Milei y el fantasma del macartismo (2)
Por Hernán Andrés Kruse.-
LA PERSECUCIÓN CULTURAL
“La mirada fiscalizadora del macartismo recorrió la cultura, la producción intelectual, el sistema educativo y, como un distrito del mismo, a la difusión, producción y enseñanza de la historia. Como en otros, en este ámbito también existía un terreno roturado. Desde fines de los cuarenta, la pulsión persecutoria había intoxicado la atmósfera cultural norteamericana, expandiendo la censura al campo de la educación y, con mayor preocupación, a la superior. Los caminos inquisitoriales ya habían sido transitados por legislaturas de diversos estados. La de Illinois, instituyó la ley Clabaught en julio de 1947, que requería un juramento de lealtad para empleados federales. Prohibía a las autoridades de la Universidad de Illinois extender facilidades a los grupos e individuos que desarrollaran actividades sediciosas o “antiamericanas”. La prohibición apuntaba directamente a la sección local de la Juventud Americana por la Democracia, una agrupación de izquierda, pero se extendía a otras asociaciones similares que actuaban en el campus.
El mismo año se creó la Comisión de Investigación de Actividades Sediciosas, presidida por el senador republicano Paul Broyles, para la persecución de la influencia comunista en el estado. Consideraba al ámbito educativo como el más permeable al discurso radical. En 1949 convocó a sus audiencias a profesores de la Universidad de Chicago para que delataran a los colegas izquierdistas. La Comisión también fijó su interés en las escuelas públicas, contando con la cooperación del Chicago Tribune, cuyas campañas alentaban a exonerar a los profesores comunistas y extirpar los textos que propalaran tales ideas.
En 1950, el presidente de la Oficina de Educación de Chicago puso en funciones un comité para estudiar los métodos de promoción del patriotismo y para combatir el comunismo en las escuelas. Cinco años después, la Oficina Evaluadora de Escuelas intimó a los aspirantes a profesores a que declararan si eran miembros de organizaciones “subversivas”, vetando en algunos casos su capacidad para la docencia. Al formar parte de los trabajadores públicos, también los docentes fueron obligados a realizar el Juramento de Lealtad para con el gobierno, en el que se comprometían a no profesar credos izquierdistas. El Departamento de Policía de Chicago creo el “Red Squad” (Escuadrón caza rojos), autor de miles de prontuarios o listas negras contra simpatizantes comunistas. Aunque en su historia posterior, el CPUSA nunca dejó de ser un pequeño grupo en la ciudad, las actividades del Escuadrón continuaron hasta 1975 y la petición de lealtad hasta 1983. Prácticas similares se extendieron a otros estados. En 1949, la Universidad de Washington, Seattle, se pronunció en contra de que los profesores comunistas enseñaran en esa casa de estudios y en otros establecimientos. En 1947, el HUAC obtuvo de las autoridades de las universidades listas de alumnos afiliados a corrientes de izquierda, principalmente a Student for Democratic Action, para ejercer un estricto control sobre sus miembros y actividades.
Tal como reveló la notable investigación de Sigmund Diamond, la creencia de que las grandes universidades se mantuvieron como santuarios libres del macartismo era, cuanto menos, una exageración. La enseñanza universitaria y los campus fueron vigilados por el FBI y algunas autoridades y docentes colaboraron con la comunidad de inteligencia, principalmente con la CIA. Las fuerzas de represión federal tenían una larga experiencia en este tipo de intromisiones. En los años de la depresión, atacaron sin contemplación al John Reed Club, una organización de profesores y estudiantes defensores del marxismo como teoría social, que realizaba conferencias, grupos de estudio y publicaciones. Las pesquisas de Hoover pusieron bajo observación a algunos miembros del Russian Research Center de Harvard, entre ellos a la esposa del sociólogo Talcott Parsons. Para justificar su inocencia, el teórico funcionalista hizo un descargo a tono con la atmósfera amedrentadora del momento, esforzándose en dar pruebas de su rechazo al marxismo como teoría social y proyecto político.
La coyuntura alimentó conductas mezquinas, también dilemas dolorosos (por ejemplo, delatar para no perder la seguridad y continuidad de una carrera laboral), así como impulsó a algunos a colaborar de buena gana con los organismos de espionaje. Prestigiosos académicos sostenían la incompatibilidad ética y política entre ejercer la enseñanza y profesar ideas comunistas. Para el presidente de la Universidad de Cornell, Edmund Ezra Day, la mente de un profesor comunista estaba esclavizada por la línea del Partido; no era un ser libre ni honesto, lo cual lo descalificaba para ser miembro de toda institución de enseñanza superior. Cientos de profesores fueron conminados a presentarse a las audiencias del HUAC, a delatar, a colaborar con las listas negras que confeccionaba el FBI.
