Por Hernán Andrés Kruse.-
LA CRÍTICA AL ANTIGUO LIBERALISMO Y LA PROPUESTA DE SOCIALIZACIÓN CULTURAL EN SUS PROPUESTAS INICIALES
“Para Ortega, en sus primeros escritos políticos, liberalismo cultural significa socialismo. Se entremezclan en esta primera propuesta y se convertirá en una constante, la concepción estrictamente política, al entender el socialismo como una superación de las libertades que propone el liberalismo y, a la vez, por otro lado pero de un modo fundamental y primigenio, una dimensión sociológica que interpreta el socialismo como un instrumento de socialización o educación social. Sin embargo la defensa explícita de un liberalismo socialista va unida a una fuerte crítica a cuatro rasgos fundamentales del socialismo marxista: el materialismo, el internacionalismo, la lucha de clases y el obrerismo y falta de intelectualidad del socialismo español. Ortega toma posición como filósofo liberal aunque para él, el liberalismo es algo más que un ideario político de partido, es una exigencia moral. Su liberalismo procede de la concepción misma de la vida y en ese sentido es un verdadero humanismo, o como afirma Cerezo, «en cuanto ontología de la libertad no pudo menos que ser siempre con un matiz u otro, liberalismo».
Este liberalismo como imperativo de moralidad, se presenta, sin embargo, contrario al liberalismo del XIX en distintos frentes que tienen por núcleo su oposición al individualismo atomizante que concibe al sujeto aislado y que sitúa la voluntad y los intereses individuales como un absoluto, un subjetivismo disgregador y particularista. Como consecuencia, critica el liberalismo contractualista que entiende los derechos individuales derivados de un pacto, esto es, derivado de la voluntad subjetiva y la decisión de los hombres. Y se opone también al utilitarismo porque éste, según nuestro autor, planteaba el liberalismo dentro de la concepción que denomina vida como acomodación que supedita todo el pensamiento a la utilidad, es decir a buscar buenos medios pero olvida los fines. Ortega contrapone a la interpretación utilitaria de la vida, la vida creadora, vital por la excelencia, espontánea y desinteresada.
Por otra parte, pero en esta misma línea, el antiguo liberalismo, pendiente de buscar seguridades, no había sabido incorporar las reivindicaciones y exigencias que imponían los nuevos movimientos sociales: un liberalismo estático. Para Ortega a medida que varía la sensibilidad colectiva el liberalismo debe hacer frente a nuevas concreciones de los valores e ideales morales, siempre abierto a renovación. Por eso mientras en los siglos anteriores debía proclamar y extender los derechos políticos, las nuevas exigencias consisten en los derechos sociales. Como consecuencia de estas críticas de calado filosófico su juicio del liberalismo del Partido Liberal es que éste se ha quedado estancado en la oficialidad y subordinado a las corrupciones de la Restauración. Al quedar institucionalizada la dimensión crítica, se va aplanando en el disfrute del poder. Por eso concluye que el viejo liberalismo del «partido liberal no es liberal».
El nuevo liberalismo es antes un deber que una comodidad, siempre en vanguardia, «fronterizos de revolución», un esfuerzo continuo para aumentar la libertad, humanizar la vida entendida como un ansia de superación y proyección imaginativa. El liberalismo debía ir unido a la proclamación de nuevos derechos y el nuevo derecho es el socialismo, «luego no es posible hoy otro liberalismo que el liberalismo socialista». Quede claro que la opción por el socialismo no es contraria para Ortega con el liberalismo, porque el liberalismo es un impulso de exigencia moral y en este sentido el socialismo es, para Ortega, más que un proyecto económico, un ideal moral de virtud y de justicia. El socialismo se traduce en la propuesta fundamental de la organización de la sociedad desde el principio del trabajo. La sociedad ha de ser una comunidad de intereses racionales compartidos gracias al trabajo. Es decir, si la sociedad es cooperación, para Ortega los miembros deben ser considerados antes que cualquier otra cosa, trabajadores. Y añade «Socializar al hombre es hacer de él un trabajador en la magnífica tarea humana, en la cultura, donde cultura abarca todo, desde cavar la tierra hasta componer versos».
Un proyecto que imagina en 1910 que incluye cultura, derechos sociales, y comunidad compartida de un pueblo de trabajadores, y que en líneas generales permanece muy semejante hasta los tiempos de la República de los años treinta. Pero a la vez, como decimos, esta concepción del socialismo se sustenta en una concepción social. El impacto que la estancia en Marburgo, especialmente por la influencia de Natorp, tuvo en el joven Ortega dejará, junto con cierto idealismo neokantiano, la concepción de «un sistema moral del que era un rasgo fundamental la educación». Silver ha destacado en este sentido la influencia que debió causar en Ortega el hecho de que las ideas sobre la reforma pedagógica de Natorp fueran una importante contribución al marxismo neokantiano de Marburgo.
Para Natorp el ideal ético solo podía realizarse dentro de la comunidad y el Estado. De manera que esta concepción social suponía un fundamento para la pedagogía social, y el mismo origen de su crítica al individualismo y al subjetivismo. Por esta razón afirmará Ortega «El individuo aislado no puede ser hombre, el individuo humano, separado de la sociedad, no existe, es una abstracción». El individuo se entiende siempre en cuanto que contribuye a la realidad social y es condicionado por ésta. Para él, el verdadero liberalismo no es individualista en el sentido de suponer en el individuo la primacía y la decisión sobre el Estado. No hay individuo fuera de la sociedad, pues el hombre encuentra su realización como miembro de una sociedad, de ahí que sea una obligación moral inapelable encaminar a los hombres a la altura de la humanidad, manteniendo así el imperativo kantiano de la dignidad de los hombres como un fin absoluto. «Para mi socialismo y humanidad son dos voces sinónimas».
