Por Claudio Chaves.-
Mario Vargas Llosa, asiduo visitante de la Argentina, a la que valora y ama, según propias palabras, además de un gran escritor, es un provocador serial en el sentido positivo del término. Provoca al pensamiento, motiva la creatividad y habilita opiniones diferentes. Lo hace desde la profundidad de sus saberes y valores, trabajados por la lectura, la experiencia y las vastísimas relaciones sociales y políticas que ha sabido construir a lo largo de su vida.
En esta última visita al país le fue muy bien. Lo recibió el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, y en la Feria del Libro, su público y el periodismo en general. Una enorme diferencia con visitas anteriores, cuando en el 2008 el micro que lo trasladaba por Rosario a la Fundación Libertad fue apedreado por grupos de izquierda y kirchneristas y en el 2011 este último sector intentó, sin lograrlo, que el gran escritor no inaugurara la Feria del Libro. La inauguró y el kirchnerismo se jodió.
Más allá de estas contingencias poco gratas para un escritor de semejante volumen y un país como el nuestro que es capaz de reunir en la misma feria más de un millón de personas, lo que revela la reciprocidad del talento, lo cierto es que Vargas Llosa que tiene todo el derecho del mundo a expresarse y opinar según su saber y entender debiera procurar, a mi humilde cavilar, una mirada más apegada a la historia, esto es al contexto en el cual las cosas ocurren o han ocurrido y ser más piadoso con el peronismo que en definitiva es ser más piadoso consigo mismo. ¿Y por qué hago esta observación?
El escritor peruano en su libro Conversación en la Catedral se pregunta: ¿En qué momento se jodió Perú?
El periodismo argentino al menos algunos interesados en desacreditar al peronismo le hicieron la misma pregunta: ¿En qué momento se jodió la Argentina? Sabiendo la respuesta, pues inmediatamente Vargas Llosa contestó con el peronismo. Elevándose un murmullo de aprobación especialmente después de haber padecido doce años de kirchnerismo.
Acá vale hacer algunos comentarios. Primero, no queda muy clara la referencia que hace sobre el peronismo pues en otras oportunidades el escritor ha dicho que nuestro país hace ochenta años que entró en decadencia. Haciendo cuentas la operación matemática remite al 30’, la crisis mundial y el golpe contra Yrigoyen. El peronismo no había nacido. Y en otras oportunidades ha dicho de manera clara:
“El peronismo fue fatal para la Argentina, introdujo una especie de nacionalismo que cerró al país y frenó el extraordinario progreso que había traído la política de fronteras abiertas”.
El cierre de la Argentina no lo construyó el peronismo, ya el diario La Nación en sus editoriales de la década del ‘20 lo venía promoviendo. (ver Sidicaro: La Política mirada desde arriba) y fue la Crisis del ‘30 lo que obligó al mundo a replegarse sobre sí mismo ante la quiebra del mercado mundial. Fue la élite política tradicional la que cerró el país. Punto.
El peronismo heredó esa construcción económico-política realizada por lo más granado del liberalismo argentino: Pinedo, Malacorto, Duhau, Prebisch, entre otros, durante la mal llamada Década Infame. El peronismo continuó con lo hecho por los liberales adicionándole, nada más y nada menos que Justicia Social. Y cuando la crisis apareció alrededor de los 50’ el General Presidente viró hacia posiciones más pro mercado al desplazar a Miranda y convocar a Gómez Morales. El golpe militar impidió la continuidad de esa dirección, apoderándose del discurso político peronista, el revisionismo. Este relato lo construyó el nacionalismo vernáculo e hizo del peronismo una sustancia antidemocrática. Perón en el exilio, perseguido, denigrado y humillado dejó hacer. ¿Por qué proteger una democracia falsa y trucha como la que se vivía a partir del golpe del ‘55? En síntesis el peronismo heredó un país cerrado y luego del 50’ intentó acercarlo al mundo. Pero lo que no puede quedar afuera del análisis es la época en que le tocó actuar. A Vargas Llosa le ocurrió de igual modo. ¿Acaso no apoyó la Revolución Cubana? El peronismo al lado de los Castro resalta por su inocencia bautismal. Del Che llegó a decir:
“Si la revolución se lleva a cabo por el método concebido por el Che y pasando por las etapas que él previó, el Diario (libro del Jefe guerrillero o manual sobre la guerrilla rural) será un documento extraordinario, la relación histórica del momento más difícil y heroico de la liberación continental. Si la revolución no se realiza el Diario perdurará como testimonio de la más generosa y osada aventura individual intentada en América Latina”.