El macartismo habría de acarrear padecimientos mucho más crueles para historiadores y cientistas sociales. Sus carreras fueron tronchadas por las presiones inquisitoriales apañadas por el gobierno. Uno de los epicentros de estos abusos fue la Rutgers Univeristy, de New Jersey, en 1951. Allí, luego de padecer varias citaciones humillantes, en las que se lo obligaba a delatar a compañeros y colegas, el historiador del mundo clásico Moses Finley rechazó el procedimiento inquisitorial, amparándose en la Quinta Enmienda de la Constitución (la garantía de que nadie estaba obligado a declarar contra sí mismo). Un trato idéntico sufrieron los profesores Heimlich y Glasser. Los tres fueron cesanteados por las autoridades de la universidad. Profundamente afectado, Finley abandonó su país para continuar su carrera de investigador en Cambridge, Inglaterra. La causa de su infortunio fue la delación que sufrió en las audiencias del HUAC, el 5 de septiembre de 1951, por parte de otro notable investigador de la historia de las sociedades orientales, Karl Wittfogel. Motivado por el temor o por recelos personales, el profesor Wittfogel lo acusó de participar en los grupos de estudio del CPUSA entre los graduados de Columbia en la década de 1930 y de haber sido organizador de algunos frentes académicos del Partido.
También el especialista en Historia de China, Owen Lattimore, fue presa de la ira de McCarthy. Antes de la caída del régimen de Chiang Kai Schek, Lattimore era el enlace entre el gobierno norteamericano y el líder nacionalista, además de una autoridad en la historia del Lejano Oriente. Esta experticia lo había convertido en director de las publicaciones de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad John Hopkins. Las denuncias hechas por el Partido Republicano acerca de que el gobierno de Truman había traicionado al gobierno chino y permitido el triunfo revolucionario de Mao Tse Tung, alentaron a McCarthy a ensañarse con Lattimore. Las opiniones liberales, pero no comunistas, de este último no fueron obstáculo para que el senador lo acusara, en 1950, de espía soviético y perjuro. Aunque no hubo pruebas en su contra, Lattimore debió renunciar a su cargo de consultor del Departamento de Estado. Arruinada su reputación, emigró a Inglaterra, donde se hizo cargo del Departamento de Estudios Chinos de la Universidad de Leeds desde 1963.
Un vejamen similar sufrió el medievalista alemán Ernst Kantorowicz en la Universidad de Berkeley, California. Al oponerse, en 1953, a realizar el juramento de lealtad al gobierno fue exonerado de su cargo y debió continuar su carrera en el Instituto de Estudios Avanzados de la universidad de Princeton. Más drástica fue la persecución del historiador afro trinitense C.L.R. James, que residía en Estados Unidos desde 1938. Además de teórico del anticolonialismo y del panafricanismo, James era un intelectual marxista, crítico del estalinismo y el autor de la obra más celebrada sobre la revolución haitiana. Hostigado por el FBI –que lo acusaba de subversivo y extranjero indeseable-, fue encarcelado en 1952 en la prisión de Ellis Island, y expulsado del país al año siguiente.
Infiltradas por el FBI, las universidades no fueron islas invulnerables a la ola macartista. Investigaciones más recientes demostraron, en base a dos casos muy significativos, Harvard y Yale, la intensa implicación de sus autoridades, profesores y graduados en los staffs de la CIA, del Consejo Nacional de Seguridad y del Departamento de Estado. La asunción de este compromiso era reforzada, además, por tradicionales vínculos de clase: la alta burguesía ilustrada de Nueva Inglaterra era el círculo de reclutamiento habitual de aquellas poderosas agencias estatales”.
CONCLUSIONES
“El macartismo actuó como un instrumento de control, una herramienta disciplinadora, de las manifestaciones de disidencia política y cultural en la sociedad norteamericana. Imbuido de una longeva tradición contrarrevolucionaria, alimentada por instituciones y corporaciones custodias del capitalismo, pretendió implantar la unanimidad ideológica y el inmovilismo doctrinario en una coyuntura histórica internacional aguzada por la polarización de la guerra fría. Se nutrió de una visión fundamentalista religiosa, intolerante contra las expresiones del pensamiento crítico; no solo contra proyectos, partidos e individuos que cuestionaran las relaciones sociales capitalistas, sino aún de aquellas iniciativas reformistas que pretendían corregir sus inequidades y ciertas formas pre democráticas en las que subsistían minorías étnicas y sociales.
