más o menos lo mismo que está intentando ahora el populismo progre gobernante en México, en su camino a recrear el régimen priísta, y que aquí afortunadamente frenó la Corte Suprema; o la politización del Ejército y la militarización de los servicios de inteligencia, la “ley de medios” y muchas otras iniciativas de inspiración chavista y similar destino. Conviene también recordar que en Venezuela esta historia empezó no con una opinión pública, una elite militar ni una dirigencia gubernamental entusiasmadas con replicar la Cuba de los Castro o la Rusia de Putin, sino convenientemente polarizadas contra fuerzas de derecha, que en ese caso eran las que aparecían como responsables de todos los males del país, y merecedoras por tanto de una exclusión definitiva del ejercicio del poder.
Esa polarización fue el principal motor que llevó progresivamente a los venezolanos al infierno en que hoy están. Y es el mismo que el kirchnerismo viene hace décadas usando para convencernos de que todos sus defectos son irrelevantes, los disculpan la maldad de sus enemigos. Que hoy crean que lo puedan hacer con aún más énfasis y eficacia que en el pasado, porque enfrente tienen a Javier Milei y el brazo armado del Gordo Dan, porque nuestra memoria es flaca y las alternativas moderadas y leales con el juego democrático están de capa caída, es una desgracia que nos va a acompañar lamentablemente un buen tiempo. Pero es sobre todo una maldición para las propias izquierdas argentinas, que les va a pesar probablemente durante uno bastante más prolongado.
15/01/2025 a las 7:44 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
¿Puede el mileísmo por sí solo arrasar con el “enemigo” kirchnerista?
Fernando Laborda
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
12/1/025
Si se deja encendida una brasa, por muy débil que sea, siempre se corre el peligro de que desencadene un incendio. Los restos de un enemigo pueden también volver a cobrar vida, como una fogata. Allá por el siglo III antes de Cristo, el filósofo indio Kautilya enunciaba una impiadosa máxima: “Al enemigo debe exterminárselo por completo. Nunca se debe ignorar a un enemigo creyéndolo débil. Puede tornarse peligroso en cualquier momento, como una chispa en una parva de heno”.
En su best seller Las 48 leyes del poder, Robert Greene señala que “solo se pueden esperar paz y seguridad por parte de los enemigos una vez que se los hace desaparecer”. Para justificar su reflexión recurre al ejemplo de Mao Tse-tung. En 1934, este líder comunista y unos 75.000 soldados mal equipados marcharon hacia desoladas montañas del oeste de China para escapar del poderoso ejército de Chiang Kai-shek. Este estaba decidido a eliminar hasta el último comunista que hubiera en el país y, poco después, a Mao solo le quedaban 10.000 soldados. Pero en 1937, cuando China fue invadida por los japoneses, Chiang consideró que los maoístas ya no representaban una amenaza. Fue así como resolvió dejar de perseguirlos y concentrarse en reprimir la invasión japonesa. Japón se rindió en 1945, pero al cabo de esos años los comunistas habían recuperado fuerzas suficientes para derrotar al ejército de Chiang, quien pareció haber olvidado la premisa sobre la necesidad de aplastar al enemigo que planteaba Sun-tzu en El arte de la guerra en el siglo IV antes de Cristo. Mao, en cambio, no la olvidó y persiguió a Chiang y a todos sus efectivos militares hasta que estos lograron huir a la isla de Taiwán. El comunismo había triunfado y en 1949 fue proclamada la República Popular China.
¿Habrá pensado Javier Milei en las máximas de Sun-tzu y de Kautilya cuando llamó, días atrás, a concretar un “acuerdo total” con Pro para “arrasar con el kirchnerismo” en las elecciones legislativas de octubre próximo? ¿Estará persuadido de que para asestarle una derrota definitiva a Cristina Kirchner se precisa una alianza con el macrismo? ¿O pensará, como sus dos principales consejeros, su hermana Karina y Santiago Caputo, que La Libertad Avanza puede prescindir de Pro?
La convocatoria del Presidente resultó sugestiva luego de la escalada de la tensión entre mileístas y macristas registrada en las últimas semanas. Pero lo cierto es que Mauricio Macri reaccionó públicamente de manera favorable. El expresidente afirmó: “Podemos representar juntos las banderas del cambio, la libertad y las instituciones” para “terminar con el populismo, la demagogia y la falta de transparencia” y “para que el kirchnerismo nunca más vuelva a gobernar el país o alguna de las 24 provincias argentinas”.
La referencia de Macri a las 24 provincias de la Argentina procura traslucir una fortaleza que puede exhibir Pro de cara a una negociación electoral con La Libertad Avanza: el papel clave del macrismo en el distrito bonaerense.
