Francos y su peligroso enfoque de las tomas universitarias (2)
Por Hernán Andrés Kruse.-
LA SITUACIÓN EN CÓRDOBA
“A comienzos de mayo los estudiantes de la Universidad de Córdoba trataron de impedir la realización de una reunión de decanos de las Facultades de Medicina de todo el país convocados en esta ciudad con la intención de reorganizar la actividad científica y docente de la especialidad. La protesta se incentivó aún más por la presencia de los decanos de las universidades privadas. En realidad, durante todo el mes se produjeron una serie de acontecimientos sindicales y estudiantiles que hacían prever que se estaba frente a las puertas de un conflicto serio. Desde el rectorado y a través de mensajes trasmitidos por radio y televisión se convocaba al diálogo exhortando a los docentes a que aportaran su experiencia a estos problemas que habían costado vidas de estudiantes. La Voz del Interior en una nota de reflexión señaló, a su criterio, cuál era la situación que se vivía en ese momento: “El país está precipitándose en un abismo de perspectivas inciertas y peligrosas…. Haciendo gala de un extraño concepto de autoridad, el gobierno se ubicó en un plano superior y distante de la ciudadanía, siguiendo el impulso de la actitud orgullosa e inexplicable que ha caracterizado a toda su gestión”.
Multitudinarias asambleas criticaban la actitud del rector de la UNC que había resuelto cerrar las puertas de la institución, sosteniendo que ella era una táctica para postergar la reacción estudiantil cuya consigna era contra la dictadura y el sistema. Las movilizaciones estudiantiles fueron reprimidas y ni el más fantasioso hubiera arriesgado la hipótesis que poco después el caos en la ciudad cobraría proporciones jamás registradas en la historia del país. En efecto el 16 de mayo se realizó en Córdoba un paro general convocado por las dos CGT locales y se impulsaba una protesta programada para el 29 y 30 de ese mes. El 18 se celebró una misa en la parroquia del Pilar de la ciudad de Córdoba para pedir por los estudiantes muertos esa semana en diversos puntos del país. Celebración que fue precedida por una marcha que partió desde el lugar donde años antes había caído el estudiante Santiago Pampillón, y estuvo encabezada por los padres Milán Viscovich y Gustavo Ortiz, del clero local y dos jesuitas Padres Dalmacio Sobrón y Guilmanud, de la Universidad Católica de Córdoba (UCC).
Ese mismo día los estudiantes de la Federación de Estudiantes de la UCC manifestaron al Ministro del Interior, Dr. Guillermo Borda, y a la opinión pública que los 3000 estudiantes de esa universidad no eran manejados por grupos extremistas o agitadores profesionales sino que tenían consciencia del momento que vivían, por lo que hacían un llamado al resto de los estudiantes de las Universidades Católicas del país a fin de que se pronunciaran en este momento “en que el silencio era cómplice”; expresando, entre otros conceptos, lo siguiente: “Los estudiantes de la UCC solidarizados con la lucha de nuestros compañeros de la Universidad Nacional, reunidos en asamblea… hemos resuelto llevar un paro activo de 48 horas a partir de las 0 horas del día 21 como acto de denuncia y repudio ante la violencia institucionalizada estructural, materializada una vez más en los tristes acontecimientos que vivimos los argentinos”.
Por su parte, el cardenal Raúl Francisco Primatesta que participaba de la Conferencia Episcopal Argentina, realiza una declaración, el 20 de ese mes, donde reconoce la esclavitud de diverso tipo de la persona y el dominio de un grupo sobre el pueblo, que se hallaba por eso en una situación difícil, lo que impide el pleno desarrollo “según el plan de Dios”. La solución propuesta era un “nuevo orden” sin violencia. Mientras en el Te Deum del 25 de mayo en La Rioja, el obispo Enrique Ángel Angelelli Carletti se despegaba de esa postura pidiendo por los estudiantes muertos y exhortando a la juventud a no vender sus ideales. Cabe recordar que mientras que el gobierno de Onganía clausuraba los espacios políticos en las universidades públicas, en la Universidad Católica (UCC) siguieron funcionando las agrupaciones estudiantiles porque, en teoría, no eran políticas. Dicha institución se convirtió así en uno de los pocos espacios literalmente abiertos y curas y docentes, en un intento de acercarse a la problemática juvenil, debatían las reformas eclesiásticas del Concilio Vaticano II y de Medellín, que intentaban poner en contacto la Iglesia con el mundo.
Entretanto en la ciudad de Córdoba se iba produciendo el acercamiento entre estudiantes y obreros. Los primeros decretaron, el día 21, un paro general que fue apoyado por el sector obrero y por los jóvenes de la UCC deseosos de participar en esta problemática quienes movilizados por los curas tercermundistas se declararon en estado de asamblea y, a partir de ese momento se produjo una ruptura dentro de la Iglesia y el movimiento de sacerdotes tercer mundista que adquirió dimensiones inesperadas a nivel nacional. A su vez varias movilizaciones se produjeron en otras unidades académicas y, el 22, el gobierno nacional declaró a la ciudad de Rosario como zona de emergencia debido justamente al aumento de manifestaciones.
