Por Hernán Andrés Kruse.-
El 18 de abril de 1995 falleció quien fue, a mi entender, uno de los más lúcidos presidentes del siglo XX: Arturo Frondizi. Líder del Movimiento de Intransigencia y Renovación, en 1946 fue elegido diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires. En 1951 compartió con Ricardo Balbín la fórmula presidencial que compitió contra Perón. Tres años más tarde publicó “Petróleo y política”, en el que hizo una férrea defensa del monopolio de YPF sobre el sector petrolero. Durante la Revolución Libertadora ejerció la conducción del sector del radicalismo que criticaba al gobierno de Aramburu y Rojas, oponiéndose al sector del radicalismo alineado con el partido militar, liderado por Ricardo Balbín. Producida la inevitable escisión, don Arturo condujo la Unión Cívica Radical Intransigente. Con el peronismo proscripto, Frondizi se enfrentó con Balbín (jefe de la Unión Cívica Radical del Pueblo) en los comicios presidenciales de 1958, obteniendo un contundente triunfo.
Influenciado por Rogelio Frigerio, puso en práctica un modelo económico denominado “desarrollismo”. Jaqueado por múltiples conflictos sociales, impuso el Plan Conintes, que legalizaba la represión a cargo de las fuerzas armadas. En política exterior su objetivo fue acercarse al presidente de Estados Unidos John Kennedy. Sin embargo, al mismo tiempo apoyó al líder cubano Fidel Castro, se reunió en secreto en Buenos Aires con el Che Guevara y cerró acuerdos económicos con la Unión Soviética.
El 29 de marzo de 1962 fue derrocado por las Fuerzas Armadas. Al año siguiente, criticó la asunción de su correligionario Arturo Illia, quien había convalidado su derrocamiento. En 1966 se vengó apoyando el golpe de estado cívico-militar encabezado por Onganía. Creyó ingenuamente que con el retorno de los militares al poder estarían dadas las condiciones para hacer la revolución económica por él soñada. La llegada de Krieger Vasena al ministerio de Economía desmoronó ese sueño. Partidario de un acuerdo con el peronismo, creó el Movimiento de Integración y Desarrollo que integró el Frejuli en las elecciones presidenciales de marzo de 1973. Durante la dictadura militar, bendijo la designación de Oscar Camilión como ministro de Relaciones Exteriores y fue uno de los pocos dirigentes políticos (el otro fue Raúl Alfonsín) que se opuso a la decisión de Galtieri de recuperar las Islas Malvinas (fuente: Wikipedia, la Enciclopedia Libre).
Figura por demás controvertida, don Arturo pasó a la historia como el presidente que no pudo (o no quiso) enterrar el feroz antagonismo que se había apoderado de los argentinos. Me refiero, obviamente, al antagonismo entre el peronismo y el antiperonismo. Buceando en Google me encontré con un ensayo de Nicolás Azzolini (CONICET-UNSAM-UNLAR) titulado “Arturo Frondizi y la trascendencia imposible. Polarización e inestabilidad democrática en la política argentina (1958-1962)” (Repositorio Institucional CONICET Digital, 2019). Analiza el fallido intento de Frondizi por superar dicha antinomia, intento que titula “la trascendencia como superación”. Ello significa que, según el autor, lo que Frondizi procuró fue instalar un nuevo antagonismo entre el pueblo-nación, integrado por los peronistas y los antiperonistas, y el anti-pueblo, integrado por las élites enemigas de lo nacional y popular. Fue un intento vano.
LA TRASCENDENCIA COMO SUPERACIÓN
“El día que Frondizi aceptó su candidatura para presidente de la nación pronunció un discurso ante la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) reunida en Tucumán el 12 de noviembre de 1956. Aunque el contexto de enunciación operó en el carácter “partidario” del discurso de Frondizi, nos interesa rescatar algunos de los planteos que allí hizo porque se inscriben en un registro que excede el contexto de enunciación y, fundamentalmente, porque a partir de ellos se pueden trazar algunos ejes centrales para pensar lo que aquí llamamos trascendencia como superación. Tras asumir la responsabilidad de luchar por el “restablecimiento de la libertad” que el partido le había asignado, Frondizi sostuvo que él y su compañero de fórmula, Alejandro Gómez, eran “apenas abanderados circunstanciales en esa gran tarea del radicalismo”. Por eso, los que estaban presentes serían quienes los juzgarían si no eran “capaces de defender, con mano firme y cabeza serena, la realización de un programa” que iba a “salvar al pueblo argentino”.
La tarea de Frondizi, en efecto, era trascendida por un programa, y éste, a su vez, por la función atribuida a la UCR dentro de la historia política argentina. En efecto, agregaba, el radicalismo tenía un “significado como fuerza permanente de la realización argentina”. De tal modo, la doble trascendencia, la del programa y la del partido, era inscripta en la tonalidad del radicalismo de la época que afirmaba, retomando la prédica de Alem e Yrigoyen, que la UCR no estaba en una “pequeña apetencia electoral”, sino que aspiraba a “transformar de raíz la realidad nacional”. El radicalismo representaba “un sentimiento y una idea nacional en medio de la descomposición de grandes sectores” que olvidaban que la Argentina tenía un espíritu nacional. Así, su aceptación del cargo era trascendida, en última instancia, por la realización de la nación.
Ciertamente, la tonalidad del radicalismo de la época se caracterizaba por la predominancia de los documentos fundacionales del Movimiento de Intransigencia y Renovación en la década del cuarenta. Por eso, retomando los lineamientos de la “Declaración de Avellaneda” (1945), el “Manifiesto de los tres” (1946), la “Profesión de fe doctrinaria” y las “Bases de acción política” (1948), el discurso de Frondizi se inscribía en la línea de la UCR que se reivindicaba como heredera de la “tradición popular” y “antiimperialista” del yrigoyenismo. El contexto de enunciación, evidentemente, operó sobre el discurso de Frondizi. La doble trascendencia se inscribía en el marco de proclamación de una candidatura presidencial del partido y, además, en las líneas programáticas y de acción predominantes en el radicalismo durante los años del peronismo y los posteriores a su derrocamiento.
Ahora bien, más allá de la contextualización que en clave de historia política podría determinar la doble trascendencia de Frondizi al clima de época, en esa serie de desplazamientos aparece un elemento central en la tradición de la UCR. El radicalismo no era un actor más en la historia política argentina. En efecto, el discurso de Frondizi no sólo era un “reflejo” de las posiciones del radicalismo durante aquellos años, sino que también se reinscribía en una tradición que excedía a dicho contexto. En este sentido, decía Frondizi: “el radicalismo no se conforma con ser una afirmación nacional. Es también una afirmación popular, porque partimos de aquel viejo concepto: del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Esta concepción popular nos une con nuestro pasado histórico, nos permite no equivocarnos en el presente y nos asegura la posibilidad de proyectarnos hacia el futuro”.
