Informador Público

"Juzgo imposible describir las cosas contemporáneas sin ofender a muchos". Maquiavelo

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Opinión

Milei y el despotismo democrático (2)

Por Hernán Andrés Kruse.-

“Pero no necesitará recurrir a la fuerza para dispersarlos, ya que son los individuos los que se recluirán en el círculo de una intimidad intrascendente y en el disfrute de un bienestar frívolo. En la tutela paternalista que ejerce sobre los individuos, el despotismo democrático se muestra de lo más minucioso, regular y previsor, a la hora de velar por la felicidad de todos, de garantizar su seguridad y proveer sus necesidades; sobre todo, se preocupa de que los individuos gocen y no piensen sino en gozar. Semejante poder tutelar y paternalista no solo modela a los individuos y doblega sus voluntades, sino que además –señala Tocqueville– extiende a través de toda la sociedad una compleja red de regulaciones minuciosas y reglas uniformes. Más que obligar y oprimir, el despotismo democrático anula la iniciativa y reduce a la sociedad “a un rebaño de animales tímidos e industriosos cuyo pastor es el gobierno”. En todo caso, el despotismo democrático aúna la sujeción reglamentada y benigna –bajo un poder tutelar cada vez más centralizado– con la soberanía popular; como si la elección periódica de los tutores compensara la pérdida de libertad.

De ese modo, la conjunción de centralización administrativa y concentración de poder soberano genera la más extraña paradoja de la soberanía popular: se trata a los ciudadanos como incapaces de dirigir sus asuntos cotidianos, pero se les atribuye la inmensa responsabilidad de decidir quién gobierna. En suma, bajo el despotismo democrático, los ciudadanos se transforman paradójicamente en “juguetes del soberano y sus señores, más que reyes y menos que hombres”. Y, así como la ciudadanía –el soberano legítimo– se encuentra privada de las capacidades que le permitirían dirigir su gobierno, el poder social del Estado exhibe una paradoja análoga bajo el despotismo democrático: “de derecho, un agente subordinado; de hecho, un amo”.

Si consideramos el despliegue completo de sus meditaciones sobre el curso de la revolución democrática moderna, Tocqueville parece introducir diferentes usos del léxico de la tiranía y del despotismo, aunque con frecuencia se refiera indistintamente a la “tiranía” o al “despotismo” para designar los riesgos que corre la libertad política. Un primer tipo de opresión que amenaza a la libertad política se identifica con el despotismo legislativo. Surge del imperio absoluto de la mayoría en democracia, cuando los representantes políticos directamente nombrados por el pueblo han de someterse a las pasiones inmediatas de sus representados, de modo que un impetuoso poder legislativo, agitado por las presiones de la opinión pública, termina dirigiendo todo el gobierno y amenaza la independencia del poder ejecutivo y del poder judicial.

Otra amenaza a la libertad proviene precisamente de la tiranía de la mayoría sobre la opinión pública, esa forma inmaterial de despotismo en que la omnipotencia moral de la mayoría pone en entredicho la independencia intelectual y la libre expresión del pensamiento. También encontramos en Tocqueville una referencia a cierto tipo de gobierno despótico cercano a las tiranías de la Antigüedad; se trata de la opción que queda si no se impulsa el desarrollo de instituciones libres en el curso de la revolución democrática moderna, y consiste en el poder ilimitado que uno solo ejerce sobre todos o en una opresión tiránica sobre todos por igual. Por otra parte, Tocqueville consigna una forma de despotismo democrático o administrativo, que se caracteriza por ejercer un gobierno blando, tan centralizado y extenso, como tutelar y benevolente. Finalmente, en Tocqueville aparecen referencias a un despotismo imperial o dictadura militar, que podríamos asimilar al bonapartismo. Se trata de un tipo de liderazgo post-revolucionario que, en nombre del pueblo, instaura un gobierno usurpador, con un marcado trasfondo militar y con vocación expansionista, básicamente sostenido con la fuerza de las armas.

Ahora bien, cabe considerar que el bosquejo de un posible despotismo democrático –tan igualitario y extenso, cuanto tutelar y benevolente– constituye la prognosis más influyente de Tocqueville acerca de los designios y riesgos de la revolución democrática moderna. Al fin y al cabo, la omnipotencia de la mayoría sobre las instituciones democráticas, así como su influjo inmaterial sobre la opinión pública, resultan solidarios del tipo de concentración del poder que es inducido por las opiniones y sentimientos democráticos. Tanto en la tiranía de la mayoría como en el despotismo democrático se impone el gusto por la igualdad irrestricta, la uniformidad regular y la unicidad del poder social, a expensas de la independencia espiritual, de los derechos individuales y de las libertades políticas. En ambos casos, la fascinación por el orden geométrico, por la nivelación sistemática y la equivalencia abstracta, tiene como correlato la más férrea imposición del principio de identidad lógica, al servicio tanto de la totalización y la autoclausura del todo social, cuanto de la individualización normalizadora y de la dispersión atomizadora de individuos autorreferentes, en desmedro de la fluidez de los vínculos interpersonales y las pasiones compartidas.

