Por Hernán Andrés Kruse.-
En su edición del 24 de noviembre de 2024, Infobae publicó un artículo de Ernesto Tenembaum titulado “Los infinitos complots que perturban el sueño presidencial”. El autor analiza la obsesión del presidente de la nación por controlar a quienes lo rodean. Cree que todos, salvo su hermana y Santiago Caputo, conspiran a diario para pulverizar la marcha de su gobierno. Tenembaum rememora los casos, entre tantos otros, de Diana Mondino (Canciller), Nicolás Posse (Jefe de Gabinete), Mario Russo (ministro de Salud) y Julio Garro (secretario de Deportes).Cada funcionario de Milei sabe perfectamente que en cualquier momento, por las razones más extravagantes, puede ser eyectado sin misericordia. En las últimas horas la víctima fue nada más y nada menos que el legislador porteño Ramiro Marra, quien fue un soldado de Milei desde el principio. Tal drástica decisión se debió, según LLA, al hecho de que Marra era propenso a no seguir las directrices del partido, es decir, a obedecer las órdenes del presidente de la nación.
Lo notable es que Milei se autotitula “liberal”. Sin embargo, sus métodos de control sobre quienes trabajan a sus órdenes son muy parecidos a los métodos del autócrata Vladimir Putin. Para garantizar la lealtad de sus súbditos no trepida en castigar y desplazar funcionarios de manera continua, muchas veces por razones que sólo Putin comprende. Semejante arbitrariedad persigue el control total a través del miedo. Emerge en toda su magnitud la eficacia del miedo como herramienta de disciplinamiento. Por supuesto que don Vladimir lejos está de ser un pionero en este tema. Buceando en Google me encontré con un ensayo de Maximiliano E. Korstanje (Universidad de Palermo, Argentina) titulado “El miedo político en C. Robin y M. Foucault”. Centra su atención en los análisis efectuados por Michel Foucault y Corey Robin. A continuación paso a transcribir la parte del ensayo dedicada al pensamiento del politólogo estadounidense.
DE THOMAS HOBBES A HANNAH ARENDT
Javier Milei y Santiago Caputo. Maximiliano. E. Korstanje (Universidad de Palermo, Argentina) titulado “El miedo político en C. Robin y M. Foucault”.
“En el capítulo primero, el autor examina en profundidad las contribuciones y limitaciones de la teoría política de Thomas Hobbes. El miedo, en tanto que condición necesaria para salir del estado de naturaleza y entrar a la civilidad, deviene como creación disuasiva para la convivencia social. Enfrentado directamente a los pensamientos revolucionarios de Cromwell y sus seguidores, Hobbes enfatizaba que existen en el hombre dos tipos de pasiones. La primera se refiere a la búsqueda y el apetito de poseer un objeto específico mientras la segunda tendencia es conservadora y se explica por la aversión a ser despojado de los bienes adquiridos. Si la avidez, entonces, deja al hombre en una especie de actitud maníaca con respecto a los riesgos de desear lo que es de otro, el miedo restaura los desequilibrios de la pasión anterior previniendo que otro me someta a su voluntad. Con el objetivo de evitar la “guerra de todos contra todos”, los hombres crean un Leviatán a quien le confieren el uso exclusivo de la fuerza o coacción. El imperio de la ley protege al hombre en forma integral, incluso de sí mismo.
Por el contrario, en el segundo capítulo Robin revisa críticamente la posición de Montesquieu con respecto a Hobbes. Tan diferentes debido a las condiciones socio-históricas que ambos pensadores atravesaban, pero tan similares en la esencia de su pensamiento, sus contribuciones han resistido el paso del tiempo. En contraposición al régimen despótico de Luis XIV, y en tanto perteneciente a la nobleza, Montesquieu prefiere hablar del “terror despótico” para denunciar las atribuciones de este monarca. Si bien, Montesquieu recurre como Hobbes al miedo político para explicar porque el Estado se mantiene unido, el terror avasalla al individuo despojándolo de todas sus virtudes. La solución a esta condición sería el Estado Liberal y la distribución tripartita de poderes los cuales ayudarían al pueblo a limitar los deseos atemorizantes del príncipe.
Las contribuciones de Montesquieu al estudio del miedo político versan sobre dos canales importantes. Por un lado, advierten sobre el doble juego que mantiene al déspota iluminado en política exterior pero cruel y autoritario en cuanto a asuntos internos. El príncipe lleva una doble vida mintiendo ambas imágenes en forma separada. Por el otro, el miedo no adquiere una característica irracional sino todo lo contrario. Resultado de las expectativas, ambiciones y estrategias de los sujetos el miedo se constituye como tal tejiendo los hilos de la motivación. Los individuos desean concretar ciertos fines en su vida, mas lo hacen no por voluntad sino por miedo a fracasar y por enfrentar los sacrificios que ese beneficio promete. Precisamente, este es el punto de coincidencia entre Montesquieu y Hobbes.
04/02/2025 a las 7:49 AM
Fe de erratas
DE THOMAS HOBBES A HANNAH ARENDT
“En el capítulo primero, el autor examina en profundidad las contribuciones y limitaciones de la teoría política de Thomas Hobbes.
04/02/2025 a las 1:33 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Javier Milei a examen, apunten contra Mauricio Macri y todos se juegan todo en la elección porteña
Fuente: Clarín
(*) Clarín
3/2/025
LA DEBILIDAD DE MILEI ES LA EMERGENCIA MÁS GRAVE
De todas las emergencias que tiene la Argentina la más grave es la debilidad del Gobierno. Supera en efectos a todas las otras emergencias operativas que el Gobierno se hizo legalizar por las leyes de Bases y el DNU 70.
Logró delegación de facultades para gobernar por DNU sin vigilancias (hasta ahora) del Congreso, una Auditoría General de la Nación controlada por el peronismo pero sin haber completado su representación, y un vínculo viscoso con los gobernadores que le permite iniciar el tercer año sin haber sancionado un presupuesto.
Como le ocurrió en 2017 a la gestión de Juntos por el Cambio, el público que observa y retiene decisiones importantes y se pregunta si esa debilidad del Gobierno se prolongará después de las elecciones de octubre, o si el mileísmo recuperará oxígeno.
