Por Hernán Andrés Kruse.-
LAS IDEAS FUERZA DE LA REFORMA
“Consideramos pertinente recordar aquí lo que señalamos sobre este particular en los Fundamentos de nuestro Proyecto integral de Reforma de la Constitución Nacional, presentado en la Convención Constituyente: “El contenido del proyecto que propiciamos está inspirado por seis ideas fuerza: a) la atenuación del presidencialismo; b) la modernización y fortalecimiento del Congreso; c) la garantía de la independencia del Poder Judicial; d) el fortalecimiento del federalismo y las autonomías municipales; e) el otorgamiento de un nuevo status a la Ciudad de Buenos Aires; y f) el reconocimiento de nuevos derechos y garantías constitucionales”.
“En cuanto a la atenuación del presidencialismo, destacamos la creación de la figura de un jefe de gabinete de ministros, lo que implica la posibilidad de reforzamiento del control del Congreso frente al Ejecutivo. En efecto, el jefe de gabinete será responsable ante el Congreso que podrá removerlo a través de un voto de censura. La introducción de la figura del jefe de gabinete y su responsabilidad ante el Congreso no altera la esencia del régimen presidencialista, pero introduce un correctivo que atempera la excesiva concentración de poder en el Ejecutivo presidencial. La reducción del mandato presidencial a cuatro años, con la posibilidad de una sola reelección, apunta en la misma dirección señalada, al tiempo que permite una cierta flexibilización de las tensiones que se desarrollan en el entramado político por la excesiva duración del mandato y su corte abrupto, sin posibilidad de continuidad. La solución que propiciamos está abonada por una larga serie de antecedentes en el derecho comparado, en el derecho público provincial argentino y por la opinión mayoritaria de la doctrina constitucional.
La posibilidad de la reelección, con un período de cuatro años, no implica lesión alguna al sistema republicano porque es el pueblo el depositario de la soberanía y quien, en definitiva, va a resolver la continuidad o no de una gestión presidencial. Para reforzar la participación ciudadana en este sentido, se introduce la elección directa de la fórmula presidencial. El sistema de doble vuelta proyectado apunta a reforzar la legitimidad de los gobernantes, garantizando a quien gobierna el respaldo de una amplia mayoría de la ciudadanía. El sistema propuesto permite, al mismo tiempo, evitar el desgaste de una nueva elección cuando los guarismos electorales anticipan ya un grado de legitimidad suficiente.
El abuso de los antes excepcionales decretos de necesidad y urgencia que ha caracterizado la gestión presidencial hace indispensable la introducción de límites y controles a esta atribución que la Corte Suprema reconoció al presidente en el caso «Peralta». En este sentido propiciamos el establecimiento de límites en cuanto a la materia regulable estableciendo que los decretos de necesidad y urgencia no podrán normar temas como régimen de partidos políticos y sistema electoral, ni tampoco legislación penal y tributaria. Se asegura, asimismo, el control del Congreso sobre el ejercicio de esta facultad que se confiere como excepcional, frente a situaciones de emergencia que hagan imposible seguir los procesos legislativos ordinarios. En la misma línea de limitación del poder presidencial, se inscribe la regulación de la delegación legislativa que, conforme al proyecto, sólo procederá por tiempo determinado y sobre materia expresa, conservando el Congreso el control de lo actuado por el Poder Ejecutivo. Además queda claro que siempre se tratará de lo que la doctrina y la jurisprudencia de la Corte Suprema caracterizan como delegación impropia. Como sostuvo Meynaud, la eficacia es la regla de oro del gobierno moderno; las modificaciones que hemos comentado apuntan en esa dirección, compatibilizando eficacia y control.
El propósito de moderación de las facultades presidenciales se manifiesta también en otros aspectos del proyecto. Mencionemos algunos de estos puntos. La necesidad del acuerdo del Senado para la designación de funcionarios de los organismos de control y del Banco Central es uno de estos mecanismos, con lo cual el Senado argentino se acerca al modelo de su par norteamericano. Los controles externos a que será sometido el sector público nacional a través de la Auditoría General a la que se otorga rango constitucional, apuntan en la misma dirección. En este caso se refuerza la capacidad de la Auditoría al hacerla depender del Congreso y encargar su dirección a la oposición parlamentaria. La creación de la figura del Defensor del Pueblo se inscribe en la misma línea, al igual que la garantía de independencia del Ministerio Público que tiende a afirmar el estilo republicano, mediante el fortalecimiento de los poderes de control del Congreso y del Poder Judicial.
La segunda idea fuerza es la modernización y fortalecimiento del Congreso. Un análisis detenido de la política argentina, en la última década, muestra el aumento de las atribuciones del Presidente en detrimento del Congreso. A esto se suma un creciente desprestigio del Congreso frente a la opinión pública, fenómeno que se repite en otras partes del mundo. El fortalecimiento del Congreso y la revalorización de sus funciones en el Estado moderno es uno de los imperativos de la hora. En efecto, se trata de revitalizar la función representativa, de redimensionar -al mismo tiempo- la función del Congreso como ámbito de debate y diseño de políticas públicas y finalmente, de rescatar y dinamizar las funciones de control que son propias de un Congreso republicano.
