Por Carlos Tórtora.-

Y finalmente el gobierno consiguió plasmar una contraofensiva: en el mismo día la Cámara de Diputados aprobó el DNU 179/2025, que le da un cheque en blanco a Javier Milei para que se endeude, y la protesta por los jubilados transcurrió sin incidentes violentos. En horas más se sabrá si el aval de Diputados a la política económica alcanzará para calmar la inquietud de los mercados, sacudidos por la desconfianza que se expresa en la subida de los dólares financieros, el riesgo país y la venta de reservas.

En este sentido, pesa como es lógico mucho más el silencio del FMI sobre el acuerdo, que el voto a favor de los diputados. La desconfianza, que es históricamente el principal motor de las crisis económicas, se instaló con fuerza en la sociedad y ahora Milei rema contra la corriente.

Por ejemplo, la visita a Casa Rosada de Cristian Ritondo y Diego Santilli para sacarse una foto con Milei, Karina y Sebastián Pareja, disgustó seriamente a la dirigencia radical, que venía negociando un acuerdo con el PRO.

Ayer, como contrapesando la aprobación del DNU, el plenario de comisiones de Diputados de Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento aprobó dos dictámenes para la creación de la comisión investigadora de $LIBRA.

La noticia habría impactado más en EEUU que en la Argentina. Es que en el norte se toman más en serio que acá cuando la corrupción involucra a presidentes.

Un clima espeso

El reportaje de Antonio Laje a Luis Caputo, en el que éste dio a entender que una devaluación exigida por el FMI podría ser inminente, se convirtió en el motor de una ola de rumores imparable. La inevitabilidad de la devaluación equivale a dar por hecho que habrá un salto inflacionario y un incremento de la pobreza.

En síntesis, casi todo el mundo está convencido de que el Fondo está a punto de doblegar a Milei para que devalúe y que el salto devaluatorio es una jugada que puede acercar al gobierno al jaque mate. De repente, las elecciones de octubre pasaron a quedar en el largo plazo y se empieza a vivir en el día a día de un modo peligroso. Nadie se arriesga a decir qué es lo que va a pasar la semana que viene.

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