Por Hernán Andrés Kruse.-
El presidente de la nación siente devoción por uno de los más preclaros exponentes de la Escuela Austríaca de Economía. Hago referencia a Friedrich August von Hayek, nacido en Viena el 8 de mayo de 1899 y fallecido en Friburgo el 23 de marzo de 1992. Discípulo de Friedrich von Wieser y Ludwig von Mises, se hizo conocido por su férrea defensa del liberalismo y por sus feroces críticas a la planificación económica y al socialismo. Escribió libros donde deja en evidencia su enorme erudición, como “Los fundamentos de la libertad”, una de las Biblias de Javier Milei, y su clara militancia política, como “Camino de servidumbre”.
En una oportunidad, Hayek declaró en una entrevista a El Mercurio sobre el régimen dictatorial de Pinochet que prefería una dictadura liberal a una democracia antiliberal. Semejante sentencia fue aprovechada por sus detractores como prueba de que el liberalismo extremo propiciado por la Escuela Austríaca sólo puede ser ejecutado por una dictadura militar. Lo notable es que semejante acusación fue lanzada a comienzos de los cincuenta, es decir, mucho antes del derrocamiento de Salvador Allende, por otro relevante intelectual liberal, de buena relación con Hayek. Me refiero a Raymond Aron, quien por ese entonces afirmó que el liberalismo político y económico de Hayek sólo puede ser aplicado por una dictadura militar.
Buceando en Google, me encontré con un ensayo de Daniel Mansuy (Director del Instituto de Filosofía de la Universidad de Los Andes, Dr. en Ciencia Política por la Universidad de Rennes, Francia) titulado “Liberalismo y política: la crítica de Aron a Hayek”. Analiza con meridiana claridad la postura de Aron sobre el pensamiento de Hayek expuesto en su obra ya citada “Los fundamentos de la libertad”. Sus párrafos más salientes son, a mi entender, los siguientes:
1) “El primer texto aroniano que trata sistemáticamente la obra de Hayek es un artículo publicado en 1961, cuyo título es “La definición liberal de la libertad”. Aron realiza allí una crítica acuciosa de algunos aspectos centrales de “Los fundamentos de la libertad”, que había sido publicado en 1960. Según Pierre Manent, uno de sus discípulos, se trata del texto que mejor permite comprender la naturaleza del liberalismo aroniano, pues allí su pensamiento político se develaría de modo particularmente nítido en el contraste con la doctrina hayekiana. El primer problema que ocupa a Aron es precisamente la definición de libertad. Recordemos que Hayek propone una noción puramente negativa, cuyo núcleo es la ausencia de coacción. Al pensador francés le resulta llamativo que esta definición excluya, por principio, tres ideas frecuentemente vinculadas a la noción de libertad: la participación en el orden político, la independencia de la nación y el poder (del individuo o de la colectividad) para alcanzar ciertos fines. Dicho de otro modo, la definición negativa de libertad toma bastante distancia de cualquier consideración política, o acerca de las posibilidades de despliegue de capacidades: solo importa el individuo y su libertad de movimiento”.
2) “Para Hayek, el único modo de evitar la coacción es garantizando una esfera privada para los individuos, en la que nadie pueda intervenir. Aron considera que esto confirma que se trata de una concepción negativa de libertad: el objetivo es preservar una esfera inviolable que impida -por principio- cualquier tipo de intromisión. Aunque es innegable que el sistema hayekiano es coherente consigo mismo, Aron vislumbra más de una dificultad. Por de pronto, cabe preguntar si acaso es posible distinguir de modo nítido las influencias coercitivas de las influencias no coercitivas. Toda vida social implica un enorme número de interacciones entre los individuos, que Aron llama la “coordinación de actividades”. Esta coordinación exige necesariamente reglas y jerarquías, sea cual sea su naturaleza. Naturalmente, Hayek no niega la legitimidad de las interacciones (eso implicaría negar la realidad de la vida social), siempre y cuando no sean coercitivas. Sin embargo, dicha prevención supone que podemos saber, con claridad meridiana, cuándo hay coerción, y cuándo no la hay”.
3) “Aquí reside, si se quiere, uno de los principales puntos ciegos del liberalismo de Hayek. En efecto, el asunto es bien problemático, y basta imaginar algunos casos para percibir que la distinción es menos simple de lo que parece. ¿Es libre, por ejemplo, un soldado que debe obedecer a sus superiores? Si no lo es, ¿cómo podríamos justificar el servicio militar obligatorio? Para Aron, si optamos por restringir la noción de libertad a la esfera de decisión individual, se hace muy difícil distinguir entre un soldado enrolado contra su voluntad en una sociedad democrática y un soldado enrolado contra su voluntad por una potencia extranjera. En el esquema de Hayek, ambos fenómenos son difíciles de distinguir. Tampoco resulta fácil, en esta lógica, dar cuenta de la vida religiosa: ¿dónde empieza y dónde termina eso que Hayek llama, con tanta facilidad, coerción? Con todo, el pensador austríaco es consciente de estos problemas. Para resolverlos, afirma que ni el soldado ni el jesuita pueden ser descritos, en estricto rigor, como seres libres”.
