Por Hernán Andrés Kruse.-
EL MERCADO COMO ABUSO, EL MITO DEL DERRAME Y LA CULTURA DEL DESCARTE
“Una y otra vez Francisco confirma su visión de que el capitalismo global es una especie de juego de suma cero, en el que los países ricos se benefician perjudicando a los países pobres: “Quisiera advertir que no suele haber conciencia clara de los problemas que afectan particularmente a los excluidos. Ellos son la mayor parte del planeta, miles de millones de personas […] La inequidad no afecta solo a individuos, sino a países enteros, y obliga a pensar en una ética de las relaciones internacionales. Porque hay una verdadera «deuda ecológica», particularmente entre el Norte y el Sur, relacionada con desequilibrios comerciales con consecuencias en el ámbito ecológico, así como con el uso desproporcionado de los recursos naturales llevado a cabo históricamente por algunos países […] De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro”.
Ya en 2013 Jorge Bergoglio sostenía que «había la promesa de que cuando el vaso rebosara los pobres se favorecerían, pero sucede a menudo que cuando el vaso está lleno, de pronto se hace grande y su contenido nunca llega a los más necesitados». Siguiendo la misma línea, en otra sentencia aún más dura de “Evangelii gaudium” Francisco señaló: “Algunos todavía defienden las teorías del «derrame», que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando. Para poder sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia”.
El capitalismo, cree Francisco, genera miseria, exclusión y gente desechable. De hecho, en otra oportunidad el mismo Papa afirmó que «el principal dilema ético de este capitalismo es la creación de descartados, para después tratar de esconderlos». Hemos visto, sin embargo, datos de mortalidad que prueban que gracias a la revolución industrial y al capitalismo vivimos mejor que nunca en la historia y que era antes del capitalismo que la mayoría de la población mundial era realmente desechable. Pero debemos continuar refutando la tesis de Francisco de que el mercado no beneficia a las mayorías y que quienes así argumentan creen en un «derrame» sin ningún fundamento real. Un estudio del académico de Yale William Nordhaus, publicado por el National Bureau of Economic Research en Estados Unidos, analizó las ganancias de empresas innovadoras —aquellas que excluyen la agricultura— en el período 1948-2001 en ese país. La conclusión es que los innovadores apenas retienen para sí un 2,2 por ciento del total del valor creado socialmente por sus empresas e innovaciones. El resto es riqueza para los demás.
Bill Gates, por decirlo de otro modo, ha beneficiado y creado riqueza para la sociedad en cantidades mucho mayores que el beneficio que ha obtenido él. Nadie se ha hecho más pobre por culpa de Gates, pero todos nos hemos hecho más ricos gracias a él, porque sus innovaciones han permitido incrementar la productividad de toda la economía, llevando a mayores ingresos para todos nosotros. He ahí la potencia creadora del capitalismo. Lo anterior es confirmado sistemáticamente por la evidencia histórica si se analiza desde que existen mercados más o menos abiertos y globalizados, es decir, desde los inicios del capitalismo. Históricamente y hasta el año 1000 de nuestra era, el promedio de ingreso de los habitantes de distintas regiones del mundo era cercano a los 450 dólares por año, en dólares de 1990. Eso significa que nuestros antepasados vivían con un poco más de un dólar por día y que en Europa el nivel de ingreso era similar a América Latina y África. ¿Qué ha pasado desde entonces? Pues que el ingreso de los países occidentales se mantuvo casi sin variaciones hasta el siglo XV, cuando prácticamente se duplicó. Pero fue recién dos o tres siglos después que vino el gran salto. En la primera mitad del siglo XVIII se volvió a duplicar el ingreso y en la segunda mitad se duplicó nuevamente. En esa lógica exponencial, en Occidente —esencialmente Europa occidental— pasamos de un ingreso de 753 dólares en el año 1500 a uno de 23.710 dólares en 2003. Esto representa un impresionante incremento de un factor de 30.
Todo ello, hay que insistir, gracias a la revolución industrial y al mercado, lo cual se confirma cuando se observa el atraso de los países que no se sumaron a la industrialización. Asia, por ejemplo, no entró al capitalismo hasta mediados del siglo XX. Como consecuencia, el ingreso de los asiáticos el año 1950 era equivalente al de los europeos en 1500. Luego de que China, India y otros países abrazaran el capitalismo, su ingreso aumentó de 717 dólares en 1950 a 4.434 en 2003. Es decir, en apenas medio siglo se incrementó en un factor de casi 6, más que en los dos mil años previos de su historia. América Latina siguió una trayectoria similar, con un ingreso que creció casi cinco veces en el transcurso de un siglo. ¿Cómo explica Francisco este enorme incremento en la calidad de vida de las masas más pobres del mundo si fuera cierto que los países ricos de alguna manera han perjudicado a los países pobres con su desarrollo? Ha sido el crecimiento económico en todas estas regiones el responsable de acabar o reducir la miseria más abyecta e inhumana en la que vivían millones de personas, y será el crecimiento económico el que la termine definitivamente. Gracias al capitalismo, la pobreza extrema en el mundo —medida como ingreso diario de 1,5 dólares (de 1993)— cayó de cerca de más de ochenta por ciento de la población mundial en 1820 a menos de veinte por ciento el año 2000, a pesar de que la población se quintuplicara. En China, entre los años 1960 y 2000, la pobreza extrema se redujo en más de quinientos veinte millones de personas, y en Asia del Sur más de cien millones de personas salieron de ella. La única región que no ha visto en promedio una reducción de la pobreza es África, que es precisamente la región menos integrada a la economía global, con mayores problemas institucionales y menor protección de derechos de propiedad. Aunque también en ese continente hay países que lo han hecho bien y han visto reducida la pobreza.