EL CORDOBAZO: UNA PROTESTA QUE MARCÓ UNA ÉPOCA
“El 26 de mayo de 1969 el sindicalismo cordobés había decidido una huelga general de 36 horas, para los días 29 y 30 de mayo, en coordinación con el movimiento estudiantil. El 28 los jóvenes resolvieron adherir al paro obrero decretado para el día siguiente, que dio como resultado una revuelta conocida como “Cordobazo”. Ese 29 de mayo, aprovechando un paro activo decretado por la CGTA, se organizaron columnas de estudiantes y obreros que enfrentarían en la ciudad capital a las fuerzas policiales la que fue rápidamente superada. Máximo Mena, como obrero y estudiante, integraba la columna integrada por unos 3.000 obreros que venía al centro de la ciudad desde la planta de Santa Isabel de la empresa IKA por la ruta Nº 36 y llegó hasta la Avenida Vélez Sarsfield donde desbordó la barrera policial. Más adelante la policía abrió fuego sobre la columna y Máximo Mena, un dirigente radical y obrero del sindicato SMATA que venía luchando fuertemente desde tiempo antes cayó muerto. La noticia corrió y se produjeron varias movilizaciones en distintos puntos de la ciudad.
Los últimos focos de resistencia fueron en el Barrio Clínicas, epicentro de las luchas estudiantiles que tenía sus calles sembradas de vidrios, maderas, escombros y piedras para defenderse. Cabe mencionar que en este proceso todos los que estaban deseosos de participar de la construcción de una nueva sociedad se movilizaron, incluso las mujeres militantes de la UNC y de la UCC tuvieron presencia dentro del grupo de activistas y colaboraban en las reuniones preparando carteles, ensayaban canticos y cebando mates. La ciudad Córdoba vivió tres días de caos, hubo roturas de vidrieras y quema de autos y negocios. La policía desbordada no podía controlar tantos focos de insurrección. El gobernador Caballero solicito entonces la presencia del ejército quien demoro tres días en llegar. La demora en el actuar muchos la adjudicaron a que la sección del Ejército encargada de la tarea estaba en manos del General Alejandro Agustín Lanusse que veía que el régimen de Onganía estaba desgastado y porque creía en la necesidad de poner fin al régimen de proscripción del peronismo dispuesto en la revolución de 1955.
Es interesante destacar que en su libro aquel señala que el autoritarismo de Ongania fue creando el ambiente para la protesta social que concluye en el Cordobazo y las condiciones óptimas para que grupos subversivos salieran a escena. El Cordobazo le costó la renuncia del gobernador el 16 de junio y lo interesante de destacar es que entre esa fecha y marzo de 1971 Córdoba tuvo la presencia de cinco gobernadores, 3 militares y dos civiles. El Cordobazo se inscribe así como un movimiento de protesta de una fuerza social y política integrada por distintas fracciones de la población y con sectores obreros. Varios son los autores que sostienen la conjunción entre la programación de las jornadas de lucha y lo espontaneo de la acción opositora que desbordó los canales o estructuras formales de organización; el padre Milán Viscovich S.J., opinó que era un hecho nuevo en la historia argentina, diferente a todo lo acontecido anteriormente; mientras, otros, hoy hablan de una planificación de los días previos. A 50 años del Cordobazo algunos de sus protagonistas, entre ellos el Dr. Lucio Garzón Maceda, hijo de Ceferino, recordó que la revuelta estuvo planificada por los sindicatos la semana anterior a su ejecución en la parrilla El Manantial donde concurrieron a comer varios de sus líderes. La respuesta del gobierno fue denunciar la existencia de un plan terrorista”.
CONSIDERACIONES FINALES
“La universidad argentina de la primera mitad de la década del sesenta presentaba indicios reveladores de una tradición científica y académica que buscaba su destino. Eso se interrumpe con el golpe militar encabezado por el general Juan Carlos Onganía en 1966, que modificará sustancialmente el mapa universitario hasta la finalización del proceso militar. La descomposición y los avatares que tuvo que pasar la educación superior en esos años fueron enormes. A partir de 1968, se intensificó el accionar de estudiantes y obreros contra Onganía y obviamente la confrontación fue más que evidente. Las protestas se hicieron cada vez más masivas en el país a lo largo del año siguiente, emergieron en escena las barricadas, las bombas incendiarias y también los atentados con explosivos. Paralelamente la represión policial se intensificó: aparecieron los gases lacrimógenos, carros hidrantes con agua coloreada y corridas con caballo en los cascos céntricos, a su vez las detenciones, inclusive a menores y mujeres, aumentaron.
Mientras la conflictividad social crecía, muchas organizaciones políticas, sindicales, culturales, universitarias y religiosas atravesaron un intenso proceso de radicalización política. Distintos agrupamientos con diversas trayectorias ideológicas, que provenían del peronismo, de la izquierda tradicional, del nacionalismo o del catolicismo, convergieron en torno a una cultura política común que se expresaba en prácticas y discursos que hablaban de liberación nacional, socialismo y revolución. Ello fue cuestionando el orden social lo que se manifestó en las grandes revueltas y movilizaciones populares desatadas a partir del Cordobazo. Después de esa protesta se produjo una aceleración de la historia en donde se impuso y profundizó una nueva izquierda, una nueva sociedad, con una “reinterpretación” del peronismo que intentaba reunir la experiencia histórica del primer peronismo con el socialismo cubano, a partir de una formación de ideas, imágenes y esquemas de acción. El intelectual involucrado con las luchas y la reivindicación de las culturas populares, con su nueva identidad, profundiza su misión en los ‘70 y, a su vez, abrió el camino de regreso al peronismo. Pero eso es otra historia”.
(*) María Cristina Vera de Flachs (Miembro de número de la JPHC): “Las universidades argentinas en tiempos del Cordobazo” (trabajo realizado dentro del Grupo de Investigación “Historia y Prospectiva de la Universidad Latinoamericana”, Colombia).