Ante la prognosis de un despotismo democrático blando y tutelar, se suscita inevitablemente la inquietud por cuál haya podido ser el referente concreto en que Tocqueville vislumbró la tendencia a la alienación política consumada. Roger Boesche ha señalado que el paradigma subyacente al tipo de despotismo democrático bosquejado por Tocqueville se obtuvo a través de la observación del sistema penitenciario de los Estados Unidos. La descripción de las prisiones norteamericanas y de sus métodos de reforma de los presos parece haber centrado la atención de Tocqueville en el rol esencial del absoluto aislamiento de los prisioneros, cuando se trata de lograr un control exhaustivo. El aislamiento total del preso no solo induciría a la reflexión, el remordimiento y una cierta esperanza religiosa, sino que además lo involucraría en el trabajo productivo y lo haría más propenso a escuchar la voz tutelar del pastor o del cuidador. De ese modo, se esboza cierto paralelismo entre el despotismo democrático y el funcionamiento de la prisión, en la medida en que ambos introducen el absoluto aislamiento de los individuos y llevan a cabo una opresiva privatización de la vida.

Pero además de proporcionar un microcosmos o paradigma de una sociedad atomizada, la prisión también concreta una forma de igualdad irrestricta en lo que concierne a espacios y tiempos, rutinas y hábitats, autopresentación y mantenimiento del cuerpo; se trata de una sociedad igualitaria modélica en la cual se desdibujan todos los privilegios y jerarquías. En ese sentido, como sostiene Boesche, el sentimiento de impotencia derivado del aislamiento y del trato indiferente, en virtud de los cuales la prisión opera como un mecanismo cooperativo, constituye también la principal fuente de poder del despotismo democrático que Tocqueville retrata. Por otra parte, la prisión consigue modificar los hábitos intelectuales y sentimientos, de tal manera que también en ese aspecto se asemeja al despotismo blando; y es que este –a diferencia de las tiranías antiguas– no opera mediante la coerción externa sobre el cuerpo, sino que controla inmaterialmente el pensamiento y los sentimientos de los individuos. Además, la prisión inculca la misma ética del trabajo, la misma inmersión en la ocupación productiva y el mismo disfrute del consumo privado, que subyacen al individualismo posesivo capitalista, a la privatización de la existencia y a la alienación del espacio público propiciada por el despotismo blando.

En suma, según Boesche, tanto el prisionero como el súbdito del despotismo democrático soportan una vida de aislamiento e incomunicación, de autoabsorción en pequeñas ocupaciones rutinarias y placeres frívolos; ambos se someten a fuerzas extrañas e incomprensibles que les impiden hacerse cargo de su propia iniciativa y del control de su libertad pública. Desde esa perspectiva, cabe pensar que el inmenso poder de policía social que Tocqueville veía extenderse reticularmente por toda la sociedad –al servicio de la regulación exhaustiva de los detalles de la vida cotidiana y de la administración tutelar de la felicidad de los individuos– coincidiría finalmente con cierta sociedad carcelaria: aquel sistema de control incruento que aísla a los individuos procura su visibilidad e individualización, así como lleva a cabo su encuadramiento disciplinario y normalización. Sin duda, la interpretación de Boesche, según la cual la prisión constituye el prototipo del despotismo democrático, resulta sumamente sugerente al destacar con perspicacia una de las principales modalidades de ejercicio del control en la modernidad.

Ahora bien, Tocqueville parece haber tenido presente otro paradigma de despotismo democrático y, de hecho, lo explicita al dar cuenta del ēthos de la sociedad democrática: la industria capitalista. En efecto, la sociedad igualitaria se caracteriza tanto por rehabilitar la actividad lucrativa, generalizando la ocupación remunerada y el trabajo asalariado, cuanto por difundir el deseo de bienestar material. Precisamente, el deseo de bienestar material hace que los individuos traten de aumentar constantemente los medios para satisfacer los goces materiales, de manera que los individuos se ven empujados a la actividad lucrativa de los negocios y la industria; no en vano, el comercio ofrece los medios más rápidos y eficientes para lucrar. Según Tocqueville, existe cierta atracción fatal entre la sociedad igualitaria y la industria capitalista: la actividad comercial conquista el imaginario social y desata las pasiones más enérgicas, a pesar de que el propio frenesí del progreso industrial desencadena crisis industriales tan catastróficas como impredecibles, a causa de las múltiples relaciones de dependencia e influencia que crea una actividad comercial generalizada.

Pero la industria capitalista no solo induce ese deseo de bienestar material, que aísla a los individuos de la esfera pública y los sume en la búsqueda de renovados goces; además tiende a la creciente concentración de recursos y del capital. Este aumento constante de escala de la producción industrial requiere de regulaciones cada vez más complejas y demanda colosales obras públicas; de ese modo –para Tocqueville– el Estado refuerza su poder administrativo y moviliza cada vez más recursos, al tiempo que se convierte en el mayor industrial. En ese sentido, la industria capitalista encierra en su seno el germen de un nuevo despotismo; sobre todo, porque hace posible formas de sujeción y de dependencia, en que las interacciones se multiplican, pero los vínculos interpersonales y las asociaciones se desvanecen. En el trabajo fabril, Tocqueville reconoce explícitamente algunas de las modalidades de enajenación de la vida pública que Boesche asociaba a la prisión: el encuadramiento de la actividad humana en hábitos regulares, la limitación de las capacidades intelectuales y el extrañamiento en un oficio fijo; y, por si fuera poco, la división del trabajo hace al individuo cada vez más débil, limitado y dependiente.

Por lo demás, Tocqueville cree reconocer en la nueva ciencia de la industria capitalista –la economía política de su tiempo– el esbozo de la idea de despotismo democrático: bajo el credo del libre cambio, se da la consagración de una igualdad y uniformidad irrestrictas; pero, además, se idealiza una sociedad plenamente administrada, compuesta por una masa confusa de individuos, así como sujeta a un gobierno omnisciente, que pretende remodelar tutelarmente a la humanidad mediante la educación dirigida por el Estado. Si la industria era el paradigma de despotismo democrático que Tocqueville tenía en mente, entonces la regulación tutelar de todos los asuntos de la vida, así como el repliegue individualista en el bienestar privado, se situarían en un escenario que no coincide exactamente con la extensión de una sociedad carcelaria. El despotismo democrático que Tocqueville pronosticó estaría más cerca de alguna forma de capitalismo burocrático: se trataría de la adaptación de las formas de vida, trabajo y conciencia, a una racionalización exhaustiva (basada en el cálculo, la regulación uniforme y la mecanización), así como a una descomposición, especialización, atomización y aislamiento de los elementos sociales.