Naturalmente que Vargas Llosa reconoce su equívoco, como cuando apoyó al Gobierno nacionalista de Velazco Alvarado. Llegado a este punto es prudente un manto de piedad, la generación de intelectuales y escritores de la cual formó parte Vargas Llosa, Octavio Paz. Gabriel García Márquez, Julio Cortazar, Manuel Scorza y Mario Benedetti, entre otros, adhirieron al marxismo-nacionalista de los Castro y a la violencia elitista de los 60’. Y de alguna manera han sido responsables del atropello perpetrado por las utopías enfermizas de las que fueron portadores. Ciertamente algunos de ellos salieron de ese espacio, Octavio Paz y Vargas Llosa fueron los más evidentes. Pero no corresponde culpar al peronismo de los mismos errores que cometió la generación intelectual de escritores latinoamericanos y Vargas Llosa, algunos años después y más salvajemente, pues el peronismo llegó al poder por elecciones y no fusiló a nadie mientras que el castrismo asaltó el poder y fusiló a mansalva. Y si Vargas Llosa felizmente partió para siempre de las utopías revolucionarias debería comprender que el peronismo emprendió un camino similar. Primero la renovación en los años 80’ que al valorar las instituciones y la democracia acompañó al radicalismo en sus momentos difíciles y luego en los 90’ al vincularse al mundo capitalista triunfante a la caída del Muro de Berlín, al alejarse de los No Alineados y ser más amigable con el capital y el mundo empresarial. Las “relaciones carnales” como lo denominó la progresía.
Vargas Llosa se engaña y el periodismo que lo estimula también, el kirchnerismo expresa a una argentina antigua y vieja, forjada en los 40’, a su manera representa aquel peronismo. Pero aquel peronismo que era moderno en los 40’ hoy es viejo. Su recurrencia lo hace antiguo. Hay otro peronismo que espera la oportunidad de gobernar el futuro, más afín a la democracia, las instituciones y la república. En el caso, no deseado, que la experiencia de Macri fracase este peronismo estará a su lado para continuar la brecha abierta.
09/05/2016 a las 3:37 PM
Excelente redacción la de este
artículo del señor Chaves, y muy
acabada referenciación. Su enfo-
que, de envidiada ubicuidad, no
es posible hallarlo en ningún
improvisado.
No obstante me cuesta aceptar
su análisis. El nefasto populismo
asomó con Yrigoyen en los años
veinte. Perón lo continuó porque
captó lo mucho que le redituaba
a Yrigoyen. Y además Perón lo
había abrevado durante su esta-
día en la Italia Musolinesca.
Me saco el sombrero ante la
aclaración que Chaves promueve:
«la mal llamada década infame».
Fue esa época, para nada infame,
donde mayor cantidad de obra
pública se hizo en el país.
Mi «mosca en la oreja» es saber
que el señor Chaves, no obstante
su lucidez intelectual, aun se atreve
a elucubrar que el peronismo podría
rearmarse y ser nuestra gran solución,
en lugar de «una gran tragedia» como
lo considera Vargas Llosa.
La esencia misma de ese engendro,
movimiento de masa, o simplemente
«un sentimiento» como da en llamárse-
lo sin ninguna perplejidad, es su conde-
na.
Cierta vez Neustad preguntó en una
entrevista al viejo Jacobo Timerman
si podía definir con dos o tres palabras
a un peronista. «Dos o tres palabras es
poco, pero . . . bueno . . . un peronista
es un tipo que podría estar aquí en esta
mesa tratando un negocio de millones
de dólares . . . y cuando se va te roba
este cenicero».
