Por Hernán Andrés Kruse.-
El 10 de abril se conmemora el día del investigador científico. La elección de esa fecha lejos está de ser casual, porque un 10 de abril de 1887 nacía en Buenos Aires Bernardo Houssay, el científico más relevante de la Argentina hasta el presente.
Luego de recibirse de bachiller a los 13 años, ingresó a la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la UBA, graduándose a los 17 años. Luego ingresó en Medicina, donde se recibió de médico a los 23 años con una tesis merecedora de un diploma de honor. La lectura del libro de Claude Bernard “Introducción a la medicina experimental” le despertó la vocación por el estudio de las funciones de los seres orgánicos (la fisiología). Dedicó toda su energía y su inconmensurable talento a la investigación en animales del funcionamiento de la hipófisis, sus relaciones con el metabolismo de los carbohidratos y las disfunciones de esa glándula. Sus descubrimientos hicieron posible el avance en el tratamiento de una feroz enfermedad: la diabetes.
En 1919 formó parte de la creación del Instituto de Fisiología que funcionó en la Facultad de Medicina. En 1922 recibió el Premio Nacional de Ciencias por sus investigaciones sobre la acción fisiológica de los extractos hipofisiarios. Un año antes los doctores Frederick Banting y Charles Best aislaron la insulina siendo inyectada por primera vez el 11 de enero de 1922 a un joven que padecía un grave cuadro de acidosis diabética. Estos galenos canadienses, con el apoyo de otros expertos, lograron purificar la insulina obtenida del páncreas ovino. A partir de este hallazgo científico, Houssay se convirtió en el primer investigador en purificar insulina en América Latina.
El 4 de junio de 1943 se produjo un golpe de estado propiciado por el GOU. Houssay fue uno de los firmantes de un manifiesto titulado “Democracia efectiva y solidaridad americana” en un escenario político caracterizado por el antagonismo entre los aliadófilos y los partidarios del Eje. El ministro de Justicia e Instrucción Pública Gustavo Martínez Zuviría acusó a los firmantes de “agitadores antisociales y antiargentinos”. La UBA no soportó la presión del gobierno de facto y expulsó a Houssay. Negándose al exilio, con el aporte de fondos privados tomó la conducción del Instituto de Biología y Medicina Experimental junto a destacados científicos como Eduardo Braun Menéndez, Juan Treharne Lewis, Virgilio Foglia y Oscar Orías.
Houssay recibió el Premio Nobel de Fisiología en 1947 por sus investigaciones y descubrimientos sobre el rol desempeñado por la hipófisis en la regulación de la cantidad de azúcar en la sangre. Compartió el galardón con los investigadores checoslovacos nacionalizados estadounidenses, Gerty y Carl Jovi. Mientras tanto, su cátedra de fisiología en la Facultad de Medicina pasó a denominarse “Fisiología Peronista”. Recién durante la presidencia de Menem logró repararse semejante atrocidad. En 1958 creó el Conicet, al que dirigió hasta su fallecimiento el 21 de septiembre de 1971 (fuente: Infobae, Adrián Pignatelli, 10/4/025).
Buceando en Google me encontré con un ensayo de uno de los discípulos más relevantes de Houssay, el doctor Alberto C. Taquini. Se titula “Bernardo Houssay: cómo lo conocí y lo recuerdo”. Retrata de manera magistral no sólo el aspecto profesional del Nobel de Fisiología sino también su aspecto humano, el más relevante. Escribió el doctor Taquini:
“Ejemplo de conducta, maestro e investigador singular, promotor de la enseñanza superior y de la investigación científica, tutor de generaciones sucesivas, Houssay, sin caer en sentimentalismos, debe ser incorporado al pequeño cuadro de auténticos prohombres argentinos. Sirvió a la nación durante más de 60 años con el poderoso recurso de la ciencia y con su obra contribuyó a prestigiarla en el orden internacional. A medida que los años van alejando su presencia física, Houssay se va transformando en un modelo para los científicos y los universitarios y en un personaje de nuestra historia para la mayoría de los argentinos. Aulas, Institutos, Hospitales, una Plaza solar que ocupó el recordado Hospital de Clínica por la vieja y mutilada Facultad de Ciencias Médicas, hoy Facultad de Ciencias Económicas, por el Hospital Escuela José de San Martín y por la actual Facultad de Medicina, llevan su nombre.
Las figuras alegóricas “Prevenir” y “Curar” e Hipócrates, Paracelso, Claudio Bernard y Luis Pasteur, de pie en el frontispicio de la Facultad, simbólicamente son un homenaje permanente de la medicina y de la ciencia universales. Para quienes hoy transitan por “su plaza” y para los que seguirán haciéndolo en el futuro queda grabado en el mármol con caracteres indelebles, “Bernardo Houssay 1887-1971. Insigne médico y fisiólogo argentino. Académico y Doctor Honoris Causa de las más importantes Universidades del Mundo. Docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires. Sus relevantes investigaciones lo hicieron merecedor entre otros del Premio Nobel de Medicina y Fisiología 1947”. Síntesis apretada de lo que al fin ha de perdurar; porque, aunque sea triste reconocerlo, los años borrarán paulatinamente lo perecedero: su personalidad, sus desvelos, sus virtudes, el fruto de su experiencia; convertirán sus trabajos en silenciosos expedientes archivados en los anaqueles y su contribución científica-materia imprecisa-en parte inidentificable del progreso.
Conocí a Houssay en marzo de 1924 cuando asistí a la primera clase del curso de fisiología. Tenía él, entonces, 36 años, hacía tres que ocupaba como titular la cátedra y su prestigio ya se había expandido por todo el ámbito de la facultad, como el murmullo confidente de los barrios. Houssay daba clase en el aula principal del edificio de la vieja Facultad, a la que se accedía desde el primer peldaño de la escalera principal, por una puerta coronada con una gran reproducción del famoso cuadro de Rembrandt “La clase de anatomía”. Era un aula digna, silenciosa y acogedora; vestida de madera con gradas empinadas. Lucía en el frente un gran pizarrón enmarcado por dos puertas; encima de él otro cuadro clásico: “El médico y el niño enfermo”; delante, una larga mesa.
