Por Hernán Andrés Kruse.-
Como genuino anarcocapitalista, Javier Milei es un dogmático y un intolerante. Cree firmemente que el anarcocapitalismo es la única ideología verdadera, el único camino que tiene la humanidad para progresar y desarrollarse. Milei no admite ningún tipo de matiz: se está con la verdad o se está con la mentira, se está con los buenos o se está con los malos. El presidente no destaca ninguna diferencia ideológica entre los malos. Para él son todos socialistas, colectivistas o, para emplear una frase típica suya, son “unos zurdos de mierda”. Son “zurdos de mierda, obviamente, Marx y Engels, pero también quienes no siguen a pie juntillas a Von Mises, Von Hayek, Rothbard y Benegas Lynch (h), como los eminentes liberales Popper, Ortega y Gasset y John Maynard Keynes.
Javier Milei pronunció hace poco un discurso en el septuagésimo noveno Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. Su fanatismo ideológico alcanzó su paroxismo al calificar a la propia ONU de organización mundial socialista. Dijo el presidente:
“No vengo aquí a decirle al mundo lo que tiene que hacer; vengo aquí a decirle al mundo, por un lado, lo que va a ocurrir si las Naciones Unidas continúan promoviendo las políticas colectivistas, que vienen promoviendo bajo el mandato de la agenda 2030, y, por el otro, cuáles son los valores que la nueva Argentina defiende. Quiero sí comenzar dando crédito, cuando el crédito corresponde. La organización de Naciones Unidas nace del horror de la guerra más cruenta de la historia global con el objetivo principal de que nunca volviera a ocurrir. Para eso la organización grabó en piedra sus principios fundamentales, en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Ahí se consignó un acuerdo básico, en torno a una máxima: que todos los seres humanos nacen libres e iguales, en dignidad y derechos. Bajo la tutela de esta organización y la adopción de estas ideas -durante los últimos 70 años- la humanidad vivió el período de paz global, más largo de la historia, que coincidió -también- con el período de mayor crecimiento económico de la historia. Se creó un foro internacional, donde las naciones pudieran dirimir sus conflictos, a través de la cooperación, en vez de recurrir -instantáneamente- a las armas y se logró algo impensado: sentar de manera permanente a las cinco potencias más grandes del mundo, en una misma mesa; cada una con el mismo poder de veto, a pesar de tener intereses totalmente contrapuestos.
Todo esto no hizo que el flagelo de la guerra desapareciera, pero se logró -por ahora- que ningún conflicto escalara a proporciones mundiales. El resultado fue que pasamos de tener dos guerras mundiales, en menos de 40 años, que -en conjunto- se cobraron más de 120 millones de vidas, a tener 70 años consecutivos de relativa paz y estabilidad global, bajo el manto de un orden que permitió al mundo entero integrarse comercialmente, competir y prosperar. Porque donde entra el comercio, no entran las balas -decía Bastiat- porque el comercio garantiza la paz, la libertad garantiza el comercio y la igualdad ante la ley garantiza la libertad. Se cumplió, en definitiva, lo que consignó el Profeta Isaías y se lee en el parque, cruzando la calle: «Dios juzgará entre las naciones y arbitrará por los muchos pueblos; forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podadoras. Nación no tomará espada contra Nación; nunca más conocerán la guerra».
Esto es lo que ha ocurrido -mayormente- bajo la tutela de las Naciones Unidas, en sus primeras décadas, y por eso, desde esta perspectiva, estamos hablando de un éxito destacable, en la historia de las naciones que no puede ser soslayado. Ahora bien -en algún momento- y como suele ocurrir con la mayoría de las estructuras burocráticas que los hombres creamos, esta organización dejó de velar por los principios esbozados en su declaración fundante y comenzó a mutar. Una organización que había sido pensada -esencialmente- como un escudo para proteger el Reino de los Hombres se transformó en un Leviatán de múltiples tentáculos, que pretende decidir no sólo qué debe hacer cada Estado-Nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo. Así es como pasamos de una organización que perseguía la paz; a una organización que le impone una agenda ideológica a sus miembros, sobre un sinfín de temas, que hacen a la vida del hombre en sociedad.
El modelo de Naciones Unidas, que había sido exitoso, cuyo origen podemos rastrear, en las ideas del presidente Wilson, que hablaba de la «sociedad de paz sin victoria» y que se fundaba en la cooperación de los Estados nación, ha sido abandonado; ha sido reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales, que pretenden imponerles a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado. Lo que se está discutiendo – esta semana, aquí, en Nueva York, en la Cumbre del Futuro – no es otra cosa que la profundización de ese rumbo trágico que esta institución ha adoptado. Así, la profundización de un modelo que -en palabras del propio secretario de las Naciones Unidas- exige definir un nuevo contrato social a escala global, redoblando los compromisos, de la Agenda 2030.
Quiero ser claro en la posición de la agenda argentina: la Agenda 2030, aunque bien intencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional, de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados Nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas. Es una agenda, que pretende solucionar la pobreza, la desigualdad y la discriminación con legislación que lo único que hace es profundizarlas. Porque la historia del mundo demuestra que la única manera de garantizar la prosperidad es limitando el poder del monarca, garantizando la igualdad ante la ley y defendiendo el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de los individuos. Ha sido precisamente la adopción de esa agenda, que obedece a intereses privilegiados; el abandono de los principios -esbozados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas- lo que tergiversó el rol de esta institución y la puso en una senda equivocada. Así, hemos visto cómo una organización, que nació para defender los derechos del hombre, ha sido una de las principales propulsoras de la violación sistemática de la libertad, como -por ejemplo- con las cuarentenas a nivel global durante el año 2020, que deberían ser consideradas un delito de lesa humanidad.
