Por Luis Alejandro Rizzi.-

VIOLENCIA INSTITUCIONAL.

La sanción el DNU 179/25 y su aprobación por diputados no sólo es un “acto inconstitucional e ilegal”, sino un “hecho de violencia institucional”.

El artículo primero del DNU dice, en su primer párrafo: “Apruébanse las operaciones de crédito público contenidas en el Programa de Facilidades Extendidas a celebrarse entre el PODER EJECUTIVO NACIONAL y el FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, las que tendrán un plazo de amortización de DIEZ (10) años y serán destinadas a la cancelación de…”

Es un “hecho público y notorio” que aún ni siquiera hay en el FMI un documento provisorio o “borrador” y menos proyecto que especifique las condiciones, el monto, la tasa de interés y el destino de los eventuales fondos y lo más importante, sobre qué política cambiaria habría acuerdo, que aún parece no haberlo.

Cabe una pregunta: ¿cómo se puede aprobar un acuerdo inexistente? Va de suyo que, más allá de las anomalías legales, la aprobación del DNU fue más que un acto, “un hecho de violencia política” inadmisible, de la que nadie habla.

El propio DNU, en sus fundamentos, dice de modo expreso: “…en el año 2021 el H. CONGRESO DE LA NACIÓN sancionó la Ley N° 27.612 de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública, publicada en el BOLETÍN OFICIAL del 3 de marzo de dicho año. Que por su artículo 2° se dispuso que todo programa de financiamiento u operación de crédito público realizado con el FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, así como cualquier ampliación de los montos de tales programas u operaciones, requerirá de una ley del H. CONGRESO DE LA NACIÓN que lo apruebe expresamente”.

Está muy claro que la aprobación del congreso corresponde a “todo programa… realizado”, es decir. “suscripto y firmado” por las partes, que no fue el caso, y condicionado a la aprobación legislativa, “ex post”.

Por último, el art. 76 de la Constitución regula la delegación de facultades en estos términos: “Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, salvo en materias determinadas de administración o de emergencia pública, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases de la delegación que el Congreso establezca.”

El DNU, en verdad, pretende ser usado como si el congreso le hubiera delegado la facultad de convenir y firmar un programa, a su exclusiva discreción, voluntad e interés.

De este modo, el gobierno de Milei asume una suerte de facultades extraordinarias “…por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.”

Esto es violencia política, pero el periodismo mayoritario se encarga de describir algo también vituperable, que es la violencia callejera puesta en práctica por la marginalidad delincuencial de la política.

CRISTINA NO PODRÁ INGRESAR A LOS EEUU

El gobierno de Donald Trump le prohibió a Cristina y su familia directa el ingreso a los EEUU. El motivo es la corrupción de su gobierno y es difícil entender por qué se la extendió a su hija Florencia.

Pienso en voz alta. ¿El gobierno no debería prohibirle el ingreso a Trump a la Argentina, por sus actos de sedición posteriores a las elecciones que ganó Joe Biden, amén de las causas que tiene en su contra y las presunciones de corrupción que rodean su figura?

Correspondería, pero no va a ocurrir. Los eunucos carecen de virilidad de convicciones, sólo ven la “oportunidad”.

LA POBREZA

Es muy cuestionada la forma y la metodología que usa el INDEC para medir diversos aspectos de la vida, costo de vida, pobreza, ingresos.

Se anunció varias veces que se modificaría el “método de acumular datos», pero se sigue con la misma de siempre. Es probable que un cambio muestre índices más graves; habría más pobreza, siendo probable que el índice de Gini se acerque más a “1”; se agravaría la distribución del ingreso en beneficio de un segmento mínimo de la población. En mi opinión, la pobreza rondaría el 65/70% de la población.

CAE MILEI EN LAS ENCUESTAS

En verdad, en los últimos tiempos, cayó unos 5 a 7 puntos y todavía mantiene un 45% de aceptación, que es mucho, pero poco en función del futuro.

Milei necesita ganar las elecciones de medio término por un mínimo de 20 puntos. Esa diferencia podría marcar la certeza de un rumbo, adoptado por la sociedad.

Una diferencia menor generaría dudas y retracción en el afán inversor. ¿Cuál es el límite? Difícil saberlo, pero siempre debiera estar por arriba de un 55% de votos “positivos”. Con menos, sería el más votado, pero no por ello el ganador.

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