Por Luis Alejandro Rizzi.-

El énfasis es uno de los vicios argentinos, la creencia de que, con la fuerza de la expresión, la palabra se hace hecho. Sólo Dios tuvo y tiene ese poder.

La cámara de diputados aprobó un proyecto de ley, por el cual una doble condena en un juicio penal impide la posibilidad de acceder a un “empleo público”.

En nuestro sistema legal, la condena en juicio puede llevar la accesoria de inhabilitación para ejercer funciones o cargos públicos por m un tiempo limitado o a perpetuidad.

Una vez que esa condena queda firme, comienza su ejecución y la respectiva inhabilitación, en su caso.

No es necesaria una ley adicional que diga lo mismo.

Según noticias periodísticas, en el Senado se habría llegado a un acuerdo, obviamente con el peronismo “K”, para no tratar ese proyecto de ley y dejarlo morir.

Si la versión fuera cierta, no se negoció nada y, si el gobierno hubiera logrado anudar algún compromiso, lo habría logrado a cambio de nada.

Todos sabemos que ese proyecto de “ficha limpia” tiene -hoy día- nombre y apellido para impedir una eventual candidatura nacional de Cristina F. de Kirchner.

Con el estado actual de la legislación, sin ley de “ficha limpita”, se podría oponer a su eventual candidatura la existencia de una condena firme, ya que en principio el recurso de queja no impediría el inicio del cumplimiento de la condena.

Ahora bien, sancionada la ley de “ficha limpita”, ¿superaría el escrutinio de constitucionalidad?

En mi opinión sería muy difícil.

No sé a ciencia cierta si en el Senado hubo alguna negociación, pero sería saludable para la república que no lo trate o lo rechace; no es más que una superfetación, como diría el maestro Colmo.

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