Por Hernán Andrés Kruse.-
El 20 de abril se cumplió el sexagésimo aniversario del fallecimiento de uno de los dirigentes políticos más brillantes que tuvo la Argentina. Alfredo Palacios nació en Buenos Aires el 10 de agosto de 1878. Obtuvo el título de abogado en la Facultad de Derecho de la UBA. Su tesis sobre la miseria en la república Argentina fue rechazada por los académicos de su época, por considerarla “subversiva”. No tuvo, por ende, más remedio que elaborar otra tesis, la cual versó sobre quiebras de empresas.
Se incorporó al Partido Socialista en 1896. El 13 de marzo de 1904 fue elegido diputado nacional por la circunscripción uninominal de La Boca. Fue el primer legislador socialista de Latinoamérica. Acérrimo defensor de los trabajadores, logró la aprobación de varias leyes sociales, destacándose las leyes consagrando el sábado inglés, el descanso dominical, el accidente laboral, el trabajo de la mujer, la uso de la silla en los lugares de trabajo y el estatuto del docente. Además de abogado y legislador, fue docente universitario y autor de varios libros. Enseñó en la UBA y fue rector de la Universidad Nacional de La Plata. Fundó la materia “Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social”, que se impartió en la Facultad de Ciencias Económicas. Apenas consumado el derrocamiento de Yrigoyen el 6 de septiembre de 1930, renunció a su cargo de decano de la Facultad de Derecho de la UBA.
Un dato curioso de su carrera como legislador: jamás logró concluir su mandato. En 1908 el presidente José Figueroa Alcorta dispuso la clausura del congreso diez días antes de que Palacios concluyera su mandato. En 1935 fue elegido senador nacional pero su mandato se vio interrumpido por el golpe de estado contra Ramón Castillo en 1943. Durante el primer peronismo fue detenido luego del fallido golpe de estado encabezado por el General Menéndez en septiembre de 1951. Su nuevo mandato de senador nacional fue interrumpido por el golpe de estado contra Aturo Frondizi en 1962. Cabe agregar, por último, su designación como embajador en Uruguay durante el gobierno de Eduardo Lonardi (1955) y su participación, como convencional constituyente, en la reforma constitucional activada por el gobierno de Aramburu (1957) (fuente: Wikipedia, la Enciclopedia Libre).
Buceando en Google me encontré con una magistral semblanza que de Alfredo Palacios hizo el destacado historiador José Luis Romero. Se titula “La figura de Alfredo Palacios” (Redacción, Volumen 5, Número 51, 1977).
Escribió el autor:
“Todo hace pensar que es muy urgente rescatar del olvido la figura de Alfredo Palacios. Apenas se ha ahondado en el estudio de su acción, de su obra y de su personalidad. Sin embargo todo ello es ingente, enorme, casi tremendo, sobre todo si se tiene en cuenta siempre a este luchador solitario que no rehuyó jamás el combate y que nunca pidió apoyo de nadie sino que se limitó a recibir el que se le quiso ofrecer. Tenía algo de campeón. Tenía algo de lidiador. Y con estas virtudes personales afrontó un vasto programa de trabajo, que se impuso desde muy joven, y que cumplió tesoneramente durante más de sesenta años. Es bien sabido que su obra tanto parlamentaria como estrictamente intelectual, y la de luchador político y social, constituye un capítulo importante y decisivo en la historia de la República. Es sabido también que su acción universitaria constituyó un ejemplo que acaso no ha sido analizado todavía como merece.
Él puso al servicio de este proyecto de vida, que se hizo desde muy joven, una personalidad singular, de cuya intimidad sabemos poco, porque era extremadamente pudoroso para desnudarla, pero de cuyas formas de exteriorización sabemos mucho porque están consustanciadas con la historia del último medio siglo. Yo creo que podría hablarse para definir a este medio siglo, a estos sesenta años que pasan desde el momento en que llega a la banca de Diputados hasta el momento de su muerte como «de la época de Palacios». Quizá pudiera ser el título para un estudio integral de su labor, porque durante tanto tiempo nadie hizo tanto por las ideas por las que luchaba, nadie fue un actor tan decidido, nadie fue un testigo tan fidedigno y nadie ejerció como él ese papel de «fiscal de la República» que él mismo se asignó.
Esa larga vida tuvo dos polos que atrajeron su atención, su dedicación, su devoción. Fueron la universidad y la política. Sería muy difícil deslindar en Palacios lo que en él era obra universitaria y lo que en él era trabajo de político. En realidad la intercomunicación entre ambas actividades fue íntima, quizá porque ejerció siempre la política como un magisterio, de modo tal que algo repercutía en su labor política de lo que era su actitud universitaria. A nadie que haya seguido los acontecimientos de este último siglo —los que los hemos seguido paso a paso porque hemos sido sus discípulos, sus amigos, sus correligionarios, sus admiradores, por qué no decirlo, o aquellos otros que ya estarían obligados a aprender lo que fue su labor en los libros, como se estudia la labor de las grandes figuras—, a nadie se le escapa que, con todos los defectos que pudo haber tenido, su personalidad fue siempre ejemplar y no declinó jamás en sus convicciones fundamentales.
No sé de cuántos puede decirse lo mismo. Quizá de muchos ciudadanos ignorados, pero él saboreó la vida pública, estuvo en contacto con el halago que proporciona la popularidad, pudo haberse dejado tentar por el poder o por la fortuna, y no hay en su historia personal un momento en el que haya declinado su comportamiento insobornable. Quizá resulte obvio todo esto para quienes lo conocieron, o para los que conocen su labor. Si algo no se puede discutir de Palacios es su comportamiento. Pero el caso es que sus ideas, me atrevo a decirlo, son más ricas no sólo de lo que suele suponerse sino también de lo que hemos creído. Al cabo del tiempo, una lectura relativamente cuidadosa de su obra, una relectura de una parte de ella me induce a suponer que hay en su pensamiento un poco esparcido en una vasta obra y en mucha obra ocasional un cuerpo de pensamiento verdaderamente extraordinario. Yo no sé si es un cuerpo de pensamiento equiparable al de los grandes teóricos de la política, al de los grandes teóricos del socialismo, al de los grandes teóricos de la filosofía. Quizá no.
Pero hay algo que sorprende a quien relee sus discursos parlamentarios, sobre todo los discursos que pronunció en los congresos del Partido, que son un reflejo fiel de lo que era su personalidad. Esto que sorprende es la íntima relación que hay entre el pensamiento y la acción, entre el pensamiento y la conducta. Esto que sorprende es que esa masa de pensamiento que hay allí no es pensamiento académico y frío. Es un pensamiento profundamente vivido, sentido hasta la médula, puesto al servicio de una causa, jugado en esa causa en la cual él comprometía la totalidad de su vida, con lo cual se tonificaba simultáneamente el pensamiento y la acción. Esto hace de un sistema de pensamiento algo quizá mucho más importante que lo que puede ser un puro sistema de ideas. Era un sistema de ideas vivas y brillantes, era un sistema de ideas comprometido por la acción. La acción estuvo siempre al servicio de los más nobles ideales. Es natural que ese volumen de ideas, ese conjunto de pensamiento, adopte una magnitud extraordinaria y sobre todo una inmensa jerarquía, en la que se confunde la jerarquía intelectual con la moral.