El socialismo suponía la idea de una comunidad en la que el respeto a la libre personalidad y al desarrollo de cada hombre permitiera el desarrollo de todos. «Si todo individuo social ha de ser trabajador en nuestra cultura, todo trabajador tiene derecho a que se le dote de la conciencia cultural». En consecuencia Ortega describe el socialismo como instrumento lento y concienzudo de promoción de la cultura, capaz de transformar el carácter español. El socialismo debe pues entenderse en el marco de su concepción política como educación, la Gran Política. La educación social, entendida como ciencia para la transformación de las sociedades, sustituye a la política clásica, a la vez que los movimientos políticos son representaciones científicas que han sustituido a las religiones.
En estos momentos coincide con la concepción que del socialismo tenían Unamuno y Maeztu, para quienes se trataba de un movimiento cultural. No es un partido de dogmas, sino de tendencias y por tanto representa la posibilidad de realizar la gran renovación cultural de España. Fox ha destacado cómo parece que Maeztu y Ortega se influyeron mutuamente. Maeztu estaba familiarizado con el movimiento socialista fabiano inglés que defendía un socialismo democrático independiente del marxismo, tomando como estrategia la influencia de una minoría intelectual transformadora inmersa en las instituciones e independiente de los partidos. Tuvo de hecho gran influencia en el programa del Partido Reformista fundado por Melquiades Álvarez y Gumersindo Azcárate y más tarde en la Liga de Educación Política.
Para Ortega la sociedad capitalista ha hecho imposible la existencia de hombres verdaderamente superiores porque ha provocado un individualismo de personas sólo preocupadas por su bienestar. El capitalismo ha hecho que dominen, según piensa, no las tendencias culturales de las mejores ideas y del valor de las personas, sino el poder material anónimo, cuantitativo que es el dinero. Las personas quedan de este modo mercantilizadas: el proletariado reducido a mercancía, a fuerza de trabajo; y a la vez, el capitalista reducido a mero soporte del capital, «siervo del dinero». Por eso es necesario el socialismo. El capitalismo ha mercantilizado al hombre y el socialismo lo humanizará. Y es que para Ortega, es indispensable una condición previa que transforme las instituciones para que todos los hombres puedan ser cultos: hacer más justa la economía social. Este es, según defiende Ortega, el sentido del socialismo iniciado por Saint-Simon que da un contenido inagotable a la idea de democracia.
Para que la cultura pueda cumplir su función socializadora es necesaria la socialización política de los medios de producción. «El estado moral de España obliga al socialismo –no al que hay, sino al futuro– a erigirse en defensor de la cultura […] El socialismo es un método para el gradual mejoramiento de las condiciones del trabajo humano, tendente a ponerle al hombre en condiciones de ahondar más y más en la cultura». En esta línea considera al Partido Socialista un mecanismo para la regeneración cultural que necesita España. Pero advierte que lo importante no será la lucha de clases ni la nivelación económica a través de los medios de producción, sino que estos elementos del socialismo son únicamente instrumentos al servicio de la socialización cultural de la ciencia y la virtud. «Cultura es el cultivo del entendimiento humano en cada hombre, de su moralidad, de sus sentimientos». Por eso afirmará «Soy socialista por amor a la aristocracia» […] «Aristocracia quiere decir aquí estado social donde influyen decisivamente los mejores». No se trata de que gobiernen los mejores sino de que las opiniones más acertadas, más bellas, más nobles, más justas, adquieran el predominio que les corresponde en los corazones de los hombres. Para esto es necesario que haya tales opiniones. Y para que las haya tendrán que haber hombres preparados y sensibles que las creen y que estén dispuestos a acogerlas. «La humanidad no puede vivir sin aristócratas, sin fuertes hombres óptimos. Si pudiera vivir sin ellos el socialismo carecería de sentido».
La dificultad filosófica con la que Ortega se enfrenta en estos momentos de juventud es, como explica F. Salmerón, la de relacionar dos profundos frentes de influencia aparentemente incompatibles, pero que en él se unen: por un lado las ideas socialistas y por otro, la moral aristocrática proveniente de Nietzsche. Para Nietzsche la humanidad no cuenta, la igualdad no es real, lo importante es la lucha personal por la autodefinición. Para los socialistas, sin embargo, el esfuerzo moral es un esfuerzo de nivelación social encaminado a la igualdad como instrumento de una verdadera libertad. El individualismo de Nietzsche sería pues, opuesto al liberalismo, el socialismo es para él nihilismo. Y sin embargo es ésta precisamente la síntesis que desarrolla Ortega al concebir el socialismo como instrumento al servicio de la elevación de los hombres, elevación del nivel histórico que es el resultado de la influencia de los valores superiores sobre el pueblo y no la imposición de los valores de la mediocridad. «…cierto que el individuo no es un algo aislado, pero de aquí no se sigue que haya de ser la muchedumbre norma de valores».
