Milei y la indefensión de la clase trabajadora (1)
Por Hernán Andrés Kruse.-
Más de un mes tuvo que pasar para que la mesa chica de la CGT volviera a reunirse. En la tarde del martes 19 de noviembre se hicieron presentes en la sede de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) Héctor Daer (Sanidad), Andrés Rodríguez (anfitrión), Gerardo Martínez (UOCRA), Juan Carlos Schmidt (Dragado y Balizamiento), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Sergio Romero (UDA), Rodolfo Daer (Alimentación), Alejandro Amor (municipales porteños), Julio Piumato (judiciales), Jorge Sola (seguros), Cristian Jerónimo (vidrio) y Miguel Paniagua (espectáculo público). Para la dirigencia sindical existen evidentes síntomas de una mejoría de la situación económica. En algunos sectores, como la construcción, por ejemplo, se detectan signos de recuperación de fuentes de trabajo, aseguraron. De ahí la necesidad, coincidieron los popes sindicales, de acelerar el diálogo con el gobierno de Javier Milei para “comenzar las negociaciones tripartitas para definir políticas a futuro” (fuente: Infobae, Ricardo Cárpena, 19/11/024).
Confieso que no pude resistir la tentación de comparar a estos sindicalistas con Agustín Tosco, aquel combativo líder sindical que iba al frente de las manifestaciones luego de haber cumplido la jornada laboral, como cualquier trabajador. El martes 13 de febrero de 1973 Tosco debatió con el todopoderoso Secretario General de la CGT, José Ignacio Rucci, en un programa de Gerardo Sofovich (Las dos campanas) que se emitía por Canal 13. Fue en ese momento cuando Tosco (lector de José Ingenieros) acuñó la frase “burocracia sindical” para caracterizar a la dirigencia sindical liderada por Rucci, a la que acusaba de ser funcional a los intereses del poder. De haber resucitado en estos días Tosco hubiera lanzado la misma acusación.
Hoy, como hace medio siglo, la clase trabajadora está a la intemperie. Ningún líder sindical se juega por ella, tal como lo hizo Tosco. Hoy está más vigente que nunca la burocracia sindical, ese rejunte de dirigentes sindicales tan poderosos económicamente como lo más granado del empresariado nacional. Buceando en Google me encontré con un ensayo de Mauricio Tome (Facultad de Ciencias Sociales-UBA) titulado “Reflexión teórico-política sobre la burocracia sindical” (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales-2013). Saque el lector sus propias conclusiones.
“Hace unos años algunos sectores de la academia escribieron acerca de la pérdida de vigencia del concepto de Burocracia Sindical dado que el fenómeno sociohistórico que iluminaba revelaba una mayor “complejidad”. Desde nuestra enfoque esa tesis era producto de un planteo teórico-metodológico tradicional que tenía como derivación consecuencias políticas negativas en la realidad concreta donde la burocracia sindical operaba (y opera) diariamente en contra de los intereses, mediatos e inmediatos, del conjunto de los trabajadores argentinos. En efecto, tenemos el propósito de comprender y caracterizar teórica y políticamente a la burocracia sindical. Para ello buscamos desde una posición crítica debatir con el planteo que expresan los historiadores Ghigliani y Belkin sobre la burocracia sindical “existente”, tratando de observar sus límites. Nuestras argumentaciones están sostenidas en el estudio histórico de los conflictos y el accionar de la burocracia de la Unión Tranviario Automotor en el Subterráneo de Buenos Aires, entre 1994 y 2003.
El asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra a manos de la burocracia sindical de la Unión Ferroviaria dirigida por José Pedraza fue el punto más alto, hasta el momento, de una escalada de violencia ejercida por los sectores burocráticos de los sindicatos allí donde se les presenta un sector político-sindical que intenta dar una lucha por representar los intereses inmediatos y mediatos de los trabajadores. Una serie de hechos sucedidos en los últimos años reflejan esta situación: los distintos acontecimientos ocurridos a los trabajadores del subte como la irrupción en el Hotel Bauen cuando el cuerpo de delegados se disponía a realizar una conferencia de prensa en 2007, el atentado a la familia del delegado Néstor Segovia en 2009 en el marco de la creación de un sindicato (AGTSYP) independiente de la UTA, la violencia ejercida sobre delegados y trabajadores en enero de 2010 cuando se intentaba iniciar el plebiscito para la creación del nuevo sindicato, los atentados sufridos a los delegados Daniel Farella y Marcolín de la línea 60 a fines de 2011, entre otros.
En términos objetivos, luego de la crisis política, social y económica de fines de 2001 y 2002, Argentina entró en un proceso de recuperación económica, en comparación con los años previos, y de recomposición institucional. La mejoría del mercado de trabajo producto de una serie de medidas orientadas al mercado interno y la incentivación estatal de paritarias controladas (acuerdos de cúpulas entre la Confederación General del Trabajo, la Unión Industrial Argentina y el gobierno nacional) dio un marco para el desarrollo de reclamos y luchas sindicales en las cuales las direcciones de los gremios comenzaron nuevamente a tener relevancia. Por otro lado, este contexto potenció que determinados sectores político-sindicales de izquierda que venían desarrollando un trabajo previamente a la crisis de 2001, así como otros que se conformaron en ese período, empezaran a ser percibidos como una molestia en tanto afectaban de manera progresiva el poder de las burocracias al defender los derechos de los trabajadores. Son los ejemplos de los trabajadores de subterráneos, Kraft, FaSinPat, ferrocarriles (ex línea Sarmiento), la línea 60 de colectivos, docentes universitarios (AGD-UBA), entre otros. Muy lejos de desaparecer, la clase que trabaja apareció con mayor fuerza: la realidad revelaba que no se sostenían las tesis de la “crisis y el fin de la sociedad del trabajo” (Gorz; Offe; Habermas), intentos de aniquilar la teoría marxista y a su sujeto histórico”.
SEGUIDISMO DEL OBJETO O DE CÓMO CONSERVAR LO EXISTENTE
“La revista de historia Nuevo Topo incluyó en su número 7 (2010) un dossier con un debate teórico y político acerca del significado del concepto de burocracia sindical en Argentina. Entre las diferentes posiciones se encuentran la de los historiadores Ghigliani y Belkin, quienes sostienen una crítica a la visión ortodoxa y a la posición revisionista del mencionado concepto. Tomamos aquí el artículo de Ghigliani y Belkin para desarrollar un debate teórico-político porque nos ayuda a establecer los conceptos en nuestro estudio histórico. La elección de esa visión radica en: Que en el ámbito académico expresa tendencias político-sindicales que ganaron terreno en experiencias concretas. La relativa influencia que ha tenido, y tiene, en debates teóricos políticos en los sectores donde intervienen sindicalmente diversos sectores de la izquierda. Que plantean complejizar el fenómeno y diluir el concepto de burocracia sindical como categoría explicativa.