Es el mismo examen que le hicieron a Macri en 2017 y a Alberto Fernández en 2021. En 2017 el resultado, aunque airoso para el gobierno, no fue festejado por el público y los mercados. Tampoco convenció el resultado del examen que rindió Alberto en 2021.
NADIE SABE AÚN CÓMO SE VOTARÁ
Un remedio de doble filo para reparar esa debilidad ha sido la búsqueda, como herramienta de gobierno, de destruir la maquinaria de la administración. Es una de las lecciones de los manuales Bannon de captura del Estado en el populismo de derecha.
En la Argentina, se trata de volver a 1930 y empezar de nuevo. En ese desguace entró el sistema electoral. Con tal de tener algún control del proceso, el Gobierno va a unas elecciones que se vienen encima en pleno debate sobre con qué reglamento se harán. Nadie sabe cómo se vota y eso enreda cualquier proyecto.
Esta frivolidad, como otras, se les vuelve en contra a sus autores. El Gobierno, sin haber buscado más que crear desconcierto sobre las reglas que se aplicarán, terminan yendo a unas elecciones nacionales con Boleta Única.
Ese sistema es el sueño de los dirigentes territoriales, gobernadores e intendentes, algo que ni Milei ni La Libertad Avanza tienen. Tampoco el culto a la personalidad del Presidente puede producir ningún arrastre sobre categorías inferiores.
Se enredan también en el debate de las PASO, un sistema que afecta a formaciones dispersas, pero no a las que tienen autoridad y caudillos fuertes, como el peronismo en lo nacional y en las provincias. La experiencia de los Kirchner en 2009 debió iluminar este error de disparar un debate que se les vuelve en contra.
En aquel año adelantaron las elecciones nacionales con el pretexto de que el mundo se nos caía encima por la crisis financiera. Además, inauguraron aquel yeite de las candidaturas testimoniales. Y Francisco de Narváez, que no registraba peso en la balanza, les ganó a Néstor, Scioli, Massa y Nacha Guevara en Buenos Aires. El crimen no paga.
CARANCHEOS: QUIÉN SE COME A QUIÉN
La crudeza de la confrontación electoral desnuda los activos y pasivos de cada fuerza. La debilidad del Gobierno lo empuja a intentar una captura de posiciones ajenas entre los aliados del PRO y otras fuerzas que fueron de Cambiemos.
Se resigna, por esa debilidad, a buscar fortaleza en el «carancheo» de dirigentes que necesitan de alguna ayuda de arriba para seguir en carrera. Pero al final termina siendo punto y no banca, de otros que sí tienen valencia propia y para quienes una palmadita oficialista los ayuda, pero no les cambia la vida.
Es la característica de algunos reclutamientos del mileísmo como Diego Kravetz, Diego Valenzuela, o los que le puedan aportar alianzas con el cornejismo de Mendoza, el juecismo de Córdoba y otras comarcas del conurbano. Todos estos se suben al mileísmo para ayudarlo, pero antes, para ayudarse ellos mismos a no perder atados a un cuerno del PRO.
En su momento se podrá concluir si fue el mileísmo el que se comió al PRO o si el PRO comenzó a comerse al mileísmo, desde aquella noche cuando parlamentaron en Acassuso Mauricio Macri y Javier Milei, acercados por Patricia Bullrich.
MILEI QUIERE LA JEFATURA IDEOLÓGICA DE MACRI
En esos términos transcurrió el cruce entre cuatro puertas que protagonizaron el miércoles Diego Santilli con Lule Menem, el Menem a quien más espesura le reconocen en el Gobierno.
Santilli va por el mundo con una cucarda envidiable para sus pares. En cualquier encuesta que se haga, es el dirigente con mayor ponderación de todos los que aportan a la góndola del arco no pejotista. Esa marca lo hace levitar por sobre las miserias de los otros candidatos del PRO, su partido, y del mileísmo, que sólo buscan salvarse de una derrota.
Santilli, desde ese rol, no entiende que sus allegados del PRO y LLA no busquen colgarse del ganador. Esa tarde, minutos antes de ir a la sede de Balcarce del PRO a reunirse con Macri y la mesa más chica, Santilli lo intimó a Lule a que formen un frente que los beneficie a todos.
Este Menem rechazó sólo hablarlo. De ninguna manera. Los queremos de a uno, y queremos que todo empiece en CABA. ¿Justo ahí se les ocurre? El asesor mileísta insistió en que quieren la capitulación en Capital para terminar con Jorge como instrumento de Mauricio, pero que el botín final es el expresidente.
¿Qué quiere Milei?, se crispan del otro lado. A Javier lo que le interesa es convertirse en el jefe de la derecha conservadora de la Argentina, y sólo lo va a lograr si lo descabeza a Mauricio, que ejerce ese rol en las ligas internacionales.
¿Juego de vanidades? Ni Mauricio ni Milei son figuras ligadas a ninguna ideología. Sus saberes, al menos lo que transmiten en sus libros, les pertenecen a sus ghost writers o a lo que ven por TV. Macri es más hombre de Netflix y los Harari que de las academias. Milei parece más un hombre de perros, del rock y de la ópera. ¿Porque se juegan en un turno crítico, como son las elecciones de este año, por una hegemonía ideológica? Es algo más pedestre. Si los Macri pierden el poder en la ciudad, su poder entra en un cono de sombra irremontable. Si Milei no ejecuta la cláusula de parricidio que tiene pendiente todo advenedizo, nunca se recibirá de gran jefe.
PATRICIA, DIRIGENTE INTRANSITIVA
Para castigo de tanta vanidad y de voluntad de poder desatada sin razones, el oficialismo arriesga posiciones importantes. La primera es estratégica. Por su debilidad debería ocuparse de desbaratar las fuerzas adversarias, es decir, las de Unión por la Patria, que tienen la primera minoría en las dos cámaras de Congreso.
En lugar de eso, con estas peleas porteñas desbarata las fuerzas propias. De esta manera se infiere una herida de la que le costará recuperarse, como le ha costado hasta ahora a Macri haber emprendido una pelea suicida dentro de Cambiemos contra Larreta, Carrió y los radicales.
