Por Carlos Tórtora.-

La incipiente corrida cambiaria y el silencio del FMI podrían haber sido decisivos para que Javier Milei suspendiera su visita de cinco días a Israel. Pero esta suspensión indicaría que el presidente está a horas de tomar medidas importantes para intentar evitar que la marea que avanza se lleve puesto al gobierno.

Está instalado que aun si el gobierno recibiera los US$ 20.000 millones del FMI, el atraso cambiario sería insostenible y que difícilmente se podría estirar esta situación hasta las elecciones. En los últimos días, el afloramiento de la realidad sepultó entre otras cosas el mito del proceso de desinflación y el gobierno se queda así sin su principal bandera económica.

¿Qué está a punto de decidir Milei? Para algunos, el gobierno se resignaría a adoptar un nuevo esquema cambiario, de flotación entre bandas, lo que no evitaría la presión alcista de la divisa, que podría llevarla rápidamente a cerca de los 2000 pesos. Lo cierto es que la toma de decisiones sería inminente, porque Luis Caputo no resistiría muchos días más la actual tendencia de pérdida de reservas.

Pero también circulan otro tipo de especulaciones. Las que indican que Milei no se resignaría a perder las próximas elecciones, como consecuencia de la devaluación y el aumento de la inflación y la pobreza. El manotazo oficial sería de un despotismo extremo: adelantar por DNU la fecha de elecciones legislativas a julio. O sea, reformar sin ley alguna el Código Electoral Nacional, cambiando el calendario electoral cuando ya está siendo aplicado. Un despropósito inédito en la historia argentina.

Alianza como sea

De hecho, Milei empezó su contraofensiva política la semana pasada, cuando sorpresivamente se hizo presente en la reunión que habían iniciado en la Casa Rosada Karina Milei y Sebastián Pareja con Cristian Ritondo y Diego Santilli. Estos dos últimos, sin tener mandato de Mauricio Macri ni del PRO, deslizaron que el acuerdo electoral en Buenos Aires entre La Libertad Avanza y el partido amarillo está madurando rápidamente. Horas después y ante las cámaras, Macri apenas pudo mentir diciendo que él estaba en conocimiento de que Ritondo y Santilli iban a tener esa reunión. La realidad es que los dos diputados, seguramente presionados por Milei, se cortaron solos, dispuestos a consumar una alianza y presentarle el hecho consumado a Macri.

Los libertarios, ahora con la economía desbordada, necesitan como nunca contar con los votos del PRO en Buenos Aires. Macri, muy presionado, se hizo el distraído y dejó que siga el juego. Esta historia tendría un trasfondo sórdido: desde mediados del año pasado, el expresidente tendría noticias de que Ritondo y Santilli estaban ya trabajando a las órdenes de Milei. Furioso, habría ordenado entonces a sus operadores de inteligencia que difundieran la denuncia contra Ritondo y su esposa Romina Aldana Diago por la compra de varios inmuebles en La Florida a través de sociedades offshore. El escándalo derivó en dos denuncias penales referidas a presuntos enriquecimiento ilícito, lavado y tráfico de influencias. De este modo el expresidente habría decidido castigar y presionar a Ritondo y disuadir a Santilli. Pero no habría podido evitar el pase de éstos a las filas del gobierno, porque Milei les ofrecería protección política y jurídica.

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