Esa función histórica que se le atribuía a la UCR anclaba en la dimensión temporal que supone toda perspectiva de la tradición. La UCR encarnaba al pueblo en el desarrollo de la nación. Dicha dimensión nos resulta relevante porque desde ella se puede trazar una línea general sobre el modo en que el discurso de Frondizi articuló pasado, presente y futuro. Esta dimensión, la temporal, es importante porque además de posibilitar una reconstrucción del contexto desde una mirada más propia de la historia política, permite analizar el modo en que la reconstrucción que hizo Frondizi de la tradición de la UCR operó en la reconfiguración del antagonismo entre peronistas y antiperonistas. En otros términos, pensar cómo la temporalidad, esto es, la articulación de pasado, presente y futuro, tuvo efectos en la estructuralidad de los antagonismos políticos.
Entonces, asumiendo que la función histórica de la UCR anclaba en la dimensión temporal ligada a toda perspectiva de la tradición, volvamos sobre el discurso de Frondizi. Después de mencionar lo que señalamos como doble trascendencia, Frondizi sostuvo que el radicalismo quería “una historia en movimiento, para barrer, precisamente, todas las formas de privilegio y de la regresión en el pueblo argentino”. Este fragmento es significativo porque incorpora el tiempo futuro y la imagen de “movimiento”, los cuales no fueron irrelevantes en la “apuesta” de Frondizi. Hugo Gambini se refirió al uso del futuro en el discurso de Frondizi. Al respecto, cuando describe su primer discurso “oficial” como presidente de la nación, señala que “Frondizi no se aferró al pasado, no buscó en este la forma ocasional y pasajera de lograr el consenso”. Sentenciando, “habló del futuro”. Entendemos que Gambini, con dicha sentencia, alude a que Frondizi intentó escapar de la dicotomización entre peronistas y antiperonistas. Ese intento, sin embargo, se construyó a partir de un explícito uso del pasado.
Desde nuestro punto de vista, el intento de Frondizi no se puede entender sin considerar la importancia que allí tuvieron los usos del pasado. Es sobre esos usos, más precisamente, en su articulación de los tiempos pasado, presente y futuro, donde se puede pensar su “apuesta” por un “consenso” que no fuera “ocasional” y “pasajero”. En este sentido, en su discurso de aceptación de candidatura, Frondizi consideró importante preguntarse dónde se encontraba el país en aquel momento histórico. Como respuesta formuló un relato en el que fijaba tres bisagras que le permitían entender cómo se había llegado al estado actual en aquel entonces. Fechaba el golpe de 1930 como el comienzo de un período que iba hasta 1943, donde el radicalismo, decía Frondizi, “peleó contra todas las formas de fraude y violencia electoral”. De 1943 a 1955, los años peronistas, donde el radicalismo había luchado por la libertad. Finalmente, aunque en 1955 se había iniciado “un nuevo período histórico”, Frondizi demarcaba que la libertad no sería “el amparo de los privilegiados, sino el destino que el pueblo” tendría “para realizar sus grandes destinos”.
Así, los golpes de Estado de 1930, 1943 y 1955 funcionaban como bisagras en el devenir de la nación y determinantes del rol histórico de la UCR en él. En cierta forma, esas tres bisagras actuarían como una triple frontera en el discurso de Frondizi. Es decir, las demarcaciones temporales tenían una función concreta, inscribían al radicalismo en el desarrollo de una acción inconclusa, lo separaban del peronismo, pero además le permitirán recuperarlo y separarse del antiperonismo. De tal modo, la demarcación que establecía Frondizi tenía la particularidad de inscribirse como un nuevo comienzo, pero al tiempo que se separaba del pasado reciente, recuperaba ese pasado en una empresa superadora que vendría a trascender todo tipo de particularismo. Sobre esas demarcaciones se iba a sustentar la “empresa” o “programa” frondicista.
En un marco por fuera del ámbito partidario, pero en la misma tónica, Frondizi habló por radio El Mundo el 14 de enero de 1958. El de aquel entonces era un “Mensaje para veinte millones de argentinos”. Allí también delineó algunos de los puntos sobre los que se basó la trascendencia como superación. Al comienzo, señalaba que su fórmula era la de “un partido, con un claro programa de gobierno, pero las circunstancias históricas determinaban” que sus candidaturas no eran una “expresión exclusivamente partidaria, sino la solución integradora”. Era el “anhelo del pueblo”, puesto que éste ansiaba “volver a la normalidad institucional alejado de los riesgos de una lucha sangrienta entre hermanos” . En ese marco, la idea de unidad es central para entender la trascendencia como superación en el proyecto de Frondizi. La unidad no sólo era presentada para superar divisiones sino también para alcanzar el desarrollo de la nación. La problemática económica, el rol de los trabajadores y el de los empresarios fueron algunos de los puntos centrales en su “programa”, puntos en los cuales la figura de la unidad era fundamental para entender los juegos de desplazamientos hacia la realización de la nación (…).
¿En qué consistía la unidad política del proyecto frondicista? Una respuesta rápida podría aventurar que la idea de unidad frondicista pretendió constituirse como el justo medio entre peronistas y antiperonistas. Es decir, una especie de síntesis entre dos campos completamente heterogéneos entre sí, donde la mezcla entre opuestos daría como resultado un nuevo elemento. En este caso, la idea de síntesis parecería tomar lo mejor de cada uno de los polos opuestos. En cierta forma, esta idea se corresponde con la visión de que la “empresa” de Frondizi quedó a mitad de camino. No sólo por el hecho de haber sido imposibilitada por el golpe de Estado de 1962, sino también porque tanto peronistas como antiperonistas habrían acusado a Frondizi de quedar en el campo opuesto.