Para que haya un Cordobazo, tuvo que existir un SEÑOR como lo fue AGUSTIN TOSCO (con todas las letras)
HOY la situación es mucho más sencillas, NADIE está en condiciones de liderar una protesta NADIE
Y todo sería mucho más fácil si milei aplicase la Ley de Administración
Financiera, puesto que NADIE puede recibir fondos públicos sin rendir cuentas
LO QUE SU VEZ REVELA que, l SIGEN y la AGN están de más o al pedo y solo son un sello, para que «el oficialismo y la opo estén contentos» y salven las formas
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La política discute sobre lo que no existe
Joaquín Morales Solá
Fuente; La Nación
(*) Notiar.com.ar
20/10/024
Las discusiones electorales son también absurdas. Un sector del mileísmo (Karina Milei, por ejemplo) pone en discusión una probable alianza electoral con Pro. La última encuesta de Poliarquía contiene una lección para la hermana del Presidente. Midió a Cristina Kirchner y a Karina Milei como candidatas en la provincia de Buenos Aires, donde el próximo año se elegirán diputados nacionales, no senadores. Cristina Kirchner le ganaría a Karina Milei por ocho puntos (33 a 25). Pero si la hermana presidencial fuera en alianza con Pro alcanzaría los 40 puntos. Le ganaría a Cristina por 7 puntos. En esa encuesta, Karina Milei aporta sus 25 puntos y Diego Santilli, del partido de Mauricio Macri, contribuiría con 15 puntos. Juega en contra de la estrategia de Karina Milei una información de Poliarquía: Macri subió 5 puntos en la simpatía social, y ahora cuenta con 31 puntos a favor. En la vereda de enfrente, la supuesta discordia entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof por el liderazgo del peronismo es igualmente ridícula. En primer lugar, ninguno de los dos es peronista. Cristina se imaginó siempre a sí misma como una instancia superadora del peronismo, que debería ser reemplazado, según ella, por una variante más de izquierda, bolivariana si se quiere. Kicillof viene de la izquierda universitaria; es un economista más cercano a Marx que a Keynes. El peronismo calla. Es célebre la vocación ciega del peronismo por la obediencia. Ya que han puesto de moda a Isabel Perón, es conveniente evocar que durante toda la década del 80 el peronismo se inclinaba ante ella, sin objetar nada, sin recordar nada. Llevaba el apellido Perón, justificaban los peronistas, y con eso les bastaba. Isabel fue una pésima presidenta de la Nación, que ayudó a instaurar la represión ilegal del Estado (con la Triple A de López Rega) frente a los crímenes de la insurgencia guerrillera, práctica que luego siguieron y perfeccionaron los militares, y colocó al país en medio del caos político, económico y social. Su influencia duró hasta que otro peronista, Carlos Menem, ganó una elección presidencial sin el dedo de Isabel. Nadie se puede explicar que una mujer sensata, como lo es la vicepresidenta Victoria Villarruel, haya decidido rehabilitar a un personaje que estaba bien guardado en el desván de la historia. Sucede lo mismo con Cristina Kirchner: el peronismo le teme, no ha sido seducido. ¿Saben todos ellos qué país los aguardará dentro de un año? No, ninguno. “Una semana es mucho tiempo en política”, decía el escritor y diplomático británico Harold Nicolson. Un año de política argentina se parece, entonces, a la eternidad.
Dos encuestadoras, Poliarquía e Isonomía, tuvieron resultados aparentemente contradictorios en su última medición. Mientras para Isonomía Milei lleva dos meses con la simpatía popular en caída, sobre todo en lo que se refiere a la aprobación de su gestión, para Poliarquía el Presidente logró recuperarse en octubre del descenso que sufrió en septiembre. El aspecto más novedoso de ambas encuestas es que el jefe del Estado conserva entre un 42 y un 52 por ciento de aprobación de su gestión. Novedoso porque no hay muchas experiencias, ni aquí ni en el exterior, de un ajuste de la economía tan fuerte como el que aplicó Milei sin grandes consecuencias sociales. Algunos analistas de opinión pública suponen que el fenómeno se debe a que el Presidente no tiene a nadie haciéndose cargo de una alternativa a él. Macri no puede elaborar un discurso de cerril oposición a Milei porque simplemente coincide con muchas de sus políticas, aunque disienta en la manera de instrumentarlas. No descarta, además, una alianza electoral el año próximo. El peronismo está pendiente de Cristina Kirchner, y ella solo habla de sí misma y de la interna partidaria. Cristina debe atravesar, además, la inminente sentencia de la Cámara de Casación por la corrupción en Vialidad en beneficio de Lázaro Báez. Es el caso que ya pasó por un juicio oral y en el que fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Oportuna aclaración: la inhabilitación para ejercer cargos públicos no es una decisión que el juez pueda tomar o no. Es una pena inherente a la condena por administración fraudulenta del Estado, que es el delito que la Justicia le atribuye hasta ahora a la expresidenta. Ya votaron dos de los tres jueces de la Cámara de Casación (Mariano Borinsky y Gustavo Hornos) y falta el tercer voto, el del juez Diego Barroetaveña. La sentencia se dará a conocer el 13 de noviembre. Si la resolución de Casación fuera igual a la del tribunal oral, Cristina Kirchner apelará seguramente a la Corte Suprema, última instancia de la Justicia. Solo una resolución del máximo tribunal del país convierte una sentencia en “firme” y “definitiva”. La Corte no tiene plazos legales para expedirse, pero se los impondrá la opinión pública. Cristina Kirchner no es Menem, que se alejó del ejercicio activo de la política después de 2003; solo fue un senador más durante los años restantes. Al revés, y tal como se ve en los últimos días, Cristina no resigna su papel protagónico en el peronismo ni en la política. Aspira a liderar ese partido que no es suyo; a escribir el año próximo con su lapicera los nombres de los candidatos a legisladores nacionales y a elegir al candidato presidencial de 2027. La sociedad le reclamará a la Corte que decida cuanto antes si ella está en condiciones judiciales –o no– de hacer todo eso.