Estos son los ejes que impulsan las reformas en materia de integración y funcionamiento del Congreso. En primer lugar, se proyecta la elección directa de los senadores, con lo que se garantiza una mayor participación de los ciudadanos y se refuerza el carácter representativo democrático del cuerpo. Al mismo tiempo se crea la figura del Senador por la minoría ampliando la representatividad política del cuerpo y garantizando de modo más eficaz un pluralismo enriquecedor del debate. En cuanto al proceso de sanción de las leyes, la dinámica moderna exige una agilización de los trámites, por lo cual se propone la reducción a tres de las lecturas previstas para cada proyecto. Se incorporan, también, en el proyecto instituciones como el trámite de urgencia y la aprobación en particular de proyectos de ley en comisión. Asimismo se propone la creación de comisiones de enlace entre las cámaras lo que facilitará el desenvolvimiento de ambas ramas del Congreso y la pronta y coordinada consideración de las iniciativas. Estos mecanismos contribuirán a mejorar el papel del Congreso en los procesos decisorios vinculados a las políticas públicas.
Como dijimos, una de las funciones esenciales del Congreso es la relacionada con el control del Ejecutivo. Cuando ese control es débil o llega tarde, el equilibrio de los poderes se desdibuja y la República corre el riesgo de una concentración excesiva del poder e incluso de la utilización discrecional y arbitraria del mismo. Para evitar estos peligros, el proyecto refuerza la función de control a través de numerosos mecanismos, entre los que cabe mencionar, por ejemplo, el control del Congreso sobre los decretos de necesidad y urgencia y los actos del Ejecutivo derivados de delegación del Congreso, así como sobre la promulgación parcial de leyes por el Ejecutivo. El proyecto redefine, en la misma línea de acción, las facultades del Congreso en cuanto a los pedidos de informes y a la interpelación y regula la formación de comisiones de investigación. Finalmente la incorporación del jefe de gabinete va acompañada de la posibilidad de control congresional a través del voto de censura.
La tercera idea fuerza que impulsa este proyecto es la de vigorizar la independencia del Poder Judicial. Asistimos a una profunda crisis de confianza en la institución judicial de lo que dan muestras numerosos estudios de opinión. Es necesario revertir ese proceso de desprestigio que puede minar uno de los baluartes del sistema democrático. En este sentido se propone mecanismos de despolitización de los procedimientos de nombramiento y remoción de los magistrados que garantizarán no sólo idoneidad, sino independencia de los jueces frente a las posibles presiones políticas. A este objetivo apuntan la creación del consejo de la magistratura y el establecimiento del jurado de enjuiciamiento de magistrados. La Argentina se pondrá así a la altura de las legislaciones más modernas en la materia. Los jurados de enjuiciamiento, a su vez, permiten evitar los desvíos a los que ha conducido la remoción por juicio político, mecanismo que se reserva -en el proyecto- para los magistrados del máximo tribunal. La designación de miembros de la Corte Suprema con el voto de los dos tercios de los miembros presentes en el Senado para brindar acuerdo, en audiencias públicas, garantizará que lleguen al más alto tribunal de la Nación, los hombres de mayor autoridad jurídica y moral, atento a la responsabilidad que le cabe a la Corte como intérprete final e irrevocable de la Constitución. La revigorización del Poder Judicial se completa con la constitucionalización del Ministerio Público como órgano extrapoder, a la que ya hemos hecho referencia.
La cuarta idea que informa este proyecto es la de fortalecer el régimen federal y la autonomía municipal. El desproporcionado y desequilibrado desarrollo de la Argentina es una realidad palmaria que no requiere mayor comentario. El presente y el futuro de la Nación requieren de un federalismo moderno de concertación y no de confrontación, de cooperación interjurisdiccional y regional y no de competencia y desequilibrio desgastante. Uno de los aspectos a contemplar para dar nueva forma al federalismo argentino, es el de las relaciones económico-financieras de la Nación y las provincias para evitar que, desde el gobierno central, se avasallen sistemáticamente las autonomías provinciales. La institución de la coparticipación federal de impuestos no puede basarse en la imposición del gobierno central a las provincias, sino en el acuerdo y consenso entre las jurisdicciones involucradas. Como decía Alberdi, «sin finanzas, sin rentas, no hay gobierno».
En este mismo orden, se reconoce a las provincias su capacidad de decisión autónoma sobre los recursos naturales cuyo dominio es innegable. Siempre con miras a un federalismo moderno, el proyecto contempla la posibilidad de las provincias de celebrar acuerdos internacionales sin afectar las facultades propias del gobierno central. Una gestión de negocios moderna y exitosa, en el marco de un mundo cada vez más integrado e interdependiente, requiere de estas herramientas, sin las cuales los gobiernos provinciales quedan sujetos al humor del funcionario de turno del gobierno federal. Este mecanismo permitirá, asimismo, el fortalecimiento de las economías regionales. La regionalización es un instrumento apto para el desarrollo económico y social de importantes sectores de nuestro territorio. En tal sentido, el proyecto prevé la posibilidad de crear regiones en un marco de coordinación y consenso, evitando la imposición, desde escritorios de tecnócratas, de estructuras carentes de sustento real. La regulación de la competencia provincial en los establecimientos de utilidad nacional también está contemplada en el proyecto. Se saldan así reiteradas discusiones doctrinarias y conflictos políticos que no siempre tuvieron uniforme resolución en los estrados de la Justicia. Por último, propiciamos el reconocimiento constitucional de la autonomía municipal, como base misma de la organización democrática. La Constitución Nacional se pondrá así a tono con los desarrollos del derecho público provincial argentino que en una posición de avanzada, ha reconocido ya el principio de la autonomía municipal.
La quinta idea fuerza que impulsa este proyecto es la vinculada con la ciudad de Buenos Aires, a la que se la dota de autonomía para designar a sus autoridades. La elección popular del intendente del distrito es un reclamo unánime de la ciudadanía. El proyecto prevé mecanismos transitorios para el gobierno de la ciudad hasta la constitución definitiva de sus autoridades, la que será el resultado de las deliberaciones de una convención convocada al efecto y electa directamente por los vecinos de la ciudad. La ciudad de Buenos Aires tendrá así la posibilidad de darse sus instituciones, como lo han hecho ya muchos municipios del país.