Agrandados por las encuestas de opinión pública que favorecen hoy a Milei, los operadores de La Libertad Avanza aseguran que no dependen de una alianza con Pro para ganar las elecciones en el orden nacional, mientras que Pro, por el contrario, dependería según ellos de la gestación de esa coalición electoral para tener garantizada su supervivencia.
Aun así, el posible costo para los libertarios de no concurrir aliados a las urnas se potenciaría en la provincia de Buenos Aires. “En nuestros estudios muy preliminares, estamos viendo una situación de mucha paridad entre La Libertad Avanza y el peronismo/kirchnerismo, suponiendo que este último espacio no se rompe y que Cristina Kirchner y Axel Kicillof acuerdan seguir juntos. Incluso apreciamos una ligera ventaja de Cristina en relación con José Luis Espert como potencial candidato a diputado de Milei”, explica el consultor de opinión pública Lucas Romero, director de Synopsis.
¿Cuál sería la trascendencia de una derrota del oficialismo mileísta en la provincia de Buenos Aires si este termina ganando en el orden nacional? Hay quienes podrán minimizar el resultado bonaerense si, como se proyecta, La Libertad Avanza pasa a tener, desde el 10 de diciembre, un bloque propio de entre 80 y 90 diputados nacionales (hoy no llega a 40) y una bancada no inferior a 15 senadores (hoy son solo 6). Sin embargo, no escapa a ningún analista que un triunfo de Cristina Kirchner en la mayor provincia argentina opacaría cualquier otra noticia y eso podría resultar costoso en términos de la construcción de expectativas y confianza que el gobierno nacional intenta generar en los agentes económicos. ¿Podrán estos y otros potenciales inversores imaginar que el rumbo económico del país ha cambiado para siempre, como pretende hacerles creer Milei, si advierten que Cristina Kirchner puede llegar competitiva a los comicios presidenciales de 2027?
En ese contexto, Pro podría exponerse como una fuerza política necesaria para garantizar la victoria frente al kirchnerismo en el mayor distrito del país. Frente a una negociación con Milei, Macri sabe que difícilmente su agrupación podrá asegurarse lugares que le permitan retener la totalidad de las 22 bancas de diputados que pondrá en juego en las elecciones. Pero seguramente exigirá la preservación del control de la ciudad de Buenos Aires y que cesen las señales de hostigamiento contra el gobierno de su primo, Jorge Macri, por parte de los dirigentes porteños de La Libertad Avanza.
Existe una diferencia de fondo entre ambas fuerzas políticas. Para el círculo íntimo de Milei, la convergencia electoral debe darse en el marco de una fusión, que reconozca la preponderancia y hasta la simbología libertaria –incluido el color violeta en las boletas–, además del indiscutido liderazgo del primer mandatario. Macri, en cambio, pregona un acuerdo que respete la identidad de Pro y un consenso programático. La sugerencia del exministro de Economía Hernán Lacunza –a quien Macri quiere ubicar como uno de sus delegados para negociar el acuerdo electoral– de “sentarse a discutir cuáles son las reformas que tenemos que impulsar para el desarrollo” antes de definir cualquier alianza electoral no cayó bien en la Casa Rosada, donde se enfatiza que la agenda y el programa de gobierno no se discuten.
15/01/2025 a las 7:49 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Debates liberales con ideas, no con insultos
Roberto Azzareto
Fuente: LosAndes
(*) Notiar.com.ar
10/1/025
La palabra Liberal es polisémica. Según quien la emplea los significados son distintos, al margen de los que muestran en las redes su desconocimiento de lo que es el liberalismo y están cerca de la “nueva derecha” autocrática y neofascista.
No hay duda que John Rawls es un liberal y también Robert Nozick. Las diferencias entre Teoría de la Justicia de Rawls y Anarquía, Estado y Utopía de Nozick son básicamente que Rawls busca el equilibrio entre Libertad e Igualdad, teniendo en cuenta las desigualdades de la que nadie es responsable, como es el caso del lugar de nacimiento. Ninguno de los humanos eligió nacer en un hogar rico en uno miserable. En esas desigualdades hace hincapié Rawls yen cómo equilibrarlas.
Nozick, quien viene de la nueva izquierda estadounidense, gira hacia el liberalismo leyendo a Von Mises y a Hayek. Anarquía, Estado y Utopía, escrito en 1974 es la réplica a Rawls.
Nozick sostenía que los individuos son dueños de sí mismos y tienen derecho a la propiedad privada. Proponía en filosofía política la Teoría de los derechos: los individuos tienen derechos que ninguna persona o grupos pueden violar. Nozick defendió el estado mínimo que se limita a dar seguridad, justicia y defensa exterior.
