Milei, de rodillas ante el emblema de la américa vertical (1)
Por Hernán Andrés Kruse.-
Fue un triunfo contundente, inapelable. Por primera vez en décadas el candidato presidencial republicano ganó en el colegio electoral y en las urnas. La mayoría del pueblo que participó en el acto electoral decidió el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, harta del gobierno del demócrata Joe Biden, cuya incapacidad en el ejercicio del poder no hizo más que inmolar a Kamala Harris.
Quienes votaron a Trump no fueron los únicos que festejaron a rabiar. A miles de kilómetros de distancia, Javier Milei escribió en X: “Felicidades por tu formidable victoria”. “Ahora, Make America Great Again. Sabes que puedes contar con Argentina para llevar a cabo tu tarea. Éxitos y bendiciones. Saludos cordiales”. Las relaciones carnales en su máximo esplendor.
El 5 de noviembre millones de norteamericanos dieron el sí a un dirigente xenófobo, racista, intolerante y megalómano. A la hora de votarlo no les interesó, por ejemplo, el hecho de haber sido el ideólogo del asalto al Capitolio en enero de 2020 que tuvo en vilo al mundo. A la hora de votarlo millones de norteamericanos dieron el okey a un dirigente que es un emblema de la supremacía del hombre blanco, de lo que la doctrina ha dado en denominar “la América vertical”. Buceando en Google me encontré con un ensayo de Mimi Yang (Doctora en Lengua y Literatura Española por la Universidad de Arizona) titulado “Trumpismo: Un americanismo desfigurado” (Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades-Costa Rica-2021), que explica con meridiana claridad el significado de “la América vertical”, la América racista y xenófoba encarnada en Donald Trump.
LA ASCENDENCIA DE LA AMÉRICA VERTICAL Y EL FORJAMIENTO DEL TRUMPISMO
“El Trumpismo ha profundizado el abismo entre la nación vertical y la horizontal, congregando a los anti-inmigracionistas, anti-musulmanes, antisemitas y anti-LGBTQ, entre otros, bajo la consigna «América Primero». Existe una falsa percepción de que los intereses nacionales se pueden delinear uniformemente en la forma de una muralla, cuya concreta manifestación en la frontera México-Estados Unidos tiene un alcance cultural mucho más extenso. Las consignas han demarcado la oposición entre quienes erigen las murallas y quienes las atraviesan. En el panorama cultural estadounidense, esta muralla es una línea divisoria entre la base de Trump, autoglorificada como patriotas, en oposición a todos aquellos considerados «no totalmente estadounidenses» o «foráneos».
Esta perspectiva cultural se arroga el poder de decidir quiénes se quedan dentro de los confines de la muralla y quiénes no, decidiendo cómo asignar la posesión respecto de la tierra americana en la canción de Guthrie. «Esta tierra es tu tierra, esta tierra es mi tierra». ¿A quiénes se refieren los posesivos «tu» y «mi»? ¿Quiénes son los dueños de la tierra estadounidense? Estas preguntas evocan un sinnúmero de historias de usurpación y represión ligadas a intereses económicos, poder sociopolítico, estatus de clase, género, religión y raza. En un país que depende profundamente de la energía nueva traída por olas de inmigrantes, la posesión de la tierra y del ideal que ella simboliza —libertad y democracia— ha sido adjudicada a los vencedores, es decir, gente de antepasados europeos (anglos) con una historia más antigua de inmigración.
El hecho de que los indígenas americanos son los ocupantes originales del territorio no ha impedido que, en su condición de vencidos, ocupen los espacios subalternos en la jerarquía social. El temprano asentamiento colonizador de los inmigrantes blancos, anglosajones, protestantes (White Anglo Saxon Protestants o WASPs) aseguró su dominio y poder. Se sabe que cualquier grupo, sea cual sea su origen, busca establecer medidas para conservar los territorios conquistados. Dado que, desde sus comienzos, el americanismo fue definido por las características de los WASPs, los indígenas, esclavos africanos, trabajadores asiáticos, hispanos, entre otros, tuvieron que adaptarse al concepto de americanismo, firmemente establecido por los WASPs. El no adaptarse resulta en su categorización como menos estadounidenses, incapaces de asimilarse en el mejor de los casos y, en el peor, como amenazas a la nación.
De forma paradójica, fue precisamente el grupo de WASPs el que trajo consigo los ideales de igualdad, libertad y democracia cuando, tras llegar con mínimas posesiones, aspiraron a realizar su visión de una tierra donde pudieran vivir sin persecuciones. Marginados por la Iglesia anglicana, se enfrentaron a barreras sociopolíticas en el sistema eclesiástico inglés. Cuando Carlos I disolvió el Parlamento británico en 1629, los puritanos, acertadamente, lo interpretaron como un acto de hostilidad, lo que determinó su decisión de establecerse en las Américas para construir comunidades basadas en sus creencias. Como otros inmigrantes, se arriesgaron a cruzar el Atlántico, escapando de penosas y difíciles circunstancias. Su esperanza era crear una sociedad justa y libre, desarrollando el modelo de la «Ciudad en la montaña», proclamado por John Winthrop en 1630, cuando le predicó su sermón «Una Ciudad Modelo de Caridad Cristiana» a los primeros colonos en la bahía de Massachusetts.
¿Qué valores podrían ser más democráticos y horizontales que estos? La ironía, sin embargo, es que, a pesar de la naturaleza igualitaria de estas aspiraciones, evitaron cuidadosamente compartirlas con otros inmigrantes, los indígenas y los africano-americanos, cuyo trabajo creó la infraestructura económica colonial. Tras casi ocho décadas desde la creación de la canción de Guthrie, esta se asocia con las más progresivas expresiones ideológicas estadounidenses, tales como el Movimiento por los Derechos Civiles de los años 60. La melodía simboliza el espíritu horizontal que aspira a la libertad y la igualdad, configurando un espacio esperanzador para millones de individuos marginados. El americanismo como concepto incluye tanto la nación horizontal como la vertical; pues ambas existen simultáneamente en forma separada, unida e interconectada. Como una dualidad, la desarticulación y el entrelazamiento entre ellas desafían cualquier definición rígida e inalterable, siendo un concepto dinámicamente vital.
La presidencia de Trump, con su aguda intolerancia cultural y acentuado racismo, hace cada vez más urgente dilucidar lo que la nación representa y lo que significa ser estadounidense. La canción de Guthrie, indefectiblemente, sirve como fuente de esperanza en medio de un exacerbado racismo. En aguda contraposición, y basándose en el argumento de los intereses de la seguridad nacional, la política de Trump de separar a los niños de sus familias en la frontera México-EUA, así como su proscripción musulmana, para mencionar solo algunas de sus prácticas, han reforzado una profunda intolerancia y repudio. Aunque ubicado físicamente entre México y los EUA, el muro es una rígida barrera entre razas, religiones y culturas que descoyunta a la nación.
