Por Jorge D. Boimvaser.-

Cambiarle el tono a la campaña electoral y pasar del juego sucio a esos mensajes edulcorados con música amorfa de fondo es lo que no le perdona el kirchnerismo a Daniel Scioli.

“Nosotros tenemos que morir con las botas puestas, peleando sin bajar los brazos, y Daniel se rindió a los consejos del marketing y eso nos llevó a la ruina”. No son palabras textuales del candidato a vice de Scioli sino una síntesis que realizó afiladamente un hombre de prensa de su entorno.

La diferencia a favor de Macri, según los números que le alcanzaron al candidato de vice el miércoles a la mañana, es cercana a los 8 puntos, cifra imposible de descontar aunque Scioli tuviera guardada una bala de plata para los últimos momentos del sábado. Sí, es cierto que la campaña ya cerró, pero si le descubrieran al jefe de CAMBIEMOS un muerto en el placard, nadie repararía mucho en las sanciones legales. Lo importante es sumar, cuando sea y como sea; es una vieja consigna de los kirchneristas. Ya se sabe que desde Néstor para abajo ninguno de eso círculo es muy afecto a cumplir las leyes.

Parece ya cerrado y definido todo. Scioli muere en la campaña tan tibio como vivió siempre, al margen del vértigo de las carreras en lancha. Y Zannini quiere también morir en lo suyo. Como canta el Chaqueño Palavecino, con la ley y con la trampa.

Lo que espera el chino es que, a último momento, cuando ya no se pueda remontar nada, Cristina le dé el empujón final hacia el abismo al candidato del FPV.

En realidad no encontraron nada que les pueda ser de utilidad para descontar en los metros finales. Uno de los argumentos que le llevaron sus asesores no lo convenció a Scioli. La posibilidad de que un hombre de MONSANTO (los grandes envenenadores y contaminadores del suelo) sea el Ministro de Agricultura en el gabinete de María Eugenia Vidal no es un tema que mueva el amperímetro de la decisión de voto popular.

Seguro que a partir de diciembre todas las ONG dedicadas al medio ambiente van a salir con los tapones de punta por ese nombramiento aún no confirmado, pero hoy hablar ese tema no reditúa en lo más mínimo.

Es paradójico que mientras Vidal menciona al hombre de MONSANTO como Ministro, Macri cerró su campaña pidiéndole a la PACHAMAMA la bendición para la Argentina.

Si la “Pacha” respondiera con palabras, le pediría que raje de la Argentina a los tres asesinos seriales de la Naturaleza a los que Cristina les permitió todo: MONSANTO, Barrick Gold y Chevron.

Si un desprevenido llegara al país y le dieran a ver este panorama, diría seguro que Macri -y no Scioli- es la continuidad del modelo. Porque si alguien fue servil a los intereses de esas multinacionales de la destrucción, ese alguien se llama Cristina Fernández.

Scioli no tiene información privilegiada de la AFI (ex SIDE) porque también Oscar Parrilli está armando las valijas para irse a su casa en diciembre y no quiere que lo acusen de brindar datos sensibles de campaña.

Ya que estamos con la AFI, digamos que siempre tuvo uno de los mejores equipos de encuestas electorales, pero desde las PASO hasta hoy el casi ex Director Fernando Pocino se llevó 20 millones de pesos para medir intenciones de voto y no pegó una, ni siquiera por aproximación.

La semana que viene será muy oscura para Scioli si realmente el domingo pierde por varios puntos (aunque perder por 10 o por un voto a la postre resulte igual). Entre Cristina y “La Cámpora” van a pedir turnos para clavarlo en una crucifixión que se extenderá hasta después del 10 de diciembre.

Desde la óptica egoísta de Cristina, se salió con la suya. Se sacó de encima a los dos que le pueden hacer sombra de cara a un supuesto regreso a los primeros planos. Aníbal Fernández tropezó mal en su esperanza de llegar a la Presidencia dentro de cuatro años, y a Scioli perdedor frente a Macri el futuro no le sonríe tampoco.

El mentor del Scioli político, como ya dijimos en un informe anterior, fue el “hermano” Juan José Cresto, último sobreviviente de la Logia Anael, la misma que llevó a López Rega al lado de Perón y en los ‘90 acercó al motonauta a Carlos Menem.

Ya viejo y destartalado, Cresto es una inescrupuloso vengativo y hará todo para hundir a Scioli hasta las capas más bajas del inframundo.

A horas del domingo ya nada se puede hacer, sólo rezar.

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