Por Luis Alejandro Rizzi.-

Es posible y muy probable que Lijo y García Mansilla al final logren el acuerdo del Senado para integrar la Corte Suprema de Justicia.

Es paradójico, Casación rechazó, mucho antes de lo previsto, los recursos extraordinarios interpuestos por Cristina y otros procesados en la causa Vialidad.

Esta decisión facilitaría que la Corte rechace la eventual “queja” que seguramente será interpuesta con una resolución de no más de tres renglones, el famoso art. 280 del C.P.C.C de la Nación.

Más allá de lo legal, este fallo de Cristina hace inútil que se trate el proyecto de “ficha limpia” aprobado en diputados, ya que quedaría firme la condena de inhabilitación para ejercer cargos públicos o facilita su aprobación, ya que el proyecto dejó de tener nombre y apellido. Casación hizo el “trabajo sucio”. Para mucha gente sería un mensaje de «imparcialidad» del mismo Ariel Lijo, para el peronismo no “K”.

El poder “institucional” que tiene Cristina en el Senado se diluye en la misma forma que se diluyó el poder de Macri en el PRO, cuya última declaración sobre la conveniencia de una alianza con LLA en la Provincia de Buenos Aires significa en política su “rendición incondicional” y el pedido implícito de disolución de su partido.

“Circuitos”, una encuestadora seria, detectó que si las elecciones de medio término fueran hoy, Cristina y el PJ ganarían la elección. Esta encuesta se puede leer al revés: si el oficialismo pudiera ganar, lo sería por una mínima diferencia. Políticamente se leería también como una derrota, y de allí hasta las elecciones del 2027 no sería más que un “pato rengo”.

En la política minúscula, las “patéticas miserabilidades”, el “colaboracionismo” y el «contubernio» se confunden con el acuerdo virtuoso.

Lo que llama la atención es que LLA -el gobierno- podría alcanzar una mayoría de “colaboradores” en su peor momento político.

La preocupación política del gobierno hoy es el “precio del dólar”, que no podrán mantener congelado. Las elecciones de medio término en estos días se adelantan en el “mercado de cambios”; el “crawling peg” era el medio para controlar la inflación, parece ya no serlo.

No hay precio en economía que se pueda controlar todo el tiempo y el resultado de las elecciones sigue dependiendo del mercado cambiario.

Lo último, parecería que el PRO ya no tendría candidatos para la próxima legislativa local. En la derecha y en el centro pasa lo mismo que en el peronismo: se puede entrar al cementerio, pero sólo se llega al borde la tumba, para cerciorarse de que el féretro se enterró.

Hoy en la UCR y el PRO se vive la etapa del “velorio” de un muerto que no dejó testamento ni tiene herederos.

Hoy los “votos de la gente” son “bienes mostrencos”.

En ese “llano”, el peronismo corre con ventaja. Ritondo –“Pucho”- tiene alma de conurbano; Santilli sabe cómo ubicarse y en el fondo, fondo, son peronistas.

Algo cambió en la Argentina, para que todo siga igual.

Les recomiendo las notas de Ricardo Roa y Francisco Olivera de hoy, en Clarín y La Nación respectivamente.

Lo único en lo que este gobierno no es “torpe”, como escribió Carlos Pagni, es en “procrastinar”. Le da resultado y lo hace bien. Tiene paciencia para hacer daño a las instituciones de la República.

A su vez, la “procrastinación” del Congreso es su principal aliado. El DNU 70 sigue vigente. Es su mayor éxito.

La Corte también procrastina.

Como dijo Perón, “todos somos peronistas y… casta”, cabe agregar.

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