La pretensión de erradicar el comunismo se puso en práctica, con todo el potencial de los recursos del Estado, sobre comunidades políticas e individuos cuyas opiniones y actividades ni siquiera estaban inscriptas en el CPUSA. Demócratas, radicales, socialistas, liberales de izquierda, etc., engrosaban las filas de los enemigos de la Nación, de los agentes de la potencia soviética. La situación de la historiografía no fue inmune a las presiones del anticomunismo. El campo cultural sufrió los mismos procedimientos de sospecha, vigilancia, delación y castigo instruidos en otros ámbitos de la vida social. La libertad académica, los derechos a ejercer una profesión y el pluralismo interpretativo sucumbieron ante el rigor implacable de leyes y acciones coercitivas. Las autoridades de las instituciones educativas y de investigación se plegaron, con diferente grado de entusiasmo, oportunismo o temor, a aplicar las drásticas medidas de persecución, censura o segregación de investigadores y profesores. La instigación a delatar “comunistas”, mandato de las instituciones del poder y del saber, sumió en dilemas éticos a los miembros de la comunidad educativa, historiadores e investigadores sociales. Las formas en que estas encrucijadas fueron saldadas fueron disímiles. En algunos individuos, las convicciones solidarias y la conciencia crítica resistieron a las presiones inquisitoriales; en otros, el temor, la preservación de un empleo o la mezquindad los inclinó a las formas más abyectas de la delación.
La agobiante atmósfera incidió en la elección de los temas de investigación y atizó controversias sobre cuáles tradiciones del pasado merecían reivindicarse y cuáles exonerarse. Los progresos en la renovación de la disciplina, impulsados por historiadores progresistas preocupados por cuestiones sociales y económicas y por la actuación de los grupos subalternos de la sociedad, fueron desandados o rechazados, en función de sus directas o tangenciales afinidades marxistizantes. Las interpretaciones que prestaban debida atención a los conflictos sociales, laborales o raciales en la historia nacional suscitaron juicios adversos, condenas enérgicas, que las rechazaban imputándoles lecturas reduccionistas, deterministas o economicistas. Frente al desafío planteado por los estudiosos del conflicto social, las instituciones oficiales de la disciplina ponderaron la primacía del consenso entre las clases y la excepcionalidad de la vía norteamericana hacia el progreso y la opulencia inagotables. El culto a los héroes, a las elites fundacionales y a las virtudes eternas de las instituciones fue la insignia que convocaba a retemplar a la Nación Americana, ahora en la posguerracomprometida en la lucha anticomunista en el plano internacional y doméstico.
En el invernadero del conservadurismo macartista, la historiografía norteamericana distorsionó y trató de amputar de la memoria social de la nación a las corrientes radicales que eslabonaron experiencias de organización y resistencia en el pasado. Los territorios de las luchas del sindicalismo norteamericano y de los movimientos de rebelión contra la esclavitud encendieron las mayores prevenciones e interdicciones. Como una resonancia de tribunales inquisitoriales, los relatos anticomunistas trataron a las fuerzas disidentes y revolucionarias, engendradas en contradicciones inherentes a la sociedad capitalista norteamericana, como elementos foráneos, desleales a la nación, digitados desde el exterior para el espionaje y la conspiración permanente. Cualquier examen medianamente desapasionado sobre la contribución de los comunistas americanos en el campo laboral, cultural o en las relaciones interétnicas, fue incinerado en el caldero ideológico mantenido en ebullición perpetua por la historiografía draperista y su tardío linaje.
En este, como en otros aspectos, la intolerancia doctrinaria, la ortodoxia interpretativa, tenían paralelismos asombrosos con los procedimientos de la historiografía soviética sometida al rigor y a la censura estalinistas. ¿Qué diferencias sustanciales existían entre la censura de los funcionarios de la Academia de Ciencias de la URSS contra las interpretaciones del pasado que se apartaban de la línea interpretativa sancionada por el PCUS (o directamente por su Gran Timonel) y la proclama de las autoridades de la American Historical Association para regimentar una opinión monolítica y patriotera, el “consenso anticomunista”, requerida por el gobierno durante la guerra fría?