En 1906 escribe en una carta refiriéndose a su vinculación a las ideas socialistas. «Esto soy no por razones que suelen llevar al pensamiento al socialismo sino porque creo que sólo en él serán posibles de un lado las libertades íntimas, de otro las virtudes viriles». En este sentido la reforma socialista que propone Ortega se debe interpretar no como una reforma colectivista, sino esencialmente personalista. La sociedad necesita ser reconstruida, pero debe serlo para que todos los hombres lleguen a ser más cultos, más autónomos o lo que es lo mismo, más hombres. Las conquistas económicas que reivindica el socialismo van dirigidas, para Ortega, a la conquista de un derecho que es la cultura integral humana. Para que la cultura pueda cumplir su función socializadora es indispensable hacer más justa la economía social. Sin embargo, progresivamente va haciendo explícita su crítica con respecto al Partido Socialista, precisamente porque concibe el socialismo como un ideal moral al servicio de un ideal superior.
Comienza explicando que el socialismo es una realidad tan profunda que contiene en sí varios pisos o estratos y sería empequeñecerlo creer que todo él se reduce a uno solo de ellos. El primero es el Partido socialista mismo, que es el de la superficie, la táctica más concreta que se ve y al que vincular las emociones en función de un ideal. El segundo lo representa el socialismo como proyecto ideal de reforma humana, como idea política. De esta manera el partido Socialista es el instrumento del socialismo pero no abarca por completo el ideal. El Partido supone una convención ciertamente deformada y reducida del socialismo, que es una idea de incalculable riqueza considerada en su integridad. Pero aún existe un tercer nivel por el que el socialismo, a su vez, no es más que un medio, una táctica que sigue la historia encaminada a la perfección moral de la humanidad, para su mejora integral. Por tanto el socialismo lo entiende como un instrumento útil, pero como todo instrumento, es sólo momentáneo y no se puede terminar en él, sino que hay que superarlo. No debemos olvidar que Ortega destaca entre los rasgos del siglo xix el afán por construir una cultura de medios de forma que se ha olvidado la reflexión por las cuestiones últimas. Lo decisivo para Ortega es la reforma del hombre. Una reforma moral. «No hay más que un progreso, el progreso en libertad». Y por ello entiende educar al pueblo, sustituir el instinto por la voluntad racional, «anticipar ideales», preocuparse de «lo universalmente justo», despertar «emociones universales y cosmopolitas».
Junto a esta apreciación sobre el lugar que ocupa el ideal moral, las críticas se centran en tres elementos característicos del marxismo: el materialismo, la lucha de clases y el internacionalismo. Con respecto al materialismo marxista, Ortega no comparte que el socialismo se empeñe en un objetivo centrado en la dimensión económica. Lo económico es siempre un medio para sustentar la vida, pero la vida no se reduce a lo económico. A Marx le interesó dejar claro que todo lo demás que compone la historia social humana: religión, política y moral, son siempre dependientes de la realidad económica y como tales hay que interpretarlas. Para Ortega éste es el fundamento de su error. «La vida social no es sólo economía: la economía en cada instante está sometida a una serie de leyes, al derecho. Y el derecho es la organización». Es decir, la economía y el mundo Industrial son resultado del poder espiritual. La economía está sometida a las ideas y no al revés como defiende Marx, como si las ideas surgidas de la conciencia de los hombres fueran el resultado de los modos de producción.
Para superar la unilateralidad del materialismo histórico, Ortega definiría al hombre, tal como interpreta Pellicani, como un animal ideológico-tecnológico, de forma que consideraría el substrato ideológico y el aparato económico como dos variables interdependientes que articulan la respuesta del hombre ante su circunstancia, convirtiéndose a la vez, al objetivarse, ellas mismas en circunstancia. Lo primero no es la idea, tampoco la materia, lo primero es la vida como quehacer. A la altura de Meditaciones del Quijote en 1914, Ortega ya es consciente de su proyecto de superar tanto el materialismo como el idealismo. Desde la comprensión de la razón vital como única y radical realidad, se supera la confrontación con el materialismo que aquí se discute. Para Ortega, la vida y la confrontación con el medio que ésta implica, no puede entenderse nunca independientemente de los hombres que luchan con sus circunstancias y de sus ideas, su interpretación y su fantasía como orientación de la acción. Asumir la tesis de Marx sería, para Ortega, renunciar al fundamento metafísico en beneficio de un determinismo en el que el espíritu es mero reflejo de las relaciones objetivas, y por tanto, de una dimensión parcial de la circunstancia, a la vez que rompe con la condición de individualidad de la conciencia. El marxismo no puede ser asumido por Ortega por coherencia con sus postulados filosóficos, siempre anteriores a los políticos, y no al revés.
Dos razones más argumenta Ortega contra el marxismo como consecuencia del giro estético y nacionalizador. La primera tiene que ver con el internacionalismo. El comunismo como estrategia común a todas las naciones no tiene en cuenta las diferencias y particularidades de cada país. El internacionalismo es evidentemente una tendencia a la síntesis universalista. Pero esa tendencia no puede suponer abstraerse de las preocupaciones nacionales o intentar aplicar programas; alcanzar pretensiones o esgrimir tácticas, que no tengan en cuenta la realidad, es idealismo vacío. El peligro viene del imperio de una «razón» pura, universalista que ha olvidado la vida y quiere aplastarla. Una vez más, el peligro consiste en que el utopismo haga desvincularse de la circunstancia real. No se puede excluir lo nacional. Parece que a partir de 1914 la crítica se hace mayor a medida que desconfía de los ideales irrealizables. No se trata de renunciar a los ideales, sino que su definición debe ser menos retórica y hacerse más productiva atendiendo a lo real. «Esta sería la nacionalización del socialismo: quiero decir, el socialismo concreto frente a un socialismo abstracto….».