Semejante capitalismo burocrático consumaría las formas más impersonales de dependencia y cosificación, bajo la forma de la intercambiabilidad general, de la íntegra regulación formal y de la igualdad abstracta. El fantasma del despotismo democrático podría asociarse, en mayor medida aun, a cierto “capitalismo organizado”: una sociedad de la abundancia, que produce y consume en gran escala bienes y servicios, de manera que los individuos –tan integrados como satisfechos– disfrutan de una vida confortable y un trabajo ligero; una sociedad, además, aparentemente pluralista en lo tocante a las diferentes creencias, pero que ejerce cierta tolerancia represiva, al asimilar y neutralizar todo cuanto se le opone; una sociedad, en fin, en la cual todas las facetas de la existencia material e intelectual, públicas y privadas, son funcionales a las exigencias y utilidad sociales, de modo que las necesidades, expresiones y aspiraciones individuales son modeladas y dirigidas unidimensionalmente. En todo caso, ya sea que Tocqueville haya pronosticado la extensión del poder de policía social en una sociedad carcelaria, o haya entrevisto las formas de dependencia impersonal que genera la industria capitalista, bajo la figura de un capitalismo burocrático y organizado, su prognosis nos sigue inquietando.

Sea cual sea el auténtico rostro –amable y paternalista– del despotismo democrático que Tocqueville pronosticó, su prognosis permanece tan abierta como la propia incertidumbre que la revolución democrática instaura como forma de vida, y nos sigue invitando a vislumbrar las nuevas formas y figuras de tiranías o despotismos (que, tal vez, ni siquiera pueden ser nombrados como tales, o resultan innombrables). Asumamos, pues, el desafío que la incertidumbre democrática suscita y permanezcamos atentos a los rostros innombrables del despotismo democrático, con el mismo espíritu que Tocqueville nos propone, es decir, con “ese saludable temor que produce vigilancia y lucha, y no esa especie de terror blando y pasivo que abate los corazones y los debilita”.

(*) Juan Antonio González de Requena Farré: “Nuestras tiranías: Tocqueville acerca del despotismo democrático” (Universidad Austral de Chile-Areté-Revista de Filosofía), 2013.

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Hernán Andrés Kruse

Doctor en Ciencia Política Rosario, Argentina @HernanKruse

4 comentarios en «Milei y el despotismo democrático (2)»

  • LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES

    Trastienda del desembarco de la primera funcionaria que responde a Mauricio Macri en un área clave del Gobierno

    Brenda Struminger
    Infobae
    17 de Oct, 2024

    El desembarco de María Tettamanti a la Secretaría de Energía, concretado esta tarde, fue el corolario de la serie de conversaciones que vienen Javier Milei y su principal asesor, Santiago Caputo, con Mauricio Macri, bajo distintos grados de tensión. Es la primera funcionaria elegida por el ex presidente para ocupar el liderazgo de un sector clave en el Gobierno, después de diez meses de presionar para que lo habilitaran a colaborar de manera “institucional”. Una manera de la cúpula libertaria de contener al jefe del PRO, que por ahora no avanzaría sobre otras áreas (aunque no se descarta que designe a cuadros técnicos de su confianza en segundas líneas de Energía).

    La primera charla por Energía entre S. Caputo y Macri había tenido lugar en septiembre. Era la primera vez que hablaban desde que el ex mandatario se despachó contra “el entorno” del Presidente, en julio, durante su discurso en el acto de asunción al frente del PRO.

    Energía era uno de los sectores calientes donde Macri venía planteando que podía aportar, en medio de las subas de tarifas y ante la inminencia de cortes en el verano. En aquel mitin, por primera vez Caputo no le cerró la puerta por completo a un desembarco amarillo. E incluso en el entorno del ex mandatario aseguran que fue él quien pidió ayuda en el complicado sector energético.

    Hasta entonces, el consultor, avalado por Javier y Karina Milei, se había plantado contra el ímpetu colaborativo de Macri. Consideraba peligroso perder el control sobre áreas específicas en manos de un líder considerado por los libertarios, como mínimo, avasallante. De hecho, desde el inicio del Gobierno sólo le habían otorgado organismos de menor monta, como la Dirección de Parques Nacionales o la Secretaría de Deportes.

    Los Milei siempre se escudaban, ante los planteos de Macri, en que Patricia Bullrich fue designada en la relevante cartera de Seguridad. Del otro lado se ofendían con el argumento: la ex candidata a presidenta se había incorporado por cuenta propia, sin consultar con el partido, ni antes, ni después de asumir el cargo. “Patricia está por Patricia”, suelen repetir en el PRO.

    Tres semanas después de aquel reencuentro, en el inicio de octubre, el estratega de Milei y “el Presi”, su principal aliado volvieron a hablar personalmente en las oficinas del consultor a cuadras de la Casa Rosada. En privado, Santiago Caputo le dio el visto bueno definitivo a Macri. Y luego, ese pre-acuerdo para colaborar en temas energéticos empezó a concretarse. Cuatro días después, Daniel González, el coordinador de temas energéticos -uno de los “viceministros” del titular de Economía, Luis Caputo- convocó en la sede de Hacienda a Emilio Apud, cuadro técnico de referencia de Macri en temas energéticos.