Para examinar el desfiguramiento genético del americanismo bajo Trump hay que enfocarse en este muro cultural. Generaciones de académicos han basado sus estudios en Strangers in the Land: Patterns of American Nativism, 1860-1925, del historiador John Higham, considerándolo como el fundador del nativismo y una autoridad en el tema del americanismo. T. Meagher en «Revisiting John Higham’s Strangers in the Land: Comment» lo describe así: «Fue parte de uno de los grupos más escasos o menos conocidos del siglo XX, los blancos anglosajones protestantes (WASP) de Nueva York. Creció como un americano privilegiado que, sin embargo, fue considerado fuereño en una ciudad donde casi todos los demás formaban parte de minorías raciales, étnicas o religiosas».
Higham creció dentro del grupo WASP de Nueva York, lo que definía su estatus privilegiado, mientras que los antecedentes diversos de sus contemporáneos les conferían un estatus distinto. Los comentarios de Meagher revelan un innato paradigma cultural, producto del nativismo que el mismo Higham desarrolló: el americanismo es un pilar cultural e ideológico que define de modo exclusivo a quienes pertenecen al grupo blanco y cristiano. Aunque los demás se encuentran presentes en el mismo contexto, no forman parte esencial de la narrativa estadounidense.
Simon Van Oort, en su artículo «‘Strangers’ Revisited: Reading Donald Trump through John Higham» examina las raíces del lema «América Primero»: «Presagiando la política exterior del actual Presidente de Estados Unidos, la Asociación Nacional de Manufactureros confesaba en 1920 que la inmigración ponía en peligro a la nación y proclamaba que las políticas debían apoyarse en la idea básica de poner ‘las necesidades e intereses de América primero’». La obra de Higham explora la identidad cultural estadounidense alrededor de la década de 1860, cuando la llegada en masa de inmigrantes, especialmente de origen católico-irlandés, entre 1860 y 1925 incitó a considerar su impacto respecto a la identidad nacional. Las facciones anti-extranjeros que surgieron en Nueva York y otros lugares después de 1835, se transformaron durante la década de los 1850 en los disturbios civiles llamados Know-Nothing. Estas facciones se agrupaban bajo el nombre de nativo-americanos o simplemente el partido americano.
Cuando esta filosofía nativista fue identificada como americanismo, cualquier posibilidad de definir de otra forma los principios culturales de la nación desapareció. Higham declaraba que el gran logro del partido americano es «el principio de nacionalidad», tal como fuera proclamado en una de las publicaciones del Know-Nothing en 1855. Allí se afirmaba que, respecto del americanismo, «debemos hacer algo para protegerlo y vindicarlo. Si no lo hacemos, será destruido». Trasladándonos al Trumpismo del siglo XXI, el mismo texto diría: nos enfrentamos a una amenaza contra nuestra nación por parte de la gente de color, de religiones, valores y lenguas distintos de los nuestros. Profundamente influenciados por el nativismo de Higham, quienes apoyan a Trump lo perciben como protector del país, guardián de sus valores e intereses.
De acuerdo con el nativismo, la nación vertical existe para sostener una jerarquía cultural que codifica, de modo exclusivo, lo que significa ser estadounidense, sirviendo perfectamente para el desarrollo de las consignas de Trump, quien supo manipular el temor de la clase media, típicamente compuesta de blancos relegados por la imperante globalización. Sus consignas encontraron un eco favorable entre los conservadores, la facción alt-right y los nacionalistas blancos listos a expulsar a los «forasteros». En una época en la que la narrativa vertical requería una ideología fundacional, el nativismo sirvió para conferirles «honra» a los WASPs, asegurándoles una «honorable» dominación a fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Higham abordó el dominio cultural como una cuestión existencial indicando: «¿Consiste el nativismo solo en un específico conjunto de actitudes dominantes en la cruzada anti-extranjera de mitades del siglo XIX? ¿O se extiende a cada instancia en que los habitantes de un país se enfrentan contra los extranjeros?» La identificación de los WASPs como los nativos de la nación, establecía inequívocamente la ideología nativista de la verticalidad que conecta el nativismo y el nacionalismo blanco, haciéndolos intercambiables. Leonard Dinnerstein y D. M. Reimers han indicado que Higham originalmente había planeado escribir sobre el nacionalismo americano, pero la tarea lo sobrecogió, pues «al examinar sus materiales en detalle comenzó a darse cuenta de que el nacionalismo americano tendía a establecer la distinción entre grupos privilegiados y grupos excluidos. El grupo privilegiado estaba formado por la raza dominante blanca protestante, que se opuso a la masiva inmigración europea en los años posteriores a 1880».
La homogeneidad religiosa, lingüística, racial e ideológica del grupo privilegiado facilitó su vinculación al nativismo, mientras que, en contraste, la diversidad del grupo excluido impedía adjudicarle una narrativa unificada. Ausentes del nativismo de Higham, estaban los indígenas, habitantes originales del territorio americano, pues convenientemente los colonos protestantes olvidaron el hecho de que ellos también fueron inmigrantes y que eran y son precisamente los indígenas los legítimos nativos de los EUA. Esta exclusión discursiva refleja su exterminio literal en el desarrollo del concepto de nacionalismo estadounidense. Este burdo olvido muestra la estrecha conexión entre etnocentrismo, culturocentrismo y teocentrismo; solamente los WASPs son considerados como los verdaderos estadounidenses y dirigentes de facto de la nación. Los inmigrantes irlandeses, mexicanos y chinos, entre otros, son para Higham, «extraños» y, por ende, «noestadounidenses», es decir, una amenaza a «nuestros» valores, pues supuestamente les quitan oportunidades a los legítimos estadounidenses.
Lo extraordinario es que en este siglo XXI se es testigo de una mentalidad similar en la nación de Trump, ya que los «nativistas» actuales y los descritos por Higham perciben la realidad de modo similar. La hegemonía y etnocentrismo de los WASPs de mediados del siglo XIX produjo conmoción y resentimiento culturales, religiosos y raciales. Quienes se habían autoproclamado dueños de los recursos y la cultura temían que los irlandeses los despojarían de sus privilegios y oportunidades, tal y como hoy los miembros de la clase media blanca temen que los mexicanos y otros inmigrantes usurparán los suyos. Este paralelo se extiende a la intolerancia previa hacia los católicos con la actual respecto de los musulmanes. La polarización de Higham entre estadounidenses versus no-estadounidenses, basada en orígenes nacionales aún define la actual disposición anti-inmigratoria. En su homogeneidad, los nativistas contemporáneos se auto perciben como estadounidenses, reviviendo lo que Higham describía como «una intensa oposición a las minorías domésticas con base en sus conexiones extranjeras».