4) “La crítica de Aron tiene una segunda dimensión, tan importante como la primera. Se trata de lo siguiente: Hayek tiende a omitir un dato fundamental, en ausencia del cual toda reflexión política queda coja. Ese dato es que no existe una sociedad humana, sino varias, lo que implica la posibilidad del conflicto entre ellas. ¿Cómo manejar esos conflictos sin atentar contra aquello que Hayek entiende por libertad? Las relaciones internacionales no pueden someterse a reglas generales, pues por definición son contingentes. Esto implica que la gestión de la política exterior debe confiarse a un hombre, o a un grupo de hombres, que debe tener cierta autonomía al margen de la ley; o, para emplear el lenguaje de Hayek, que debe poder dictar mandatos específicos. Se trata de un fenómeno que Locke ya había visto con claridad: la conducción de la política exterior no puede ser confiada a la ley, sino a una voluntad (y a partir de eso explica lo que llama el poder federativo)”.
5) “En la misma línea, Aron formula otra crítica: el sistema hayekiano, dice, no explica ni trata el sentimiento nacional. La existencia de este último abre un abanico de posibilidades que deben integrarse a cualquier teoría política. En concreto, la sola posibilidad de que haya hombres dispuestos a sacrificar su vida en nombre de una libertad colectiva implica ciertas exigencias teóricas. Dado que las consideraciones de Hayek siempre tienen al individuo como punto de partida, encuentran obstáculos serios para dar cuenta de realidades difícilmente reducibles al individuo. La libertad bien puede tener un componente colectivo, o incluso racial: es razonable que muchas personas tengan el sentimiento de no tener libertad si no pertenecen a tal o cual unidad política, incluso si las leyes son perfectamente generales y no coercitivas. También puede faltar el sentimiento de libertad si no hay derechos políticos, más allá de la coerción. Naturalmente, Hayek siempre podrá responder a estas objeciones afirmando que el ejercicio de la libertad es estrictamente individual, pero eso no resuelve la pregunta de fondo: ¿qué hacemos con las libertades que son efectivamente vividas y reivindicadas como colectivas? ¿Pueden ser simplemente ignoradas, en cuanto no serían manifestación de una libertad auténtica? ¿O no cabría más bien integrarlas al sistema, dado que están allí, y han sido con frecuencia un motor decisivo de la historia humana?”
6) “Aron termina su comentario con una última objeción: ¿por qué la protección de la esfera individual habría de constituir un fin último, un axioma indiscutido? Después de todo, “Los fundamentos de la libertad” no ofrece ninguna argumentación para probarlo. Hayek podría responder esta objeción aseverando que no pretende justificar la libertad como valor último, sino más bien por sus frutos. Así, la libertad hayekiana combinaría las ventajas de la eficiencia y de la justicia: algo así como el mejor de los mundos. En este punto Aron sugiere un desacuerdo muy profundo con Hayek: el francés no cree en ningún tipo de armonía preestablecida entre moralidad y utilidad. “Los liberales –dice- tienen a veces tendencia, como los marxistas, a creer que el orden del mundo podría reconciliar nuestras aspiraciones con la realidad” (La definición liberal de la libertad). Viniendo de Aron, esta crítica es particularmente severa, pues acusa a la filosofía de Hayek de descansar en algún tipo de filosofía de la historia. En el fondo, Aron piensa que este tipo de liberalismo cree -de modo más o menos explícito- que la sola aplicación de ciertos principios abstractos podrá resolver buena parte de los problemas humanos. Dado que Aron se mantuvo siempre lejos de toda filosofía de la historia (y eso le permitió ser uno de los testigos más lúcidos del siglo XX), no puede tampoco suscribir las tesis de Hayek, que presuponen un equilibrio natural de las cosas humanas si la libertad es puesta en marcha”.
15/03/2025 a las 9:59 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La política de la barrabrava
Claudio Jacquelin
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
14/3/025
Después de la indignación, el espanto y el dolor pertinentes por las escenas que dejó la violenta jornada de anteayer en el Congreso, una pregunta se instaló entre quienes son parte o siguen de cerca las dinámicas políticas: “¿Beneficia a alguien lo que pasó?”.
La respuesta llegó muy rápido, al menos de uno de los actores principales: el Gobierno. Los elogios, felicitaciones o expresiones de reconocimiento a Patricia Bullrich, del Presidente para abajo, indican que para el oficialismo los graves choques entre manifestantes y policías, los heridos y hasta las insólitas escenas de pugilato entre diputados (más o menos) oficialistas en el recinto de la Cámara baja le dejaron un saldo positivo.
Esa es la creencia dominante en el universo mileísta. Para la mayoría de la oposición, obviamente, la respuesta es la opuesta y algunas primeras evidencias surgidas del universo digital podrían obligar a matizar el entusiasmo de la Casa Rosada, en un contexto complejo para el Gobierno. El criptogate, la designación por decreto presidencial de dos jueces en la Corte Suprema y que uno de ellos sea el hipercuestionado Ariel Lijo, más nuevos episodios oscuros que rozan a la cima del poder oficialista no se han disipado de la agenda pública.
No hay todavía encuestas de opinión para sacar una conclusión definitiva, pero sí indicios claros de que la que perdió es, otra vez, la política. Lo sucedido dentro y fuera del Congreso son imágenes propias de un espejo invertido de roles establecidos y convenciones aceptadas.