A continuación los puntos problemáticos que pensamos como susceptibles de ser cuestionados desde nuestra posición. Según los autores, “…los esquemas ortodoxos separan tajantemente a las dirigencias de los trabajadores de base hasta el punto de volver irreconocible el mundo sindical realmente existente… denunciar la separación que establecen los análisis ortodoxos entre dirigencias y bases, demostrar la relativa representatividad de los primeros y criticar el esencialismo de la premisa de la que usualmente parten, esto es, el carácter ontológicamente revolucionario de la clase obrera”. Desde hace algún tiempo se ha desarrollado en el mundo académico un debate acerca de la existencia o no de la burocracia sindical y de su pertinencia como categoría teórica. En estas líneas haremos el intento de observar los límites de esta visión “crítica”, que se elabora a partir de una confrontación polémica, sobre todo, con la visión denominada por ellos “ortodoxa”.
Este interlocutor (ortodoxo) es construido de modo imaginario por los autores, dado que no establecen en su texto ninguna referencia bibliográfica de la posición criticada. Desde nuestra posición, la existencia de la burocracia sindical no depende de si se le da luz y comprensión desde el ámbito académico o en las líneas de un artículo. La entendemos como una fracción de la clase trabajadora que existe en la realidad y cumple una tarea fundamental en el capitalismo que es la de darles a los trabajadores una dirección política-sindical que no busca su emancipación sino mantenerlos cautivos de la explotación por parte del capital. Así, entendemos que el concepto de burocracia sindical está compuesto de dos elementos principales que lo constituyen: las formas antidemocráticas de toma de decisión (en un extremo la utilización de la fuerza) y, fundamentalmente, su práctica e ideología capitalista (en sus distintas variantes).
A partir de garantizar cierta paz social esta fracción genera y reproduce sus propios intereses. Para sostenerlos, necesitan subordinar las formas colectivas de tomar decisiones a decisiones de cúpula, centradas, en general, en el líder del sindicato, y al mismo tiempo necesitan dilatar y relegar las demandas inmediatas y mediatas que puedan plantear los trabajadores. Esta conceptualización busca hacer una delimitación a grosso modo de los elementos básicos que contiene una burocracia sindical y que no niega las especificidades u otras características de las burocracias en contextos históricos concretos. Así entendida, la burocracia sindical, y tomando una posición marxista, se encarga de reproducir al interior del sindicato las prácticas y los valores que mantienen la explotación capitalista en el todo social. Los sindicatos son una de las trincheras a través de las cuales el estado capitalista penetra con su ideología y sus políticas en la sociedad civil. En efecto, es portadora y diseminadora de la filosofía de la dominación impregnando a los trabajadores de sentido común tal como lo define Gramsci. Sentido que le permite sellar las relaciones de poder entre ellos. Los valores contenidos en las prácticas de la burocracia están en sintonía con los existentes en la vida social, donde lo que predomina es el sostenimiento del orden vigente.
Esta conceptualización puede verse expresada en el accionar de la dirección burocrática de la Unión Tranviario Automotor (en adelante UTA), en el subterráneo y el premetro. Nos referimos a los hechos sucedidos después del segundo paro en mayo de 1997 contra la empresa Metrovías, por parte de un sector importante de trabajadores, por el despido sin causa de una boletera. La burocracia se reacomodaba y operaba de manera meticulosa para desarticular las organizaciones combativas que se venían conformando de manera clandestina. Hablaban cara a cara con los trabajadores, buscaban un trato cotidiano para filtrar su política. En esta dirección varios delegados de UTA lograron convencer a una boletera que había sido despedida por la patronal para que aceptase una indemnización de 160%. El punto clave en esta situación era que una cantidad importante de trabajadores se habían comprometido en su reincorporación a la empresa arriesgando su puesto de trabajo al realizar una huelga. Con esta iniciativa la burocracia reforzaba la idea de generar salidas individuales en el marco de los valores liberales. Además, golpeaba duramente a los obreros que habían ido al paro.
La desconfianza entre los trabajadores se acentuaba, el individualismo se potenciaba y se desactivada la solidaridad creciente para la lucha. Al mismo tiempo, mostraba los distintos mecanismos de la patronal y la burocracia para poder penetrar la subjetividad de los trabajadores. Este impacto negativo fue registrado por la delegada Bouvet: “la renuncia de Silvia Segovia tuvo un efecto negativo sobre el conjunto. Las opiniones de los compañeros de la línea A se dividieron y la gente de la E estaba preocupada por las causas penales que afrontaban por el primer conflicto”. Los historiadores sostienen la premisa de que el trabajador no es ontológicamente revolucionario: el sujeto que vive del trabajo, como ser social, está explotado, alienado y, en su subjetividad, priman los valores del capital. Los núcleos centrales de las tesis de los Manuscritos económico filosóficos, de Marx, no han perdido su vigencia en el capitalismo actual. El obrero a priori no es revolucionario así como tampoco lo es democrático, reformista ni conservador: su esencia como todo sujeto social es ser formado en mutua relación contradictoria con la objetividad social.
Esta afirmación teórica tiene su correlato en lo histórico en el sentido de que el obrero real tiene determinaciones concretas capitalistas. “…ortodoxos y revisionistas operan como si los intereses de las bases fueran algo dado y preexistente. Cuando ello se combina con un determinismo mecanicista, asumen que el antagonismo estructural en el que se encuentra situada la clase obrera basta para identificar las demandas colectivas inmediatas (como un producto natural de la posición objetiva) y las formas de acción que llevaría delante de no mediar obstáculos y desvíos. Cuando no, simplemente deducen, suponen o imaginan los verdaderos intereses obreros. Luego de cumplida esta tarea, ortodoxos y revisionistas pasan a examinar en qué medida y en qué grado, estos intereses son obstruidos o expresados por las direcciones” (Ghigliani y Belkin).