Más interesante aún es constatar que los más pobres del mundo han visto incrementar su ingreso dos veces más rápido que el resto de mayores ingresos. El profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) Deepak Lal concluye así, totalmente en contra de lo que afirma el Papa Francisco, que «el crecimiento generado por la globalización no ha sido antipobre como muchos dicen. En realidad, la globalización y el rápido crecimiento económico que promovió han reducido la pobreza mundial en magnitudes sin precedentes en la historia mundial. El crecimiento no solo se ha “derramado”: ¡ha sido una inundación!». ¿Cómo podría explicarse todo lo anterior si el capitalismo no permitiera que se beneficie a cada vez más personas? El problema no es, como cree Francisco, siguiendo la vieja idea del juego de suma cero, que el capitalismo genere ricos y pobres, sino que la pobreza es la condición natural del ser humano y para ser derrotada requiere de instituciones y valores que incentiven y premien la creatividad humana.
Esto es precisamente lo que le contestó a Francisco el profesor de la Universidad de Harvard y director del Centro para el Desarrollo Internacional de esa universidad, Ricardo Hausmann, en un elocuente artículo, titulado «¿Es el capitalismo la causa de la pobreza?»: “¿Son los problemas que preocupan al Papa consecuencia de lo que él llama un capitalismo «desenfrenado»? O, por el contrario, ¿son consecuencia de que el capitalismo no haya logrado implantarse como se esperaba? ¿Debería una agenda para promover la justicia social estar basada en frenar el capitalismo o en eliminar las barreras que impiden su expansión? La respuesta en América Latina, África, el Oriente Medio y Asia claramente es la segunda opción […] El capitalismo […] permitió un aumento de la productividad sin precedentes. La división del trabajo dentro y entre empresas, que para 1776 Adam Smith ya había concebido como el motor del crecimiento, hizo posible una división de los conocimientos entre individuos que permitió que el conjunto supiera más que las partes y formara redes de intercambio y colaboración cada vez más amplias”.
El economista peruano Hernando de Soto ha hecho estudios confirmando la tesis de Hausmann. En su obra “The Mystery of Capital”, De Soto calculó que si se toma la riqueza acumulada por los más pobres del mundo en materia de inmuebles, la cifra alcanza a 9,3 billones —millones de millones— de dólares, prácticamente el valor total de todas las empresas abiertas en bolsa en los veinte países más avanzados del mundo. El problema, dice De Soto, es que los gobiernos del tercer mundo son altamente burocráticos y no existe forma de saber qué pertenece a quién, porque no hay registros confiables de propiedad. Eso impide a los pobres convertir la propiedad que poseen en capital, con lo cual quedan fuera del mercado del crédito y del mercado en general. Dicho de otro modo, el Estado condena a las personas a la pobreza, cuestión que escapa por completo del análisis del Papa Francisco. La situación, dice De Soto, es como la energía acumulada en un gran río que baja de los cerros y que, por faltar una represa y las turbinas, no puede aprovecharse. Según De Soto, la regla general es que los pobres son emprendedores persistentes y capaces de crear riqueza: «Ellos no son parte del problema, sino de la solución», dice”.
EL LIBERALISMO ECONÓMICO COMO CAUSA DEL ATRASO LATINOAMERICANO
“La falta de conocimientos económicos lleva al Papa Francisco a hacer afirmaciones muy apresuradas. En una entrevista con el diario El País de España, el Papa sostuvo lo siguiente para explicar el atraso latinoamericano: “El problema es que Latinoamérica está sufriendo los efectos —que marqué mucho en la “Laudato si”— de un sistema económico en cuyo centro está el dios dinero, y entonces se cae en las políticas de exclusión muy grande. Y se sufre mucho. Y, evidentemente, hoy día Latinoamérica está sufriendo un fuerte embate de liberalismo económico fuerte, de ese que yo condeno en “Evangelii gaudium” cuando digo que «esta economía mata». Mata de hambre, mata de falta de cultura. La emigración no es solo de África a Lampedusa o a Lesbos. La emigración es también desde Panamá a la frontera de México con Estados Unidos. La gente emigra buscando. Porque los sistemas liberales no dan posibilidades de trabajo y favorecen delincuencias”.