El mismo Frondizi hizo alusiones al respecto. Así, por ejemplo, días antes de las elecciones que lo consagrarían presidente, Frondizi sostuvo: “se nos ataca y dice que somos comunistas por haber recibido el apoyo del Partido Comunista. Cada vez que un hombre público argentino se dispuso a servir a la causa del desarrollo económico del país, de la elevación del hombre que trabaja y de la soberanía nacional, se ha tratado de invalidarlo acusándolo de fascista o de comunista”. En esta línea, Frondizi inscribía a Yrigoyen en el relato de la triple frontera que señalábamos previamente. Es decir, de una historia marcada por los golpes de Estado de 1930, 1943 y 1955. Allí ubicaba el derrocamiento de Yrigoyen y decía que a “treinta años la historia volvía a repetirse” y que el “pueblo volvería a derrotarlos”. Después de decir que era lo que separaba al radicalismo del comunismo, Frondizi agregó, “tampoco nos preocupa que se nos llame clericales e instrumentos de la Iglesia, como lo hace un partido político que ha ejercido influencia sobre el actual gobierno”. Paso seguido, Frondizi detallaba por qué no era clerical y continuaba su discurso diciendo, “así como se nos acusa de ser comunistas y clericales, se nos acusa también de ser peronistas”.
Desde nuestra lectura, la propuesta de unidad de Frondizi puede entenderse como un intento de trascender esta idea de quedar al medio. Es decir, lejos de ser una síntesis del binarismo entre peronistas y antiperonistas, el intento de su “empresa” buscó desplazar el eje del debate. En este sentido, sostuvo que el “gran mal nacional de los últimos años” había sido la pretensión de resolver “los problemas de la Argentina con la mitad de los argentinos”. Uno podría pensar que esta apuesta de unidad política de Frondizi, o su idea de “gobernar con todos”, suponía una construcción no antagónica. No obstante, la propuesta de unidad de Frondizi sí partía de una construcción antagónica, sólo que buscaba desplazar los términos en oposición. Ese desplazamiento trataba de “poner” el antagonismo en otra oposición, lo que supondría una superación de la dicotomización entre peronistas y antiperonistas.
Aquí es donde la inscripción de la UCR en la reconstrucción del pasado que hacía Frondizi es central. Esa inscripción en el tiempo que supone toda perspectiva de la tradición tendría efectos en los modos en que Frondizi buscó definir el antagonismo de aquel contexto. En otras palabras, los usos del pasado en Frondizi tendrían efectos sobre la estructuralidad, ya que en dicho relato las posiciones antagónicas “fundamentales” eran otras. Al respecto, es ilustrativo cómo cerró el discurso que estamos citando. Para Frondizi, la división entre peronistas y antiperonistas no era la propia dentro de la lógica del desarrollo de la nación. Al respecto, como señala María Estella Spinelli, desde el frondicismo se consideraba que había un “falso diagnóstico sintetizado en la antinomia peronismo/antiperonismo”, puesto que, en su interpretación, ese diagnóstico “sólo encubría intereses de favorecer el ‘retorno oligárquico’ y la preeminencia de la economía agraria”.
Al respecto, Frondizi sostuvo que las elecciones planteaban “una alternativa más honda y más perdurable que ninguna otra de los últimos tiempos”. Dos días después, en el acto de cierre de campaña, señaló que en la Argentina había un enfrentamiento histórico, de un “lado estaba el pueblo que buscaba en la tradición argentina el rumbo de su destino” y del otro “las minorías que han estado siempre disociadas de lo nacional y lo popular”. Por eso, anteriormente decíamos que los usos del pasado son importantes para pensar cómo Frondizi intentó escapar de la oposición entre peronistas y antiperonistas, y cómo la reconstrucción que hizo de la tradición de la UCR operó en la reconfiguración de esa oposición. En este sentido, es posible considerar que la propuesta de unidad de Frondizi buscaba trascender la posición de quedar al medio, es decir, no ser una síntesis del binarismo establecido en la oposición entre peronistas y antiperonistas.
A diferencia de una lógica de síntesis, de quedar al medio por ser un poco de cada extremo, o bien no ser ni unos ni otros y al mismo tiempo acusado desde ambos lados, cabría inscribir a la lógica frondicista en un tipo de superación “dialéctica”. Es decir, donde la oposición entre peronismo y antiperonismo era inscripta en otra relación, en una totalidad que los ponía en unidad. Esto es precisamente lo que aquí entendemos por trascendencia como superación. En la medida en que esos opuestos eran unidos en una totalidad que remitía a la contradicción entre pueblo-nación y (anti)pueblo-(anti)nación, en el discurso de Frondizi la tensión entre peronistas y antiperonistas sería superada en el “momento” representado por la construcción de una tradición nacional y popular.
Desde esta lógica podemos interpretar el “proyecto” de unidad que intentó llevar a cabo el gobierno de Frondizi. En este sentido, por ejemplo, podemos leer la afirmación de que ni él ni su compañero de fórmula serían “instrumentos de revancha, contrarrevanchas, ni de pasiones de ningún sector”, porque su “empresa” no era una “plataforma de un partido”, era “el programa de un pueblo en marcha”. Allí se inscribía el fuerte contenido teleológico vinculado al discurso del desarrollo de la nación. Por eso, la “empresa” frondicista fue una gran generadora de horizonte de expectativas”.
26/04/2025 a las 10:54 AM
LA SEMANA POLÍTICA: ENFOQUES
Semana crucial, tras un breve paréntesis
Claudio Jacquelin
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
25/4/025
La realidad política argentina nunca da respiro. En todo caso, baja su intensidad para tomar impulso. Es lo que ocurre en este paréntesis, con breves interrupciones, que abrió el acuerdo con el FMI y que está cerrando el duelo impuesto por la muerte del papa Bergoglio.
Sin necesidad de presuponer contingencias, que nunca faltan en el país, la agenda para la semana próxima ya tiene suficientes acontecimientos previstos como para ir conteniendo el aliento.
Para empezar, resalta la interpelación parlamentaria al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por el Criptogate, tras la suspensión por la semana de luto. Significará la reposición de situaciones algo más que incómodas para el Gobierno y, en particular, para Javier y Karina Milei, que no han logrado aclarar ni despegarse de un escándalo sobre el que el paso de tiempo solo ha sumado opacidades y evidencias comprometedoras. Será el fin del relax que le dieron al Gobierno los mercados tras la apertura del cepo cambiario para las personas físicas.
El mismo día, la agenda prevé el tratamiento de la suspensión de las PASO bonaerenses, impulsada por el gobernador Axel Kicillof, que la agria pelea interna con el cristicamporismo viene demorando.
También el martes se hará el debate entre quienes encabezan las listas de la elección porteña para entrar ya en la recta final de esa puja, cuyo desenlace, el próximo 18 de mayo, puede dejar conclusiones más que relevantes para el futuro de la organización política-partidaria argentina y, también, de la economía.