Un análisis del sociólogo Eduardo Grüner que divide analíticamente al proletariado como categoría teórica y como categoría sociológica empírica nos parece pertinente de ser recuperado para poder retomar la división entre los intereses inmediatos y mediatos. Los intereses mediatos toman forma a partir de la configuración histórica del capitalismo entre el sujeto que tiene que vender su fuerza de trabajo para poder vivir y el sujeto que tiene un poder suficiente que le permite comprar esa mercancía. La clase subalterna sufre un proceso de expropiación a manos de los capitalistas, y esta situación provoca que no tenga otra opción que ubicarse en una relación que se estructura a partir de la dominación. Los intereses históricos, mediatos, están conformados por la necesidad de salir de esa situación de explotación y opresión social, de emanciparse de esa configuración histórica. La forma de captar esos intereses es a partir de transitar la experiencia de explotación social al mismo tiempo que comprenderla por medio de una razón crítica. Por otro lado, los intereses inmediatos toman forma a través de distintas situaciones objetivas que el régimen social impone al trabajador en lugares de trabajo concretos. Estos están relacionados con necesidades elementales del trabajador a nivel laboral y humano”.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Trastienda de la pelea Milei-Villarruel, la influencia de Karina y la fiesta libertaria
Marcelo Bonelli
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
22/11/024
Javier Milei cumplió con Karina: echó a Victoria Villarruel del Olimpo del poder y por primera vez hizo pública la condena al destierro. Así, blanqueó las diferencias que existen con la Vice y el rencor eterno de Karina con Victoria. Villarruel dice -en la intimidad- que ambos no le perdonan una cuestión: que la Vice mida mejor que Milei en las encuestas. Karina contragolpea: “Trepadora. Sin Javier, no existe”.
Karina la cruzó de entrada. El mismo día del triunfo del Javo. Acusó a Victoria de desplegar pancartas -cerca del Hotel Libertador- que promocionaban solo a Vicky.
Karina la fulminó: prohibió que suba al escenario para festejar el triunfo. La pelea en la cúspide continuó todo el año. Ambas escalaron con graves calificativos despectivos. Karina no tiene suerte con las mujeres en el Gabinete. Echó a Mondino y empuja a Villarruel. Victoria se vanagloria de su capacidad intelectual y Karina de su absoluta lealtad a Javo. “El Jefe” nunca le perdonó que Villarruel tuviera agenda propia. Tampoco sus contactos con el establishment y coqueteos con EE.UU.
Victoria desafió a Karina y fue con las multi a una cena en el Council of the Americas. A su lado estaban el embajador Marc Stanley y Susan Segal. Por eso ayer la acusación punzante de Milei fue: “ella está cerca del círculo rojo, lo que nosotros llamamos la casta”.
Primero, la acusaron de complotar con Mauricio Macri: que ambos – Vicky y Mauri – buscan desestabilizar a Milei, para obligarlo a replantear su gabinete. La frase que terminó de pudrir todo ocurrió en una entrevista que – increíble – autorizó Milei para desactivar rumores de su profunda pelea. Fue una bomba de Vicky: “Javier está en el medio, pobre jamoncito”.
Ahora Milei avanzó con todo. Le dio su cabeza a Karina. Se trata de una crisis institucional entre el Presidente y la Vicepresidenta. Se repite la historia de Alberto con Cristina. Cristina tiene línea directa con el Gobierno: Wado De Pedro y el Pibe Caputo son confidentes e intercambian estrategias. Javo arremetió en su mejor momento. Viene de una secuela internacional que fortaleció su gobernabilidad.
Primero, afirman, Milei -muy pícaro- se subió a la fiesta de Donald Trump. Desplegó su histrionismo y fue el propio Javo que pidió hablar para felicitar a Donald. Hubo muchas selfies y canciones. Fue una noche fantástica, una suerte de “Disney” de la política. Pero ocurrió algo importante: no hubo encuentro privado con Trump. Mauricio Claver Carone está al frente de la transición en EE.UU. Fue quien lo aclaró a varios mandatarios. Es socio comercial del senador Marco Rubio, futuro secretario de Estado.
Carone es un viejo conocido de la Argentina. Tuvo batallas contra Cristina y un efímero paso en el BID: lo echaron por un escándalo amoroso que trascendió en un anónimo. Carone acusó del anónimo a la Argentina y decía que su autor fue Guillermo Francos, en ese momento director del BID. Francos lo desmiente.
Emmanuel Macron trajo a Buenos Aires un mensaje político: le “sugirió” a Milei no aislarse del G-20 y adherir al texto del documento que preparó Lula. Macron sofocó así una peregrina idea que existía en la Casa Rosada: no firmar el acuerdo y dar un golpe mediático en el G-20. El emisario le advirtió que esa decisión solo le iba a dar un efímero protagonismo. Pero que generaría un fuerte descontento con las poderosas naciones. También transmitió que un voto en disidencia iba a aislar a la Argentina y – que después – ningún país del G-20 podría acompañar a Milei en su negociación con el FMI.
Así, Javo se tragó varios sapos. El texto que firmó incluye muchas afirmaciones que repudia. Federico Pinedo – el “sherpa” – habría sido quien le encontró la cuadratura al círculo. Sugirió firmar el convenio y emitir un documento contra la “agenda woke” para consumo doméstico. Milei le agregó un discurso duro. Pero firmó lo que Lula quería. El encuentro más importante fue con Xi Jinping. Se habló de plata. Milei pidió el apoyo de China en el directorio del FMI.
Ese aval es clave. El staff del FMI sigue inflexible. Insiste con una devaluación y encima ahora reclama dos cosas. Pidió precisiones por el escándalo en la ex AFIP. Andrés Vazquez y Jose Velis tienen pésima reputación en Washington. También el FMI exige una cuestión: que Milei apruebe el Presupuesto.
Xi Jinping reclamó que Argentina cumpla los compromisos pendientes. Una larga lista. Javo habló de renovar el “swap”. Xi Jinping derivó el tema a una negociación entre los Banco Centrales.
La presencia de Georgia Meloni fue una fiesta. Hay química con Milei. Yuyito estuvo presente en la cena. La premier italiana fue encantadora. Pero se cuidó de no alinearse con las posturas extremas de Javo. Abordó un tema sensible en la cena de Olivos: el temor europeo de que Milei solo pretenda vincularse con Trump.
Fuentes diplomáticas confirman que Meloni le expuso a Milei ese problema y la necesidad de una fluida relación con Europa. Le pidió que Argentina apoye el acuerdo Mercosur-UE.
