Por Carlos Tórtora.-

Como anticipamos hace dos días, Javier Milei ha decidido dejar de polarizar con Cristina Kirchner para empezar a hacerlo con Axel Kicillof. El anuncio presidencial de que el objetivo es intervenir la Provincia de Buenos Aires para atender su crisis de Seguridad, tiene dos explicaciones consistentes. La primera es que Milei necesita con desesperación dar golpes de efecto rimbombantes para distraer la atención de la sociedad, que está atrapada por la trama del Criptogate.

La segunda explicación es más compleja. Desde los inicios de su gestión, Milei decidió convertir a CFK en la primera oponente del gobierno, sabiendo que sus múltiples vulnerabilidades la hacen una rival relativamente fácil de doblegar. Pero en los últimos meses la situación ha cambiado. Cristina pudo hacerse con la presidencia del PJ, pero este rol la expuso a que su decadencia quedara en evidencia. Prácticamente ninguno de los gobernadores peronistas corrió a besarle el anillo. Y Kicillof siguió adelante en su proceso de construcción política sin La Cámpora. Pero hubo más: la CGT abandonó a la expresidenta y marcha ahora detrás del gobernador. Por último, los bloques de Unión por la Patria en Senadores y Diputados se están fracturando y sólo un sector de los mismos sigue obediente a Cristina.

Condicionados por este cuadro, los sectores que componen el antiperonismo están dejando de percibir a la expresidenta como una amenaza real, que los obliga a respaldar a Milei. Así es que éste, para movilizar el voto antiperonista en octubre, necesita agitar una amenaza más creíble que Cristina y la misma es Kicillof. En la práctica es éste y no ella, el que puede hacer retornar el PJ a la Casa Rosada en el 2027.

Sin viabilidad

Más allá de su importancia en la estrategia política del gobierno, la intervención a Buenos Aires carece de toda viabilidad política. Aunque la crisis de Seguridad se multiplique, La Libertad Avanza jamás conseguiría la mayoría en el Congreso para aprobar la intervención. La razón es que ninguna provincia está dispuesta a instalar una intervención federal que luego podría ser utilizada contra ella.

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