Lo que se vio el miércoles en el recinto parlamentario fue a diputados nacionales convertidos en barrabravas para dirimir a golpes un lugar en el paraavalanchas de la tribuna (o en la estructura del poder) e impedir una sesión de la Cámara de Diputados muy relevante, en la que se dirimían cuestiones sensibles para la legalidad y la institucionalidad.
Mientras tanto, en las calles barrabravas e hinchas de equipos de fútbol oficiaban de representantes, líderes o exponentes destacados y exaltados de la protesta social. En ellos buena parte de la dirigencia política había delegado, resignado o tercerizado el liderazgo de un sector vulnerable de la población, afectado por la política económica del Gobierno.
El apoyo virtual y verbal, pero la ausencia mayoritaria en la manifestación de la dirigencia de los partidos políticos, de los sindicatos y hasta de gran parte de los movimientos sociales que hasta hace nada estaban en la primera fila de las protestas realzó la anomalía. Difícilmente pueda encontrarse una mejor síntesis de la crisis de representación que sigue padeciendo la dirigencia política, en especial, los opositores.
Por eso, en línea con la rápida (y, tal vez, apresurada) conclusión a la que llegó la cúpula del gobierno libertario, un agudo y curtido analista de opinión pública que mira críticamente el fenómeno mileísta sostiene: “Por ahora, lo que pasó en el Congreso le suma al Gobierno, aunque los que se trompearon y se agredieron hayan sido diputados que llegaron en la lista de Milei y aunque haya habido evidentes y graves excesos en la represión”, como fue el viralizado golpe de un policía a una mujer de 86 años, que cayó brutalmente contra el suelo, o la gravísima herida que sufrió un fotógrafo, causada, aparentemente, por un proyectil de las fuerzas de seguridad.
EL PARTIDO DEL ORDEN
El razonamiento se basa en la lógica de que “para la mitad de los argentinos que apoyan al Gobierno los que están dentro del Congreso son la casta, sin diferenciar si son oficialistas u opositores, mientras que en la calle estaban los violentos. Y ellos quieren orden. Que nada altere, principalmente, el proceso de estabilización económica. Aunque orden no se traduzca en seguridad ni paz”, completa el consultor.
En ese marco conceptual nadie respondería mejor la demanda que Bullrich y Milei, en cuyas figuras personales una buena parte de la sociedad parecería delegar el ejercicio monopólico de la violencia, antes que en la denostada figura del Estado, como indica la ley y la doctrina nacida en la modernidad.
Inquietante, si las encuestas lo corroboraran y se consolidara en desmedro de la institucionalidad. Más en un país fragmentado en la representación y fuertemente polarizado en idearios y cosmovisiones de la sociedad, donde la violencia parece empezar a ser naturalizada y baja, real o simbólicamente, desde las más altas esferas.
Los primeros análisis de las reacciones en redes sociales sobre lo sucedido anteayer obligan a ser cautos: Bullrich es la figura que protagonizó la mayoría de las conversaciones, pero, al menos en las primeras 24 horas, el signo de esas menciones era negativo en más del 50 por ciento de los casos respecto de la ministra y de la actuación de las fuerzas de seguridad a su cargo.
En ese punto, vuelve a cobrar relevancia la pregunta inicial y cuál fue la hipótesis con la que el Gobierno enfrentó la protesta. Los antecedentes de la rigurosidad policial en las últimas manifestaciones de jubilados que motivaron (o pretendieron justificar) la convocatoria a los hinchas de fútbol y la participación de barrabravas entrenados como fuerzas de choque permitían presumir que no sería una protesta pacífica.
Ante ello, surgen algunos interrogantes sobre la calidad, la eficiencia y los objetivos del operativo de seguridad desplegado por las fuerzas federales, que no logró prevenir los hechos de violencia, cuando el número de manifestantes y, más aún, de actores violentos era bastante menor que el que se ha visto en otras manifestaciones.
Por lo pronto, los cronistas y observadores que estuvieron en la zona del Congreso advirtieron que, por ejemplo, no había en la práctica una coordinación entre los integrantes de las fuerzas federales y los de la policía porteña. ¿Habrá sido solo fruto del enfrentamiento político que mantiene Bullrich con el macrismo o habrá habido algo más, como la intención de exponer a los violentos para desnaturalizar la protesta? ¿Las imágenes grabadas de excesos y provocaciones de algunos agentes fueron excepciones que serán condenadas o toleradas? Son preguntas, por ahora, sin respuestas.
Los analistas de opinión pública advierten que el control de la inflación y del dólar y la estabilidad macroeconómica siguen siendo hoy los sostenes fundamentales de la buena imagen que conservan Milei y su gobierno. La demanda de estabilidad económica pesa casi más que la de la estabilidad institucional.
Por eso, la afirmación oficial, esgrimida por Bullrich y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, de que el miércoles en el Congreso hubo un ensayo de golpe de Estado no parece haber encontrado terreno fértil más allá de los militantes y adherentes del oficialismo.