Aquella encuesta de Poliarquía que coloca a Cristina Kirchner ganándole a Karina Milei en la provincia de Buenos Aires no es una buena noticia para la economía. Ya le sucedió a Macri: cuando Alberto Fernández ganó las elecciones primarias de agosto de 2019, al entonces presidente le restaban cuatro meses de gestión, pero nunca pudo controlar las variables económicas a partir de ese triunfo kirchnerista. Los inversores se espantan; los argentinos que pueden corren a comprar dólares, y los empresarios suben los precios de sus productos por las dudas. No sucederá eso ahora, pero es, por el momento, una mala novedad. Mientras tanto, nunca antes se había visto un apoyo social tan importante a decisiones profundas de la economía; a resoluciones que cambiarán la idea del Estado que tenían los argentinos, y a la reinstauración de una noción del orden público. Todo debe decirse: la ministra de Seguridad, Bullrich, perdió seis puntos de simpatía popular en los últimos dos meses, según Poliarquía. En cambio, la participación del ministro de Economía, Luis Caputo, en el seminario de IDEA se pareció a la actuación de un rockstar, salvo por la división que provoca entre los empresarios el cepo al dólar. Algunos comparten el criterio del ministro de que no es necesario levantarlo para que crezca la economía, pero otros sostienen todo lo contrario. No habrá una importante reactivación de la economía con cepo al dólar, dijo uno de los más destacados empresarios. Caputo respaldó su opinión sobre el cepo con ejemplos (China, Corea del Sur, Chile) que son muy distintos de la Argentina. Es probable que al Caputo ministro lo persiga la traumática experiencia como presidente del Banco Central de Macri, cuando no pudo frenar las corridas cambiarias. El cepo es más seguro. Para él.
Al argentino común le va mal “en su metro cuadrado”, como describe uno de los más sagaces analistas de la sociedad. Es cierto: las tarifas de los servicios públicos son muy altas para los ingresos de los argentinos, y encima suben constantemente las expensas, las prepagas y los medicamentos. Nunca fue más cierto que ahora el argumento de que “no hay plata”. Y no la hay también porque la emisión de dinero espurio está prohibida. La clase media es la principal afectada (los sectores más pobres tienen subsidios y ayudas estatales de las que carecen los sectores medios), pero es a la vez el estrato social que intuye que las decisiones de Milei, las que toma sin insultar ni agraviar a nadie, podrían cambiar definitivamente el país. Esos argentinos se detienen, sobre todo, en el fin del descomunal gasto público; en el consecuente superávit fiscal; en la baja de la inflación; en las desregulaciones de la economía que anuncia el ministro Federico Sturzenegger; en la boleta única para votar el año próximo, o en la decisión de privatizar Aerolíneas Argentinas. Vale la pena releer el discurso del presidente de IDEA, Santiago Mignone, porque le reconoció al Gobierno lo que es ponderable, pero le reclamó también la designación de jueces irreprochables, probos y con formación intelectual (Ariel Lijo estaba sin estar) y el respeto a la Constitución y a la libertad de prensa y de expresión. Impecable.
Todavía no se sabe si habrá elecciones primarias (PASO) el año que viene, pero lo más probable es que las haya. Solo una ley del Congreso con la aprobación de la mayoría absoluta de las dos cámaras podría suprimirlas; es el procedimiento que indica la Constitución para las leyes electorales. Hay poco tiempo: este año se está agotando, y no se pueden –ni se deben– tomar decisiones electorales en un año electoral, como será el próximo. Encima, todavía falta el azar: la política depende también de hechos inesperados o inevitables, que son siempre inasibles para los políticos profesionales o amateurs.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El discurso anticasta se desmorona y hay que buscar un nuevo relato
Jorge Fernández Díaz
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
20/10/024
“Todo lo que crece acrecienta su propia capacidad de autodestrucción”, escribe la novelista Amélie Nothomb. Y esa ley general vale muy especialmente para la política: sugiere el ensayista Giuliano Da Empoli que los outsiders de La Nueva Derecha llegan en un relámpago y al comienzo crecen exponencialmente en su popularidad, pero salvo excepciones que confirman la regla (Orbán se hizo autócrata, Meloni gobierna con doble discurso), estos agresivos líderes populistas caen al tiempo vencidos no por acción de rivales astutos u originales sino por culpa del mismo temperamento que los encumbró. Sus personalidades extravagantes y feroces –cruciales para el ascenso– les impiden detener luego la máquina incesante de generar y pulverizar enemigos.