Otra inquietante analogía puede hacerse acerca de la conceptualización del disidente o adversario practicada por la historiografía de la guerra fría en cada una de los campos enfrentados. Los disidentes mencheviques que actuaron en el Instituto Marx-Engels (IME) de Moscú o el derrotero de la Oposición de Izquierda relacionada con Trotsky, ¿acaso no fueron desacreditados y perseguidos por la historiografía oficial del PCUS como elementos peligrosos para la seguridad del Estado Soviético y agentes de las naciones capitalistas enemigas? ¿No tenía este procedimiento un aire de familia con la prevaleciente interpretación draperista, según la cual los comunistas norteamericanos eran meros instrumentos del espionaje y de la conspiración tramada por la URSS para subvertir a la nación? Quizás existieron diferencias en las consecuencias de esos actos de segregación y persecución. David Riazanov e Isaak Rubin fueron ejecutados por el régimen estalinista; los historiadores e intelectuales victimas del macartismo fueron encarcelados, cesanteados de sus empleos públicos y privados, obligados a emigrar, raleados de la vida cultural, humillados ante la sociedad, mas no ejecutados, con la excepción del matrimonio Rosenberg, electrocutado por el Estado de Nueva York en Sing Sing, el 19 de junio de 1953. Los resultados de la comparación, sin embargo, no resultan muy reconfortantes para lo que Tocqueville alguna vez celebró como la democracia en América”.
(*) Bozza, Juan Alberto Domingo: “Navegar en la tormenta: El anticomunismo en la historiografía de los Estados Unidos durante la Guerra Fría”-2014 -Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de la Universidad Nacional de La Plata.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La oposición está muy cerca de conseguir los votos para limitar los DNU de Milei
María Cafferata
Página/12
6 de noviembre de 2024
Ya está todo listo: la oposición saca cuentas y se prepara para darle un duro golpe al gobierno libertario en la Cámara de Diputados la semana próxima, cuando juntará una mayoría especial para limitar los DNU de Javier Milei. Encuentro Federal, Unión por la Patria y los radicales díscolos de Democracia Para Siempre solicitarán una sesión especial para reformar la Ley 26.122 y se muestran confiados en que tendrán el número para quitarle a Milei uno de sus principales pilares: la posibilidad de legislar vía Decreto de Necesidad y Urgencia. El peronismo, sin embargo, apuesta a asestarle un impacto doble y, al cierre de esta edición, Germán Martínez continuaba poroteando con las espadas del pichettismo para definir si, a pesar del viaje de muchos diputados a Estados Unidos, estará el número para rechazar el DNU 846 de canje de deuda.
Faltan solo unas semanas para que finalice el año parlamentario y en la oposición quieren despedirlo con un último triunfo político. Mientras La Libertad Avanza empantana la discusión por el Presupuesto 2025 y sacude la cabeza porque no llega a sumar el número para privatizar Aerolíneas Argentinas, la oposición avanza para asestarle otra derrota al oficialismo. La dinámica está cada vez más aceitada entre los diputados Germán Martínez y Cecilia Moreau, de Unión por la Patria; Oscar Agost Carreño y Nicolás Massot, de Encuentro Federal (EF); y Pablo Juliano y Danya Tavela, de Democracia para Siempre (el bloque de radicales que rompió con la UCR de Rodrigo de Loredo cuando la bancada se rehusó a expulsar a los cinco radicales que se sacaron fotos con Milei en Casa Rosada).
El objetivo, impulsado por la dupla Massot-Carreño de EF, es reformar la ley de DNU para limitar el abuso que Milei hace de esta facultad constitucional. El proyecto propone establecer un plazo de 90 días para que el Congreso trate los DNU que, de vencerse sin que las dos cámaras lo hayan aprobado, supondrá la inhabilitación automática del decreto. También fija que si una cámara rechaza el DNU, este ya quedará derogado. Fue el consenso básico al que EF logró llegar con UxP –que inicialmente se resistía a modificar una ley que había sido impulsada por Cristina Fernández de Kirchner en 2006– y con un sector del radicalismo, aunque no con el resto de la oposición.
El bloque de la UCR que preside De Loredo, así como la Coalición Cívica, presentaron sus propios dictámenes. Las espadas de EF hacen cuentas y contabilizan que llegarán a 126 votos sumando gran parte de su bloque –hay algunos, como Miguel Ángel Pichetto, que se abstendrán– más UxP y Democracia para Siempre (DPS). Si se suman a los cinco diputados y diputadas de izquierda, la oposición podría llegar al mágico número de 129 (necesario para el quórum y para aprobar con mayoría especial la ley).