Y por último, Ortega rechaza el principio de la lucha de clases porque es contrario a la necesidad de vertebración nacional, principio que se hace explícito en España Invertebrada, pero que aparece antes en su pensamiento. El socialismo tiene para Ortega una función organizadora, interclasista, un ideal moral capaz de armonizar contrarios que resultaba contradictoria con la concepción hostil de la lucha de clases: «el socialismo es el constructor de la gran paz sobre la tierra». El objetivo del socialismo es precisamente la integración de los hombres por el trabajo y la justicia, un sistema que permitiría vertebrar la nación en un proyecto de ilusiones compartido.
Finalmente Ortega, como Maeztu, entendía que el socialismo era una tarea cultural dependiente de los intelectuales. Se lamenta, sin embargo, de que en España el socialismo hubiera calado inicialmente en la mente de los obreros, cuando en otros países como Inglaterra o Alemania el socialismo comenzó a crecer en las universidades y en los libros científicos. Parece como si en España el socialismo tuviera que ser exclusivo de los obreros y sin embargo necesita de intelectualidad para no convertirse en un movimiento inarticulado, mera protesta sin rumbo. El problema es que el socialismo se ha convertido en un socialismo de clase, es decir que ha renunciado a ser intelecto y ha reducido su interpretación histórica, de una manera exclusivista, al socialismo. O como lo podría haber explicado un poco más adelante: “se ha hecho particularismo de clase. Dejando a un lado sus utópicos ademanes y la rigidez de sus dogmas, que la corriente revisionista del partido obrero en otros países condena, no dudaríamos en afirmar todas sus afirmaciones prácticas “.
(*) Ángel Peris Suay (Facultad de Teología “San Vicente Ferrer” de Valencia): “El socialismo en el pensamiento político de Ortega y Gasset” (Contrastes. Revista Internacional de filosofía. Departamento de Filosofía-Facultad de Filosofía y Letras-Universidad de Málaga-2014).
04/12/2024 a las 10:53 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Ficha limpia: un escándalo que desató explicaciones disparatadas en el oficialismo y la oposición
Nicolás Wiñazki
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
2/12/024
La diputada Silvia Lospennato (PRO), estaba convencida. Habría quórum para tratar la Ley de Ficha Limpia en la sesión de Diputados con fecha de jueves 28 de noviembre pasado. Sus cálculos estaban hechos en base a pruebas concretas de los legisladores que le habían dado su palabra de que estarían presentes en la sesión para luego votar a favor de su proyecto.
Ese listado, fallido, erróneo por promesas incumplidas, o por creencias inocentes, se reproduce de modo textual: «LLA 38, PRO 35, UCR 20, Democracia 12, Encuentro 10, Coalición Cívica 6, MID 3, Producción 2, Tucumán 1, Neuquén 1, Mendoza 1, Río Negro 1 y Santa Fe 1».
La suma total daba 131 diputados. El quórum se alcanza con 129.
La sigla LLA es la del bloque de La Libertad Avanza: 38 diputados habían dado su palabra de que no solo darían quórum sino que también votarían en favor de ficha limpia. Faltaron 8. Una sola estaba justificada: Marcela Pagano cursa las últimas semanas de un embarazo.
El oficialismo intentó ocultar que esas ausencias se habían producido, en general, por orden de la superioridad política.
Algunos legisladores se excusaron con varios argumentos penosos: uno de ellos se lamentó contando que sufrió un ataque de colitis por comer fiambres en mal estado, otra mostró en un brazo una gasa, prueba de que le habían sacado sangre tras sentirse mal.
Del PRO, los ausentes fueron tres, uno solo con aviso previo.
También hubo faltas de otros bloques, como el de Encuentro Federal, o de la UCR, todos legisladores que habían prometido en contrario. Varios diputados libertarios habían avalado con su propia firma el dictamen del proyecto de Ficha Limpia.
Las coartadas de legisladores oficialistas fueron vanas.
Hubo orden de la Casa Rosada de hacer fracasar la sesión.
El propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, había sincerado la posición libertaria el domingo pasado en una entrevista con LN+: «A mi me parece bien ficha limpia. Lo que creo es que no es bueno que se sancione una ley para proscribir a Cristina Kirchner».
Caída la aprobación de Ficha Limpia, se desató el escándalo en el debate en minoría en el recinto. Las denuncias cruzadas. La acusación de pacto entre LLA y los Kirchner.
Y se desató también el disparate discursivo que fue transversal a casi todos los partidos políticos, y a sus defensores mediáticos e influencers de las redes.
Paradoja: la coherencia se encontró en el bloque del PJ-K, cuyos miembros nunca ocultaron que están en contra de impedir que condenados en doble instancia por cometer delitos por corrupción puedan ser candidatos en elecciones generales. Nunca dijeron lo contrario, defendieron la impunidad y actuaron en consecuencia.
La coherencia fue también aportada por los diputados que desde hace ocho años impulsan Ficha Limpia, por ahora sin suerte o sin apoyo. Lospennato, como buena parte del PRO, la totalidad de la Coalición Cívica de Elisa Carrió, y radicales.
Los enredos retóricos escalaron, sobre todo entre oficialistas.
Al anochecer del jueves del escándalo, desde la Casa Rosada dejaron trascender que el propio presidente Javier Milei se había comunicado con Lospennato para hacerle saber que la apoyaría en una nueva discusión sobre Ficha Limpia, pero con cambios, debido a que el proyecto no votado podría generar enorme riesgo en provincias gobernadas con feudos en las que la Justicia, cooptada por la mala política, podría perseguir a dirigentes opositores para lograr su «proscripción» electoral.
Primer argumento dramático: ¿la Casa Rosada considera que en la Argentina hay provincias gobernadas por dirigentes capaces de impulsar condenas por corrupción contra su oposición para perpetuarse en el poder?