En la performance del peronismo, liderado por Leandro Santoro; del oficialismo, con la candidatura del vocero presidencial, Manuel Adorni, y de Pro con la postulación de Silvia Lospennato se juega mucho más que un desafío distrital y la composición de una legislatura local. El propio oficialismo, de la mano de los hermanos Milei, nacionalizó la campaña y la elección, con el fin de arrebatarle el distrito al macrismo y quedarse con la hegemonía del electorado que va del centro a la derecha extrema.
Por lo pronto, desde la provincia de Buenos Aires casi todos los actores esperan con impaciencia lo que sucederá al otro lado del Riachuelo para definir estrategias.
Aunque las tres situaciones que ocurrirán el martes próximo parezcan correr por carriles paralelos que no se tocan, la reanudación febril de la actividad parlamentaria y político-electoral oficiará como un nuevo punto de partida para el proceso de reordenamiento del mapa político en marcha.
Esa reorganización implica empezar a definir si la hiperfragmentación de la oposición se consolida y se proyecta en el tiempo, como aspira y para lo que trabaja el Gobierno, o si es el comienzo de un reagrupamiento con nuevas formas y colores de buena parte de los adversarios que con notable tenacidad ha ido construyendo Milei.
Nadie duda de que en buena medida todo sigue dependiendo de la economía. En especial de la inflación y el dólar. Sin embargo, la política tiene dinámicas intrínsecas capaces de alterar su propio desenvolvimiento e impactar sobre la economía. Para bien o para mal.
Ayer, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, hizo explícita la preocupación por lo que pase en los próximos comicios legislativos. En una incursión singular en la política interna argentina instó a que en las elecciones “no descarrile la voluntad de cambio”, aunque aclaró: “Hasta ahora no vemos que ese riesgo se materialice”.
Por eso, no dará igual si el jefe de Gabinete sale airoso en Diputados o tropieza en un tema de alta sensibilidad que hace a la transparencia del Gobierno y la honestidad de lo más alto del poder.
Tampoco tendrá un efecto neutro si el kirchnerismo termina partiéndose en el territorio bonaerense o si pone bajo la alfombra sus irreconciliables diferencias y logra acordar el calendario electoral y la composición de las listas, tanto en el plano provincial como nacional. Y mucho menos será indiferente para electores y actores económicos si La Libertad Avanza o el peronismo se imponen en la campaña y en la elección porteña. El martes empezará a correrse el telón.
De todo esto también depende que se llegue a un acuerdo o un desacuerdo definitivo entre oficialismo libertario y Pro. Una de las incógnitas clave por despejar y que en las últimas horas aportó una de las pocas novedades en este paréntesis de declamado luto y recogimiento.
En el caso de la interpelación al jefe de Gabinete, el tenor, la agudeza y la precisión de las preguntas que reciba Francos en el Congreso, así como su capacidad para responderlas con solvencia para disipar dudas y no abrir nuevos motivos de sospecha, tienen el potencial de marcar fuertemente este tiempo político. Para el Gobierno y para los opositores.
En una demostración de que en la Casa Rosada tienen clara la relevancia de la cita, los preparativos para este match han sido intensos, aunque desde la cima del poder digan que “será un espectáculo de los opositores rancios, que no va a tener ningún impacto más que el mediático y en el círculo rojo”, sin potencial de daño real en términos político-electorales.
Sin embargo, suena como una alarma constante en la Casa Rosada el mal precedente de la entrevista televisiva protagonizada por Milei tras el estallido del escándalo, en la que no logró despejar sospechas, sino que dejó abiertos varios flancos. Con el agravante de la intromisión del asesor Santiago Caputo para censurar partes de esa conversación porque podrían complicar la estrategia defensiva, que terminó haciéndose pública con imágenes y audios irrefutables.
Para tranquilidad de los mileístas más prudentes (que, en verdad, no abundan), Francos asoma como un mejor declarante, por conocimientos del derecho, experiencia política y estabilidad emocional, con apego a los libretos antes que afecto a las improvisaciones. Todas diferencias a su favor respecto de su jefe en problemas, que sigue acelerando en las curvas a pesar de los rayones que sufre su figura.
PROVINCIA EN LLAMAS
La suspensión o no de las PASO bonaerenses, que debería tratarse el martes, no solo resolverá el calendario y la forma en la que la política provincial dirimirá candidaturas y la ciudadanía elegirá legisladores y concejales.
También expondrá, cómo se dijo antes, hasta dónde llega la crisis interna del kirchnerismo y cuán profundo es el desafío que por primera vez enfrenta desde adentro Cristina Fernández.
Es esa toda una señal de retroceso en el liderazgo antes indiscutido e indiscutible internamente que sufre la expresidenta y exvicepresidenta (aunque ella prefiera que no se la recuerde en ese cargo). Un deterioro que podría quedar más aún en evidencia y no tanto por la devoción que siguen profesándole sus más fieles.
Cristina Kirchner debería agradecer el aporte de varios opositores que se esmeran por agrandar el poder de su sombra para justificar su sumisión al mileísmo y obtener el beneplácito de sus votantes, sin tener que explicar su defección en materia de valores republicanos que antaño anteponían a casi todo, ni encarar una riesgosa construcción nueva. Los amarillos que se tiñeron de violeta son los más entusiastas a la hora de agitar ese fantasma.
Ese es en parte también el eje de la disputa que atraviesa a Pro, que este miércoles tuvo un pico de tensión cuando Macri, en una inesperada referencia al cancionero de Joan Manuel Serrat, marcó la diferencia entre valor y precio para separar a los que se apuraron a pasarse sin condiciones al bando libertario de los que él intenta mantener a su lado.
La rápida respuesta del alcalde de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, que corrió a ponerse el sayo arrojado por el expresidente, muestra la urgencia por reafirmar la nueva fe y hacer profesión de ella que tienen estos neolibertarios. Milei le pagó el gesto. Defendió a los conversos (a los que algunos con apego al diccionario prefieren denominar tránsfugas) y desafió con ironía a Macri, al pedirle que muestre la factura por la compra de dirigentes, como el jefe de Pro había acusado.
La jugada de Macri buscó, fundamentalmente, exponer para retener a los que todavía siguen en Pro, pero ya tienen listo pasaporte, visa, valija y remis pedido para cruzar la frontera, como el diputado Diego Santilli y el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro.
También, tuvo por destinatario al oficialismo libertario y a los amarillos que dudan todos los días ante un frasco de tintura violeta.
