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"Juzgo imposible describir las cosas contemporáneas sin ofender a muchos". Maquiavelo

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Economía

Una economía con menos fiebre y con más dolor. La violencia de los «ismos»

Por Luis Alejandro Rizzi.-

“Los mercados” celebran la apreciación del peso frente al dólar y el riesgo país perforó el piso de los mil trescientos puntos, dado que el Banco Central giró los dólares, unos 2560 millones, para el pago de intereses de los bonos globales en dólares (GD) y una pequeña parte en euros, que vencen en enero próximo.

La fiebre de la economía está en baja, lo que no quiere decir que la economía de la Argentina no siga en muy grave estado.

El pago de las obligaciones no se discute, pero el pago de los debidos intereses, de deuda contraída por varios gobiernos, para financiar gastos corrientes -consumo- y unos dos mil millones que se usaron para bajar el precio del dólar a los valores actuales, tienen el efecto que los mercados celebran. La deuda es también un negocio

A “los mercados” poco o nada les importa el “costo” del pago de esa obligación, cuyo cumplimiento, reitero, está fuera de discusión.

A “los mercados” no les interesa que el gobierno “libertario” haya gastado más de dos mil millones para contener la cotización del dólar y mantener el cepo y celebrar como un éxito una inflación mensual de cuatro puntos, algo menos que puede dar septiembre pasado.

Recuerdo que Edgard Morin escribió hace ya unos 30 años que era sorprendente como la economía se había desarrollado a nivel matemático y lo poco que lo había hecho a nivel social.

Releyendo “Misión de la Universidad” de Ortega una vez más, diría que los “economistas” se han convertido, en general, en “sabios bárbaros” y algunos como Javier Milei y sus “colosos” sólo en “bárbaros”.

Pueden saber o no de economía, pero no tienen idea de lo que es la vida, de lo que son las cosas y de lo que es el mundo, son incultos y obran como energúmenos, personas que se expresan de modo airado y violento.

Fernando Henrique Cardoso, que fue ministro de economía y presidente de Brasil dese 1995 a 2003, lo reitero una vez más, logró imponer su plan económico, no por sus virtudes de economista y sociólogo, sino por ser un hombre culto.

No necesitó agraviar, ni insultar. Se dedicó con paciencia y sabiduría a “persuadir”. Recordemos que su tarea no fue fácil. Debió soportar dos crisis externas en 1997, la del sudeste asiático y casi en simultáneo la de Rusia, pero ya a fines de 1999, la economía comenzó a crecer.

Es cierto, la fiebre de la economía está en baja, pero el dolor de la gente está llegando a límites alarmantes, si tenemos en cuenta los niveles de pobreza e indigencia, de descenso social y de sacrificio inútil de generaciones actuales de jóvenes, que desde ya es un lastre que afectará a las generaciones futuras.

Habría que ver hasta qué punto el equilibrio fiscal y el déficit “cero” no son un sofisma, en que cayó embaucada una parte de la sociedad, los que somos destinatarios de los peores agravios e insultos, por ejercer el derecho inalienable a pensar y criticar.

Este año el gobierno paralizó al país, nos dejó sin obra pública, recesión, déficit de electricidad, se anuncian cortes para el verano, se declararon enfáticamente emergencias, pero no se obró en consecuencia.

Javier Milei se burló de la “justicia social”, signo de barbarie, pero ejerce un férreo control del mercado de divisas, con la finalidad perversa de dibujar índices, que, no obstante, muestran el descenso social y el constante incremento de precios y pérdida del valor real del salario, aunque alguna estadística muestre que en un breve lapso el aumento nominal fue superior al del costo de vida.

El gobierno procura instalar su relato, sobre bases de verdad; es cierto que el país y la gente estamos hundidos en la pobreza y nos costará mucho sudor revertir nuestra decadencia, pero sin sabiduría sólo se logrará potenciar los conflictos en un escenario de agonalidad total.

El gobierno dice que la peor parte ya pasó, pero calla que contribuyó a empeorar las cosas. Si estuvimos mal, hoy estamos peor, porque el gobierno careció de idoneidad para tratar la “cuestión argentina”, que poco o nada tiene que ver con las “fuerzas del cielo”. Más bien nos sumergió en un infierno que tiene que ver con la vida, no con las religiones.

Como decía Morin, puede ser que los números cierren, pero el dolor social es el verdadero termómetro que debe medir la política.

Salvo alguna excepción, las calificaciones negativas de los políticos superan a las positivas y la Argentina sigue sin dirigencias políticas; mejor dicho, no tenemos dirigencias, sólo oportunistas que creen que la cultura es una cuestión de “modas”.