Y, en consecuencia, se les vuelve imposible alcanzar alianzas consistentes de gestión, gobernabilidad y supervivencia. Muchos han sido incapaces de cambiar en el poder, enamorados de su personaje proselitista y de la tentación de la campaña eterna, y con el paso de los años dejaron un tendal de personas resentidas frente a sus impericias variadas (hijas de un “decisionismo” caprichoso y volcánico) o de adherentes que acabaron indigestados por tragar muchos sapos y con tortícolis crónicas de tanto mirar para otro lado. Estos últimos ciudadanos pueden actuar como sucede en las relaciones románticas: quien se ha traicionado a sí mismo una y otra vez para adaptarse al otro, un día despierta y detesta con toda su alma a quien lo obligó consciente o inconscientemente a semejantes contorsiones y servidumbres. Es por eso que se pasa, como dicta el sabio refrán, del amor al odio en un segundo. Cuidado con ese peligro cierto, porque causas tan sensibles como los jubilados o la universidad pública suelen poner a prueba no la tórrida y ciega pasión del fanático, sino la lealtad del amante paciente, lúcido y rumiante.
Quizá Javier Milei sepa evitar este sino de autodestrucción del outsider. Por lo pronto, parece haber en su Triángulo de Hierro una conciencia secreta del riesgo que representa el conflicto abierto con los universitarios –Chile es un recuerdo fresco e inquietante–, y también la necesidad de resetear cuanto antes el relato libertario. Agustín Laje, acaso el mayor referente intelectual de La Libertad Avanza y un gran estudioso de Gramsci y de las tácticas de Laclau, admitió esta semana ante Perfil que el concepto “casta” se había desgastado y perdía fuerza, y que en la actual fase habría que “inventar un nuevo lenguaje: a mí me ha gustado mucho lo del Partido del Estado”, una ocurrencia al paso pronunciada por el León durante una conferencia. Según Laje, allí puede anidar la nueva cosmética del enemigo (para seguir con Nothomb), un colectivo lleno de “malos” con el cual polarizar en el segundo tiempo: el Partido del Estado mete en una misma bolsa a radicales, kirchneristas, justicialistas, algún segmento de Pro, Elisa Carrió, y también “al periodismo, el sindicalismo y una parte del sector educativo”.
La definición del autor de “Globalismo” y “La batalla cultural” es importante por varios motivos. En principio, porque revela el modo en que esta hiperderecha piensa su literatura divisionista y sus argumentos agonales. Imitación especular de su némesis –el populismo de izquierda– se permite inventar a gusto y piacere una línea entre probos y réprobos –los argentinos de bien contra las lacras- para cohesionar, inhibir y demonizar, y para mantener vigente con este trazo grueso su épica. Esa burda metodología habilita a castigar al periodismo, pero solo al que no se aviene a ejercitar la más ampulosa o sibilina obsecuencia. Ya lo decía Diderot: “Aquellos que teman los hechos tratarán siempre de desacreditar a los buscadores de hechos”. Y Trump lo dejó muy claro en 2018: “¿Saben por qué los ataco? Para desacreditarlos, así cuando escriben historias negativas sobre mí, nadie les cree”. Uno de los grandes impulsores de las fake news dijo al fin una verdad del tamaño de una catedral. Los teóricos de la hiperderecha saben que, para consolar a sus votantes más frustrados, deben “vengarlos”. Es decir, castigar a cualquier personaje de las elites políticas o del establishment, y hacerlo culpable de sus padecimientos. Pueden tardar en sentirse los buenos resultados económicos, pero al menos esa “revancha” diaria calma la espera. Ajusta, pero vapulea. Aunque el general Ancap y la arquitecta egipcia, claro está, no necesitan corpus teóricos que avalen su natural deseo de insultar y deslegitimar a los medios de comunicación.
La idea de reacomodar los contornos de la grieta para ingresar en la nueva campaña electoral muestra en la Argentina a un grupo iluminado y a una transversalidad que lo reconocería como tal, pero lo más relevante no es esa narrativa sino el reconocimiento implícito de que el discurso anticasta ya no es verosímil. Y no lo es porque el enemigo de todos los partidos nacionales acaba de fundar uno, porque el purista colocó a Daniel Scioli y a otros rancios dirigentes de la vieja política en su gabinete, porque el antagonista de los pactos espurios vive haciendo esos pactos, porque el oponente despiadado del kirchnerismo negocia favores bajo la mesa con los muchachos del Instituto Patria y porque el paladín que venía a destruir los privilegios otorgados por la Carta del Lavoro se niega a avalar en el Congreso la reforma de la ley de asociaciones sindicales.
Es interesante la reacción subterránea que hasta los empresarios más entusiasmados con la administración Milei tuvieron en el Coloquio de IDEA: allí primó la preocupación por la personalidad iracunda del Presidente, y por su incapacidad para avanzar un paso más allá del simple blindaje parlamentario a sus vetos. Quieren que su experimento macroeconómico salga bien, pero temen la ferocidad, el desdén por los consensos perennes y el desgano por fortalecer las instituciones. No es súbito amor republicano, sino pragmatismo de inversores a largo plazo, deseosos de reglas y de un clima menos tempestuoso. Temen, en realidad, que el outsider, como otros de su linaje, se empecine ciegamente en seguir acrecentando su capacidad de autodestrucción.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Isabel Perón: la reivindicación de una presidenta que plantó el terrorismo de Estado en la Argentina
Pablo Mendelevich
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
20/10/024
Isabel Perón no es una mujer viuda que “en soledad debió soportar más de 40 años de persecución y ostracismo”. Para nada se ajusta a la verdad lo que dice Victoria Villarruel. Persecución, en todo caso, “sólo” sufrió durante los cinco años tres meses y once días que los militares la tuvieron presa “a disposición del Poder Ejecutivo”, mucho más tiempo del que habían sido encerrados Hipólito Yrigoyen y Arturo Frondizi en Martín García.