En pocos minutos todos los asientos se cubrieron de alumnos y los pasillos central y superior se llenaron con los rezagados. A las 11 en punto apareció Houssay por una de las puertas del frente, sin que casi se lo sintiera. Vestía un guardapolvo blanco cerrado hasta el cuello con tablones y cinturón. Su cara era serena y poco expresiva; como si estuviese de paso, sus ojos, detrás de lentes con armadura de acero, parecían no mirar. Sin preámbulos entró directamente en tema: su voz era monocorde, se movía poco y sus ademanes eran casi imperceptibles. Sin embargo su exposición se hizo clara y penetrante. A las 12 horas, puntualmente, dio por terminada la clase. Como todos, dejé el aula sin esa euforia que deja el orador lúcido, pero con la profunda sensación de haber aprendido. Le seguí durante todo el año desde el mismo asiento y cada nueva clase que le escuchaba más crecía mi interés por la fisiología.
Poco antes de terminar el curso, Houssay viajó a España. Le reemplazó en la Cátedra su discípulo preferido, Juan T. Lewis, que en ese entonces era un muchacho, pero que ya había dado muestras de laboriosidad, bonhomía e inteligencia. El interinato de Lewis duró muy poco. La trágica muerte de O’Farrel, practicante del Hospital Parmenio Piñero-triste derivación de los tradicionales manteos estudiantiles-llevó a la inmediata supresión del internado en los Hospitales municipales, medida que derivó en huelgas y tumultos estudiantiles que condujeron al cierre de la facultad al promediar el mes de octubre.
Recién en marzo de 1925, a la finalización del período de vacaciones, la facultad reabrió sus puertas para exámenes. En ese entonces fisiología se estudiaba conjuntamente con física biológica, materia que estaba a cargo del profesor Raúl Wernicke y con química biológica, a cargo del profesor Alfredo Sordelli. La mesa examinadora la integraban estos y la presidía Houssay como titular de la materia y director del Instituto. Por la importancia y extensión de la asignatura y por la rigurosidad de los examinadores, Fisiología había pasado a ser la valla más difícil de salvar de la carrera. Para nuestro curso, interrumpido y teñido por disturbios estudiantiles, había adquirido características aterradoras. Houssay daba la impresión que, para él, tomar examen era una obligación que había que cumplir celosamente, con “pulcritud”. Sus preguntas eran precisas, claras, concretas y sus calificaciones justas-.
Con expresión invariable escuchaba contestaciones brillantes y atrocidades; reprobaba o aprobaba. En los muchos exámenes que le vi tornar jamás observé que influyeran el azar para el alumno y las razones de simpatía para su veredicto. La máxima deferencia que le conocí la tuvo con un amigo mío, hijo de uno de los miembros del Consejo Directivo de la Facultad que lo apoyó en la pareja votación en que Houssay ganó la Cátedra de Fisiología. Juntos veníamos cursando los años con regularidad desde el secundario. En ese turno de exámenes de marzo de 1925 mi condiscípulo sufrió el primer traspié; en julio, el segundo y en diciembre, el tercero. Al término de este último Houssay, posiblemente en atención al padre para quien obviamente tenía gratitud, se sintió obligado a darle aliento. Luego de aplazarlo lo llamó y le dijo: “Lo siento pero todavía le falta un poco más”. Probablemente mi amigo ya había dado todo lo que podía dar y dejó la medicina.
Años más tarde, como miembro del Instituto, tuve oportunidad de asistir a muchas clases de Houssay. Siempre fue igual: la misma expresión, la misma voz, la misma forma, los mismos modos; hasta las mismas hojas con apuntes que le hacían de muletilla, hojas que año a año se iban amarillentando y cubriendo en los rincones de notas nuevas; con su misma permanente sólida necesidad de enseñar. Días después de dar examen volví al Instituto de Fisiología para informarme como se cubrían las ayudantías. Houssay me vio, me llamó y cuando le expliqué el motivo que me llevaba me ofreció incorporarme a la cátedra con carácter condicional. Lamentablemente cuando debía hacerlo en forma definitiva motivos de salud me lo impidieron. Cuando le comuniqué que renunciaba a la ayudantía Houssay, en forma que me llenó de dudas, me dijo: “Lo siento porque quizá hubiese llegado a ser un buen colaborador”.
15/04/2025 a las 10:34 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Dólar, votos y precios, los grandes desafíos de Milei
Claudio Jacquelin
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
14/4/025
Después de la sorpresa y las primeras reacciones mayoritariamente favorables, la nueva etapa del programa económico del gobierno de Javier Milei, anunciada el viernes pasado, será puesta a prueba desde este lunes en dos planos, sobre los que abunda la incertidumbre. El test arrancará luego de que el año electoral comenzara este domingo negativamente para el oficialismo en los comicios santafesinos.
En Santa Fe, el ganador fue el gobernador radical Maximiliano Pullaro, apenas un aliado ocasional y condicional, con proyecto propio, mientras que el mayor derrotado fue el peronismo dividido, seguido por la hermana presidencial, Karina Milei, responsable del armado en esa provincia.
En este contexto, los mercados empezarán a dar su veredicto en un match a varias vueltas −cuyos primeros resultados se anticipan inestables hasta encontrar un punto de equilibrio− que este lunes ofrecerán un primer esbozo de lo que los actores económicos esperan y creen.
Ese test, al mismo tiempo, es la variable que con más interés mira la dirigencia política, dado que tendrá consecuencias sobre dos indicadores que suelen impactar fuertemente en el ánimo social y en su mercado natural (el de los votantes).
Se trata de la inflación y la actividad económica, con su correlato en el poder adquisitivo de los salarios y en el nivel de empleo. Nada menos que en un año electoral.
Inflación y empleo son, justamente, dos elementos que en el último bimestre han tenido una performance peor que la pronosticada y esperada por la administración libertaria, como para encender algunas luces de alerta, tanto en lo económico, como en lo político. La urgencia de cerrar con el FMI y levantar el cepo no tuvo solo que ver con las presiones cambiarias de las últimas semanas. Habían empezado a oírse algunos ruidos en la economía real.
Por eso, Milei necesita que se cumplan sus pronósticos optimistas y la cotización del dólar no empiece presionando el techo de 1400 pesos de la flamante banda cambiaria y se estabilice rápido lo más cerca posible del piso de 1000 pesos.
Para el Gobierno es imperioso que el nuevo valor del mercado no ejerza presión sobre los precios de bienes y servicios (el famoso pass through) después del salto inflacionario de marzo. Sobre todo, en el sensible rubro de alimentos y bebidas.
