Por Carlos Tórtora.-

Entre las muchas decisiones políticas que Javier Milei tiene que adoptar en las próximas semanas está la del perfil político que tendrá La Libertad Avanza en la elección bonaerense del 7 de septiembre y en la nacional del 26 de octubre. Una brisa de moderación se sintió en los últimos días en la Casa Rosada, porque circuló la versión de que la vocación libertaria de Diego Santilli sería por fin premiada. A él se le ofrecería la primera candidatura a diputado nacional por Buenos Aires, mientras que el actual aspirante, José Luis Espert, pasaría a una candidatura menos visible: iría para senador provincial en la Primera Sección Electoral.

Santilli es un moderado nato que tiene un electorado más bien centrista, lo que podría sumarle a Milei. Pero también tiene su contra: los libertarios más ideológicos lo consideran prácticamente como si fuera un socialdemócrata. Es probable que, si Santilli se corta solo y arregla con LLA, el PRO ingresaría en un nuevo escalón de su crisis interna.

Siempre los halcones

En este orden de cosas, siempre parece prevalecer el impulso de los halcones, que son el ámbito en el cual Milei se siente más cómodo: un mundo de definiciones tajantes. En ese costado de la selva política es donde brilla más Patricia Bullrich. La ministra de seguridad volvió a marcar, en su reciente viaje a Europa, la línea de mayor dureza del gobierno. Firmó el Memorándum de Entendimiento con el Reino Unido para la cooperación en materia de lucha contra el crimen organizado y la ciberseguridad. Algo que seguramente irritará a los sectores más identificados con la causa de Malvinas. Bullrich sigue siendo la carta más fuerte del gobierno para ganar la elección de senadores en octubre. El caso es que Bullrich y Santilli en la misma campaña no serían compatibles.

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