En esta misma casa -sistemáticamente- se ha votado en contra del Estado de Israel, que es el único país de Medio Oriente, que defiende la democracia liberal, mientras se ha demostrado -en simultáneo- una incapacidad total de responder al flagelo del terrorismo. En el plano económico, se han promovido políticas colectivistas que atentan contra el crecimiento económico; violentan los derechos de propiedad y entorpecen el proceso económico natural, llegando a impedirle a los países más postergados del mundo gozar libremente de sus propios recursos para salir adelante. Regulaciones y prohibiciones impulsadas precisamente por los países que se desarrollaron, gracias a hacer lo mismo que hoy condenan. Se ha promovido, además, una relación tóxica entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito internacional, exigiéndole a los países más relegados que comprometan recursos que no tienen en programas que no necesitan, convirtiéndolos en deudores perpetuos para promover la agenda de las elites globales.
Así estamos hoy, con una organización impotente en brindar soluciones a los verdaderos conflictos globales, como ha sido la aberrante invasión rusa a Ucrania, que ya le ha costado la vida a más de 300.000 personas, dejando un tendal de más de un millón de heridos en el proceso. Una organización que, en vez de enfrentar estos conflictos, invierte tiempo y esfuerzo en imponerle a los países pobres qué, cómo y deben producir, con quién vincularse, qué deben comer y en qué creer, como pretende dictar el presente Pacto del Futuro. Toda esta larga lista de errores y contradicciones no ha sido gratuita, sino que ha redundado en la pérdida de credibilidad, de las Naciones Unidas, ante los ciudadanos del mundo libre y en la desnaturalización de sus funciones.
Por eso, quiero hacer una advertencia: estamos ante un fin de ciclo. El colectivismo y el postureo moral, de la agenda woke, se han chocado con la realidad y ya no tienen soluciones creíbles para ofrecer a los problemas reales del mundo. De hecho, nunca las tuvieron. Si la Agenda 2030 fracasó – como reconocen sus propios promotores – la respuesta debería ser preguntarnos si no fue un programa mal concebido de inicio, aceptar esa realidad y cambiar el rumbo. No se puede pretender persistir en el error redoblando la apuesta de una agenda que ha fracasado. Siempre ocurre lo mismo con las ideas que vienen de la izquierda: diseñan un modelo acorde a lo que el ser humano debería ser -según ellos- y cuando los individuos -libremente- actúan de otra manera, no tienen mejor solución que restringir, reprimir y coartar su libertad.
Nosotros -en Argentina- ya hemos visto con nuestros propios ojos lo que hay al final de este camino de envidia y pasiones tristes: pobreza, embrutecimiento, anarquía y una ausencia fatal de libertad. Todavía estamos a tiempo de apartarnos de ese rumbo. Quiero ser claro con algo para que no haya malas interpretaciones: la Argentina, que está viviendo un proceso profundo de cambio, en la actualidad, ha decidido abrazar las ideas de la libertad; esas ideas que dicen que todos los ciudadanos nacemos libres e iguales ante la ley, que tenemos derechos inalienables otorgados por el Creador, entre los que se encuentran el derecho a la vida, la libertad y la propiedad. Esos principios, que ordenan el proceso de cambio, que estamos llevando adelante, en la Argentina, son también los principios que guiarán nuestra conducta internacional, a partir de ahora.
Creemos en la defensa de la vida de todos; creemos en la defensa de la propiedad de todos; creemos en la libertad de expresión para todos; creemos en la libertad de culto para todos; creemos en la libertad de comercio para todos y creemos en los gobiernos limitados, todos ellos. Y como en estos tiempos lo que sucede en un país impacta rápidamente en otros, creemos que todos los pueblos deben vivir libres de la tiranía y la opresión, ya sea que tome forma de opresión política, de esclavitud económica o de fanatismo religioso. Esa idea fundamental no debe quedarse en meras palabras; tiene que ser apoyada en los hechos, diplomáticamente, económicamente y materialmente, a través de la fuerza conjunta de todos los países, que defendemos la libertad. Esta doctrina de la nueva Argentina no es -más ni menos- que la verdadera esencia de la Organización de las Naciones Unidas, es decir, la cooperación de Naciones Unidas en defensa de la libertad. Si las Naciones Unidas deciden retomar los principios que le dieron vida y volver a adaptar el rol para el que fue concebida, cuenten con el apoyo -inclaudicable- de la Argentina, en la lucha por la libertad.
Sepan, también, que la Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio, ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución. Por esta razón, queremos expresar -oficialmente- nuestro disenso sobre el Pacto del Futuro, firmado el día domingo, e invitamos a todas las naciones del mundo libre a que nos acompañen, no sólo en el disenso de este pacto, sino en la creación de una nueva agenda para esta noble institución: la agenda de la libertad. A partir de este día, sepan que, la República Argentina, va a abandonar la posición de neutralidad histórica que nos caracterizó y va a estar a la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad. Porque -como decía Thomas Paine- «aquellos que desean cosechar las bendiciones de la libertad deben -como hombres- soportar la fatiga de defenderla». Que Dios bendiga a los argentinos y a todos los ciudadanos del mundo, y que las fuerzas del cielo nos acompañen. ¡Viva la libertad, carajo! Muchas gracias” (Casa Rosada-Presidencia-24/9/024).