Pero los imprevistos suceden, especialmente cerca de un feriado –el Día de la Soberanía Nacional– y con tantos diputados volviendo de Estados Unidos por las elecciones. La oposición no quiere arriesgarse y es por eso que, hasta el cierre de esta edición, continuaba poroteando presencias y ausencias para poder llegar cómodos al martes de la semana próxima. Para esto tendrán que seducir a los más ariscos de la Coalición Cívica, como Juan Manuel López (quien está en contra de imponer un plazo de tratamiento a los DNU, pero coincide en la idea de que con solo una cámara que rechace el DNU es suficiente). En EF confían que, cuando llegue el momento de votar, terminarán acompañando.
El caso del bloque radical que preside De Loredo es diferente. Ellos también presentaron su propio dictamen, pero se muestran más reactivos a molestar a Milei. Algunos, como Mariano Campero o Martín Arjol, son comensales asiduos de Casa Rosada, mientras que otros, como los cornejistas o el propio De Loredo, analizan la posibilidad de integrar listas pintadas de violeta en las elecciones de 2025.
El ojo está puesto también en el PRO, que ha presentado proyectos de reforma de la Ley de DNU en el pasado, pero que ahora aguarda precisiones de Mauricio Macri sobre cómo actuar. Algunos exmacristas especulan con que, de sancionarse la ley, el expresidente pasaría a tener mucho más poder, ya que Milei debería salir a pedir la ayuda del PRO cada vez que quiera aprobar algún DNU. En el PRO, sin embargo, advierten que tomarán una decisión recién la semana que viene. «Vamos a votar como bloque. Pero más incoherencia que usar 20 años una ley que escribió Cristina y ahora querer cambiarla no hay», masculló una referenta del bloque.
OPERATIVO VOLTEAR DNU 846
El peronismo, sin embargo, no se contenta con reformar la Ley de DNU, sino que le exige a sus aliados opositores que se sumen a rechazar algunos de los decretos que Milei ya publicó y que, de modificarse la Ley 26.122, continuarán rigiéndose por la vieja legislación. Germán Martínez, titular de la bancada de UxP, siempre demandó la derogación del mega DNU 70, pero en EF y el resto de la UCR se resisten, por lo que ahora exige que, al menos, se logre avanzar con el DNU 846 que habilita a Luis Caputo a refinanciar o avanzar con un canje de deuda sin necesidad de pasar por el Congreso. «Nosotros estamos poniendo los votos para reformar la ley, así que tenemos un requisito», explica una diputada peronista.
El objetivo de Martínez y el resto de UxP es incorporar el rechazo del DNU 846 en la misma sesión por la reforma de la Ley de DNU, de modo de aprovechar el quórum que garantiza el tratamiento de la primera ley. EF y DPS se comprometieron a acompañar a UxP en su avanzada contra el DNU que flexibiliza los canjes de deuda, pero ponen en duda que tratarlo en la misma sesión sea la mejor estrategia. «Hay acuerdo en el bloque para rechazarlo, pero no ese mismo día. Entienden que mientras el gobierno tenga esa herramienta, no tiene mucho incentivo para tratar el Presupuesto», explicaban en EF, en donde temen que el tema ahuyente a potenciales aliados para reformar la Ley de DNU como la Coalición Cívica. Las conversaciones, sin embargo, continúan y en UxP son optimistas.
Y el Dr. Kruse sigue ciego y sordo ante quienes reclaman que modere las intervenciones ilustrativas a sus propias «ponencias» publicadas en I.P. y presentadas como «comentarios» a continuación de sus habituales artículos.
¿Será que «caballo viejo no agarra trote»?
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Soy tu fan: en Casa Rosada se pusieron corbatas rojas para celebrar el triunfo de Trump
Melisa Molina
Página/12
7 de noviembre de 2024
Euforia. Eso sintieron y demostraron los funcionarios de la Casa Rosada y el Presidente Javier Milei durante todo el miércoles por el triunfo del candidato de ultraderecha, Donald Trump, que se convirtió –por segunda vez– en presidente de los Estados Unidos. Como si fueran un grupo de fanáticos y no parte del Poder Ejecutivo nacional, los funcionarios argentinos circulaban por los pasillos de la Casa Rosada jocosos y con un mismo dress code: corbatas rojas como las que usa el flamante presidente republicano, en señal de festejo. Milei, en tanto, estuvo todo el día recluido en la Quinta de Olivos con su celular en mano. Después del mensaje en inglés que publicó temprano para felicitar a Trump, no paró de retwittear fotos y dibujos de ambos juntos. También tweets que decían: «Occidente está a salvo de las garras del comunismo». Desde su entorno contaron que, más allá del tiempo que pasó en las redes, el Presidente chateó «todo el día» con el empresario Elon Musk. Él considera que el dueño de Tesla y de X –muy interesado, entre otras cosas, por el litio argentino– es su «amigo», al igual que el flamante presidente republicano.