Por algo Petronas desistió de invertir en Argentina; es el peor síntoma del presente.

“Los mercados celebran”, pero el riesgo pais, es un mal intangible, más fácil de evaluar que el de los “bienes intangibles” que más de una vez son soberanos bolazos.

Jorge Fernández Díaz, en “La Nación” de ayer, refiere los resultados de un estudio hecho por la consultora “Sentimientos públicos”, cuya síntesis dice: “ Casi 7 de cada 10 ciudadanos disminuyeron cenas afuera o celebraciones; 3 de cada 10 suspendieron plataformas de streaming, pero también ayuda económica a amigos y familiares; alrededor del 40% bajó su consumo de carne, cafés en cafeterías, gratificaciones comestibles e incluso sus insumos en las comidas, y un 16% directamente optó por suspender desayunos o meriendas”.

Estamos mal y vamos mal.

Es una de las alternativas del dilema nacional.

Si algo nos faltaba fue el acto del Parque Lezama, que mostró la verdadera idiosincrasia o calaña del liberalismo o del libertarismo. Tal como lo describe Alejandro Borensztein también en “Clarín” de ayer: “Un despliegue de delirio y violencia pocas veces visto. Todo indicaría que en el próximo recital pisan pollitos”.

En ese acto sólo le faltó repetir la frase de Américo Ghioldi: “El ajuste con sangre entra”, el 14 de junio de 1956 había dicho “La letra con sangre, entra”.

En definitiva, el “ismo” menos violento fue el peronismo de Perón.

El liberalismo, y ahora el libertarismo, han sido y son muy crueles.

La violencia tiene variadas formas y modos. ¿Es el camino elegido por Milei?

¿Parque Lezama fue una respuesta?

La profecía de las brujas de Macbeth sobre los bosques se puede hacer realidad.

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Luis Alejandro Rizzi

Abogado X: @007Rizzi EL FURGON de LUIS https://www.linkedin.com/newsletters/el-furgon-de-luis-6973312214845788160/

4 comentarios en «Una economía con menos fiebre y con más dolor. La violencia de los «ismos»»

  • SIN MENCIONAR A LOS VERDADEROS RESPONSABLES DE ESTE DESQUICIO, ES INJUSTO CARGAR SOBRE ESTE GOBIERNO.

    CREEMOS QUE HUBO ALGUNOS ERRORES, PERO EL RUMBO ES EL CORRECTO, YA HAY LOGROS TANGIBLES.

    USTED QUE CREE EN EL VOLUNTARISMO POR LO QUE VEMOS, PERO ESTIMADO DOCTOR, EL «CAPITALISMO ES FRIO», Y NO PERDONA. EN POLITICA, MILEI ESTA PAGANDO LOS PLATOS ROTOS DE LA FIESTA KIRCHNERISTA, Y EN LA
    REALIDAD EL PUEBLO SUFRE POR CULPA DE LOS POLITICOS QUE SUPIMOS CONSEGUIR.

    AHORA HAY QUE ESPERAR INVERSIONES Y UNA LENTA RECUPERACION, LA SITUACION MUNDIAL NO AYUDA.

    USTED NO HACE MENCION A ESO TAMPOCO.

    ASI CRITICA CUALQUIERA !!

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  • El abogado Rizzi se queja… Y sí, «estamos mal y seguiremos mal». El yanqui sionismo jamás posibilitó para La Argentina un aceptable porvenir. Esto es sabido en nuestra patria desde el año 1955 (le llamaron Revolución Libertadora).

    Respuesta
  • Como dirían los españoles, otros cantamañanas gobernando. El discurso libertario es una justificación de su impotencia para resolver los problemas básicos del país.

    Respuesta
  • «En definitiva, el “ismo” menos violento fue el peronismo de Perón.»
    ¿Habla en serio? «Por cada uno de los nuestros que caiga caerán cinco de ellos». «Vamos a distribuir alambre de enfardar para colgar a nuestros enemigos» . Quema de iglesias, encarcelamiento de opositores, despido de Premios Nobel (Saavedra Lamas y Bernardo Houssay), por oponerse al régimen, confiscación de diarios (La Prensa), y cientos de salvajadas más, ¿y usted dice que fue el menos violento de todos?
    Y ni hablar del fomento a las organizaciones armadas, sin olvidar las flores enviadas al sepelio de Fernando Abal Medina, uno de los asesinos de Aramburu. «Formaciones especiales» que alentó mientras le sirvieron, y a las que después condenó y ordenó exterminar. La Triple A fue su creación.
    Señor Rizzi, ha perdido todo mi respeto.

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