Para eliminar los enemigos internos y las minorías, la orden presidencial de enero del 2017 «Seguridad Fronteriza y Mejoramiento de la Ejecución Inmigratoria» puso en marcha la construcción de una muralla en la frontera EUA-México. Otra orden ejecutiva implementó una «Proscripción Musulmana» de facto dándole instrucciones al Departamento de Seguridad de la Nación y el Departamento de Estado para reducir el número de inmigrantes musulmanes y rechazar la entrada de refugiados de seis países musulmanes. Exacerbando el odio y la intolerancia de su base política, el presidente catalogó a los mexicanos como criminales y violadores mientras compartía con su audiencia la opinión de que los inmigrantes de África y Haití provenían de «países de mierda». A esto hay que añadir sus esfuerzos por revocar el estatus de DACA destruyendo las esperanzas de jóvenes inmigrantes.
De forma fraudulenta la consigna de «América Primero» desfigura el americanismo precisamente cuando el flujo migratorio se ha vuelto una parte integral de los mercados, comunidades y redes globalizadas. Los que insisten en el patriotismo de «América Primero» ignoran cómo esto ha resultado en una discriminación exacerbada contra los inmigrantes legales. La compañía Macy’s, por ejemplo, ha discriminado contra sus empleados al exigir pruebas adicionales de estatus migratorio para conservar su trabajo, usando el pretexto de la seguridad nacional y dicha consigna. Esta discriminación laboral basada en ciudadanías de origen es copia fiel de lo ocurrido durante el auge del nativismo contra los inmigrantes irlandeses. La consigna trae adicionales connotaciones para grupos religiosos diversos, especialmente para los musulmanes americanos. Si la palabra «América» es monopolizada por la nación vertical ¿Significa que los musulmanes deben ser considerados como no-estadounidenses en el mejor de los casos y terroristas en el peor?
Quizás el acto más tristemente célebre de Trump para deshacerse de la minoría interna sobre la base de sus conexiones extranjeras, base de la consigna de «América Primero», es el premeditado «movimiento de nacimiento» contra el expresidente Obama. El núcleo de la América vertical no pudo ni puede aceptar el hecho de que un hombre negro ocupara el puesto más poderoso del mundo como comandante en jefe de los Estados Unidos. Su incapacidad de cruzar la línea del color, según el término acuñado en 1903 por W.E.B. Du Bois en Souls of Black Folk, motivó su sentido de amenaza frente al ascenso político de Obama. Para apaciguar sus temores existenciales, este grupo se vio en la necesidad de deslegitimizar a Obama al intentar probar que no había nacido en los EUA y que no tenía derecho de ser presidente.
Para la nación horizontal, en contraste, la elección de un presidente negro constituyó un momento histórico crucial. Su triunfo significó la victoria de los marginados al darles esperanza a los afro-americanos y otras minorías de influenciar el núcleo de las instituciones regidas por los grupos dominantes. La incompatibilidad de las dos perspectivas culturales —la dominación blanca y el triunfo de los marginados— desencadenó un racismo organizado en contra de la persona cuya función era proteger precisamente las instituciones y ciudadanos que trataban de destruirlo. Un americanismo desfigurado lo colocó en la insostenible posición de proteger los derechos de los nativistas, cuyo objetivo era rechazarlo por su raza”.
RUSIA INVADIO UCRANIA, PORQUE TRUMP NO ERA PRESIDENTE. SINO SE HUBIERA CUIDADO BIEN DE HACERLO.
LA GENTE TUVO MEMORIA Y RECORDO EL PERIODO DE BONANZA ECONOMICA CON TRUMP Y LO COMPARO CON LOS MEDIOCRES DE CENTRO IZQUIERDA Y NO LO DUDO.
EL CIUDADANO AMERICANO NO QUIERE SER EUROPA Y CONQUISTADO POR EL NUEVO CALIFATO, NI LAS CORRIENTES MIGRATORIAS DE CENTRO AMERICA.
VOTA CON EL BOLSILLO Y CON EL MIEDO A LA DESOCUPACION, COMO TODO LOS VOTANTES DEL MUNDO.
CELEBREMOS QUE USA, VUELVA AL CAMINO DE LA MANO DURA CON LOS TRAIDORES DE OCCIDENTE, FRANCIA ENTRE ELLOS.
TRAIDORES Y COBARDES SI LO SON, LOS EUROPEOS SIEMPRE DEPENDIERON DE USA PARA SALVAR LAS PAPAS.
AHORA SE VERA QUIEN ES QUIEN, HAY QUE PONER SOLDADOS Y MISILES EN UCRANIA Y EN ISRAEL.
DEFENDER LA CULTURA OCCIDENTAL DEL AVANCE DE LOS TOTALITARISMO SECULARES Y TEOCRATICO, QUE APROVECHARON LA BONANZA DEL ISLAMITA OBAMA Y DE BIDEN «EL DE LA RUA AMERICANO»
MILEI ESTA EN LA LINEA CORRECTA Y ARGENTINA SALDRA BENEFICIADA Y PARA BIEN, OJALA SIGA LULA EN BRASIL, ASI TENEMOS UN POCO DE VENTAJA EN EL PIQUE.
HERNAN, LARGA LAS ESPECULACIONES ABSTRACTAS Y VACIAS DE CONTENIDO.
COMO ALGUNOS COMEGATOS SON MUY TANGUEROS (NO OLVIDAR QUE ALBERTO ECHAGUE ERA ROSARINO), TE DEJO UNA DE DISCEPOLO, A VER SI TE AVIVAS, YA ESTAS CRECIDITO NENE !!
QUE VACHACHE (E.S.DISCEPOLO)
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Pianta de aquí, no vuelvas en tu vida
Ya me tenés bien requeteamurada
No puedo más pasarla sin comida
Ni oírte así decir tanta pavada
¿No te das cuenta que sos un engrupido?
¿Te crees que al mundo lo vas a arreglar vos?
Si aquí ni Dios rescata lo perdido
Pianta de aquí hace el favor
Lo que hace falta es empacar mucha moneda
Vender el alma, rifar el corazón
Tirar la poca decencia que te queda
Plata, mucha plata, yo quiero vivir
Así es posible que morfes todos los días
Tengas amigos, casa, nombre y lo que quiera vos
El verdadero amor se ahogó en la sopa
La panza es reina y el dinero es Dios
Pero no ves, gilito embanderado
Que la razón la tiene el de más guita
Que la honradez la venden al contado
Y a la moral la dan por moneditas
Que no hay ninguna verdad que se resista
Frente a do’ peso’ moneda nacional
Vos resultás, haciendo el moralista
Un disfrazao sin carnaval
Tirate al río, no embromes con tu consciencia
Sos un secante que no hace ni reír
Dame puchero, guárdate la decencia
Plata, mucha plata, yo quiero vivir
¿Qué culpa tengo si haz pilla’o la vida en serio?
Pasas de otario, morfas, aire y no tenés colchón
Qué vachacheo y ya murió el criterio
Vale Jesús, lo mismo que un ladrón
Estimado HERNAN, no es así
Trumpo NO GANÓ, PERDIÓ la decrepitud de Biden y la cultura woke
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La tradición peronista desembarca en la Casa Blanca
Carlos Pagni
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
7/11/024
Donald Trump triunfó en todas las dimensiones posibles de su competencia con Kamala Harris.
