Por Luis Alejandro Rizzi.-

Decíamos el pasado 12 de marzo: “El gobierno es “tóxico” y ahora se está contaminado con su propio veneno; además, no cree en los antídotos.”

Luego, el 17, agregábamos: “Lo que creo es que empieza a notar que el gobierno enuncia problemas pero no tiene capacidad para resolverlos o no sabe cómo hacerlo; no sabe gestionar; sólo sabe agraviar, insultar y engañar, como lo habría hecho la Bullrich el pasado miércoles según informó el portal La política online.

Escribió hoy Carlos Pagni, en el diario La nación: “Pero el riesgo no se debe a que el Gobierno no puede alcanzar lo que se propone, sino a que no sabe cómo hacerlo. O, para plantearlo con mayor precisión, a que toma caminos que lo extravían de objetivos que tiene al alcance de la mano. El problema de las Fuerzas del Cielo no es que sean fantasiosas. Son torpes.”

A su vez, la única oposición real que tiene Milei es el peronismo cristinista. La “oposición colaboracionista” no se da cuenta de que sólo negocia “miserabilidades” y en el caso de los tránsfugas del PRO, buscan posicionarse a destiempo, siendo lo más probable que queden en el catálogo de los oportunistas que llamaría “carteristas políticos”.

Esos, típicos ejemplares de la “viveza criolla” que tiene habilidades para meter la mano en los bolsillos ajenos y timar, para así quedarse con algún vuelto, una candidatura, un ministerio o algún otro cargo rentable, son las “grelas pobres” de la casta y del lunfardo.

Milei cree que los “vivos inteligentes” son «los tramposos», por eso le pasó lo de $LIBRA y lo de Lijo. En una palabra, será un “disruptor”, pero de “opereta”. Es una mala caricatura de sí mismo. No está avivado, como decíamos en la escuela primaria cuando teníamos entre 7 y 8 años. ¿Milei habrá tenido infancia? Habría que preguntarle a Lino Palacio…

La “oposición”, vale decirlo, «juega a las visitas” como lo hacían nuestras tías abuelas, con sus amistades; con cierto aire victoriano, fingían creer sus propias hipocresías con noble cinismo. Es muy tierno.

Pichetto “acompaña críticamente” y la Coalición Cívica, por un supuesto “bien del cielo”. En el fondo Lilita Carrió debe creer también en “las fuerzas del cielo” y confundió su voto con un rezo o una oración, pese a que debiera saber que el camino al infierno suele estar sembrado por las mejores intenciones.

Si el tema del dólar era vidrioso, el gobierno se encargó de darle crédito a las dudas y los “carrytraders” volaron al dólar en la mejor clase “business”, con check in de privilegio, les avisaron…

Ayer Diputados dio otro triste espectáculo. Aprobó el DNU 179 y delegó facultades, en el vacío. Aprobó una operación de crédito a celebrarse en el futuro, sin contener un límite ni condiciones mínimas, lo que resulta ilegal ante la ley 27612 que exige presupuesto aprobado, ley para emitir títulos en moneda extranjera y ley formal del congreso para aprobar cualquier operación de crédito y financiamiento convenida provisoriamente con el FMI.

El FMI debería considerar que el DNU 179 es insuficiente y condicionar la aprobación del programa de facilidades extendidas por el Congreso de la Nación, mediante la sanción de una ley formal.

En caso contrario, el dinero que facilite sólo tendría el carácter de una «obligación natural”. No podría alegar la propia torpeza.

¿Caerán Japón, Alemania y China en esa torpeza?

Las “fuerza del cielo” no serían aval suficiente… por lo menos en este mundo.

Nuestros gobiernos dejaron de ser una tragedia, se repiten como farsas en sesión continuada, como en los viejos tiempos de los cines de barrio.

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