Si esto fuera cierto, entonces la Presidencia de la Nación tendría pruebas de que en la República Argentina existen los presos políticos, o el intento de encarcelar a dirigentes por su condición de ejercer la política, un hecho de gravedad institucional insoslayable de no ser denunciado en público y en los tribunales.
Cambalache: esos gobernadores feudales inescrupulosos y antidemocráticos no necesitarían de Ficha Limpia para vencer con cárcel a su oposición. De acuerdo al Código Penal, quien comete delitos de corrupción, además de pena de cárcel, queda inhabilitado de por vida para ejercer la función pública.
Más paradoja todavía: esos gobernadores o dirigentes que podrían hacer condenar a opositores, sin Ley de Ficha Limpia, podrían aprovechar ese vacío legal para postularse en elecciones seguras para cargos en Diputados o el Senado, con fueros, aun siendo condenados en doble instancia por cometer delitos aberrantes desde sus cargos públicos.
La lógica de ese argumento podría resumirse así: no hay que darle Ficha Limpia a quienes podrían ser perjudicados por esa Ley.
O, en contrario: hay que evitar que salga Ficha Limpia porque habría riesgo para quienes podrían beneficiarse si esa legislación no existiese.
Respecto al peligroso argumento de que la Justicia en las provincias solo actúa como títere del poder local, vale la aclaración esencial de que las causas de corrupción solo son investigadas por el fuero federal. No por el provincial. La Justicia federal investiga los delitos cometidos con fondos nacional. Y las leyes están hechas no para el oficialismo o la oposición, sino para el que delinque.
Aun así, es un hecho, pero generalizando y siendo muy injusto con las excepciones que son muchas, que el Poder Judicial es lento, ineficaz y hasta cómplice cuando debe investigar a delincuentes políticos.
Las persecuciones a opositores existen, en provinciales feudales y no feudales, y sobre todo en municipios de diversos distritos, son denunciados de modo casi diario, con espesor variable, y sin actuación judicial en buena parte de los casos. También suelen ser víctimas de los jefes feudales ciudadanos de a pie que tienen la valentía de resistir el autoritarismo local.
Los argumentos para defender posiciones contrarias a la aprobación de Ficha Limpia, o para relativizar la importancia de esa Ley, se multiplicaron desde el jueves, en sincronía con la contradicción de quienes juraron y perjuraron apoyar un proyecto que luego esquivaron.
La posición que afirma que, de salir la ley se estaría frente a una posible proscripción de una candidatura de Cristina Kirchner, es totalmente llamativa escuchada de boca de funcionarios o legisladores libertarios.
El proyecto de Ficha Limpia se presentó en el Congreso en el 2016. Kirchner fue recién procesada en la causa Vialidad el 27 de diciembre de ese mismo año y recién el 2 de marzo del 2018 la causa fue elevada a juicio oral. Cristina fue condenada por el tribunal de esa instancia el 6 de diciembre del 2022.
El presidente Milei prometió en marzo pasado que apoyaría su aprobación. Kirchner no estaba aún condenada, en doble instancia, por la Cámara de Casación Penal Federal.
Además, de aprobarse Ficha Limpia en Diputados, faltaría aun la sanción del Senado para que sea Ley, y luego que se reglamente si la potencial legislación no es vetada por el Ejecutivo.
En la Cámara alta, el peronismo contrario a este proyecto es mayoría total.
Kirchner podría ser candidata a diputada por Buenos Aires. Por los tiempos legislativos, y porque leyes no son retroactivas.
También, incluso, tiene poco sustento la hipótesis que asegura que al oficialismo le conviene que Kirchner se postule en los comicios del año próximo porque polarizaría con ella y la vencería en las urnas.
En caso de que todo eso pasare, Cristina igualmente conseguiría sus fueros. Ocurre que si ella es cabeza de la lista de diputados nacionales por Buenos Aires, aun perdiendo ingresaría a la Cámara baja.
La confusión pareció ahondarse cuando el viernes por la mañana, ya de modo oficial, se conoció que la Casa Rosada enviaría un nuevo proyecto propio al Congreso sobre Ficha Limpia para evitar que la Ley tenga todas las características de ser implementada solo para proscribir a Cristina Kirchner.
Lo que era tabú decir el jueves ya no lo era el viernes.
¿Por qué no se sinceraron antes del escándalo?
El sistema político sostuvo el jueves el doble estandard que existe en nuestro país sobre procesados por delitos de corrupción: quien tenga un procesamiento en una causa de ese tipo de crímenes, está impedido de ser nombrado como empleado de la Administración Pública Nacional (PAN). Lo dice la Ley.
Sin ficha limpia, quien tiene condena ratificada en dos instancias por ser autor de delitos contra administración pública, puede ser candidato a un cargo legislativo hasta que se pronuncia la Corte Suprema, la última posibilidad recursiva.
Las singularidades en todo este escándalo y su debate disparatado generó otra novedad total: es el oficialismo libertario quien da por hecho y seguro que Cristina Kirchner será candidata en las elecciones legislativas del año próximo.
Ni siquiera ella, o su entorno, o voceros del PJ que lidera la ex vice confirmaron esa candidatura alrededor de la cual giró el jueves el Congreso y la Casa Rosada.
El viernes, el PRO emitió un comunicado muy crítico del oficialismo. Y LLA replicó de modo también muy duro. Casi hay ruptura entre el PRO y la Casa Rosada. ¿Quién festeja? Los Kirchner.