Lidera ahora la marcha del Partido Republicano hacia el control total del Congreso. Un capital institucional incrementado por el alineamiento de la Suprema Corte de Justicia, donde gravita una mayoría conservadora de seis jueces, tres de los cuales fueron nominados por él. Este aparato de poder otorga verosimilitud a la más inquietante promesa de campaña del presidente electo: “Durante un tiempo seré un dictador”.
El regreso de Trump a la Casa Blanca promete estar impulsado por un espíritu de venganza. Será clave la selección del General Attorney, titular del Departamento de Justicia, del que depende el FBI. En esa agencia, desde donde se comandaron las investigaciones contra el empresario, que incluyeron allanamientos a sus domicilios, hay que esperar purgas. Igual que en la CIA, desde donde se filtraron las conversaciones con Ucrania para denunciar negocios de un hijo de Joe Biden, y en el aparato de Defensa: allí el pecado lo cometió el general Mark Milley cuando avisó a un par de China que Trump no lanzaría la guerra contra ese país.
El que llega es otro Trump. Alguien que conoce todos los resortes de la burocracia y que carece ahora de grandes limitaciones políticas. Hay que tener en cuenta estas peculiaridades. Porque trascienden la escena doméstica de los Estados Unidos. La victoria de anteayer tiene el efecto de una convalidación ideológica para numerosos liderazgos y movimientos de ultraderecha. Javier Milei encarna a uno de esos políticos que ve en el resultado electoral norteamericano un avance personal de varios casilleros. Es lo que sucede con la italiana Giorgia Meloni, con el húngaro Víktor Orban o con el brasileño Jair Bolsonaro, aun cuando está fuera del poder.
Pero esa convalidación no se limita sólo a la dimensión conceptual de la política. Es también el aval a una tendencia hacia la concentración del poder reñida con la sensibilidad liberal. El aplauso más expresivo para esta orientación lo ofreció Bolsonaro en un emocionado mensaje en el que presenta a Trump como “un verdadero guerrero. Un hombre que, incluso después de enfrentar un brutal proceso electoral en 2020 y una persecución judicial injustificable, ha vuelto a levantarse, como pocos en la historia lo han logrado”.
El expresidente brasileño habla, como es obvio, de sí mismo: ya ha sido inhibido de participar de las elecciones hasta 2030 y todavía le espera la probable condena por su involucramiento en el asalto a la Plaza de los Tres Poderes, en Brasilia, el 8 de enero del año pasado. Bolsonaro saluda en el éxito de Trump la derrota del deep state, el sottogoverno del que hablaba Norberto Bobbio. Una red de actores opacos y arbitrarios que conducen la vida pública, sobre todo los mecanismos judiciales, desde las tinieblas y guiados por intereses de facción.
Esta caracterización desmonta las clasificaciones tradicionales. La gloria de Trump podría ser vista como un reconocimiento a Cristina Kirchner y sus denuncias de lawfare, tan cercanas a las del candidato ganador, a las de Bolsonaro, y a las del propio Lula, sobre todo durante los 508 días que estuvo tras las rejas. Porque la aspiración del presidente electo a conducir, siquiera por unos meses, una dictadura, es la exaltación de un estilo cuyo nombre vulgar es “populismo”, que despierta rechazos que serían inesperados para una interpretación perezosa de los alineamientos políticos. Entre los más notorios estuvo ayer la editorial de Faes, la fundación liderada por el expresidente del gobierno español José María Aznar.
En ese texto se afirma que el único motivo de celebración que ofrecen los resultados del martes es que, gracias a la Constitución de los Estados Unidos, el mandato que Trump comenzará el 20 de enero será el último.
El think tank de Aznar sostiene que el regreso de Trump es el de “un populismo adobado de planteamientos proteccionistas, aislacionistas, y de actitudes intemperantes que en su momento llegaron al abierto desafío institucional alentando ni más ni menos que un asalto al Capitolio.
Es cierto que Trump también encarna una falta de decoro muy de moda en todas las latitudes. Lo que se dice, según ese patrón, suele tener poco que ver con lo que luego se hace y menos todavía con lo que se piensa, en el caso de que se piense algo. Por eso es tan difícil hacer pronósticos sobre el curso de acción de demagogos impredecibles”.
Los rasgos dominantes que alarman a Aznar, enfervorizan al oficialismo argentino. Patricia Bullrich, por ejemplo, divulgó ayer un inventario de reflexiones derivadas de la victoria republicana. Lo encabezó adhiriendo a una melodía común a todos los populismos: la condena del periodismo profesional, cuya defunción estuvo a punto de anunciar. Tardía autocrítica de una candidata presidencial que, después de hacer toda su carrera pernoctando en estudios de TV, cayó derrotada por un activista de las redes sociales como su actual jefe.
No es la única paradoja de las inferencias de Bullrich. También respaldó “los liderazgos fuertes y el nacionalismo inteligente”, en un doble homenaje a Trump y la señora de Kirchner del que quedaría excluido Milei. Al menos hasta ahora se resiste a ser nacionalista. El comunicado de la ministra es interesante porque no se cansa de ofrecer explicaciones contradictorias. No sólo diagnosticó que con la victoria republicana triunfó el capitalismo, como si los demócratas fueran comunistas. Sostuvo también que la elección norteamericana estuvo determinada, casi en exclusividad, por la economía. Crecimiento cercano al 3%; inflación que ronda el 2,7%; desempleo de 4,1%. Bullrich no llega a explicar por qué no ganó Kamala Harris.
Sin embargo, el principal motivo de perplejidad de esas reflexiones es la adhesión a la prédica económica de Trump. Porque el eje central de su campaña fue la defensa del proteccionismo. Es decir, la promoción de una política que está en las antípodas de la que defiende la administración de la que Bullrich forma parte. La concepción económica del nuevo presidente de los Estados Unidos se sostiene en la necesidad de resguardar la vida material de los norteamericanos con un cerco arancelario que, por definición, es estatal. Por eso los primeros fuegos artificiales que se encendieron la noche del martes salieron de la fundación Protejer, que lidera Teodoro Karagozian, empresario textil cuya fobia hacia cualquier competencia externa le valió la expulsión del cuerpo de asesores del Presidente.
La ovación de Bullrich a la nueva elección de Trump disimula la dimensión más interesante de lo que ha producido la democracia estadounidense: el ascenso de una expresión con características muy familiares a la tradición peronista. Cesarismo político, proteccionismo económico, y un desdén por la corrección institucional que se creía ajeno a la cultura cívica de esa sociedad. Soberanía política, independencia económica…, con estirarse un poquito hacia la justicia social, Trump lograría izar las tres banderas.