Para el presidente el liberalismo y el socialismo son incompatibles, como el agua y el aceite. Sin embargo, hay liberales que piensan diferente. Uno de ellos es el egregio José Ortega y Gasset quien no dudó en impulsar la idea de un liberalismo socialista. Buceando en Google me encontré con un ensayo de Ángel Peris Suay (Facultad de Teología “San Vicente Ferrer” de Valencia) titulado “El socialismo en el pensamiento político de Ortega y Gasset” (Contrastes. Revista Internacional de filosofía. Departamento de Filosofía-Facultad de Filosofía y Letras-Universidad de Málaga-2014). Saque el lector sus propias conclusiones.
03/12/2024 a las 8:06 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei y Cristina, del ring a la pista de baile
Claudio Jacquelin
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
2/12/024
El cambio de escenario (y vestuario) en el que se muestran Javier Milei y Cristina Kirchner acaba de abrir un agujero negro de incógnitas e incomodidades fuera de los núcleos duros de mileístas y cristinistas. Haber pasado del ring a una pista de baile donde los dos protagonistas se alejan y se acercan (o simulan hacerlo) tiene y tendrá consecuencias.
Peronistas no cristinistas y macristas encabezan el pelotón de los desacomodados por esa compleja y nunca lineal relación, en la que los temas compartidos y los asuntos controversiales imprimen los sucesivos cambios de ritmos de esa danza. Sin encontrar un lugar donde pararse, los afectados empiezan a advertir que la realidad los lleva a un destino de enfrentamiento o de irrelevancia y sumisión, que preferirían evitar pero al que le ven pocas posibilidades de eludir.
“Anteayer (elexpresidente uruguayo) Pepe Mujica se convirtió en el héroe de la hora del no cristinismo. Desató una cadena de oración para que Cristina escuche lo que dijo y actúe en consecuencia”, relata con ironía un referente del peronismo bonaerense para graficar el estado de ánimo que impera por estas horas en el universo que se referencia en el gobernador Axel Kicillof y en los intendentes anticristinistas y anticamporistas del peronismo bonaerense.
“Ahí está la vieja (Cristina) Kirchner en la Argentina, al frente del peronismo. En lugar de ponerse de vieja consejera y dejar nuevas generaciones, no, está jodiendo ahí. ¡Cómo les cuesta largar el pastel!”, fue la celebrada frase del veterano dirigente oriental, en una entrevista en la que con su habitual llaneza se refirió de manera crítica a varios líderes del progresismo regional. Allí la expresidenta y es exvicepresidenta argentina se llevó la peor parte, solo superada por el autócrata venezolano Nicolás Maduro.
Las alarmas y las conversaciones sobre el futuro más o menos inmediato se habían activado en el universo nocristinista luego de la sucesión de gestos que en las últimas semanas compartieron el oficialismo y el cristinismo y alcanzó el clímax con la crucial ausencia de ocho diputados libertarios para hacer caer el tratamiento del proyecto de ficha limpia, que amenaza tener por principal afectada a la condenada exprimera mandataria.
En ese plano se destacó la presunta intención compartida de dejar en pie una posible postulación de Cristina Kirchner o, al menos, de no anticipar la imposibilidad de una candidatura suya. Al mismo, se emitían otras señales, como fue el decisivo voto de la senadora cristinista catamarqueña Lucía Corpacci en la comisión de acuerdos para que pueda avanzar el pliego del megacuestionado juez federal Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema.
La probabilidad de que esa danza de dos termine en un voto coincidente para eliminar o suspender las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) es otro de los motivos de alta preocupación en el peronismo bonaerense no cristinista y, también, en el macrismo.
“Si eso avanza será un problemón, porque nadie va a querer poner la cara para defender las PASO, que a la mayoría de la gente no le importan o, peor, las ve como un gasto y una incomodidad, pero también nos quita la posibilidad de discutir con el crisitinismo el armado de las listas con algún elemento de presión sin tener que ir por afuera para dar pelea”, dice una fuente del peronismo bonaerense al tanto de las conversaciones kicillofistas e intendentes anticamporistas.
“Aunque Axel [Kicillof] no quiere enfrentar a Cristina lo están llevando a un callejón sin salida. El ninguneo al que lo someten los exjóvenes y alguna gente grande que no quiere que nadie crezca ya se parece a un capricho infantil. Parece como si prefieran preservar a La Cámpora a costa del peronismo, al que siguen achicándolo y corvirtiéndolo en una Unidad Ciudadana gastada”, dice un aliado del gobernador.
La situación es tan complicada y tirante que en el entorno de Kicillof responden “preferimos no opinar de este tema. Es incómodo”, cuando se les pregunta cómo ven en La Plata la escena en la que “la doctora” y el libertario comparten el centro del salón de baile (no del ring). Toda una confirmación de esa realidad y de que están afuera del espectáculo, mirándolo detrás de un vidrio blindado, en cuclillas.
Kicillof no solo está expuesto al rigor del freezer en el que lo introdujo y lo mantiene alejado Cristina Kirchner y a los ataques constantes de la agrupación del hijísimo Máximo. También padece la presión y las acciones de algunos intendentes (como el jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi), que ya han cruzado el río para disputarle al cristicamporismo el control del espacio.
“Después de que Ferraresi incursionó en Quilmes [municipio en manos de la camporista Mara Mendoza] Axel tuvo que pedirle que lo cuidaran un poco porque La Cámpora está dispuesta a desgastarlo públicamente tanto a él como al gobierno bonaerense con tal de preservar la suya”, cuentan en el entorno de una las principales figuras del peronismo del conurbano.