En esta actividad bifronte de Palacios entre la universidad y la política parece destilarse no sólo un amor profundo por la cultura —este del que es testimonio esta casa— sino quizás algo más acerca de la cultura. No sólo un mero amor sino una concepción en la que veo algo de original, siempre en relación con este compromiso profundo y permanente entre el pensamiento y la acción. Palacios tuvo por la cultura una devoción conmovedora. Los que lo hemos seguido durante largos años conocemos lo que fue su inmensa inquietud de lector reflexivo, de hombre permanentemente dispuesto a revisar su pensamiento en función de todo aquello que circulaba y que él podía allegar. Cuando descubrió a Max Scheler se entusiasmó con su famosa y proverbial definición de la cultura como «un saber olvidado». Repetía esta frase con extraordinaria frecuencia, y yo me atrevería a decir que pocas personas de las que conozco -y conozco muchas personas en el ámbito intelectual tuvieron esta virtud de recoger y amasar sabiamente todo aquello que recibían como lo hizo Palacios.
Era su conversación por eso una especie de perpetua aparición no de citas textuales sino de esa reminiscencia que deja una vieja lectura de la cual sale decantado aquello que en ella pudo haber sido desprendido para encuadrarla dentro de su sistema general de ideas. Extraordinariamente singular era la coherencia del pensamiento de Palacios. Vuelvo a repetir: no acaso en el aspecto puramente teórico, sino la coherencia de ese pensamiento movilizado por un deseo de verlo operar sobre la acción, de verlo transmutarse en vida creadora. Esta vida creadora era lo que precisamente él creía que sólo podía alimentarse en una sólida formación cultural. Él la amasó durante muchos años, y tuvo ricas y apasionadas lecturas juveniles que correspondían a los novelistas del naturalismo, como Emilio Zola, naturalmente, o a los poetas del modernismo, o a los filósofos positivistas, en los que lo inició en cierto modo José Ingenieros.
Tuvo luego una formación jurídica, cuyos rudimentos adquirió sin duda alguna en la universidad, pero que alimentó constantemente en busca de una doctrina que pudiera servirle para elaborar lo que él llamaría en forma genérica «el nuevo derecho». Y se interesó por las figuras clásicas del derecho, se interesó por las figuras que despertaban una nueva inquietud en el pensamiento jurídico. Siguió el pensamiento de Ihering, siguió el pensamiento de Del Vecchio, y todo esto se combinó con su preocupación sociológica por todo lo relacionado con el derecho penal y sobre todo con lo relacionado con el derecho del trabajo.
Yo diría que hubo muchos otros campos que él frecuentó. Es sorprendente su conocimiento de los clásicos, algunos bien leídos y otros a medias —como nos pasa a todos, por lo demás—, pero aquellos que había leído y aquellos en quienes había encontrado algo que despertara su vocación o que fundamentara su concepción de la vida —Tácito por ejemplo, en el que veía esa especie de nostalgia del sentimiento republicano, que era uno de los pilares de su concepción de la vida política—, estos los había leído densamente y había obtenido de ellos este robustecimiento fundamental de lo que constituían sus convicciones básicas. También los clásicos políticos, que conocía estupendamente bien; no sólo el viejo Aristóteles, al que volvía con mucha frecuencia: Maquiavelo, Hobbes. Y por encima de todo eso, creo que desde el principio de su carrera, pero muy particularmente después del año 30, se desarrolló en Palacios una profunda vocación filosófica, que tenía algo que ver quizá con una constante preocupación por los problemas fundamentales, y que lo condujo una y otra vez a la lectura del Evangelio.
Leyó naturalmente a los filósofos del positivismo, que eran los que estaban en boga cuando él empezó a despertar a la vida intelectual; leyó los clásicos de la filosofía, leyó con cuidado a Kant —me consta—, leyó con cuidado extraordinario a Gianbattista Vico, a quien citaba con frecuencia, y de cuyo pensamiento extrajo muy buena parte de su concepción de la vida histórica y social, una concepción vital para él, en cuanto alimentaba su pasión política y social. Y cuando empezó a difundirse en la Argentina la nueva filosofía alemana, se deslumbró. Volvió a algunos de los clásicos, volvió a leer a Hegel, y empezó a leer la nueva filosofía alemana —Max Scheler sobre todo— y cayó bajo la seducción de Ortega y Gasset, en cuyo pensamiento descubrió geométricamente formuladas muchas de las cosas que él pensaba y muchas de las cosas que esperaba oír decir.
No era hombre de conformarse con el pensamiento recibido. Su lectura fue siempre crítica, y quien mueva los ejemplares de esta casa descubrirá que hay muchísimos libros, quizá la mayoría, marcados, señalados, subrayados, con notas al margen. Su lectura era una especie de diálogo con el autor, y se lo veía enojarse con él, y arrojar el libro furioso cuando no le gustaba, indignarse, insultarlo, como si fuera una especie de diálogo, porque así leía, en diálogo, en el que se enfrentaba su propio pensamiento con todo aquello que recibía de esa inmensa biblioteca, que no era esta sino la que él tenía en cabeza, aquella que había conseguido ordenar al cabo de muchos años de lectura, y que constituía una especie de selección de la cultura universal que conducía como por un conducto estrecho a lo que era estrictamente su propio pensamiento.
Alguna vez se le criticó su afán por las citas, pero yo desafiaría a quienes lo criticaban a que encontraran algún desfase en esas citas. La cita está siempre traída para incorporarla a un pensamiento orgánico, a un pensamiento que era el suyo, a un pensamiento que estaba organizado mucho antes de empezar a leer, sin perjuicio de que fuera reordenándose al compás de cada lectura. Toda esta preocupación por la cultura es la que trasciende en su obra. Palacios ha dejado una larguísima obra escrita que no ha tenido todavía el análisis que merece. Hay libros, naturalmente, que forman parte del más alto patrimonio de la cultura argentina, como el Echeverría. Pero hay en sus discursos parlamentarios tal cantidad de saber, tal cantidad de elaboración de ideas propias y ajenas —nadie sabe al final qué es lo propio y lo ajeno—, tal riqueza, tal militancia, que constituye un repertorio no sólo de ideas, sino de programas, un repertorio de replanteamientos de cuestiones viejas y nuevas, siempre original, y siempre movido por el afán de encontrar cuál es el movimiento creador que puede estar atrás de esas ideas.
Era una de sus preocupaciones, y quizás esta preocupación sea la que explique cómo esta manera de entender la cultura plasmó finalmente en la concepción de la universidad. Porque así como no pensó jamás que la cultura fuera un bagaje de cosas muertas, yuxtapuestas a la personalidad, con la forma de una especie de adorno, sino que pensó que, por el contrario, tenía que ser una permanente creación viva, de la misma manera fundó toda su acción universitaria. Fundó toda su concepción de la universidad en el rechazo de la concepción académica para reemplazarla por una concepción de la universidad viva. «La universidad no puede ser —dijo algunas veces— un repositorio de conocimientos adquiridos. Tiene que ser necesariamente un hogar donde se cree un pensamiento nuevo». Esta idea ha hecho fortuna, pero no era fácil sostenerla como él la sostuvo. En realidad él compartió esta idea con ese movimiento universitario al que prestó inmediatamente su adhesión —la Reforma de 1918— porque vio en él el instrumento eficaz para hacer de la vieja universidad académica, de la vieja universidad que era repositorio del saber adquirido, una universidad nueva que fuera creadora de un nuevo saber.
