Exportación
Por Hernán Martínez.-
El gobierno sostiene que estamos exportando cada vez más; sí, es cierto, cada vez más exportamos empresas que se van, jóvenes profesionales con mérito, ciudadanos que viven en la formalidad que buscan un equilibrio, mano de obra capacitada y cuanta persona formada se precie que busca nuevos horizontes por el mal presente que vivimos. Un nuevo producto que estamos exportando es la vergüenza, a través de nuestros representantes, que no hacen más que demostrar que están ahí por casualidad y no por mérito. Esa vergüenza que nos representa a todos, expuesta por un presidente que dice y se desdice según quien tenga enfrente, un canciller que actúa como un verdadero primate, embajadores que protegen funcionarios condenados en su país y podemos seguir con la lista de ineptos que nos representan. Esa vergüenza exportada es producto de la que se genera internamente en este país con la ineficiencia de las instituciones que representan, porque no saben cómo manejarlas. Así la Seguridad, que es una materia que convenientemente no les importa; la Educación, que convenientemente no se desarrolla; la Salud, asaltada por funcionarios que hicieron un gran negociado con las vacunas y que borraron los registros de ingreso de las mismas; la Justicia, a la que atacan para liberarse de los innumerables delitos cometidos. Bien podríamos exportarlos a todos estos a los países que dicen ser sus modelos, como Cuba y Venezuela, así nos sacamos esta lacra que no sirve ni servirá a la Argentina que se viene.
Para que las exportaciones ocurran, hace falta transporte. No sólo el transporte desde el puerto de salida al puerto de llegada, sino el transporte desde el punto de producción al puerto de salida, también hace falta transportar los productos desde el puerto de llegada al centro de distribución y consecuentemente a los puntos de venta. Todo eso se hace con petróleo. ¿Hay petróleo en el mundo? NO, SE ACABÓ.
No digo que se va a acabar, que se está por acabar o que falta poco para que se acabe. Sino que SE ACABÓ, NO HAY MÁS PETRÓLEO.
Esta inmensa picadora de carne que se llama Sociedad Moderna funciona con petróleo y se está deteniendo. Para cuando lo haga por completo habremos vuelto al modo de vida del siglo XIX, iluminándonos con velas, cocinando con leña y andando a caballo (los que puedan tener un caballo).
«El colapso está ocurriendo ahora mismo frente a tus ojos y no lo estás viendo»