El enfoque económico que alegra a la ministra de Seguridad plantea, además de una incongruencia teórica, un problema objetivo para la Argentina de Milei. Si el nuevo presidente de los Estados Unidos llega a cumplir con sus promesas de campaña, que consisten en una fuerte suba de aranceles, en su país habrá un rebrote inflacionario. Trump habló de proteger el mercado norteamericano de las importaciones chinas con una tarifa del 60%. Al mismo tiempo, todos los productos ingresados desde el exterior, tendrían un sobrecosto del 10%. Los economistas especulan con que esta protección a las empresas nacionales agregaría 2,5 puntos porcentuales a la inflación.
MILEI RESPECTO A DONALD TRUMP Y CAMALA HARRIS
Si los anuncios se verifican, lo que viene es una tensión entre Trump y la Reserva Federal, acaso más ácida que la que caracterizó a su primera presidencia. Porque el Banco Central de los Estados Unidos dejará de bajar la tasa de interés. O tal vez quiera subirla. Quiere decir que podría aparecer un atractivo por los bonos norteamericanos que fortalecería al dólar frente a las demás monedas. Entre ellas, el peso. Es una mala noticia para la pretensión de levantar el cepo cambiario una vez que la brecha sea casi cero. Sin evaluar otras derivaciones. Porque el fortalecimiento del dólar tiende a coincidir con una caída en los precios de las materias primas, con el impacto que eso tiene en la economía argentina.
Son conjeturas, como explicó Aznar a través de su fundación, los demagogos son impredecibles. Así como el nuevo Trump estará menos expuesto a la limitación política, deberá lidiar con algunas barreras económicas. Por ejemplo: ¿qué consecuencias tendría el arancel antichino para las baterías importadas? Porque el 50% de las que se destinan a la industria automotriz tienen ese origen. A propósito de baterías: es casi seguro que con la nueva gestión del líder republicano habrá un fortalecimiento de la industria petrolera. La Argentina no es indiferente a ese cambio, que podría implicar la liberación de las numerosas iniciativas de licuefacción de gas que Joe Biden tiene frenadas. La mayor oferta de ese combustible es muy relevante para el que quizá sea el proyecto más interesante del área energética en estos días: el establecimiento de uno o varios barcos con plantas de licuefacción que expandan la posibilidad de exportar ese combustible, abriendo el techo productivo de la formación Vaca Muerta.
No se pueden imaginar giros drásticos. Pero Trump estará lejos de alentar las energías renovables con la intensidad de Biden. Ese cambio afecta a la minería de metales como el litio o el cobre, asociados a esas nuevas tecnologías, cuya explotación es cada vez más promisoria en la Argentina.
Son perspectivas del mediano plazo. Para corroborarlas hay que esperar que la nueva administración se ponga en movimiento. Eso no quiere decir que el futuro inmediato no se haya vuelto inquietante. A las numerosas rarezas del momento político de los Estados Unidos hay que sumar la de una transición que puede convertirse en endiablada.
Biden padece una debilidad albertofernandezca. Y ahora quedó impugnada su vicepresidenta, en una elección que representa una bofetada a los demócratas. En esas condiciones la administración norteamericana debe atravesar un desierto que termina el 20 de enero. Con un mundo sacudido por dos guerras simultáneas. Esta anomalía implica que Trump está asumiendo ya el poder de su país como presidente electo. Biden lo entendió y se apresuró a convocarlo, en especial para que designe un equipo de transición con densidad política.
En Buenos Aires el cambio en la política de los Estados Unidos produce euforia en el oficialismo. Milei sueña con un encuentro privado en Mar-a-lago. Se espera que la presencia de un amigo en la Casa Blanca influya sobre las decisiones del Fondo Monetario Internacional facilitando la ampliación del crédito hacia la Argentina. El Gobierno vio fortalecidas las reservas del Banco Central por el incremento de los depósitos en dólares derivados del blanqueo.
Esa operación presenta un detalle curioso, según la información proporcionada por la propia administración. La recaudación impositiva fue de apenas 263.000 millones de pesos. El monto indicaría que el gran caudal del dinero blanqueado correspondió a sumas inferiores a los 100.000 dólares, para los que no había sanción alguna. Las grandes fortunas parecen seguir a la sombra.
A propósito de esta regularización: ¿el ministro Luis Caputo ingresó al blanqueo? Asombró a muchos detallistas que en un año haya informado un incremento patrimonial de más de 2000%. Es el salto que va desde los 744 millones de pesos consignados en su declaración jurada inicial y los casi 16.000 millones expuestos en la última. Curiosidades.
Respecto de la relación con los Estados Unidos, con prudencia, Milei evitó designar al reemplazante de Gerardo Werthein en la embajada en Washington antes de conocer quién sería allá el nuevo presidente. Ahora se desencadenó la carrera por el cargo. Daniel Scioli picó en punta. Ya se ofreció el domingo pasado haciendo una demostración de dominio del inglés por radio Mitre. Ayer publicó una foto de 1989 con Trump y Bo Dereck. Tenía en bandeja también una con Kamala Harris, por las dudas. Nadie de su entorno se animó a detallar el contexto de ese segundo retrato.
Para acompañar la imagen con el presidente reelecto Scioli propició que Trump y Milei trabajen juntos para el bienestar de sus dos países. Un funcionario de la Casa Rosada comentó: “Se quedó corto. Trump y Javier son líderes globales. Su alianza modifica al mundo. ‘Pichichi’ todavía no la ve. Fin”. El secretario de Ambiente, Deportes y Turismo debe superar a un competidor con grandes chances: el físico y economista Demian Reidel, interlocutor permanente del Presidente y puente principal entre la Casa Rosada y Silicon Valley.
Este nexo con las nuevas tecnologías es crucial: Milei y Trump están asociados también a través de Elon Musk, quien tiene los ojos puestos en Arsat.
A propósito de Arsat: ayer la diputada Margarita Stolbizer cursó un pedido de informes para que el Poder Ejecutivo explique por qué Juan Martín Ozores, el titular del Enacom, giró 1500 millones de pesos del Fondo del Servicio Universal a Arsat. Stolbizer explica que es una operación ilegal, debido a que Milei prohibió en el DNU 70 que se concedan prerrogativas especial a empresas públicas, entre ellas, financiarlas con recursos del Estado.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La purga de Milei en Cancillería divide aguas con Macri
Eduardo van der Kooy
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
6/11/024
El presidente Javier Milei junto al nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, durante un acto de juramento en el salón Blanco de la Casa Rosada.
Salvo Javier Milei, parecen poquísimos en el mundo diplomático quienes alcanzan a comprender la dimensión de la crisis en el gobierno libertario que desató el voto de la Argentina en la ONU de condena a Estados Unidos por el bloqueo a Cuba. Un asunto que no está privilegiado en la agenda de ninguna de las naciones que la semana pasada repitieron su postura: 187 votos contra aquella medida económica; 1 abstención (Moldavia) y dos votos a favor, Estados Unidos e Israel.