Villarruel suele mostrar empatía con las Fuerzas Armadas que dieron el golpe de 1976, lo que vuelve más extraño el súbito arrebato isabelista que se le despertó el jueves pasado, 17 de octubre, hacia la presidenta destituida. “Quiero reivindicar su figura”, tuiteó al difundir fotos que se sacó al visitarla en Madrid.
Ostracismo le decían los griegos al destierro político. Pero Isabel Perón, que se fue del país cuando tenía 22 años y volvió en 1973 para gobernarlo, al ser liberada se volvió a España, donde por propia decisión perfeccionó su acento castizo. Así también se retiró de la política. Alguna vez declaró que ella sabía que no estaba capacitada, pero que el destino la puso ahí. En 1985 dejó de figurar como titular del Partido Justicialista.
Lo que es cierto es que su impar ostracismo voluntario, si se quiere decir así, se combinó con el intenso e indisimulado esfuerzo del peronismo por olvidarla. Esfuerzo que Cristina Kirchner acentuaría a partir de 2007 por motivos personales: pretendía ella ser la primera mujer que presidía la Argentina sin importarle que Isabel Perón figuraba desde mucho antes en libro Guiness de los récords como la primera mujer en el mundo que había ejercido la jefatura de un Estado con el título de presidenta de la Nación.
En este aspecto, Villarruel tiene razón. La viuda de Perón fue barrida debajo de la alfombra. Pero eso se debió a un motivo de tremenda trascendencia histórica que la vicepresidenta ni siquiera roza. El gobierno de Isabel Perón no solo fue caótico, perdió por completo el control de la economía e hizo uno de los más impiadosos ajustes de la historia (el Rodrigazo), sino que plantó en la Argentina el terrorismo de Estado. La organización terrorista que funcionaba en el Ministerio de Bienestar Social conducido por José López Rega, la Triple A, asesinó, secuestró y mandó al exilio a centenares de personas. Según la Conadep, bajo aquel gobierno peronista hubo un millar de desaparecidos y asesinados.
Es una curiosa paradoja: el peronismo viene escondiendo a Isabel Perón desde el siglo pasado, esencialmente porque no puede explicarla (ni a ella, ni a López Rega), pero Villarruel la rescata del olvido negando también su responsabilidad en el baño de sangre de los 70, tema que se supone es para la vicepresidenta un asunto primordial. No termina de entenderse el desorden ideológico encendido en un contexto de tensiones endógenas.
“Hoy se termina la proscripción de Isabel Perón”, expresó entre otros sinsentidos Villarruel, mientras en un segundo gesto inesperado inauguraba un busto de quien fuera antecesora suya en la presidencia del Senado. Desde luego, el extemporáneo discurso laudatorio pasó por alto el dato de que durante los nueve meses que Isabel Perón fue vicepresidente solo presidió una sesión de la cámara. ¿De qué proscripción habla? ¿Nunca supo Villarruel que el Congreso hasta sancionó en 1984 una ley a medida de Isabel Perón por la cual carecen de validez jurídica los procesos judiciales y las confiscaciones por ella sufridos y que el presidente Carlos Menem en 1995 la indemnizó con cuatro millones de dólares?
Para sostener esta nueva disonancia con el gobierno al que pertenece, la vicepresidenta encomia con fervor “la conducta moral” de Isabel Perón y esquiva toda referencia a sus niveles de idoneidad. “Hizo del silencio un martirio”. ¿Para proteger a quién? ¿A Casildo Herreras, quien en 1981 fue a esperarla a Barajas con un ramo de flores? ¿A Massera, que la apañó en el seno de la Junta Militar? Un 17 de octubre de los más raros.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El regreso de Cristina preocupa a Milei
Eduardo van der Kooy
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
20/10/024
Daron Acemoglu, de origen turco, fue uno de los galardonados con el Premio Nobel de Economía 2024. Resultó acompañado por los británicos James Robinson y Simon Johnson. Los tres desarrollaron la teoría de que los países de crecimiento sostenido, con regímenes inclusivos, son poseedores de instituciones políticas y económicas sólidas. Acemoglu, en declaraciones periodísticas, arriesgó aún más. Opinó que siempre sería preferible que instituciones fuertes se combinen con líderes débiles o moderados.
Esa valoración circularía como una corriente contracultural en la Argentina. Aplica a los 40 años de democracia, y mucho más. La fotografía política de este tiempo lo corrobora. Javier Milei absorbe la centralidad de la escena. Absolutamente todo gira a su alrededor. Se va produciendo el regreso de Cristina Fernández como cabeza de la oposición principal. El paralelismo encierra, sin embargo, diferencias. La ex presidenta formó parte durante 16 años de un sistema hegemónico de poder. El líder libertario mantiene una vigencia de 10 meses sostenido sólo por su vínculo con una mayoría de la sociedad. Sin soporte partidario e ínfima inserción institucional. Le alcanza, pese a todo, para zamarrear el árbol cada vez que se lo propone.
Cristina supo maniatar las instituciones conduciendo un movimiento (el peronismo) que durante muchísimo tiempo le obedeció sin chistar. Milei ensaya un recorrido similar apelando al insulto constante y a las provocaciones. No se trata simplemente de un asunto de estilo personal, como justifican muchos de sus aliados políticos o también parte de los empresarios del Coloquio de IDEA que lo ubican como un defecto de carácter. Los opositores “son delincuentes”. El Congreso “un nido de ratas”. Los periodistas, “ensobrados y mentirosos”. De otro modo, atiza como el kirchnerismo una grieta y una confrontación (ellos o nosotros) que impide a la sociedad hallar algún punto de encuentro para buscarle solución a sus problemas.