Para que Milei pueda tener una foto con su amigo Trump, en tanto, en febrero de este año el estado argentino pagó un viaje de 38 millones de pesos. Así, el Presidente logró estar con el republicano un minuto y medio en el marco de la Conferencia de Acción Política Conservadora, que se desarrolló entre el 21 y el 24 de ese mes en Maryland. Esta vez, desde Casa Rosada confirman que la intención del mandatario argentino es viajar para la asunción del republicano. Sin embargo, al cierre de esta nota, desde el nuevo gobierno de Estados Unidos todavía no le habían atendido el teléfono. «No hay apuro», repetían desde la Rosada.
ADORNI EMOCIONADO
El vocero presidencial Manuel Adorni fue uno de los que este miércoles lució una corbata roja. También lo hicieron el viceministro de Justicia Sebastián Amerio, el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, el asesor sin cargo, Santiago Caputo, y varios otros. Durante una conferencia de prensa, Adorni expresó su emoción y la del gobierno por el triunfo del partido Republicano.
«Milei felicita a Donald Trump por su triunfo en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos», empezó y añadió: «Trump es un exponente del mundo libre occidental y capitalista. Su liderazgo va a encontrar un apoyo incondicional de nuestro país para defender la vida, la libertad y la propiedad. Tanto la Argentina como EEUU son un faro de libertad en un mundo que perdió el rumbo a manos de ideas erróneas. Juntos vamos a trabajar para recuperarlo». Por último, Adorni puntualizó: «en nombre del gobierno más votado de la historia Argentina hacia, como dijo Trump anoche, el movimiento político más grande de la historia de los EEUU, les enviamos felicitaciones y que las fuerzas del cielo los acompañen».
EN EL BUNKER DE TRUMP
Otros dirigentes cercanos al «triángulo de hierro», como el legislador bonaerense Agustín Romo –que la semana anterior se había mostrado en los pasillos de Balcarce 50 directamente con una gorra roja que decía Donald Trump y tenía la bandera de Estados Unidos–, el vicejefe de gabinete, José Rolandi y un apoderado de LLA, Santiago Viola, viajaron para los comicios. En el búnker de Trump ubicado en Palm Beach, sin embargo, solo estuvieron Romo, el diputado nacional Santiago Santurio y otros miembros del equipo de Santiago Caputo. Ellos subieron varias fotos festejando. En una aparecían junto a Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, también de extrema derecha.
Ante las reiteradas consultas sobre quién había financiado esos pasajes, Romo se vio obligado a salir a responder: «el viaje a Estados Unidos me lo pagué yo. Y la invitación a los eventos del Presidente electo de los Estados Unidos fueron porque la victoria en la guerra no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo», dijo jocoso, sin mostrar ningún tipo de comprobante. Tampoco explicitó quién pagó el viaje y los viáticos de sus compañeros de aventura.
EL MISTERIO DE LA EMBAJADA
Desde suelo argentino –y sin corbata roja– el jefe de gabinete, Guillermo Francos, fue otro de los funcionarios que habló sobre las elecciones en el país del norte. Lo hizo antes de ingresar a un acto que se desarrolló en la Catedral Metropolitana por los 40 años del tratado que evitó una guerra entre Argentina y Chile. «Trump ha hecho una elección impensada para muchos, pero el Presidente tenía la expectativa de que se dé el resultado que finalmente se dio», dijo. Luego agregó: «Él tiene una relación personal con el Presidente Trump muy importante, que seguramente va a favorecer la relación de la Argentina y Estados Unidos».
Además de Francos, también participó del evento en la Catedral la vicepresidenta Victoria Villarruel y el flamante Canciller, Gerardo Werthein. Él reemplazó a Diana Mondino, que fue eyectada del cargo después de votar en la ONU a favor de Cuba y en contra de lo que votaron Estados Unidos e Israel. Aún es una incógnita quién reemplazará a Werthein en la embajada estadounidense. Desde presidencia el martes decían que, antes de definir el reemplazo, esperarían al resultado de las elecciones. Ahora, con el triunfo de Trump, siguen evaluando perfiles. Se rumorea que el puesto puede ser ocupado por un empresario, pero todavía no hay detalles ni confirmaciones oficiales.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei festeja pero… ¿cómo le fue a Macri con Trump?