Perdió lo que tenía y no ganó lo que quería ganar con su apoyo a Patricia Bullrich, una dirigente políticamente intransitiva. Recibe poder y se lo queda, cuando le tiran un centro nunca lo cabecea a otro. Si la pelota viene de arriba, la agarra con la mano y se la queda. Macri fue víctima de esa situación.
CABA RIESGOS DE CORNISA EN CABA
Ese es el debate que se agazapa en el secretismo de las relaciones entre las dos fuerzas. Mauricio Macri insiste en un acuerdo total que no le cueste a su partido el control del principal distrito que gobierna, la CABA. El Gobierno ha elegido precisamente el avance sobre esa plaza con un objetivo compartido con el cristinismo.
¿Justo ahí se le ocurrió desplegar una táctica que contradice el manual? Debería considerar que se juega toda su gestión en el resultado de las elecciones porteñas de nivel municipal. Si pierden allí, habrá una difícil recuperación del mileísmo. Como será letal si el PRO porteño pierde estas elecciones. Estos riesgos de cornisa le ponen morbo a una disputa que ha despertado a muchos que estaban en la siesta veraniega.
SESIONES EN DOMINÓ
Las vanidades de alta peluquería -dirá Aníbal, que no es la morsa- chocan con lo pedestre del trámite político de esta semana. Se dispara el martes un dominó de decisiones que van a mostrar una radiografía de los activos y pasivos de cada protagonista y de su capacidad para defender su interés.
Un plenario de tres comisiones intentará eludir el pedido de la oposición de que se trate el presupuesto. El oficialismo cuenta con la presión de los gobernadores que reciben plata por debajo de la mesa -los hay de todos los colores- para que no se trate.
Algo deberán hacer desde la cúpula para que algunos legisladores no se declaren enojados y se vayan del plenario. Si se quedan podrán tratar el proyecto de suspensión de las primarias PASO, un pedido del Gobierno y de un sector del peronismo, que necesita en el recinto 129 votos. Hay dudas de si se lograrán.
DOS PRUEBAS PARA MARTÍN M.
La experiencia dice que, para tener 129 votos seguros, tenés que tener 140 en el recinto, porque cuando se empiecen a organizar habrá fugas de legisladores que no se sienten comprometidos con el sí o el no en las PASO. Despacharán su incertidumbre saliendo del recinto. Martín Menem, como presidente de la Cámara, tiene dos pruebas que pasar:
1) Asegurar el bono para los diputados a cambio de quedarse callados y no dejar sin quórum por el presupuesto; esa maniobra incluye alguna prenda de negociación con el voto de UP para que salvar la suspensión. Para el peronismo es difícil apartarse de la estrategia de estar todos juntos, que le asegura la mejor capacidad para competir con un oficialismo deshilachado.
2) El bono a pagar será asegurar que el proyecto de reforma electoral de las PASO no se mete con el sistema de financiamiento público-privado que rige en el país. El Gobierno querría eliminar el aporte del Estado. Pero Miguel Pichetto les advirtió en la última reunión con los vicejefes de Gabinete que no se metieran con el morral de los partidos. Con que suspendan las PASO y ya se ahorran un dineral. Las primarias cuestan el doble que la general. La democracia es cara, pero se paga con holgura.
El novelón no termina acá. En el Senado, para que haya sanción, algunos senadores peronistas van a tener que dar el voto. El cristinismo aún no ha decidido qué hará, y el conjunto tiene 34 senadores cuando la aprobación va a necesitar 37 positivos.
El Senado permanecerá en pausa hasta el 24 de febrero. En esa fecha debe reunirse para la llamada Sesión Preparatoria. Se (re) eligen autoridades, pero también jura la entrerriana Stefanía Cora, que reemplazará al tránsfuga-prófugo Edgardo Darío Kueider. Es la banca 34.
ELECCIONES YA, O ESPERAR HASTA OCTUBRE
Si todo va como lo han acordado, la Legislatura porteña tratará la suspensión de las primarias PASO apenas tenga sanción en la Cámara de Diputados -ocurrirá este jueves 6-. Ese detalle es un prisma de todo lo que puede ocurrir en las legislativas nacionales.
El peronismo de la CABA, ligado a la conducción de Juan Manuel Olmos y Víctor Santa María, y a un arco de dirigentes que buscan distancia respecto del cristinismo, coinciden con los objetivos del PRO de los Macri. Necesitan mantener parcelas de poder ante los contagios del mileísmo y el cristinismo sobre sus fuerzas en un distrito vidriera.
Los Macri aspiran a ganar las elecciones locales que esperan imponer para el 11 de mayo. Es decir, ahora mismo. Si logran este dominó entre las dos legislaturas le arrebatarán al mileísmo el capital que no tiene, que es el tiempo. Olivos querría elecciones lo más tarde posible para que maduren medidas de gobierno que, en su ilusión economicista, les pueden favorecer en las elecciones, pero recién hacia la primavera.
LARRETA, EL PERIPATÉTICO
Larreta reaparece esta semana con un plan de campaña peripatético: caminar los 100 barrios porteños. Dice que no tiene decidida ninguna candidatura, pero hace cosas de candidato. La gravitación de la pelea en el distrito pone en primer lugar la necesidad de que los dirigentes se comprometan con el resultado de las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires.
Larreta mide su capacidad de representación como postulante a legislador porteño por una marca distinta a la del PRO. Con el nivel de conocimiento que tiene y las marcas de popularidad por su gestión, confía que será un llamador de votantes del PRO que buscan apartarse de las tentaciones de ciertos dirigentes, como Mauricio Macri, de enredarse en alguna alianza con el mileísmo.
La chance de Horacio de ser cabeza de la lista de legisladores es una oportunidad para recomponer un arco de entendimiento con fuerzas que lo acompañaron antes, como el PRO no bullrichista ni macrista, la UCR de Emiliano Yacobitti (divorciado de un opacado Martín Lousteau), Daniel Angelici, que sigue siendo enlace con Macri, y la Coalición Cívica.
Esta semana hay un impulso de la mesa chica del primo Jorge de acercarse a Larreta. También para conocer los límites de la candidatura de Jorge Telerman a legislador. Telerman tiene valencia propia, incluso fuera del distrito CABA. En 2023 mandaron a medirlo en Córdoba, en donde suele pasar sus vacaciones, para que fuera candidato a intendente de La Cumbre.