Palacios se plegó a la Reforma inmediatamente. Fue, con Alejandro Korn, con José Ingenieros, con Juan B. Justo, con Mario Sáez y tantos otros, de los primeros entre los primeros, de los primeros que descubrieron que el movimiento reformista significaba una transformación fundamental en la universidad argentina pero también en la vida política argentina. Universidad y política no se separaron jamás en su concepción y el tema, polémico entonces y polémico ahora, estuvo presente siempre en su mente y nunca se desdijo de su concepción originaria. Hacía ocho años aproximadamente que estaba en la universidad cuando estalló el movimiento reformista. Había llegado a la Facultad de Derecho de Buenos Aires en 1910 como profesor suplente de Historia de las Instituciones Jurídicas. En el curso de poco tiempo fue profesor de Legislación del Trabajo en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata y allí fue muy pronto decano, como lo fue, en circunstancias memorables, en la Facultad de Derecho de Buenos Aires. Fue luego finalmente, es bien sabido, presidente de la Universidad de La Plata en el momento en que se produjo la revolución de 1943.
“Ya profesor, vinculado a la tradición académica de la Facultad de Derecho, vinculado a hombres de la más rancia tradición conservadora, algunos de los cuales, como el Dr. Obarrio, él admiraba extraordinariamente, se encontró con este despertar juvenil que fue el movimiento cordobés de 1918 y descubrió que algo importante estaba pasando en el país. Quizá le importó más, me atrevería a decir, que el triunfo radical de 1916. Casi en secreto, yo diría que había en Alfredo Palacios un hombre de élite que sentía muy profundamente los problemas de la cultura con una hondura y un compromiso personal extraordinariamente profundo. Lo que pasaba en la Universidad, lo que empezó a suceder en la Universidad, lo conmovió tanto como lo había conmovido la condición de la clase obrera en la Argentina. Y así como no había vacilado en luchar por la difusión de las ideas socialistas; así como se había enfrentado en los actos públicos con las policías bravas; así como palpitaba en el contacto con estas multitudes obreras que tenían por él extraordinaria admiración, de la misma manera se sintió atraído de un modo incontenible por el movimiento juvenil del 18 al que le asignó un papel decisivo en la transformación de la Universidad”.
29/04/2025 a las 4:54 PM
Aún recuerdo haber leído las loas que Alfredo Palacios hizo a la Revolución Comunista Rusa (1918) con entusiasmo y expectativa de que la URSS fuera un faro para el proletariado. La realidad política y social argentina no avaló esa esperanza. En una película argentina del año 1939, donde Enrique Muiño interpretaba a un padre de familia se hace constar que le reprochaba al novio de su hija: ¡Che… pero socialista!
29/04/2025 a las 6:20 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Fin de la tregua en Diputados: una semana corta pero de alto voltaje
Miguel Jorquera
Página/12
29 de abril de 2025
El Congreso retomará esta semana una agenda intensa y complicada para el Gobierno, que se postergó por la muerte del Papa Francisco. La Cámara de Diputados abrirá el calendario con la interpelación en el recinto del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Justicia, Mariano Cuneo Libarona, por el Criptogate que compromete al presidente Javier Milei. La saga continuará el miércoles en el anexo de la Cámara baja con la constitución de la Comisión Investigadora del caso $LIBRA, donde oficialismo y oposición buscarán romper la paridad de integrantes para definir quien la presidirá y de cuya elección dependerá en gran parte si se avanza o no en la investigación de la cripto estafa de escala internacional. También habrá plenarios de comisiones emplazadas por el pleno de la Cámara para tratar distintos proyectos impulsados desde la oposición sobre la prórroga de la moratoria previsional y declarar la emergencia en discapacidad.
INTERPELADOS
La interpelación a Francos y Cúneo Libarona concentrará hoy todas miradas políticas, a pesar que el ministro de Economía, Luis «Toto” Caputo, decidió desertar y no responder al interrogatorio de los diputados sobre la estafa de la cripto moneda $LIBRA y del que también busca zafar el titular de la Comisión Nacional de Valores, Roberto Silva. Pasaron casi 30 años de la última vez que un ministro fuera interpelado (como estable de la Constitución) por el Parlamento: el último fue el ex ministro de Economía de Carlos Menem, Domingo Felipe Cavallo, el 30 de agosto de 1995, que tuvo que responder sobre la privatización del Correo Argentino a la que el ministro calificó como “una traje a medida” para el empresario postal Alfredo Yabrán, que en 1998 se suicidó antes de ir preso acusado por el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas.
Los detalles de la interpelación se terminarán de definir hoy en la reunión de Labor Parlamentaria prevista para el mediodía, dos horas antes que comience la sesión. En principio hará una exposición de los funcionarios de una hora, que podrá extenderse media hora más. En caso que asistan Francos y Cúneo Libarona (como está previsto) compartirán tiempo. Luego se tomará la misma cantidad de tiempo para que los interpelantes –miembros de los cinco bloques (UxP, EF, DpS, CC y FIT) que impulsaron la citación–, formulen preguntas y los interpelados respondan. Después se abriría el tiempo para el resto de las bancadas (oficialistas y colaboracionistas), con una serie de preguntas agrupadas por tiempo que buscarán aliviar a los interpelados, en una mecánica similar a las sesiones informativas del jefe de Gabinete.
Desde la oposición pidieron que haya cierres de bloques para hacer consideraciones finales, donde en tono político evaluarán las respuestas de los funcionarios sobre la cripto estafa que involucra al Presidente y a su entono más íntimo en el poder. La sesión podría durar cerca de diez horas.
INVESTIGACIÓN
Con escasas expectativas sobre lo que puedan responder los ministros de Milei en las interpelaciones, las bancadas opositoras apuestan a la conformación de la Comisión Investigadora citada para este miércoles a las diez de la mañana en el Anexo de la Cámara baja. Allí habrá una dura disputa por la presidencia de la comisión, que es la que en definitiva marcará los tiempos de una investigación que la Casa Rosada busca bloquear para tratar de diluirla en el olvido.
Luego que la Cámara baja aprobó la creación de la Comisión, su presidente, el riojano Martín Menem, promovió la creación de interbloques (PRO con MID y LLA con provinciales) y la división de otros (como la ruptura del bloque oficial de la UCR) para ampliar y ganar más sillas propias en la integración. El resultado fue la paridad de fuerzas entre sus 28 integrantes: 14 para los bloques que impulsaron su creación (UxP, EF, DpS, CC y FIT) y 14 para los libertarios y los bloques colaboracionistas.
Los opositores consideran que la investigación que involucra a Milei debe estar presidida por la oposición pero los libertarios quieren tener en sus manos la comisión que indague un posible acto de corrupción de su Presidente y de su entorno en el Gobierno. Cada sector desempolvará mañana las cartas que pondrá sobre la mesa para tratar de romper la paridad, de la que dependerá que la investigación avance o naufrague en el intento.
MORATORIA Y EMERGENCIA
La semana legislativa en Diputados se completa con otros dos temas donde la oposición logró emplazar a las comisiones para tratarlos. Y la estrategia oficialista (que preside comisiones clave como Presupuesto) fue convocarlas para este mismo miércoles, el día previsto para la conformación de la comisión investigadora sobre el criptogate.