04/12/2024 a las 11:00 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Las negociaciones con el kirchnerismo que desmiente el Gobierno vuelven a distanciar a Macri de Milei
Edgardo Alfano
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
2/12/024
A pesar de haber rechazado públicamente las negociaciones con el kirchnerismo, el Gobierno de Javier Milei encontró en la principal fuerza de la oposición un aliado estratégico para destrabar proyectos clave.
La realidad política mostró que la “casta”, como la denomina el Presidente, es un actor inevitable para avanzar en el Congreso. Las interacciones han involucrado a figuras clave como el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el influyente asesor Santiago Caputo, que fueron los responsables de establecer estos contactos. El pragmatismo parece imponerse a los discursos de campaña, revelando la complejidad de gobernar sin un bloque sólido en el Poder Legislativo.
La “casta” está en los senadores y diputados, en los gobernadores, en los sindicalistas y entre los empresarios. No se la puede eludir, sobre todo cuando las fuerzas parlamentarias son escasas, como es el caso de La Libertad Avanza (LLA).
El ala dialoguista de la CGT y distintos sectores empresarios aceptaron avanzar en un marco de diálogo junto a la Secretaría de Trabajo, lo que le ha permitido al Gobierno sortear un nuevo paro nacional. Pero para llegar a esa mesa de conversaciones, hubo mucho que dialogar con los sindicalistas que siempre fueron enmarcados como parte de la casta.
Afuera quedaron Pablo Moyano y un grupo de gremios combativos como metalúrgicos, mecánicos y bancarios, que harán una marcha a Plaza de Mayo contra el gobierno, el próximo jueves, junto a las dos CTA y La Cámpora.
En el Congreso, el Gobierno enfrenta desafíos delicados en medio de la polémica por la falta de quórum en la Cámara de Diputados durante el tratamiento de la ley de Ficha Limpia.
Este proyecto, que apunta a inhabilitar a los condenados por corrupción para ser candidatos, podría tener un impacto directo en Cristina Kirchner, cuya posible postulación el año próximo quedaría comprometida.
El escándalo legislativo refleja las tensiones políticas que rodean a una ley que no solo afecta a figuras clave del kirchnerismo, sino también a cualquier funcionario con antecedentes penales por corrupción.
La ausencia de ocho libertarios en la sesión clave para tratar la ley de Ficha Limpia, junto a la inasistencia de legisladores del PRO, la UCR y Encuentro Federal, generó fuertes críticas de Mauricio Macri, que había convertido este tema en una de sus principales banderas políticas.
El expresidente Mauricio Macri mantiene una postura de desconfianza hacia Javier Milei, aunque evita romper vínculos, consciente de que Libertad Avanza (LLA) podría convertirse en una amenaza electoral para el futuro del macrismo en las legislativas del próximo año.
Por su parte, la diputada Silvia Lospennato, autora del proyecto de Ficha Limpia, recibió explicaciones de Milei mediante un contacto por WhatsApp. El jefe de Estado argumentó que buscan un mejor proyecto de ley, aunque estas razones no lograron convencerla del todo. Lospennato ha optado por dar un voto de confianza a Milei respecto al futuro de la ley, pero no oculta su enojo por el fracaso en Diputados.
¿Hubo o no pacto del Gobierno con el kirchnerismo? ¿Se cayó la sesión a cambio del apoyo para que Martín Menem sea reelecto el próximo miércoles para seguir al frente de la Cámara de Diputados? ¿Karina Milei y Lule Menem fueron piezas clave en esa negociación?
¿Se suspenden las PASO el año próximo como una devolución de gentilezas del kirchnerismo a la Rosada? ¿Los gobernadores son una pieza vital de los acuerdos y votan en esa línea?
¿Se busca un pacto en el Senado para que Ariel Lijo llegue a la Corte Suprema junto a una mujer y no Manuel García Mansilla? ¿Dentro de ese acuerdo estarían también las designaciones del Procurador, auditores y el Defensor del Pueblo?
El clima político y, en especial, el parlamentario, está lleno de suspicacias. Cada declaración de algún funcionario se choca después con hechos sospechosos en cualquiera de las dos cámaras. Las preguntas sobran y las respuestas parecen ir siempre en la misma dirección.
04/12/2024 a las 11:06 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La política en carne viva y el debate por Ficha Limpia: ya nadie esconde su estrategia
Rubén Rabanal
Fuente: MDZ
(*) Notiar.com.ar
2/12/024
Para el Gobierno de Javier Milei el hecho más importante de la semana pasada para la política local no se generó en territorio argentino sino en tierras británicas, en The Adelfi Building, en el 1 John Street, Londres. Allí está el bunker editorial de The Economist, la prestigiosa revista que tuvo al presidente como protagonista absoluto en su tapa. La aparición de Milei en la tapa de esa revista no fue un hecho periodístico más: claramente se trató de la mención editorial más importante que haya tenido el presidente en un medio internacional serio desde que llegó a la Casa Rosada.
El embelesamiento presidencial frente a ese hecho tapó cualquier preocupación sobre el impacto de haber acelerado desde el oficialismo la caída del proyecto de Ficha Limpia y vino con algunos condimentos extra. Por ejemplo, la forma en que se editó la tapa en esta edición, con una foto en blanco y negro para enmarcar a Milei en estilo retro gravado, un recurso que The Economist guarda para grandes ocasiones o eventualmente para marcar cambios de época. Así lo leyó y lo festejó el Gobierno.
La edición, además, no fue destinada solo a la versión Américas, como sucede en algunos casos, sino que la tapa de Milei formó parte del envío original de la revista. Ayer, para abundar, The Economist publicó otra nota sobre el presidente argentino que refuerza el foco puesto en él con el inquietante título de “Lo que Milei puede enseñarle a Trump”.