04/02/2025 a las 1:47 PM
El libro del profesor Corey Robin que analiza Korstanje se titula «El miedo: historia de una idea política»
04/02/2025 a las 1:52 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Rosca política, al rojo vivo
Nelson Castro
Fuente: Perfil
(*) Notiar.com.ar
3/2/025
Por si a alguien le cabía alguna duda del poder real de Karina Milei, el episodio que tuvo como víctima de su enojo a Ramiro Marra fue contundente. La expulsión ipso facto del partido del legislador porteño de alto perfil mediático, causada por el hecho de haber votado favorablemente el aumento de impuestos requerido por Jorge Macri en el proyecto de Ley del Presupuesto en el ámbito de la Ciudad fue la conclusión de un largo proceso de distanciamiento con la hermana del Presidente. Por lo tanto, cuando Javier Milei dice que ella es “el Jefe”, no está expresando un eufemismo. El legislador porteño ahora huérfano de partido había intentado mil formas de revertir esta animadversión que le prodigaba la secretaria general de la Presidencia. “Hablo con ella”, llegó a decir en un reportaje hace unos días cuando lo interrogaron sobre su relación. Eso, evidentemente, no era verdad. “Era un traidor”, lo fulminaron desde el círculo áulico del oficialismo. Hay dos datos curiosos: el primero es el retardo con que se adoptó la medida, ya que el presupuesto porteño fue aprobado el 13 de diciembre del año pasado; el segundo es que, además de Marra, también lo votaron a favor los legisladores libertarios Jorge Reta y Eugenio Casielles.
La onda expansiva de humillación a la que se lo sometió a Marra sigue haciendo sentir sus efectos dentro del Gobierno. En muchos funcionarios hay miedo. Para muchos, el mensaje es muy claro: no hay lugar para el disenso interno al que se lo toma como muestra de indisciplina que, por ende, merece un castigo. A eso se le agrega una cuota de maltrato y desconsideración. Por eso, el “indisciplinado” legislador se enteró de la medida por medio de un mensaje en la red X pasadas las once y veinte de la noche del miércoles.
A las peleas internas se les agregan las externas. El Presidente debió batallar a lo largo de la semana con los efectos nocivos que produjo su horrible discurso en Davos, en el que lanzó gruesos improperios contra las políticas de igualdad de género y contra los homosexuales. Intentó en vano hacer creer que había habido una maliciosa distorsión de sus dichos. Lo apoyaron en esa cruzada algunos de los intelectuales que le son afines, que hacen acordar por sus argumentos y formas de expresarlos a los kirchneristas de “Carta Abierta”. Algunos de estos estuvieron en la marcha de ayer a la que el peronismo se subió en su desesperada busca de obtener un rédito político. Salvo alguna muy rara excepción, a la mayoría de ellos nunca se les escuchó decir nada sobre José Alperovich, condenado por abuso sexual contra su sobrina; sobre Fernando Espinoza, denunciado por acoso sexual por una de sus secretarias; o sobre Alberto Fernández, imputado por lesiones leves y graves doblemente agravadas y por amenazas coactivas contra Fabiola Yáñez.
La rosca política está al rojo vivo. Esta semana se concretó la ruptura del PRO en la Legislatura porteña. Lo que se consignó en esta columna la semana pasada se viene cumpliendo inexorablemente: la demolición sostenida del espacio que es el último bastión de Mauricio Macri. El expresidente viene demostrando tener plena conciencia de esto y está actuando para tratar de evitar la extinción de su partido, algo que, a la luz de los hechos, le resulta cada vez más difícil de lograr. Por eso tuvo que interrumpir sus vacaciones en el Sur, para reunirse con sus leales e intentar parar la fuga de concejales, legisladores e intendentes.
Macri ya decidió que va a hacer campaña. El distrito que recorrerá como en sus épocas de jefe de Gobierno será el de la Capital Federal. Eso lo complementará con actos proselitistas en el resto del país. Hay que recordar que este año se renuevan 24 senadores correspondientes a ocho distritos y 127 diputados. El expresidente es plenamente consciente de que con el PRO solo no le alcanza para ganar. Por eso deberá buscar aliados. Y esos aliados no pueden salir de otro lado que no sea la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica. Notable la paradoja de la política vernácula: se pasan la mayor parte del tiempo peleándose en disputas vanas dominadas principalmente por los egos para después caer en la cuenta de que no tienen otra alternativa que la de juntarse.
Las aguas están también revueltas en el peronismo. Cristina Fernández de Kirchner batalla fuertemente para evitar que Axel Kicillof le arrebate la provincia de Buenos Aires. Sin ese distrito, el poder de la expresidenta sufriría una mengua casi letal. “El gobernador está sufriendo ahora en carne propia lo que es la capacidad y voluntad de daño de Cristina”, confesaba hace unos días una voz que conoce al dedillo lo que está pasando entre los dos. En su incesante búsqueda de limitar a su exdelfín, CFK autorizó que se aprobara el presupuesto 2025 para la provincia. No lo hizo como un acto de racionalidad ni muchos menos de bonhomía. Lo hizo para tenerlo controlado. La falta de aprobación del presupuesto 2025 hubiera obligado a la prolongación del de 2024, lo cual siempre le hubiese dado al gobernador un poder de discrecionalidad en el manejo de esos fondos públicos prácticamente ilimitado. Ella bien lo sabe.
La lucha ahora es por el desdoblamiento de las elecciones. Eso es lo que quiere Kicillof. Eso es lo que no quiere la expresidenta. La razón de esto es muy simple: los dos se quieren despegar de la elección nacional que, según las encuestas de hoy en día, serían ampliamente favorables al oficialismo.
Mientras ellos se distraen en estos menesteres, el asesinato de Lucas Aguiar, el joven de 20 años que previamente había contado en una entrevista a C5N que había sido víctima de cinco intentos de robo, generó manifestaciones con muestras de violencia e indignación. Como siempre hace el gobernador, lo único que atinó a hacer es a echarle la culpa al gobierno nacional por la falta de envíos de fondos. Una mentira de las tantas de Kicillof. Durante los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández, CFK y Sergio Massa, la inseguridad en Moreno y el Conurbano profundo era la misma que ahora.