    En pleno nombramiento, se abrió una disputa subterránea en PRO, entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich, sobre la llegada de la nueva funcionaria. Es que Apud y la experta habían trabajado en la mesa de campaña de la ministra cuando era candidata presidencial, el año pasado. Y en el entorno de la ministra aseguraron esta tarde que “forma parte del riñón de Patricia”. Sin embargo, cerca del experto sostuvieron que, si bien esa colaboración proselitista ocurrió, en realidad la especialista fue nombrada en Economía como consecuencia directa del pacto entre Macri y Caputo, a través de Apud, que forma parte del ala de PRO que conduce el ex jefe de Estado.

    Por otro lado, González y Apud se conocen desde hace años: compartieron sillas en el directorio de YPF y mantienen una relación de confianza. Ese lunes se discutieron temas específicos del área: desde el “saneamiento” de los cuadros tarifarios, a las mejoras e inversiones para el el transporte, generación y, eventualmente, la exportación de energía. Siempre con la aclaración de que para la implementación de cualquier medida respetarían las metas de inflación y equilibrio fiscal. Conversaron esos ejes a grandes rasgos, pero en un marco oficial, al punto que después Economía publicó un comunicado para informar sobre el encuentro.

    Macri pedía participar de la toma de decisiones en áreas clave pero con una condición clara: no quería un esquema como el de Bullrich, que se sumó al Gobierno de manera independiente, sino con una dinámica “institucional”. Es decir, que el funcionario de su riñón que se incorporara llegara, antes que nada, como miembro del PRO y que, por ende, su participación y toma de decisiones en la administración pública fueran discutidos previamente en el partido (léase, con Mauricio Macri).

    En el Gobierno aceptaron de palabra estas condiciones en el caso de Tettamanti, pero por lo bajo susurraron: “La decisión final es nuestra, siempre”. Buscaron contener a Maccri, que les otorgó apoyo clave para salvar el veto universitario en el recinto de Diputados la semana pasada; y ahora colaboraría para que el oficialismo pueda avanzar con el Presupuesto 2025 y, eventualmente, para bloquear los proyectos de la oposición dura para modificar en detrimento de Milei la ley que regula los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).

    A pesar de que el nombramiento se hará efectivo sin dudas, en el partido amarillo quieren ver cómo funciona el rol de Tettamanti en la práctica. El primer paso fue nombrarla, a partir de una propuesta que le hizo Apud directamente a González -dicen que tantearon al ex Secretario, pero él no estaba interesado en ocupar el cargo, y que les ofreció una lista donde figuraba ahora ex gerente general de NRG Energía SA-. Fue el funcionario de Caputo quien la seleccionó, luego de escuchar las recomendaciones de Apud, hombre a quien Macri “respeta” y en quien “confía”, según dijeron en su entorno.

    Sin embargo, ahora quieren evaluar el nivel de injerencia que realmente tiene la nueva funcionaria sobre un área clave -tanto para la micro como para la macroeconomía- y cuánto la dejan participar de la toma de decisiones, teniendo en cuenta la omnipresencia de la mirada del partido y del ingeniero en sus decisiones.

    Por lo pronto, en Economía no cierran la puerta a que la nueva secretaria de Energía reemplace a subsecretarios y directores del área con especialistas de su confianza, que provendrían de las huestes de PRO. Pero por ahora el único cambio de nombres es Tettamanti.

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  • LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES

    Cristina Kirchner: «MiIei está haciendo una verdadera demolición social»