El intendente de Avellaneda había expuesto en redes sociales el mal estado de algunos barrios quilmeños, a lo que Mendoza respondió con un estitelazo en X. Atribuyó la situación exhibida a la falta de obras y atención de la gestión provincial de Kicillof y, antes, al propio Ferraresi, que había sido ministro de Infraestructura durante el (des)gobierno de Alberto Fernández, a quien el cristicamporismo no pierde ocasión de demonizar para exculparse a sí mismo.
De tal manera, suma capítulos la operación de desgaste a la que es sometido Kicillof, a quien no le perdonan sus gestos de independencia, como haber avalado la candidatura a presidir el PJ del frustrado desafiante Ricardo Quintela.
UN CADÁVER EN EL PATIO
La preocupación en el kicillofismo se agravó en la última semana luego de que se hizo pública una denuncia por supuestos hechos de corrupción en el que quedó involucrado el ministro de Transportes provincial Jorge D’Onofrio. Más aún después de que desde el entorno de Sergio Massa dijeron que el cuestionado funcionario ya no goza de su respaldo desde hace algunos meses, después de haber llegado por un acuerdo con el massismo en el loteo del Gabinete hecho entre los espacios que integran Unión por la Patria.
“Es muy curioso que lo de D’Onofrio salte ahora y en este contexto. A Axel le dejaron un cadáver en su patio del que nadie se hace cargo. Habrá que ver qué hace. Tengo entendido que le va a pedir la renuncia en breve”, dijo un peronista que se mueve con fluidez entre los intendentes rebeldes y la mesa chica kicillofista.
“Por el momento no hay nada. Si hubiera algo más que una denuncia, seremos los primeros en tomar medidas”, dice con evidente incomodidad una de las personas de consulta permanente del gobernador cuando se le preguntó sobre el futuro del acusado D’Onofrio. No se trata de un dirigente más. Es una de las personas con más influencia sobre el Poder Judicial bonaerense y que conoce como pocos el entramado del poder real de la provincia. El mayor problema para él es que una de las causas abiertas en su contra esté en el fuero federal.
No es la primera vez que Kicillof siente que le pegan debajo del cinturón para dañar uno de sus activos más valorados por la opinión pública y la dirigencia política y sectorial como es su imagen de honestidad.
“Lo quieren manchar, como ya hicieron cuando le impusieron a Martín Insaurralde (el capitán de El bandido) como jefe de Gabinete y lo obligaron a desplazar a Carlos Bianco, que es su mano derecha”, recuerda un importante colaborador de uno de los intendentes aliados del gobernador. La referencia a La Cámpora y a Máximo Kirchner es tan obvia que no necesita explicitarla.
La condición de interlocutor de los bandos en pugna que cultiva Massa, así como la toma de distancia de su exprotegido D’Onofrio y el hermetismo en el que se ha sumido el derrotado candidato a presidente despiertan interrogantes y desconfianzas. Las mismas que agita el ferviente neomileísmo de uno de sus principales soportes, como es el millonario empresario multirrubro José Luis Manzano. Los ríos subterráneos que conectan la política y los negocios siempre despiertan suspicacias.
El reemplazo de D’Onofrio, que algunos consideran inminente, a pesar de la negativa de los voceros de Kicillof, abre otra duda y un posible foco de conflicto. El massismo no está dispuesto a perder poder y menos una cartera sobre la que siente un muy singular interés.
Así de convulso y confuso está el mundo peronista, sobre el que Cristina Kirchner se ocupa en proyectar su figura y sus densas sombras, aún más allá del bastión bonaerense.
La visita cristinista a Santiago del Estero, donde gobierna el radical kirchnerista Gerardo Zamora, solo un par de días después de haberse hecho de la presidencia del PJ y de ser confirmada su condena por corrupción en la “causa Vialidad” fue vista como otro tiro por elevación a Kicillof en su aspiración a ser candidato a Presidente en 2027. No sería la primera vez que “la jefa” llena la cancha de candidatos, diluye instalaciones y obtura procesos sucesorios en los que pueda perder el joystick (una verdadera pasión familiar). Rendirse y jubilarse no figuran en su léxico.
UNA ANGUILA PARA MACRI
Nada muy diferente de lo que ha hecho Mauricio Macri en Pro, que por estas horas padece (y maldice) tanto como el peronismo no cristinista el show danzante de Javier y Cristina.
Macri vuelve a comprobar, pero cada vez desde una posición de mayor debilidad, que Milei es para él lo más parecido a una anguila escurridiza y eléctrica. Le viene ocurriendo desde que intentó neutralizarlo incorporándolo a Juntos por el Cambio. Si el orgullo se lo permitiera tal vez terminaría reconociendo que el lugar donde se encuentra no se debe solo a desaciertos de quienes no le hicieron caso dentro de su espacio político, sino que hubo errores de cálculo y de diagnóstico de su parte.
Es lo que barruntan por estas horas complicadas varios de los que siguen siendo leales al ingeniero, que se preguntan si no deberían pararse con más firmeza en algún sitio, en lugar de estar tan expuestos al pragmatismo, la conveniencia, la construcción de poder y la desafección que sienten Milei y los suyos por el macrismo. Aunque el Presidente sobreactúe afecto por el expresidente.
La sucesión de escenas pugilísticas y danzantes de Milei y Cristina Kirchner es un espectáculo que padecen por igual el resto de los actores y al que una mayoría social no parece alterar demasiado. Al menos, por ahora.
