Por Luis Alejandro Rizzi.-

No cabe duda que el PRO recibió un golpe casi mortal en las elecciones de 2023; quedó afuera del balotaje; en términos futboleros, se fue al descenso.

El PRO fue una buena iniciativa de Macri para enfrentar al kirchnerismo; como solía decir Jorge Giacobbe, su misión era la de no sólo vencerlo sino sacarlo de la arena política.

Logró el objetivo en 2015, pero en 2019 lo trajo de regreso y en 2023 la sociedad le dio la espalda. Recurriendo otra vez al fútbol, fue como esos equipos chicos, que logran un campeonato deslumbrando a unos y otros y al año siguiente terminan últimos.

En el inconsciente colectivo -y lo demostraría el mínimo margen con que ganó en 2015-, el PRO fue más que nada un fenómeno de la casualidad y las coaliciones que armó fueron más fruto de la oportunidad que de otra cosa; sólo fueron acuerdos electorales; faltó contenido y vocación de liderazgo, sobró soberbia y faltó valentía.

No hizo lo que esperaba la sociedad.

Es cierto, es difícil saber qué espera una sociedad en cada elección, por eso las encuestas suelen fallar, pero también es cierto que el PRO no tuvo respuesta alguna, sólo vacilaciones y balbuceos.

Es probable que de ese fracaso no haya regreso, pero es obvio que Macri se niega a ese destino y ahora sólo le queda jugar fuerte en el sorteo político que serían las elecciones de medio término; sólo tiene un número entre varios, que es el de jugar a todo, y de ese modo poder negociar con LLA desde una posición de igualdad.

LLA -Milei y su trío- tampoco sabe a ciencia cierta cuál es su base más allá del casi 30% que logró en la primera vuelta en octubre de 2023.

Para Milei, como para Macri, juega aquello de con el otro no alcanza, pero sin el otro no se puede.

Éste es el dilema político de base para LLA y el PRO: la formalización de una coalición electoral debe consolidarse en una alianza de gobierno.

Sabe el lector que por definición el “dilema” tiene dos soluciones igualmente buenas o malas. Dicho en forma de pregunta, una coalición electoral, para el PRO sería buena, pero no para LLA; así lo vería la gente de Milei; pero sin el PRO, perdería la provincia de Buenos Aires y eso sería fatal, condicionaría para mal sus últimos dos años de gobierno.

En definitiva, Milei debiera retroceder y en todo caso negociar distrito por distrito.

Jorge Macri, si finalmente anuncia mañana que desdobla la elección en CABA, daría el primer portazo. La jugada le puede salir bien o mal; dependerá de la intensidad con que lo haga.

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