Uno de ellos será el plenario de las comisiones de Discapacidad; Acción Social y Salud Pública; y de Presupuesto y Hacienda, prevista para mañana al mediodía para tratar el expediente 7861-D-2024 “Declaración de la emergencia en discapacidad en todo el territorio nacional hasta el 31 de diciembre de 2027 inclusive”. La iniciativa apunta a revertir los fuertes recortes presupuestarios del Gobierno, que tras supuestas auditorías dio de baja unas 300 mil pensiones por discapacidad. En lo que lleva de gestión Javier Milei, solo accedieron a una pensión el 0,1 por ciento de las personas solicitantes y el último aumento en los importes fue del 0,5 por ciento en diciembre. Esto además del maltrato del Ejecutivo –como explicó el presidente de la comisión de Discapacidad, Daniel Arroyo (UxP) durante el emplazamiento–, que a través de la resolución 187 “vuelve atrás con el concepto de invalidez, y ponen conceptos como ‘idiota’, ‘débil mental’, ‘imbécil’, para las personas con discapacidad volviendo 100 años atrás”.
El otro, es el plenario de las comisiones de Previsión y Seguridad Social y de Presupuesto y Hacienda –citado para este miércoles a las 14— distintos proyectos vinculados a la prórroga de la moratoria previsional que el Gobierno dio por terminada, y que margina a nueve de cada diez mujeres y siete de cada diez hombres no lograrán alcanzar los 30 años de aportes necesarios para acceder a la jubilación. Por lo que las personas que no puedan completar esos aportes solo recibirán la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM): a la que accederían recién a los 65 años, con haberes equivalentes al 80 por ciento del haber mínimo, que no permite pensiones derivadas (como viudez) y desconoce aportes previos.
29/04/2025 a las 6:24 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
En plena tensión electoral, Mauricio Macri, Santiago
Caputo y Manuel Adorni coincidieron en la cena de la Fundación Libertad
Federico Galligani
Infobae
28 de Abril, 2025
En medio de las negociaciones para una eventual alianza electoral, las principales dirigentes de La Libertad Avanza y el PRO coincidieron este lunes por la noche en un evento en el que hubo algunos acercamientos informales, pero también encuentros fríos entre las partes.
Desde las 19:00, los referentes de ambos partidos comenzaron a llegar a Parque Norte para participar de la cena anual de la Fundación Libertad, a la que también asistieron políticos de otros espacios, empresarios y figuras del espectáculo, entre otros.
La jornada estuvo marcada principalmente por los discursos del ex presidente Mauricio Macri y del vocero Manuel Adorni, quien habló en nombre de Javier Milei, que se ausentó con previo aviso.
En el lugar había algunos funcionarios del Gobierno, como el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, y el vicejefe de Gabinete Ejecutivo, José ”Cochi” Rolandi.
Una de las sorpresas de la noche fue la aparición del asesor presidencial Santiago Caputo, quien ingresó al salón apenas un minuto después de Macri.
El estratega libertario, con gran influencia en la gestión, se sentó en una de las primeras mesas junto a algunas de las figuras de su entorno más cercano, como Macarena Alifraco, el legislador bonaerense Agustín Romo, Lucas “Sagaz” Luna y los integrantes del equipo digital Juan Carreira y Tomás Jurado.
Antes de que comenzaran los paneles, Caputo recorrió algunas mesas y conversó largamente con el diputado del PRO Luciano Laspina y con dirigentes de LLA como la armadora porteña Pilar Ramírez.
Si bien pasó varias veces cerca de Macri, el asesor presidencial no intercambió palabras con él y solamente hubo un saludo formal entre ambos, en un contexto de tensión política.
Quiénes sí se abrazaron muy efusivamente fueron Romo y el jefe del bloque amarillo en la Cámara baja, Cristian Ritondo, que es el encargado de llevar adelante las negociaciones para un acuerdo en la provincia de Buenos Aires.
El diputado del PRO se acercó hasta la mesa en la que estaban los representantes de “Las Fuerzas del Cielo“ y después de unos minutos se sumó al diálogo el propio Caputo.
Anteriormente, quienes fueron una imagen de la buena sintonía entre los dos partidos fueron Pilar Ramírez y Sabrina Ajmechet, que desde hace tiempo es cercana a Milei.
En la cena estuvieron además el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro; los ministros de Economía, Luis Caputo, y de Salud, Mario Lugones; el secretario de Trabajo, Julio Cordero; la diputada Lilia Lemoine y la ex canciller Diana Mondino.
También asistieron la diva de la televisión Mirtha Legrand, el conductor de televisión ”Robertito“ Funes y varios intelectuales liberales, como el chileno Axel Kaiser.
Previamente, hubo un Cocktail en el mismo salón, del que participaron otras figuras de la actualidad, como el diputado de la UCR Martín Tetaz, el influencer Franco Rinaldi y el legislador porteño expulsado de LLA, Ramiro Marra.
Poco después de las 21:00, los invitados a la cena tomaron asiento y escucharon, primero, las palabras de Gerardo Bongiovanni, uno de los ex titulares de la fundación.
“Creo que hay muchas cosas muy buenas que está haciendo el gobierno, pero hay dos que me parecen extraordinariamente importantes: primero, la reivindicación del término ‘libertad’, que es bueno defenderla y es bueno para un país; y segundo, la cuestión del Estado, que en la Argentina se había convertido en un gran curro”, sostuvo.
Posteriormente, quien habló fue uno de los economistas más admirados por Milei, el doctor Alberto Benegas Lynch (h), quien destacó que “en este tiempo se redujo un 30% en términos reales el gasto público y se ha desregulado a pasos agigantados”.
Luego fue el turno de Macri, quien cuestionó en duros términos al “populismo”, al que acusó de entregar “un gran presente a costa del futuro“.
“Creo que son muchos más los que se han dado cuenta de que el Estado presente es una mentira”, remarcó el ex presidente, aunque no habló de las negociaciones políticas con el Gobierno.
El cierre quedó a cargo de Adorni, quien opinó que “el problema es el kirchnerismo” y deseó que permanezca “la convicción de jamás, jamás volver atrás”.
Además, defendió las medidas de la actual gestión, sostuvo que “se sobre cumplieron los objetivos planteados” y aseguró que “la inflación ya tiene el acta de defunción firmada”.
“A pesar de que decían que el ajuste iba a recaer sobre la gente, la mayor parte del esfuerzo lo hizo la política y eso se ve de manera palpable en la inflación, que pasó de más del 50% a comienzos del 2024 al 38,1 según la última medición, y sigue bajando”, destacó.
En diálogo con Infobae, el titular de la fundación, Gerardo Bongiovanni, agradeció la presencia de los dirigentes de diferentes signos políticos y consideró que “el hecho de que hayan asistido significan que valoran el trabajo” de esta institución.
“Lo agradezco de verdad, porque yo entiendo que, en medio de la carrera electoral, a veces te conviene una cosa y a veces otra. Por supuesto, hoy era medio Capuletos y Montescos, y se entiende, pero también vi conversaciones y entendimientos, así que espero que ayude”, agregó.
29/04/2025 a las 6:29 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La Argentina, una torre de Babel
Carlos Pagni
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
29/4/025
Hay un relato clásico registrado en el libro del Génesis, el primero que uno encuentra al abrir la Biblia, que cuenta que los descendientes de Noé intentaron construir una torre que llegara hasta el cielo, al lugar de Dios.