Como se dijo desde el comienzo del mandato de Javier Milei, la gobernabilidad de su gestión está atada a la evolución de la economía. Y, desde ese punto de vista, el Gobierno viene siendo exitoso en el nivel de la macroeconomía. En la micro las cosas son distintas: la realidad que vive el bolsillo del ciudadano de a pie sigue siendo dura.
Los técnicos del Fondo Monetario Internacional terminaron su gestión en Buenos Aires que dejó al Gobierno bien parado.
Los informes del Bank of America y del JP Morgan lo reflejaron en forma precisa, augurando un préstamo importante del organismo –con un primer desembolso de unos 5 mil millones de dólares y otro posterior que podría llegar hasta los 20 mil millones– para que se pueda implementar el levantamiento del cepo. Esta es una medida clave sin la cual el programa del Gobierno de atraer inversiones no podrá avanzar. Se vienen semanas decisivas.
04/02/2025 a las 1:55 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Perón y Milei: contra los mismos enemigos
Claudio Chaves
Fuente: La Prensa
(*) Notiar.com.ar
3/2/025
La runfla de dirigentes políticos y gremiales que se auto perciben peronistas y arrastran descaradamente un sistema de ideas y valores extraños y ajenos a esta identidad político-cultural han perdido el tren de la historia y también la vergüenza.
No se trata del peronómetro, ya no tiene ninguna importancia, pero sí de ser fiel a una tradición política, aunque esta ya no tenga más vigencia. Ni siquiera se trata de la cancelación que el kirchnerismo intentó con Colón y Roca, entre otros, sino de desfigurar y travestir una tradición cultural que fue un capítulo central en la historia patria. Izquierda, kirchnerismo y algunos peronistas despistados buscan desesperadamente al sujeto de la historia, en terminología marxista, un sector social capaz de dar vuelta el sistema que consideran injusto y corrompido.
DERECHOS HUMANOS
Dieron vuelta como una calesita alrededor de los derechos humanos, errando el vizcachazo, de ahí pasaron al feminismo a ultranza logrando cancelar programas de televisión, renegando de estilos y costumbres que se les antojaba discriminatorias y que ahora las mujeres padecen porque no se les acerca ningún hombre.
El delincuente jugó como alternativa, especie de rebelde primitivo que cuestionaba salvajemente la propiedad privada, solo había que convencerlo que tuviera identidad política. Casi lo lograron, el kirchnerismo ganó en las cárceles.
La movilización de Blumberg asustó a Néstor. Al poco andar se olvidaron y el 25 de mayo del 2009 festejaron la fiesta patria en la Plaza Mayo con un grupo uruguayo que con estética nazi reivindicaba la delincuencia y condenaba a las fuerzas del orden. El Himno no apareció ese día. Una vergüenza que se auto percibe la Patria.
Los mal llamados pueblos originarios formaron parte de su imaginario revolucionario, en este caso más grave porque fue una propuesta política del Foro de San Pablo en su primera reunión inmediatamente después de la caída del Muro de Berlín. Fracasados en todos los órdenes ahora empujan con la sexualidad. Son viejos. La sexualidad ocupó un espacio revolucionario, si se quiere llamarlo así, en la década del 60. Hoy es humedad.
La comunidad gay se siente agredida por el Presidente. Perfecto, si es así, hace muy bien en observarle a Milei su error y si da, movilizarse para manifestar su disgusto, para eso ya están organizados, pero que en esa movilización se cuelgue el kirchnerismo, la izquierda y sectores de la CGT buscando en ese ámbito la luz que ilumine el futuro habla de que estas fuerzas son sencillamente el pasado.
LA CGT HA PERDIDO EL RUMBO
No solo si llegara a participar en la movilización del 1° de febrero bajo el rótulo contra el fascismo, según los convocantes, sino de recibir en su sede a la señora Taty Almeida, fundadora de Madres de Plaza de Mayo. Ciertamente es hora de cerrar heridas pero alguien debería pedir disculpas por los líderes sindicales asesinados por el terrorismo; y los terroristas no están. No es difícil adivinar a quien corresponde el descargo. Sería sano escucharlo. Y por último para no hacer muy extenso esta nota.
EL DISPARATE DE NAZISMO
No corresponde a este artículo describir, o al menos intentar hacerlo, el clima mundial que dio origen a los totalitarismos de derecha, fascismo, nazismo y de izquierda stalinismo y maoísmo entre otros. Quizás en otra oportunidad.
Para el presente artículo solo basta decir que en ese mundo convulsionado, donde las democracias habían sido violentadas nació el peronismo en la Argentina. Analizarlo fuera del contexto mundial es un error en el que han caído muchos historiadores y cientistas. El debate continúa.
PERON EN 1946
Pero lo que es innegable, diría incontrastable, y sumamente interesante para los tiempos que corren es identificar contra quien se enfrentó Perón, institucionalmente en 1946. Distinguir el enemigo es fundamental a la hora de hacer política o entender la historia. Perón venció a la izquierda y al progresismo agazapado en la Unión Democrática. Y lo hizo con los Estados Unidos en contra dado que la nación del norte estaba en manos de la progresía Demócrata. El peronismo se comió el verso del antiimperialismo al enfrentarse a Braden cuando no era otra cosa que la izquierda norteamericana contra la derecha argentina.
El secretario privado de Braden era Gustavo Durán, miembro del Partido Comunista Español y combatiente republicano, con el grado de oficial, en la Guerra Civil Española. El lector debe saber que el Secretario General del Partido Comunista Argentino, Victorio Codovilla, constructor de la Unión Democrática actuaba en conjunción con Durán, ambos se conocían de la Guerra Civil Española. Ambos del lado de los Republicanos que era la Unión Soviética.
PARA FINALIZAR
El Gobierno actual, especialmente sus intelectuales, dejo de lado a Milei que desconoce absolutamente de historia, y lo que queda del peronismo y fundamentalmente la CGT, debieran comprender que Perón al igual que Milei enfrentaron los mismos enemigos ideológicos con un hiato de ochenta años: la izquierda y el progresismo.
Naturalmente bajo cuerpos doctrinarios afines a sus tiempos, esto es muy duro de comprender para el antiperonismo que rodea a Milei como para el peronismo residual. Una lástima.