Georgio Alliata Di Montereale es el poderoso titular de la Cámara de Comercio Italiana. Habló el martes: “no hay que dudar en fortalecer el acuerdo UE-Mercosur”.
Sucede que los hombres de negocios están muy activos. Acompañan la euforia de Milei y esconden sus críticas.
Ocurrió con la Cámara de la Construcción. Emitió un documento con serias advertencias, pero minimizó su difusión. Nadie lo leyó. Todos temen el “latigo de Milei”. Hasta anoche no estaba confirmada la presencia de Javo en la Conferencia Industrial. La UIA está haciendo malabares. Daniel Funes habla directo con Karina.
Pero en Casa Rosada dudan. Toto Caputo está furioso porque “Isidorito” deslizó una tibia objeción a la apertura indiscriminada: “la cancha está inclinada contra la industria”.
Karina fue la que armó la reunión de Macron con cinco poderosos empresarios. No invitó a ninguna “multi” francesa. Pero el establishment le dio un espaldarazo a la ultra-liberal Fundación Faro. Esta liderada por el polémico Agustin Laje, un pretoriano mileísta. Las mesas se cotizaron carísimas. Hubo empresarios que pagaron U$S100.000 su cubierto. Eran los que querían estar con Toto, el rockstar.
Otros abonaron entre U$S 30.000 y 50.000 por “barba”. En primera fila estaba Mauricio Filiberti – el rey del Cloro- y Jose Luis Manzano, ahora fervientes libertarios y antes fervientes massistas. Estaban Germán Neuss y Sebastian Bagó. Hubo una mesa clave. Estaban los máximos exportadores y el anfitrión, el jefe del BCRA. Bausili confesó muchas cosas: “no vamos a hacer nada suicida en relación al dólar”.
Después, puso paños fríos a la euforia de Javo. Primero relativizó que la tablita baje a un ritmo de devaluación del 1%. Garantizó que continuaran las condiciones de la “bicicleta financiera”. Fue un dato clave. Los exportadores traen prefinancición para aprovechar el “Carry Trade”. Un cerealero le preguntó: “¿cómo van a hacer frente a las necesidades de dólares en 2025?”. Bausili se sinceró: “se tienen que dar muchas más condiciones que las dichas en público para salir del cepo”. Bausili habló del dólar “blend”. Y lo interrogaron sobre el dólar turista.
Se blanqueó que Demian Reidel es quien propicia no reemplazar el impuesto PAIS y abaratar las vacaciones de los acomodados en el exterior. Reidel -que vive en Manhattan- quiere defender la pureza del modelo. Bausili, las reservas: “en el BCRA queremos poner algo a cambio del impuesto PAIS”. El buen vino aflojó la noche. Hubo fotos, abrazos y risas. También, un dato político fuerte: Daniel Parisini, el comandante tuitero ‘Gordo Dan’, será candidato a diputado.
Marcelo Bonelli
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
22/11/024
Trastienda de la pelea Milei-Villarruel, la influencia de Karina y la fiesta libertaria
Marcelo Bonelli
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
22/11/024
Javier Milei cumplió con Karina: echó a Victoria Villarruel del Olimpo del poder y por primera vez hizo pública la condena al destierro. Así, blanqueó las diferencias que existen con la Vice y el rencor eterno de Karina con Victoria. Villarruel dice -en la intimidad- que ambos no le perdonan una cuestión: que la Vice mida mejor que Milei en las encuestas. Karina contragolpea: “Trepadora. Sin Javier, no existe”.
Karina la cruzó de entrada. El mismo día del triunfo del Javo. Acusó a Victoria de desplegar pancartas -cerca del Hotel Libertador- que promocionaban solo a Vicky.
Karina la fulminó: prohibió que suba al escenario para festejar el triunfo. La pelea en la cúspide continuó todo el año. Ambas escalaron con graves calificativos despectivos. Karina no tiene suerte con las mujeres en el Gabinete. Echó a Mondino y empuja a Villarruel. Victoria se vanagloria de su capacidad intelectual y Karina de su absoluta lealtad a Javo. “El Jefe” nunca le perdonó que Villarruel tuviera agenda propia. Tampoco sus contactos con el establishment y coqueteos con EE.UU.
Victoria desafió a Karina y fue con las multi a una cena en el Council of the Americas. A su lado estaban el embajador Marc Stanley y Susan Segal. Por eso ayer la acusación punzante de Milei fue: “ella está cerca del círculo rojo, lo que nosotros llamamos la casta”.
Primero, la acusaron de complotar con Mauricio Macri: que ambos – Vicky y Mauri – buscan desestabilizar a Milei, para obligarlo a replantear su gabinete. La frase que terminó de pudrir todo ocurrió en una entrevista que – increíble – autorizó Milei para desactivar rumores de su profunda pelea. Fue una bomba de Vicky: “Javier está en el medio, pobre jamoncito”.
Ahora Milei avanzó con todo. Le dio su cabeza a Karina. Se trata de una crisis institucional entre el Presidente y la Vicepresidenta. Se repite la historia de Alberto con Cristina. Cristina tiene línea directa con el Gobierno: Wado De Pedro y el Pibe Caputo son confidentes e intercambian estrategias. Javo arremetió en su mejor momento. Viene de una secuela internacional que fortaleció su gobernabilidad.
Primero, afirman, Milei -muy pícaro- se subió a la fiesta de Donald Trump. Desplegó su histrionismo y fue el propio Javo que pidió hablar para felicitar a Donald. Hubo muchas selfies y canciones. Fue una noche fantástica, una suerte de “Disney” de la política. Pero ocurrió algo importante: no hubo encuentro privado con Trump. Mauricio Claver Carone está al frente de la transición en EE.UU. Fue quien lo aclaró a varios mandatarios. Es socio comercial del senador Marco Rubio, futuro secretario de Estado.
Carone es un viejo conocido de la Argentina. Tuvo batallas contra Cristina y un efímero paso en el BID: lo echaron por un escándalo amoroso que trascendió en un anónimo. Carone acusó del anónimo a la Argentina y decía que su autor fue Guillermo Francos, en ese momento director del BID. Francos lo desmiente.