Los primeros datos relevados este mes y las previsiones iniciales de las principales consultoras no arrojan perspectivas cercanas de mejoras (más bien lo contrario), lo que no ofrecería el mejor escenario para el primer gran desafío y la gran apuesta política del oficialismo, como son las elecciones porteñas.
Será la del 18 de mayo una disputa crucial en la que La Libertad Avanza se propone dar un salto cuántico para terminar de eclipsar al macrismo y quedarse con el monopolio del electorado que va de la centroderecha a la derecha.
La política ocupará, además, un sitio preponderante para darle o no sustentabilidad, previsibilidad y consistencia a la nueva etapa del programa económico durante un año de elecciones. Como se sabe, es un período en el que los incentivos para la cooperación siempre suelen ser menores que los que existen para el regateo o la confrontación. Aunque el estado de fragmentación partidaria y la crisis de representación de la oposición ofrecen un panorama atractivo para el Gobierno. Siempre y cuando no equivoque el método, no sobreestime sus capacidades ni subestime a los adversarios.
El acuerdo con el FMI exige algo más que la convicción, la decisión y la voluntad del Presidente y sus colaboradores, que ya han dado muestras sobradas de ser sólidas, aunque también flexibles cuando la situación lo ha requerido.
Lo comprometido con el prestamista que acaba de ampliar su exposición en la Argentina, más allá de lo que muchos auguraban, demanda para su cumplimiento una alta cuota de capacidad de acción, de poder político y de precisión destinada a concretar varias reformas estructurales, que si bien siempre fueron ejes del proyecto original de Javier Milei, ahora forman parte del contrato de rescate firmado con el Fondo. Y son atributos en los que la gestión libertaria ha mostrado más flaquezas que fortalezas.
Hasta ahora, la Argentina no ha conseguido en esas temáticas tan nucleares en lo económico y social transformaciones de fondo en su historia reciente.
Por el contrario, han sido objeto de cambios cosméticos o transitorios, con más retrocesos que avances, a pesar del agotamiento evidente que tiene el modelo vigente. Desde Raúl Alfonsín hasta Mauricio Macri, en sus diversas variantes y enfoques, nadie lo ha logrado. Y mucho menos sin atravesar situaciones de alta conflictividad que terminaron jaqueando su gobierno y su futuro político.
La mayoría de esas reformas, como la previsional, la laboral y la de la coparticipación, deben pasar por el filtro del Congreso, que le ha provocado dos duras derrotas al Gobierno en las últimas dos semanas.
A favor de Milei juega que las condiciones objetivas y subjetivas de la Argentina de 2025 son bastante diferentes a las de los últimos 42 años, gracias, en gran medida, a las defecciones de los predecesores del actual presidente, aunque él ha hecho mucho con su aparición en el escenario político y su audaz determinación en el ejercicio poder, que, a veces, raya lo temerario y hasta lo excede.
También es cierto que la vulnerabilidad del país sigue siendo muy elevada en un momento en el que el orden mundial está en profunda revisión, acelerada por Donald Trump, el amigo del Presidente. Del compromiso entre ambos pelucones hablará hoy la presencia en el país del poderoso secretario del Tesoro, Scott Bessent, que llegará en medio del tembladeral económico-financiero provocado por la declaración de guerra comercial de Trump.
Si, además de foto (y video), la visita deja anuncios de apoyos contantes y sonantes, como sugieren fuentes oficiales, el camino para los libertarios se podría allanar un poco más en lo económico-financiero y en lo político-electoral.
UNA MODERACIÓN NOVEDOSA
Por otra parte, el acuerdo con el Fondo, las condiciones impuestas y el comienzo del año electoral parecen haber dado ya algunos frutos preliminares, al menos en el plano discursivo y gestual del Presidente.
El tono y las expresiones usadas por Milei en la cadena nacional del viernes para explicar el excepcional acuerdo con el FMI reflejan un cambio, el menos en lo aparente y de cuya durabilidad nadie tiene certezas. Los antecedentes invitan al escepticismo. Los que lo conocen de chiquito saben cuál es la versión que mejor representa al verdadero Milei.
Un anticipo del cambio de modos se había advertido el día anterior, durante la apurada visita que Milei hizo a Paraguay. El objetivo fue unir fuerzas con su par Santiago Peña para imprimirle un sesgo más aperturista al Mercosur y ajustar aranceles a la medida de lo que exige Trump, frente al eje poco libremercadista que integran el brasileño Lula Da Silva y el uruguayo Yamandú Orsi. Es otro compromiso asumido con la administración Trump y tema de la charla que este lunes tendrá con Bessent.
En ambos casos, Milei se expresó en un tono varios decibles más bajos y con palabras mucho menos provocativas de los que suele usar en cualquier atril de cualquier lugar del mundo y ante cualquier audiencia.
A eso sumó el detalle nada menor en lo simbólico de que sus alocuciones, en Paraguay y en la cadena nacional, tuvieron la excepcionalidad de no culminar con el grito de guerra que usa desde que llegó a la política. No hubo “¡Viva la libertad, carajo”.
El tono y la ausencia de ese latiguillo no fueron las únicas novedades incorporadas a esos discursos.
También resaltaron las expresiones componedoras y, en el caso de la cadena nacional, tolerantes con sus adversarios. “Este tren del progreso ya está en marcha. […] Pero no queremos que sea un viaje para pocos, […] nuestra ambición es que ningún argentino se quede afuera”, incluidos “liberales, peronistas radicales, del Pro. No importa a quién votaron. No importa, inclusive, si han conspirado para que este gobierno fracase”, dijo en uno de los últimos párrafos. No faltaron diatribas contra los gobiernos que lo precedieron, pero, dados los antecedentes, resultaron críticas casi académicas.
El futuro dirá si se trató apenas de un arresto de magnanimidad de esa que suelen generar los momentos felices hasta en los líderes menos tolerantes. O si fue parte de una revisión de prácticas con sentido estratégico, motivada por la comprensión de que todavía las metas quedan lejos, que hay demasiados desafíos pendientes y que para alcanzar los objetivos asumidos necesita de una base de sustentación más amplia de la que tiene su en lo político institucional.
