Por Carlos Tórtora.-

Posiblemente el próximo martes los fiscales paraguayos Edgard Benítez, Alcides Giménez y Gabriel Segovia, que intervienen en la causa que se le sigue a Edgardo Kueider y su secretaria Iara Guindel Costa por tentativa de contrabando, podrían pronunciarse sobre el pedido de extradición presentado por la Jueza Federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado. Según una versión, el ministerio público paraguayo sería favorable a que Kueider sea extraditado a la Argentina en el marco del expediente 18007/2024, para responder por presunto enriquecimiento ilícito. De ser así, la última palabra la tendrá el juez de garantías Rolando Duarte.

La posibilidad de que la extradición de Kueider y su secretaria se concrete a la brevedad empezó a conmocionar anoche a los círculos políticos locales. En la Argentina, si son extraditados, los dos imputados pasarían de su lujoso piso en Asunción a una celda en el penal de Ezeiza. Y el periodismo llevaría otra vez el tema a la primera plana. La vuelta de Kueider también crisparía los ánimos en el Congreso. Javier Milei está ahora intentando llamar a sesiones extraordinarias en febrero y el bloque de UxP está pidiendo la conformación de una comisión bicameral para investigar la posible existencia de coimas para la sanción de Ley Bases.

La ofensiva de Arroyo Salgado

En la Casa Rosada hay serios temores de que la jueza de San Isidro consiga imprimirle velocidad a su investigación y de que surjan indicios firmes de las coimas en el Senado.

De más está decir que desde hace al menos dos semanas se registran operaciones del gobierno argentino para tratar de que la justicia paraguaya frene la extradición de Kueider y que éste estaría dispuesto a llevar la cuestión hasta donde le permitan las apelaciones a su disposición. Pero ya sólo que se instale la discusión sobre la extradición implicaría un revulsivo político.

Todo indica que el Congreso, si hay extraordinarias, sesionaría convulsionado.

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