09/05/2016 a las 3:56 PM
El sr. Vargas LLosa como escritor impecable, pero como analista politico un oportunista. Es mas me hace acordar a muuuchos señores de la alta borguesia europea, que en su momento fueron modernos idealistas de los años 60. Los años los cambio y hoy snoban aún sus propios desvarios juveniles, por conveniencia. Es cierto que todos podemos equivocarnos y nos equivocamos, por eso mismo, ninguno de nosotros puede pretender ser juez supremo. Además, no se si Uds. alguna vez notaron que en sus elogios sobre la Argentina, sutilmente aparece siempre una pequeña puntada.
09/05/2016 a las 4:54 PM
Te recuerdo que en el golpe de 1930 participó el Teniente Perón…
09/05/2016 a las 4:57 PM
La pregunta es ¿Hay «otro peronismo»? y no me refiero a los k, sino a todos los que están. Dónde estaría el cambio, en un chanta como Massa, Urtubey, Insaurralde? Dejémonos de joder!
09/05/2016 a las 8:06 PM
ethernoton :: SI HAY UNO…; RODRIGUEZ SAA Y JUEGO EL DOBLE CONTRA SENCILLO…!!! Y SERA JUSTICIA…!!!
09/05/2016 a las 10:06 PM
peronismo = cáncer
10/05/2016 a las 8:45 AM
» NO VAMO A PAGÁ LA DEUDA . . .
NO VAAAMO A PAGÁ . . . !!! «
10/05/2016 a las 11:34 AM
¡Cuanta pavada¡..¡cuanto palabrerìo al pedo¡……Vargas Llosa es un chanta, un arribista, un garca, un mercenario, ayer apoyaba a la izquierda revolucionaria y hoy a la sinarquía, vende sus infames servicios al mejor postor….por eso le dieron el Premio Nobel…..premio bastardeado y cooptado por la sinarquía como todo en el mundo……
le dieron el Nobel de la Paz a Obama…. que es títere lamentable de los judíos de Wall Street y de los lobbies de fabricante de armas y además un genocida como todos los presidentes yankees.
Este peruca del orto recorre el mundo hablando pavadas,asistiendo a todo tipo de agasajos, morfando y chupando gratis hasta donde le da el cuero, con algunas buenas putas, también haciendo lo que puede, y cumpliendo con el guiòn que le indican sus patrones.
10/05/2016 a las 12:19 PM
Pocho : ¿ no probaste ponerte a
escribir alguna cosita para ver si
en una de esas te sale algo
parecido a lo de Vargas ?.
Probá; en una de esas . . . quién
te dice; algunos aseguran que
todo es cuestión de práctica nomás.
Vargas confesó que su zurdaje fue
un pecadillo de juventud. Cuando se
es joven y por lo general boludo, son
frecuentes esas estupideces. Cuando
más tarde se recapacita sobre esos
«cinco minutos de choto» que todos
alguna vez tuvimos, surge la ilumina-
ción.
Por eso su viraje a la derecha hace
que hoy su actitud sea doblemente
valorada. Tal como el Pablo del
Evangelio, Vargas es un converso,
con todo lo que ello entraña.
11/05/2016 a las 3:20 AM
El autor se olvidó de la injerencia de los militares en la política por obra de los radicales a partir de 1890, también de la demagogia irigoyenista, y se equivoen que el peronismo haya llegado al poder por las elecciones porque Perón llegó con el golpe militar y la dictadura iniciada por éste, en la que ocupó tres cargos simultáneamente (vicepresidente, ministro de guerra, secretario de trabajo y previsión) creando organismos de represión desconocidos hasta entonces, conforme lo habría aprendido del nazismo y el fascismo. Utilizó todos los recursos que le brindó esa dictadura nazi para llegar al gobierno desenvolviendo la demagogia más deleznable aprendida del fascismo italiano, hasta el extremo de imitar al duce hablando desde la altura de un balcón. Al campo a cachar giles inventando una falsa historia para la gilada.