La consigna “acuerdo entre partidos o nada”, que el miércoles bajó el titular de Pro, tiene garantía de supervivencia hasta la noche de las elecciones porteñas. El resultado dirá si logra una extensión o si una mala performance de Pro termina de derribar el precario dique que con mucho esfuerzo intentan sostener Macri y unos pocos más.
Por ahora, nadie se ha animado a contradecirlo a fondo, de frente. Los que ya se fueron prefirieron hacerlo silbando bajito y sin mirar atrás. “Todavía no llegó el día en el que los que se hacen los picantes en el off the record se animen a hacerlo en presencia de Mauricio”, explicó uno de sus fieles. Una forma de admitir también que existe disidencia aunque nadie se anime aún a convertirse abiertamente en disidente.
La incertidumbre sobre si LLA o Pro ocuparán el tercer lugar en las elecciones porteñas, dado que el peronista Santoro lidera la mayoría de las encuestas (inclusive las que validan libertarios y macristas) opera como un retardador.
Además, el desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires todavía evita que se materialice la escena de pollitos amarillos en fuga masiva.
“No solo habrá una elección bonaerense y otra nacional, en las que se discutirán cosas distintas. ‘El Milei sí o Milei no’ no operará en la provincial y, en cambio, se jugarán cuestiones territoriales y candidatos de cada distrito. Habrá ocho elecciones distintas; una por cada sección electoral”, dice un macrista que se aferra a esas categorías y deberá demostrar su vigencia.
Con él coincide un alto dirigente del radicalismo bonaerense que busca maximizar el valor de la presencia en el territorio que aún conserva la UCR. Ambos dicen tener un plan B si los libertarios van por todo para no acordar entre partidos y dejar el escenario reducido de antemano a un nuevo bipartidismo y una polarización, como se proponen lograr en 2027. Todavía falta demasiado.
La evolución de los indicadores económicos y las dinámicas políticas abiertas (condicionadas por demasiados factores humanos) se retroalimentan y mantienen la incertidumbre en todos los planos.
Al final, la ciudadanía decidirá con los elementos que tenga a mano el día de cada uno de los comicios provinciales (cuya segunda etapa será el 11 de mayo en cuatro provincias), y en la decisiva elección nacional del 26 de octubre. Nada está definido y todo quedará sujeto a muchas interpretaciones.
De cualquier manera, el proceso dejará alisado un nuevo terreno y una gran duda por dilucidar: si se consolidará la hiperfragmentación con la que aspira a imperar Milei a partir de 2026 o si se abrirá una reconfiguración profunda del mapa político que dé paso a la formación de un nuevo polo opositor.
Los días por venir serán claves para empezar a despejar incógnitas.
26/04/2025 a las 10:58 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Francisco pensaba que a él lo iban a liquidar antes
Roberto García
Fuente: Perfil
(*) Notiar.com.ar
25/4/025
Desde este sábado, la bella Santa María Maggiore se inscribe como un hito de peregrinaje turístico por albergar los restos de Franciscus, el papa argentino (née Jorge Bergoglio) que eligió reposar en Roma, lejos de la mayoría de las tumbas papales en el Vaticano. Como ejerció su Pontificado desde Santa Marta, en lugar de instalarse en el Palacio Apostólico, apartado del insidioso mundo católico que parecía asistirlo en la vecindad. Y que le quitó el sueño durante los primeros 33 días de mandato, hasta la jornada en que superó la duración de Juan Pablo I, muerto luego de un tecito sospechoso que le acercaron las monjitas de turno. Pensaba que a él lo iban a liquidar antes. Durante ese mes y monedas, Francisco vivió con una alerta conspirativa, quería superar ese plazo junto al temor de que, en todo caso, no le doliera físicamente un eventual atentado. Más que nadie sabía que su elección al cargo por parte del 40% del colegio cardenalicio era un producto conveniente por su edad avanzada y, en particular, por una salud precaria. Se equivocaron todos, hasta el mismo: duró 12 años, 1 mes y 12 días. Nunca le dejes botar una pelota de rugby a un argentino.
Ese origen y ciudadanía nunca lo abandonaron, inclusive perdió un tiempo enorme en interesarse —quizás con asesores de una misma filiación intrigante— por los acontecimientos de su país: esa inclinación política por la duda y los cataclismos gubernamentales, un volumen informativo que recibía a diario y le impidieron volver a su patria, a recorrer el barrio de Flores y visitar la casa en la calle Avellaneda donde iba a vivir si no lo nombraban Papa o asistir a la cancha de San Lorenzo. Un precio demasiado alto pagó por esa ausencia autoimpuesta, con la obsesión por los acontecimientos de su tierra: temía generar un conflicto, un alboroto con su visita, el aprovechamiento por alguna parcialidad para complicar a alguno de los gobiernos que transcurrieron durante su tarea como Vicario de Cristo.
Fue menos resolutivo que uno de sus antecesores, Juan Pablo II, quien voló a su Polonia natal todavía gobernada por un comunismo en decadencia. Una jugada política de envergadura, con movilizaciones extraordinarias y el respaldo sindical de Lech Walesa, todo seguramente conciliado con Ronald Reagan para voltear la influencia soviética en un gobierno que, a regañadientes, aceptó la visita luego de consultar a Moscú. “No se puede impedir — le dijeron—, pero ese cura es peligroso, un hijo de puta”. Diálogo entre las dos máximas autoridades de ambos países. Carecía Bergoglio de ese propósito vital para voltear cualquier gobierno argentino, quizás le faltó atrevimiento para darse el gusto del regreso triunfal: se murió con esa espina. Podía invocar al lío para que lo ejercieran los jóvenes, no estaba dispuesto él a provocarlo.
Tampoco ayudaron sus compatriotas. Pensar que durante el ejercicio papal de Francisco, en el país pasaron 4 gobiernos, de los Kirchner a Macri, sin olvidar a los Fernández y al mismo Milei. Facciones diferentes que se arrobaban por sacarse una foto en el Vaticano, cruzar regalos con el papa, decir que eran sus amigos y, sin embargo, reconocían que previamente habían cargado carros atmosféricos en su contra, los cuales fueron depositados sin olvido ni perdón. Néstor y Cristina, por ejemplo, que en tiempos del Arzobispado de Bergoglio, lo trataron de echar en forma ignominiosa, le hicieron operativos que el mismo denunciaba —“me han tratado de meter mujeres en mi despacho”—, lo denunciaron con malas artes y hasta promovieron un sucesor, obispo de Santiago del Estero, que se esfumó justo cuando se conocieran videos en su iglesia distrayéndose sexualmente con jóvenes o menores. Para la lista de Canosa.