Todas las lecturas sobre la edición de The Economist sirvieron para reforzar internamente a Milei en el rol internacional, que es el que más le gusta jugar y en el que en las últimas semanas no tuvo disgusto alguno. Milei se siente “iluminado” en el último mes y la realidad es que los hechos le dan la razón. Cada pasó que dio y cada novedad que aportó la economía fueron en el camino correcto. Solo queda un pendiente para el público: la llegada de la reactivación de la economía (por ahora selectiva) y de la recuperación del poder adquisitivo a todos los bolsillos. La semana pasada se conoció un dato inquietante: la venta en supermercados cayó 12,8% en relación al mismo mes del 2023.
Esta semana, Milei tendrá otra chance de jugar un partido a su medida en la cumbre del Mercosur. Ese mercado concebido como una unión política y aduanera nunca funcionó como tal y ahora menos. Milei irá a Uruguay, donde Luis Lacalle Pou lo recibirá junto al electo Yamandú Orsi, en otra muestra de civilidad política de los uruguayos. Habrá presentación con el nuevo mandatario y otra foto de circunstancia con Luis Inácio Lula Da Silva.
Nada de eso parece importar demasiado en estas horas: hoy existe un acuerdo generalizado, es decir tanto para Brasil como Argentina, Uruguay y Paraguay, en que la salida está en abrirse a acuerdos de libre comercio con terceros países. El problema es que no todos quieren firmar con los mismos países y que las características pueden ser bastante distintas para casa uno.
El anunciado acuerdo con la Unión Europea hoy no existe en los papeles reales. No lo quiere Francia, ni sus agricultores, ni sus industrias, pero tampoco Alemania metida en un complicado proceso de renovación del poder y mucho menos lo acepta Europa toda que está danto un giro ideológico que aún no termina de moverse. En ninguno de esos casos existen chances de colar un acuerdo que conceda apertura de mercado a latinoamericanos.
Brasil insiste con esa opción pero solo como un tapón a pretensiones más complicadas y “libertarias”, como la de Uruguay con China o la que va a proponer Milei con los Estados Unidos. Ahora, en todos los casos, las condiciones de esos acuerdos comerciales parecen imposibles para el Mercosur en su totalidad, pero si probables para cada socio por su lado. En ese terreno Milei tendrá en Uruguay otro éxito garantizado y libertad absoluta para volver a ningunear las chances de existencia del Mercosur, como ya hizo en la campaña.
Mientras todo eso sucede en el mundo (para alegría de los libertarios) en Argentina la política volvía a asentarse sobre bases mucho más tradicionales y espurias, como normalmente nos tiene acostumbrados en el país desde hace décadas. En el Congreso la caída de la sesión para intentar votar una ley de ficha limpia que impida a condenados con condena confirmada presentarse como candidatos a elecciones terminó transformándose en un filtro para que el público de a pie comenzara a entender por donde pasa el verdadero juego de la negociación grande por estos días.
La existencia de una ley de Ficha Limpia en Argentina, modelo que impera en Brasil donde fue impulsada y refrenda por Luis Inácio Lula Da Silva y que luego estuvo a punto de volverse en su contra, no solo impactaría en una hipotética candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, sino también en el centro del equipo de posibles candidatos del kirchnerismo. Cristina se victimiza y el kirchnerismo hace campaña contra la Ficha Limpia acusando a sus autores de intentar una proscripción, pero la realidad es que son varios los candidatos K que podrían quedar fuera de carrera por esta ley.
Es difícil explicar que se acepte políticamente que un corrupto condenado en dos instancias, incluyendo la Cámara de Casación, pueda presentarse como candidato en cualquier elección. Esa es la trampa en la que quedó involucrado el oficialismo sin disimulo y en carne viva esta semana. Imposible esconder a los ocho libertarios que no dieron quórum en la sesión, o la payasesca arenga de Lourdes Arrieta intentando hacer creer que su ausencia a la hora de dar número tenía justificaciones más elevadas que un espurio acuerdo de bancas.
Los diputados libertarios, con muy poco training y preparación legislativa, descubrieron en estos días que una vez caída una sesión por falta de quórum existe la posibilidad de hablar durante las manifestaciones en minoría. Mucho creyeron que con eso tapaban su ausencia a la verdadera hora de poner el “culo sobre la banca”. De ahí los vergonzosos momentos que se vivieron.
Como dijimos más arriba, en el Gobierno no pareció haber demasiada preocupación por el impacto del tema en el votante libertario medio. “Es un tema de casta”, consideraron y de hecho minutos después de la caída de la sesión en la Casa Rosada se armó una foto con todos los equipos de trabajo del presidente. Imposible que las sonrisas fueran más anchas en las caras de los ministros presentes. Rumores sobraron desde la necesidad de no hacer ruido una semana antes de la reelección de Martín Menem en la presidencia de la Cámara de Diputados hasta la necesidad de mantener la polarización absoluta con Cristina Fernández de Kirchner, sobre todo en la elección bonaerense donde Karina Milei arma toda la estructura de pelea.
El problema es que mientras toda esa política clásica aparece en la superficie, el público de a pie teme que la obscenidad kirchnerista vuelva a tener chances de supervivencia a la luz de estrategias erradas. El kirchnerismo muestra por estos días sus humores más hediondos, con internas destructivas entre viejos aliados que no dudan en ventilar toda la roña que guardaron por años bajo la alfombra.