04/02/2025 a las 1:58 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei y la pasión por la expulsión
Luis Costa
Fuente: Perfil
3/2/025
Va quedando en evidencia que el proyecto político de Javier Milei no debería caracterizarse por sus aparentes condiciones ideológicas o por sus decisiones de gobierno, gritadas con insistencia como una especial aventura desreguladora siempre orientada a aumentar la indignación popular. La Libertad Avanza, tanto como partido político, como gestionador del Estado, debería caracterizarse, esencialmente, como una organización especializada en la expulsión de personas.
En la era moderna que nos toca vivir, las ideas de “incluidos” y “excluidos” se ofrecen con modalidades especialmente laxas, no fijas. No es especialmente complejo observar la cantidad de ámbitos a través de los cuales las personas pueden sentirse identificados, sin que ello requiera una precisión muy específica o de una especialización en esa relación. Decir que se simpatiza por un club de fútbol es posible solo con una declaración o un sentimiento personal, sin siquiera saber el nombre del arquero titular del equipo; se puede tener afecto por cierto tipo de literatura, sin tener una licenciatura en Letras; o se puede relacionar con una religión, como lo indicó Max Weber, sin tener claro o al detalle toda la tradición de sus escrituras o las recomendaciones específicas de sus prácticas.
Los ámbitos sociales de mayor complejidad, y esto implica los más masivos, asumen sus propios criterios de universalidad a través de esa misma consideración de variaciones en las modalidades de inclusión. El sistema educativo asume que todos podrán circular por allí, y el sistema del derecho de que se protegen los derechos de las personas, más allá de sus características individuales (no se ajusta más a derecho alguien con más sensibilidad al arte que otro con mayor sensibilidad a los negocios). El beneficio productivo, es decir, en términos de posibilidad de reproducción social, es sobre la base no siempre dicha de la funcionalidad de esta modalidad como solución a las variedades infinitas que la experiencia social ofrece. Como el liberalismo defiende, es posible respetar la experiencia que a cada uno le salga, y que cada individuo, en consecuencia, avance con mayor o menor precisión en lo que pueda hacer en su experiencia vivencial.
Los partidos políticos creados en su mayoría entre finales del siglo XIX y principio del XX detectaron rápidamente que en su interior, y en su despliegue y aumento, iban a tener que adaptarse a las complejidades y variaciones necesarias de toda sociedad, con el objetivo de lograr resultados electorales importantes. Millones de votos, implicaban millones de alternativas y experiencias de quienes evaluaban votar o no, a esas ofertas electorales. La inclusión o exclusión en estos partidos ha estado siempre considerado desde una visión más bien abierta o poco restrictiva, y debería decirse que esto mismo ha sido, menos el resultado de una decisión intelectual, que la consecuencia del reconocimiento de la llegada de las sociedades de masas y de la era moderna.
Con La Libertad Avanza parece surgir el intento de una negación de estas condiciones. El comunicado de expulsión de Ramiro Marra del partido dice que “Todos aquellos que no respeten la agenda del Presidente serán expulsados. No importa quiénes sean”, exponiendo una relación interesante con la condición para estar incluido en este proyecto. Solo estarán “adentro” aquellos que puedan hacer desaparecer su propia individualidad.
A través de esta situación se puede pensar sobre las condiciones de posibilidad hacia el futuro. La oferta del partido de Milei no es sobre la base de una relación variada entre las partes, como elementos que se relacionan de modo alternativo y que se construyen en su misma interacción, sino como elementos unidos por vínculos especialmente rígidos. La expulsión sistemática de sus partes, la salida recurrente de sus funcionarios y protagonistas, es el resultado esperable de este tipo de organización poco aceptable en variedades. Poco tiene que ver esto con el mundo moderno, con la sociedad de esta era; por eso el futuro ofrece preguntas de sostenibilidad necesarias.
Otro componente que debería llamar la atención es la aceptación casi en formato de sometimiento de estos expulsados. Diana Mondino fue lanzada a una zona de no gobierno rodeada de acusaciones muy complejas, y su respuesta fue que había sido “un gran honor trabajar estos meses” con el presidente Milei. Pocas veces se pudo atestiguar una unión tan interesante entre una liberal como Mondino y un comunista como Bujarin al momento que estaba por ser fusilado como resultado de las purgas stalinistas de 1937, y reconociendo al mismo tiempo a Stalin como el líder ideal de la URSS. De Marra se esperaban declaraciones de algún tipo, y en su video terminó expresando su compromiso con las ideas del proyecto. Los que salen, los que son excluidos, casi piden disculpas y rinden pleitesía al líder. Parece en realidad una exclusión con ciertas cadenas. Se sale, pero hacia un destierro, esperando la llegada de un perdón, que se extiende en el tiempo de un aguardar siempre infinito. Villarruel puede en esto, contar también su historia.
Este escenario obliga a pensar sobre la idea de cómo debe ser problematizado el poder en su rol de regulador de las relaciones de interacción, en especial dentro del mundo de la política. Tiene poder quien logra hacer, que con una sola indicación, se ejecute por otra persona la orden que se le ha dado. Quien sigue esta orden comprende que se encuentra en una relación desigual de jerarquía y que conviene, por posibles consecuencias, seguir esa orden, más que rechazarla. Una menor cantidad de esfuerzo y control en estas cadenas de órdenes, en términos sociológicos, implica mayor poder, ya que no requiere refuerzos de otro tipo, como amenazas explícitas y casos extremos, como suelen darse a través del uso de la violencia.
Milei parece gustar más de la literalidad, que de la amenaza. Esto tiene consecuencias operativas notables, ya que produce el miedo al error recurrente, a la posible sanción repentina, y por lo tanto a la anulación de la acción. En La Libertad Avanza todos deben saber que están pasibles de ser castigados con el destierro. Accionar en esas condiciones es complejo, y especialmente restrictivo.
Más que una organización que se oriente en la compleción de objetivos, como podrían ser la reducción de los índices de inflación, el logro de inversiones, o el fin del sistemático déficit fiscal, se trata de una estructura que basa sus operaciones en personas unidas entre sí a través de lazos muy rígidos, con poca flexibilidad interna y que deben accionar cotidianamente con el único objetivo, y fin, de sobrevivir sin ser avisados de que es tiempo de ir a un exterior.