Su Utopía era que el estado mínimo permitía que las personas con visiones distintas de vida puedan convivir en paz. Si alguien quería vivir en una comunidad hippie o en una socialista estaba en su derecho
Como respuesta a Rawls y sus propuestas para aminorar la desigualdad desarrolló la teoría de las instalaciones, como mecanismo de distribución de los bienes. Consideraba que la justicia exige que una persona reciba algo de los demás, a cambio de algo o como regalo.
Esta réplica al liberalismo social de Rawls le pareció insuficiente a Murray Rothbard, con sus dislates oponiéndose a la obligación de los padres de alimentar y vestir a sus hijos, asistir a la escuela o eliminar la prohibición del trabajo infantil. Sus distopias y la obsesión con la supresión del estado, una utopía también de Marx, le hicieron decir que Nozick no era un libertario porque propone un estado mínimo y el derecho de vivir en comunidades que pueden ser socialistas o de libre mercado dentro de este estado mínimo.
Otro debate importante fue la réplica a Hayek de Raymond Aron. Hayek publica “los Fundamentos de la Libertad” en la que define la libertad como la ausencia de coerción, definición tomada de Isaiah Berlín. Hayek le da primacía al liberalismo económico, la libertad de mercado y de inversión, pero no se ocupa del liberalismo político o las relaciones entre estados. Como economista nunca encaró los temas empíricos, a diferencia de Milton Friedman, incluso en la depresión de los treinta estuvo en silencio. Años después se limitó a decir que no hay que hacer nada.
Con Raymond Aron el profesor Hayek tuvo una relación de mutuo respeto e incluso de admiración y tratándose en Londres durante la segunda guerra mundial, el francés colaborando con el general De Gaulle y el austríaco en la London Economic, invitado por Keynes al que admiraba, algo que el presidente Mile oculta o ignora.
Raymond Aron publica para cuestionar Los Fundamentos de la Libertad “La Definición Liberal de la Libertad”, recientemente reeditado en castellano. Ya en 1952 había dado a conocer un artículo cuestionando el carácter economicista de las ideas de Hayek, señalando que parecía estar buscando un dictador, ante la falta de interés en las libertades políticas y los límites institucionales al poder. Alguien ha dicho que Aron fue profético porque Hayek elogió al dictador Pinochet.
Aron que en EL Opio de los Intelectuales criticó con severidad a la intelectualidad francesa, que no solo miraba al otro lado ante los crímenes del comunismo, sino que también los justificaba como el costo de la revolución proletaria mundial, en “La Definición Liberal de la Libertad”, deja en claro las diferencias entre liberalismo y libertarismo.
Aron sostiene que el liberalismo no puede ser apolítico, tiene sentido si es político, sino es insuficiente. En el ensayo Libertad o Libertarismo expresa que los regímenes democráticos no se expresan por una definición de la Libertad sino por un diálogo permanente. Dicho diálogo se funde traducido en instituciones, con la dialéctica de las libertades y el diálogo sobre las definiciones de libertad es el que ilumina las luchas políticas y sociales. Ese conflicto, inherente a su existencia, es lo que separa a una democracia de los regímenes en los que los gobiernos pretenden consagrar una “verdad única” e imponer sus ideas y creencias.
Estos Académicos sabían discrepar con aportes intelectuales, debatir, rebatir, sin agravios, con respeto, e incluso admiración.
Una gran diferencia con los que muestran sus complejos de inferioridad cuando al que piensa diferente solo atinan a insultarlo y calumniarlo.
15/01/2025 a las 12:21 PM
Lo único cierto hasta el momento es que el extinto fiscal gustaba, al mejor estilo Insaurralde, vacacionar en lugares caros, acompañado de chicas escort. El resto, como dice don Andrés, está sujeto a hipótesis y suspicacias.
15/01/2025 a las 5:02 PM
Ciertamente hipótesis y suspicacias (como suponen «amigos» y «enemigos» del extinto «Fiscal»). Luego de diez años (tiempo en que operaría la prescripción para el delito de homicidio) poco debería quedar por hacer. Muchos dudan de que se haya tratado de suicidio (un judío no se suicida por honor). Mientras tanto, siempre cualquier judío resultó ejecutado por cuestión de «ajusticiamiento consecuente».
15/01/2025 a las 7:08 PM
CLAUDIO, SIEMPRE EL MISMO NAZI RETARDADO ?
QUE MIERDA HABRAN SIDO TUS PADRES PARA ENGENDRAR UN SORETE COMO VOS.
16/01/2025 a las 7:50 PM
Como siempre. El silencio. El misterio. Las dudas. Las mentiras. El ocaso. La nada. No conviene nada de lo racional.