Por Guillermo Cherashny.-

A una semana de las elecciones de legisladores de CABA, cada día se parecen más a una elección nacional que a un votación para elegir lo que antes se llamaban concejales.

En efecto, es una verdadera interna entre LLA y el PRO para determinar quién lidera a la derecha hoy en nuestro país. El PRO y la UCR se han corrido a la derecha para acercarse a la Libertad Avanza, que los quiere solamente como socios menores.

Según los números de Aresco de Federico Aurelio, Leandro Santoro, el líder de Ahora Buenos Aires, obtendría el 28% de los votos, que sería suficiente para ganar, dejando en segundo lugar a Manuel Adorni, el vocero del oficialismo, que volvería a demostrar que en elecciones locales el gobierno no tiene candidatos competitivos para enfrentar a los partidos tradicionales.

De acuerdo a esas encuestas, el 26 de octubre, fecha de las elecciones legislativas, el triunfo sería de los libertarios sobre el peronismo-kirchnerismo y tercero el PRO con menos del 10% y mucho menos para la UCR.

En realidad, no sería un triunfo de los libertarios o liberales, porque este gobierno hasta aquí, con éxitos en la baja de la inflación y recientemente en la salida del cepo, no se parece en nada a un liberalismo, porque Caputo, el ministro de economía, es un duro para que los empresarios no trasladen a los precios de sus productos la devaluación del 8%, que fue otra victoria económica del gobierno que tiene un amplio respaldo del gobierno americano, que espera un triunfo electoral oficialista para consolidar el cambio del rumbo económico, por lo cual una derrota en una elección de legisladores de CABA no debería generar mal clima en el mercado, salvo por el error del gobierno en nacionalizar este comicio.

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