Se pueden subir los impuestos, es factible la incorporación de personas de otros partidos como Scioli, y hasta se puede comerciar con China. Lo único que no se puede evitar es la cólera del castigo de aquel que quiera vivir su vida política, de acuerdo a las condiciones del siglo XXI. No hay nada como el placer de la rigidez de obligar a todos a respetar el proyecto de vida de una sola persona, la del Presidente, porque como diría Rousseau, el que no quiera aceptar la voluntad general, será obligado a hacerlo.
05/02/2025 a las 8:05 AM
DE THOMAS HOBBES A HANNAH ARENDT (cont.)
«En la sección tercera, Robin introduce en la discusión a Alexis de Tocqueville quien a diferencia de los autores antes mencionados, veía en la mayoría una temible amenaza para la democracia. Particularmente, Tocqueville creía que las mayorías populares subsumían el yo político de los ciudadanos en una masa impersonal la cual no permitía disidencias. Si bien, este nuevo régimen político no castigaba directamente a quienes pensaban diferente, los aislaba condenándolos a la soledad y el ostracismo. Las mayorías, según su visión, logran mayorías automáticas sin ningún tipo de liderazgo. Basada en un poder político que otorgaba el derecho a la igualdad, la masa crea el riesgo dentro de sus propias filas y no fuera de él. En este sentido, Robin sugiere que “la descripción de Tocqueville de la mayoría tiránica, pues captaba, su compleja y confusa sensibilidad sobre esta nueva era democrática. Por una parte, Tocqueville tenía una exagerada perspectiva de la omnipotencia de la mayoría y suponía, equivocadamente, que la lucha política entre las fuerzas de la igualdad y las elitistas habían terminado, y que la igualdad había triunfado. Las víctimas del miedo no eran las de abajo, sino las de arriba”.
Al desdibujarse los límites de cada individuo tan ampliamente, el yo democrático crearía un mundo cada vez más aterrador no sólo porque aumenta el nivel de egoísmo, violencia y crueldad sino también la ansiedad. El peligro nace desde dentro de la sociedad expresado tanto en la constitución cultural como psicológica de la personalidad ansiosa. En este caso, la ansiedad no se da por un proceso de individuación y fragmentación del lazo social, sino todo lo contrario: por la sumisión impersonal del yo a una masa anónima. La ansiedad, en otras palabras, es condición in facto esse de la formación cultural de los Estados Unidos de América por ausencia de estructura, línea jerárquica y autoridad. El miedo no viene dado por el uso de la fuerza del Leviatán o del déspota, sino por la ausencia de límites. La propia ansiedad crea las amenazas internas, pone a los hermanos uno contra otro, y los predispone a la desconfianza y pasividad, listos para sacrificar sus propias libertades personales.
Tan reaccionario como a veces conservador y revolucionario, Tocqueville clamaba por un papel activo de Europa en la política mundial. No sólo veía con buenos ojos las incursiones europeas en África y Asia sino que vivió con gran entusiasmo la conformación del etnocentrismo del siglo XIX. El profesor Corey es más que elocuente cuando dice: “era un gran acontecimiento empujar a la raza europea fuera de su hogar y someter a todas las otras razas a su imperio o influencia. En contra de aquellos, como él, que normalmente difamarían a nuestro siglo por su política insignificante, Tocqueville insistió en que nuestra época está creando algo más grande, más extraordinario que el Imperio Romano sin que nos demos cuenta; es la esclavización de cuatro partes del mundo a manos de una quinta”.
Aclarados los puntos principales en pensadores como Hobbes, Montesquieu y Tocqueville, Robin examina en el capítulo cuarto el terror totalitario. Para nuestro autor, fue precisamente H. Arendt quien a su manera criticó el papel del totalitarismo tanto en la Alemania Nazi como también en el Régimen Soviético estalinista. En palabras de Robin, “si a algún otro pensador le debemos nuestro agradecimiento, o nuestro escepticismo, por la noción de que el totalitarismo fue antes que nada una agresión contra la integridad del yo inspirada por una ideología, es sin dudas, a Hanna Arendt”.
Pero sin lugar a dudas, Arendt es la contracara de T. Hobbes; si en Hobbes el miedo lleva a la idea de una pacificación forzosa, en Arendt la sumisión se corresponde con una evidente falta de confianza personal. ¿De donde proviene tanta disparidad en el pensamiento de ambos filósofos? Robin parece encontrar una respuesta tentativa asociada a la visión (en Arendt) de un yo cada vez más fragmentado y débil, perspectiva que no tenía (obviamente) Hobbes. Entre Hobbes y Arendt, el yo había sufrido cambios sustanciales producto de revoluciones y contrarrevoluciones políticas. Las contribuciones de Tocqueville en la conformación de una idea que implica “la pequeñez del yo” frente a la libertad han permanecido en la forma de concebir el miedo político de Arendt.
Alternando la teoría del “terror despótico” de Montesquieu con la auto-humillación del yo de Tocqueville, Arendt propone una nueva forma de concebir lo político. El “terror total” se encontraba orientado a destruir de raíz la libertad y la responsabilidad por los propios actos en aras de la eficiencia racional. No es en así, enfatiza Robin, la brutalidad de los crímenes cometidos por los Nazis o los Bolcheviques contra los disidentes, lo que hace al totalitarismo sino la impersonalidad y sistematicidad con que a diario se ejercían. El objetivo se presenta como externo al sistema ético-moral por voluntad del más fuerte. Esta forma de pensar, propia del existencialismo alemán del cual Arendt no se podía desprender, le causó serios dolores de cabeza ya que fue acusada por sus propios correligionarios judíos de “traidora”.
Las respuestas culturalistas que apuntaban al holocausto y o terror total como resultados de la herencia cultural alemana o rusa, no la convencían en absoluto. Ella sostenía, quizás erróneamente, que lo sucedido en Alemania o Rusia podía ser replicado en cualquier otra nación. Fue así que en su desarrollo, Arendt presentaba a un Eichmann (Eichmann en Jerusalén) desprovisto de una “maldad extrema” casi diabólica, sino como un producto acabado de la lógica legal-racional cuya voluntad crítica había sido colapsada por la ideología Nacionalsocialista.
