Por Ricardo Bustos.-
Desde el año 2012, cuando vivía en Resistencia, Chaco, abrazo esta hermosa vocación de hilvanar palabras con las reflexiones.
Como argentinos, tenemos hace tiempo ya, un problema grande a la hora de consensuar sobre temas de interés general. La política se ha encargado de «solidificar» esas actitudes verbales violentas, como si ponerlas en práctica generara más credibilidad y fuerza en lo que asentimos.
Un político es la imagen que nos representa, porque ha salido de nuestro barrio, escuela, club, centro de estudiantes o sociedades de fomento. Nos resistimos a reconocer que eso que está frente a nosotros, agrediendo, mintiendo, prometiendo sin cumplir, es la muestra más evidente de que la política, somos nosotros mismos en «el otro», porque a ese personaje, mujer o varón, lo elegimos por afinidad, no por su conocimiento sobre las necesidades que tiene la sociedad.
Si a todo lo mencionado, le cambiamos la amplitud geográfica desde el barrio al municipio, provincia, nación, los resultados tienen consecuencias mucho más graves, porque están lejos de nuestro alcance a la hora de dilucidar cómo actúan en las sombras del «precio» con poder, que ejerce presión en todas las ideologías o cargos que la política genera para recaudar a espaldas del votante.
Hablando con un legislador a quien respeto y aprecio mucho por su manera de ver la política, coincidimos en que nada va a cambiar si toda vez que hay un cambio de signo político, el nuevo gobernante llega con los «botines de punta», buscando venganza en vez de producir nuevos incentivos para mejorar lo ya realizado.
Lo primero que vemos en muchos municipios de todo el país, son las inscripciones hasta en los camiones recolectores de residuos que indican «Gestión Fulanito», como si al poner su apellido en los vehículos municipales, la tarea de los obreros y empleados será mejor que con el anterior Intendente.
La «grieta no es broma». Existe en todos los ámbitos y ya no existen los opositores. Hoy todos son enemigos y nadie duda a esta altura de la partida, que tuvo su origen en el temor de perder ese poder endeble por medio de la capacidad, porque no la tienen.
A veces, muchos países han salido de las crisis aplicando criterios coherentes con mano dura, algo que no se logra con contemplaciones, pero está claro que en una Nación como Argentina, que nació a los tumbos, eso es una hermosa utopía.
Que se rompa pero que no se doble, Perón… Perón… Viva el Comunismo, Lenin, Trotski, Socialismo, Kirchnerismo para todas y todos, todes, todex, en el punto exacto donde la identidad fue destruida y quien debía cuidarnos, hoy purga condena por robar medio país y se enoja con la Justicia, será muy difícil juntar las plumas cuando pelamos una gallina en contra del viento.
«La violencia es el último recurso del incompetente.»
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