    Melisa Molina
    Página/12
    18 de octubre de 2024

    El Partido Justicialista porteño realizó su acto por el Día de la Lealtad peronista y ratificó su respaldo a la candidatura partidaria de Cristina Fernández de Kirchner. La expresidenta eligió este encuentro para enviar su mensaje a la militancia. La multitud, que colmó la Federación Argentina de Boxeo, escuchó con atención el mensaje de CFK: “Estoy convencida de que darle voz y protagonismo a los castigados por este proceso de caos y destrucción liderado por Milei es lo que debemos hacer desde la política partidaria”, y calificó al gobierno de Javier Milei como “una verdadera demolición social planificada y ejecutada sin piedad y con mucha crueldad”, aplicada por “teóricos y prácticos de la odiología”. Horas antes, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó un acto en la localidad de Berisso y, si bien no se pronunció específicamente sobre la disputa por la conducción del PJ, reivindicó la figura de la expresidenta. “Los días más felices fueron con Cristina”, dijo sobre el escenario y agregó: “Basta de persecución, basta de proscripciones. Van a decir que Cristina es culpable (en la causa Vialidad), pero es mentira”.
    Rodeados por los militantes que cantaban la marcha peronista y vitoreaban “Cristina conducción”, hablaron, entre otros, Victor Santa María y Mariano Recalde. En representación de las organizaciones sindicales Santa María hizo hincapié en que “es hora de que Cristina se ponga al frente” y agregó: “Te vamos a seguir, todos nosotros te debemos lealtad, como vos la tuviste con nosotros”. Además, destacó el liderazgo de CFK al sostener que “vamos a acompañar este momento histórico por el cual va a pasar el peronismo, que es nuevamente tener a una presidenta de nuestro partido. Pero, principalmente, esa presidenta es quien nos conduce hace muchos años”.
    Santa María aseguró que “la lealtad que tenemos hoy con CFK no es una lealtad de ella hacia nosotros, sino una lealtad que fluye entre el pueblo y su líder. Le pedimos por favor que sea presidenta de nuestro partido porque necesitamos organizarlo y nadie mejor que quien fue la compañera de nuestro gran líder, Néstor Kirchner, para hacerlo”. Además, agregó que “este 17 de octubre le pedimos que reflexionemos todos los que hablan de unidad sobre la generosidad que siempre tuvo CFK y que no han tenido muchos líderes políticos”. Por último, reflexionó que en 2015 el candidato a presidente no fue kirchnerista, tampoco en 2019 ni en 2023. “Hoy es hora de que vos te pongas al frente, porque todos te vamos a seguir”.
    En tanto, el titular del PJ metropolitano, Mariano Recalde, afirmó que “Cristina representa la esperanza. Y yo sí me quiero meter si hay una interna en el peronismo para bancar a Cristina”. A continuación sostuvo que “la pelea es con aquellos peronistas que se sienten más cómodos con este Gobierno que con Cristina. Contra ellos confrontamos. Confrontamos contra esos diputados que entraron al Congreso por el peronismo, y votan en contra del pueblo. Esa es la interna que vamos a disputar con Cristina a la cabeza”, indicó. Por último dijo que “queremos unidad, pero también que respeten los rangos. Todos son fundamentales, pero ancho de espada hay uno solo”.
    Por último, Recalde le agradeció a CFK “por hacerte cargo de la tarea compleja de juntar a todo el peronismo detrás de un proyecto que defienda los intereses del pueblo”, y finalizó: “No quedan dudas, ella va a ser la próxima presidenta del partido y lo va a enderezar para formar un gran frente nacional”. Kicillof, en tanto, desde Berisso había dicho que quería “unidad, unidad, unidad”, y subrayó que “la única pelea que me interesa es la pelea contra las políticas de Milei”.
    En tanto, en las gradas estuvieron el senador Oscar Parrilli, los diputadas Paula Penacca, Lorena Pokoik e Itaí Hagman, el exministro de Cultura, Tristán Bauer, la exlegisladora Ofelia Fernández, la extitular del Inadi, Victoria Donda, y sindicalistas como Daniel “Tano” Catalano, de ATE, Abel Furlán, de la UOM y Daniel Ricci de FEDUN, entre otros.
    LOS PROTAGONISTAS: EL PUEBLO PERJUDICADO
    También hablaron representantes de distintos sectores sociales perjudicados por las políticas del gobierno de Javier Milei. La primera en tomar la palabra fue la presidenta del centro de estudiantes de la facultad de Ciencias Exactas de la UBA, Julia Benito. Ella hizo un repaso del conflicto por el presupuesto universitario en estos diez meses del gobierno de LLA y recordó las dos marchas educativas del último tiempo: la del 23 de abril y la del 2 de octubre. “Todos los sectores sociales se han sometidos a un ajuste brutal con este gobierno. Las universidades no tienen presupuesto para funcionar. Luego de la primera marcha conseguimos una mejora para los gastos de funcionamiento que, de todos modos, significó una caída del 2,9 por ciento. Es decir, fue un aumento mentiroso, un ajuste. Pero después tuvimos que salir a reclamar por los salarios de docentes y no docentes. Hoy el 50 por ciento de ellos se encuentra bajo la línea de pobreza”.
    Benito comentó que en su facultad hay docentes que cobran 100 mil pesos por mes. “El ‘histórico’ aumento que nos dieron desde el ministerio de Capital Humano fue de 6.8 por ciento. No hace falta ser matemático para saber que son 6.800 pesos, es decir, lo que sale un menú del día en el comedor de la facu”. Luego añadió “es vergonzoso. Si por algo va a pasar a la historia este gobierno es por el papel lamentable que están haciendo”.
    Luego fue el turno de Pablo Catalán, un trabajador del hospital de Salud Mental, Laura Bonaparte, que quiso ser cerrado por Javier Milei hace tan solo unas semanas. “Para ellos el sistema de salud no representa nada. No le dan una respuesta a las familias que lo necesitan. Es importante que cuando un niño o un adulto tienen un problema de salud mental no se sientan una porquería, no se sientan mal, y no sean excluidos. Hoy se nos impuso en el Bonaparte tener que pensar en una reestructuración institucional. Despidieron compañeros, cerraron puestos de internación y cerraron los dispositivos territoriales. Nosotros creemos que la patria es el otro y queremos seguir estando cerca de la comunidad”, afirmó.
    También hablaron Teressa Raqui, representante de una agrupación de adultos mayores del PJ que reconoció ser una novata en esto de hablar ante una multitud. Reivindicó la política para los jubilados de CFK y cuestionó la destrucción del sistema previsional por parte de Milei. También habló Carolina Papaleo, en representación de los actores y el sector de la cultura. Papaleo dijo: “La cultura es un bien común, de todos, y tenemos que unirnos poder sobrellevar el desfinanciamiento que tenemos en cada uno de los sectores. El Incaa está totalmente desfinanciado y, como no tenemos producciones nacionales, dependemos de extranjeros. Eso mitiga la identidad argentina. Tal como entendieron NK y CFK la cultura es una herramienta política para la transformación y es la que puede permitir que un país sea más libre y soberano”.
    A su turno habló, Alejandro “Pitu” Salvatierra. Él dijo: “¿Qué les voy a contar a ustedes que caminan los barrios? ¿Que este es un gobierno cruel? Pocas veces pensé ver un gobierno así, con tan poca humanidad y desapego por el sufrimiento del otro. El público cantaba “Cristina presidenta”, y él respondió: “Ya tenemos tres estrellas, podemos tener tres presidencias”.
    Para cerrar, subrayó: “Sé a dónde hay que estar y qué lugar es mi pertenencia. No me olvido como muchos. Algunos dicen que son peronistas de Perón o kirchneristas de Néstor, pero nosotros empezamos a comer carne con CFK. Con ella tuvimos los salarios más altos en dólares y ella generó que millones puedan acceder a la jubilación con la moratoria. Con CFK los villeros cambiamos los techos de chapa por la loza. Con ella tuvimos dignidad”. Al finalizar indicó: “Es la figura política más importante. Se puso de pie y empezó a conducir lo que tiene que conducir. Hoy se disputa si el peronismo va a ser un engranaje del poder concentrado, como lo fue en los 90, o un espacio que dispute poder para dignidad a los que menos tienen. Nunca fue tan simple”.