Para penar ese acto de soberbia, Dios los castigó de una manera muy peculiar: confundiendo sus lenguas, su modo de comunicarse. Es una forma de explicar la existencia de muchos idiomas. La consecuencia de ese castigo fue la dispersión de la humanidad y la fragmentación idiomática.
Hay una imagen que llamó mucho la atención en el funeral del papa Francisco, registrada en el bautisterio de San Pedro. Donald Trump y Volodimir Zelensky, sentados, enfrentados en dos sillones, comenzando a dialogar.
Esta escena contrasta con la última imagen impactante que teníamos de ellos: cuando, junto al vicepresidente JD Vance, le hicieron una escena de bullying a Zelensky en la Casa Blanca. La fotografía fue tomada como un símbolo de comunicación, de diálogo, y obviamente como un triunfo diplomático de la Iglesia, impulsado por la Secretaría de Estado del cardenal Pietro Parolin, uno de los candidatos a suceder a Francisco si así lo decide el cónclave que empieza el próximo miércoles 7.
Interesa esta imagen por su rareza. Más allá de que Trump tiene un conflicto con Zelensky, y una mayor proximidad con Vladimir Putin que su antecesor Joe Biden, dos personas pueden dialogar en un mundo desarticulado, fragmentado y convertido en una especie de Torre de Babel.
Existe un libro magnífico que se llama 30 días del poder, escrito por el historiador norteamericano Henry Ashby Turner. Se refiere a los 30 días anteriores a la llegada de Hitler a la Cancillería alemana en enero de 1933. Turner sostiene de manera muy contundente que era muy difícil que Hitler llegara al poder, y se pregunta por qué llegó.
Llegó porque cada dirigente importante de la clase política alemana de aquel momento tenía una hipótesis errónea respecto del comportamiento de los demás líderes: una Torre de Babel. Cada uno pensaba que el otro iba a hacer algo distinto de lo que efectivamente quería hacer. ¿Por qué se produjo eso? Por incomunicación. La tesis de Turner es que la incomunicación genera el caos. La incomunicación “engendra monstruos”, como diría Hegel.
Estamos en un mundo y en un país muy dominado por ese fenómeno. Tanto que Milei tuvo que pedir disculpas por haber insultado al Papa. Dio una explicación un poco extraña, diciendo que lo insultó porque, dada su condición de pensador anarcocapitalista, no podía entender el rol de un líder comunitario. Eso no justifica los insultos. Pero hay una estrategia de agresividad que se manifiesta también, no solo en la Argentina, sino en muchos otros países, en los ataques a la prensa.
Ataques premeditados, que forman parte de estrategias inspiradas en encuestas. Lo que vemos en la Argentina es una receta ensayada en otras sociedades democráticas: suponer que el factor que más moviliza políticamente a las sociedades es el odio, la bronca, la furia, el ir contra algo, no a favor de algo. Esto después se implementa con técnicas de comunicación que vemos aquí, en Estados Unidos, en Francia, en Alemania, en Gran Bretaña con el Brexit. Probablemente todo nació en Italia con Beppe Grillo (Cinque Stelle). Es una forma de ejercicio de la democracia que la corroe desde adentro, porque la democracia supone comunicación, intercambio de mensajes entre la gente y los dirigentes, y entre los dirigentes entre sí.
Hoy asistimos en la Argentina a un proceso de fragmentación difícil de entender, que da la impresión de no ser intención de nadie. Es una especie de inercia colectiva que ha ganado sobre todo a la dirigencia política. Es importante advertirlo porque la Argentina viene, y no sabemos si todavía no está incursa, de una crisis de representación, un gran entredicho entre la gente y la dirigencia, entre representados y representantes.
Cuando uno mira ese fenómeno, entiende mejor la llegada de Milei como un outsider que va contra la política, contra la dirigencia tradicional impugnada por la sociedad. Y lo primero que se pregunta mirando el proceso político es: ¿cuál será la reacción de la clase política convencional, de la dirigencia tradicional, ante el desafío de una sociedad que la impugna, la desconoce, que prefiere votar a alguien ajeno a ese club como Javier Milei?
La respuesta que da la dirigencia más tradicional, aquellos actores que dominaron la vida pública en los últimos 20 años, tiende a profundizar el problema, no a resolverlo. Observamos malentendidos, conflictos, fragmentación que responde a motivaciones muy difíciles de entender en términos colectivos. Es complejo comprender qué tienen que ver esos conflictos con el bienestar general, con las respuestas que la gente espera de la política y del Estado. Daría la impresión de que la crisis se agudiza, se acelera, se profundiza. No se resuelve. No se revierte.
Tenemos dos procesos electorales raros delante de nuestros ojos. Surgieron de la decisión de dos gobernantes —Jorge Macri, en la Capital Federal y Axel Kicillof, en la Provincia de Buenos Aires— de adelantar las elecciones locales. Y a partir de ese adelantamiento, se abre una discusión inédita. Normalmente, la discusión política en la Capital Federal, y mucho más en la Provincia de Buenos Aires, se solapa con la discusión política nacional, como si no existiera una agenda local.
En la Ciudad, los comicios del 18 de mayo son insólitos: son elecciones para elegir solamente legisladores porteños. Y todavía es más raro el proceso electoral en la Provincia: una elección para elegir solamente diputados y senadores provinciales, concejales municipales y consejeros escolares municipales. Es una discusión provincial que probablemente nunca haya existido. Estas dos elecciones son el escenario de dos crisis que hay que ver cómo se resuelven.
Resta determinar si son dos crisis que se resuelven o agudizan en este conflicto. Una es la crisis del macrismo, que es un gran actor de la vida pública argentina a partir del gran colapso del 2001. La otra es una crisis dentro del kirchnerismo, que es el otro gran actor de ese proceso que se abre en 2001. Macrismo y kirchnerismo fueron dos intentos de reconexión, del no peronismo y del peronismo, con el electorado, que hoy parecen ambos estar agotados.
En la Capital Federal observamos un entredicho entre, para ponerle nombre y apellido, Macri y Milei. Hace unos días llegó a sus peores términos: Macri sugiriendo que Milei compró dirigentes del Pro, y Milei contestando que muestre la factura. Este nivel de discusión política no es novedoso en los últimos tiempos. Un rasgo muy llamativo del discurso de La Libertad Avanza es acusar a Macri de hacer negocios. Y lo más curioso es que la primera que acusó a Mauricio Macri y a Jorge Macri de haber capturado la ciudad de Buenos Aires para ese fin fue Patricia Bullrich, es decir, alguien que todavía milita o está registrada en las filas del Pro, y que fue la última candidata presidencial de ese partido.
Hay entonces en la Ciudad una disputa en lo que va del centro a la derecha por la pretensión de La Libertad Avanza de quedarse con el electorado del Pro. En esa ciudad, que es la sede principal del poder de los Macri, y la principal vidriera del Pro como partido. Ese partido está sometido entonces a este desafío: una fuerza que discursivamente es muy afín, tanto que Macri bendice todo lo que es la política económica del Gobierno y disiente con su política institucional, le resta votos. La Libertad Avanza erosiona al espacio que lidera Macri con esa eficacia que le da tener un discurso muy parecido. No es que piensen distinto: quieren lo mismo, que es ese electorado.