Puede comprenderse el despido de la ex canciller Diana Mondino, desentendida o engañada, al parecer, sobre la posición irreductible de Milei. Es mucho menos entendible la purga con que amenaza el mandatario libertario contra aquellos diplomáticos que no comulgan con su ideario. Por otro andarivel deberían correr las renuncias pedidas en los niveles más altos por el ministro recién asumido, Gerardo Werthein. Debe armar su equipo de confianza. Nadie sabe qué papel jugarán, en adelante, Nahuel Sotelo, el Secretario de Culto, y Ursula Basset, consejera especial. Ambos encaramados por decisión de Karina Milei, la Secretaria General. Viejos gendarmes de la cesanteada Mondino.
El interrogante en muchas sedes diplomáticas occidentales es si aquella posición sin matices de Milei podría repetirse en otros temas de la agenda internacional. Vale reparar en una anécdota que sirve como contraste. El diputado libertario Bertie Benegas Lynch, opinó que la Marcha del Orgullo LGBIQT+, realizada el fin de semana pasado, genera repudio cuando esos movimientos “hacen lobby para obtener privilegios”. Sostuvo que “el orgullo” sería el mismo que “sienten por su auto los del Club Fans del Torino”. No fue la peor de las opiniones escuchada en el mundo libertario.
Casi en simultáneo, el embajador de Estados Unidos (uno de los dos principales y férreos aliados de Milei), Marc Stanley, realizó una reunión de tono amistoso en la sede diplomática en Buenos Aires con representantes de organizaciones de LGBIQT+. La comparación marca la diferencia de percepción sobre minorías y políticas inclusivas que el gobierno argentino podría tener con la mayoría de los aliados en los foros internacionales, donde esas cuestiones se ventilan. Otro tópico sería el rechazo a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la que el cambio climático ocupa un lugar central. El mundo está observando estos días la tragedia en Valencia originada en un fenómeno natural de magnitud desconocida. Replicado con menor virulencia en otros rincones de España.
La crisis en la Cancillería no abrió dilemas únicamente en el frente externo. Sirvió además para que Mauricio Macri, soporte de la administración libertaria, planteara diferencias. No por el voto en la ONU. En todo caso por valorar al servicio exterior como un presunto reducto de conspiradores. El ingeniero revalidó el papel de los diplomáticos porque hay cuestiones que requieren un estudio permanente y exceden la vida de un gobierno.
De ninguna manera colocó en duda el derecho y la legitimidad de Milei para trazar los objetivos de la política exterior. Al contar su experiencia en el poder sembró dudas sobre el sistema de toma de decisiones de la administración libertaria. “Hay todo un procedimiento de estudio en la Cancillería. En mi caso, venía el canciller Jorge Faurie y terminábamos de definir las cosas. A veces como él proponía; otras veces no”.
El mecanismo que reveló en el programa “Desde el llano”, en la señal TN, fue precisamente el que está en la mira en el gobierno de Milei después del episodio en la ONU con EE.UU. y Cuba. El Presidente no habló con Mondino antes de la acción diplomática argentina en aquel foro que ejecutó el también despedido embajador, Ricardo Lagorio. La ex canciller se guió por la información que le brindaron intermediarios de La Libertad Avanza.
Alguna herida quedó abierta por el desencuentro. Milei dijo en televisión que el voto contra Washington había resultado “imperdonable”. Que muchos de los intervinientes debían ser considerados “traidores a la patria”. Mondino fue de las primeras personas que estuvo en la aventura libertaria. Por esa razón, ni bien detonó la crisis, desde Casa Rosada se afirmó que tendría algún sitio bajo la sombra del poder.
La ex canciller difundió ayer una foto anunciando su retorno a la cátedra de la UCEMA. La Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina. Usina del pensamiento liberal donde, entre varios, figura Carlos Rodríguez. Un economista que, con el paso del tiempo, se transformó en un crítico tenaz de Milei.
Aquella mirada de Macri sobre la actividad diplomática es la que tornaría compleja la promesa de Werthein de una reorganización rápida y profunda. Está, entre tantos, el caso del Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Héctor Cima. Es quien viene manejando hace años las relaciones comerciales y bilaterales en el MERCOSUR. De allí la extensión con la Unión Europea para formalizar un intercambio entre bloques, frenado hace tiempo, con el cual el Presidente comulga. Otro ejemplo podría ser el del Secretario de Coordinación y Cooperación Internacional, Ernesto Gáspari. Este funcionario, licenciado en Administración, contaría con un adicional político. Llegó al cargo actual de la mano de Susana Malcorra, la primera canciller de la época macrista.
Werthein deberá hacer frente a numerosos escollos para cumplir con el rearmado de la Cancillería que le solicitó Milei. Primera cuestión: la burocracia abundante no tiene tanto que ver con el personal diplomático. Se vincula con los empleados administrativos que el kirchnerismo casi triplicó en sus mandatos. La aspiración de cerrar embajadas chocaría con un objetivo que planteó Milei y que Mondino no pudo desarrollar. Convertir a la política exterior en una oportunidad de negocios para la Argentina. Se requeriría entonces mayor presencia, no menor.
Tal vez el Presidente deba recordar un pedido vano que el ex embajador en Beiginj, Sabino Vaca Narvaja, le reiteró a Alberto Fernández. Para expandir los negocios con China, según su visión, resultaba perentorio abrir nuevos consulados en ese gigantesco territorio. Aun cuando dice estar librando una batalla final contra “el comunismo”, el Presidente sigue viendo a la nación asiática como una meca para el comercio. Su viaje continúa en preparación.
Otra batalla ardua para Werthein tiene que ver con los bolsillos diplomáticos. El Gobierno, con Luis Caputo y Federico Sturzenegger de fogoneros, pretenden que los funcionarios de la Cancillería paguen impuesto a las ganancias. Por ahora lograron el amparo del Juzgado Contencioso Administrativo Federal II que los viene eximiendo de tal obligación. Falta que se dicte la sentencia definitiva. Hasta que no suceda –y según sea su destino -la bronca continuará rondando la Cancillería.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Trabajador que reclama es potencial “terrorista”
Felipe Yapur
Página/12
8 de noviembre de 2024
El gobierno montó el escenario. El miércoles despiden a un trabajador de la empresa Intercargo, sus autoridades no atienden al gremio, se realizan asambleas, se producen demoras, el gobierno grita «rehenes» y presenta denuncias penales. Este jueves redoblan la apuesta, suspenden a 15 empleados más, avisan que van a desregular el servicio que presta Intercargo y en la Rosada se corre el telón para una nueva puesta en escena: aparecen la encargada de la represión, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el responsable de privatizar todo (Federico Sturzenegger) y el vocero presidencial, Manuel Adorni. Acusan a los trabajadores de ser «terroristas», afirman que están dispuestos a terminar con «los piquetes aéreos» y que las fuerzas de seguridad van a reemplazar las tareas de los trabajadores de rampa.