En cambio, empiezan a pregnar algunos temas de preocupación y fuente de críticas al Gobierno. Dos encuestas realizadas después de estallado el escándalo del meme coin $Libra, hechas para clientes privados por consultoras que gozan de prestigio en el mercado, advierten que la corrupción se ha instalado como uno de los temas que más preocupan a los argentinos. En una de ellas desplazó a la inseguridad y el empleo.
Además, la mayoría opinó que Milei y su hermana Karina tuvieron responsabilidad en el caso, incluso para un cuarto de los votantes de Milei y para un tercio de los de Bullrich, que en el balotaje sumaron su voto a los libertarios. A pesar de eso, la caída de la imagen de Milei solo fue de entre dos y tres puntos, apenas por encima del margen de error.
El control de la inflación sigue pesando y sosteniendo al Presidente y su Gobierno, pero empiezan a advertirse algunos rayones en el blindaje social del oficialismo.
ESTADIOS HOSTILES
En ese punto, aparecen señalamientos de algunos dirigentes y legisladores de la oposición dialoguista que últimamente se han raspado más que los propios referentes libertarios para tratar de aligerarle al mileísmo algunos problemas, como el tratamiento parlamentario del Criptogate o de los pliegos de Lijo y García-Mansilla.
“El Gobierno tiene que revisar algunos mecanismos, pero dudo que lo hagan, después de ver la euforia por lo que creen que fue un logro de ellos y un fracaso de la oposición, a raíz de la violencia en la manifestación del Congreso. Parece que no se dan cuenta de que tienen muchos desafíos por delante y le agregaron más. Después de lo del miércoles, en las canchas de fútbol van a putear a Milei y a Bullrich y la semana que viene, si no retiran los pliegos de Lijo y de García-Mansilla, el Senado se los va a rechazar.
Mientras tanto, no logran explicar ni disipar el escándalo de $Libra”, señala un senador no libertario que en la Cámara alta suele facilitarle las cosas al hiperminoritario oficialismo.
La observación cobra relevancia cuando se repara en que la legitimidad del reclamo de los jubilados no se anula por la violencia de algunos manifestantes y la presencia de barrabravas. Las jubilaciones que cobran el mínimo, más el bono, perciben hoy casi un 4% menos que en noviembre de 2023, según un informe de Chequeado.com. Ese haber es hoy de $ 349.121, 71, lo que los pone algo más que en el umbral de la pobreza. No hace falta mucho para comprender que al mes de los jubilados le faltan pesos y le sobran días.
Las advertencias e incomodidades de aliados o dialoguistas también refieren a situaciones personales y episodios muy concretos. “Hasta cuándo yo me voy a inmolar con el argumento de sostener la institucionalidad si ni los propios libertarios lo hacen. Lo del miércoles en el Congreso (adentro y afuera) hace muy difícil defenderlos. La violencia de los barras es inaceptable pero los excesos en la represión son difíciles de justificar. Encima, después se pelean entre los diputados libertarios en el recinto, mientras algunos de nosotros nos levantamos para no dar quórum y evitar un avance del kirchnerismo para debilitar al Gobierno”, se preguntaba al finalizar la violenta jornada un diputado radical, que no usa peluca, pero que en cuestiones de fondo suele asistir a Milei.
Complican más las cosas la falta de unidad y conducción del oficialismo sobre su escasa tropa parlamentaria, así como la ausencia de interés demostrada por el Presidente para alcanzar consensos, cuando no sus ataques furibundos a legisladores que luego necesita para sacar leyes, designar jueces o evitar rechazos y eludir investigaciones complicadas o interpelaciones riesgosas.
No obstante, la baja consolidada de la inflación, la estabilidad cambiaria, más la fragmentación y la falta de legitimidad de la oposición siguen siendo soportes fundamentales para el Gobierno.
Un poco de presente propio y mucho de pasado ajeno, que sigue vigente, siguen siendo la principal fortaleza de Milei.
Pero cada día que pasa el oficialismo va construyendo su propio pasado, que se proyecta sobre el futuro y está obligado a ofrecer resultados. Siempre, hoy es el mañana de ayer.
15/03/2025 a las 10:04 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La idea más tonta de los K: convertir a los barras en vanguardia combativa contra Javier Milei
Marcos Novaro
Fuente: TN
(*) Noptiar.com.ar
14/3/025
En la Argentina tenemos una larga historia de aprovechamiento político del fútbol y de las mafias enquistadas en el fútbol. El kirchnerismo y el trotskismo están buscando aprovecharse de esa historia, extendiendo y potenciando los “usos políticos”, en particular de los barrabravas.
Esas organizaciones supuestamente “populares” hace mucho vienen contaminando y enturbiando la vida de todos o casi todos los clubes de nuestro país, colonizando sus hinchadas y convirtiendo a los hinchas en fuerzas de choque para enfrentar y agredir a otras parcialidades, controlar negocios ilegales que siempre florecen en los espectáculos deportivos masivos (drogas, reventa de entradas, trapitos, etc.) y en ocasiones para controlar también las elecciones y la administración de los clubes, y hasta la compraventa de jugadores.
¿POR QUÉ ESTE ENTUSIASMO DE NUESTRAS IZQUIERDAS DURAS CON LOS BARRAS?