Esta visión de la realidad latinoamericana no es efectiva. Si hay algo que explica el subdesarrollo, la miseria y el populismo de nuestra región es precisamente la ausencia de libertad económica. Cuando hablamos de libertad económica nos referimos a un marco institucional en el que se asegure fuertemente el derecho a la propiedad privada, se mantengan impuestos razonables, regulaciones amistosas con el emprendimiento, inflación controlada, con baja cantidad de empresas controladas por el Estado, gasto público sostenible y amplia apertura comercial. Esos son los indicadores que mide el prestigioso ranking del Fraser Institute en Canadá a nivel global. El ranking del año 2016 publicó el nivel de libertad económica de 159 países con datos de 2014. Si Francisco tiene razón, los países en la cima del ranking de libertad económica deberían presentar menos oportunidades, más delincuencia y más emigración. Cabría suponer que un país como Venezuela, por ejemplo, uno de los más violentos del mundo y con mayor tasa de homicidios, sumido en una hambruna generalizada y con millones de emigrantes, estaría entre los primeros lugares de liberalismo económico. Por cierto ese no es el caso.
Los diez países más libres económicamente del mundo son: Hong Kong, Singapur, Nueva Zelandia, Suiza, Canadá, Irlanda, Inglaterra, Georgia, Australia y Emiratos Árabes. Entre el primer cuarto de países con mayor libertad económica se encuentran todos los demás países ricos: Suecia, Noruega, Alemania, Bélgica, Austria. Estados Unidos, etcétera. Solo tres países latinoamericanos se encuentran entre los cuarenta más libres del mundo: Chile, Costa Rica y Panamá, precisamente los tres más avanzados de la región, de los cuales Chile es el más avanzado y el que presenta mayor libertad económica de toda América Latina. Todos los demás están por debajo de los cuarenta primeros lugares de libertad económica, con la Argentina peronista de los Kirchner en el puesto 156 y Venezuela en el 159 con el último lugar de la lista.
Sostener entonces, como hace Francisco, que el problema de América Latina es que hay demasiado liberalismo económico es simplemente incorrecto. El mismo Francisco parece no percatarse de lo evidente de su error cuando dice que los latinoamericanos emigran a otros países como Estados Unidos buscando mejores oportunidades, justo después de sostener que en los países con más libertad económica hay menos oportunidades. Los mexicanos a los que se refiere el Papa no emigran buscando menos libertad económica en Estados Unidos, sino al revés. El Papa cae así en contradicciones evidentes, especialmente cuando se tiene presente que Estados Unidos está en el número 16 en el ranking de libertad económica en el mundo, mientras que México se encuentra en el puesto 88. La verdad, por lo tanto, es todo lo contrario a lo que sostiene Francisco. A mayor libertad económica, en general, mayores oportunidades y mejor calidad de vida. De hecho, si se toma el veinticinco por ciento de las naciones más libres del mundo y se compara con el veinticinco por ciento de los países con menor libertad económica, se observa que el ingreso per cápita en las primeras es de 41.228 dólares versus 5,471 dólares, es decir, ocho veces superior.
Y si de pobres se trata, en las naciones económicamente más libres del mundo el ingreso del diez por ciento más pobre de la población es diez veces superior al de sus pares en las naciones menos libres (11.283 versus 1.080 dólares). En términos de pobreza extrema y moderada, en los países menos libres esta suma un total dramático de 78,7 por ciento de la población, contra 4,2 por ciento en los países con más liberalismo económico. En cuanto a las expectativas de vida, que son un indicador irrefutable de bienestar, esta es veinte años mayor en los países económicamente más libres (80,4 versus 64 años). De la misma manera, el respeto por los derechos civiles y políticos es más del doble en los países económicamente más libres comparados con los menos libres. Así como no es lo mismo ser pobre en Suiza que en Venezuela, no es lo mismo exigir derechos frente al Estado en Suiza que en Venezuela.
La frase del Papa Francisco según la cual «los sistemas liberales no dan posibilidades de trabajo y favorecen delincuencias» solo puede tener sentido en el marco de una visión peronista que analizaremos más adelante. Tan polémica fue esta afirmación de Francisco, que el diario El País de Uruguay publicó un editorial poco después en el que contestaba duramente sus declaraciones. Vale la pena reproducirla in extenso, para advertir cómo el principal medio uruguayo reaccionó a las palabras del Papa: “¿En qué planeta vive el Papa para pensar que el problema de América Latina, pululada y hundida por el socialismo del siglo XXI y sus aliados más timoratos sufre los efectos del liberalismo económico? ¿Cómo puede agarrársela con el liberalismo cuando calla frente a las flagrantes violaciones de los derechos humanos en Venezuela donde, literalmente, está muriendo gente por causas evitables en cualquier país? […] En esta y otras declaraciones del Papa, por tanto, se mezclan varias cosas. La primera es que demuestra no tener idea de lo que está hablando, ni respecto de la ciencia económica en sí ni respecto de la situación de América Latina. Los países más prósperos, más justos y con mejores indicadores sociales son los que tienen los mejores índices de libertad económica y eso es un hecho incontrastable. A menos, claro está, que queramos armar un discurso ajeno a la evidencia empírica […] América Latina ha sufrido históricamente y sigue padeciendo en el presente de un estatismo exacerbado, un proteccionismo muy superior al de las otras regiones del mundo y la ausencia de sólidas democracias y Estados de Derecho que garanticen los derechos humanos y las libertades esenciales. Ese es el verdadero problema, no combatir contra el fantasma de un «liberalismo económico que mata» que no se aplica y donde se aplica da formidables resultados”.
