Por Carlos Tórtora.-

El 23 de abril de 2024, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) le hizo al gobierno argentino una severa advertencia sobre el Régimen de Grandes Inversores (RIGI), que el gobierno había incluido en el proyecto de ley ómnibus. Advirtió el organismo que «el mencionado registro es una puerta de acceso camuflada con crisis de legalidad para que capitales provenientes del tráfico de estupefacientes, armas y personas, entre otros, ingresen al circuito económico y financiero de la República Argentina, sin exigencias reales de licitud de origen y trazabilidad».

El conflicto entre el gobierno y el GAFI luego no pasó a mayores y el RIGI, con modificaciones, resultó también aprobado.

El siguiente episodio que llamó la atención se produjo el 20 del mes pasado, cuando Javier Milei firmó el decreto 274/2025, que le prohíbe a la Unidad de Información Financiera (UIF) presentarse como querellante en los casos de lavado de activos.

Los extitulares de la UIF Mariano Federici y María Eugenia Talerico se encontraron entre los que cuestionaron fuertemente la medida. Por ejemplo, dijeron que el GAFI no pidió que se prohibiera a la UIF querellar sino que se evitará el uso político de esa facultad y que entonces lo decidido por el gobierno «justifica el debilitamiento institucional en favor de corruptos».

Caputo abre la caja de Pandora

Anteayer Luis Caputo avanzó bastante en esta línea proclive a convertir a la Argentina en un gran paraíso del lavado. Anticipó entonces que habrá nuevas medidas oficiales para que la gente saque los dólares del colchón y que las mismas consistirían en que «la idea es comprar lo que quieras y que nadie te pida explicaciones».

Según el gobierno, hay 270.000 millones de dólares atesorados en cajas de seguridad, cajas de ahorro, cuentas y debajo del colchón.

El que «nadie te pida explicaciones» de Caputo se volvería entonces en algunas de las medidas que formarían parte de la batería que el gobierno lanzaría en las próximas semanas para seguir emparchando su política económica.

En síntesis, se buscaría que la gente gaste sus dólares sin preguntas molestas por parte de ARCA. Se trataría entonces de convertir al país en un verdadero paraíso del lavado y también de la evasión. ¿Quién pagaría impuestos por un dinero percibido hoy si mañana pudiera usarlo sin ataduras ni penalidades y hasta con incentivos?

Hace poco más de un año, en un reportaje con Alejandro Fantino, Milei adelantó su rumbo: «si querés usar 50 palos verdes sin declarar, me importa un rábano», sentenció.

Es obvio que por este camino la Argentina va directo a entrar en la zona de sospecha del GAFI. A Milei esto le importaría poco. Lo único importante para él es ganar las elecciones.

Share