Ni hablar del ingeniero de Boca, el que aconsejado tal vez por su conmilitón progresista Marcos Peña, sin siquiera discutir avanzó con el aborto, considerándose el papa engañado en otras conversaciones. De Alberto Fernández no hubo huellas, como su gobierno, quizás la extensión del COVID impidió avances en la relación, mientras Milei se solazaba tratándolo de “maligno” seguramente por la aversión que la Iglesia Católica conserva con los liberales, especialmente con los jesuitas. Pero ni los jesuitas argentinos se identificaban con Francisco, lo objetaban a escondidas. Mejor no hacer nombres. Tampoco puede excluirse a la muchachada de los derechos humanos, abuelas, madres e hijos, acompañantes de los libelos contra Francisco por haber actuado con sumisión con los militares cuando perseguían a curas luego exiliados o desaparecidos.
Todos, unánimemente plañideros, hoy adhieren al dolor de la partida de Francisco, Cristina cuando lo llevó a Insaurralde para que lo bendijera como candidato o cuando se emocionó por los escarpines que el le obsequió para la nieta; Alberto luego de haberle puesto Francisquito al hijo con el que no puede siquiera hablar, Macri dispuesto a visitar la tumba cuando uno de estos días pase por Roma y Milei rasgándose el corazón con su hermana porque, a pesar de las agresiones, los libertarios también guardan en su órgano muscular a ese papa famoso.
Difícil explicar la Argentina, ciudadanos controversiales que a su héroe patrio, San Martín, no lo dejaron bajar del barco y le impidieron luego regresar al país. También él desistió de ese emprendimiento, como el mismo Francisco, quien hoy ocupa el mismo lugar de exiliado en la vida y en la muerte, siendo ambos los más reconocidos y admirados por una población veleidosa, inconstante, voluble, mudable, como dice Santiago 1:8 “almas de doble animo”.
26/04/2025 a las 11:01 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei regresa a la lógica binaria
Daniel Bilotta
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
25/4/025
Ni la muerte del Papa detuvo la desaforada embestida de Javier Milei contra el periodismo. Quebró al tercer día la frágil tregua de la semana de duelo nacional que decretó el lunes por el deceso de Francisco. Más que por el inquietante afán de reivindicar su desapego a las formas institucionales, la salida de esa breve pausa en los ataques fue apremiada por el calendario electoral. Al Presidente le urge hallar un enemigo al que endilgarle sembrar las dudas que rondan el programa económico y que permean la credibilidad política de su gobierno.
El periodismo reúne a ese efecto un requisito imprescindible. Le evita repetir la experiencia traumática de colisionar con la oposición. Blanco predilecto de sus críticas hasta la serie reciente de derrotas sucesivas que le infligió a Milei por avanzar sin su consenso en el Congreso. Un poder de veto cuyo alcance deberá refrendar en las urnas bajo el asedio de una opinión pública adversa. Pero que no le augura a La Libertad Avanza (LLA) modificar su estatus de minoría parlamentaria pese a su mejor posición en ese espectro. Esa tensa interdependencia recíproca guía la cautela en los últimos pasos. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 38 por ciento del total de electores en condiciones de votar. Aún con el desdoblamiento que Cristina aceptó pero que estima un error estratégico de Axel Kicillof, solo una amplia alianza del arco opositor podría garantizar un triunfo sobre Unión por la Patria (UXP) Esa posibilidad mantiene abierto un intenso debate en el Pro que gira sobre dos variables: la elección en la ciudad y el cambio de escenario electoral con el desdoblamiento.
Mauricio Macri promueve un acuerdo institucional con LLA que evite la fuga de dirigentes para negociar individualmente su incorporación a sus listas. Distanciados en los sondeos por el margen de error técnico, la paridad entre Silvia Lospennato, Manuel Adorni y Leandro Santoro complica el plan de los rupturistas encabezados por Diego Santilli, Cristian Ritondo y Guillermo Montenegro. El entorno del expresidente acusa a sus delegados en la Legislatura bonaerense de contribuir con la fallida estrategia de Cristina para evitar el desdoblamiento y que las elecciones sean concurrentes.
Soledad Martínez exigió en la reunión del martes “no ser sectarios y abrir la cabeza” a un entendimiento con la UCR. La intendente de Vicente López fue delegada por Macri para dialogar con Maximiliano Abad. El senador nacional lidera al radicalismo que preside Miguel Fernández. La UCR no descarta constituir una alianza con LLA siempre que se formalice con la intervención de partidos políticos.
Abad mantiene un acuerdo para facilitarle gobernabilidad a Montenegro en el municipio de General Pueyrredón. Pero le advirtió que caducará si llega a un acuerdo con Milei por fuera del Pro. La UCR estima que una alianza entre LLA y el Pro está atada al resultado de las elecciones en la ciudad. Perciben en Macri lo que definen como “una subjetividad” sobre Milei que podría profundizar una derrota. Montenegro aspira a ser gobernador y precisa para eso de un escenario más relevante que gobernar el municipio que concentra mayor número de electores después de La Matanza.
Macri desafió a Montenegro en su visita a Mar del Plata. Aseguró delante suyo que “los dirigentes que tenían precio ya habían sido comprados. Los que quedamos tenemos valores”. Diego Valenzuela le respondió airado que no tenía precio. Al intendente de Tres de Febrero le asiste la razón. Lejos de recibir algún beneficio, paga el altísimo costo impuesto por Sebastián Pareja. Destacado por Karina Milei como su representante en la provincia, Valenzuela aceptó acatar su conducción y confinar su actividad política dentro de los límites de su jurisdicción.
Tal vez contra su voluntad, Pareja preste un servicio inestimable a la causa de Macri si, como se especula, Montenegro pudo haberle descrito un cuadro similar delante del senador provincial Alejandro Rabinovich, el secretario de Gobierno, Fernando Muro, y Ritondo, en el almuerzo servido en un discreto restaurante de Mar del Plata y del que no trascendieron detalles.
Tampoco si alguien se detuvo a evaluar si es cierta la vinculación de Pareja con el escándalo que atraviesa San Lorenzo de Almagro por la situación de su presidente, Marcelo Moretti, captado por una cámara oculta mientras recibía una aparente coima de 25 mil dólares. El gobierno reaccionó a la noticia echando a Francisco Sánchez Gamino de la jefatura del Gabinete. Gamino aparece en la cámara oculta y es socio de Edgardo Lemos en “SG Sport Club”, una firma dedicada a la transferencia de jugadores de fútbol.