Tan similar en su argumento a los primeros frankfurtianos (como el caso de Fromm), Arendt insistía en que el miedo político se estructuraba alrededor del hombre-masa cuyos intereses son sacrificados a favor de un líder. Carente de expectativas, política y objetivos, la masa poseía una personalidad patológica de anomia y desarraigo. Esta desorganización era potencialmente funcional a los intereses a los caudillos totalitarios quienes brindaban (temporalmente) un alivio a la ansiedad del aislamiento. Lo cierto parece ser que: “así anunció Arendt desde muy pronto su orientación tocquevilliana; fue Tocqueville quien primero recurrió a la masa como fuente generadora de la tiranía moderna y quien argumentó que la experiencia primaria de la masa no era el miedo hobbesiano ni el terror de Montesquieu –ambos respuesta al poder superior- sino más bien la ansiedad del desarraigo.
Como Tocqueville, Arendt creía que la masa era el motor primario de la tiranía moderna y que la ansiedad anómica era el combustible. Si bien apreciaba que los gobernantes totalitarios como Stalin habían creado las condiciones sociales para esa ansiedad –y que otros regímenes totalitarios podían hacer lo mismo-, el impulso primario de su argumento fue que la ansiedad de la masa era resultado de una anomia persistente y que producía un movimiento a favor del terror totalitario”. A diferencia de Tocqueville quien asumía que la ansiedad era causa de la igualdad, Arendt la considera como derivante de la desestructuración de las clases sociales y el desempleo. La falta de empleo depreciaba la calidad humana confinándola a la desesperación, a la soledad.
El problema central en la tesis de Arendt sobre el terror total es que despoja a los actores de toda responsabilidad ética y moral por sus actos. Convirtiéndolos en casi “niños de pecho” en busca de prestigio y estatus, nuestra filósofa desdibuja los límites entre el victimario y la víctima. Por lo pronto, también pone un énfasis excesivo en la democracia como régimen liberal olvidando que incluso (en ocasiones) ella misma puede ser tan autoritaria como los fascismos o el comunismo. En este aspecto, Arendt se separa radicalmente de Tocqueville y Montesquieu. Empero, aceptando que Eichmann en su ambición por ascender socialmente, se afilió al partido nazi y mando a ejecutar a miles de personas sin causa aparente, Arendt vuelve a los postulados de Hobbes con respecto a la vanagloria. De esta forma, “con su discusión sobre el arribista y el trepador social, Arendt revirtió la tendencia -observada en el espíritu de las leyes de Montesquieu, el segundo volumen de la Democracia en América y los orígenes del Totalitarismo-de equiparar la política del miedo con la pérdida del yo y de jerarquías institucionales. Demostrando que los regímenes del miedo apelaban a la ambición de hombres como Eichmann, volvió a la perspicacia de Hobbes y de Cartas Persas”.
Lo expuesto se corresponde con la lectura objetiva (o subjetiva como se quiera ver) de Robin sobre el tema del miedo político en pensadores de la talla de Montesquieu, Arendt o Hobbes. Pero ¿cual es la propuesta formal de Robin sobre el problema en estudio?, y ¿cuales sus limitaciones o aciertos? Este es precisamente, el contenido del capítulo quinto en donde el autor revisa el papel de los intelectuales liberales de la década del 60 y 70 respectivamente. Desde su posición, la asunción del libre mercado como forma política es una expresión de triunfo del “liberalismo de la ansiedad” lo cual parece describir (fielmente) la situación política actual en los Estados Unidos. Robin argumenta que los intelectuales han rechazado las creencias ancladas en los derechos sociales y el activismo liberal redirigiendo su crítica fuera de las fronteras, hacia medio Oriente o alguna otra región.
La tesis central de este argumento es que la falta de estructura y coerción constituyen un yo débil (en el sentido tocquevilliano). La falta de un orden social ha reemplazado al miedo político que caracterizaba la sociedad moderna de Hobbes o Montesquieu por la ansiedad. El lugar que ocupaba el miedo ahora ha sido tomado por la ansiedad, y desde ella nacen todas las relaciones sociales. En palabras del propio autor, “el miedo era un instrumento del poderosos contra el impotente y una reacción del poderoso ante la posibilidad de que el impotente lo despojara algún día de sus privilegios. Sin embargo, los teóricos actuales de la identidad conciben horizontalmente la sociedad, de modo que la ansiedad es su emoción preferida. Estamos divididos en grupos, pero no hacia arriba y abajo, sino hacia el centro y los extremos. Le preocupa que su perímetro sea demasiado permeable, que los extranjeros se filtren por sus porosas fronteras y pongan en riesgo su carácter existencial y su unidad básica. Como ni hombres ni mujeres están seguros de dónde empiezan y dónde terminan, hay una apremiante necesidad de diferenciarse de lo que uno no es”.
05/02/2025 a las 4:18 PM
DOCTORAZO KRUSE, CON TODO RESPETO MAESTRO; ES DIGNA DE
ADMIRAR ESA LECTURA DE LOS CLÁSICOS EN QUE USTED
FRECUENTEMENTE SE SUMERJE, PERO DEPRIMEN SUS DERRAPES
CUANDO POR EJEMPLO SE LANZA SIN SALVAVIDAS A LEER AL
GANGOSO TENEMBAUN. SI HASTA NOS IMPULSA A QUE
VISLUMBREMOS UNA CASI ESPECIE DE SADISMO LITERARIO EN
SU DEAMBULAR POR LAS BIBLIOTECAS.
NO ME EXTRAÑARÍA SI EN SU ANDAR ACABARA UN DÍA MIRANDO
EN LA TELE LOS PROGRAMAS DEL TARAMBANA NOVARESSIO.
ESTOS DOS ESPECÍMENES, TENEMBAUN Y NOVARESIO, BRILLARON
EN LA RECIENTE MARCHA DE LOS COMECHINGONES, NOVARESSIO
EN TANGA Y TENEMBAUN CON SUS LABIOS PINTADOS.
INCENTIVE A DIARIO SU SELECTIVIDAD, DON KRUSE, Y NOS SEGUIRÁ
CONSERVANDO COMO LECTORES CONSUETUDINARIOS SUYOS.