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  • LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES

    El paro universitario fue contundente en todo el país

    Celeste del Bianco
    Página/12
    18 de octubre de 2024

    Ayer se realizó el paro nacional universitario con una adhesión del 95 por ciento en todo el país, es el primero de los tres que definió el Frente Sindical, integrado por gremios docente y no docentes, en reclamo por la apertura de la paritaria y el aumento de los fondos en el Presupuesto 2025. Además, en facultades de varias provincias como Mendoza, San Luis, La Pampa y Corrientes, entre otras, se hicieron actividades para visibilizar el conflicto con el Gobierno Nacional, que se niega a rever su postura y escala en los ataques verbales. En Tucumán, estudiantes y docentes hicieron clases públicas y una movilización masiva a Plaza Independencia para repudiar la violencia de la policía provincial, que el miércoles desalojó una clase con el aval del gobernador Osvaldo Jaldo.
    Todos los gremios que integran el bloque coincidieron en que la adhesión al paro nacional fue muy alta. Paralelamente, los estudiantes, sobre todo de las provincias, siguieron con las medidas. El reclamo es por la recomposición salarial, que lleva una pérdida del poder adquisitivo del 63 por ciento, el pago de la garantía salarial (que el Ministerio de Capital Humano anunció hace dos semanas y aún no realizó) y la restitución del Fondo de Incentivo Docente. En algunos casos, la adhesión fue total como en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, San Juan y Mendoza. “Estamos llamando a (el secretario de Educación, Carlos) Torrendell para que nos de una contestación porque ninguna de esas cosas fueron garantizadas”, le dijo a Página 12 Marcelo Creta, secretario de gremial de UTE-CTERA.
    Desde la CONADU Histórica también celebraron el acatamiento. “Fue muy contundente la adhesión, pero además siguieron las actividades y tomas por parte de estudiantes”, confirmó la secretaria general del gremio, Francisca Staiti, a este diario. Además, valoró la unidad que mantienen con los otros dos sectores, rectorados y alumnos: “Se va construyendo, es activa y nos permite acercarnos en las coincidencias y respetarnos en las diferencias. El paro de hoy se potencia mucho cuando salen todos. Si no es en unidad es difícil salir de manera individual, el sector estudiantil está muy movilizado y nos ayuda bastante a sostener la visibilidad del conflicto”.
    El próximo paro será de 48 horas el lunes y martes de la semana próxima. Desde la Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales (FATUN), que nuclea a lo no docentes, denunciaron que varios de sus afiliados cobran salarios de pobreza. “No dejamos de insistir en que nos reciban en otra reunión paritaria para solucionar, aunque sea, parte de los gravísimos problemas que tenemos”, explicó el titular del sindicato, Walter Merkis, a Página 12. Y agregó: “Tenemos nuestras dos últimas categorías por debajo de la línea de la pobreza, buscamos una mejora que les permita vivir con cierta dignidad. El monto promedio en categoría 7 es de 590.000 pesos. Si pudiéramos agregar 180.000 pesos mejoraríamos su situación”.
    Más allá del paro, en varias provincias siguieron las actividades. En Tucumán hicieron una gran movilización desde el rectorado de la UNT hasta Plaza Independencia por el reclamo universitario, pero también para denunciar el accionar violento de la policía de la provincia que el miércoles desalojó una clase pública de la Facultad de Filosofía y Letras. “Jaldo, cagón, ni olvido ni perdón”, le cantaron al mandatario provincial, que ayer respaldó a los efectivos. «La Policía no actúa por voluntad propia, actúa por decisión del gobernador, que hará respetar el derecho de todos los tucumanos», afirmó Jaldo.
    Además, el gobernador peronista intentó deslegitimar la convocatoria estudiantil. “Lo chicos de las universidades tienen todo el derecho a protestar; soy uno de los que quiere más presupuesto para las universidades, pero para que le aumenten los sueldos a los profesores, para que mejoren las cuestiones edilicias; no quiero más presupuesto para que se pierda en el camino y luego lleguen a ser juzgados en la Justicia Federal”, agregó.
    También hubo medidas en Mendoza, donde la comunidad educativa de la Universidad de Cuyo marchó desde el campus universitario hasta la Legislatura. En otras casas de estudios se hicieron permanencias o clases públicas o se mantuvieron las tomas, como en San Luis y La Pampa. Algunas hicieron asambleas interclaustros como en la Universidad del Nordeste, que abarca Corrientes y Chaco. En la Universidad del Comahue están organizando una gran movilización para el próximo miércoles.
    En cambio, en la mayoría de las facultades de la Universidad de Buenos Aires se pospusieron las medidas por el paro y se retoman hoy. En varias, habrá asambleas para definir cómo sigue el plan de lucha. Hoy en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA se retoman las clases públicas en la puerta del predio para sacar el reclamo a la calle. “En lo que va del año, renunciaron entre 40 y 50 docentes, es un número muy importante para la planta total. La mayoría alegó algún problema salarial, tenemos sueldos que están muy por debajo de lo que se cobra en la actividad privada y muy por debajo de lo que se estipula por hora”, le contó a Página 12 Soledad Lorenzo, doctora en Veterinaria y profesora. El Consejo Profesional de Médicos Veterinarios de CABA establece un arancel de 10.900 pesos por hora trabajada, mientras que ella gana alrededor de 6000. Es jefa de trabajos prácticos (con docentes y estudiantes a cargo), trabaja 10 horas semanales, tiene más 15 años de antigüedad, un plus por título de Doctora y cobra menos de 250.000 pesos mensuales.
    Otro de las medidas que se evalúan es la instalación de una Carpa Blanca en Plaza Houssay, frente a las facultades de Medicina y Económicas de la UBA. “Queremos defender la universidad con las cosas funcionando. Vamos a evocar aquel símbolo de lucha y hacer actividades extracurriculares, cursos y espacios de debate como para visibilizar a la sociedad y al barrio”, le contó a este diario Axel Santos, presidente del Centro de Estudiantes de Medicina.
    El próximo miércoles al mediodía, cuando la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados debata el Presupuesto 2025, se harán clases públicas en todas las casas de estudio del país para reclamar 2 billones de pesos más para el sector universitario.