(*) Axel Kaiser: “El Papa y el capitalismo. Un diálogo necesario” (Ediciones el Mercurio-Santiago de Chile-2017).
02/05/2025 a las 10:36 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
A quién le hablan los candidatos
Javier Calvo
Fuente: Perfil
(*) Notiar.com.ar
30/4/025
Chicana. Ataque. Descalificación. Defensa. Contraataque. Los manuales de los políticos profesionales vuelven a exhibirse a medida que avanza la campaña electoral. ¿Propuestas concretas y razonables para intentar mejorar la vida de nuestra gente? Bien, gracias.
El triste espectáculo del debate que ofrecieron los 17 (lo escribo en letras para que nadie crea que se escapó un dígito: diecisiete) candidatos para renovar la mitad de la Legislatura porteña fue la enésima reiteración de esa lógica.
El formato no contribuye, es cierto. Tomado de experiencias europeas complejas de aplicar a la idiosincrasia argentina, concluye con resultados opuestos a los teóricamente buscados: que la ciudadanía conozca a quienes la van a representar y sepan qué quieren para la Ciudad, en este caso.
A lo largo de imposibles 3 horas y obligados a estar allí, los postulantes no pudieron, quisieron o supieron satisfacer esa aspiración. Era previsible. Con registros de bajísima audiencia en el oficial Canal de la Ciudad (aunque por encima de su promedio habitual), quedarán los recortes en las redes y sus memes. Tiempos modernos.
El desperdicio queda aún más expuesto al tratarse de una elección local. La suspensión de las primarias y el adelantamiento del comicio porteño suponían una oportunidad para rediscutir qué pasa y hacia dónde va el lugar donde millones de personas viven y desarrollan sus actividades.
Pero no. Quedó al desnudo que importa menos debatir qué CABA tenemos o queremos (perdón por la licencia porteñocentrista) y más que este test electoral integre batallas políticas de otras dimensiones. Así, adquiere rol protagónico el enfrentamiento de los hermanos Milei con los primos Macri, para desentrañar quién son los mejores para antagonizar con los Kirchner. Suena a botín de guerra entre familias. En clave política, se aclara.
La pelea electoral en la Ciudad termina siendo entonces una excusa para otra cosa. Al punto que de sus resultados puede depender, por ejemplo, el rumbo que tomarán las disputas en la provincia de Buenos Aires entre La Libertad Avanza y el PRO por su coalición en ciernes. E influir en los ánimos separatistas entre el kirchnerismo de Cristina Fernández más La Cámpora y el kirchnerismo de Axel Kicillof, su (¿ex?) hijo político. Más familia.
Ni hablar del impacto que los números porteños podrían tener en el armado de las listas nacionales. CABA pondrá en juego 13 bancas en Diputados (la mayor cifra después del territorio bonaerense) y las 3 en el Senado. Octubre parece quedar lejos, pero no tanto.
Este juego acaso explica por qué se minimiza la problemática local y la dirigencia insiste en debatir su propia agenda, que no suele ser la que concentra las preocupaciones mayoritarias de la ciudadanía. El riesgo de que corran por caminos paralelos los intereses políticos de los sociales y raramente se crucen resulta en apatía electoral y crisis de representación.
Aun cuando no es un fenómeno nuevo, este año amenaza con agravarse. Las constituyentes en Santa Fe tuvieron un piso récord del 55% de participación. El mínimo histórico en CABA para comicios locales fue el 68,5 en 2007 y en 2023 arañó el 70% en las PASO.
A la vista de lo que hacen y dicen, muchos de nuestros dirigentes políticos parecen hacerle caso omiso a estas señales. Y repiten más de lo mismo.
02/05/2025 a las 10:46 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El kirchnerismo quiere repetir con la muerte de Francisco lo que hizo con la de Néstor, pero no va a funcionar
Marcos Novaro
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
30/4/025
Los usos políticos de la necrofilia, se sabe, han sido muy intensos entre nosotros, desde siempre. Pero con la decadencia de otros recursos, parece que algunos dirigentes y grupos están decididos a ir más lejos que nunca en sacarle provecho: se desesperan por estrujar del modo más alevoso, para sacar hasta la última gota de ventaja, a los muertos disponibles, sin disimulo ni vergüenza.
De allí que no esperaran ni un minuto ante la muerte del papa. Con el cuerpo aún caliente, ya los estrategas de campaña se pusieron a cavilar cómo podían aprovecharla mejor.