Emmanuel Macron trajo a Buenos Aires un mensaje político: le “sugirió” a Milei no aislarse del G-20 y adherir al texto del documento que preparó Lula. Macron sofocó así una peregrina idea que existía en la Casa Rosada: no firmar el acuerdo y dar un golpe mediático en el G-20. El emisario le advirtió que esa decisión solo le iba a dar un efímero protagonismo. Pero que generaría un fuerte descontento con las poderosas naciones. También transmitió que un voto en disidencia iba a aislar a la Argentina y – que después – ningún país del G-20 podría acompañar a Milei en su negociación con el FMI.
Así, Javo se tragó varios sapos. El texto que firmó incluye muchas afirmaciones que repudia. Federico Pinedo – el “sherpa” – habría sido quien le encontró la cuadratura al círculo. Sugirió firmar el convenio y emitir un documento contra la “agenda woke” para consumo doméstico. Milei le agregó un discurso duro. Pero firmó lo que Lula quería. El encuentro más importante fue con Xi Jinping. Se habló de plata. Milei pidió el apoyo de China en el directorio del FMI.
Ese aval es clave. El staff del FMI sigue inflexible. Insiste con una devaluación y encima ahora reclama dos cosas. Pidió precisiones por el escándalo en la ex AFIP. Andrés Vazquez y Jose Velis tienen pésima reputación en Washington. También el FMI exige una cuestión: que Milei apruebe el Presupuesto.
Xi Jinping reclamó que Argentina cumpla los compromisos pendientes. Una larga lista. Javo habló de renovar el “swap”. Xi Jinping derivó el tema a una negociación entre los Banco Centrales.
La presencia de Georgia Meloni fue una fiesta. Hay química con Milei. Yuyito estuvo presente en la cena. La premier italiana fue encantadora. Pero se cuidó de no alinearse con las posturas extremas de Javo. Abordó un tema sensible en la cena de Olivos: el temor europeo de que Milei solo pretenda vincularse con Trump.
Fuentes diplomáticas confirman que Meloni le expuso a Milei ese problema y la necesidad de una fluida relación con Europa. Le pidió que Argentina apoye el acuerdo Mercosur-UE.
Georgio Alliata Di Montereale es el poderoso titular de la Cámara de Comercio Italiana. Habló el martes: “no hay que dudar en fortalecer el acuerdo UE-Mercosur”.
Sucede que los hombres de negocios están muy activos. Acompañan la euforia de Milei y esconden sus críticas.
Ocurrió con la Cámara de la Construcción. Emitió un documento con serias advertencias, pero minimizó su difusión. Nadie lo leyó. Todos temen el “latigo de Milei”. Hasta anoche no estaba confirmada la presencia de Javo en la Conferencia Industrial. La UIA está haciendo malabares. Daniel Funes habla directo con Karina.
Pero en Casa Rosada dudan. Toto Caputo está furioso porque “Isidorito” deslizó una tibia objeción a la apertura indiscriminada: “la cancha está inclinada contra la industria”.
Karina fue la que armó la reunión de Macron con cinco poderosos empresarios. No invitó a ninguna “multi” francesa. Pero el establishment le dio un espaldarazo a la ultra-liberal Fundación Faro. Esta liderada por el polémico Agustin Laje, un pretoriano mileísta. Las mesas se cotizaron carísimas. Hubo empresarios que pagaron U$S100.000 su cubierto. Eran los que querían estar con Toto, el rockstar.
Otros abonaron entre U$S 30.000 y 50.000 por “barba”. En primera fila estaba Mauricio Filiberti – el rey del Cloro- y Jose Luis Manzano, ahora fervientes libertarios y antes fervientes massistas. Estaban Germán Neuss y Sebastian Bagó. Hubo una mesa clave. Estaban los máximos exportadores y el anfitrión, el jefe del BCRA. Bausili confesó muchas cosas: “no vamos a hacer nada suicida en relación al dólar”.
Después, puso paños fríos a la euforia de Javo. Primero relativizó que la tablita baje a un ritmo de devaluación del 1%. Garantizó que continuaran las condiciones de la “bicicleta financiera”. Fue un dato clave. Los exportadores traen prefinancición para aprovechar el “Carry Trade”. Un cerealero le preguntó: “¿cómo van a hacer frente a las necesidades de dólares en 2025?”. Bausili se sinceró: “se tienen que dar muchas más condiciones que las dichas en público para salir del cepo”. Bausili habló del dólar “blend”. Y lo interrogaron sobre el dólar turista.
Se blanqueó que Demian Reidel es quien propicia no reemplazar el impuesto PAIS y abaratar las vacaciones de los acomodados en el exterior. Reidel -que vive en Manhattan- quiere defender la pureza del modelo. Bausili, las reservas: “en el BCRA queremos poner algo a cambio del impuesto PAIS”. El buen vino aflojó la noche. Hubo fotos, abrazos y risas. También, un dato político fuerte: Daniel Parisini, el comandante tuitero ‘Gordo Dan’, será candidato a diputado.
LA ARGENTINA POLÍTICA
Gobierno carnívoro, oposición herbívora
Claudio Jacquelin
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
22/11/024
La nitidez de la imagen de Javier Milei es uno de sus atributos más reconocidos por quienes lo siguen y por quienes lo rechazan. Transparente, brutal, sincero, intolerante, frágil, violento, honesto son algunas de las expresiones que se imponen sin medias tintas en las nubes de palabras de sus fanáticos y de sus adversarios, a la hora de definirlo. Y él se encarga de reforzar (o capitalizar) esa nitidez en cada ocasión de la que dispone.
Empujado por el viento de cola de los indicadores económico-financieros, sostenido por la recuperación de la imagen y envalentonado por el reciente triunfo de Donald Trump, cada aparición del Presidente, desde hace dos semanas, suma definiciones tajantes e imágenes impactantes para una antología en construcción. Acelera sin reparos, condena, refuerza posiciones, insulta y ocupa espacios, como si fuera un gobierno carnívoro ante una oposición herbívora o vegana, sobre la que avanza y la deglute sin demasiada resistencia.
En ese derrotero se ha dispuesto ampliar el club de los enemigos (tal vez, confiado en la lealtad de los amigos del campeón) en el que los periodistas ocupan un lugar dominante sin que muchos dirigentes que hasta ayer se desgarraban las vestiduras en defensa de la libertad de prensa hoy levanten la voz.