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  • LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES

    Las tomas: una nueva etapa en la lucha contra el gobierno

    Juan García
    Prensa Obrera
    17/10/024

    La proliferación de tomas de Facultades y colegios universitarios a lo largo y a lo ancho del país contra el veto de Milei marca un salto cualitativo en la lucha contra el gobierno. Se combinaron con paros y clases públicas que largó inmediatamente la docencia combativa, de AGD UBA, y también con la participación de los nodocentes. Y en todo el país la lucha estudiantil condicionó a los sindicatos universitarios, aún a los más ligados a los rectorados. Las tomas son una reacción frente al fracaso de la política de negociación parlamentaria de los rectores, que junto al peronismo y el radicalismo, buscaron restringir la lucha por el presupuesto al terreno parlamentario pero no pudieron asegurar que sus propios bloques sostuvieran el rechazo del veto. Los estudiantes reaccionaron a la intransigencia oficial redoblando la apuesta y recurriendo a los métodos históricos de acción directa y de lucha del movimiento estudiantil. Por primera vez en lo que va de su presidencia, Milei debe enfrentarse a una lucha masiva que supera claramente el corsé de movilizaciones aisladas para negociar, que colocan tanto la oposición patronal como la burocracia sindical.
    Por eso, la movilización estudiantil que está en desarrollo marca un punto de inflexión en la lucha contra el gobierno. La defensa de la universidad pública se ha transformado en el punto central del debate nacional. Los estudiantes y docentes les responden a las declaraciones de Milei apuntando a que los pobres no ingresan a las universidades, que su gobierno es responsable de haber acentuado la masiva deserción entre los estudiantes más empobrecidos. Contra lo que sostiene Milei, la universidad que el gobierno le quiere arrebatar a la juventud es vista como un mecanismo de ascenso social por amplias capas de trabajadores, en un país donde el 70% de la población juvenil está bajo la canasta de pobreza.
    Esto explica la enorme popularidad de la lucha universitaria, que cosecha un apoyo masivo frente a un gobierno que viene fracasando en aislarla del conjunto de los trabajadores. Es que el otro punto central de este estudiantazo es la lucha salarial, contra un gobierno que está condenando a salarios bajo la línea de pobreza a millones de trabajadores en todo el país. Por esta vía, la lucha universitaria se conecta con la de toda la clase trabajadora que viene siendo despojada por la política del gobierno, en un país donde el consumo se derrumbó un 15% interanual. Sin ir más lejos, los trabajadores del Hospital Garrahan vienen de jornadas de huelgas y movilizaciones masivas y preparan una nueva gran movilización en unidad con las universidades para el próximo martes 22. A ellos se les unieron los residentes de distintos hospitales, como en su momento el Hospital Bonaparte contra el cierre. En Río Tercero, cuatro mil personas se movilizaron con el sindicato y los trabajadores químicos contra el cierre de una gran planta. Como ayer con los jubilados, la simpatía popular se va expresando a pesar del colaboracionismo de la burocracia sindical.
    La hipocresía de Milei no tiene límites, porque los impuestos “que pagan los pobres” se han reforzado por sus medidas de gobierno mientras los que pagan los ricos se reducen (como ocurre con Bienes Personales) y porque toda la intención de su presupuesto es que estos impuestos no vayan a las universidades sino a financiar a los ultramillonarios acreedores internacionales, beneficiarios de una cláusula que autoriza que se ajuste todo el presupuesto a garantizar el pago de intereses de la deuda.
    El otro argumento, el de las auditorías, se cae por su propio peso cuando el 92% del presupuesto se gasta en salarios cuyos montos deposita el gobierno nacional y cuya nómina está en blanco a disposición de todos los organismos del Estado, salvo los miles de ad honorem, que desde luego trabajan gratis, así que sus fondos no podrían ser malversados. Las camarillas radical-peronistas manejan el régimen de concursos y contrataciones, pero eso es arena de otro costal, tal vez los fachos libertarios quisieran tener ese control como en la Formosa de Insfrán.
    Los estudiantes, así, le ponen el cuerpo a la mayoría silenciosa que venía abandonando a Milei en las encuestas y que fue la que protagonizó los apagones de rating de la última cadena nacional. El clima de lucha que va tomando la crisis nacional va a poner en tela de juicio todas las estrategias políticas, tanto del gobierno como de la oposición.
    Universidad de los trabajadores, no de las camarillas
    Las tomas también pusieron de manifiesto una divergencia de métodos y objetivos entre el movimiento estudiantil y las camarillas universitarias que venían siendo la expresión visible del reclamo. Mientras se desarrolla el conflicto universitario, el radicalismo de Yacobitti y Lousteau, que gobierna Santa Fe con Maximiliano Pullaro viene de aplicar una brutal reforma jubilatoria contra los docentes y empleados provinciales. La oposición a esta reforma dio origen a una gran movilización popular. El gobierno de los que se presentan como progresistas en la universidad mandó a armar causas y a detener a cinco dirigentes docentes y estatales de la provincia. El radicalismo aplica sus propios golpes a la educación pública y los salarios, así como también a las libertades democráticas.
