Por Luis Alejandro Rizzi.-

EL PAPA FRANCISCO.

Su muerte fue el hecho excluyente no solo de la semana, sino de una época de la Iglesia.

Francisco vivió en el departamento 201 de la Residencia Casa San Marta y fue enterrado en la Basílica de Santa Maria La Mayor.

Quizás esas dos decisiones tuvieron un simbolismo. Francisco fue un hombre más de la Iglesia que del Vaticano.

En esa perspectiva podemos ponderar su pontificado, que intentó ser reformista, sabiendo que sólo podría lograr minucias; sería el comienzo de un muy difícil comienzo.

El Vaticano hoy parece ser más un museo del conservadorismo católico que la expresión vital de la época que nos toca vivir.

Hay una lejanía entre ese conservadorismo que más bien se ve como un embalsamamiento de épocas pasadas y la vida moderna.

Cambiaron muchas cosas a lo largo de los siglos y la Iglesia luce como ajena a la realidad presente, como pasa con otras religiones también, cuyos ritualismos lucen como formas arcaicas, hoy difícil de explicar y entender.

Hoy se percibe un fanatismo, no sólo religioso, sino de formas de “pensar”, que lamentablemente se transmite en un proceso de desculturización que obstruye el diálogo y potencia una suerte de nihilismo existencial, que convierte a la agonalidad en fundamento de razón.

Francisco hizo permanentemente hincapié en el deber de escuchar “al otro”, dejarlo hablar y luego dialogar. Es un modo de “construir la paz”.

Somos más violentos, y no sólo me refiero a las diversas guerras que existen en el presente, sino a esa facilidad con la que agraviamos e insultamos a todo aquel que se anima a discrepar con buena voluntad.

Nosotros no tocamos vivir esta época “MILEINIANA” del insulto y la descalificación y es de esperar que el viaje de Javier Milei al funeral del Papa Francisco haya tenido el efecto de una sana penitencia y un arrepentimiento de su intolerable violencia, por ahora, sólo verbal, lo que no le quita gravedad extrema.

Escribí ayer o antes de ayer, en este “Furgón”, que el Papa Francisco había logrado reunir en su funeral a toda la hipocresía del mundo; obvio, con sus excepciones. No soy optimista pero quizás alguno de ellos vuelva con menos cinismo y más sentido de la caridad y de la humildad, en especial Javier Milei.

EN ARGENTINA

¿Hay flotación cambiaria? Funcionarios del gobierno y periodistas especializados dicen que debemos acostumbrarnos, desde la ¿liberación del cepo?, a la libre flotación del tipo de cambio, lo que no deja de ser un caos de aberrante cinismo.

Es obvio que no hay flotación libre del tipo de cambio por varias razones.

La PRIMERA. Hay “libertad” condicionada dentro de una franja que, como sabemos, está entre los mil y mil cuatrocientos pesos. Es como decir o creer que los presos en una cárcel gozan de libertad cuando tienen un tiempo de recreo. Siguen siendo presos.

LA SEGUNDA. El gobierno nos hizo saber que intervendrá en el mercado si el tipo de cambio de la cotización del dólar se ubicara por debajo o por arriba de los topes de la franja.

LA TERCERA. El gobierno maneja las tasas de interés y sugirió por diversos medios que el “carry trade” es la onda. Claro está: va a los grandes, los que mueven por lo menos 500 millones de dólares en adelante. Los dólares “financieros” tienen que permanecer por un plazo mínimo de seis meses, justo el plazo que falta para las elecciones de octubre.

El gobierno garantiza la inversión con un seguro de tasa, que a su vez garantiza una ganancia en dólares importante al final de los seis meses. Podemos decir que la “inversión financiera especulativa” está garantizada por el gobierno nacional. Como podría decir Perón, tenemos especulación sin riesgo o guío o festival de “dólares” sin dólares.

LA CUARTA. Las “reservas” que permitieron esta liberación sólo parcial del cepo, no son genuinas, sino que son créditos que en algún momento habrá que pagar. Dicho de otro modo, el gobierno está sobregirando sobre una tarjeta de crédito -premium- emitida por el FMI.

El beneficio de pertenecer y adquirir nivel político ABC1.

LA QUINTA. El cepo sigue vigente para lo anterior al 11 de abril pasado. Es obvio que, si se liberara el pago de esa deuda, comercial y financiera, no habría “gansa que se ponga”.

LIBERTAD CAMBIARIA CONDICIONAL CON TOBILLERA. El gobierno nos concedió una suerte de libertad condicional cambiaria con uso de tobillera. Nos podemos mover entre los mil y los mil cuatrocientos.

Algo es algo y mejor que nada.

LA FICCIÓN. Esta ficción, parece que empezó a rendir, habría echado al olvido el tema “LIBRA” por lo menos por estos días, y en el gobierno esperan que una buena elección por parte de Adorni adornaría la campaña para octubre.

Por ahora, no abren botellas de champagne; a lo sumo alguna latita… por el “maxikiosco” CABA.

Muchos se preguntan si esta ficción tendrá final feliz, ¿durará hasta octubre…?

Y en su caso, y después… habrá que pagar el plan “dolarcito”.

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