El Pro, sus candidatos y la principal figura para las legislativas, una excelente legisladora nacional, Silvia Lospennato, están amenazados también por una disidencia, que es la de Horacio Rodríguez Larreta. Macri dijo en una entrevista que le hizo José Del Rio en LN+ que el exjefe de gobierno porteño se fue del PRO y está solo. Pero habrá que ver si la gente se enteró de eso y no sigue viendo a Larreta como una expresión más de ese partido, después de tenerlo por más de 20 años como un dirigente fundador de esa fuerza.
Estas dos amenazas plantean un signo de interrogación muy importante sobre el resultado y sobre lo que ocurrirá con otras fuerzas: ¿Qué va a pasar con Manuel Adorni, que es la cara del Gobierno, como vocero de Milei? ¿Qué va a pasar con el peronismo, que está sometido también a una fragmentación, pero menor? Hay un peronismo en la Ciudad que está en un proceso de renovación, que lleva a Leandro Santoro como principal candidato. Es un dirigente con un tono radical que puede apelar a un votante no peronista. Podría ocurrir que si la doble amenaza de La Libertad Avanza y de Larreta sobre el Pro es efectiva, el peronismo se ubique como primera fuerza en el resultado final, o queden muy parejos Adorni con Santoro. Y que el Pro quede relegado a un tercer lugar. Es una posibilidad si uno juega con determinadas variables.
Este martes va a haber un debate. Será una discusión fría, prácticamente técnica, organizada por el Instituto de Gestión Electoral obedeciendo el Estatuto de la Ciudad. Allí van a participar 17 candidatos. Hay quienes se preguntan si fue inteligente haber adelantado la elección, como hizo Jorge Macri, porque lo que se verá en ese debate muy probablemente es a 16 de estos candidatos yendo contra la administración Macri y Lospennato, que va a tener que poner en juego sus mejores capacidades.
Existe otra novedad que habrá que esperar para confirmar: que Adorni decida no ir, amparado en un artículo que obliga a realizar ese debate y que dice que, por causas de fuerza mayor, el primero de la lista se puede ausentar e ir el segundo. Si Adorni decide no concurrir lo hará Solana Pelayo, directora del Banco Nación, segunda en la lista de La Libertad Avanza.
Incógnitas que siguen apareciendo respecto de esta elección: si va a haber o no otra novedad, candidatos testimoniales en el PRO. Los candidatos testimoniales que conocíamos hasta ahora eran peronistas: fueron los candidatos de aquella lista encabezada por Néstor Kirchner en 2009 contra Francisco de Narváez, Mauricio Macri, Felipe Solá. Esa alianza que enfrentó al gobierno de entonces, que era el de Cristina Kirchner, se encontró con candidatos que se postularon y después no ocuparon los cargos para los cuales se postulaban, que eran básicamente diputaciones. Entre esos candidatos estaban Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa.
Puede suceder que Hernán Lombardi y Laura Alonso no asuman como legisladores porteños, que se mantengan en sus cargos en el gobierno de la ciudad y que, para eso, asciendan Lautaro García Batallán y Lorena Braccia, la sobrina de Daniel Angelici, que está armando su bloque en la Legislatura.
Todas estas son anécdotas, frente a la verdadera incógnita: ¿Cómo queda al final de este proceso la Legislatura? Cuando se desencadenan conflictos y se inicia una inercia de enfrentamientos se van acumulando agravios y es muy difícil detener esa dinámica.
La pregunta es si Jorge Macri va a seguir contando con la fuerza suficiente como para garantizar su gobernabilidad o seguirá este virus de conflictos operando y vamos a ver un gobierno sometido a la inestabilidad por parte de sus opositores. No es gratis para la política nacional que en la Ciudad haya un proceso inestable, que tiene repercusión también en el Congreso. Estamos hablando de una competencia electoral que, por el lugar donde se realiza y las características que está adquiriendo, puede tener consecuencias más allá de ese distrito.
Como en un espejo, en la provincia de Buenos Aires pasan cosas parecidas. Milei quiere matar a Macri, como Néstor quiso matar a Duhalde, y lo hizo siguiendo un consejo de Maquiavelo: “Del primero del que tenés que deshacerte cuando llegás al poder es del que te ayudó a llegar, porque ese tiene parte del poder”.
En la Provincia hay otro conflicto, más íntimo. En el caso de Milei y Macri representan lo mismo y piensan parecido, pero en PBA es casi filial: Kicillof, que se levanta contra Cristina Kirchner. Para hacer un gesto de afirmación personal, imaginando su carrera hacia la presidencia de la Nación. Ni los mejores expertos saben cómo se inició este conflicto. Es una cadena de ofensas mutuas.
Lo cierto es que Kicillof dice que quiere ser candidato a presidente pero no un Alberto [Fernández], por lo tanto, quiere que su candidatura nazca en una afirmación contra Cristina, sin ningún tutelaje. Él supone que tiene votos distintos a los de Cristina. Lo tiene que demostrar. Es una tesis discutible y audaz porque hasta ahora Kicillof era admirado porque era el principal discípulo de Cristina, aquel a quien ella creó. Ahora no quiere ser un subordinado.
Cristina Kirchner mira del otro lado y dice que no va a permitir que Kicillof avance por ese camino porque no quiere a otro Alberto, que sería un insubordinado, un rebelde, ¿un traidor? Lo que está pensando es encontrar otro candidato a presidente porque Axel Kicillof no le sirve, entre otras cosas porque no entendió que podía ser el suyo y dividió al peronismo de la Provincia. También se abre otro interrogante: ¿Cómo ofrecerle a los kirchneristas un candidato presidencial más kirchnerista que Kicillof? Hay una tesis que supone que, para zanjar este conflicto, en 2027, si Kicillof quiere ser candidato, Cristina debe enfrentarlo.
Jorge Macri adelantó la elección porque Milei se quiere quedar con la base del Pro, y salvó su ropa, incluso desentendiéndose de la suerte de su primo. Desde la Casa Rosada lo fueron a buscar a la elección que adelantó y le pusieron a Adorni, que no es un candidato local, sino de la propia Casa Rosada. En la provincia, Kicillof se quiere afirmar, demostrar que no es Cristina y, por eso, adelantó la elección, lo que generó que Cristina lo vaya a buscar postulándose como candidata a diputada provincial de la Legislatura en La Plata por la tercera sección electoral.
La primera sección electoral de la Provincia es la zona norte, la segunda es lo que linda con Santa Fe y el norte de la costa del Río de La Plata, con ciudades importantes como Pergamino. Está la tercera, que es clave e incluye el conurbano típico: Lomas de Zamora, Avellaneda, Lanús, Florencio Varela, La Matanza. Cristina justamente quiere competir por la tercera, donde Kicillof tiene dos apoyos territoriales importantes con Mario Secco en Ensenada y Jorge Ferraresi en Avellaneda. La cuarta, muy rural, es Lincoln, Junín, Pehuajó; la quinta, en el sudeste, es Mar del Plata, General Pueyrredón, Chascomús; la sexta, cuya sede central es Bahía Blanca; la séptima, que es literalmente el corazón de la Provincia, con Olavarría y Azul; y la octava, que es la ciudad de La Plata.
