Por Hernán Andrés Kruse.-
En su profundo análisis sobre el poder, Germán J. Bidart Campos distingue entre poder prometedor y poder realizador. Alude, obviamente, a la permanente tentación de los gobernantes de prometer y prometer, promesas que luego chocan con lo efectivamente realizado desde la cúspide del poder. “Poder prometedor”, expresa Bidart Campos, “es el que anuncia y ofrece realidades futuras, a veces con intención de alcanzarlas, otras veces con demagogia, o con fines subalternos de conquistar adhesiones”. El poder prometedor alcanza su máxima expresión durante la campaña electoral, donde los competidores por la presidencia procuran convencer al electorado de las bondades de sus plataformas electorales y de cómo repercutiría favorablemente en sus vidas su acceso a la presidencia. Una vez en el poder, el gobernante continúa con la misma estrategia de la promesa permanente para mantener e incrementar el consenso popular. La promesa en sí no es ni buena ni mala. Todo depende del fin que persigue el gobernante cuando promete algo. Si la promesa es bien intencionada, si no trata de engañar al electorado, no merece objeción alguna. Si la promesa gubernamental sólo tiene como objetivo conquistar la mayor cantidad posible de adherentes para luego archivarla una vez conseguido el objetivo de máxima (el ascenso al poder), si no hace más que encubrir una acción puramente demagógica, entonces merece ser fuertemente condenada desde el punto de vista de la moral política. Aunque se trate de promesas bien intencionadas o de promesas demagógicas, siempre el gobernante se vale de promesas para alimentar la confianza popular, para evitar la pérdida de consenso en situaciones complicadas; para evitar el mayor desgaste posible cuando las dosis de disenso comienzan a superar a las de consenso. “El poder realizador”, manifiesta Bidart Campos, “es el que cumple lo prometido, y el que, además, hace y omite muchas otras cosas que no entraron en la promesa pero que responden a los desafíos y las pretensiones que el ritmo del tiempo le va poniendo por delante”. Así concebido, el poder realizador se asemeja al poder eficaz, al poder que procura satisfacer las demandas sociales; se presenta, por ende, como lo opuesto al poder ineficiente, abstencionista. El poder prometedor puede extasiar a las masas de manera momentánea. Aquí juega un rol muy importante el carisma del gobernante. Si la promesa cae en saco roto, lo más probable que suceda es una caída de la imagen positiva del gobernante, fruto de la reacción de la sociedad que se siente traicionada o defraudada. Lo único que espera la sociedad es que el gobernante cumpla con lo prometido, que el poder prometedor no se quede, precisamente, en eso. Esta tipología del poder elaborada por Bidart Campos es muy útil para comprender la dinámica del poder, no solo en nuestro país sino en cualquier país del mundo. Por más diferencias que haya de índole económica, institucional, tecnológica y cultural entre las naciones de la tierra, todas se apoyan en un sistema político que incluye, necesaria e inexorablemente, gobernantes y gobernados. Siempre hay gobernantes que prometen, que cumplen con lo prometido o que no lo hacen, y gobernados que se sienten defraudados cuando el gobernante les miente en la cara o que experimentan dicha cuando el gobernante cumple con lo prometido.
