Por Carlos Tórtora.-

Casi todos los analistas coinciden en que el protagonismo central que alcanzó Cristina Kirchner desde el fallo de la Corte Suprema de Justicia que confirmó su condena en la causa Vialidad hasta la resolución del TOF disponiendo su prisión domiciliaria, sería irrepetible. A partir de ahora, su presencia política iría disminuyendo, entre otras razones porque la mayor parte de la dirigencia quiere verla jubilada. Obviamente, el esfuerzo de ella estará puesto en tratar de demostrar lo contrario.

Pero no es menos cierto que hoy el peronismo tiene una centralidad inédita en los últimos dos años y que Javier Milei y los libertarios transitan por un sugestivo segundo plano. El desafío más importante ahora para el presidente es el de recuperar la centralidad y rearmar su cruzada antiperonista pero ahora con CFK fuera de carrera.

Si no logra articular esto, es probable que las fracturas internas del PRO y la UCR, sumadas a la autonomía de la Coalición Cívica y otras fuerzas, haga que la oferta electoral de la centro derecha se diversifique y que la Libertad Avanza pierda el monopolio del voto antiperonista. O sea, que haya mayores chances de que LLA pierda en septiembre y en octubre en Buenos Aires. Sin mayores esperanzas, el gobierno esperaría que algunas facciones cristinistas se tomen en serio lo de que estamos en una segunda resistencia y provoquen entonces desmanes como el reciente ataque a la sede de Todo Noticias. Si esto ocurriera, lo que es improbable, la opinión pública se volcaría a favor de Milei.

La hora de los nombres

Para relanzar electoralmente al gobierno, los hermanos Milei necesitan ungir candidatos a legisladores bonaerenses que sean competitivos para las candidaturas legislativas del 7 de septiembre. En la Casa Rosada, una vez más se apuesta por que Cristina haga su voluntad. Si ella consigue imponer a Máximo Kirchner para primer diputado por la Tercera Sección Electoral, podría desbandarse parte del voto justicialista. El vástago de Cristina no pasa del 5% de intención de voto en algunas encuestas y en otras no figura.

Semejante candidatura podría llevar al peronismo al borde de la ruptura, lo que se evitaría, por ejemplo, con una cristinista como Mayra Mendoza. La primera diputación por la Primera Sección es el otro foco de atención peronista, porque Cristina, apalancada en los intendentes de Moreno y Merlo, Mariel Fernández y Gustavo Menéndez, intenta digitar las listas para diputados y senadores. Pero la operación para que Sergio Massa sea el primer candidato a diputado también está en marcha.

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