El avance ha llegado hasta tocar el universo oficialista. Sin que se revelara públicamente ningún hecho novedoso, al margen de viejas diferencias, Milei acaba de otorgarle el carnet de adherente al espacio de los réprobos a su propia vicepresidenta, Victoria Villarruel, acusada (o demonizada) de “estar cerca de la casta”. El peor anatema que podría salir de su boca. Junto con el de ensobrado y el de “zurdo”. Del cual su excompañera de fórmula está a salvo.
En ese escenario, más atónitos, divididos y confundidos que nunca, los aliados críticos y los opositores (moderados o duros) no quieren, no pueden, no saben o no logran imponer límites. Los logros concretos y la enorme creatividad del Gobierno para imponer asuntos en la agenda pública los desbaratan a diario, con la ayuda de la fragmentación, los errores no forzados y la funcionalidad que prestan muchos integrantes de ese variopinto universo no mileísta.
La trabada discusión por el presupuesto 2025 expresa como pocas otras situaciones la posición adoptada por el Gobierno, desde que la realidad empezó a sonreírle con más constancia. También, refleja el desconcierto de los no oficialistas. En ese plano sobresale el macrismo, que se debate entre la colaboración casi ilimitada, los intentos fallidos de imponer moderación y la pretensión frustrada de establecer algunas restricciones en el Congreso.
Así es como la conducción del bloque de diputados macristas, presionada por los gobernadores amarillos para que en el cálculo definitivo de gastos y recursos se les asignen más recursos a sus provincias (o no se les recorten tanto), acaba de llegar a una desagradable conclusión, después de más una semana de concesiones sin contrapartida y conversaciones infructuosas.
“El Gobierno está mostrando que prefiere seguir con el presupuesto de 2023 con la excusa de no negociar el déficit fiscal, para, en realidad, poder disponer discrecionalmente de una enormidad de fondos, ya que todo lo que recaude por encima de lo previsto en 2022 será de libre disponibilidad. Y solo por la inflación acumulada en estos dos años es una suma sideral”, dice un destacado diputado macrista, con quien coinciden otros tres legisladores de distintos bloques opositores. En un año electoral, ese “manos libres” puede compensar ampliamente el efecto negativo de no contar con el presupuesto, sobre todo en términos de la previsibilidad y la transparencia que a los mercados y los organismos de crédito pueden preocuparles.
Si bien todavía queda una semana de sesiones ordinarias para poder sacar dictamen de comisión, el macrismo no encuentra la salida de un laberinto en el que entró sin resguardos ni capacidad de presión.
Amparados en cuestiones de principios, como darle gobernabilidad a la administración mileísta, los legisladores de Pro se quedaron prácticamente sin herramientas de negociación en el ámbito legislativo. Sobre todo, después de no haberse sumado al proyecto opositor para limitar los decretos de necesidad y urgencia (DNU) y, en la última semana, a la iniciativa para derogar el DNU 846/24, que permite al Poder Ejecutivo renegociar deuda externa sin pasar por el Congreso. Se trata de dos facultades que resultan cruciales para el Gobierno ante la extrema fragilidad cuantitativa y cualitativa que tiene en el Parlamento.
“Pro no se anima o no quiere mostrar los dientes y el Gobierno se lo va comiendo de a pedacitos para, al final, dejarlo sin más remedio que fusionarse con La Libertad Avanza en las elecciones del año próximo”, se espanta una figura destacada del submarino amarillo (sumergido en aguas profundas), a la que cada vez le cuesta más someterse a la disciplina de su bloque.
Más optimistas son en el entorno del jefe de la bancada de diputados, Cristian Ritondo, quienes se aferran a los votos que dicen (o sueñan) conservar para ponerlos como factor de negociación clave con el Gobierno. Allí asoma la supuesta virtud de “tiempista” que le adjudican a Mauricio Macri, de la que varios en su propio espacio empiezan a tener dudas, mientras el propio expresidente da muestras de empezar a perder la paciencia.
“Sin nosotros, los mileístas no tienen chances de ganarle al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires y también pueden perder en las elecciones porteñas. Si eso pasa, el riesgo de que vuelva Cristina [Kirchner] o alguno de los suyos va a subir como pedo de buzo, como le gusta decir a Milei. Y los inversores van a salir espantados. Nosotros ya lo vivimos”, dice un estrecho colaborador macrista.
SE BUSCA SUBMARINO AMARILLO
“Milei y Caputo se equivocan si creen que ya tienen a todos nuestros votantes. El electorado de Pro es más amplio y le importan más cosas, no solo la economía, de lo que cree el Gobierno”, completan desde el entorno de Macri. Nada que parezca hacer mella en el desprecio que cultiva por el macrismo el gurú Caputo, estratega electoral máximo del oficialismo.
“El problema es que si no nos plantamos con algo más concreto y les mostramos los dientes, nos llevan puestos. Mientras, el Gobierno nos lima diciendo que lo único que queremos son cargos y negocios, y nosotros no encontramos una narrativa ni un lugar donde pararnos”, agrega con desazón uno de los macristas críticos que aún da batalla.
La objeción es admitida por uno de los más estrechos representantes de Macri en el Congreso: “Nos está haciendo falta un [Jaime] Durán Barba, un estratega que nos ayude a definirnos y a comunicarlo. Pero, mientras tanto, ya estamos armando en la provincia de Buenos Aires, diciéndoles a los nuestros que se preparen para competir”, dice el dirigente macrista, sin despejar si se trata de un anuncio o una expresión de deseos.
Al mismo tiempo, los macristas que buscan evitar la abducción reconocen y ven con preocupación una flamante generosidad oficialista. “Están ofreciendo lugares en las delegaciones del PAMI y de la Anses a nuestros dirigentes. Es una trampa mortal”, señala. Si los pececitos amarillos que se lanzan sobre anzuelos libertarios sin carnada abundan, estas ofertas hacen temblar a los que todavía quieren preservarse para negociar en mejores condiciones.
En ese plano, uno de los apuntados por su público entusiasmo mileísta es Diego Santilli, el excandidato a gobernador de Horacio Rodríguez Larreta, a quien el macrismo sigue teniendo como uno de sus principales referentes bonaerenses.
“Diego nos está complicando con su posicionamiento. Si vamos solos, el Colo debería ser nuestro primer candidato, pero no si sigue así. Además, se está jugando demasiado sin resto: Santiago Caputo dice que está muy cerca de Villarruel y que le ha aportado gente. Para Milei, sería un pecado mortal”, revela un integrante de la cúpula macrista que cuenta con buena información de lo que se dice y piensa en el triángulo de hierro libertario.