EL KIRCHNERISMO Y EL PAPA
El kirchnerismo en particular (con la digna excepción, al menos hasta ahora, de Juan Grabois) se lanzó a convertir a Francisco en la bandera y el argumento que les faltaba para hacer un refreshing de sus decaídos mensajes políticos y económicos, y tratar de recuperar algo del atractivo perdido ante una ciudadanía que desconfía de todo el mundo, pero más todavía de quienes gobernaron la mayor parte de las últimas décadas y no dejaron de meter la pata en todo lo que encararon.
El refreshing que creen les va a proveer colgarse de Francisco no consiste, por tanto, en ningún aprendizaje o revisión siquiera mínima de lo que sus dirigentes han planteado e hicieron todos estos años. No supone que, inspirados en alguna lección dejada por Francisco, ni en las que podrían recoger de las muchas experiencias de fracaso acumuladas, ahora digan “pensábamos hasta ahora tal cosa pero la muerte del papa nos llevó a reflexionar y ahora pensamos esto otro”. Nada de eso. No se trata de aprender ni de cambiar ninguna idea ni propuesta, sino de aprovechar la pasión necrofílica siempre tan movilizadora entre nosotros, para insuflarle un nuevo marketing a la mercadería de siempre.
Es lo mismo que hicieron, recordemos, en octubre de 2010, con extraordinario éxito, a partir de la sorpresiva muerte de Néstor Kirchner. Y deben estar pensando: si entonces nos funcionó tan bien, estábamos por el piso en las encuestas, repuntamos en pocos días y terminamos ganando las siguientes elecciones por afano, ¿por qué no va a funcionar de nuevo esta vez?
El primer paso de esta estrategia consiste en culpabilizar a quienes “no entendieron el mensaje de Francisco”: todos los que supuestamente lo menospreciaron en vida, lo criticaron por hache o por be y por culpa de los cuales “él no pudo volver” a su país. Una mentira flagrante, advirtamos ante todo, las razones por las que no viajó atañen ante todo al propio Francisco, pero que va a servir seguramente para abonar y potenciar viejas querellas.
Lo que importa, como sea, es que todos los que por algún motivo difirieron con algo de lo que Francisco dijera, o más comúnmente difirieron de lo que dijeran e hicieran quienes actuaban como sus voceros y delegados locales, ahora serán sometidos a examen por estos delegados y voceros, a ver si aleccionaron, se arrepintieron y tienen o no derecho a ser admitidos en el mundo de los salvos.
FRANCISCO, LA IDEA QUE UNE A LOS «ARGENTINOS DE BIEN»
Francisco vendría a ser, entonces, como quince años atrás lo fue Néstor, la idea que une a los “argentinos de bien” y sirve para dejar afuera al bando del mal. Lo han dicho los curas por los pobres, alineados desde siempre con el kirchnerismo, y lo repiten los voceros laicos de esa corriente: la grieta tiene culpables, y son los que quisieron hacerle creer al resto de los argentinos que Francisco, y por extensión ellos que lo representan, eran una fuente de divisiones y discordias, cuando en verdad tenían un mensaje de unidad, que fue distorsionado por los enemigos del pueblo. Con lo cual la conclusión es obvia e inescapable: vamos a estar juntos y superar nuestras querellas cuando aceptemos que “Francisco es el padre de todos” y la unidad que nos ofrece es la del peronismo kirchnerista. ¿Algo nuevo respecto a lo que este peronismo fanático siempre ha pensado y argumentado? No, lo mismo de siempre.
El segundo paso de esta campaña es tomar el mensaje económico de Francisco y contraponerlo a la economía liberal “salvaje”, “inhumana”, “cruel” y “excluyente” que proponen los Milei, los Macri y todos los demás agentes del neoliberalismo. La “economía de Francisco” tiene sus voceros profesionales ya hace tiempo, Martín Guzmán y Josep Stiglitz a la cabeza. Y ahora gana gravitación pues muchos la suponen su “mejor herencia”: involucrar a la Iglesia católica en discusiones sobre el sistema financiero, el comercio internacional, la deuda de los países pobres, las obligaciones del sector público, etc., etc., con planteos que caen como anillo al dedo para los críticos del actual plan de estabilización. Pero que, acotemos, involucraron en ocasiones a la Iglesia en discusiones que la dividieron, la politizaron de más por decir así, y hasta incluso muchos sacerdotes progresistas, aquí y en todos lados, creen que convendría moderar y revisar, pero que los kirchneristas creen la muerte ha legitimado urbi et orbi.
Así, con Francisco devenido bandera, su rostro acompañando consignas de ocasión en cartelería y demás propaganda partidaria en todas las ciudades del país, el peronismo se apura a promover, también igual que en 2010 con Néstor, bautizar con su nombre todo lo que esté a su alcance: estaciones de tren desvencijadas, hospitales sin medicamentos, escuelas colapsadas, puentes al borde del derrumbe, lo que sea y en el estado en que esté. No es lo que se dice un gran homenaje, sino un uso espurio, orientado antes que nada justamente a disfrazar el fracaso, lavar la cara de quienes lo promueven, bajo un manto de santidad.