Marcelo Mache
Prensa Obrera
6/11/024
La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos fue celebrada por el presidente Javier Milei quien, además, adelantó su apoyo para “llevar a cabo la tarea” de “Hacer grande a América de nuevo”. Milei festeja la llegada de Trump con miras a obtener facilidades para un nuevo endeudamiento con el FMI, pero con el antecedente del fracaso de la relación de “colaboración” entre Macri y el norteamericano.
El gobierno nacional se viene jactando de su afinidad y cercanía con el ahora presidente electo Donald Trump, sobre la base de una supuesta defensa común de “las ideas de la libertad”, pero cabe señalar que en el pasado Trump ha demostrado ser un “proteccionista” estatal de los capitales norteamericanos: “Hacer grande a América de nuevo” implica, justamente, hacerlo contra el resto del mundo… Argentina inclusive.
La experiencia más concreta de esto es el fracaso de las “relaciones fluidas” entre Trump y Macri, durante la última presidencia de ambos, la cual se caracterizó por la colocación y mantención de aranceles norteamericanos contra las importaciones de cítricos (limones), acero, aluminio y carnes, entre otros.
Contra toda práctica “liberal”, Trump se caracterizó por proteger a los capitalistas norteamericanos, incluso con un programa económico de repatriación de capitales e inversión local, contra lo que Macri anunciaba por aquel entonces como una lluvia de inversiones en el país. Ahora tampoco sería la excepción, incluso Rigi mediante.
La única facilidad otorgada por el gobierno de Trump fueron los 45 mil millones de dólares otorgados por el FMI, que fueron destinados en la timba financiera, financiando la fuga de capitales y los negocios de los amigo de entonces (y actual) ministro de Economía Luis Caputo. Cabe recordar que esto fue denunciado incluso por Milei, señalando que “Caputo se fumó más de 15.000 millones de dólares”.
Macri terminó su mandato volviendo a implantar el cepo cambiario del kirchnerismo, dando cuenta de un fracaso rotundo en toda la línea.
El gobierno se ilusiona con obtener un nuevo crédito del FMI, favorecidos por el ascenso de Trump. Con el antecedente de Caputo al frente de economía es de esperarse que la eventual llegada de dólares termine alimentando la bicicleta financiera… otra vez.
El ascenso de Trump en Estado Unidos no trae aparejado ninguna expectativa de mejora en las relaciones comerciales bilaterales con Argentina ni la llegada de “inversiones” al país, sino todo lo contrario. El proteccionismo de Trump, que hasta fue elogiado por la expresidenta Cristina Kirchner, es contrario a cualquier desarrollo económico nacional.
El compromiso de Milei de ayudar a Trump a “llevar a cabo su tarea” implica un perjuicio incalculable para la población trabajadora, la industria y la economía local, la cual solo pasará a depender de la timba financiera, como ocurre actualmente con las operaciones de carry trade garantizadas por la gestión de Caputo.
Un nuevo endeudamiento con el FMI solo postergaría, a corto plazo, la explosión de todas las contradicciones de una política económica que viene significando la ruina de los trabajadores, con ajuste e inflación, y los beneficios extraordinarios del capital financiero.
La experiencia fallida del gobierno de Mauricio Macri ya lo demostró: no hay aliados del pueblo argentino en la Casa Blanca, cualquier contribución con el imperialismo norteamericano será en favor de estos últimos y del capital financiero.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Cristina presidenta del PJ: para no “patalear” contra Milei
Nazareno Suozzi
Prensa Obrera
6/11/024
Cristina Kirchner fue proclamada este martes como nueva presidenta del Partido Justicialista. La lideresa de La Cámpora asumirá el cargo el próximo 17 de noviembre levantando un programa derechista y reaccionario.
La Junta Electoral del PJ, dominada políticamente por CFK, oficializó el triunfo de la lista “Primero la Patria” luego de impugnar la del gobernador riojano Ricardo Quintela, “Federales”, por no reunir los avales necesarios. La interna es una expresión de la crisis profunda en la que está sumido el justicialismo.
CFK se pondrá a la cabeza del PJ para presentarlo ante la clase burguesa como una variante de recambio frente al gobierno de Milei, que está siendo sacudido por las contradicciones y turbulencias de la bancarrota capitalista. En esta línea, se ha pronunciado a favor de la implementación de una reforma laboral reaccionaria y de las privatizaciones, y se mostró como una ferviente defensora de la disciplina fiscal y del pago de la fraudulenta deuda externa.
No por nada su presidencia será escoltada por personajes como Ricardo Pignanelli, secretario general del Smata, que pactó con Toyota la implementación de una reforma laboral –eliminó el descanso del fin de semana e intensificó los ritmos de trabajo– en su planta ubicada en la ciudad bonaerense de Zárate.
