Por Carlos Tórtora.-

El año comienza con una profundización de la crisis peronista. Primero fue el portazo del diputado nacional santafesino Roberto Mirabella, que dejó la bancada de UXP. Pero inmediatamente el PJ santafesino, el segundo en importancia en el país, se partió en cuatro pedazos. El Movimiento Evita, liderado por Eduardo Toniolli, Activemos, del senador nacional Marcelo Lewandovsky y Hacemos Santa Fe, que lidera el exgobernador Omar Perotti, rompieron con la conducción partidaria que encabezan La Cámpora y el senador provincial Armando Traferri. Los disidentes reclaman que el PJ dé libertad de acción a cada sector para armar listas propias de convencionales constituyentes.

Pero la rebelión contra el feudo de Cristina Kirchner se extiende ahora a la profundidad del interior.

Luego de caminar los últimos meses por casi todas las provincias, el gobernador riojano Ricardo Quintela anunció que su línea interna del PJ, Federales, presentará en el 2025 listas propias de legisladores nacionales en todo el país. Se trata de una ruptura formal del PJ que preside la expresidente, atrincherada con La Cámpora y su hijo Máximo. La rebelión de Quintela puede prender en más de una docena de provincias donde la insatisfacción de los peronismos locales con el cristinismo es cada vez más grande.

¿Hacia el eclipse K?

El anuncio de Quintela coincide bastante con la decisión de Axel Kicillof de plantársele a Cristina y armar listas propias de candidatos aun a riesgo de que se rompa el PJ bonaerense como ya se está fracturando el PJ santafesino.

La expresidenta evidentemente no está preparada para enfrentar una sublevación a gran escala y asiste impotente a cómo el peronismo empieza a caminar sin ella.

Para la estrategia electoral de Javier Milei, la incipiente rebelión peronista contra el kirchnerismo es una pésima noticia. Su idea central es polarizar con una Cristina candidata a diputada que arrastre al peronismo a la derrota, al cargar con el desastre de Alberto Fernández, más la corrupción y el sectarismo de La Cámpora. Pero si aparece en las urnas un peronismo renovado, La Libertad Avanza ya no tendría una posición ventajosa. Para que la polarización con Cristina le funcione a Milei, éste necesita que el kirchnerismo siga sojuzgando a la dirigencia peronista. Este esquema ahora puede entrar en crisis y replantearse así el tablero político.

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