El sistema político argentino es pletórico en ejemplos de gobernantes que prometieron el oro y el moro y que luego no cumplieron, defraudando a la masa que sí confió en su palabra. Como hoy el presidente es Mauricio Macri, se ve claramente hasta qué punto el poder prometedor y el poder realizador van por caminos paralelos. El poder prometedor quedó perfectamente expuesto en el mensaje dado por el flamante presidente ante la Asamblea Legislativa el 10 de diciembre. Dijo Mauricio Macri: “(…) La mayoría de los argentinos que votó por nuestra propuesta lo hizo basada en tres ideas centrales. Ellas son: pobreza cero, derrotar el narcotráfico y unir a los argentinos. Hablar de pobreza cero es hablar de un horizonte, de la meta que da sentido a nuestras acciones. Nuestra prioridad será lograr un país donde cada día haya más igualdad de oportunidades, en el que no haya argentinos que pasen hambre, en el que todos tengamos la libertad de elegir dónde vivir y desarrollar nuestros sueños. Quiero darles una vez más la confirmación de que vamos a cuidar a todos. El Estado va a estar donde sea necesario para cada argentino, en especial para los que menos tienen. Vamos a universalizar la protección social para que ningún chico quede desprotegido. Vamos a trabajar para que todos puedan tener un techo con agua corriente y cloacas y vamos a urbanizar las villas para transformar para siempre la vida de miles de familias. Pero para que haya en realidad pobreza cero necesitamos generar trabajo, ampliar la economía, aprovechar los enormes recursos naturales y humanos que tiene la Argentina. Vamos a cuidar los trabajos que hoy existen, pero sobre todo a producir una transformación para que se multipliquen las fuentes de trabajo porque es la única forma de que haya prosperidad donde hoy hay una pobreza inaceptable. El desarrollo de la Argentina llegará a través de una inversión inteligente y expansiva, que mejore la infraestructura, ponga las bases para el crecimiento de la producción, traiga oportunidades y genere la prosperidad que merecemos” (…) “Se viene un tiempo nuevo: el tiempo del diálogo, del respeto y del trabajo en equipo; tiempo de construcción con más justicia social” (…) “Tenemos que sacar el enfrentamiento del centro de la escena y poner en ese lugar el encuentro, el desarrollo y el crecimiento. En la pelea irracional no gana nadie, en el acuerdo ganamos todos” (…) “Quiero hacer especial énfasis en otra intención básica del período que hoy empieza. Este gobierno va a combatir la corrupción” (…) “Voy a ser implacable con todos aquellos que de cualquier partido o filiación política, sean propios o ajenos, dejen de cumplir lo que señala la ley” (…) “Otro pilar importante de nuestro gobierno será liderar una revolución en la educación pública” (…) “Vamos a trabajar para inspirar en todos una ética del crecimiento y la superación” (…) “Queremos dar lo mejor a todos nuestros hijos y por eso vamos a dedicarle a este objetivo nuestro mejor esfuerzo, y para lograrlo vamos a darle más prestigio y valor a la vocación docente, más protagonismo a quienes elijan dedicarse a ella” (…) “En nuestro gobierno no habrá jueces macristas” (…) “Quiero decirles por último que siempre voy a ser sincero con ustedes. Creo que es la base de la confianza que me tienen y que pretendo preservar e incrementar” (…) “Y quiero decirles desde el fondo de mi corazón que estoy convencido de que si los argentinos nos animamos a unirnos, seremos imparables” (…)”.
Los ejes centrales del discurso inaugural de Macri fueron la pobreza cero, la unidad de los argentinos y el combate a la corrupción. Prometió que eliminaría la pobreza, uniría al pueblo y purificaría la política. Un poder prometedor en su máxima expresión. Lo notable es que gran parte de la sociedad le creyó en ese momento, no sólo quienes lo votaron en el ballottage sino también una buena parte de quienes votaron a Scioli. Cada vez que asume un presidente la ilusión invade el corazón de los argentinos. Y está bien que ello suceda. Lo lamentable es que transcurridos seis meses de gobierno la distancia entre el poder prometedor y el poder realizador es enorme. Una vez más, la esperanza del pueblo quedó hecha añicos. El presidente prometió reducir la pobreza a 0 y medio año después ingresaron al tétrico mundo de la pobreza un millón y medio de argentinos. Lejos de disminuir, la pobreza se incrementó. La política económica aplicada por el gobierno de Cambiemos no hizo más que ahondar la brecha entre pobres y ricos. A fines de diciembre el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, impuso una devaluación del orden del 40%. Los argentinos sabemos muy bien cuáles son las consecuencias de una medida de esa índole. Al devaluar, la moneda pierde valor; en consecuencia, el salario del trabajador pierde poder adquisitivo. Si pierde poder adquisitivo, consume menos ya que el dinero que posee es insuficiente para adquirir los productos que antes podía hacerlo con el mismo dinero. Con la devaluación el grueso de la sociedad pasó a ser un 40% más pobre. Lo que hizo el gobierno de Cambiemos fue un atentado al bolsillo del trabajador. ¿Se puede reducir la pobreza a 0 devaluando la moneda? La historia económica argentina está repleta de devaluaciones impuestas por los sucesivos gobiernos que asolaron nuestro país desde el Rodrigazo a la fecha. Esa nefasta política siempre tuvo el mismo resultado: más pobreza, más exclusión social. ¿Por qué ahora habría de ser diferente? ¿Acaso Macri creyó que siendo él presidente la devaluación tendría otros resultados? En diciembre se produjo, como no podía ser de otra manera, una gigantesca transferencia de recursos de los trabajadores a los sectores concentrados de la economía, fundamentalmente el sector exportador. ¿Alguna vez una transferencia de recursos de esa naturaleza condujo a la pobreza 0? Nunca. Sin embargo, el gobierno reitera hasta el cansancio que vamos por buen camino. ¿Realmente está convencido de ello o sencillamente se burla del pueblo? Luego de transcurridos seis meses de gestión macrista uno estaría tentado a afirmar la segunda opción.