En parte, porque siempre han visto con simpatía ese desborde del fanatismo en violencia y desprecio por la ley, y la transformación de identidades y ritos populares en cofradías de comportamiento gangsteril. En los años setenta, circulaba en las organizaciones guerrilleras una idea reveladora al respecto: “Si armamos cinco o seis hinchadas, la revolución será indetenible”. Un total delirio, claro, pero uno tan romántico y folklórico que difícilmente va a ser olvidado.
Tal vez también porque el propio Milei les ha dado la oportunidad de interesar a las barrabravas en sus esfuerzos por combatir al gobierno nacional: con su propuesta de reformar el sistema de clubes, convirtiendo a al menos los que están en problemas en sociedades anónimas, las barras entendieron que se amenazaba su modo de vida y fuente de ingresos, así que, si no lo eran ya desde antes por otros motivos, se volvieron ferozmente antimileistas.
Y puede que influya en el mismo sentido el agotamiento en los últimos años de otras canteras de reclutamiento de adhesiones militantes. Las universidades también han sido puestas en la mira de la motosierra, y circunstancialmente eso motivó la protesta de los estudiantes, aunque entre estos sigue siendo donde el ileísmo recoge más votos y simpatías. Los grupos piqueteros se han dividido ante la disyuntiva de dejarse cooptar o perder el financiamiento público y enfrentar investigaciones judiciales, así que allí tampoco se encuentran las disposiciones de antaño para concurrir a marchas, mucho menos a tirar piedrazos y enfrentar a la policía. No hablemos de los gremios, que en general prefieren seguir negociando la paz social con el gobierno. Así que buscar sangre joven y aire popular en las canchas se volvió una alternativa muy tentadora y oportuna.
LOS BARRAS, EL CÁNCER DEL FÚTBOL
Y todos esos han sido también motivos para ignorar un dato fundamental, que desaconsejaba esta movida: que los barras tienen una pésima imagen pública, son el cáncer del fútbol, no su alma popular y combativa, sino su desgracia, para la enorme mayoría de la gente.
De otro modo no se entiende que el kirchnerismo y sus socios trotskistas hayan no solo movilizado abiertamente a varios cientos de barras de los principales clubes de Buenos Aires para “solidarizarse” con una protesta de jubilados, e incendiado en consecuencia varias cuadras alrededor del Congreso, sino también que se hayan cansado de argumentar que los barrabravas deberían ser vistos como una suerte de “reserva moral” de “nuestro pueblo”, una especie de Madres de Plaza de Mayo con tatuajes y cadenas.
Y lo hicieran, para peor, en el momento más difícil del gobierno de Milei, cuando este venía acumulando problemas autogenerados, y necesitaba más que nunca que alguien lo frenara, y avivara el recuerdo de dónde venimos. Y dónde podemos terminar volviendo si esta gestión fracasa.
Ese fue el rol que cumplieron los barras devenidos militantes, junto a los militantes que siempre andan buscando ocasión para comportarse como barras, en la tarde de este miércoles: mientras el Congreso sesionaba, intentando iniciar alguna investigación sobre el escándalo cripto, tratar los pliegos de los jueces que el Ejecutivo ya metió por la ventana en la Corte pero nadie quiere que sigan ahí (ni siquiera buena parte del propio oficialismo), o debatir el desquicio legal desatado en torno a la aprobación del inminente acuerdo con el FMI, todos asuntos en los que Milei tenía mucho que perder, los piedrazos, la quema de tachos de basura y de patrulleros en las calles aledañas, la destrucción de veredas y monumentos, más los varios policías heridos, le ahorraron al gobierno tener que dar cualquier explicación.
Pudo volver a reducir las opciones que tenemos a solo dos: o nos conformamos con lo que nos ofrece o quedaremos en manos de mafiosos y vándalos.
Hace un par de meses que Milei no deja de meter la pata. Por suerte para él, enfrente tiene a unos tipos a los que lo único que se les ocurre hacer es sacar de nuestra atención esos errores con un festival de fuego, humo y piedras.
15/03/2025 a las 10:06 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Los barrabravas de Milei
Daniel Bilotta
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
14/3/025
Corrupción e inseguridad son los problemas que identifica más del 50 por ciento de los consultados en la primera semana de marzo por la encuestadora que releva datos para la mayoría de los dirigentes peronistas. Dos temas que incomodan al Gobierno por su permanencia en la conversación pública. No solo porque está revelando la impotencia de su estrategia de comunicación para imponer en ese debate una agenda propia. También porque no puede eludir la responsabilidad que le cabe en el criptogate y en los crecientes episodios de violencia.
La baja de la inflación y el deseo mayoritario de no regresar a un pasado asociado al fracaso compensan por ahora esa pérdida de iniciativa según el mismo estudio, realizado antes de que la tragedia en Bahía Blanca y los incidentes por la participación de barras en la marcha de jubilados aparezcan entrelazados por las noticias. Un cóctel demasiado volátil incluso hasta para Claudio “Chiqui” Tapia, a quien sería injusto negarle el don del sentido de la oportunidad.
El titular de la AFA le adelantó a los intendentes de la Primera y Tercera Sección Electoral que aguardará una situación más conveniente que la actual para darle difusión oficial al suculento almuerzo bien regado que les sirvió anteayer en su condición de presidente del Ceamse. El anfitrión agradeció la asistencia perfecta a las instalaciones de ese organismo en Pompeya y recordó que ocupaba ese cargo por decisión de Axel Kicillof.