Ninguno de los funcionarios recuerda, convenientemente, la existencia de derechos laborales, los reclamos salariales, los protocolos de seguridad en los aeropuertos y lanzan un nuevo ataque, por enésima vez, contra el servicio estatal aerocomercial para justificar, en el fondo, la venta y desguace de una de las viejas joyas del Estado: Aerolíneas Argentinas. Edgardo Llano, titular de la Asociación de Trabajadores Aeronáuticos (APA) que representa a los trabajadores de Intercargo, afirmó que todo forma parte de «una política extorsiva del Gobierno» y que con estas medidas «pone en riesgo la operación de rampa en todo el país».
Todos los gremios aeronáuticos, salvo el de los técnicos de Ricardo Cirielli, no acordaron una actualización salarial. El gobierno de Milei se niega a resolver este reclamo porque tiene como objetivo privatizar Aerolíneas y desmantelar todo lo que esté relacionado con el transporte aeronáutico. Para eso busca generar crisis con los sindicatos y así dar vuelta las voluntades en el Congreso para lograr que se declare la línea aérea de bandera como sujeta a privatización. Ahora amenazan con presentar un procedimiento preventivo de crisis que, a pesar de lo que declaran los funcionarios libertarios, no representa el cierre definitivo e inmediato de Aerolíneas. En todo caso, puede provocar la reducción del personal.
LOS RIESGOS DE QUE INTERVENGA LA PSA
La decisión de los gremios de pilotos y aeronavegantes de interactuar con los pasajeros para mostrar las razones del conflicto con el gobierno, llevó a la Rosada a cambiar la táctica. Primero evitó, con efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que continúen los gremios con este vínculo con los pasajeros, a la sazón las víctimas según la versión de la Rosada. Ahora, avanzaron con Intercargo, una empresa estatal que tiene un funcionamiento estratégico en el servicio aerocomercial: la carga y descarga de equipaje, la asistencia a los pasajeros y la manipulación de aeronaves en tierra.
El despido de un empleado de Intercargo tuvo como respuesta la realización de asambleas que demoraron los servicios que presta la empresa. Esto fue aprovechado por el gobierno que, a través de Bullrich, envió a efectivos de la PSA para «liberar» ese servicio. La idea de la ministra es que estos efectivos presten este servicio sin tener en cuenta los protocolos de seguridad que se implementan en los aeropuertos y que no es la simple entrega de valijas.
Por caso, Llano advirtió que si la PSA se ocupa, aunque sea de manera excepcional del servicio de rampas, eso representa «una violación a todas las normas nacionales e internacionales que dictan que para trabajar en rampas hay que tener calificación, una habilitación y cursos correspondientes, no es descargar valijas nada más”. Incluso señaló que la Argentina “puede ser sancionada y puede bajarle la categoría al país, por lo que hay aerolíneas que no vendrían a volar».
«TERRORISTAS SINDICALES»
Con rostros circunspectos. Adorni anunció que se va a desregular el servicio que presta Intercargo. Hasta ahí se podría decir que era un anuncio previsible. Lo preocupante vino después cuando calificó a los gremialistas y los trabajadores como «terroristas sindicales». En otros tiempos, una calificación de ese tipo representaba un futuro inmediato funesto para el o los destinatarios.
Adorni, que integra un gobierno negacionista, no solo lo dijo, sino que lo repitió: «Ningún terrorista sindical podrá tomar de rehén nuevamente un pasajero y arruinarles su viaje, sus vacaciones, su viaje laboral o por temas médicos, ni negarse a hacer su trabajo. El terrorismo sindical no tuvo prurito en secuestrar a más de 2000 pasajeros en 10 aviones», afirmó sin sonrojarse.
Trascartón indicó que «a esta gestión no le tiembla el pulso, no le tembló para sacarle los privilegios al sindicato de (Pablo) Biró y no le tiembla para sepultar las extorsiones de estos delincuentes. Es el fin de Intercargo tal y como lo conocíamos hasta ahora”, indicó.
¿NEGOCIO PARA EURNEKIAN?
Lo que se habla entre los dirigentes sindicales es que la maniobra ya tiene un beneficiario porque la desregulación del servicio de rampa de Intercargo no puede ser prestado por cualquier empresa. En ese sentido las miradas se posan sobre Aeropuertos Argentina 2000, la empresa de la familia Eurnekian que supo tener a Javier Milei en su nómina salarial.
Cuando le tocó hablar, Sturzenegger enmarcó esta decisión dentro del proceso de desregulación que comenzó el gobierno libertario. «Empezó el año pasado con una desregulación de precios ya que teníamos una regulación que impedía bajar los precios a los aerolíneas, no se podía cobrar más barato, y (desregulamos) rutas, habilitando la posibilidad de que muchas más aerolíneas puedan volar libremente por el país”, dijo y afirmó que «ese proceso culmina con esta norma, que es la desregulación del servicio de rampas».
El secretario de Transporte, Franco Mogetta, dijo que la decisión «es un paso más en la desregulación del transporte en general, del aéreo en particular, y muy particularmente de los servicios de rampa».
LAS MENTIRAS DE BULLRICH
A su turno, Bullrich aseguró –con desparpajo– que está dispuesta «a liberar a 46 millones de argentinos que pagan a los empleados de Intercargo sus sueldos y que le hacen la vida imposible». Luego dijo que la PSA y el resto de las fuerzas de seguridad bajo su mando «descargarán de manera inmediata el equipaje de las aeronaves detenidas en el Aeroparque».
Bullrich lo dijo este jueves, habló de demoras en vuelos y responsabilizó a APA. Sin embargo, Llano advirtió que el gremio no realizó medidas de fuerza a pesar de que hubo 15 suspensiones que el gobierno publicó como despidos. Es más, aclaró que los vuelos demorados corresponden a Fly Bondi por «un problema que tuvo con el servicio de Check-in y por eso los vuelos estaban demorados”, explicó. Por otra parte, dijo que si bien esa low cost tiene servicio de rampa en Ezeiza, «siempre terminan pidiendo auxilio a Intercargo».
De todas maneras, para Bullrich este es el mejor escenario porque, como ella sostuvo, «Intercargo tiene que dejar de existir».
CRISIS
Por lo pronto, este viernes gremios como pilotos, Aeronavegantes y APA, se volverán a reunir con la conducción libertaria de Aerolíneas Argentinas. El gobierno pretende que estos sindicatos presenten un plan para supuestamente sacar a Aerolíneas adelante. Para Llano, ésta es la prueba de que el gobierno aplica una política extorsiva: «Nosotros no somos la gestión de Aerolíneas, somos representantes de los trabajadores. Esta es una política extorsiva del Gobierno que pretende hacernos responsables de la compañía”, afirmó.
En cuanto a la intención de presentar ante la Secretaría de Trabajo un procedimiento preventivo de crisis de Aerolíneas, Llano consideró que es parte de la estrategia mediática del gobierno porque «este procedimiento habilita, por ejemplo, a la eliminación de los convenios o a la reducción de la indemnización en caso de despido, pero tiene que ser de común acuerdo con los gremios, de acuerdo a lo que marca la ley».
