Por Otto Schmucler.-

En Vietnam, a quienes defraudan al estado puede caberles la pena de muerte.

Aquel país es intransigente con aquellos que cometen delitos contra el Estado (de ese país hemos visto fotos hermosas captadas a nuestra entonces Presidenta Cristina de Kirchner, durante su visita, en 2013, disfrazada de combatiente, con casco camuflado dentro de un pozo, como los que se cavaban durante la guerra).

Es el caso de la magnate inmobiliaria Truong My Lan que “fue condenada a muerte por el Tribunal Superior de Ho Chi Minh, en Vietnam” tras rechazar la apelación presentada por la rea contra la sentencia que la halló culpable de haber cometido un fraude bancario de varios miles de millones de dólares.

Sólo podría lograr una conmutación de su pena y salvar su vida (por cadena perpetua) si es que devuelve el 75% de lo que se comprobó que robó.

Como se apreciará, el mundo está empezando a endurecer las penas para los corruptos.

En nuestro país, no existe la pena de muerte pero bien podría tomarse de las leyes vietnamitas para la presentación de un proyecto de ley que condenase a cadena perpetua esas prácticas delictuales pudiendo conmutarse por una reducción de los años en función a la cantidad de dinero que “el o la rea” devuelvan al Estado.

Recordemos que en aquel viaje de regreso, el Comandante decidió cambiar la ruta del regreso para cargar combustible, aunque según trascendió extraoficialmente también controló el aire de los neumáticos, el aceite y los sapitos para el  parabrisas del avión pensando en un aterrizaje tranquilo en Ezeiza (sería necesario reflexionar sobre “cuán pelotudos podemos ser los ciudadanos, que nos comemos cualquier mentira dicha por funcionarios, como lo fue en su momento Aníbal Fernández que las dicen con total desparpajo, sin sonrojarse siquiera.

El cambio del plan de vuelo consistió en aterrizar en las Islas Seychelles, donde el periodismo no pudo obtener información oficial sobre las razones que obligaron al aterrizaje y detención de algunas horas en ese lugar (se trata de uno de los principales paraísos fiscales que hay en el mundo).

Señores jueces de la Argentina, sepan que tienen dos opciones antes de concluir su actuación en la Justicia, “haber sido cómplices del saqueo que afectó inmensamente a nuestro país o hacer la Gran Luciani y poner las cosas en su lugar de una vez y para siempre.

Nosotros mantenemos la esperanza, ustedes tienen la palabra…

Share