03/12/2024 a las 8:13 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei y Cristina apuntan a Juntos por el Cambio, y Macri llama enojado desde Qatar
Ignacio Zuleta
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
2/12/024
EL PODER ANTES QUE LA GESTIÓN
El Gobierno dio una prueba de cuáles son sus prioridades. Dejó caer dos leyes fundamentales para el interés público, como el presupuesto 2025 y la que legaliza los juicios en ausencia. Sacrificó esas demandas que hacen a la solidez de un sistema a cambio de que este miércoles la Cámara de Diputados le vote la reelección de Martín Menem como presidente de la Cámara.
La pieza de cambio fue la caída del proyecto de ficha limpia. Fue una exigencia del bloque del peronismo cristinista que coincide, hasta en los términos, con el oficialismo en que es una iniciativa con nombre y apellido. El Gobierno al fin se encuentra con su destino sudamericano (Borges) y tercermundista al elegir la gobernabilidad frente al programa.
Que el rumbo de una administración dependa del futuro de un Martín Menem, debutante en la política por portación de apellido, da una medida de las disfuncionalidades de este gobierno de minorías. Ganan el gobierno y el peronismo, pierden los gobernadores que piden presupuesto para escapar a la arbitrariedad en el manejo de las rentas. La gente vive en las provincias, y la Nación, apenas un registro contable, se apropia con herramientas autoritarias del destino colectivo: “Vencen los bárbaros, los gauchos vencen” (de nuevo Borges).
Juicios Irán: seguí participando
La suspensión del tratamiento de juicio en ausencia es algo más grave que el simbolismo (explicable) de exhibir capacidad para mantener a un presidente de la Cámara. Las víctimas de los atentados terroristas que sufrió el país en la década de los años ’90 también votan. Y esperaban esa sanción del proyecto que reúne varias iniciativas en cabeza de Miguel Pichetto y Margarita Stolbizer.
Pichetto había presentado ya en 2016 un primer proyecto junto a los entonces senadores Rodolfo Urtubey y Juan Mario Pais. En 2019, cuando se cumplieron 25 años del atentado a la AMIA, volvieron a presentarlo con el respaldo del juez federal Marcelo Aguinsky, que sostiene desde hace años la legalidad de la institución del juicio en ausencia. En aquel momento la DAIA auspició el proyecto junto a un video del magistrado que ha insistido en la oportunidad de que se implante en la Argentina. El Gobierno ahora les dice: sigan participando.
TERCERMUNDISMO
La factura por esta elección del interés sectorial por sobre el interés colectivo se la van a pasar al Gobierno aquellos a los que hoy cree tener cerca. Primero, los inversores. Un país sin presupuesto y colgado en sus decisiones a los DNU y las emergencias es una invitación a inversiones que se van a cubrir de esa intemperie.
Hay un antecedente cercano que sirve de espejo: el programa Contratos de Participación Público – Privada (Ley 27328) iba a ser, bajo el gobierno de Mauricio Macri, lo que el RIGI es para el actual. La ilusión duró hasta que se destapó la causa Cuadernos, que mostró a buena parte del empresariado criollo enredado en pagos a funcionarios del gobierno peronista del ciclo Kirchner.
Con la sola denuncia, las empresas extranjeras que habían planificado compromisos con empresarios locales se echaron para atrás. Países como Estados Unidos tienen leyes anticorrupción que les impiden compromisos con gente, diríamos hoy, que no tiene la ficha limpia.
La caída de los PPP figura entre las cuatro causas de su debacle, que enumeró Macri (además de la sequía, el “flight to quality” de los capitales emergentes hacia los EE.UU. del primer Trump, y la oposición del peronismo “secuestrado” por Cristina).
TODO (S) CONTRA MACRI
También toman nota los aliados que están revisando los acuerdos. Para el PRO de Mauricio Macri, que no haya presupuesto confirma que el mileísmo va a la guerra final en la CABA para desplazarlos del principal santuario político. Un presupuesto 2025 debería incluir los fondos que le discute en la justicia el gobierno de Jorge Macri a la Nación, y que se regularizan a cuentagotas.
Sin la ley de leyes, el envío de los fondos dependerá de la real gracia de Olivos, que tiene proyectos contrarios a los del PRO y que coinciden con el peronismo: el objetivo común es destruir esa anormalidad que nació en 2015.
Juntos por el Cambio, con Macri a la cabeza, pasó a representar de manera eficaz y continuada, por primera vez en la Argentina del siglo XXI, al electorado del no peronismo. Ganando o perdiendo elecciones, ese electorado moderado se ha mantenido en alrededor del 40-42% de los votos y se expresa en los siete distritos más grandes de la Argentina.
Así no se puede vivir, coinciden Miley y el peronismo. Por eso conciertan acciones de exterminio para las elecciones del año que viene en la CABA.
SUSPENDEN CUMBRE CON MILEI
Macri se ocupa de desmalezar las relaciones, aun con el horario cambiado. Se había enterado de que Luis Juez estaba organizando una reunión de los senadores del bloque del PRO. El martes Juez había almorzado con Milei y le dijo que debía acercase a su bloque. Traelos, le pidió el presidente.
Macri fatigó los teléfonos desde Qatar, o en donde estuviera, para despertarlo a Juez por la madrugada. Este demoró la respuesta presumiendo lo que le iba a pedir. Escuchó la queja de Macri, que después de todo es el presidente del PRO, cuyo bloque el preside. Aceptó levantar el compromiso y ahora le debe una explicación a Milei, pero este negocio es así.