Ni el desastre de Bahía Blanca reabrió el diálogo suspendido entre el gobernador y Cristina que dilata la declaración de la emergencia en ese distrito en la Legislatura. El temor de la oposición a que esa necesidad sea aprovechada por el oficialismo para aprobar otras iniciativas es disipado por las discrepancias sobre el calendario electoral. A las que existían entre el Ejecutivo y los bloques legislativos controlados por La Cámpora se suma ahora la de los intendentes ligados a Kicillof. Los que adhieren a su corriente, Movimiento Derecho al Futuro, descubrieron que el suyo podría quedar comprometido seriamente si el gobernador accediera al pedido de suspender las PASO con el que vienen insistiéndole. Podría ser el caso de Jorge Ferraresi, Juan José Mussi, Mariano Cascallares, Fernando Espinoza y Gabriel Katopodis. Los intendentes de Avellaneda, Berazategui, Almirante Brown, La Matanza y el ministro de Infraestructura que acaudilla al de San Martín, Fernando Moreira, integran el “top five” de supuestos traidores condenados por La Cámpora.
La competencia electoral de La Cámpora contra esos intendentes sería el castigo a esa falta. Sin PASO, la disputa dividiría el voto oficialista y haría peligrar que sigan gobernando esos municipios. Algunos de sus titulares estarían revisando el brío inicial por suprimir las primarias. Pero, sobre todo, el de romper con Cristina. Una vacilación presente en la apertura de las sesiones ordinarias, en la que Kicillof optó por una salomónica cautela. Delegó en la Legislatura la facultad de suspenderlas. Sin hacerlo, las limitadas posibilidades de desdoblar pasarían a ser nulas.
Pero el poder de convocatoria de Tapia no reside en su cercanía a Kicillof, si no en su ascendencia sobre el fútbol. Particularmente, en los negocios que rodean a ese deporte profesional y la opacidad de los vínculos con los barras. Pese a que solo cinco de ellos figuraron entre los 94 detenidos, Tapia se sintió compelido a deslindar con Patricia Bullrich cualquier responsabilidad en los incidentes del miércoles. ¿ Le habrá confiado que compartía sobremesa con los intendentes mientras ocurrían?¿ La ministra de Seguridad prometió investigar si tuvo alguna participación.
Bullrich y Manuel Adorni son las alternativas de Karina Milei para encabezar la lista de candidatos a legisladores en la ciudad. La necesidad de garantizar un resultado positivo obligaría a echar mano a quienes imaginaba de candidatos a senadores nacionales. Probablemente porque la elección se enfoque en quién es capaz de frenar al kirchnerismo. Una de las lecturas posibles del rechazo a regresar al pasado. La Libertad Avanza confía en arrebatarle ese podio al Pro.
Este domingo vence el plazo que se auto impuso Mauricio Macri para alcanzar una alianza electoral con los libertarios. Algunos en su entorno insisten en que después de ese día, el Pro quedará en libertad de acción. Si fuese así, ¿quedaría expuesto su bloque a una fractura si le ordenase no acompañar al oficialismo? La pregunta es igual de pertinente que las que se hacen en el kirchnerismo. ¿Debería Cristina criticar a Kicillof en campaña si es candidata?
Aunque fue la que más fondos discrecionales recibió entre 2019 y 2023, la provincia de Buenos Aires no exhibe avances significativos en obras de infraestructura o en materia de seguridad y salud, tal vez la razón que arguya el Presidente para insistir con la rigidez de no dialogar con el gobernador del primer Estado argentino y para evitar que su administración canalice la ayuda a Bahía Blanca. Tampoco está descartado que pueda aludir a los vínculos evidentes entre Cristina y Kicillof.
Fue el gobernador quien eligió el pliego enviado al Senado para que Sabrina Cladera fuese promovida a la Cámara de Apelaciones. Cladera es la fiscal que liberó al menor responsable del asesinato de Kim Gómez en La Plata. Igual que su esposo, el juez del Tribunal de Trabajo N°1, Julio Escobares, Cladera es una militante de La Cámpora. Su pliego fue uno de los gestionados por el ministro de Justicia, Martín Mena. Uno de los asesores de Cristina en sus causas.
Matias López podría representar otro nexo profundo. López sobrevivió al cambio de cúpula en la Policía Bonaerense cuando Javier Villar y Héctor Cisneros fueron designados como sus nuevos jefes en febrero del 2024. Pese a un historial disciplinario que lo expuso a ser exonerado, López fue ascendido a comisario general en un plazo relativamente breve. Un antecedente que no impidió que sea condecorado el 26 de agosto por el ministro de Seguridad, Javier Alonso, por “desbaratar” el 11 y 12 de julio “una organización criminal dedicada a la venta de estupefacientes” e integrada por barras y directivos del club Deportivo Laferrere en La Matanza. López en persona notificó del operativo a Gabriel Aranda, vicepresidente de esa institución. Pero también es concejal de Unión por la Patria.