El soporte macrista al Gobierno en el Congreso ha sido crucial, y los estrategas del oficialismo se las han compuesto para incomodarlos, más que a otros bloques. Es el caso del proyecto de ley de reforma electoral presentado por el Gobierno, que se propone terminar con las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), y, al mismo tiempo, quitar el financiamiento público a los partidos políticos y eliminar los límites el financiamiento privado. Todo bajo el argumento central de seguir reduciendo el gasto público. Aunque hay bastante más que eso
Pro, como otros espacios, querían reformar el sistema y, sobre todo, quitar la obligatoriedad de las primarias, pero el Gobierno los desacomodó yendo por más y ahora vuelven a verse atrapados.
“De todas maneras, lo de la reforma electoral es puro humo, no va a salir. Además, los argumentos son falaces. Por un lado, con la boleta única papel el costo de las PASO es mucho menos de lo que dice el Gobierno. Por otro lado, no va a ser más competitivo, sino que va a beneficiar a los oficialismos, en especial, a los provinciales más rancios que controlan todo en sus distritos”, advierte un diputado opositor.
La última semana del período de sesiones ordinarias que está por empezar promete ser de extrema intensidad. No solo porque ya hay pedidas cinco sesiones especiales.
El trámite legislativo comenzará a delinear el horizonte del próximo año, en el que el Gobierno pretende que el Congreso descanse. O, mejor dicho, que no lo moleste en medio del proceso electoral en el que busca dotarse de una sustentación legislativa que hoy no tiene y lograr su reafirmación con el voto popular para encarar la última parte de su mandato. Más aún, si se decide a nombrar por decreto al polémico Ariel Lijo y a Manuel García-Masilla para integrar la Corte Suprema de Justicia.
En ese plano, conviene mirar el flujo subterráneo de ciertas relaciones. Algunos destacados opositores moderados, como los que integran el colorido bloque encabezado por Miguel Pichetto, empiezan a desprenderse con más ahínco de pruritos para romper tabúes. Como puede ser terminar votando proyectos junto con el kirchnerismo, que por el masivo rechazo que genera fuera de sus seguidores, es una mancha venenosa para el resto de la política.
“Nosotros vamos a votar por temas, según nuestras convicciones, sin importarnos quiénes queden de este lado. Y ya lo demostramos, a veces votaremos contra iniciativas kirchneristas y otra podemos terminar juntos, pero no nos van a correr más con eso”, dice uno de los referentes de Encuentro Federal.
Ese es un primer paso, que no quedaría reducido a la dinámica parlamentaria y podría derivar en algún intento de armado político en el que buscarán sumar a macristas que hoy no se sienten cómodos con el colaboracionismo con un gobierno al que ven cada vez más extremo, menos tolerante y poco respetuoso de los valores republicanos.
El incentivo en busca de una tercera opción no sería solo una cuestión de principios, sino también de realismo político. Advierten que en caso de formalizarse una alianza milei-macrista habrá lugar para pocos en esas listas. Los pasajes para el charter oficialista 2025 ya estarían sobrevendidos. El riesgo de desperfilamiento definitivo, de cooptación o de desaparición amenazan con activar el instinto de supervivencia de muchos dirigentes, aún en medio de la confusión.
Mientras tanto, un gobierno carnívoro y voraz avanza sobre una oposición herbívora y desorientada, mientras parece que disfruta de sumar enemigos.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Javier Milei y Gerardo Werthein adoptaron a un gato que caza ratones
Roberto García
Fuente: Perfil
(*) Notiar.com.ar
22/11/024
Consejo precavido de una madre. O de un veterano con cicatrices. Simplemente, en una traducción vulgar del francés, el invitado dijo: “Mejor no jodas más porque de aquí te echan”. Se refería al G-20 y Emmanuel Macron presuntamente le hizo ese comentario a Javier Milei en la cena que mantuvieron en Olivos. Si fuera cierto sería un precioso enlace para justificar el cambio del gobierno argentino a la hora de firmar documentos que antes pensaba rechazar. Una morigeración inesperada en el plano internacional, abandonando cierta belicosidad y rebeldía contra ciertos organismos. Igual, nunca Macron hubiera proporcionado una sugerencia de ese tipo: había varios comensales en la mesa, dos embajadores por lo menos, además de las damas y, como no es ignorante —o está bien abastecido por el Quai D´Orsay— sabe que el G-20 no contempla ningún mecanismo de expulsión y que a los estados se los considera por su PBI, no por lo que gritan sus dirigentes. Como no tiembla la democracia inglesa porque cualquier ciudadano disfruta el berretín de treparse a un banquito y lanzar barbaridades contra las autoridades.
Por otra parte, en su gira sudamericana, al galo casado con una mujer que lo supera holgadamente en edad, Brigitte, igual que Amalia Gonzalez con el mandatario local —tema de conversación entre las parejas y testigos en la comida— le interesa vender productos, armas, y entusiasmar a inversores argentinos para enterrar dólares en Francia: sólo así se explica la reunión que mantuvo con prominentes empresarios locales que conocen París solo por turismo (el único vinculado en esa tierra con negocios es Martín Migoya, de Globant). Tampoco se entendió la razón por la cual, entre unos ocho convocados, dos eran los Bulgheroni (Marcos y Alejandro), como si no fuera más apropiado ocupar la mesa con otros dirigentes e intereses comunes del visitante. Falla de la nueva Cancillería. Aún con esas reservas, el dueño de casa comenzó a variar con astronómica velocidad: de un día para el otro, Milei aprendió a convertirse en un mandatario pragmático, desechando ataduras o prejuicios políticos que nadie suele preguntar cuándo va al médico o al dentista. Cierto pintoresquismo, afuera. Como él diría.
Aunque sólo estuvo 15 minutos con Xi Jinping —tampoco los eventos como los de Río permiten audiencias más extensas—, cortésmente Milei se allanó a sonreír con un comunista (con el cual jamás negociaría, según sus palabras) y ordenar transas económicas con uno de los principales compradores del país. Uno no puede pelearse con el mejor cliente del boliche porque no le gusta la ropa de su mujer. Debe mantener el swap de 6 mil millones de dólares y, además, sin el permiso de China resulta imposible que el FMI sea contemplativo con la Argentina. Aun cuando asuma Trump y levante el dedo para favorecer al país. Allí, Xi Jinping dispone del valor del veto, como en Naciones Unidas. Parece que Milei empieza a colorear en sus actos internacionales una de las más acertadas miradas de política internacional expresadas por un chino, en abierta demolición a los designios ciertamente marxistas de Mao. Fue Deng Xiaoping quien dijo: “No me importa que el gato sea rojo o negro, lo que me importa es que sepa cazar ratones”.