El reconocimiento de nuevos derechos y garantías para los habitantes de la Nación, además del otorgamiento de rango constitucional a algunos tratados internacionales de derechos humanos, constituye la sexta idea fuerza que ha guiado la elaboración del presente proyecto. Lugar destacado en este capítulo merece el reconocimiento de los mecanismos de democracia semidirecta: la iniciativa popular y la consulta no vinculante. El proyecto propone también la constitucionalización del amparo y el hábeas corpus, que son las máximas garantías de los derechos de las personas. Asimismo, se contempla los derechos a un medio ambiente sano y los derechos de los usuarios y consumidores, el respeto del derecho a organizar partidos políticos democráticos y las garantías esenciales del derecho del sufragio, sin cristalizar fórmulas que se trasforman, con el tiempo, en obstáculos insalvables para el desarrollo político.
Se otorga rango constitucional a los tratados internacionales sobre derechos humanos. Se incorpora expresamente el derecho de las comunidades indígenas a una integración que respete su idiosincrasia y su cultura. Se prevé, también, la creación de un consejo económico social con carácter consultivo, institución propia de una moderna concepción de la democracia social y participativa”.
A dicha enumeración de ideas fuerza debemos agregarle una séptima, que para nosotros es el afianzamiento de los procesos de integración tanto nacional como supranacionales. En efecto, la reforma persiguió la alta finalidad de consolidar la integración en sus diversas fases, como una respuesta eficaz a los desafíos del mundo globalizado en que vivimos”.
(*) Antonio María Hernández (Profesor de Derecho Constitucional y de Derecho Público Provincial y Municipal en la UNCba, Académico de Número de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba y Ex Vicepresidente de la Comisión de Redacción de la Convención Nacional Constituyente de 1994) titulado “A quince años de la reforma constitucional de 1994”.
12/12/2024 a las 7:38 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Instituciones, ¡afuera!
Aleardo Laría Rajneri
El cohete a la luna
8/12/024
Tal vez el ambiguo beneficio que ofrece la llegada de un gobierno autoritario como el que preside Javier Milei es que deja expuestas con toda su crudeza las peores características de nuestro sistema de monarquía presidencial. A diferencia de los sistemas parlamentarios, donde el primer ministro es un delegado del Parlamento y puede ser destituido en cualquier momento a través de una moción de censura, en nuestro sistema de presidencialismo reforzado el Congreso puede ser convertido en una suerte de jarrón chino, que ocupa un lugar pero no cumple ninguna función relevante. No era esta la previsión de quienes redactaron la Constitución, pero entre la voluntad autoritaria del Presidente Milei de sortear al Congreso y el amancebamiento aceptado por una cuota considerable de diputados y senadores, el resultado está a la vista. A pesar de que el artículo 76 de la Constitución Nacional prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, lo cierto es que este ha sustraído, a través del uso abusivo de los decretos de necesidad y urgencia (DNU), todas las facultades que la Constitución confiere al Congreso, y así seguimos, mientras los “republicanos con peluca” siguen consultando las encuestas de opinión, como si estas otorgaran poderes taumatúrgicos al Presidente. Este daltonismo político, que ve color de rosa todo lo que hace el gobierno de Milei, prueba que el afán republicano que inspiraba a tantos venerables liberales en la época de gobiernos populares era más bien de opereta, es decir perteneciente a ese género operístico de pretensiones modestas, generalmente de carácter frívolo o burlesco.
EL MANDATO RÍGIDO
En nuestro sistema presidencialista un ciudadano es elegido Presidente en votación popular (directa o indirecta), por un período rígido de cuatro años. Esta suerte de cheque en blanco que recibe cuando es elegido supone ya, de entrada, un enorme poder sobre el Congreso, dada la dificultad que supone destituirlo a través del juicio político. En los sistemas parlamentarios, en cambio, el titular del Poder Ejecutivo es un Primer ministro designado por el Parlamento y su mandato puede ser revocado en cualquier momento como consecuencia de una moción de censura aprobada por simple mayoría absoluta de votos. En consecuencia, en este sistema sólo el Parlamento detenta la legitimidad democrática y el gobierno actúa por delegación del mismo.
DNU LA FACULTAD DE VETO Y LOS DNU
El artículo 83 de la Constitución Nacional le da un enorme poder de veto al Presidente ya que, una vez ejercida esta facultad, las dos cámaras, para sortear el veto presidencial, necesitan reunir una mayoría reforzada de dos tercios, algo muy difícil de alcanzar, como ha quedado demostrado en estos últimos meses. En los sistemas parlamentarios no se contempla la posibilidad de veto por parte del Primer Ministro, dado que el principio de que la soberanía reside en el Parlamento es absoluto. Los convencionales de 1994 no tocaron este artículo tan peculiar, que refuerza de un modo desmesurado las facultades del Presidente.
Esa posibilidad de vetar las leyes dictadas por el Congreso se ve reforzada por el uso abusivo y discrecional de los DNU del que viene haciendo uso el Presidente Milei, vulnerando en forma flagrante lo dispuesto en el artículo 99 de la Constitución Nacional, que señala que “el Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso, bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo”. Esa norma, que es clarísima y terminante, ha sido luego suavizada con una excepción que se ha terminado convirtiendo en una regla general, aprovechada por el Presidente Milei para sancionar la friolera de 46 decretos en un año. Algunos de esos decretos, como la denominada Ley de Bases, suponen un cambio radical de la legislación de fondo. El artículo 99 de la Constitución Nacional señala en su segunda parte que “solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinetes de ministros”. Si bien la jurisprudencia de la Corte ha señalado en alguna sentencia que si el Congreso puede reunirse en sesiones ordinarias no existe ninguna justificación para dictar un DNU, lo cierto es que en la práctica se vienen dictando profusamente ante una Corte Suprema que hace todo lo posible para eludir sus responsabilidades institucionales adoptando la estrategia del laissez faire, laissez passer.