PERO SI FUNCIONÓ PARA LAS ELECCIONES DE 2011, ¿POR QUÉ NO VA A HACERLO ESTA VEZ?
Lo gracioso de este caso es que también del otro lado de la grieta tratan de hacer un poco lo mismo. También Jorge Macri se apuró a proponer el nombre de Francisco para alguna estación de subte porteño. Y Milei fue mucho más allá, y encaró su participación en los funerales de Roma como un relanzamiento y refreshing de su liderazgo y el de sus candidatos, en particular de uno de ellos, el más importante este año, porque es quien debe ayudarlo a liquidar a los Macri, Manuel Adorni.
El relato con que Milei se presentó como un líder renacido, un hijo pródigo en la grey católica y un reconciliado con su misión de unir a la comunidad nacional, tuvo de todos modos algunos ribetes sí novedosos, para lo que ha sido hasta aquí el estilo presidencial, casi exclusivamente confrontativo y faccioso.
Porque el presidente explicó su reconciliación con Francisco, luego de haberlo insultado de las peores maneras durante la campaña electoral, y haber dejado que sus seguidores también lo hicieran, e incluso alguno propusiera romper relaciones con el Vaticano, como el fruto de un proceso de maduración y crecimiento personal.
Dijo concretamente que cuando denostó al papa lo hizo porque “aún no tenía dimensión de lo que implicaba ser el líder de una comunidad”. Y que ahora entendía la dimensión de su tarea mucho mejor. Pareció así reconocer la necesidad de un crecimiento, personal y político, que tal vez le pueda permitir, alguna vez, dejar de comportarse como un mero jefe de facción, y actuar más responsablemente como presidente de todos los argentinos. Algo bien distinto a lo que había dicho y justificado pocos días antes hablando con Alejandro Fantino: que él iba a seguir insultando a todos los que lo criticaran porque estaba en su naturaleza y no tenía ganas ni sentía necesidad de cambiarla.
El problema es que Milei anunció este descubrimiento sobre su rol y su necesidad de cambiar justo mientras convertía su reconocimiento al papa en un acto de campaña, mientras le levantaba la mano y lo hacía aparecer en todas las fotos que pudiera a su candidato porteño. Más o menos como hiciera Cristina, años atrás, con Francisco vivo, es decir con la anuencia del mismo, cuando llevó al Vaticano a Martín Insaurralde, el luego incinerado fiestero del yate “Bandido”.
¿En serio hacía falta llevar a Adorni y mostrarlo en todos lados? ¿No se le ocurrió que como muestra de su “crecimiento y aprendizaje” como “líder de la comunidad”, más le convenía invitarlos a Macri, a Cristina y por qué no también a Alberto? Finalmente eso sí hubiera sido muestra concreta de que dejaba de ser solo jefe de una tribu.
NO LE PIDAMOS PERAS AL OLMO
Milei va a pretender haber aprendido a ser mejor persona y un mejor líder gracias a sus encuentros y desencuentros con el papa. Pero lo más probable es que sea fiel a su confesión ante Fantino, no puede ni quiere cambiar, porque en el fondo nada de eso le importa demasiado ni cree necesitarlo.
Lo que sí necesitaba era la pátina de beatitud que la muerte de un papa siempre exige de sus contemporáneos: comportarse unos días como si todos fuéramos tocados por el espíritu santo. Hasta que la ola pase. Y también necesitaba el certificado de ingreso al cielo que viene con su “reconciliación con Francisco”, haber recibido su afecto y perdón, porque los va a necesitar cuando lo vuelvan a acusar de cruel y desalmado: “Ojo, miren que el propio padre espiritual de todos Uds. ya me disculpó”.
Como vemos, la grieta no desapareció, sino que encontró nuevas armas. Lo único que trasciende a la grieta es que todos quieren hacer algún buen uso de Francisco, que les permita seguir haciendo lo que más les gusta.
02/05/2025 a las 10:50 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Los medios en la campaña
Sergio Crivelli
Fuente: La Prensa
(*) Notiar.com.ar
30/4/025
La discusión de la actual campaña se parece a un diálogo de sordos, porque mientras el oficialismo habla de hechos, la oposición habla de sus deseos, las más de las veces contaminados de fantasía.
Un ejemplo entre muchos. Cuando el equipo económico pasó del “crawling peg” a la flotación, Cristina Kirchner tuiteó: “Che, Milei, el Fondo te obligó y te mandaste una devaluación de casi el 30%”.
La realidad, en cambio, mostró que los tipos de dólar libre cayeron en promedio de $1.350 a $1.190 tras el abandono de la “tablita”. Una revalorización del peso (lo contrario de una devaluación) del 12% aproximadamente.