¿Habrá un Milei en la campaña 2025 diferente del que tuvo éxito en 2021 y 2023? No parece tener incentivos suficientes para que el presidente componedor de estos días sea, lamentablemente, más que una versión limitada.
El comportamiento de los mercados y los resultados de la sucesión de elecciones provinciales, que en Santa Fe acaban de empezar (mal para el oficialismo) serán los primeros exámenes que podrían dar alguna pista para develar esa incógnita.
TROPIEZO EN SANTA FE
Aunque el caudal de votos obtenidos fue menos abultado del que preveía, Pullaro puede jactarse de su victoria, así como Karina Milei no puede despegarse de la derrota. Son las dos caras salientes del proceso electoral de Santa Fe, con efectos en varios planos.
Por un lado, reinstala al gobernador santafesino en el plano nacional, con la ventaja de no ser un pato rengo muy pronto ni tener que apurar sus tiempos políticos.
Si, como todo indica, la convención reforma la Constitución y habilita la reelección del gobernador, se le abrirán más posibilidades de consolidar su proyecto político.
Pullaro será a partir de ahora otro de los mandatarios provinciales que le desearán y buscarán ayudar a Milei a tener una gestión solo moderadamente exitosa. El objetivo es que impida el regreso de las expresiones del pasado, en especial, de las más representativas del manual populista, pero no tan exitosa como para obturar el ascenso de figuras menos excéntricas.
Por otra parte, abrirá dilemas puertas adentro del oficialismo. En primer lugar, porque el triunfo de Pullaro en gran medida se debe a la baja estrepitosa de la violencia y los homicidios en Rosario, relacionados con la narcocriminalidad. Y en ese punto no puede desconocerse el apoyo del gobierno nacional, aunque pueda no ser tan decisivo como lo pregona la ministra Patricia Bullrich y lo relativiza el gobierno provincial.
Habrá que ver cómo metaboliza la Casa Rosada la casi poca rentabilidad que obtuvo de esa inversión y qué podría haber hecho o hacer en las elecciones nacionales de octubre para capitalizarla mejor.
Ese interrogante vuelve a iluminar a Karina Milei y, por contraste, a Santiago Caputo, cuya estrategia era diferente. La buena elección realizada por Amalia Granata, cuyo mensaje cala en un electorado muy similar al de los libertarios, profundiza diferencias. De haber llegado a un acuerdo habrían acumulado un cuarto del total de votos, se habrían ubicados como segundos lejos de los demás contendientes y se habrían instalado como una opción opositora mucho más sólida de cara al futuro.
Las elecciones por venir, especialmente, la de la ciudad de Buenos Aires dirán cómo sigue el proyecto de ampliación del poder político libertario y la consolidación de su gobierno. Por ahora, las expresiones derrotadas en 2023 lo siguen asistiendo. Macristas en fuga y kirchneristas en guerra civil hacen un aporte cotidiano a la campaña y la sostenibilidad del plan libertario, aunque a veces parezca lo contrario.
Mucho dependerá de la evolución del dólar, los precios y los votos.
15/04/2025 a las 10:40 AM
lA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
De la furia a la euforia de Milei, inquietud en el PRO y presagios de una derrota K en provincia
Walter Schmidt
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
14/4/025
“Hemos acordado con el FMI adelantar los fondos necesarios para garantizar el cumplimiento del programa financiero del año próximo. Apunta a eliminar cualquier incertidumbre que se hubiera generado ante el empeoramiento del contexto internacional”. Las palabras no son de Javier Milei sino de Mauricio Macri en agosto del 2018 cuando consiguió, también a partir del apoyo de Donald Trump que transitaba su primer mandato, el adelanto del desembolso previsto para 2019.
Está claro que el contexto político es totalmente distinto; había déficit fiscal y no había cepo cambiario, aunque la inflación en aquel momento era similar a la de marzo de este año. Lo que nunca deja de sorprender es la relación cíclica de amor y odio, que el país tiene con el Fondo Monetario.
En cinco días el Gobierno de Milei pasó de una seguidilla de derrotas en el Congreso donde la oposición volteó los pliegos de los jueces propuestos para la Corte Suprema y creó una comisión para investigar el escándalo cripto, a la euforia del viernes por haber confirmado el acuerdo con el Fondo por US$ 20 mil millones, pero sobre todo por la dimensión del primer desembolso de US$ 12 mil que lo llevó a anunciar el levantamiento parcial del cepo porque beneficia a las personas, no a todas las empresas.
Quien lo ha explicado en los últimos días es la economista Marina Del Poggetto. “Convengamos que acá no está saliendo del cepo, está dando mayor flexibilidad a las personas humanas. Para las empresas el cepo se mantiene bastante en sintonía”, asegura. Apunta que las empresas no pueden comprar los dólares que quieran -salvo para importación- y que recién podrán ver liberadas sus utilidades en 2026, a partir de los balances del 2025.
Milei sabía desde mucho antes lo que haría. “Cuando anuncie el acuerdo con el Fondo, levanto el cepo”, anticipaba el libertario a mediados de marzo en una reunión privada.
Ese anuncio opacó, lo que en la Casa Rosada fue interpretado como un éxito, la reacción negativa que generaría el salto de la inflación del 2,4% de febrero a 3,7% en marzo, con proyecciones de que sea mayor en abril.
En medio de la campaña electoral, un político aliado del oficialismo cree que “hay que esperar un poco para ver si esa euforia del Gobierno, del círculo rojo y los empresarios se consolida, porque la inflación va a estar en la gente”.
La Casa Rosada sabe que la marcha de la inflación es vital para conseguir un triunfo electoral en octubre, en ocasión de los comicios nacionales para diputados y senadores.
En cuanto a las elecciones por distrito, la Ciudad sigue siendo la primera de las dos grandes batallas políticas junto con provincia de Buenos Aires. Por eso hay inquietud en el oficialismo porteño que encarna el jefe de Gobierno, Jorge Macri, pero también el ex presidente Macri, que en cinco semanas se juega la supervivencia de su espacio.
Ese estado de tensión es alimentado por algunas encuestas que ubican a Silvia Lospennato en tercer lugar, aunque falta mucho y las consultoras coinciden en que todavía los porteños no se pusieron en “Modo elección”.
Eso genera alguna tirantez hacia dentro, como quienes señalan a Diego Santilli, por no haber asistido al acto de lanzamiento de la campaña PRO en el Planetario. “Estuvieron todos, hasta Gabriela Michetti. A Diego lo llamaron pero se ve que estaba sin señal”, ironizan.