“Primero la Patria” también se nutrió de la postulación de Abel Furlán, secretario general de la UOM, sindicato que mantiene un diálogo con Milei y viene de firmar una paritaria que consolidó la pobreza salarial en el gremio. Asimismo, fue integrada por representantes de la patria minera como Sergio Uñac, José Luis Gioja y Lucía Corpacci –senadora que garantiza en Catamarca las leyes que reclama el gobernador Jalil, aliado de Milei–, y por José Mayans, un antiderechos ligado al mafioso Gildo Insfrán.
Cristina le aseguró a los capitalistas que si el PJ vuelve al poder –vía elecciones o vía recambio institucional en el marco de un derrumbe anticipado del gobierno– mantendrá las reformas antiobreras impulsadas por el gobierno criminal libertario.
Es lo mismo que hizo su amigo Lula tras llegar al poder luego de derrotar a Bolsonaro en las últimas elecciones presidenciales brasileñas; tanto la reforma laboral (habilitó jornadas laborales de hasta 12 horas, fraccionó las vacaciones, etc.) implementada por Temer como la previsional (aumentó de la edad de retiro, rebajó de los haberes, etc.) implementada por Bolsonaro continúan pesando sobre la clase obrera carioca.
Asimismo, busca congraciarse con la clase dominante tratando de mostrar que tiene capacidad para neutralizar las tendencias combativas de los trabajadores y del movimiento popular en general. En su última carta, CFK se refiere a la necesidad de ir hacia una reconstrucción del trabajo político del peronismo sobre la juventud estudiantil, aunque para “enderezar” y “ordenar” un movimiento que está a la vanguardia de la lucha contra Milei y sus secuaces.
En este sentido se reunió también con la juventud sindical peronista, para recomendarle que no impulse medidas que “enfrenten a los trabajadores con la sociedad”. Una posición antihuelgas y funcional a los embates antiobreros del gobierno libertario. En el marco de un crecimiento de la lucha popular contra Milei, Cristina llama a liberar las calles siguiendo al pie de la letra una de las máximas de Perón: “De casa al trabajo y del trabajo a casa”.
Con todo, la crisis en el PJ persiste y la candidatura de Cristina difícilmente aglutine a los sectores que lo constituyen en la perspectiva de seguir una orientación común. Quintela, que fue acusado por el kirchnerismo de “jugar para Milei” y se negó a reunirse con CKF, anunció que el próximo año volverá a postularse, y que construirá su grupo “Federales” reforzando sus relaciones políticas con quienes lo acompañaron en la interna: dirigentes de las burocracias de Upcn y Uocra, un hombre del gobernador Jaldo –amigo de Milei–, etc.
Cristina está preparando un nuevo desembarco en la provincia de Buenos Aires, que se encuentra gobernada por Axel Kicillof, con el que también mantiene un enfrentamiento. Busca marcarle la cancha al “Kici”, que ha dicho que el peronismo debe “tocar una nueva partitura”. Hace poco Cristina visitó Avellaneda, donde se reunió con empresarios pyme e industriales.
Al frente de ese distrito está Jorge Ferraresi, que en la guerra faccional que está en curso al interior del PJ juega para Kicillof y fue señalado como uno de los impulsores de la candidatura de Quintela. En este marco, además, varios dirigentes cercanos a CFK criticaron al gobernador bonaerense por no haberse pronunciado a favor de su candidatura.
La disputa entre camarillas procapitalistas al interior del PJ es ajena a los intereses de los trabajadores. La clave, para ellos, pasa por organizarse y salir a luchar para tirar abajo a Milei y poner en pie un gobierno propio.
El blog y su autor
Picada de noticias político-económicas
Este blog consta de varias partes. En primer lugar, escribo el editorial del día de la fecha, mi opinión sobre los problemas político-económicos que surgieron en las horas previas a mi reflexión. Luego está la parte dedicada a la selección de los párrafos que juzgo más importantes de los artículos escritos por los columnistas de política y de economía por Página/12 publicados en las últimas 48 horas. Luego viene una sección en la que selecciono los párrafos que considero más relevantes de los principales columnistas de La Nación, para contraponerlos con los artículos de los columnistas de Página/12. Sería algo así como un choque de relatos. Luego viene una sección cuyo objetivo es seleccionar los párrafos que considero más relevantes de una de las obras de política, sociología, economía y filosofía más importantes de la historia del pensamiento humano: El Capital de Karl Marx.
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Kruse in the Jewish Directory of Buenos Aires 1947
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