Por Luis Alejandro Rizzi.-

En política hay un principio que se debe tener en cuenta, que es el punto de resistencia de la sociedad.

Es difícil detectarlo, pero no es tanto presentirlo; por eso el sentido común me dice que estamos cerca del límite.

Sin embargo, la insensibilidad política del gobierno lo lleva a anticipar conflictos, como la amenaza de vetar toda ley que impida tener superávit fiscal de 1,6 del PBI, como si ello fuera virtuoso en sí mismo.

Los gobiernos se ponderan por su contribución al bien común. Dicho de otro modo, por la calidad de sus decisiones y de sus resultados, porque una buena decisión puede ser mal ejecutada.

En el contexto actual, el resultado fiscal positivo se debe sólo a un “Toc neurótico” del gobierno, porque se debe a la paralización total de la obra pública, no sólo en ejecución sino en mantenimiento, hecho aún más grave.

En la sesión del miércoles pasado de Diputados se advirtió que varios diputados provinciales “amigos del gobierno” no sólo conformaron el quórum para habilitar la sesión, sino que votaron a favor de los proyectos de ley, en especial el incremento para los jubilados, y la “emergencia en discapacidad”, lo que pone en evidencia que los gobernadores comienzan a ponerse serios con el gobierno, anticipando el voto favorable en el senado.

El gobierno fue incapaz de presentar alguna alternativa para abrir una posible negociación para ofrendar al FMI el superávit fiscal, para amortiguar el incumplimiento respecto del nivel de reservas.

Muestra su carencia de voluntad para solucionar el conflicto del Garrahan, mantiene congelado el “bono” para los jubilados y congela los fondos para atender a personas con discapacidades, justificando la decisión en la corrupción que hubo en la adjudicación de esos beneficios.

En esos supuestos se deben verificar y denunciar los fraudes cometidos e intentar recuperar los fondos y procesar a los responsables de su otorgamiento

El gobierno se ampara en la corrupción para justificar su parálisis, pero las “fuerzas del cielo” no vacilan en negociar con cualquier demonio para evitar que se cite a Karina Milei para dar explicaciones sobre su intervención y participación o eventuales aclaraciones en el caso $LIBRA.

Todo indica que de acá a las elecciones el gobierno transitará por un sendero estrecho de una sola mano, con el riesgo que ello implica; cualquier obstáculo, por mínimo que sea, podría convertirse en un muro de piedra.

El 70% de la sociedad está en zona de pobreza, incluso si lo miramos estadísticamente. Hoy una familia tipo necesita un ingreso mínimo de 3,5 millones por mes, casi el piso de ingresos del décimo decil de la población, según mide el INDEC.

La otra amenaza para después de las elecciones es el tipo de cambio y el atraso de precios que regirá hasta el 26 de octubre.

El gobierno tiene una alternativa: negociar los proyectos de ley sobre jubilaciones y emergencia en la discapacidad, recomenzar con la obra pública. Debería resignar superávit fiscal por consenso, sumaría puntos que por ahora estaría perdiendo.

En la vida y menos en la política, no se puede todo. Jugar con fuego es peligroso.

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