Las peleas públicas de Mayra Mendoza con Jorge Ferraresi, siempre por problemas de cruces de territorio con el match de La Cámpora contra Axel Kicillof de fondo, donde la prueba más acabada de la situación que rodea a la exvicepresidenta. Peor aún las alternativas judiciales de muchos de ellos con Martín Insaurralde justificando los euros que pagó para irse a navegar por el Mediterráneo con Sofía Clerici, champagne francés y pulseras de Cartier incluidas, en el éxito económico de su ex Jesica Cirio que le presta plata.
Eso es el kirchnerismo en estado puro, también lo son los 13 acusados en la causa Vialidad, 9 de ellos condenados junto a Cristina, o los 37 involucrados junto a Alberto Fernández en el caso de los brokers y el escándalo de Nación Seguros.
La pregunta ahora es si Javier Milei realmente cree que puede lidiar con toda esa biblioteca del terror de la corrupción como contracara o sparring para la elección del 2025. Es cierto que le prometió a Silvia Lospennato, tras la caída de la sesión de esta semana, avanzar con una nueva Ley de Ficha limpia, inclusive más amplia y contemplando más delitos para inhibir a un condenado a presentarse como candidato.
Las chances de cumplir esa promesa podrían estar ahora, en la convocatoria a sesiones extraordinarias, pero todo indica que no será así. Si Milei avanza con una ley de Ficha Limpia no será quizás con un proyecto que venga de la mano del PRO, partido con el que ya es casi un hecho que no tendrá acuerdo electoral para el año próximo. Los movimientos en la provincia y en la Ciudad de Buenos Aires ya marcan la tendencia. Jorge Macri se prepara para la guerra
Mauricio Macri, que anoche no concurrió a la fiesta de casamiento de Horacio Rodríguez Larreta con Milagros Maylin en Cardales, también rompió lanzas con Milei la semana pasada. ¿Será definitivo? Nada es seguro, el expresidente tuvo pronunciamientos duros con Milei en otros momentos y después volvió al diálogo. En esta ocasión, su posteo tras el fracaso con Ficha Limpia no deja lugar a dudas. Ya nadie esconde estrategias, ni siquiera Milei reniega públicamente de la política; la negociación con los gobernadores por un Presupuesto 2025 que no termina de nacer es otra de las demostraciones de este nuevo tiempo.
04/12/2024 a las 11:14 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Los motivos detrás de la caída de la sesión por Ficha Limpia: por qué a Milei le conviene competir con CFK
Adrián Ventura
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
1/12/024
Por segunda vez en 10 días, fracasó la sesión de Ficha Limpia: no hubo quórum e incluso hubo menos diputados presentes que en la sesión anterior. Muchos se preguntan si a Javier Milei le conviene o no que exista una ley de Ficha Limpia, y ese es un debate que está instalado incluso dentro del Gobierno.
La sesión impulsada por el PRO, La Libertad Avanza (LLA) y la UCR no pudo reunir los 129 diputados para habilitar el debate, ya que solo había 116 cuando el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, levantó el plenario del cuerpo.
Uno de los datos sobresalientes de la sesión es que el oficialismo retaceo el quórum: faltaron 8 de sus 39 legisladores, y la Coalición Cívica denunció un pacto entre los libertarios y el kirchnerismo.
Obviamente, Unión por la Patria (UxP) no iba a colaborar con el quórum, pero también se vieron bastante raleados otros bloques, como LLA y algunos radicales. La pregunta es: ¿es favorable para el Gobierno que haya Ficha Limpia y excluir a Cristina Kirchner de la contienda electoral a través de una ley o le conviene enfrentarse a la expresidenta en las urnas?
La respuesta es que tal vez Milei se sienta muy seguro. Está atravesando un momento político óptimo, donde La Libertad Avanza es el único partido que está realmente armado y en crecimiento. Por otra parte, la oposición en la Cámara de Diputados está hiperfragmentada: el radicalismo dividido, el partido Hacemos no termina de configurarse y el kirchnerismo que, aunque internamente fracturado, se une para proteger a Cristina.
En segundo lugar, aprobar la ley de Ficha Limpia significaría darle a Cristina un argumento para considerarse proscripta, y tal vez el Gobierno no quiera avanzar en ese sentido.
Como tercer punto, el peronismo atraviesa su peor momento, especialmente el ala kirchnerista. CFK tiene una condena confirmada por la Cámara de Casación en su contra por la causa Vialidad y Alberto Fernández, el expresidente, es indagado en dos causas judiciales: una por corrupción en los seguros y otra por supuestamente haber golpeado a Fabiola Yáñez.
En definitiva, el kirchnerismo menguado, con una Cristina políticamente deteriorada, fracturas internas dentro de Unión por la Patria -entre la expresidenta y Axel Kicillof-, la oposición fragmentada, y la economía que comienza a crecer rápidamente, dibujan un escenario complejo.
Es muy probable que el propio Milei no tenga demasiado interés en la aprobación de Ficha Limpia y se sienta seguro de poder derrotar a Cristina Kirchner en las urnas. El propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, confesó que tal vez no es el momento oportuno para aprobar la ley porque algunos la pueden considerar proscripta de Cristina Kirchner.
Pero, en el fondo, el Gobierno hace otro cálculo aún más importante: sabe que necesitan los votos del kirchnerismo en el Senado para derogar o suspender las PASO (algo que Cristina agradece), y para nombrar a los nuevos jueces de la Corte Suprema.
En ese contexto, poco le importa a Milei haber desairado a sus socios del PRO, el partido que impulsó el proyecto de Ficha Limpia.