Diego Santilli y Mauricio Macri, años atrás.Diego Santilli y Mauricio Macri, años atrás.
Cerca del diputado nacional recuerdan que antes de ese acto se reunió con Mauricio Macri, que le preguntó sin filtros si era verdad que ya había arreglado con La Libertad Avanza en la provincia. Santilli -según contó en un encuentro- enfatizó que no, y se comprometió a promover un acuerdo entre ambos partidos, no a modo personal, como cuando en el 2021 quiso sumar a José Luis Espert y no pudo. También, afirman, le adelantó a Macri que no iría al lanzamiento.
Algunos macristas memoriosos recuerdan una situación similar a la actual. Hoy hay una dura confrontación de los libertarios con los macristas por la Ciudad, pero hablan de alianza en la provincia. Pero en 2015 cuando ganó Cambiemos con la alianza del PRO, la UCR y la Coalición Cívica, en la Ciudad Horacio Rodríguez Larreta tuvo que enfrentar en un duro balotaje a Martín Lousteau, radical.
Actualmente el PRO cuenta con siete diputados nacionales en representación de la provincia. Saben que dejarán de tenerlos porque ya sea en coalición con LLA o solos, no repetirán esa cantidad de votos. El otro dato que maneja el macrismo bonaerense es que los libertarios arrancan con un piso de 20 puntos en todas las secciones electorales. Sumado a los 7 puntos que mediría el partido amarillo solo, sería un buen comienzo. Pero no está claro si les alcanza para vencer al peronismo. Algunos operadores interpretan que en ese frente debe sumarse también a los radicales.
Será clave lo que ocurra con la disputa entre el gobernador Axel Kicillof y Cristina Kirchner, tras la decisión de desdoblar la elección en la provincia. Circula por estos días una encuesta en el peronismo bonaerense que deja en claro cómo y por cuánto perdería si fuera dividido. En casi todas las secciones. En cambio, de ir unidos, la elección se proyecta similar a las legislativas del 2021 en la que Juntos por el Cambio venció por apenas un poco más de un punto; con el PJ ganando en la Tercera sección electoral, peleando cabeza a cabeza en la Primera y con Milei imponiéndose en el interior.
Un dirigente peronista de trayectoria cree que finalmente habrá una confluencia de los distintos sectores porque el polémico proyecto K en la Legislatura bonaerense para que haya elecciones concurrentes se va a terminar cayendo, y que lo ocurrido hasta ahora es “fuego de artificio”.
Todo parece estar desfasado de la realidad. Ni el FMI es ahora el salvador, ni la inflación está controlada del todo; el resultado de la elección porteña quizás no le cambie en nada la vida a los vecinos; y la disputa en el kirchnerismo por la provincia tal vez no sea tan rupturista como amenazan.
El cantante y poeta canadiense Leonard Cohen decía que “a veces uno sabe de qué lado estar, simplemente viendo quiénes están del otro lado”. Posiblemente ese sea por ahora, y hasta que millones de argentinos no perciban una mejora significativa de su poder adquisitivo, el principal capital político del Gobierno.
15/04/2025 a las 10:44 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Scott Bessent se probó la banda y el bastón, felicitó a su mejor alumno y marcó la cancha respecto a China
Melisa Molina
Página/12
15 de abril de 2025
El primer día hábil después de haber anunciado un nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, la flexibilización del cepo y una inflación de de 3,7 puntos, el Gobierno recibió en Casa Rosada al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent y, como si estuvieran de fiesta, desde el oficialismo compartieron fotos del presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo a las carcajadas y dándose abrazos. Si bien en Balcarce 50 especulaban con que Bessent traería bajo el brazo un refuerzo de financiamiento para la Argentina a través de una línea de crédito especial del Tesoro, nada de eso ocurrió. Interesado, entre otras cosas, por los recursos naturales del país, el funcionario de Donald Trump aterrizó en Buenos Aires para monitorear el trabajo de sus mejores alumnos, felicitarlos por el «triple ajuste» que están llevando adelante en contra de las mayorías populares y marcar territorio en el medio de su enfrentamiento comercial con China. Pidió, además, que la Argentina cancele el Swap.
Milei, que se rebajó a dar una declaración conjunta con el secretario del Tesoro (cuando correspondía que eso lo haga el ministro de Economía, no el Presidente de un país, que tiene un rango mayor), no solo le regaló ese gesto, sino que además dejó hablar al estadounidense primero, como si él fuera el dueño de casa. En su discurso leído, el argentino le pidió perdón al secretario del Tesoro porque el país le dijo no al ALCA en 2005, le rogó por una «reconciliación» y gritó en Inglés: «We are make Argentina great again». Horas después, en medio de la devaluación después de los anuncios del viernes, el vocero presidencial Manuel Adorni compartió una foto de Milei, Caputo y el equipo del ministerio de Economía riendo a carcajadas y dándose abrazos. «Nerviosismo total en el gobierno”, escribió jocoso.
Desde el Gobierno, después de cerrar un nuevo préstamo con el FMi, que seguirá sometiendo al país durante décadas, dijeron que festejaban por «terminar con el cepo». «Hoy la Argentina está viviendo su propio día de liberación tras 15 años de control de capitales. Hoy nos hemos desecho para siempre de ese yunque», leyó Milei junto al secretario del Tesoro de Estados Unidos, que esbozaba una sonrisa. Luego, la oficina del Presidente subió en X una foto del equipo económico, con Milei en el centro, y puso «el equipo que destruyó el cepo cambiario en Argentina», haciendo referencia a la flexibilización del mismo.
En la declaración conjunta, en tanto, Milei consideró que está forjando con el país del norte «una sociedad», obviando la diferencia que hay en la relación de poder que nos desfavorece y, como si hiciera falta aclararlo, confirmó que se siente «un aliado firme de Estados Unidos en la región». «Creemos que los semejantes tienen que trabajar juntos, tanto para prosperar como para protegerse mutuamente por eso la Argentina tiene la intención de ser un aliado firme de los Estados Unidos», leyó. Por último, calificó a Latinoamérica como un territorio «asediado hace años por el virus del socialismo».