Casi no existe registro que el Presidente se aparte de su visión fanáticamente economicista para explicar la realidad. Nunca se le escuchó, ni ahora ni durante la campaña, alguna consideración sobre su entender de la democracia, del sistema de partidos, de la interacción política, de la conveniencia de la alternancia en el poder. Sus parámetros excluyentes son el equilibrio fiscal y la lucha contra la inflación. La política sería esa. Constituyen, por otra parte, los amarres más consistentes que posee con una sociedad que, como en otras épocas de trauma y crisis, estaciona su atención en las cuestiones materiales.
Por esa razón sorprendió que el Presidente haya mechado en un reportaje un mensaje de contenido político para afrontar el largo conflicto que viene sosteniendo con la Universidad. Comentó que la “universidad pública y no arancelada no están en discusión”. Ha comenzado a transcurrir un fuerte debate interno en el Gobierno por la prolongación de un conflicto que tuvo su primera alerta en abril: fue aquella multitudinaria manifestación estudiantil en defensa de la educación pública.
De ese mojón fundacional del pleito se llegó con la ajenidad del Gobierno a esta época de toma de facultades y paros de docentes y no docentes. Tampoco la fisonomía sería aquella de abril. Han terciado los partidos políticos. La intolerancia de muchos militantes contra la provocación de libertarios. También, con el fin de año a la vuelta de la esquina, la voluntad de miles de estudiantes para que las clases no se interrumpan por el riesgo de perder el año.
Milei ha procurado dar un giro para intentar salir del atasco. Tomó como bandera de lucha la auditoria de las universidades que, a su criterio, se resistirían a aceptarlas. No existe ninguna constancia de que sea así. Pero la narrativa presidencial rescató tal idea movida, al parecer, por una comprobación: el 60% de sus votantes, de acuerdo con números que lee la Casa Rosada, manifestaría disconformidad con que el equilibrio fiscal se mantenga a costa de la educación pública y el retaceo a los jubilados. Fue entonces cuando Milei enlazó en el imaginario social la supuesta vinculación de la UBA con “la casta”. El demonio que le permitió ganar las elecciones. Gastos superfluos, derroche, derivación de fondos a la política que, en verdad, suceden.
El interrogante sería conocer por qué motivo el Gobierno tardó 10 meses en tomar ese rumbo. Con el conflicto estaba desplegado. ¿Quizás un vínculo fuerte entre Santiago Caputo, el joven asesor de Milei, y el radical Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA?. Cuando todavía no había asumido como jefe de Gabinete, Guillermo Francos le informó al Presidente que ninguna auditoria eficiente sería factible sin la derogación de un decreto de Carlos Zannini que, en 2022, como procurador del Tesoro de Alberto y Cristina Fernández, corrió del medio a la SIGEN para aquel menester.
La semana pasada el Gobierno repuso las facultades del organismo. Que se suele complementar en ese trabajo con la Auditoria General de la Nación (AGN), pendiente de su integración completa por diferencias de los libertarios con el PRO. De todos modos, funciona con cuatro de sus siete miembros. El Gobierno anunció que la prueba piloto se hará en la Universidad de La Matanza, en Buenos Aires. Sensores activos para Axel Kicillof. Los expertos realizan algunas advertencias: los resultados de las auditorias llevan tiempo. Cualquier dato parcial podría ser utilizado como fuego de artificio. Otro obstáculo: la SIGEN, que conduce Daniel Blanco, demandará más empleados para poder desarrollar auditorías. Justo cuando el ministro Federico Sturzenegger anunció en IDEA que se viene “la motosierra profunda”.
El Gobierno requiere esa información para correr el foco de la batalla. Sacarlo de los estudiantes y posarlo sobre las autoridades universitarias. La corporación, “la casta”. Aquellos que habrían llevado a la decadencia a la Argentina. La mejor manera de defender las cuentas públicas y el equilibrio fiscal. Al margen de esas metas y de las necesidades políticas la realidad emite otra imagen: el presupuesto educativo es ahora el más bajo desde 1992.
Milei se sobresaltó también por otros números. Uno de los encuestadores que le acerca con frecuencia información exhibió un relevamiento último. Cristina sigue figurando entre los tres políticos con peor imagen. A la hora de los bifes las percepciones variarían. La ex presidenta, en su crepúsculo, concita entre el 30-32% de votos nacionales. Medida en Buenos Aires alcanzaría el 40%. Nada despreciable para una elección legislativa, primer examen que le aguarda al líder libertario.
Se activaron enseguida dos planes oficiales de acción. Catarata de críticas contra el kirchnerismo y recordatorio de su pasado en el poder. Corrió por cuenta de Milei y de Luis Caputo, en IDEA. Sorprende cada día la vulgaridad con que se expresa el ministro de Economía. En simultáneo ocurrió otro episodio. Renunció el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo. Su reemplazante es María del Carmen Tettamanti. Una especialista en regulación energética cercana a Mauricio Macri.
El enroque podría haber sido una derivación de la última conversación entre el ingeniero y Santiago Caputo. Aunque la historia se comenzó a escribir antes: en los contactos que mantuvo en aquella secretaría Emilio Apud, ex funcionario del área en la crisis del 2001. Habrá que aguardar si otros hombres macristas descienden en el ministerio de Capital Humano, de Sandra Pettovello, donde se produjeron tres vacantes. Ese acercamiento podría ser el anticipo de una amalgama electoral entre La Libertad Avanza y el PRO para 2025.