Pero la expresidenta no inventó lo de la exigencia del FMI de una devaluación a cambio de un préstamo. Lo habían instalado medios que, repentinamente, dejaron de hablar del asunto. Fueron más prudentes que ella: esperaron la reacción de los mercados y cuando sus pronósticos se evaporaron, sacaron el tema de la agenda sin decir una palabra.
Abandonaron abruptamente el “relato” que habían difundido como si fuese información. También se equivocaron en otras cuestiones como la revuelta en las calles que encabezarían los piqueteros o la fuga de Milei en helicóptero como la de Fernando de la Rúa.
Ayer, el Presidente insistió con los reproches a los periodistas. Los acusó de mentir y de no rectificarse cuando la realidad dejaba expuestas sus falsedades. También de desviar la atención de esa actitud maliciosa, escudándose en la libertad de prensa.
Les exigió, además, arrepentimiento, algo fuera de lugar porque su batalla con los medios no es por la verdad, sino por el poder. Y en toda guerra de poder, la primera víctima es la verdad.
¿Por qué Milei está empeñado en ese tiroteo cotidiano con los medios? Por varias razones, pero la primera es porque los considera un enemigo débil, desprestigiado y de muy baja credibilidad.
Esto, más allá de lo que diga Milei, es en buena medida atribuible a que la mayoría ha tomado una actitud partisana y reacciona a los ataques del Presidente de la peor manera: contestándole. Se ponen a su altura. En suma, son un blanco fácil, porque se parecen cada vez más a los políticos.
Por eso también la estrategia de comunicación del Presidente es elemental. Tiene periodistas “amigos” a los que concede largas entrevistas en las que las preguntas están monitoreadas y tuiteros profesionales que atacan a sus enemigos y tratan de imponer la opinión oficial en la discusión de las redes. Como la realidad -por lo menos la económica- los respalda en casi todas las polémicas, tienen más de la mitad del trabajo hecho.
Toda campaña electoral en Argentina que no hable de inflación o pobreza es ficticia. La oposición evita estas cuestiones para no dar ventajas al Gobierno y prefiere fingir pánico moral ante una presunta actitud “dictatorial” del Presidente que pondría en riesgo las instituciones democráticas. El gran enigma es si los votantes confundirán esa construcción imaginaria con la realidad en octubre.
02/05/2025 a las 3:05 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Los «aplaudidores» del caos y la confusión
Leandro Renou
Página/12
2 de mayo de 2025
El Presidente Javier Milei acababa de pronunciar una frase incendiaria, de aquellas que no hace tanto espantaban al Círculo Rojo y que ahora lo involucran en la lista de «enemigos del país», pero en la primera fila del evento, tres empresarios del sector bancario se reían y aplaudían. Con gestos cómplices y vistos a las distancia por otro ceo que habló con Página I12, uno de ellos asentía, como dando a entender que el mandatario estaba en lo cierto. «Empresarios prebendarios, políticos corruptos, periodistas ensobrados, los sindigarcas o los profesionales funcionales a este conjunto de hijos de puta que cagaron al país», bramó el mandatario ante la platea de la Expo EFI, un encuentro del sector financiero bancario que convocó a más de 1200 empresarios, economistas y dirigentes de empresas en el Centro de Convenciones lindante a la Facultad de Derecho.
La situación antes relatada abre el interrogante de si la burguesía nacional argentina se cuadra en el registro del insulto presidencial por una cuestión ideológica, está embarcada en un culto a la batalla cultural o bien ven en lo extremo esa última chance de que se cumplan sus viejos anhelos.
Una primera mirada, rápida y poco profunda, podría indicar que los que pagaron 250 mil pesos de entrada para estar en ese evento son parte del sector especulativo, el más beneficiado por las medidas de Milei, ergo, los más satisfechos. Pero el análisis se queda corto al pensar que los aplaudidores del caos y la violencia, el sector empresario que viva gestos inconvenientes de parte de la cabeza de la Estado -es decir, el encargado de desescalar el conflicto y buscar consensos- tiene casi la misma reacción en todos los foros, incluídos los de aquellos rubros seriamente afectados por las políticas libertarias, como la industria, la construcción y el consumo masivo.
Hay varios casos emblema. Ya en el período previo a al asunción de Martín Rappallini al frente de la Unión Industrial (UIA), Techint empezó a digitar las comunicaciones públicas y las declaraciones de la entidad para no ir al choque con el Gobierno. Todo cuando la mayoría de los sectores pyme están bajo fuego del período de mayor apertura importadora desde el menemismo, con situaciones tensas de empleo y demanda. Los industriales, que en la asunción de Rappallini elogiaron el «cambio macro» del Gobierno, hasta se bancaron que Milei les diga, en el Día de la Industria, que son «prebendarios» y que son menos que el campo. Agacharon la cabeza, algunos por el temor de confrontar con un Gobierno que promete vendettas públicas y escraches, otros, porque entienden que el insulto es un precio barato a pagar para conseguir el objetivo final.