Hay un detalle importante: si se aprueba la ley de ficha limpia, que excluiría de la carrera a personas que tienen sentencia firme, a Crisina no le alcanzaría porque sería diputada provincial. De todas formas, el Gobierno no quiere tratar esa ley ahora porque no le quiere dar un escenario a Lospennato para la elección porteña. Lospennato es es la gran impulsora de la iniciativa.
Todavía queda la discusión de qué va a hacer la Corte con la señora de Kirchner. ¿Va a ratificar o no el pronunciamiento condenatorio de la Cámara de Casación? Y lo más importante: ¿Lo va a hacer antes o después de las elecciones? Porque si la Corte lo confirma antes, Cristina quedaría inhabilitada para ocupar cargos públicos por al menos diez años.
Este lunes hubo una novedad: la Cámara de Diputados de Buenos Aires, a instancias de Kicillof, suspendió las PASO bonaerenses. Es importante porque, no solo la gente no va a tener que ir a votar tres veces, sino que, además, en este conflicto entre Cristina y Kicillof, desaparece un instrumento que les podía resolver el problema político.
Si hubiera primarias, podían armar dos listas, competir en cada sección y después integrarse para ir juntos a la elección general de septiembre. Kicillof quiso romper ese instrumento y anularlo, con lo cual ahora, para que el peronismo no vaya dividido en la provincia de Buenos Aires en dos listas, Cristina y él tienen que poner en juego una gran capacidad de negociación que hasta ahora no han demostrado. Los tenemos que ver sentados, como Trump y Zelensky en alguna iglesia del conurbano, dialogando acerca de cómo armar una lista común.
Los que están muy cerca del fenómeno hoy dicen: “Están locos, no dialogan”. Es posible que el peronismo de la provincia de Buenos Aires vaya roto a la elección. Uno que está mirando esta secuencia —y no sabe si le conviene o no— es Massa, que piensa algo así como: “Un peronismo dividido no me sirve”. Pero un peronismo en el que Cristina condene a Kicillof sí le sirve, porque él puede ser el heredero de esos votos de Cristina, que hasta ahora eran de Kicillof, sobre todo si sigue manteniendo su alianza con Máximo Kirchner. Le sirve para ser candidato a presidente en 2027, pero también ahora, para diputado en 2025, como primer candidato del peronismo bonaerense.
Pero hay otros actores que están mirando este paisaje, que son peronistas disidentes, que no forman parte del peronismo oficial: Joaquín de la Torre, líder del partido de San Miguel; y Julio Zamora, intendente de Tigre, que terminó derrotando a Massa y a Malena Galmarini. Ellos piensan que, si el kirchnerismo se divide entre Cristina y Kicillof, ellos podrían armar listas e ir por el medio. ¿Y quién dice que no ganarían en algunas regiones de la provincia?
Hay otro protagonista de este drama, que es La Libertad Avanza y el PRO. Si fueran unificados, y enfrente está el peronismo dividido, probablemente una fuerza no peronista termina ganando las secciones electorales de la provincia de Buenos Aires en la elección anticipada de Kicillof, que sería una elección suicida, un poco como la de Jorge Macri. Pero aquí la pregunta es: ¿se van a poner de acuerdo Milei y Macri, que se están acusando de comprarse dirigentes uno al otro y de tener negocios en la Ciudad? ¿Es posible un acuerdo en provincia cuando se están matando en la Capital Federal?
Macri se sacó una foto la semana pasada en Mar del Plata con un dirigente clave: Cristian Ritondo, el entrañable “Pucho”. Esa foto es importante porque está diciendo que Ritondo todavía está de su lado, por más fotos que se sacó con Milei. Es decir, el PRO todavía no se terminó de entregar. En la foto no está Santilli, que sí cruzó, aunque nadie lo sepa.
Si hay un conflicto entre Milei y Macri, al peronismo se le facilita la tarea, aunque esté en crisis. Ahora uno podría ponerse a pensar: ¿serán tan delirantes Milei y Macri de pelearse con un peronismo dividido en la provincia y renunciar a ese triunfo? Sí, puede pasar, porque lo que vemos es que hay una dinámica superior inclusive a la percepción del propio interés.
Vemos cómo está funcionando, delante de nuestra vista, una dirigencia política en estado de fragmentación y de conflicto, que a la primera que daña es a ella misma, con una sociedad que, como dijo aquel encuestado delante del encuestador, cuando le preguntaron qué hacía la política: “la política es un circo vacío”, contestó. Pareciera que sigue siendo un circo vacío del cual la gente se retiró.
Todo este panorama habla de una fragmentación creciente: este martes lanza una fuerza propia la doctora María Eugenia Talerico, que ha sido una abanderada de la lucha por la calidad institucional, sobre todo en el debate sobre la designación de Ariel Lijo para la Corte. Talerico va apoyada por Ricardo López Murphy y por el senador formoseño Francisco Paoltroni. Entonces tenemos ya tres fuerzas no peronistas en la provincia de Buenos Aires, y frente a esa ventaja, aun así, pareciera que el peronismo puede ir dividido a la elección.
La pregunta, la misma que nos hicimos para la Capital, es: ¿cómo queda la Legislatura bonaerense después de un proceso como este, tan conflictivo? De esa pregunta se deriva otra: ¿cuál es el nivel de gobernabilidad que podrá conquistar Axel Kicillof para los dos próximos años de su gestión? La cual, además, va a estar sometida a un debate importantísimo: es la primera vez que va a haber un debate bonaerense. Entonces va a haber dos temas clave para discutir: la educación —que en PBA es un desastre principalmente imputable al sindicato docente, a Roberto Baradel, un aliado de Kicillof— y la seguridad.
Todo este panorama, en el fondo, fortalece al Gobierno en un momento en que ha vivido un proceso de deterioro que no sabemos si se detiene o no, pero es un proceso de deterioro de la imagen de Milei y de la gestión, pero que dada esta situación del resto de la política nadie capitaliza, al menos todavía.
Este lunes apareció de nuevo el Índice de confianza del Gobierno, de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, con una caída. El índice, que mide de 0 a 5, está en 2,33. El promedio de Milei hasta ahora era 2,51. La variación respecto del mes anterior es una caída del 3,7% si la medimos en porcentaje.
Lo que nos muestra el estudio de la Universidad Di Tella es la historia de este índice desde diciembre de 2001. Tenemos a Néstor Kirchner, que tuvo un promedio de 2,49; Cristina, 1,71 (1,83 en su segundo mandato); Macri, 2,27; Alberto, 1,69 -el piso-; y Milei, 2,51, pero ahora lo tenemos en caída.
Lo que explica la universidad Di Tella respecto a qué pasó es que el Índice de Confianza del Gobierno se confecciona desde noviembre de 2001 en base a una encuesta de opinión pública a nivel nacional y se mide en una escala de 0 a 5. El índice de abril fue de 2,33 puntos con una disminución del 3,7% respecto del mes de marzo de 2025.
El nivel de confianza actual es 10,7% menor al de la medición de abril de 2017. Durante el segundo año del gobierno de Macri, el índice estaba 11% por encima del actual de Milei. Y está 34 o 35 puntos por encima de la misma medición en el caso de Alberto Fernández. Por eso nadie quiere ser Alberto.
