Por Italo Pallotti.-
En esta Argentina nuestra, la historia de cada día nos sorprende con noticias que calan muy hondo en el sentimiento de cada uno. De los que mucho le importan y otros que, por esencia, viven en un minúsculo mundo donde todo, le importa nada. Esta semana la noticia excluyente fue la muerte del SS Papa Francisco. Aunque podía suponerse; asombró al mundo. Murió en su ley, puede decirse, predicando, hasta apenas unas pocas horas antes, el Evangelio. Atestiguando que Dios ofrece el premio de la vida eterna a través de la fe en Jesucristo. Justo, y por esas cosas del destino humano, en la Pascua de Resurrección. Un Papa que para el pueblo argentino tuvo una mirada sociológica que poco a poco lo fue introduciendo en la arena política. Ese pueblo que bien visto no escatimó esfuerzos para hacer que se contaminara de un sesgo tan proclive a lo sucio y absurdo que a lo limpio y coherente. Y ahí estuvo Él, desdichadamente.
No será tiempo, ahora, de juzgarlo. Los teólogos, con su perfil de los temas ecuménicos, tienen la palabra hacia el futuro. Los mortales, algunos como el que esto escribe, lo hemos juzgado tantas veces por aquellas cosas mundanas; porque lo espiritual, lo trascendente nos superaba. Apenas si llegábamos a entender algunas actitudes. Es probable que aun aquellos que debieron secundarlo en su exquisito, venerable y claro mensaje secular, no lo hayan acompañado de modo literal. Ni los curas villeros, creo, tan de promoción y “emparentados” con la política, no de la mejor especie, me temo hayan sido aliados auténticos, a pesar de sus mensajes populacheros. Unas veces destemplados, otras veces groseros y tantas otras contaminados por lo peor de la política, estuvieron a la altura de las circunstancias. La ideología hirió de muerte el relato cristiano. El pobrismo, ligado inseparablemente a un populismo demagógico, codicioso y enfermo de poder, apenas si tuvo alguna leve respuesta que bajaba en los mandatos y deseos de SS., homilías de por medio. Sin duda, a la vista de tantos, el Papa, aparece como una víctima del accionar de aquellos. Acusado de cosas terribles por sus detractores; que la memoria y el archivo están para desenmascararlos. Y entonces, su popularidad, aunque sea banal el término, fue decayendo por estas tierras.
Dicho eso, hoy la muerte, con su sello inmutable, tocó las puertas del Vaticano. Para muchos, más aún cuando es una celebridad, nos lleva a intentar comprender el valor de la vida y el cachetazo de la muerte. En definitiva, se fue un hombre. Vivió con intensidad. Sus defectos y virtudes quedan para el juicio de Dios. La exaltación de su mensaje, para la apreciación de los hombres. Su legado, en la Historia. Ella lo ubicará, un día, en su justo lugar. La muerte, como hecho inevitable, cierra un balance. Un debe y un haber que quedan truncos. Porque sólo en la eternidad y ante Dios, o quien sea, se rendirán las cuentas terrenales. SS no escapará a la regla. Fue, por sobre todo, un ser humano.
Hoy, el duelo rompe el corazón de este pueblo castigado por esa grieta infame que nos divide incuestionablemente. Aquellos que en el momento mismo de la ascensión al trono lo lapidaron cruelmente, están compungidos y llorosos. Una camada de desvergonzados y dañinos, hoy asumidos como “hermanos” de SS. hacen cola para intentar viajar al Vaticano, quizás para lavar pecados y complicidades de todo tipo. Tarde, Sres! Cuando hacían fila para la “foto”, junto a él, nada les importó mancillar su imagen mundial. Porque es bueno recordarles a esa claque de impresentables, muchos con el sello de corruptos (procesados por la Justicia, no una mera expresión) que era el Papa de todos. Lo ponen (en vano, ya) con sus dichos, en el altar de los virtuosos, esenciales. Lejos de la demolición de antaño a su figura. ¡Cínicos! Y aquellos que, de la misma calaña hoy “sufren” su ausencia deben imponerse un luto eterno; un silencio perpetuo, y un pedido de perdón a SS. y a Dios, de paso; mientras sigan participando, como se expresa en el título, de “Un festival de hipocresía”, montado sobre su ausencia.
26/04/2025 a las 2:21 AM
Y , como corresponde, encabezando la fila de los hipócritas está nuestro distinguido presidente, «Doctor?» Javier Milei, hace unos años llamando a Francisco zurdo, comunista, representante de Satán en el Vaticano…etc etc y ahora como dolido compatriota dice con verdad que es el «argentino más importante en la historia». Conclusión, su palabra vale como nuestra moneda , un excremento
26/04/2025 a las 7:54 AM
Y muy pronto lo veremos al Peluca de Milei ABANDONAR a Zelensky y ABRAZARSE con Vladimiro Puton
Igualito a Alberto Fernández ES SIENDO el Javo, NO TIENE SEGUROS PERO TIENE a $LIBRA y su Martínez Sosa ES HAYDEN DAVIS & NOVELLI
27/04/2025 a las 1:54 AM
Adolfo H, como podé ser tan nabo, negro. vo sí que no fumá bajo
el agua, jetón. capá que no te diste cuenta que lo del velorio del
forro Bergoglio era un pretexto del peluca para irse a Roma a
echarse un polveti con la Meloni, la pobre turra ya extrañaba los
fierraso del Javo, y le dijo, macho, aquí tené una excusa pa venir.
27/04/2025 a las 8:36 PM
JAJA Ca putito , el Javo prefiere para intimar a Mandingo cuando no está Karina disponible