Por Carlos Pissolito.-
Un poco de historia:
Siempre he creído que quien quiera entrever el futuro, debe primero entender la historia. Y la del islam es una verdaderamente impresionante.
¿Pueden las teorías revolucionarias de Lenin servir de inspiración a Daesh? Muchos logros podrían mencionarse en su nombre. Baste con unos pocos para ilustrar este punto. Para empezar, hay que reconocer que Mahoma, a diferencias de otros profetas religiosos, era uno armado. A su muerte ya había conquistado la totalidad de la Península Arábiga. Luego, sus seguidores, fieles a este espíritu, permanecieron por 800 años en España. Y en dos oportunidades golpearon las puertas de Viena.
Sus logros culturales no se quedaron a la saga de sus conquistas guerreras. Entre ellos, baste mencionar la invención del Álgebra (con el número 0 incluido, lo que permite el código binario que es el lenguaje de la computación moderna), las primeras universidades y la posibilidad de que Occidente conociera a Aristóteles, la brújula, la pólvora y la carabela. Todos elementos que le permitieron a España, una vez reconquistada, descubriera y colonizara un Nuevo Mundo.
Despreciar al islam por la impresión que hoy nos causan algunos de los lugares que ocupa en el mundo. A la par de un error, sería suicida. Dadas las presentes circunstancias.
Un poco de ideología
En el pasado, como rápidamente hemos enumerado, el islam conquistó buena parte del mundo conocido bajo la forma de invasiones tradicionales. Obviamente que eso hoy no podría ser repetido. Simplemente, porque carece de la masa crítica de poder para hacerlo.
El problema es que ahora no lo necesita. Esas fuerzas ya están desplegadas e instaladas. Son las grandes minorías musulmanas que viven en Europa desde hace tres generaciones. Y que hoy están recibiendo un importante refuerzo por parte de los cientos de miles de refugiados que ingresan a Europa desde el Levante.
Ante este marco de situación los movimientos fundamentalista como Daesh sólo deberían proceder en forma análoga a la que propusiera V. I. Lenin para las vanguardias de su partido. Básicamente, acelerar las contradicciones del sistema para conducir a las masas, en este caso los musulmanes moderados, por el camino de la Revolución. Léase, la conquista religiosa.
Si este esquema tuviera cierto viso de realidad, las reacciones occidentales, las que hasta el momento se han limitado a la represión física de este movimiento en Siria y en Irak; podríamos anticipar que el camino a esta conquista religiosa estaría casi asegurado.
Esto es así porque todo conflicto implica el combate en tres planos superpuestos. El físico, el psicológico y el moral. El primero se verifica con el choque de las armas en el campo de batalla; el segundo, tiene lugar en las mentes y en los corazones, tanto de los que luchan como los de los que los apoyan y el tercero, se libra en la etérea esfera de lo que está bien y de lo que no lo está.
El moral, es por lejos el más importante de esta trilogía, le sigue psicológico y termina con el físico. Un error común es no advertir que uno muy bien puede demoler físicamente a su adversario y terminar derrotado moralmente. Que es lo que en definitiva cuenta.
Esta premisa ha quedado patentemente demostrada con los recientes atentados del 13N en París y con su correspondiente set de represalias francesas.
Mientras que los terroristas se han movido en el plano psicológico; ya que han buscado sembrar el terror, el que opera en ese plano. También, a la par, han proclamado una victoria moral. Dicen tener la razón. Nada menos porque su propio Dios se lo ha comunicado.
Por su parte, los occidentales han transitado en el mero plano físico de las represalias aéreas con sus bombardeos de precisión.
Puestas así las cosas no es muy difícil intuir quien de los bandos en pugna tiene en sus manos las cartas ganadoras.
Los propulsores de las soluciones físicas seguramente argumentarán que con sus medios pueden erradicar al Terrorismo de la faz de la tierra como a una mala hierba. Lamentablemente, las evidencias históricas y recientes demuestran todo lo contrario.
Un principio de solución
Si este esquema pudiera ser correcto. Es obvio que una estrategia confinada a la aniquilación física no es suficiente para vencer moralmente a los grupos fundamentalistas. Todo lo contrario; ya que producirán el efecto inverso. Como ya lo demostraron las invasiones a Irak y a Afganistán en el pasado reciente.
Esto no implica que el Terrorismo no deba ni pueda ser castigado. Pero debe serlo en forma inteligente. Lo que implica no alinear, en el proceso, la buena voluntad de la mayoría de los musulmanes. A quienes asumimos como personas de paz, pero -a la vez- potenciales simpatizantes de los fundamentalistas.