LA PELEA POR CÓRDOBA
Macri sabe que lo que pase en Córdoba (segundo distrito del país en cantidad de votos) tiene que ver con el futuro de sus relaciones con el Gobierno. Entre Juez y Rodrigo de Loredo siempre prefirió al radical. El Gobierno ya le dijo a De Loredo que, si hay alianza en esa provincia, no le darán la cabeza de lista. Irá, en todo caso, tercero, detrás del candidato que Milei encuentre.
Hoy encabeza el casting el empresario del fútbol Andrés Fassi, presidente de Talleres y martillo del “Chiqui” Tapia en la puja por la privatización del fútbol. Difícil que este astuto empresario arriesgue su destino por una banca. Si De Loredo quiere renovar tendrá que ponerse en la cola.
Macri ha llamado a una reunión del PRO Nacional para el 13 de diciembre. Los mirones especulan con que buscará que se intervenga el PRO de Córdoba. Lo preside hoy Oscar Agost Carreño, que es secretario del bloque Encuentro Federal de Pichetto. Ya Macri lo exhibió en público como una anomalía a remediar. Mandó un “comisario político” (el concejal porteño Darío Nieto) a vigilar la situación.
La idea de intervenir el PRO Córdoba es para armar una mesa con la UCR y con esa fuerza sentarse a negociar con Milei. Juez sabe que esa movida va en su contra. Tiene banca de senador por dos años más, pero si lo enfrentan en 2025 está dispuesto a ir como candidato a diputado nacional a la cabeza de mileísmo provincial. Todo muy cordobés.
VIVIR DE PRESTADO
Lo que el Gobierno ha hecho en el año que termina se lo debe todo al favor de los bloques amigables del Congreso, que actúan en el convencimiento de que ellos lo pusieron a Milei donde está. Ha sido un esfuerzo de acuerdismo en un entorno hostil a los consensos.
La principal contradicción de este tiempo es que la matriz institucional de la Argentina es una Constitución como la de 1994, que nació de un acuerdo y que propone mecanismos de acuerdo para gobernar. Ese espíritu, como explicó Horacio Massaccesi esta semana en una charla en la Federación de Comercio de Tucumán, se da de patadas con un momento cuando hacer política es confrontar.
El electorado de esas fuerzas -PRO, UCR, Encuentro Federal, los ex Cambiemos- le dio el voto a Milei cuando su fórmula se quedó fuera del balotaje. Con esos apoyos el Congreso permitió que el Gobierno recuperase rentas:
• El Impuesto a las Ganancias que Milei había derogado de la mano de Massa cuando era diputado (pura demagogia).
• Bienes personales.
• Un blanqueo que llega a los USD 20.000 millones.
• Un DNU 70 que rige a medias entre la censura del Senado y los amparos judiciales.
• Un 10% de la ley de bases.
• Un régimen de DNU que le regala la sanción ficta de las decisiones del Ejecutivo.
• La posibilidad de canjear bonos sin las restricciones de la ley de Administración Financiera.
• Y ajustar a los jubilados y a los universitarios.
No es poco, pero que dé las gracias a quienes no le sueltan la mano. El Gobierno monta el número de que domina a esas fuerzas, pero es al revés. Estas lo apoyan porque lo creen suyo, aunque él no lo reconozca y monte rabietas para construir poder desde su debilidad.
Es una herramienta legítima de un Gobierno de minoría que carece de presunción de sustentabilidad, como todos los que tienen ese estigma (Néstor, Macri, Alberto, Milei). La victimización de Milei es la manera de construir futuro, algo que no tiene cuando falta menos de un año para las elecciones que van a decidir su destino.
«MARTÍN, EN ESTA NO TE METAS»
La preparatoria de este miércoles no se agota en la reelección negociada de Martín Menem. Tiene los votos para seguir, pero debe consentir que la UCR pierda la Vice 3ª y esta vaya a un diputado del bloque Encuentro Federal. El que tiene todos los números es Nicolás Massot, el terror del oficialismo.
El resto de la Cámara empezó a entender que si siguen con la Vice 3ª toda la cúpula estará en manos de un Gobierno que tuvo apenas el 29% de los votos, y que está entregado a la política transaccional para comprar adhesiones. El bloque que lidera Miguel Pichetto se apartó de manera formal de los merodeos de un sector del peronismo que los apuró, para que terminase de caer la ley de ficha limpia, con la amenaza de proponer a Emilio Monzó en lugar de Menem.
Esta trama motivó el almuerzo que compartieron el martes de la semana anterior Martín con Pichetto y Monzó en una sede de contrafrente, el comedor del Senado, en donde hay menos miradas indiscretas. Era una cita que Pichetto quería hace un tiempo para tranquilizar a Martín: no queremos un golpe de estado en la Cámara.
Pichetto se fue de ese almuerzo a voltear otro muñeco: la reforma laboral que mocionaban, aun sin dictamen, el PRO y la UCR en la comisión que preside Martín Tetaz. Los dejó a Emilio y Martín, que escuchó la pretensión del bloque EF de tener la Vice 3ª para un hombre propio. «¿Qué hago?», preguntaría Martín. «No te metás», le reclamaron.
Cecilia Moreau seguirá de Vice 1ª (UxP) y Silvia Lospennato (PRO) de Vice 2ª. El vértigo del voto tránsfuga, que exhibe a legisladores que fueron elegidos para ser oposición y se derriten por hacer oficialismo, ha dividido a las bancadas moderadas de la Cámara. La más castigada es la del radicalismo que representa al ala más oficialista que conduce. De Loredo. El peronismo tampoco guarda el mejor de los recuerdos de Cobos y cualquier plan que le moje la oreja lo pone contento.
