Por Juan José de Guzmán.-

En estos días se ha viralizado uno de los muchos videos que youtube rescata del olvido (Tiempo Nuevo, con Neustadt).

En él se observa a su invitado, chinchudo, como tantas veces se lo vio en vida al gran René, expresándole al periodista su visión de la política, la justicia y la honestidad, a la vez que desgranaba su propuesta para la solución del país en 10 puntos que eran los mismos que había escrito para definir la “Misión” del Instituto que hoy lleva su nombre.

Éste, como muchos otros videos de él (todos imperdibles) forman parte de la educación que nuestros hijos deberían recibir en las escuelas.

Porque no recuerdo a ninguna personalidad famosa, como lo ha sido él desde su regreso con gloria desde los EEUU, donde triunfó y fue tentado con una montaña de dólares para que no renunciara a la Cleveland Clinic (donde ya era una celebridad) que amara e hiciera tanto por su patria.

Una anécdota desconocida que rescaté de un libro sobre su vida describe con nitidez el amor que sentía por su Argentina; “no puedo entenderte, amigo, estás cambiando un Cadillac por un Ford a bigotes” le sugirió un cirujano compañero de quirófano de innumerables operaciones al enterarse de su inminente renuncia, “sabés que pasa… ese Ford es mi patria” le respondió.

Los maestros deberían ayudar a sus alumnos a definir en primer lugar el concepto de “prócer”.

Una vez que hayan coincidido en que, al igual que los héroes, son seres dotados de una gran dosis de valentía, honestidad y decencia, cualidades estas con las que identificamos a los prohombres, no les resultará complicado entender por qué razón el Dr. René Favaloro debe ser considerado un prócer.

Nos llenan de orgullo las personalidades que obtuvieron el Premio Nobel, por haber nacido en nuestra tierra y haberse formado en nuestros claustros.

Otro tanto deberíamos hacer con el distinguido y no reconocido en vida Dr. Favaloro (el prócer de los zapatos restaurados con media suela).

Es más, pienso que alguna avenida principal debería llevar su nombre y su rostro tendría que aparecer en alguno de los billetes de nuestra moneda de curso legal.

Sería una forma de reconocimiento póstumo a quien, como la mayoría de los próceres, no recibió los honores que mereció en vida.

Quien quiera ver el video: https://youtu.be/hNc2NUkME4w

Share