El poder que le confiere al Presidente el uso arbitrario de los DNU se ha visto reforzado por la sanción de la ley 26.122 que en el artículo 24 expresa que “el rechazo por ambas Cámaras del Congreso del decreto de que se trate implica su derogación de acuerdo a lo que establece el artículo 2º del Código Civil, quedando a salvo los derechos adquiridos durante su vigencia”. La redacción de este artículo ha dado pie a la interpretación que supone que para derogar el DNU debe existir un pronunciamiento negativo de ambas cámaras y, a contrario sensu, se deduce que mantendría vigencia si consigue el respaldo de una sola cámara. Sin embargo, esta interpretación es errónea a la luz de lo dispuesto en el artículo 78 de la Constitución Nacional que señala que todas las leyes deben ser aprobadas por ambas Cámaras. Parece absurda y no puede ser aceptada en una democracia la idea de que mientras las leyes ordinarias deben ser aprobadas por ambas Cámaras, los DNU puedan adquirir vigencia por la aprobación de una sola Cámara. El Congreso abordó en este último mes la reforma de la ley 26.122 que da lugar a la confusión que aprovecha el Presidente para hacer uso abusivo de los DNU. Sin embargo, nuestros “republicanos de peluca”, que presentaron numerosos proyectos de ley dirigidos a cambiar esa norma durante los gobiernos de Cristina y Alberto Fernández, se plegaron a las exigencias del Presidente Milei y boicotearon la posibilidad de reforzar las facultades del Congreso.
EL MÉTODO EXTORISVO DE MILEI
En el punto 5 del Pacto de Mayo firmado por Milei “al primero del mes de marzo del año de Nuestro Señor 2024, con los representantes del pueblo reunidos en el Congreso de la Nación, ante la mirada del Eterno” se asume el compromiso de encarar “la rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual”. Justamente, el uso de los impuestos coparticipables para extorsionar a los gobernadores y conseguir que algunos diputados y senadores se plieguen a las estrategias legislativas del gobierno ha sido utilizado hasta la extenuación por Milei. Naturalmente, cabe hablar de una responsabilidad compartida, dado que si los gobernadores hubieran actuado en forma coordinada, la estrategia de Milei no hubiera prosperado. Aquí, como en el dilema del prisionero iterado, la cooperación hubiera sido la estrategia más inteligente pero eso sería pedir algo que está fuera del alcance de los gobernadores. El cierre de los datos de noviembre ratificó que el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) favoreció a los gobernadores aliados de la Casa Rosada, con la entrega de 20.500 millones a cinco provincias (Catamarca, Jujuy, Tucumán, Misiones y Salta). Los gobernadores Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Hugo Passalaqua (Misiones) recibieron los ATN poco después de que ayudaran a sostener el veto de la ley de financiamiento educativo. El Presidente invitó a cenar a los cuatro para que quedaran retratados ante la historia por ayudarle a blindar el veto en el Congreso.
La otra pata de esta estrategia trabucaria es más difícil de probar pero ha quedado al desnudo, porque el destino le jugó una mala pasada al senador Edgardo Kueider, quien trasladaba más de 200.000 dólares y 600.000 pesos sin declarar en la frontera con Paraguay. En relación con este peculiar modo de conseguir adhesiones, que sigue la ruta de la famosa Banelco del ex Presidente De la Rúa, también ha quedado para la historia otra foto de Milei en una mesa con cinco diputados radicales que se prestaron a modificar su voto para negarle un aumento a los jubilados a cambio de recompensas que aún no han sido develadas pero que pueden imaginarse.
INVENTARIO DE OTRAS ARBITRARIEDADES
En un breve recuento de arbitrariedades que registra el prontuario institucional de Javier Milei computan la restricción al acceso a la información pública y la negativa a realizar ruedas de prensa con la excusa de que los periodistas mienten y usan la información con fines extorsivos. En esa dirección dictó un decreto presidencial que impide que accedan a aquellos datos que considere de índole privada. En la cuenta podemos contabilizar también la utilización de las cajas del ANSES y de otros organismos autónomos para colocar militantes de la causa; la pretensión de desviar los fondos secretos de la SIDE para financiar oscuras operaciones; la asignación arbitraria de la pauta publicitaria a través de empresas públicas como YPF; la utilización de fondos públicos para financiar las actividades de las bandas de trolls; los ataques a periodistas críticos; el uso del avión presidencial para realizar viajes internacionales de promoción personal; los límites abusivos al derecho de huelga; la conversión del derecho a manifestarse en un delito; la criminalización de la inmigración; la utilización permanente de datos falsos, tergiversados o exagerados; y la destrucción de la política cultural oficial.
El uso de insultos agraviantes para dirigirse a líderes de la oposición o a los diputados y senadores que no se pliegan a sus exigencias se ha convertido en el rasgo más peculiar de este gobierno. Se trata de una práctica deplorable, que vulnera principios no escritos de una cultura que respeta la dignidad de todos los seres humanos. Toda forma de animalización del adversario político es un modo de deshumanizarlo, y forma parte de la misma estrategia subliminal que permitió el genocidio de las poblaciones nativas en la época colonial basada en la idea de que no eran reconocidos como hombres. El problema se agrava cuando los insultos se dirigen a los jefes de Gobierno de países vecinos o eventuales aliados, porque es una forma de privatizar las relaciones exteriores de un país como si formaran parte del patrimonio privado del Presidente de turno. La historia argentina no registra antecedentes de un Presidente que utiliza las relaciones exteriores para promocionar concepciones ideológicas sectarias que están fuera de los parámetros racionales aceptados por los Estados que fundaron las Naciones Unidas.