BESSENT BENDICE EL PROGRAMA
Bessent, orgulloso de su mejor alumno, pero sin hacer ningún tipo de anuncio económico, felicitó a Milei por «ser el hombre que reconoció que el Estado no era la solución, no el problema, y se enfrentó al establishment». También lo congratuló por «reprivatizar la economía» y auguró «un auge masivo de inversión extranjera directa». «Bajo el liderazgo de Milei la Argentina y Estados Unidos comparten valores similares», destacó y añadió que el gobierno de Trump siente «optimismo respecto de la nueva Argentina porque marca una ruptura con el pasado». «Creo firmemente que Milei puede asegurar una transformación económica y confío en que él podrá llevar este país nuevamente a la era dorada», finalizó.
En los detalles que se conocieron del Staff Report del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional –para el que Milei dijo que Bassent colaboró–, el organismo reconoció que tiene «altos riesgos financieros» con el caso de la Argentina por la cantidad de dinero que le prestó en el último tiempo, también elogiaron la «desregulación» que está llevando a cabo el ministro Federico Sturzenegger, mencionaron de la necesidad de una reforma previsional para el año que viene, de «contener» los salarios, de la reducción de subsidios y añadieron que hay que incrementar las exportaciones de energía y minería, además de privatizar las empresas estatales.
En una entrevista que, luego de la declaración conjunta Bessent dio a un medio estadounidense, el secretario del Tesoro recordó que el FMI le asignó al país 20 000 millones de dólares y el Banco Mundial 12 000 millones y remarcó que él quería venir «para mostrar mi apoyo al presidente Milei y su compromiso con lo que considero histórico para rescatar a Argentina del abismo». Ante la consulta de si el gobierno de Estados Unidos está evaluando un esquema de aranceles cero con nuestro país, respondió: «Vamos a empezar las negociaciones y, al igual que con todos los demás países, les digo que traigan su mejor juego, veremos lo que tienen y seguiremos a partir de ahí».
En otro tramo de la entrevista, el secretario del Tesoro se refirió al Swap que la Argentina tiene con China. Dijo: “Tienen un Swap de crédito de 18.000 millones de dólares en yuanes. Argentina, bajo el anterior gobierno peronista, obtuvo 5.000 millones de dólares, y esa cantidad seguirá pendiente. Los chinos mostraron un gran esfuerzo tras el anuncio, o en conjunción con el del FMI, por lo que se extenderá un año. Creo que, a medida que esta administración mantenga su política económica inflexible, deberían eventualmente tener suficientes entradas de divisas para poder pagarlo”. Además, descartó una línea de crédito directa del Tesoro.
Esas declaraciones de Bessent van en línea con las que hizo la semana pasada el enviado especial de los Estados Unidos para América Latina, Mauricio Claver Carone. Él dijo que no quería «entrometerse», en medio de las negociaciones que estaba llevando a cabo la Argentina con el Fondo Monetario, pero aclaró que Estados Unidos quiere «que termine la famosa línea de crédito que tiene Argentina con China». Y agregó: «Lo que queremos asegurarnos es que ningún acuerdo al que se llegue con el Fondo Monetario termine prolongando esa línea de crédito o ese Swap que tienen con China».
Bessent añadió: “Lo que intentamos evitar (con Latinoamérica) es lo que ha ocurrido en el continente africano, donde China ha firmado varios acuerdos rapaces que se presentan como ayuda, donde se han apropiado de derechos mineros y han añadido enormes cantidades de deuda a los balances de estos países”. El funcionario de Trump mantuvo un rol destacado en medio de la guerra comercial que desató el gobierno de Estados Unidos y, en las últimas semanas, también viajó a Ucrania.
Con un particular interés por los recursos naturales estratégicos del país, entre ellos, el litio, el funcionario de Estados Unidos llegó por la mañana a Buenos Aires. Almorzó en el Palacio Bosch –la residencia del embajador en el país– con empresarios y CEO ‘s de empresas estadounidenses con importantes inversiones en el país. Luego se dirigió al ministerio de Economía para reunirse con el titular de la Cartera, Luis Caputo, con quien estuvo cerca de una hora. De allí se subió a una camioneta, e ingresó por el salón de los bustos a la Casa Rosada para encontrarse con Milei.
La Plaza de Mayo amaneció vallada y algunas calles cortadas por el importante operativo de seguridad. La Casa Rosada estaba rodeada de efectivos de la Policía Federal y personal de Casa Militar que, dentro de la casa de gobierno también bloqueó pasillos e ingresos a distintos salones a la prensa acreditada.
Antes de recibir a Bessent, el presidente se reunió en su despacho de Balcarce 50 con empresarios que viajaron junto al secretario del Tesoro. Se trató de Robert Citrone, inversor “billonaire” y fundador del Grupo Discovery, con activos en el país; Matt del Orfano, experto en economía argentina de Citrone; Matt Schlapp, presidente de Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y Soledad Cedro, CEO de CPAC Argentina y socia en Tectic, empresa de lobby de EEUU.
Tras la reunión con el secretario del Tesoro, desde la Cámara de Comercio Americana en Argentina (AmCham) emitieron un comunicado con elogios en el que subrayaron: «Como socio estratégico, Estados Unidos sigue siendo fundamental para las aspiraciones de Argentina de progreso a largo plazo. La comunidad empresarial estadounidense, representada por AmCham, está dispuesta a contribuir activamente a este proceso».
15/04/2025 a las 10:50 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei y el FMI nos devalúan
Gabriel Solano
Prensa Obrera
15/4/025
Los últimos días han sido muy movidos en términos de noticias económicas.
¿Cuál es el dato más importante de lo que pasó la semana pasada? Que el gobierno venía en declive, un declive muy pronunciado porque sistemáticamente estábamos asistiendo a una caída de las reservas del Banco Central, estábamos frente a una fuga de capitales que se iba agudizando, un incremento de la brecha cambiaria -llámese brecha cambiaria a la diferencia de cotización entre el dólar oficial y los dólares alternativos- y todo esto combinado con un recrudecimiento del proceso inflacionario que ya habíamos tenido una manifestación de eso cuando se conoció la inflación de febrero, se conoce en de marzo, que había habido un pequeño salto del 2,2% al 2,4%, pero que el viernes pasado tuvo un fuerte salto. Esta vez ya no fue pequeño, fue un fuerte salto, porque pasamos de un 2,4% en febrero a un 3,7% en el mes de marzo. Un 3,7% que tenía su epicentro más grande en el incremento de los precios de los alimentos que llegó al 5,9%, casi un 6%.