    Por eso, el choque entre Milei y las camarillas universitarias debe ser caracterizado como una disputa circunstancial por la magnitud del recorte presupuestario y por la velocidad a la que debe someterse a la universidad a un proceso privatista. De ninguna manera es una oposición de principios. Los radicales y peronistas que cogobiernan las universidades colaboran designando funcionarios para el gobierno de Milei en el Pami. Vienen llevando adelante una política privatista en la universidad desde hace décadas y nunca les quitó el sueño que una dedicación exclusiva no llegara a la canasta familiar mucho antes de que Milei aplicara el actual recorte. Solamente una presión extraordinaria del gobierno de Milei que los puso contra las cuerdas los llevó a plantear dos movilizaciones callejeras. Por eso ahora van a apuntar toda su intervención a desactivar las tomas. Inevitablemente, la intervención independiente del movimiento estudiantil y la docencia combativa va a ir sacando las conclusiones sobre quién es quién en la universidad.
    EL GOLPE ES DE MILEI Y CONTRA EL PUEBLO
    La otra reacción del gobierno frente a la movilización fue denunciar que tras los estudiantes se esconde la izquierda con la intención de desestabilizar al gobierno. Es el recurso clásico del macartismo para atacar al movimiento estudiantil, porque lo que reclaman los estudiantes es el elemental presupuesto para que la universidad funcione. Es Milei el que las coloca en un terreno “destituyente” porque entiende que su gobierno se tambalea si no es capaz de alinear al país a sangre y fuego con lo que le reclama el capital financiero internacional para exprimir hasta el último peso para el pago de la deuda.
    Como siempre, el recurso de apelar al macartismo busca evitar dar respuesta a los reclamos más elementales. Gabriel Solano le respondió marcando que es el propio gobierno el que, al pronunciarse por vetar cada reclamo popular, coloca el problema de que es incompatible con la salud, la educación y salarios. Esta incompatibilidad plantea, a los ojos de la población que ve cómo les son confiscados sus derechos elementales, la cuestión de la lucha por la caída del gobierno. Un gobierno que cierra hospitales, que pretende matar de hambre a los jubilados, que destruye las fuentes de trabajo en las fábricas, cierra y desabastece los comedores populares y liquida derechos laborales y que plantea alinear a la Argentina sin fisuras con el imperialismo y el genocidio sionista y ponerla enteramente de rodillas frente a los acreedores internacionales volcando cada centavo al pago de la deuda.
    EL PERONISMO DEBATE SUS LISTAS 2025, EL PARTIDO OBRERO CÓMO DERROTAR A MILEI
    A la luz de esta situación, reviste enorme significación para el movimiento popular que Máximo Kirchner volviera con su argumento de que el veto es una facultad presidencial, mientras llamaba a formar listas para ir a las urnas en 2025, y que Juan Grabois, en la misma sintonía, proclamara su candidatura a diputado. Mientras tanto, La Cámpora en todas las facultades maniobraba para evitar las tomas o plegarse a ellas cuando fueran un hecho consumado. El PJ de La Matanza inclusive mandó una patota contra los estudiantes que ocuparon la Universidad local. El llamado a llenar el Congreso de representantes del peronismo “contra el veto” se produce justo después que los diputados electos por esta fuerza de Catamarca y Tucumán le dieran los votos al veto de Milei contra la universidad pública.
    Contra esta orientación, el Partido Obrero asume el desafío planteado por el conjunto de la situación política, impulsando ¡Fuera Milei! Esta consigna deberá desarrollarse con una intervención del conjunto de los trabajadores en la situación política. Por eso la asociamos al apoyo a todas las luchas y la preparación de la huelga general. Y a debatir una alternativa política y un programa para superar la catástrofe a la que el conjunto de las fuerzas políticas capitalistas han llevado al país. En función de este objetivo, convocamos a unir fuerzas a todos los sectores en lucha en todo el país, y desarrollaremos una campaña y un gran acto central en el Parque Lezama, el 9 de noviembre, al mismo tiempo que actos y charlas en el resto del país.
    Lo hacemos desde el lugar que hemos conquistado en la vida política nacional en décadas de lucha consecuente en las fábricas, los barrios, las universidades defendiendo cada uno de los reclamos populares contra los gobiernos del capital que vienen hundiendo al país. Un lugar que nos hace blanco de una enorme persecución, que esta semana tuvo su expresión en la citación a indagatoria de Vanina Biasi bajo la acusación infame de antisemitismo, en una causa armada por la Daia y el sionismo para acallar su denuncia del genocidio en Palestina, mientras sigue la megacausa contra el Polo y el Partido Obrero. Con esta militancia, vamos a una gran campaña para terminar con el gobierno antiobrero de Milei, para llevar las luchas a la victoria, para derrotar todas las causas de persecución y para reforzar la lucha por un gobierno de los trabajadores.

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