Con estos números, el gobierno de Milei registra su quinta caída mensual consecutiva en abril de 2025. El descenso acumulado desde diciembre de 2024 es de 12,4%. La variación respecto de marzo fue negativa en sus cinco componentes: la capacidad para resolver los problemas del país cayó 3%; la honestidad de los funcionarios bajó 1,5%; la eficiencia en la administración del gasto público —lo cual es novedoso, dado que se supone que es el gran mérito de este Gobierno— cayó 0,2%, casi nada. La evaluación general del Gobierno retrocedió 4,9% y la preocupación por el interés general cayó 9,7%. Se percibe como un gobierno un poco insensible.
Esto coincide con otra encuesta muy confiable en los últimos tiempos: la de la consultora brasileña AtlasIntel, que ha tenido aciertos en toda la región, también en la Argentina y especialmente respecto de Milei. La encuesta que acaba de publicar indica que el 47,5% de los argentinos lo desaprueba y el 41,8% lo aprueba. La aprobación cayó 4,7 puntos porcentuales respecto de marzo. El 44,4% lo considera “muy malo” o “malo”, y “excelente” o “bueno”, el 35,7% -esto referido al gobierno, no a Milei-. “Regular”, 17,4%, una suba de 10 puntos porcentuales respecto de marzo. “No sabe, no contesta”, 2,5%.
El Gobierno experimenta una decadencia de la que no se beneficia nadie, porque no vemos a nadie que capitalice lo que el gobierno va perdiendo. Habrá que ver si aparece alguien. Da la impresión de que, de cara a las elecciones, es difícil que surja una fuerza capaz de capturar esto, porque lo que estamos viendo es que los demás se están peleando entre ellos.
Estamos viendo si esta erosión se detiene o no con el acuerdo con el Fondo, con la salida del cepo y con la operación virtuosa que ha venido realizando el Gobierno en materia financiera, verdaderamente exitosa. Habrá que ver también cómo se comporta la inflación y cuánto tiene que ver ese repunte, aunque sea mínimo, con este estado de desencanto que aparentemente se manifiesta en la opinión pública.
O quizá no tenga que ver con la economía, como plantea Macri, sino con una retracción de la gente frente al estilo del Gobierno, su conflictividad, y sobre todo su desprolijidad institucional, en lo que el tema judicial tuvo tanto que ver. Especialmente la postulación del juez Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia. Es una pregunta importante, porque en esa materia siguen existiendo cuestiones muy escabrosas.
Una de ellas tiene que ver con la justicia federal de la provincia de Santa Fe, más específicamente de la ciudad de Rosario, que tanto ha llamado la atención por su criminalidad ligada al narcotráfico. Además, ahí se encuentra el principal puerto del país, ligado a la hidrovía, donde presumiblemente pasan cargamentos de droga que no se consumen en la Argentina.
Allí está el juez Marcelo Bailaque, quien debía investigar al principal narco de Rosario, Lindor Alvarado. No solo no lo investigó, sino que el contador de Alvarado resulta ser también el contador del juez. Nada menos que el contador de un narco preso en la provincia de Buenos Aires. Además, el hijo de ese contador trabajaba en el juzgado.
Aparece también un funcionario de la antigua AFIP, Carlos Vaudagna, que se entregó como arrepentido y declaró: “Yo estaba en combinación con el juez Bailaque extorsionando empresarios; les armábamos causas truchas para sacarles plata”. Aparecen empresarios como Fernando Whpei, cuyos negocios con la política se extienden hasta Río Negro, ligados a la componenda entre Bailaque y Vaudagna.
Es significativo porque el miércoles los fiscales de Santa Fe van a presentar ante el juez Eduardo Rodríguez Cruz la imputación contra Bailaque. Definirán los delitos por los cuales, para ellos, debe ser condenado, y probablemente pidan alguna medida cautelar que puede ir desde la obligación de presentarse ante alguna autoridad cada vez que quiera salir del país, hasta la prisión preventiva —sea en una cárcel o domiciliaria— por el riesgo de fuga.
Hay un puente entre la situación general de la política y la situación institucional de la Justicia. Y habrá que ver si la insensibilidad frente a estos problemas no le está pasando factura también a Milei en las encuestas.
29/04/2025 a las 6:32 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei habilita a las Fuerzas Armadas a detener civiles
Nazareno Suozzi
Prensa Obrera
28/4/025
El gobierno de Milei autorizó a miembros de las Fuerzas Armadas a detener personas que cometan delitos en flagrancia. Lo hizo en nombre de la lucha contra el narcotráfico y las redes de trata, aunque mantiene intactos los pilares sobre los que se montan esos negocios. Más bien, se trata de otra vuelta de tuerca en el intento de reforzar los rasgos despóticos y represivos del Estado, en un contexto de intensificación de la crisis económica y de aumento del descontento popular.
La medida regirá fundamentalmente en las fronteras donde están desplegadas las FF.AA. en el marco del Operativo Roca, impulsado por el oficialismo y en el que también participa Gendarmería. El gobierno planea movilizar hasta 10.000 militares en las provincias de Salta y Jujuy. El Operativo Roca se suma al Plan Güemes, promovido también por el gobernador salteño Gustavo Sáenz, que se ejecuta desde 2024 y ya dejó como saldo el asesinato de un trabajador bagayero a manos de la Gendarmería –cinco gendarmes acaban de ser imputados por ese crimen.
Al respecto, Gabriel Solano, diputado y legislador del Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad, señaló: “Con esta nueva resolución, se da un salto aún mayor en la militarización de la frontera, otorgando a los militares un poder discrecional peligrosísimo: podrán detener no solo por delitos comunes, sino también frente a manifestaciones y protestas sociales. Es urgente exigir la inmediata anulación de esta resolución ilegal y represiva. No podemos permitir que se avance en la criminalización de quienes luchan por vivir y trabajar dignamente”.
El gobierno impulsa esta política en nombre del combate contra el narcotráfico, cuando implementó un blanqueo que permitió a grandes delincuentes legalizar su dinero espurio; contra la trata de personas, cuando la ministra Bullrich es partícipe del operativo de encubrimiento que se orquestó para proteger a los responsables de la desaparición del niño Loan; y contra el contrabando, cuando mantiene en pie los negocios capitalistas –que incluyen el contrabando de droga y granos– en los puertos y la Hidrovía.
Asimismo, se alinea con la política de reforzamiento de las fronteras y antimigrantes impulsada por su aliado Donald Trump. Al sostener que los negocios turbios que tienen lugar en la frontera son organizados por extranjeros, Milei busca crear un enemigo interno para dividir a los trabajadores. En países como México y Colombia, la política de introducción del ejército en el “combate” contra el narcotráfico –promovida por el Pentágono– terminó con la aparición de narcomilitares y con un aumento inusitado de la violencia.
El oficialismo refuerza las potestades represivas del Estado para atemorizar a los trabajadores en un contexto de aumento de las luchas obreras, y para estar en mejores condiciones de imponer su plan de ajuste al servicio de los capitalistas y el FMI.
Por otro lado, la medida fue anunciada en momentos en que aterrizó en el país el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Alvin Holsey, quien se reunirá con el ministro de Defensa, Luis Petri, y con el jefe del Estado Mayor Conjunto argentino, Xavier Isaac. Probablemente visite Ushuaia, lugar donde el gobierno norteamericano quiere instalar una base militar.
Fuera los militares de las fronteras.
11/05/2025 a las 3:13 PM
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