Por ejemplo, no sería insensato, para empezar, controlar y neutralizar sus fuentes de financiamiento del Terrorismo. Por otra parte, bien conocidas y rastreables. Y, para seguir, terminar con el mito del multiculturalismo que cree que confinar minorías en guetos es la mejor forma de respetar sus identidades.
Tampoco, sería una mala idea que las represalias físicas contra los grupos terroristas quedaran en manos de su propia gente. Por ejemplo, una tarea militar que es responsabilidad de una coalición conformada por países de la región. Pues sería una forma de comprometerlos con la solución del conflicto, a la par de no alinearlos con los fundamentalistas.
Para terminar y para que este ejercicio nos sirva para algo. Como argentinos no podemos ni debemos sentirnos al margen de este conflicto global. Nuestra propia historia nos alerta sobre el hecho de que ya sufrimos dos atentados vinculados con los problemas del Levante. Y nuestro reciente cambio de alianzas internacionales a favor de Irán no mejoran esta situación. Todo lo contrario.
En el futuro, temas como éste deberán integrar nuestras políticas de estado y sobrepasar los gustos personales de nuestros circunstanciales administradores. La seriedad de la situación y sus graves consecuencias así lo exigen.
22/12/2015 a las 12:43 PM
Estimado Carlos,
Debo felicitarlo por su excelente y novedosa comparación. La del fundamentalismo-integrismo islámico con las teorías revolucionarias del marxismo-leninismo. Brillante!
Un gran saludo,
Susana Q.
23/12/2015 a las 1:59 AM
Muy buen artículo. El principal problema sigue siendo el Corán.
El abordaje debe ser múltiple, empezando por dejar de venderse por el oro negro del moro.
23/12/2015 a las 2:53 AM
Todo lo contrario, el movimiento sale de las altas clases sociales Saudis. Isis o Daesh, esta basado en el wabhismo / salafismo Saudi.
Es un movimiento elitista; no ofrece ascenso social, solo ofrece palos si no se obedece la supuesta ley islamica (Sharia).
Es Arabia Saudita quien deberia explicar, las razones por la cual no controla a sus fundamentalistas.
Los talibanes afganos, fueron adoctrinados por Saudis; los que derribaron las torres de NY en el 2001 eran Saudis, y los terroris tas de San Bernardino en EEUU, si bien eran pakistanies, la mujer vivia en Arabia Saudita, donde el esposo la fue a buscar para casarse.
Por otro lado, el economista Anthony Sutton, quien era extremadamente conservador, professor de Historia de Transacciones Financieras Internacionales; dijo que habia comprobado que ambos extremos eran lo mismo. Las revoluciones marxistas, y las contra revoluciones derechistas (para militares); segun Sutton fueron financiadas por la misma gente.
El paraiso del proletariado, y el paraiso del libre Mercado; te lleva a lo mismo.
Lo mejor, es no meterse en fundamentalismos, sean religiosos, o sean politicos de derecha o de izquierda.
El fundamentalist sigue un dogma; y por lo tanto no se puede discutir ni cambiar; por eso las ideologias no sirven, solo tiene una limitada validez en el preciso momento historico y lugar donde fueron creadas. No se pueden aplicar en otras situaciones, paises o tiempos historicos.
Los fundamentalismos politicos crean sociedades hemiplejicas. Solo les funciona o el hemisferio derecho, o el hemisferio izquierdo; y por eso se paralizan.
La mejor manera de desarrollar un pais, es entendiendo que la verdad siempre esta en la zona equilibrada; ni en un extreme, ni en el otro.
23/12/2015 a las 8:04 AM
Coincido con Ud. María O´Connor. Los atentados sufridos por Argentina fueron consecuencia de la estupidez de Menem que, violando la tradicional neutralidad de Argentina, en pro de «relaciones carnales» con EEUU, mandó tropas al Golfo. Debemos seguir manteniendo la tolerancia racial y religiosa y no meternos en conflictos de Medio Oriente
23/12/2015 a las 8:02 PM
Muy bueno lo suyo.ESCLARECEDOR!!!
08/06/2018 a las 4:21 PM
Hay que reconocer que son fascinantes. Y podrían ser mucho mejores.
Lástima que no sean mejores en algunos aspectos ideológicos y metodológicos. Si fueran un grupo islamista no intolerante y dogmático con el resto de religiones; o incluso, un grupo multiconfesional serían aún mejores. Si no abusaran de la guerra sucia; también podrían tener un poder de influencia incluso mayor. En realidad lo que sería aún más terrorífico para el Occidente Moderno es que hubiera un grupo islámico combatiente y activista casi pacífico y no violento; que luchara contra ellos con otros métodos; o al menos que usara una «violencia condicionada» o ética bélica especial. Esto tendría un poder de persuasión y fascinación aún mayor.