LA MUERTE DE LA DEMOCRACIA
Los profesores norteamericanos Steven Levitsky y Daniel Ziblatt publicaron en 2019, bajo el título Cómo mueren las democracias (Editorial Ariel), un ensayo que conserva plena actualidad. En su obra muestran cómo han desaparecido diversas democracias y qué podemos hacer para salvar las actuales. Como relatan, en la actualidad las democracias no terminan con un golpe militar sino mediante el lento y progresivo debilitamiento de las instituciones esenciales. “Así es como mueren las democracias hoy en día. Las dictaduras flagrantes, en forma de fascismo, comunismo y gobierno militar, prácticamente han desaparecido del panorama. Desde el final de la Guerra Fría, la mayoría de las quiebras democráticas no las han provocado generales y soldados, sino los propios gobiernos electos”. Añaden que “el enfoque comparativo revela asimismo cómo autócratas electos de distintas partes del mundo emplean estrategias asombrosamente similares para subvertir las instituciones democráticas”.
12/12/2024 a las 7:41 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El Gobierno busca una salida elegante para Edgardo Kueider: apuesta por la suspensión por dos meses
María Cafferata
Página/12
11 de diciembre de 2024
Victoria Villarruel encontró una escapatoria para el dolor de cabeza denominado Edgardo Kueider: la suspensión del senador entrerriano hasta el 1 de marzo. Desde que Kueider fue descubierto intentando pasar 200 mil dólares no declarados por la frontera paraguaya que el oficialismo rumia, incómodo, alguna salida que le permita eludir su expulsión sin quedar pegado al aliado caído en desgracia. Unión por la Patria había puesto al Gobierno contra las cuerdas al pedir una sesión para el jueves, por lo que Villarruel tuvo que optar por digitar una solución intermedia con la oposición más dialoguista. Y fue así que nació la alternativa: la suspensión por dos meses. O como lo llaman algunos senadores de UxP: «Un chaschas en la cola para enero y febrero».
La propuesta no cayó bien en el peronismo, que quiere insistir con la expulsión. «¿Te encontraron in fraganti con dos palos verdes, estás detenido en Paraguay, y el castigo es que te suspenden durante el receso? Es una vergüenza», sostenía, tarde a la noche, una senadora de UxP. El interbloque peronista se había reunido para pasar lista y porotear quiénes estaban para asistir a la sesión pedida para el jueves, sabedores de que el escenario era complicado. El problema principal es que hay mucho malestar de parte de senadores que observan con temor lo que pasó con Kueider y que se resisten acompañar la expulsión. Y no solo en el peronismo: la escena se repetía en todos los bloques, en donde más de uno teme que, de expulsar a Kueider, se puede sentar un precedente incómodo. Es decir, la pérdida de fueros cada vez que se inicie un proceso judicial.
Este temor de ser el próximo – fogoneado por la hipótesis de que el descubrimiento de Kueider en la frontera fue operado por los servicios de inteligencia que responden a Mauricio Macri – predisponía un escenario difícil para juntar el quórum. UxP necesitaba llegar a 37 senadores y arrancaba ya con tres probables bajas: Juan Manzur, Sandra Mendoza y Gerardo Montenegro, que estaban en el exterior. Es decir que necesitaban sumar 7 senadores más en un contexto de resistencia generalizado. Ya sea por miedo o, en el caso de los más anti kirchneristas, por el recelo ante la posibilidad de que UxP pudiera sumar una banca más. Esto último es así porque Kueider ingresó como senador dentro de una lista del Frente de Todos y, de ser echado, asumiría en su lugar quien lo secundaba, que es la dirigenta camporista Stefanía Cora.
Ni el gobierno ni sus aliados querían habilitar un escenario que permitiese que UxP pasara a tener un senador más. Sin embargo, ninguno quería tampoco quedar expuesto defendiendo a Kueider luego de ser descubierto in fraganti. Por lo que Villarruel, después de algunas conversaciones informales, orquestó una salida elegante.
SUSPENSIÓN HASTA MARZO: UNA SALIDA ELEGANTE
Fue la decisión del PRO la que terminó forzando a Villarruel a encontrar una salida. El jefe del bloque amarillo, Luis Juez, venía advirtiendo hace días que no se podía dejar pasar el escándalo desatado por Kueider. «Es un acto de extrema vergüenza que agravia al Parlamento en su conjunto y tenemos que estar a la altura de las circunstancia», argumentaba el cordobés y fue así que, en una reunión de bloque el martes a la tarde, terminó convenciendo a la mayoría para dar quórum en la sesión pedida por UxP el jueves. «No nos podemos hacer los tontos. Ha sido de una gravedad monstruosa lo de Kueider. Nos lastima a todos», afirmó en diálogo con Radio Con Vos.
Poco después, sin embargo, Villarruel lo convocó a su despacho a una reunión con los principales dirigentes opositores no kirchneristas y le planteó una alternativa. Participaron los libertarios Ezequiel Atauche y Bartolomé Abdala, el correntino compañero de bloque de Kueider, «Camau» Espínola, los radicales Mariana Juri y Pablo Blanco, el secretario parlamentario, Agustín Giustinian, y Juez. Allí Villarruel se mostró conforme con la idea de castigar a Kueider con un mecanismo que algunos senadores le habían propuesto: la suspensión. Ella sugirió que fuera hasta el 1 de marzo, es decir dos meses. Dos meses que coinciden con el receso parlamentario.
