Por Otto Schmucler.-
Hace muuucho tiempo, desde que el presidente, asesorado por no sé quién, decidió que una de las dos vacantes de la Corte Suprema sea ocupada por el Juez Ariel Lijo (y envió su pliego al Senado de la Nación) produjo una ola de impugnaciones que no recuerdo que alguna vez se haya producido un rechazo “ni de lejos parecido a este».
Esos rechazos no están fundados en habladurías o chismes de entrecasa sino que, aquellos que lo impugnaron aportaron datos duros, irrefutables, sobre su performance como juez federal (es el juez que no llega nunca a las condenas, las causas duermen cómodamente en sus cajones hasta el día que pasados los tiempos razonables, terminan prescribiendo por inactividad).
Además, quienes lo impugnaban no eran “unos pocos” sino muchas centros, colegios y asociaciones de abogados y fiscales que veían en esa postulación un severo daño a la institución.
Ante tantas objeciones, rechazos y advertencias (muchas han apuntado a la necesidad de dotar a la Corte de la mirada femenina que se perdió con las ausencias de Carmen Argibay y Highton de Nolasco) me pregunto: “¿Es acaso un dechado de virtudes (morales y profesionales), alguien irreemplazable, porque nadie como él da la talla para semejante función, alguien al que en el “rioba” dirían que “es Gardel”?
¿O será que nadie como él podrá agradar con sus decisiones a quienes asesoran al Presidente para que las mismas tengan una nueva mayoría dado que con Lorenzetti (uno de los que lo propusieron) imaginan un nuevo tándem para desbancar a Rosatti-Rosenkrantz?
Sería bueno que alguien aclarara esto, antes de que sea demasiado tarde para lágrimas.
16/12/2024 a las 11:28 AM
En todo caso, en realidad, EL QUE ES GARDEL es Ricardo Luis LORENZETTI
16/12/2024 a las 12:20 PM
No, no es Gardel. Es el garante del Acuerdo del Sistema.
Hoy, yo te salvo a vos y mañana, vos me salvas a mí.
El último Juez ajustado a derecho e irrefutablemente ético y moral
fue Jorge Vicente Quiroga (asesinado por el ERP en abril de 1974)
Después de eso, vino la casta servil, la servilleta, la militancia política e
ideológica, los contactos con los narcos, etc.
No digo nada nuevo. La Sociedad finge demencia y sigue respirando
mientras cada dos años, la dejan ir a optar (no elegir) por nuevos candidatos
del Sistema y cree, estultamente, que vive en libertad y democracia…
Volviendo a la nota: El psicópata es uno más de muchos que vendrán (cada vez peor
que el anterior) porque nadie decente, culto y patriota se dedica a la política.
Esos, trabajan, estudian, pagan sus impuestos y viven dentro de la Ley.
16/12/2024 a las 1:39 PM
Excelente Otto!!.
16/12/2024 a las 8:06 PM
«Observador», para refirmar lo que decís, nadie mejor que la periodista
Natalia Aguiar, la que escribió «El señor de la Corte». Ella viajó al pueblito
de nacimiento, en Santa Fe, y la enormidad de cosas que le contaron las
volcó en las trescientas páginas de su libro, con el que se hizo famosa.