Aranda fue candidato en la lista con la que Patricia Cubría compitió en las PASO de 2023 por el cargo de intendente contra Fernando Espinoza, Cubría es la esposa de Emilio Pérsico que selló el año pasado una alianza con Máximo Kirchner para disputar de nuevo La Matanza a Espinoza. José Oscari, del Movimiento Evita, sucedería a Aranda si fuese destituido. Aranda alcanzó un acuerdo político con Espinoza, uno de los principales aliados de Kicillof. A Pérsico se le atribuye haber costeado la reparación del automóvil de alta gama que conducía Fabricio Martínez cuando fue baleado en 2022. Martínez fue herido por tres disparos. Otros 32 impactaron en su auto, en lo que se presume un ajuste de cuentas entre piratas del asfalto dedicados al robo de camiones frigoríficos. Martínez es el coordinador de La Libertad Avanza en la Tercera Sección y un estrecho colaborador de Sebastián Pareja. Con Martín y Eduardo “Lule” Menem, el triángulo de hierro de Karina Milei en la provincia de Buenos Aires.
Martínez acercó a Cristian Frattini, responsable libertario en Avellaneda. Frattini es el exlíder de la barra de Dock Sud y titular desde 2009 de Geomovimiento S.R.L. Una firma constructora a la que se presume proveedora del municipio en ese partido. La relación de Frattini con Ferraresi sería lo suficientemente estrecha para que su hija Blanca trabaje en la Secretaría Privada del intendente.
Alejandro Caiño colabora con las pintadas de Pareja en ese municipio. Caiño es experto en taekwondo y custodia al jefe de la barra de Independiente, Pablo “Bebote” Álvarez. Tal vez en un esfuerzo por pasar de incógnito, Caiño firma las pintadas que realiza en Avellaneda para Pareja con su sobrenombre: terremoto. Frattini también es el mentor de Luciano Olivera, delegado de Pareja en Morón. Olivera es jefe de la fracción minoritaria de la barra del Deportivo Morón.
Pero el responsable de la Libertad Avanza en la Primera Sección es Ramón “El nene” Vera. Uno de los miembros del bloque que conduce Agustín Romo en la Cámara de Diputados de la Legislatura bonaerense. Vera es el proveedor más importante en todo el Noroeste del conurbano del Servicio Alimentario Escolar (SAE). Es decir, de los comedores que funcionan en las escuelas. Algunas versiones insisten en que mantendría una sociedad con Mario “El japonés” Ishii, intendente de José C. Paz.
Pareja es el teórico de lo que parece imposible: que Karina Milei sea la primera candidata a diputada nacional en la provincia de Buenos Aires. Hace tiempo que dejó de ser un secreto que es él quien aspira a ocupar ese lugar con la ayuda de los Menem y a cambio de que “Lule” esté en esa lista. Eso es lo que le plantea a José Luis Espert una dificultad, de momento insalvable, para ser él quien la encabece. Lo que tal vez permita poner en contexto su desafortunada presencia en Bahía Blanca.
En apariencias, un intento desesperado de Espert por equiparar fuerzas con los barrabravas que Pareja recluta en nombre de Milei.
15/03/2025 a las 10:13 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Ni errores ni excesos
Luis Bruschtein
Página/12
15 de marzo de 2025
La acusación a Mario Firmenich como organizador de la marcha en solidaridad con los jubilados, fue tan estrafalaria que reveló la desesperación del gobierno por justificar las imágenes que circularon en las redes sobre la brutal represión del miércoles. El relato que intentó construir con la miserable complicidad de medios y periodistas no impidió que la represión a los jubilados y los hinchas de fútbol se sumara a la seguidilla de metidas de pata que esmerilaron la imagen presidencial desde su fallido discurso en Davos. La consultora Ad hoc indicó que el rechazo alcanzó a la ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich, que tuvo un pico de menciones negativas en las redes. Por primera vez más negativas que positivas.
En el gobierno aparentaron cierta euforia porque afirmaban que la carnicería del miércoles apuntalaba a su núcleo duro. Pero si se confían sólo en ese sector, no pasarán del 20 o 25 por ciento. Los resultados de la consultora Ad hoc fueron medidos en un territorio donde el oficialismo se mueve con comodidad. El núcleo duro no se movió, pero muchos de sus posibles electores periféricos no creyeron en el relato mentiroso y rechazaron la represión a los jubilados.
“Los buenos eran los de azul, los malos eran los encapuchados” insistió ayer Milei en el discurso que hizo en Expoagro, seguramente refiriéndose a los agentes encapuchados de los servicios de inteligencia que se infiltraron en la manifestación.
Firmenich, que figura en la denuncia del Ministerio de Seguridad, fue jefe de Montoneros, una organización guerrillera que dejó de existir hace cuarenta años. Hace décadas que no interviene en la política local y la inmensa mayoría de los que participaron el miércoles seguramente ni lo conocen.
El fenómeno de los celulares mostró al relato oficial como una enorme mentira. Las cámaras de C5N mostraron incluso cuando un efectivo arrojaba un arma al césped. El periodista se sorprendió. No entendía que el objetivo del arma sembrada fuera para abonar después el relato de la violencia y el terrorismo de los manifestantes.