Previamente, Villarruel había analizado la posibilidad de solo aceptar el pedido de licencia de Kueider. Pero hubo senadores del PRO y la UCR que exigieron un castigo mayor. «A Alperovich le aceptaron la licencia. El cuerpo nunca lo suspendió, nunca le dijo que era impropio su accionar. Y así el podía volver cuando quisiera», señala una senadora del PRO, que cuestiona el «oportunismo» de UxP pero señala que el Senado tiene que emitir algún tipo de medida disciplinaria sobre Kueider. La gran incógnita es cuál.
Villarruel buscará impulsar una sesión para suspenderlo por dos meses, pero para eso necesita los dos tercios del recinto. Y UxP no quiere saber nada con una suspensión. El peronismo exige la expulsión. «Te meten preso, ¿y la disciplina del cuerpo es suspenderlo durante las vacaciones?», ironiza una senadora peronista.
Se abre, así, una incógnita. Porque ambos sectores necesitan dos tercios y, al cierre de esta edición, ninguno tenía el número. La UCR no terminó de sentar postura, pero la mayoría se siente más cómoda con la suspensión, aunque hay algunos que insisten con aceptar la licencia. UxP, mientras tanto, sospecha que no tendrá ni siquiera número para el quórum. Al cierre de esta edición, Villarruel no había convocado ninguna sesión, pero en el peronismo ya deslizaban la estrategia de ir por la lógica del principio de revelación. «Que los que quieran salvar a Kueider dejen los dedos marcados», mascullaban.
12/12/2024 a las 7:45 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Lo que no se vio de la autocelebración de Javier Milei: la intimidad de la grabación, los datos falsos y el show del balcón
María Cafferata
Página/12
11 de diciembre de 2024
Javier Milei festejó su primer año de mandato como si en el país no hubiera cada vez más jubilados que no pueden comprar medicamentos, trabajadores despedidos, salarios por debajo de la línea de la pobreza y una economía paralizada. El Presidente se mostró a los besos con su novia, la vedette Yuyito González, con su hermana Karina Milei, y con sus ministros en el balcón de la Casa Rosada, sin la vicepresidenta Victoria Villarruel. Antes de salir al balcón –a las carcajadas y con el puño en alto– el Presidente había grabado el mensaje que, pasadas las 21, se emitió por cadena nacional. Allí, Milei hizo un repaso de su gestión y prometió que el año que viene será el año de la «motosierra profunda», volvió a despotricar contra «la casta», se jactó de «hacer el ajuste más grande de la historia», de despedir «más de 34 mil empleados públicos», de cerrar ministerios y desfinanciar áreas del estado como el INCA. Además, agradeció a los argentinos «de a pie» por el «conmovedor sacrificio que hicieron», que, según aseguró, permitió «ahorrar 15 puntos del PBI», para «devolverles el dinero al sector privado». En otras palabras, por soportar una brutal transferencia de recursos de los sectores medios y populares a los sectores más concentrados de la economía.
Una vez en el balcón, después de grabar el mensaje con todos los ministros de fondo y su hermana a su lado, los hermanos Milei invitaron a pasar uno a uno a los funcionarios que ejecutaron el ajuste y los mostraron orgullosos ante las menos de 150 personas que lo saludaban detrás de la reja en la Plaza de Mayo. Muchos eran jubilados, que declaraban que la estaban pasando «muy mal», pero que «tenían fe», en el gobierno. «El futuro de prosperidad está al alcance de nuestras manos. Pueden subirse al tren del progreso o ser arrollados por él», terminó el Presidente la cadena nacional, en una reversión de la «luz al final del túnel» que prometía el macrismo y nunca llegó.
Para arrancar la cadena, después de agradecerle a los «hombres de a pie por el sacrificio», el Presidente decidió citar al expresidente Carlos Saúl Menem: «Menem dijo que el coraje de un pueblo se mide por la cantidad de verdades que está dispuesto a soportar», indicó y aclaró que él había advertido que su gobierno «iba a requerir un impasse de dolor». En esa línea, opinó que se terminó el año «con alivio», y prometió que vendrán «tiempos felices» en La Argentina. Más adelante, también citó a Luis XV para criticar a «la casta». «Cuando el rey Luis XV de Francia despilfarraba la riqueza del reino en sus placeres personales, decía una frase: ‘Después de nosotros el diluvio'», recordó y se jactó de cerrar el ministerio de las Mujeres y el INADI a los que calificó de «aguantaderos militantes».
«Es un desagradecido. Sin los que se vendieron y se pusieron peluca, no podría haber aprobado nada. La casta lo sostiene», le retrucó Myriam Bregman en redes sociales.
LOS NÚMEROS FALSOS DEL DISCURSO
En su análisis de la realidad, el Presidente aseguró que «el salario básico en La Argentina pasó de 300 dólares a 1100 dólares», que «la oferta de alquileres no para de crecer», y «cayó un 30 por ciento el precio de los alquileres», y que, durante este año, hubo no solo una «recomposición de los salarios», sino también «una recomposición de las jubilaciones».
El exsecretario de Comercio, Roberto Feletti, desmintió los datos económicos que Milei dio y expresó que el salario cayó 6,8% entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024 y que el desempleo aumentó de 5,7% a 7,7% entre el primer semestre de 2023 y el primer semestre de 2024. Sobre la pobreza, agregó que se incrementó 12,8 puntos en el mismo período, pasando de 40,1% a 52,9% y la indigencia casi se duplicó en ese tiempo, trepando de 9,3% a 18,1%.