Macri quiere proteger su bastión, la Ciudad, y evitar la competencia libertaria. Al Presidente lo comienza a obsesionar Buenos Aires. Por los números que muestra Cristina y el propio Kicillof. Está convencido de que para afianzar su poder debe triunfar en el principal distrito electoral. Para que no le suceda lo que a Néstor Kirchner y Cristina en 2009. Ganaron el país, pero perdieron la provincia. El balance final resultó negativo. Desde entonces nunca más se impusieron en una elección de medio término.
¿Sería conveniente que Milei reponga al kirchnerismo y a Cristina en el centro de la escena? ¿No podría potenciar a una líder y a una oposición declinantes? La ex vicepresidenta no tuvo la recepción interna que esperaba. Silencio de los gobernadores y un audaz reto del riojano Ricardo Quintela para presidir el PJ. Juego de equilibrio de Axel Kicillof que halagó todo lo que pudo a la dama, pero no se pronunció sobre la revalidación de su liderazgo. No podría: si quiere ser candidato en 2027 no debería convertirse en un Alberto Fernández anticipado. Cristina no lo acepta y brama. El gobernador gozó cuando el gentío coreó “Axel Presidente” en el acto por el Día de la Lealtad.
La imagen de ese encuentro asemejó a puro pasado. Sin futuro. La realidad aflora saturada por tantas de esas cosas. Victoria Villarruel, la vicepresidenta, hizo un llamado a la unidad nacional abrazada a Isabel Perón, a quien visitó en Madrid. Los jóvenes libertarios, para no ser menos que “La Cámpora”, lanzaron la agrupación “La Carlos Menem”. El Gobierno se embarcó en una disputa por el fútbol contra Claudio Tapia, el titular de la AFA. Tiene frentes políticos y sociales infinitamente más delicados que atender. El inefable dirigente fue reelecto, un año antes de concluir su mandato, por una mayoría abrumadora. La sede del fútbol argentino radicó su domicilio en Buenos Aires para estar bajo la órbita cómoda de Kicillof. La Inspección General de Justicia impugnó todo lo resuelto. Deberá conformarse con una larga e incierta batalla judicial: la idea de una intervención se cayó por una posible sanción de la FIFA a los clubes argentinos.
Demasiados absurdos para un solo país.
CUANDO SE EXPLICA «LA LEY DE ATRACCIÓN», INEVITABLEMENTE
SE ALUDE AL YA OXIDADO APOTEGMA : «LOS PÁJAROS DE UN
MISMO PLUMAJE TIENDEN A AGRUPARSE».
CHANTAAA !!! . . . COMO DIRÍA EL CHUECO, NUESTRO FILÓSOFO
AQUÍ EN EL RIOBA. ESCRUTEMOS LA PESADÍSIMA PROSA DE
JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ Y DEBEREMOS RENDIRNOS ANTE LA
EVIDENCIA DE QUE UN LECTOR APASIONADO DE SUS ESCRITOS
NO PODRÍA SER OTRO QUE EL COMPAÑERO HERNÁN KRUSE,
QUIEN, SI DE PROSAS NARCOTIZANTES SE TRATARA, SE
LLEVARÍA EL MÁXIMO GALARDÓN.
EL AMIGO HERNAN ES ROSARINO, EN LA JERGA POLITICA SON CONOCIDOS COMO «COMEGATOS».
DESDE UN FAMOSO EPISODIO OCURRIDO EN 1996, FILMADO Y TRANSMITIDO A TODO EL PAIS EN UNA PROTESTA POLITICA CONTRA EL HAMBRE.
HABIA VARIOS MICIFUCES SOBRE EL ASADOR Y MUCHOS COMENSALES SONRIENDO POR LA FUTURA COMILONA.
HACE POCO SE DESCUBRIO CIENTIFICAMENTE LA IMPORTANCIA DE LA FLORA INTESTINAL EN EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CEREBRAL.
TAMBIEN SE LLEGO A LA CONCLUSION QUE LA CARNE DEL ANIMALITO MENCIONADO, PUEDE TRAER «DELIRIUS TREMENS».
DE OTRA MANERA NO SE EXPLICA ALGUNOS ESCRITOS DEL MENTADO PROFESOR DE LA CENTRO IZQUIERDA KAKARULA.
GORDO JUEPUUTAA !!!, YA NO SERÁS MÁS EL » BBBÑÑÑLLLSSS
DE LA NACIÓN » COMO REZABA TU TARJETITA PERSONAL PERO
ME SIGO CAGANDO DE RISA COMO LO HACÍA CON EL «PATORUZÚ»
DE LOS AÑOS CUARENTA. ASOCIAR ESA HIPÓTESIS DE QUE EL
DELIRIUMS TREMENS PODRÍA SER OCASIONADO POR CONSUMIR
CARNE GATUNA Y RELACIONARLO CON LOS COMEGATOS DE LA
CHICAGO ARGENTINA DONDE RESIDE PAPITO KRUSE, ESTÁ PARA
AGENDARLO.
VEROSÍMIL O NO DICHA HIPÓTESIS, NO IMPEDIRÁ QUE SIGA
CAGÁNDOME DE RISA COMO CON AQUELLA «PATORUZÚ» DEL
INOLVIDABLE DANTE QUINTERNO.
EL GORDO VILLANUEVA, ES UN ASIDUO CONCURRENTE AL CAFE DE LOS MUCHACHOS DE IRONICS.
SOLO QUE ULTIMAMENTE, PARTICIPA POCO EN EL SITIO PUESTO QUE SU ECONOMISTA PREFERIDO, MILEI, LO TIENE OCUPADO CON TRABAJOS DE PROYECCION ECONOMICA.