Y ustedes saben que el precio de los alimentos determina fundamentalmente las canastas con las cuales se mide la pobreza y sobre todo la indigencia, porque las personas que menos ingreso tienen dedican casi la totalidad de esos pocos ingresos a poder comer. Cuando incrementan mucho los alimentos sube la pobreza, sube la indigencia.
El gobierno estaba en una situación muy difícil porque como resultado de la corrida, como resultado de la pérdida de reservas, como resultado del proceso inflacionario que se recrudeció, también fue colocando un incremento de lo que se llama riesgo país.El riesgo país es el diferencial de tasa de interés que paga el Estado argentino. Si uno compara los títulos que emite con los que emite el gobierno norteamericano esto se llama riesgo país, y el riesgo país que había bajado a 450 puntos en un momento, y el gobierno festejaba, ya estaba orillando los 1.000. Y ¿qué valor tiene que llegue a 1.000 el riesgo país? Básicamente que Argentina no podía pagar la deuda y por lo tanto un gobierno, el de Milei, un gobierno de un «libertario» supuestamente alineado 100% con el capital financiero, estaba en un serio riesgo de caer en default porque no podía pagar la deuda. Nadie en el mercado, como se suele llamar, le iba a prestar al gobierno y por lo tanto no podía refinanciar esa deuda. Y Argentina veía el default.
Entonces sucedió que Argentina tuvo que ir corriendo a pedir un rescate del Fondo Monetario Internacional. No es un hecho nuevo en Argentina, es el 23° acuerdo que tiene Argentina con el Fondo Monetario, el primero fue bajo el gobierno de Frondizi en la década del 50, si no me equivoco, fue el año 58, y a partir de ahí para acá hemos tenido sistemáticamente acuerdos con el Fondo Monetario. Por eso en Argentina el Fondo Monetario es tan, tan popular, por lo malo, por lo negativo, ha sido tan criticado, pero no es un hecho nuevo y en los últimos años hemos tenido varios acuerdos con el Fondo Monetario.
Este acuerdo con el FMI, ¿en qué consiste? Esencialmente consiste en que el FMI le preste a la Argentina unos 20 mil millones de dólares adicionales a lo que ya le prestó bajo el gobierno de Mauricio Macri. Argentina tiene una deuda aproximadamente de unos 45 mil millones con el Fondo Monetario -ahora se achica un poco porque se fue pagando, estaba en 40 mil millones- y ahora se suman 20 mil millones más, a lo cual hay que agregarle obviamente el pago de los intereses, este es el capital, hay que sumarle los intereses. Y el gobierno dijo que estos 20 mil millones -ahora llegan 12.000 y va a haber un cronograma de desembolso posterior- iban a ser utilizados para que el Tesoro, el gobierno, le compre el Banco Central unos títulos que le dio en su momento, unas letras que le dio, intransferibles, de manera tal que el Banco Central se recapitalice.
Entonces el gobierno dice no crece la deuda, no tenemos más deuda del Estado, porque tenía una deuda de gobierno con el Banco Central y ahora la cancelamos y pasamos a tener una deuda del gobierno con el Fondo Monetario Internacional. Como si estuviésemos en un colegio secundario una operación de simplificación: crece dos por un lado y disminuye dos por otro, la deuda queda igual. La operación de simplificación no aplica para este ejemplo, ¿por qué no aplica para este ejemplo? Porque esos bonos, esas letras intransferibles del Tesoro que tenía el Banco Central, eran algo que no se pagaba y de hecho fue mandado como deudor incobrable una parte importante, se cancelaron sin pagar. En cambio, ahora la deuda con el Fondo Monetario sí se paga. Y como pasa a ser una deuda del Tesoro, ¿quién la va a pagar? La tiene que pagar el gobierno con la recaudación impositiva o con nueva deuda. Por lo tanto, la pagan todos los contribuyentes. Y en Argentina los contribuyentes fundamentalmente son los trabajadores que, a través de impuestos al consumo de diverso tipo, son los que financian al Estado. Mientras que esa deuda al Banco Central no se pagaba.
Entonces, tenemos acá una transferencia de deuda que es gravosa para el pueblo argentino y es gravosa porque tiene que ser pagada justamente por los trabajadores. Ahora, junto con esa deuda, ocurrió otro hecho que es muy importante que es que el Fondo Monetario -y por eso se tuvo negociando hasta tanto tiempo- condicionó la entrega de este dinero a que el gobierno de Milei devalúe su moneda.
Y Milei venía diciendo, si uno veía en los días previos, una serie de gansadas difíciles de aceptar. Por ejemplo, decía que tantos dólares tenía el Banco Central, tanto en sus reservas, que, si quería comprar la totalidad de la base monetaria la iba a comprar a $600 el dólar. Es decir, que lejos de haber una tendencia a una devaluación Milei describía una tendencia a la revalorización del peso. Esto lo dijo hasta hace unos días atrás, digo, para tomar lo de Milei con muchísimas prevenciones y lo que dicen su, digamos, círculo más áulico, cercano, porque dicen una serie de tonterías para engañar a la población. Milei describe un escenario de apreciación cambiaria del peso y de depreciación del dólar. Bueno, ocurrió lo contrario.
El acuerdo con el Fondo Monetario establece de entrada lo que se llama un sistema de bandas, por el cual el Banco Central no puede intervenir hasta que el dólar toque el techo de los $1.400. Entonces habilita una devaluación monetaria aproximadamente del 30%. Uno está viendo ahora todos los medios de comunicación están hablando de cuánto está el dólar hoy, mañana o pasado: no le demos importancia a ese hecho, son cuestiones menores; quienes han visto la experiencia que digo los últimos 20 años saben que estos acuerdos inicialmente parecen funcionar.
Estos acuerdos, las primeras semanas parecen que terminan, de una u otra manera, normalizando las variables económicas y financieras, pero rápidamente se pone de manifiesto que no conducen a nada y se producen crisis importantes. Lo hemos visto con Macri en el año 2018, lo hemos visto en el gobierno de De la Rúa, ni que hablar cuando se anunciaban megacanjes, blindajes y compañía, que las primeras semanas todo el mundo sacaba pecho felicitándose por el éxito de esta medida, pero que rápidamente mostraron su insolvencia, y acá estamos en una situación similar.