En cuanto a los números del PBI, Feletti detalló que el PBI cayó -5,2% en el primer trimestre de 2024 y -1,7% en el segundo. Y que la proyección para todo el año es de -3,8%. Además, agregó que el consumo privado se derrumbó -6,6% en el primer trimestre de este año y -9,8% en el segundo y que la inversión proyecta una caída de -22,2% para 2024.
En el plano internacional, Milei cree que la Argentina «dejó de ser un hazmerreír mundial», y dijo que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, copió el ministerio de desregulación «a imagen y semejanza» del que él inventó en Argentina. También recordó su discurso en el Mercosur la semana pasada, en el que despotricó contra el NO al ALCA, y volvió a decir que «hay que romper las cadenas», y «eliminar trabas arancelarias y reducir el arancel externo común». El objetivo, admitió, es «impulsar un tratado de libre comercio con EEUU que debió haber ocurrido hace 19 años».
ZONA DE PROMESAS
Para finalizar la cadena nacional, que duró casi 40 minutos, Milei empezó con las promesas. Muchas de las cosas que anunció ya las intentó hacer como la reforma laboral. Esta vez, aclaró, será «una reforma laboral en serio». Dijo que vendrá «una reforma impositiva que devolverá a las provincias la autonomía que nunca deberían haber perdido», y que las pondrá a competir entre ellas «a ver cuál atrae más inversiones». Volvió a prometer que «la salida definitiva del cepo será el año que viene», y, un clásico, volvió a prometer «el cierre del Banco Central».
También adelantó que «se van a poder hacer las transacciones en la moneda que ustedes quieran», pero aclaró que «el pago de impuestos, por ahora, seguirá siendo en pesos». Dijo que, por el RIGI «tendremos el terreno lleno de nuevos jugadores que nunca existieron en nuestro país», y adelantó que se viene «la motosierra profunda». Y, para justificar que seguirá echando empleados públicos, disparó: «El estado se convirtió en la niñera que tiene que dar de comer y entretener a cada ciudadano. Vamos a hacer una auditoría inclemente que nos llevará a un estado más chico, efectivo y barato».
Mientras Bullrich sonreía cínica de fondo, Milei prometió que en seguridad no pararán hasta «tallar en piedra» en la mente de cada delincuente que «el que las hace las paga», y prometió bajar la edad de imputabilidad. Añadió que impulsará una «ley antimafia», una «reforma de la policía federal», y una ley «antiterrorismo». Por último, anunció que diseñarán «un plan nuclear argentino que contemple la construcción de nuevos reactores». La respuesta a este punto fue inmediata de Roberto Salvarezza, exministro de Ciencia y Tecnología: «Un absurdo. El presidente anuncia un nuevo plan nuclear argentino, pero recorta el presupuesto de la Comisión Nacional de Energía en un 40% y mantiene paralizado el proyecto del primer reactor nuclear nacional», contó.
Sobre las elecciones del año que viene, el Jefe de Estado espetó que van a «comenzar el año electoral sin una política monetaria expansiva», y adelantó que seguirán con el programa de ajuste «para devolverle dinero al sector privado». Por más que en el plano cerrado de la cámara que eligió presidencia decidieron ubicar al jefe de gabinete, Guillermo Francos; al ministro de Economía, Luis Caputo; y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; acompañando a Milei y Karina, la hermana del presidente fue la única mencionada. El mandatario le agradeció «por su labor en la campaña y todo este año», y opinó que «Argentina tendrá siempre una gratitud para con ella».
El Jefe de Estado había arrancado el día, como casi siempre, prendido a su celular. A lo largo de la jornada retwiteó, compartiendo decenas de publicaciones. Entre ellas, un video institucional al que le pusieron de fondo una versión del himno de la alegría –buscando que sea épico– en el que repasó lo que para él fueron los logros del gobierno. También otro que replicaba la canción de «Menem lo hizo», pero reemplazado por «Milei lo hizo».
VILLARRUEL LA MIRÓ DE AFUERA
La que estuvo excluida de todo fue la vicepresidenta, Victoria Villarruel. Además de no aparecer en los videos, tampoco fue invitada al brindis en Casa Rosada y no se la vio en el balcón presidencial con el resto del equipo. Su festejo se redujo a un tuit en el que destacó sus tareas y no las del Ejecutivo. «1er año de gobierno. Un año muy intenso de trabajo, construyendo consensos en el Senado, recorriendo las provincias, afianzando el federalismo y trabajando por una Argentina mejor», publicó.
Cerca del mediodía, después de su discurso en La Rural, Milei había compartido en redes una foto junto al asesor presidencial Santiago Caputo, y puso: «Tenemos discurso, Santiago. Viva la libertad carajo». El funcionario que no tiene cargo, pero es parte del «triángulo de hierro», fue quien escribió el discurso junto al Presidente. A diferencia de otras ocasiones, esta vez no salió al balcón presidencial una vez que terminó la grabación de la cadena.
12/12/2024 a las 7:49 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei, con discurso en clave
electoral: virtual lanzamiento de
campaña con tono plebiscitario
Eduardo Aulicino
Infobae
11 de Diciembre, 2024
Con escenografía cuidada y sin desatender señales para lectura interna, la cadena nacional de Javier Milei por el primer año de gobierno expuso un mensaje en clave electoral que incluyó frases trabajadas como consignas, además de la previsible combinación entre reivindicación de lo hecho, contrapunto frente a lo heredado y anuncios. El sentido, en línea con las tradiciones políticas criticadas en el discurso, fue por momentos explícito y conceptual: planteo la elección del año que ya llega como una especie de plebiscito nacional sobre su gestión, sin lugar para matices ni juegos provinciales.