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Donald Trump priorizó a otros mandatarios y aún no aceptó la llamada de Javier Milei
Melisa Molina
Página/12
8 de noviembre de 2024
El presidente Javier Milei sigue en la dulce espera porque el mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump seguía sin atenderle el teléfono bien entrada la noche del jueves. En Casa Rosada todos consideran y alardean con que el flamante presidente republicano es «amigo» de la gestión «libertaria» y hasta dicen que Milei tendrá un trato especial de Estados Unidos por estar completamente alineado bajo su ala. Sin embargo, por más que el argentino desde el miércoles no dejó de mandarle mensajes, publicó un texto plagado de felicitaciones en inglés y hasta le grabó un video, el republicano sigue sin prestarle atención y sin responderle. Trump, en cambio, sí tuvo tiempo para hablar con otros líderes de la región: la tarde del jueves se comunicó con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, una mandataria que está en las antípodas de su posicionamiento ideológico, y hasta con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, un país mucho más pequeño que La Argentina, que tiene poco más de 6 millones de habitantes.
Más allá de que Trump ignoró a Milei el día de su triunfo, y también el día siguiente, el presidente argentino considera que él será para la Casa Blanca un referente muy importante en la región. De hecho, está tan entusiasmado con el triunfo del republicano que sus colaboradores más cercanos, por más que aún Trump ni siquiera se haya comunicado con él, le están organizando dos viajes a Estados Unidos.
La fecha para realizar el primer viaje podría ser la semana que viene. Pero lejos de un recibimiento especial como se imaginaban en la Casa Rosada, parecería que Milei deberá intentar asistir a la nueva edición de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), que se realizará el 14 y 15 de noviembre en Mar-a-Lago, la residencia de la que el flamante presidente de Estados Unidos es dueño en Palm Beach, para ver si logra tener allí algún tipo de contacto.
LA FOTO DE LOS 38 MILLONES
En febrero de este año el estado argentino ya le pagó a Milei un viaje de 38 millones de pesos para que él pueda sacarse una foto con Trump. El Presidente argentino logró estar con el republicano cerca de un minuto y medio en el marco –también– de la Conferencia de Acción Política Conservadora, pero que en ese caso se había desarrollado entre el 21 y el 24 de ese mes en Maryland.
Otra de las dudas es si Milei viajará o no a la asunción de Trump que será el 20 de enero en Washington. Más allá del deseo irrefrenable de Milei, el flamante Canciller Gerardo Werthein, ante la consulta de si el jefe de Estado irá o no a la asunción, respondió tajante: «No». Luego, explicó que «a la asunción presidencial no se invitan presidentes. La regla de EE. UU. es que solo se invitan a ese evento a miembros del cuerpo diplomático». Además, Werthein añadió que «EE. UU. tiene como norma –eso no quiere decir que siga– que al primero que recibe el presidente electo es a Canadá y el segundo México, aunque probablemente Trump cambie muchas cosas».
Sobre las fechas de los posibles viajes que quiere hacer el mandatario argentino, Werthein agregó el miércoles por la noche que «todas las opciones están abiertas, pero a mí no me gusta hacer futurología. Vamos a esperar que los dos presidentes hablen, que tengan un diálogo, y de ahí construir». Ese diálogo, hasta el jueves a última hora, seguía sin existir. TRUMP SÍ SE ACORDÓ DE OTROS PRESIDENTES DE LA REGIÓN
Mientras Milei seguía esperando el llamado con el teléfono en la mano, aprovechó todo el miércoles y el jueves para compartir y retwittear, casi sin parar, halagos y mensajes a favor de Trump y fotos y dibujos junto a él. El nuevo presidente de Estados Unidos, sin embargo, seguía sin aparecer. Trump sí se tomó el tiempo, sin embargo, para llamar a otros mandatarios de la región, que consideró prioritarios.
Primero lo hizo con Claudia Sheinbaum, de México. La presidenta de ese país compartió, cerca del mediodía del jueves, un posteo en sus redes sociales en el que se la veía hablando y lo acompañó de un texto que decía: «Tuvimos una llamada muy cordial con el presidente electo Donald Trump en la que hablamos de la buena relación que habrá entre México y Estados Unidos».
Sheinbaum es del partido político Morena, del que también forma parte el expresidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador. AMLO fue muy criticado por Milei por estar en las antípodas de su pensamiento ideológico. El «libertario» supo calificar al referente y fundador de Morena como «ignorante, patético, lamentable y repugnante”. Su amigo Trump, sin dudas, decidió tener otro trato con los mexicanos.
Una hora más tarde, pasadas las 14, también subió un posteo en X el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. En el escrito, el mandatario de ultraderecha anunció que había hablado por teléfono con Trump y contó que, además de felicitarlo por la «contundente victoria», conversaron «sobre el fuerte mandato que recibió del pueblo estadounidense y la importancia que tiene su elección para el mundo».
El diálogo con Bukele no fue escueto, Trump se tomó tiempo para hablar con él y, según contó el salvadoreño, «tuvimos una conversación interesante sobre su podcast strategy, la bala que casi lo mata, la gente increíble que lo rodea, los efectos a veces dañinos de los fondos de ayuda estadounidenses, las ONG respaldadas por Soros y nuestro compromiso compartido de abordar los desafíos que tenemos por delante». «Que Dios bendiga su administración», finalizó.
El escrito del presidente de El Salvador, al igual que el texto que publicó Milei de manera casi inmediata después del triunfo de Trump, fue publicado en las redes sociales en inglés. Sheinbaum, en cambio, prefirió el idioma de su país, el castellano.
Mientras Milei seguía esperando la comunicación, el republicano prefirió conversar con su par de Canadá, Justin Trudeau; de Francia, Emmanuel Macron; de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; y de Dinamarca, Mette Frederiksen.
¿CÓMO SIGUE LA AGENDA PRESIDENCIAL?
En cuanto a la agenda internacional de Milei, mientras en Casa Rosada esperan ansiosos que Trump se acuerde de ellos, el flamante canciller Werthein tendrá que terminar de organizar la visita que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que haría a la Argentina antes de la cumbre del G20, que se desarrollará el 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro- Brasil. Milei también viajaría para participar de ese importante evento.
En el marco de la cumbre del G20 en Río, también trascendió que vendrá al país la presidenta de Italia, Giorgia Meloni, con quien Milei tenía planificado un almuerzo en la Quinta de Olivos el día 20 de noviembre. Más allá de lo que estaba planeado, la euforia por Trump del Presidente, y los posibles viajes para intentar tomar contacto con él, pueden llegar a cambiar todo.
Otra incógnita, además de qué pasará con la agenda internacional del presidente argentino, está vinculada con quién será el reemplazo de Werthein frente a la embajada de la Argentina en Estados Unidos. Por ahora, desde Casa Rosada no confirman ningún nombre y dicen que siguen «analizando perfiles».