Esta devaluación monetaria, ¿qué es lo que va a crear de entrada? Lo que va a crear de entrada es más inflación. Si tuvimos un 3,7% de inflación en el mes de marzo, sin devaluación, es obvio que con una devaluación ejecutada que puede llegar de 30% en su primera fase vamos a tener índices inflacionarios más altos.
En estas horas hay una campaña de los mileístas diciendo que no hay inflación porque inflación es la suba de todos los precios, lo que hay acá es un reacomodamiento de precios relativos. Admitamos esto por un momento. ¿Qué significa? Significa que los precios internamente se tienen que readecuar qué precio sube y qué precio baja. Bueno, el precio que sube es el precio de la mayoría de los bienes y servicios, salvo un precio que seguramente no está subiendo, sino que está bajando relativamente; ¿cuál es ese precio? El salario. Lo que se llama una readecuación de precios relativos no es otra cosa que una confiscación de los trabajadores, porque suben los alimentos, suben los servicios, sube todo y no sube el salario, que estuvo incrementándose al 1% en las paritarias firmadas por la burocracia sindical, mientras la inflación sistemáticamente iba del 2 al 3% y hoy está cerca de cuatro y en abril quizá esté en cinco.
Entonces, lo que hay es un proceso de confiscación. El gobierno dice ¡no!, hemos levantado el cepo. Mentira, el gobierno no levantó el cepo cambiario. La habilitación de compra de dólares es para las personas físicas, no es para las personas jurídicas, no pueden comprar las empresas ni tampoco puede liberalizar lo que ellos llaman las ganancias, los dividendos que tienen que ir al exterior y su monto no está.
No se ha levantado el cepo, sino que solamente ha tomado una medida parcial. Entonces la lluvia de inversiones que el gobierno está anunciando, por el levantamiento de un cepo que no se levantó, también es falsa. Y esto hay que leerlo y esto es clave en el contexto internacional.
Hoy está en la Argentina un personaje muy pesado de Estados Unidos. es el cargo equivalente a nuestro ministro de Economía, que es el secretario del Tesoro, Bessent. ¿A qué viene? Viene a discutir las condiciones que pone el gobierno norteamericano, Trump en particular, para la negociación de los aranceles. Y esas condiciones están en parte en el acuerdo con el Fondo Monetario y en parte en cosas que pide directamente Estados Unidos. Ya se dijo reforma laboral: si uno lee la letra chica de acuerdo del FMI, establece en un lugar una reforma laboral que especialmente modifique la forma de egreso del trabajo, es decir, el régimen de indemnización; que modifique el régimen previsional, estratégicamente quieren volver a la jubilación privada, quieren incrementar la edad jubilatoria para mujeres y también para los hombres, un tema importante. Tres, cambiar el régimen federal del país tratando de que los impuestos especiales que cobra el Estado nacional se los quede el Estado nacional para pagar la deuda y que no se coparticipen a las provincias y eso indirectamente es un ajuste a la salud y a la educación que están en manos de las provincias, un tema importantísimo. Cuarto, lo denunciamos la otra vez, dicen en particular que hay un debate sobre la propiedad intelectual, las licencias de las patentes medicinales y de los laboratorios que Estados Unidos quiere cobrar. Cómo es la obra pública que pretenden monopolizar para los monopolios norteamericanos e incluso cuestiones más geopolíticas como el manejo de la hidrovía, la base militar en Ushuaia que pide Estados Unidos para sí y apartar a China de una presencia de Argentina, algo muy difícil de lograr porque China hoy, con su swap, tiene prácticamente el 50% de las reservas del Banco Central y además porque la economía argentina por los bienes y servicios que exporta no es complementaria con la de Estados Unidos, compite con Estados Unidos y sí lo es con China, a la cual le vendemos nuestra mayor parte de la producción primaria.
Entonces, esta situación de Argentina a uno lo tiene que llevar a la siguiente conclusión: estamos en un mayor endeudamiento. Es falso que el país no haya sido endeudado; y uno tiene derecho a preguntarse lo siguiente ¿qué fuerza política en la actualidad plantea que no va a pagar esta deuda? Sabemos que el peronismo decía que no le iba a pagar cuando Macri tomó los 45 mil millones y vino Alberto Fernández y la pagó. ¿Quién va a pagar o no estos 20 mil millones? El Frente de Izquierda no. Porque este es un operativo de salvataje para pagar la deuda, para salvar a los bonistas, hay 4.500 millones de dólares que vencen en junio y hay que pagar con esta plata. Y es un operativo que va a caer sobre la cabeza de los trabajadores y los consumidores. Entonces, ¿quién va a pagar y quién no va a pagar?
Segundo, ¿esto normaliza el proceso económico argentino? No. Argentina es un país quebrado, con una deuda que prácticamente equivale a su totalidad de PBI y que por lo tanto este salvataje transitorio del FMI va a permitir una fuga de capitales, un pago de deuda, pero que luego va a recrudecer tendencias devaluatorias que luego van a llevar a nuevas crisis subsiguientes con el problema adicional que ahora nos enchufan una nueva deuda de 20.000 millones. Y todo el ajuste que se hizo en todo este tiempo es un ajuste que el gobierno lo llevó adelante en nombre de que de esa manera se terminaba con inflación y vimos que tuvimos una motosierra un año entero y la inflación recrudeció. Y cuando el presidente tuvo que explicar por qué recrudeció la inflación, en su cadena nacional del viernes, dijo algo muy contradictorio porque dijo que la inflación es siempre un fenómeno monetario y la inflación creció porque los periodistas comprados dicen mentiras. Entonces, por lo visto son dos fenómenos: el monetario y los periodistas; es decir, se le cayó la escuela austríaca de un día para el otro.
Entonces la situación que enfrentamos es esta y ahora hay que salir a luchar porque se pone otra vez, venimos de un paro nacional, el tema de salario en el centro, ¿cómo se percibe esta inflación de 3,7% en las fábricas, en los sindicatos? Tenemos que salir a una lucha, y la CGT que tiene por delante un 1° de mayo no tiene una agenda de lucha para defender a los trabajadores en medio de esta crisis financiera, corrida bancaria y salvataje del Fondo Monetario, que es un ataque a los trabajadores, y recrudecimiento inflacionario.