El mensaje, grabado, evitó el tono de voz para la tribuna y, en todo el desarrollo y aun a costa de cierta monotonía, fue evidente que se buscó una puesta en escena institucional -la exposición prolija del Ejecutivo- que dejó de lado incluso el “Viva la Libertad Carajo” como cierre. Eso fue expuesto del mismo modo en la actitud seria de los integrantes del Gabinete. La distribución de funcionarios no disimuló algunas jerarquías domésticas. Más bien, al contrario. Karina Milei estuvo ubicada a la derecha del Presidente -que le dedicó el único elogio exlícito- y a la izquierda, Guillermo Francos. Detrás, pero en plano destacado, Luis Caputo y Patricia Bullrich.
La construcción del texto -con dedicación presidencial directa y participación gravitante de Karina Milei y Santiago Caputo, según se dejó trascender- tuvo una lógica lineal: agradecimiento a la sociedad por el “sacrificio” que representa el ajuste, defensa de las medidas tomadas y pronóstico de un año próximo mejor en materia económica y social, con motosierra profunda como señal de diferenciación frente a ciclos anteriores y sobre todo, frente al tramo final de la última entrega del peronismo.
El recuento fue tajante, en la línea destacada. “Hace exactamente un año”, fue el giro que marcó el inicio de cada párrafo en ese tramo del discurso. Desfilaron cifras (inflación, déficit, Riesgo país, tasas, brecha cambiaria) y también asomó un juego de contraimágenes, como la de las calles sin piquetes en continuado. Después, por supuesto, siguieron los títulos de propuestas, por ahora sin definición del momento -en el más corto plazo, se espera aún el llamado a sesiones extraordinarias del Congreso- pero con ineludible camino legislativo: leyes vinculadas a la seguridad y contra el delito, reformas impositiva, previsional, política, laboral, penal.
Eso último no es un dato menor. Milei habló nuevamente de la “casta” y el mensaje la asoció con inteligencia a los “curros” desde el Estado. El énfasis en la herencia y algunos adjetivos duros parecen en sintonía con la intención polarizadora, apuntada al kirchenrismo, una disputa que a la vez busca explotar CFK, por cálculo electoral y por razones de alineamiento interno. Al mismo tiempo, esa movida asoma con intenciones de dejar sin juego propio a sectores aliados como el PRO o dialoguistas. Un desafío, especialmente para la construcción política, que demandarían proyectos de ley como los expuestos en la cadena nacional.
Naturalmente, Milei orientó el mensaje a lo que se denomina como relación directa con la sociedad o, mejor, con el electorado. En palabras presidenciales, fue dirigido a “los argentinos de a pie”. El agradecimiento por los “sacrificios” de esta etapa incluyó alguna alusión a Carlos Menem, mencionado en un pasaje, como la pincelada esperanzadora que reconoce el difícil cuadro social pero agrega que “vamos bien”.
Por supuesto, el planteo buscó asegurar que no se serán recreadas fórmulas distributivas, sino que se mantendrán el ajuste de la estructura del Estado nacional y medidas de fuerte perfil fiscalista que, se repitió a lo largo del discurso, deberían impactar positivamente en la economía real. En esa dirección, reiteró la consideración sobre el papel central de la actividad privada y dejó una línea significativa sobre la competencia entre provincias.
Conceptos tales como “estamos saliendo del desierto” o “dejamos atrás lo peor” fueron acompañados por contrapuntos repetidos entre “casta” y “sociedad”, con un agregado para recrear resultados exitosos de la última campaña. “Llegó la hora del hombre común”, fue la síntesis. Una manera de apuntar a la referida relación sin intermediarios con la gente y de apostar otra vez a la distancia con la política “tradicional”.
Sobre el final, Milei abordó los ejes quizás más significativos en términos electorales. Tuvo una frase que como primera lectura puede remitir a la tropa propia -y a la interna en el nivel de Gobierno- pero que además o especialmente tiene sentido de advertencia electoral. Repitió una frase gastada: “No nos podemos dormir en nuestros laureles”, dijo.
Fue en la antesala del tramo más abiertamente electoral, que buscó diferenciarse del “despilfarro” estatal de los oficialismos en época de campaña. Tal vez letra dirigida a funcionarios de áreas sensibles. Pero además, un señalamiento al electorado sobre no dar por superado el ajuste. En cualquier caso, Milei fue directo sobre el foco que pretende para las elecciones al sostener que eso en definitiva es lo que estaría en juego el año que viene.
Casi de inmediato, asoció el pasado a los “políticos rancios” y el futuro, a su agenda de gobierno. Y en la misma dirección, llegó la consigna explícita: “Vamos a plebiscitar los pilares sobre los cuales queremos construir esta nueva Argentina”.
En este punto, el más significativo en sentido político, Milei adelantó el eje de campaña. Y giró sobre una pretensión nada nueva y que va de la mano con el concepto más exagerado de presidencialismo: darles sentido plebiscitario a las elecciones de medio término. Es decir, y más allá del dramatismo que intenta el mensaje, traducir de ese modo la apuesta a la polarización.
Es curioso, porque en el archipiélago que expone la fragmentación política, se busca forzar alineamientos electorales en blanco y negro, a pesar de la difícil articulación de coaliciones. Con un agregado: el oficialismo anticipa que buscará darle ese sentido a la campaña y sobre todo, en caso de triunfo, al resultado más allá del efecto práctico en la renovación legislativa. Falta tiempo, aunque alcanza para confirmar que está abierta la temporada electoral.