Lemos es la pareja de María José Scottini, aparente testaferro del grupo de medios de Marcelo Balcedo y quien le entrega el dinero a Monetti en la cámara oculta… El e secretario general del sindicato de Empleados de Minoridad y Educación (Soeme) detenido en Uruguay por evasión fiscal y lavado de dinero. Antiguos directivos del club vinculan a Pareja la cercanía permanente de Sánchez Gamino con Moretti. Insisten en que el subsecretario de Integración Socio Urbana no consiguió insertar a Sánchez Gamino en la lista con la que fue electo presidente. Moretti habría prometido lugares en la comisión directiva a quienes financien su campaña. Luego de que se difundieran las imágenes, Scottino aseguró que su pareja fue uno de ellos. Igual que el vicepresidente Roberto Navarro, un empresario de la carne con domicilio fiscal y residencia en Uruguay. Y también al vocal Alejandro Tamer, expropietario de Despegar, la plataforma mediante la que Pareja y su inseparable Alejandro Carrancio adquirieron pasajes para viajar por Aerolíneas Argentinas a San Pablo el 25 de enero y participar del Foro Alberdiano.
Carrancio es el titular del Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur) que depende de la secretaría de Turismo que conduce Daniel Scioli. Tiene como aliado en General Pueyrredón a Emiliano Giri, otro dirigente del Pro con simpatías libertarias vinculado a Scioli. Fue detenido y puesto rápidamente en libertad en 2016 a causa de contratos supuestamente irregulares suscriptos mientras fue funcionario de Astilleros Río Santiago, organismo al que llegó por intermedio de José Scioli durante la gestión de su hermano como gobernador.
Giri es, además, el jefe político de Agustín Neme. El concejal que asumiría como intendente si Montenegro renuncia, por ejemplo, para ser candidato a senador provincial en estas elecciones. Un escenario que facilitaría que Daniel Scioli presente su candidatura a intendente en 2027 por La Libertad Avanza y con el respaldo de un fuerte grupo empresario.
Scioli grabó un video para el Congreso de LLA suspendido el pasado lunes por el fallecimiento del Papa. Sánchez Gamino trabajaba bajo las órdenes de José Luis Vila en la secretaría de Estrategia Nacional que, igual que la de Turismo, depende de Guillermo Francos. Jefe del Gabinete y extitular del Banco Provincia en el gobierno de Scioli. Gamini prestó servicios en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, a donde llegó gracias al Frente Renovador.
Exdirigentes de esa fuerza lo vinculan a Damián Albini. El exfuncionario del área de Recursos Humanos de esa Cámara que con su hijo y exconcejal Facundo, constituían el primer anillo de contactos directos con Julio Segundo “Chocolate” Rigau. La fiscal Bettina Lacki elevó a juicio oral y público la causa donde se investiga a Rigau, detenido en septiembre del 2023 con 45 tarjetas de débito de la Legislatura en su poder.
Igual que Rigau, los Albini fueron beneficiados por la Justicia con la prisión domiciliaria que le fue revocada hace unos meses. Punteros peronistas de La Matanza que Fabricio Martínez contrató como simpatizantes para el acto de Javier Milei en Parque Lezama el año pasado, creyeron ver en las imágenes de Sánchez Gamino captadas por la cámara oculta, a alguien idéntico a quien abonó sus honorarios por asistir. Martínez es el responsable de LLA en la Tercera Sección y es el exjefe de la barra del Deportivo Laferrere.
Probablemente quienes creyeron reconocer a Sánchez Gamini tengan una impresión errada. Lo mismo que la que se formó el miércoles Diego Garciarena de Kicillof. El día previsto por la Cámara de Diputados para confirmar la suspensión de las PASO que tiene media sanción del Senado. Pero finalmente se resolvió postergar esa decisión hasta el lunes, luego de rendirle un homenaje al Papa. Cuando aún no estaba resuelto, Garciarena recogió un cerrado aplauso luego de expresar su desconcierto con el gobernador.
“Hace una semana decía que era imposible realizar elecciones concurrentes. Ahora, que con el cronograma de la ley 5109 no pueden efectuarse desdobladas. Les pido perdón pero se me acaban las ideas para tener un juicio acertado”, ironizó el jefe de la bancada radical. El Senado aprobó el proyecto de suspensión de las PASO enviado por Kicillof pero rechazó por unanimidad las modificaciones que introducía al calendario electoral.
Entre ellas, el adelantamiento al 19 de junio de la inscripción de las alianzas previstas por la ley para el 9 de julio. Un andamiaje atribuido a Jorge Ferraresi. Tal vez porque el intendente de Avellaneda es ingeniero civil. Ferraresi es uno de los aliados del gobernador e ideólogo de romper lanzas con Cristina. El adelantamiento del calendario le daría a ese sector más tiempo para definir una organización propia para enfrentar a la expresidenta si no consiguen acordar listas de unidad.
26/04/2025 a las 11:06 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El FMI llama a votar a Milei, echemos a los dos de la Argentina
Iván Hirsch
Prensa Obrera
25/4/025
La titular del Fondo Monetario Internacional se mandó de lleno a hacer campaña electoral por el oficialismo de Milei hacia las legislativas de octubre. Le preocupa que los votantes argentinos no prioricen… los intereses de las cuevas de especuladores de Washington y Nueva York. Ya no es un recurso de ilustración política denunciar que son los candidatos del FMI y el capital financiero, sino lisa y llanamente un hecho público. Si ellos se juegan al salvataje de este gobierno antiobrero, los trabajadores tenemos que jugarnos a derrotarlos. Más oportuna que nunca es la consigna del acto que convoca el PO para el 1 de Mayo: “Fuera Milei y el FMI. Socialismo o barbarie”.
«El país va a elecciones en octubre. Es muy importante que la voluntad de cambio no se descarrile. Yo le pediría a la Argentina que mantenga el rumbo». Esas fueron las palabras de Kristalina Georgieva, presidenta del Fondo, en el marco de los encuentros por la asamblea anual de primavera del organismo, adonde viajó en pleno el gabinete económico con Caputo a la cabeza. Desde el gobierno se regocijan con este apoyo explícito, pero en realidad refleja que el salvavidas financiero del nuevo megacrédito no alcanza para despejar la incertidumbre.