Fue súbita y racional también la cortesía en el saludo con Lula, otro comunista al que detesta e insultó en reiteradas ocasiones, pero gracias al cual la Argentina se forrará de dólares por un contrato futuro de venta de gas. Una señal de buena voluntad con otro de los dos mejores compradores de productos argentinos. Por un lado, entonces, como en el Congreso para conseguir las leyes, agraviar a la casta y tejer con la misma casta, comerciar con los odiados zurdos de otros países y al mismo tiempo ultrajarlos. Una característica del juego entre potencias, jurar que la pelota no se mancha mientras se aspira cocaína. Reflexión de un original periodista o de una fuente que se niega a dar su nombre. Si la Argentina, como sostiene Milei, está logrando éxitos milagrosos, inéditos, ese posicionamiento demanda contemplación a una parte del mundo que objeta por la filosofía woke, los 98 sexos o los flatos de las vacas. Entienda en apariencia el sentido de las prioridades junto a las críticas que expresa en addendas o pies de páginas a documentos internacionales.
Cierto giro en Milei se advierte cuando el nuevo Canciller, Gerardo Werthein, ni tiempo tuvo para sentarse en el cargo y menos para habituarse a la casa que se compró en un elegante barrio de Washington, que ahora deberá vender: se gastó en acompañar al Presidente en sus entrevistas, anunciando la motosierra para el Palacio San Martín con despidos de 3.000 almas y el cierre de embajadas y consulados. Hasta ahora echaron a media docena de funcionarios que acompañaban a la cúpula anterior y el resto de la “Casa” duerme tropezadamente aguardando la guillotina. Parece que no hay un plan específico aunque despidieron a 4 militares en las fuerzas de paz entre Israel y Hezbollah, conformada por 12 mil profesionales europeos con el disgusto público de Francia y España que integran ese bloque castrense. Poco explicable, como el retiro forzado de una delegación en una conferencia en Baku y la negativa a suscribir el documento que incluía las firmas de Israel y los Estados Unidos. Justo con los países que Milei reconoce mayor afinidad y seguidismo ideológico. Solita la Argentina en ese marco. Única. Como la desatención en Naciones Unidas a resoluciones del organismo que ha encrespado la escasa tolerancia del portugués António Guterres, un socialdemócrata que hasta se puede ocupar de expulsar a cuanto funcionario argentino trabaje en el organismo, una especialidad de esa burocracia parasitaria, como respuesta a los desaires de Milei. Si Guterres no puede parar las guerras, las masacres en Medio Oriente o el temido desquite brutal con el que amenaza Putin luego de recibir misiles europeos de alto alcance, al menos se ocupará de castigar a la Argentina, a su Presidente o a sus retazos diplomáticos. En su venganza concurre a limar la candidatura de otro argentino, Rafael Grossi, hoy a cargo de la agencia de energía atómica de la ONU, expectante para sucederlo cuando llegue el turno, a quien Milei conoce y apoyaría en la postulación.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei encierra a Villarruel en la cárcel de los vice
Ignacio Miri
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
22/11/024
No está claro por qué el Presidente eligió este momento para exponer por TV las críticas que ya difundía en conversaciones reservadas desde hacía varios meses sobre su compañera de fórmula, pero sí quedó en evidencia que lo que dijo careció de espontaneidad. Milei le dijo a Villarruel lo peor que le podía decir, según los parámetros libertarios: que no tiene poder ni injerencia en el Gobierno y que defiende a la casta política.
El Presidente ya había conseguido aislar a Villarruel en el verano, cuando la Vicepresidenta quiso reforzar sus diferencias con él al justificar su aval al aumento de las dietas de los senadores. Villarruel se había parado en aquel momento como garante del respeto a las instituciones de la Constitución, pero esa posición no resultó muy atractiva para el votante de la Libertad Avanza, que venía de votar a un hombre que hizo su breve carrera denunciando la perversión de esas mismas instituciones. Para decirlo de otro modo: Villarruel se paró allí, pero se paró sola.
Los vicepresidentes argentinos están, desde hace décadas, condenados a ocupar el sitio más ingrato. A diferencia de otros países, como Estados Unidos, o incluso de algunas provincias argentinas, en las que el puesto de segundón es un eficiente peldaño para escalar hasta el premio mayor, Villarruel quedó atrapada hoy en una suerte de cárcel de la que solo se puede salir por dos puertas: la de la intrascendencia o la de la conspiración.
Por eso Milei, igual que hicieron los antecesores suyos cuando se sintieron fuertes como se siente el Presidente hoy, la castigó sin temor a pagar costos en el futuro.
La vice también leyó bien la situación y, luego de reunirse con su pequeño grupo de confianza, optó por no confrontar: su lugar privilegiado en la línea de sucesión convertiría cualquier frase en un intento desestabilizador y eso, hoy al menos, no tiene rédito para ningún político.
Hoy, con la baja de la inflación y la estabilidad del peso frente al dólar, Milei está disfrutando de buenos niveles de aceptación en la sociedad en general. Sin embargo, si se toma en cuenta solo el electorado más cercano, que incluya no sólo a quienes votaron a La Libertad Avanza, sino también a quienes el año pasado votaron a candidatos de Juntos por el Cambio o que se sienten identificados con el PRO, por ejemplo, el peso de Milei se agiganta. Frente a esa situación, Villarruel tiene poco espacio para hablar en contra o para mostrar matices frente al Presidente.
Por eso mismo, la vicepresidenta se convirtió hoy en un ítem más de la agenda de escaramuzas del Presidente, que puso a su Gobierno desde hace varias semanas a hacer al menos un anuncio por día. Muchos de ellos son comunicaciones de proyectos o de intenciones de la Casa Rosada que están muy lejos de convertirse en realidad, denuncias con sustentos débiles que seguramente tendrán muy poca vida en los tribunales o declaraciones destinadas a buscar efímeros pero muy extendidos rebotes, pero lo cierto es que terminan convirtiéndose en temas de conversación. Al fin y al cabo, eso mismo es lo que reclama X, la red social preferida de Milei, cuando les pregunta a sus usuarios: “¿Qué está pasando?”