«MAURICIO FUE UN CAGÓN»
«Mauricio fue un cagón, esto tenía que hacer», dijo a este diario alguien de la UIA, de los alineados al modelo. Mauricio es Macri, y lo que le achacan es que no se haya radicalizado para cumplirles dos de sus sueños húmedos, algo que sí hace Milei: el primero, un Estado chico que no moleste ni controle al sector privado; el segundo, una batería de leyes desreguladores que les bajen los costos laborales e impositivos y sean sustentables. «Las ventas van y vienen, hasta los gobiernos van y vienen, pero hasta ahora no habíamos visto a nadie que fuera a fondo, sin importarle nada, incluso sin importarle su supervivencia política, para hacer lo que los empresarios quieren», se sinceró un importante integrante de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) ante este diario.
Naturalmente, el trasfondo del fenómeno es global: los empresarios se han dado cuenta de que ya no alcanza con Gobiernos que prometan aperturas, sino que es tiempo de apoyar regímenes ultra para trabajar desde adentro en la misma sintonía y achicar el márgen de error. El emblema es el Gobierno de Donald Trump, rodeado por empresarios funcionarios de Sillicon Valley, el más saliente Elon Musk, de Tesla. La foto es la de un empresariado mundial que acepta correr los límites de la democracia para conseguir metas. Nunca lo dirán en público, porque pocas veces se lo preguntan, pero los ceos locales también darían vueltas, como ya lo hizo Milei, ante la consulta de si creen o no en un sistema de vida democrática.
En Argentina, el establishment parece haberse contagiado de la consigna de que sin triunfo de la batalla cultural no hay forma de mantener un modelo que los beneficie con un cambio total de paradigma. Natalio Mario Grinnman, el titular de la CAC, es uno de los que lleva a cada reunión de los mercantiles un pedido de paciencia ante la caída de ventas. La CAC era una de las cámaras que años más quejas tenían sobre los discursos violentos del Estado y el avance constra las instituciones.
Lo propio hacen algunos supermercadistas grandes, entre ellos los Braun de La Anónima, los más consustanciados con la causa. Para ser justos, no son los únicos que van en esa línea. Hace unas semanas, el Consejo Federal de la Cámara de la Construcción (CAMARCO), se reunió para tratar el abandono del mantenimiento de las obras públicas, pero sus directivos apoyan al Gobierno y hacen la vista gorda ante los exabruptos. Tras esa reunión, emitieron un comunicado que asegura que el abandono del Estado de rutas, puentes y obras de energía ponen en riesgo la seguridad de la población. Desde que empezó Milei, la obra pública está suspendida y la privada avanza de manera marginal. Hay 1400 constructoras al borde de la quiebra en todo el país, según cifras de la CAMARCO y hasta gigantes como Roggio han entrado en default. Aquí, la actividad tampoco explica los elogios a la violencia verbal.
QUEMAR LA «INSTITUCIONALIDAD»
En su discurso en Expo EFI Milei también habló de «ñoños republicanos» para referirse a aquellos que le cuestionan avances indiscriminados sobre la independencia de los poderes del Estado. También lo aplaudieron. Es curioso, porque buena parte de este establishment, en tiempos de radicalización del kirchnerismo, habían armado el Foro de Convergencia Empresaria para denunciar lo que veían como avances sobre la república. En aquel Foro había abogados del Colegio de Capital Federal que hoy apoyan a Milei y hasta dirigentes empresarios como el ex Swiss Medical Miguel Blanco, hoy a cargo de la Sindicatura General de la Nación. Desde ese Foro, además, se emitieron innumerables comunicados de independiencia judicial. Ninguno de sus integrantes se expresó por la designación de dos jueces por decreto en el Gobierno de Milei.
En este marco, hay que sumar al análisis otros factores menores evidentes que explican el fenómeno. El primero es que la matriz productiva nacional se transformó y aparecieron nuevos popes vinculados a la rama servicios y la economía del conocimiento que decidieron ignorar la relación con los Estados. El segundo es que el proceso de radicalización discursiva del peronismo alejó a muchos empresarios que antes se peleaban, en el Día de la Industria en Tecnópolis, por comer en la mesa de CFK y elogiarle sus políticas. El tercero es que también las pymes cambiaron el perfil: hoy ya no existe, de manera masiva, la asimilación de la pequeña empresa con los programas económicos pro industria o con contenido social. Esas firmas también aceptan los excesos verbales del Presidente.
Por último, y es éste el condicionante más preocupante, son muy pocos los empresarios conscientes de que la belicosidad del mensaje de Milei alimenta un proceso de violencia que va in crescendo. «Es parte de la poca responsabilidad que tenemos como burguesía, sabiendo que también somos actores centrales del proceso democrático», concluyó uno de los empresarios que están en minoría ante el avance de los ultras.
02/05/2025 a las 10:47 PM
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02/05/2025 a las 11:06 PM
https://youtu.be/AYZSSk5SCsI
PARA QUE LO TENGAN EN CUENTA LOS JUBILADOS.
LO QUE LES PAGARON DE MENOS.