03/12/2024 a las 8:16 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei batalla en tres frentes y sigue controlando la situación
Sergio Crivelli
Fuente: La Prensa
(*) Notiar.com.ar
2/12/024
A pesar de su debilidad institucional y al hecho de tener a todos los poderes “de facto” en contra, el gobierno de Javier Milei sigue en el centro de la escena, define la agenda pública y da batalla en inferioridad de condiciones, pero con resultados mejores a los esperados. Continua, además, contradiciendo experiencias históricas en distintas materias. Un ejemplo más: cuando se producían turbulencias en los mercados externos, se repetían en la economía doméstica multiplicadas. Durante la semana última esto no ocurrió.
Puesto en palabras comunes, cuando los países centrales estornudaban a la Argentina le daba neumonía doble. Pero entre el lunes y el viernes los mercados globales dieron malas noticias que no impactaron domésticamente.
Brasil devaluó, en Méjico empezó a materializarse la inquietud por la llegada de Trump al poder y la previsible suba de aranceles y la inflación norteamericana volvió a trepar, lo que hace prever un aumento de tasas. Aquí el plan Caputo siguió imperturbable. Ni Tequila, ni Caipirinha.
La economía brasileña está pagando el precio del déficit fiscal del gobierno de Lula. Si entra en recesión puede afectar la economía local. Esto sin embargo todavía no golpeó sobre las expectativas generadas por la marcha ascendente de la macro. Siguió estable el dólar, así como la compra de reservas por arte del Central y el precio de los bonos.
Milei tampoco afloja en la confrontación con los poderes corporativos que cuestionan el manejo de la economía. Sigue yendo al choque. No sólo resistió las presiones para devaluar, sino que directamente desairó a la Unión Industrial (i.e Techint) faltando a un acto de la entidad al que tampoco concurrió Luis Caputo.
Los empresarios alegan ahora que las importaciones (en especial chinas) para bajar precios locales generarán desempleo, mientras desde el Gobierno les responden con munición gruesa. No sólo los acusan de haber ganado con el kirchnerismo mediante el sistema de importaciones (SIRA), sino de haberlo hecho de manera poco transparente, por decirlo con suavemente.
La presidencia de la UIA responde a Paolo Rocca y quedó en el medio del tiroteo en el que el diputado José Luis Espert intervino con un posteo en las redes de lenguaje escatológico: «Caraduras. Siempre lo mismo. Siempre les falta algo para competir. Pero cara de piedra para vendernos cosas caras y de mala calidad durante décadas y décadas de miseria espantosa, les sobra. Váyanse a …”.
Los industriales ligados a la política, particularmente a través del peronismo, nunca habían recibido un vapuleo similar y menos desde un gobierno acusado desde el PJ y la izquierda de proempresario y antipopular.
En el frente político el gobierno tuvo resultados más desparejos. Consiguió neutralizar a la oposición en el Congreso con la ayuda de los gobernadores. Había cinco sesiones programadas en los dos Cámaras y sólo dos tuvieron quorum. El martes el Ejecutivo hizo fracasar dos intentos opositores: uno de la UCR de reforma de la legislación gremial al que se oponía la CGT y, otro, del kirchnerismo para voltear un DNU esencial para renegociar la deuda en pesos.
El miércoles, en cambio, funcionaron las dos Cámaras. En Diputados se aprobó una ley de combate de la ludopatía generada por las apuestas en línea y en el Senado presentó su primer informe el jefe de Gabinete que desató el enojo del kirchnerismo y la ruptura de negociaciones reservadas sobre la integración de la Corte Suprema.
Esas negociaciones, varias veces negadas, eran con Cristina Kirchner, para ubicar en el tribunal a una jueza de su confianza. La connivencia entre el Gobierno y la jefa del PJ, no había pasado hasta entonces del nivel de una sospecha, pero cobró entidad después de que el jueves fracasara una sesión pedida por el PRO para aprobar el proyecto de “ficha limpia”.
Desde el PRO y la Coalición Cívica –los dos partidos que sufren la mayor pérdida de votos a manos de Milei— acusaron de complicidad al presidente y CFK para polarizar el año próximo. El Gobierno negó cualquier pacto, pero la amplificación del tema en los medios y la existencia de indicios precisos y concordantes de la maniobra obligaron a intervenir al propio presidente que prometió apoyar una nueva versión de la iniciativa. También puso en evidencia que las relaciones entre Milei y Macri están rotas.
En esta ocasión Milei dio marcha atrás porque el maquiavelismo infantil de quien le vendió la idea del pacto con CFK lo descolocaba frente a su propio electorado. En ocasiones lo más pragmático puede ser el principismo.
03/12/2024 a las 8:19 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El impacto K en el relato de Milei, el quiebre con Macri y el audaz pronóstico de Arriazu
Walter Schmidt
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
2/12/024
“Es la política, estúpido”, podría ser la versión argentina de aquella frase célebre en los ’90 en la que Bill Clinton advertía a los estadounidenses, no sobre el problema político sino el económico, en plena campaña contra el entonces presidente George Bush (padre). Aquí es al revés.
Pese a los excelentes resultados de la macroeconomía exhibidos en las últimas semanas -baja de inflación, desplome del riesgo país, amesetamiento del dólar, suba de bonos- el gobierno de Javier Milei cayó en un laberinto político difícil de sortear porque impacta en su propio electorado.
“No sólo podemos terminar con la decadencia de 100 años sino que además podemos ganarle al kirchnerismo sin balotaje, lo que terminaría con 20 años de fracasos, impunidad y corrupción”, prometía a sus votantes Milei, cinco días antes de las elecciones presidenciales del 22 de octubre que lo ubicaron segundo detrás de Sergio Massa y lo catapultaron al balotaje y a la presidencia.
