Por Luis Alejandro Rizzi.-

Puede parecer un oxímoron o una paradoja chestertoniana, pero es lo que pasa en este momento de la Argentina y explica los movimientos que vienen registrando las encuestas, en las que se observan coincidencias en las líneas generales. El gobierno tiene buena imagen, buen respaldo y parece generar alguna esperanza.

El gobierno tiene buenos resultados aritméticos; el haber supera al debe en las cuentas fiscales; la inflación bajó de altísima a medianamente alta; en un enfermo, diríamos que su temperatura bajó de 42 grados a 38/39, señal de que continúa la infección o su causa.

El peso se aprecia, ingresan dólares, tampoco en grandes oleadas; parecería que mejora algunos puntos el salario y la pobreza estaría, muy lentamente, descendiendo. Aclaremos: todo esto es a nivel estadístico y macro.

Sin embargo, como lo explicaba Eduardo Fidanza en Perfil el domingo pasado, “Milei… tiene el superávit fiscal, la cultura de las redes y el resentimiento social a su favor. Si éstos serán los fundamentos de un nuevo modelo o un episodio más del fracaso argentino es lo que está por verse.”

De allí el título, el hecho de que estemos “bien” no quiere decir que las cosas vayan bien.

Esta mañana, me encontré casualmente con un “trader” de la citi que ahora tiene sus oficinas en Vicente López, que conocí en la década de fines del 80, en mis épocas de periodismo radial.

Hacía más de diez años que no nos veíamos. Tomamos un café como en “aquellos tiempos” en el Florida Garden; también nos veíamos en “El ciclista”, a eso de las cinco o seis de la tarde, antes de ir a Radio del Plata.

Para no quedar como imitador de Longobardi, no le pregunté “¿cómo está la calle?”, sino “¿cómo van las cosas?”.

A mí y a mis clientes muy bien; imagínate, en este momento se gana en dólares, de un 0,8 a un 1,5/2% o poco más por mes.

Cuando le iba a responder, continuó: “…en cualquier sistema normal, ese porcentaje es lo que discutís y negociás para sumarlo a las tasas de interés ANUAL o rentabilidad financiera”, lo dijo resaltando la palabra.

“No te cuento la diferencia que se hizo con nuestros bonos, allí se ganó, hasta un 30%, ahora hay que esperar, se estacionaron.”

Entonces “¿las cosas” van bien?

No. Me respondió, y luego de un silencio, ya con un tono más serio, agregó; “decididamente no, pero hoy estamos bien o mejor que hace un año”.

Mostré cara de asombro.

Te lo explico. “Toto”, hace tiempo que no lo veo, desde la época de Macri, es un excelente trader, de lo mejor y juega con las cartas marcadas, porque controla, bueno, digamos, el Central, la tasa de devaluación, con eso es suficiente.

Controla la inflación, le dije en un tono mixto de respuesta y pregunta.

Bueno, sumale el “superávit”, que te repito es sólo matemático, no refleja “gestión”, lo tiene porque no gasta ni invierte. Este año toda la infraestructura no ha tenido siquiera mantenimiento, y no sé si habrá inversión en las privatizaciones. Por una razón, por la dispar densidad y tamaño del mercado, las tarifas y los peajes tendrían que ser muy caros, no habrá más remedio que el estado invierta en capital y allí volverá el déficit, que no está mal, si se gobierna bien. Milei gobierna mal pero no tiene déficit.

Los peajes pueden ser razonables en los accesos que ya están colapsados, pero para hacer nuevos accesos, la inversión privada será insuficiente, nunca se recuperaría con el precio de los peajes.

En este momento recordé el problema que arrastra Caminos del río Uruguay, con las rutas 12 y 14, vienen con problemas desde el 2002 y se tuvieron que concursar y creo que están en juicio, vienen negociando desde la ley del 2002, la de recontraemergencia.

En lo personal, lo interrumpí, tuve la experiencia de la Todini financió dos millones de dólares, nunca suspendió las obras de mantenimiento, los contratos “Crema” y luego de doce años de juicio “ganado” cobró 90 mil dólares en marzo de 2023, Esto es inseguridad legal.

Es otro de los problemas la DNV, no es confiable. Bueno, el estado no garantiza nada, al contrario. Ahora te agravia.

¿Lo decís por lo de Espert?

Y lo del propio Milei, además, te molestan con ese “Kputo” y la vez pasada mangaron para una fundación; más de uno luego se arrepintió de haber puesto la guita. Uno de ellos me dijo: “la culpa también la tenemos nosotros, también tenemos que dar nuestra batalla cultural, también habría que desinfectar muchos culos”.

Es necesario, continuó, mejorar la mayoría de las rutas, muchas de ellas tienen baja circulación, fijate vos, la Patagonia qué población puede tener.

No sé.

Digamos un millón y medio, no es nada, allí el estado debe invertir y gastar. A Vaca muerta le traba la falta de infraestructura. Vial, ferroviaria y de servicios.

La macro la pasa bien en números, en los gráficos, que es lo que vale para nosotros, “el trader” es oportunismo, nada más.

“Toto” en algún momento tendrá que devaluar, seguramente no será él y allí se repetirá la experiencia de la convertibilidad.

Hoy es el uno a mil, le respondí.

Sí, se lo dijo Broda a García, el precio del dólar está atrasado.

No sos optimista.

Tampoco soy pesimista, me respondió.

¿Entonces?

Luis esto es así, ¿no hablábamos de lo mismo en el “Ciclista” antes de que vos fueras a la radio?

Luego de un silencio, como pensando para sí, me dijo:

Pasaron casi 40 años, por algo ya tengo 77.

Nos falta Tato Bores los domingos.

Tengo muchos videos, los sigo viendo, también los domingos a la noche cuando termina “La mirada” de Roberto García.

Es lo único que se puede ver.

Concuerdo, respondí.

Nos despedimos con el consabido “nos vemos”.

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