Por Luis Alejandro Rizzi.-

Pienso que Milei, en el caso de $LIBRA, ha cometido un delito político que además puso de manifiesto su inestabilidad emocional; actúa movido por sus “TOC”.

Es difícil saber si en este tema hubo uno o más delitos penales, pero el “tuiteo” de Milei puso en evidencia su incapacidad para dominar sus impulsos y promocionó, lo que parece ser una estafa, mediante la recomendación de apostar a un tipo de ahorro convirtiendo dinero en una moneda virtual llamada “$LIBRA”.

Es obvio que durante un lapso de 4 horas promocionó una moneda virtual, que luego dijo desconocer.

Lo de Milei no es comparable con los casos de corrupción del gobierno de los Kirchner. Su gravedad consiste en la imposibilidad de Javier Milei de controlar sus responsabilidades e impulsos.

Lo de Milei lo calificaría como delito político, no penal, que acredita falta de idoneidad y de estabilidad emocional para ejercer el cargo de presidente de la República.

Acabo de ver en América 24 un reportaje que parece hecho a medida al ministro Caputo, y luego apareció Carlos Ruckauf defendiendo y restando importancia al delito político cometido por Milei. Es obvio, es lobista del gobierno y de una modernidad realmente surrealista.

Es evidente que parte de la prensa intenta sembrar la confusión entre lo político y lo delictual. No se trata del dolo o responsabilidad penal de Milei, se trata de su responsabilidad política y salud psicológica.

En esta república enferma es posible que no pase nada, otro síntoma de nuestra realidad.

En Milei no hay posibilidad de diferenciar entre el “TOC” y la decisión racional.

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