El escándalo por el proyecto de Ficha Limpia que algunos denominan la “Ley Cristina”, que impide a los corruptos condenados en segunda instancia candidatearse para las elecciones, tuvo un impacto no esperado por la Casa Rosada luego que el oficialismo contribuyera con la ausencia de ocho de sus diputados a que se cayera la sesión.
Ocurre que se trata de una iniciativa que surgió de la sociedad, no de la rosca política, en 2018 a través de la plataforma Change.org y por iniciativa de Gastón Marra y la periodista Fanny Mandelbaum, con la recolección de cientos de miles de firmas. Ya en 2022 iniciaron una petición al Congreso para que se trate un proyecto basado en el artículo 16 de la Constitución Nacional sobre la exigencia de idoneidad. El PRO recogió el guante y lo viene impulsando hace dos años.
El dilema para el Gobierno no fue que la ficha limpia pusiera en peligro la candidatura de Cristina Kirchner a quien quieren ver en el ring electoral enfrentando al candidato de Milei. Porque si llegara a aprobarse, los juristas coinciden en que es “judicializable” y de ser así terminaría en la Corte Suprema y la decisión demoraría demasiado para bloquear su postulación. El mayor disgusto para Milei es que afecta su relato en contra de la casta, de la corrupción y del cambio. Muchos de los votos que Milei recaudó en el balotaje fue voto antikirchnerista y la sola mención de un pacto con Cristina provocó un tsunami de críticas en las redes sociales, zona de confort de los libertarios.
Esa decisión del oficialismo en Diputados sería el primer gesto reclamado por los K para poder avanzar en la eliminación de las PASO o directamente en un acuerdo por los pliegos de Ariel Lijo, Manuel García-Mansilla y algo más, como la ampliación del Tribunal, si es que el Gobierno no acepta bajar al académico y postular a una jueza afín a Cristina.
La supresión de las primeras abiertas y simultáneas beneficia a dos personas: Milei y Cristina. A ella, porque le evita tener que lidiar con algún contrincante del kirchnerismo rebelde o de las aguas de Axel Kicillof y poder manejar a su gusto la lista a cargos nacionales. Y al Presidente, porque le evita tener que blanquear su rechazo a las intenciones del Mauricio Macri de armar una coalición y así, puede imponer la fórmula 70-30 (70% de libertarios, 30% de macristas) y oficializar la cooptación del macrismo.
La desidia libertaria frente al PRO ya tiene un antecedente previo al escándalo por la negativa de acompañar la propuesta de ficha limpia impulsada por Silvia Lospennato con la excusa de preservar la presidencia de Martín Menem en la Cámara Baja; el oficialismo ya había modificado sin avisar un decreto del gobierno de Macri a favor del acceso a la información gubernamental, restringiendo esa posibilidad. Y pese a los reclamos macristas, mantuvo esa decisión.
“Es como llevar un oso a vivir en tu casa y no domesticarlo…en algún momento te devora”, reflexiona un agudo operador macrista. El fortísimo cruce de comunicados entre el PRO y La Libertad Avanza marca un quiebre inminente. El macrismo acusó al Gobierno de “jugar con los corruptos” y los libertarios retrucaron que sus aliados practican “un repugnante oportunismo”.
Macri sabía que tarde o temprano los integrantes amarillos debían decidir entre permanecer en el partido y defender su identidad aunque esto signifique quedar relegados y con menos trascendencia porque ya no son parte de una gran coalición como Juntos por el Cambio; o sumarse a las filas libertarias. Ese momento parece anticiparse.
Claramente, el factor que puede complicar la primavera de la economía del Gobierno es la política. Lo asegura Ricardo Arriazu, uno de los pocos economistas que mejor leyó la gestión de Milei y que anticipó que la inflación caería a los 2 puntos este año.
“Con la inflación no se convive, se la mata”, afirmaba el economista durante el tradicional almuerzo de la Cámara Suizo Argentina. Allí estimó que la inflación del próximo año rondará los 20 puntos y finalizará en diciembre del 2025 con un 0,9% mensual. También proyecta que las reservas del Banco Central ascenderán a los US$ 15 mil millones.
Arriazu puso el acento en el sector estrella, el energético, porque -dice- aumentará sus exportaciones a US$ 5.700 millones y bajará las importaciones US$ 1.500 millones. Pero también graficó que con esos dólares, la Argentina será mucho más cara hoy, lo que va a generar invariablemente conflictos internos.
Ricardo Arriazu en el almuerzo del Rotary Ricardo Arriazu en el almuerzo del Rotary
El año que viene se reflejará una suerte de rebote ya que en términos generales, dice el especialista, Argentina volverá a los índices de diciembre de 2022. El crecimiento sería del 5,2 del PBI por el fin de la sequía, acompañado por un aumento del crédito de 230% y la recuperación lenta del salario.
Por lo pronto, el gasto de la campaña electoral el Gobierno lo resolverá de otra manera: al manejarse con el presupuesto del 2023, desactualizado, dispondrá el año próximo de una enorme caja para administrarla discrecionalmente con aquellas provincias con las que pueda, por ejemplo, entablar algún acuerdo electoral.
Lo que se observa es que el Gobierno ya hizo el ajuste, y tiene la posibilidad de dar otro paso de mejora de la economía, salvo que se lo impida la política. Pero la política no sólo la hace la oposición, sino que la agenda la marca la Casa Rosada. Y cualquier paso en falso puede transformar en un cisne negro.