Podrían ser la base para unir a las religiones contra el mundo occidental moderno contemporáneo; para contribuir a su decadencia, hundimiento y transformación en un mundo nuevo.
23/12/2015 a las 3:10 PM
Estimados,
En primer lugar quiero agradecer las críticas recibidas. Son bienvenidas. Van dos aclaraciones. La primera dirigida a María. Mi articulo no pretendió describir las diferencias teologales entre las varias corrientes internas del islam y que son muchas y variadas. Simplemente, presentó una posible analogía entre las técnicas revolucionarias del Marxismo-Leninismo. Algo que se sabe ha sido estudiado por grupos como al`Queda.
La segunda es para Belgrano. Vivimos en un mundo global. Vaya novedad! En el cual las posturas neutrales son casi imposibles de mantener. No comparto su tesis sobre que los atentados sufridos sean responsabilidad de algún alineamiento particular.
Y si así lo fuera. ¿Cuál sería el problema? ¿No tenemos derecho a tomar nuestras propias decisiones? Ergo, su argumento es falaz (se parece mucho al triste «algo habrán hecho» ) que nos quiere convertir en culpables, cuando en realidad fuimos las victimas.
Un saludo cordial,
Carlos Pissolito
23/12/2015 a las 5:26 PM
Estimado Pissolito: En la época de la Guerra del Golfo, Chile por ejemplo, alineado desde hace mucho con Occidente, repudió la actitud de Sadam Hussein. Sin embargo, dado que el país hermano es menos dado a actitudes payasescas no se comprometió militarmente en esa guerra. Respecto a tener derecho a tomar decisiones propias, obviamente lo tenemos. También el deber de atenernos a las consecuencias. Para meterse en conflictos internacionales nos tiene que dar el cuero. Cosa que evidentemente no sucede. ¿Para qué vamos a hablar de nosotros que somos un cuatro de copas, con infinidad de problemas internos para resolver?. Vayamos a lo grande. Vea el caso de España, que trabaja de fámula del imperio anglosajón y se tuvo que comer el atentado de Atocha. ¿Para qué?. Si la pretensión de la pobre España fuera de participar en una nueva cruzada debería atacar no sólo a los infieles musulmanes sino también a los herejes protestantes. O sino dedicarse a contruir un gran país y nada más. Que viene a ser el caso nuestro. En vez de involucrarnos en estupideces y sobreactuar, debemos trabajar en silencio y con dignidad para ser una gran nación. ¿Víctimas, victimarios?: Ud. lo dice. Nadie justifica los atentados, sino los explico. ¿Y ahora que?. ¿Reclamamos sine die por medios legales o propone que vayamos a bombardearlos?
23/12/2015 a las 5:46 PM
Le explico lo de «actitudes payasescas». Paticipar del mundo capitalista no requiere que hagamos lo que no podemos hacer, porque no tenemos medios para atenernos a las consecuencias. Y EEUU tampoco nos pide que hagamos eso. Acá pretendimos ser más papistas que el Papa. Y si habla de mundo globalizado, le digo que el Papa también está globalizado, y los valores que hemos tenido en Argentina (que el Pontífice reivindica) de pueblo pacífico en el que hay armonía de razas y religiones debe ser resguardado y alimentado, debe ser Política de Estado
08/06/2018 a las 4:03 PM
Podría serlo. Pero aún les falta una renovación ideológica y metodológica profundamente para conseguirlo plenamente. Deberían usar mucho más la educación, la cultura y la propaganda o predicación para llegar massivamente a la población. Deberían buscar una Revolución Popular Obrera Islámica; inspirada más en la ética social y económica caritativa, cooperativa y solidaria islámica; que en marxismo-leninismo. Aunque tampoco estaría del todo mal crear un versión islámica del marxismo-leninismo. Podrían ser los promotores de un socialismo o comunismo islámico. Aunque otros lo promovieren desde puntos de vista demasiado laicistas; ellos lo podrían hacer desde puntos de vista más confesionales.
También deberían abandonar gran parte de los métodos de guerra sucia para impedir que los enemigos occidentales modernos y sus cómplices las aprovechen para engañar, manipular y darles mala imagen; al servicio de la imposición de la mentalidad occidental y los objetivos imperialistas y globalizadores del Mundo Occidental Contemporáneo.
Quizás estas organizaciones además de contribuir a la decadencia y hundimiento de Occidente; también contribuyan a la construcción del nuevo mundo post-occidental, post-moderno y post-capitalista. Otro mundo es posible y necesario. Deberíamos prepararnos.