Hay imágenes de Pablo Grillo, agachado, con su cámara, cuando se disponía a sacar una foto a través de las llamas de una fogata, justo cuando recibió el impacto de la granada en su cabeza. Hay vistas del efectivo que disparó en forma horizontal y haciendo puntería con un arma que, por la fuerza con que dispara, se debe apuntar 45 grados hacia arriba.
Y hay un video tomado desde un dron, que demuestra de manera categórica la saña del represor. Con esa arma y a esa distancia, un tiro así es a matar, pero la diputada oficialista Lilia Lemoine lo justificó porque “no se puede hacer un omelette sin romper un par de huevos”.
Las declaraciones de Bullrich en un canal oficialista hicieron recordar la lógica de la dictadura que justificaba la eliminación de ciudadanos por su filiación política. Para generalizar la supuesta ideología de la protesta eligió usar a Pablo Grillo. Dijo que era un detenido, pero el muchacho no estaba detenido, sino herido de gravedad ¿Por qué lo eligió? ¿Por qué se preocupó en investigarlo cuando había muchos más que sí habían sido detenidos?
Bullrich es ministra de Seguridad, no podía ignorar que el muchacho se debatía entre la vida y la muerte, pero simuló que se equivocaba sólo para decir que el reportero gráfico que había recibido el granadazo en la cabeza era militante kirchnerista ¿Se merecía que le disparen en la cabeza por ser kirchnerista?
Otro video mostró a un policía de 1,90 metros y 120 kilos, acorazado, con protecciones en todo el cuerpo, con un físico entrenado. Y a una señora, con bastón, 1,60 metros y 81 años, que lo increpaba. El grandote le pegó un terrible garrotazo y la mujer se derrumbó como un peso muerto. No la mató de casualidad. El mazazo le arrancó un pedazo de cuero cabelludo y la desmayó. La jubilada fue atendida por otros manifestantes y el policía huyó cobardemente.
En un principio, La Nación publicó que en el video se veía cuando la anciana agredía al policía con su bastón. Después cambió esa versión porque en el video no se veía ninguna agresión de la mujer. Es difícil ser más miserable que ese policía y que la versión que publicaron para cubrirlo.
La imagen de dos policías con armaduras y escopetas que custodiaban a dos chicos de 12 años, sentados con las manos atadas en la espalda y carita de pánico también circuló en las redes. Los chicos fueron detenidos cuando salían de una escuela técnica de la zona.
La agresión a la jubilada se produjo media hora antes de que comenzara la concentración, cuando todavía había poca gente. Sirve para demostrar que la violencia no la empezaron los manifestantes. La imagen de los chicos detenidos fue una evidencia de la forma como se produjeron las detenciones al voleo. Y respaldan la decisión de la jueza Karina Andrade de liberar a los detenidos. No estaban acusados de un delito y se los llevaron solamente por haber participado en una protesta en solidaridad con los jubilados. En las carteleras del gobierno de la ciudad publicaban que más de la mitad de los 114 detenidos tenían antecedentes policiales. Era mentira, ni siquiera estaban todos identificados.
Hubo piedras en el enfrentamiento con la policía y algunos manifestantes trataron de evitarlo, hubo discusiones entre ellos. Pero no hubo vidrieras rotas ni comercios vandalizados y el acto no tenía organizadores, fue autoconvocado. Nadie sabía muy bien qué hacer, ni dónde ubicarse y no había oradores, ni documento, ni escenario, ni equipos de sonido. Los jubilados hicieron lo que hacen todos los miércoles. En medio de los empujones y los gases de la policía, hablaron con un simple megáfono para reclamar por sus jubilaciones y remedios. En realidad era un caos de jubilados y gente con camisetas de equipos de fútbol, no había organizador.
Decir que se trató de un intento de golpe de Estado resulta un chiste de mal gusto. Otra mentira enorme. No hubo fuerza política que convocara, organizara o capitalizara. Los diputados de Unión por la Patria y de la izquierda, bajaron a la calle y discutieron con la policía, pero tuvieron que regresar al recinto donde se iba a votar la formación de la comisión de juicio político.
La imagen presidencial sufre un proceso de desgaste desde su discurso en Davos donde acusó de pedófilos a los homosexuales y aseguró que el cambio climático era un invento woke; luego con la estafa con las criptomonedas; hace pocos días por su indiferencia ante la catástrofe en Bahía Blanca, y ahora con esta represión brutal a los que se solidarizaron con los jubilados.
Milei se confirmó como un gran mentiroso. Varias veces se regocijó en forma pública de que había realizado el mayor ajuste en la historia de la humanidad sin que se produjeran grandes protestas. Sabía que se iban a producir protestas, sobre todo de los jubilados, que han sido las principales víctimas del ajuste. Y cuando se producen, los acusa de golpistas como si las protestas no tuvieran razón de ser. Habrá argentinos que prefieran creer en un mentiroso antes de perder las ilusiones con que el mentiroso los engañó. Al mentir para ocultar un acto de crueldad, como ha sido la represión a los jubilados, el gobierno demuestra que es consciente de la crueldad. No hay excesos ni errores.
15/03/2025 a las 5:15 PM
Kruse, muy extensos tus escritos, NO LOS LEE NADIE y menos va aopinar sobre los mismos. «Lo bueno es BREVE Y CONTUNDENTE»