De movida, los 20.000 millones de dólares del FMI fueron el recurso desesperado para evitar un default de los vencimientos de deuda externa, después de haber fracasado en todas las otras vías de endeudamiento y haberse fumado todo el superávit comercial y los fondos del blanqueo para sostener la bicicleta financiera basada en el dólar planchado. Con estas millonadas de verdes pretenden reabrir el carry trade para tirar hasta octubre, pero resulta que la inquietud por el resultado electoral es una amenaza cierta de corrida incluso antes de llegar a las urnas.
No solo el Fondo recuerda aquel shock de mercado que siguió a la derrota de Macri en 2019, cuando la estampida de los capitales especulativos dejó al Banco Central sin reservas y al gobierno market friendly en la necesidad de reperfilar vencimientos de deuda y reponer el cepo cambiario que dura hasta hoy. Ocurre que los propios fondos de inversión -que Milei y Caputo quieren tentar para que vengan a Argentina ofreciendo la mayor ganancia de corto plazo en dólares en el mundo- tienen los ojos puestos en cuán viable políticamente es este gobierno y su carry trade. La primera subasta de títulos en pesos del Tesoro quedó bastante corta, sin lograr refinanciar los que vencían, aunque tengamos que ver a la TV Pública convertida en una agencia publicitaria de la bicicleta financiera.
Georgieva saludó el entusiasmo del mercado ante los anuncios de flexibilización del cepo, mientras la banca JP Morgan y la calificadora Moody’s mejoraron el posicionamiento de Argentina para colocaciones financieras. No sorprende a nadie, porque son ellos los únicos beneficiados con las medidas. La «fase 3» anunciada por Caputo y supervisada por el FMI es un plan de recesión económica, depresión del consumo popular y ofensiva recargada contra los trabajadores vía las tan reclamadas «reformas estructurales».
Es que el gran capital sigue apostando por los «libertarios» como elenco de embestida directa para liquidar las conquistas obreras con una reforma antilaboral, robarse los aportes previsionales de los laburantes con la reforma antijubilatoria, e incluso una reforma tributaria que grave aún más a los consumidores y reduzca la coparticipación de las provincias para que el fisco concentre los recursos en función de pagar la deuda.
El sostenimiento abierto a este gobierno por parte del Fondo se explica además tanto por la intervención de los funcionarios de Trump como por la tentación del capital financiero internacional de quedarse con negocios gruesos como la privatización de la caja jubilatoria con la vuelta de las AFJP, con el Banco Nación que maneja buena parte de todo el sistema bancario argentino, tal vez incluso con YPF para mayor saqueo de Vaca Muerta. Una recontracolonización financiera.
El peronismo salió a repudiar la «intromisión» del FMI en el proceso electoral criollo, pero teniendo la delicadeza de dejar en claro que no se candidatean como una alternativa para desconocer esta gigantesca estafa al país. Sin ir más lejos, el fracasado mandato de Alberto Fernández y Cristina nos hundió en la inflación y la pobreza intentando rescatar esta deuda impagable. La lucha de los trabajadores es la única que puede sacarnos de encima a estos saqueadores.
Los jubilados que se plantan todos los miércoles, los sindicatos combativos, el perseguido movimiento piquetero, los estudiantes y docentes de la rebelión universitaria, son quienes pueden hacer que «esta vez sea diferente», para que dejen de robarse el país a costa de empobrecer al pueblo. El Frente de Izquierda tiene la oportunidad y la responsabilidad de postularse como alternativa política de los trabajadores, con su programa de repudio de esta deuda usuraria y fraudulenta para poner fin al régimen de saqueo que nos gobierna desde hace décadas. Con esa perspectiva, colmemos la Plaza de Mayo en el día internacional de la clase obrera.
26/04/2025 a las 11:10 AM
Entre los pocos dirigentes políticos que se opusieron a la «recuperación de las Islas Malvinas» por mandato del Gral. Galtieri, se le escapó al Dr. Kruse las publicas expresiones en contra del capitán ingeniero Álvaro Alsogaray… Tal vez no importe nada.
26/04/2025 a las 12:07 PM
Lo tienen como «Estadista» porque coqueteo con la derecha y la izquierda, después NADA DE NADA. Y además coincido con Claudio, se olvidan de Alsogaray que también se opuso al golpe del 76 y fu el único de los políticos, porque a Seineldín casi la cuesta la carrera.
26/04/2025 a las 3:14 PM
En efecto, en su momento Alsogaray afirmó qu el único golpe justificable fue el de 1955 (La Revolución Libertadora) pero no hay constancia histórica de la condena del ingeniero a la decisión del dictador Galtieri de reconquistar las Islas Malvinas.
26/04/2025 a las 5:05 PM
El Dr. Kruse quiere no saber lo que el «ingeniero Alsogaray» contestó a un periodista radial acerca de «reconquistar las Islas Malvinas»: «¡Es una barbaridad; tenemos convenios con Shell!» (la petrolera). Así fue, más o menos, lo que con indignación tuve que escuchar en aquel abril del año 1982. ¡Touchè Hernán!, aunque no haya «constancia histórica»
26/04/2025 a las 8:01 PM
Recién ahora me entero de esa declaración de Alsogaray a un periodista radial. No me sorprende ya que los liberales de aquella época consideraban que con su decisión, Galtieri era funcional a la Unión Soviética (época de la guerra fría).
26/04/2025 a las 10:37 PM
Kruse, vos no te hacés el estúpido…son un estúpido
Según Einstein: «Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.»
Vos sos el mejor ejemplo de la estupidez más ominosa así que mejor sería que te dediques a poner en orden tus pensamientos porque tus escritos rebuscados -al igual que los de Gorraíz- dan lástima y vergüenza.
Dejate de joder con pelotudeces copiadas y pegadas que a nadie le importan.
Para historiador tenés muchas materias pendientes pero para chusma barato aprobaste todas.
Si sos «Doctor en Ciencia Política» lo disimulás a la perfecSión. No tenés pensamiento propio, sos algo así como una ameba amorfa y cambiante… un pseudópodo uniceluar… un protozoo aún no clasificado morfológicamente.
28/04/2025 a las 6:54 PM
COMPAÑERO «BRUTAL», ¿QUÉ ES ESO DE DESCALIFICARLO AL
INEFABLE DOCTOR KRUSE?. SEPA USTED QUE ÉL ESTA HACIENDO
MÉRITOS PARA QUE EN LA PRÓXIMA ENTREGA DE LOS
«PULITZER», SE INCLUYA LA CATEGORÍA «PREMIO AL REFRITAGE»,
A SABIENDAS DE QUE EN ESE ATOSIGADOR Y SOÑOLIENTO RUBRO
NO HABRÁ NADIE CAPAZ DE SUPERARLO.