El presidente Macri prometió unir a los argentinos. Hasta ahora, lo único que ha conseguido ha sido precisamente lo contrario. En efecto, hoy la grieta es más profunda que hace medio año. El gobierno de Cambiemos no se cansa de repetir que los argentinos debemos unirnos en torno a un proyecto de país común. Ahora bien ¿en qué consiste ese proyecto de país? ¿En el proyecto de país de Macri? ¿Ese es el proyecto de país que debería unir a los argentinos? ¿Un proyecto de país que enarbola las banderas de la pobreza, la exclusión social y el antagonismo político? ¿Se puede unir a los argentinos cuando lo que se pretende desde la cúspide del poder es convencer a una buena parte de la sociedad que los logros del gobierno kirchnerista habían sido una ilusión? En este sentido, lo de Javier González Fraga fue un sincericidio político. El ex funcionario del Banco Central se atrevió a manifestar públicamente lo que realmente piensa el gobierno de Cambiemos: los sectores populares vivieron durante los doce años de kirchnerismo en una burbuja. Estos sectores no nacieron para viajar al exterior sino para llegar como pueden a fin de mes. Eso es lo que verdaderamente cree el presidente Macri. ¿Puede, entonces, unir a los argentinos un presidente con una concepción política y social medieval?
El presidente Macri prometió combatir la corrupción. ¿Quién puede estar en desacuerdo con semejante promesa? Nadie, obviamente. El problema estriba en que para combatir la corrupción hay que tener autoridad moral que legitime ese deseo. ¿Tiene el presidente Macri la autoridad moral para combatir la corrupción? A mi entender, no la tiene. Y por una simple razón. Su nombre figura en los Panamá Papers como dueño de empresas offshore, empresas fantasmas que tienen como objetivo garantizar la evasión impositiva y/o el lavado de dinero. Por si ello no hubiera resultado suficiente, el presidente mintió de entrada al asegurarle al pueblo que él no tenía depositado dinero alguno en paraísos fiscales. Incluso “la fiscal de la nación” aseguró que Macri podía corroborarlo. Todo resultó una gran mentira. La palabra presidencial quedó severamente dañada y a partir de ahora no le resultará sencillo recuperar la confianza de la sociedad. Para colmo, muchos argentinos sospechan que nada pasará con la “ruta del dinero K”, el supuesto emblema de la corrupción kirchnerista. Hacen bien en hacerlo porque a nadie se le escapa que al presidente le conviene, políticamente hablando, que Cristina esté libre y no tras las rejas.
09/06/2016 a las 1:38 PM
Es una lástima que no haya incluido algunos ejemplos del gobierno anterior Cualquiera tiene presente el Tren Bala, el Polo Audiovisual, el soterramiento del Sarmiento, la Megausina en Rio Turbio, el millon de viviendas que se iba a construir, los Sueños Compartidos, etcetera, etcetera.
A solo 6 meses ya quiere resultados. En 12 años aquellas promesas no se hicieron, algunas ni siquiera comenzaron.
Pero debería alegrarse que Macri no cumpliera a rajatabla con la promesa de «Terminar con la corrupcion» porque el kircherismo estaría todo en el penal de Ezeiza
09/06/2016 a las 3:22 PM
Que el Kirchnerista autor hable de «autoridad moral» es un insulto, viniendo de quien defiende a la banda de facinerosos saqueadores que asoló 12 años al país.
09/06/2016 a las 8:54 PM
Una exposición de la doble moral que tiene ud.!!!
09/06/2016 a las 9:00 PM
SR KRUSE: asi como ud expone el articulo todo seria una verdad, pero A MEDIAS que hay mas pobres , lo es, por que? eso es consecuencia de la inercia producida por los desastres dejados 8A PROPOSITO) por el gobierno anterior. aclaro que no soy ni kirnerista, ni macrista, solo soy un abuelo, con algun conocimiento de la vida y de la casta de politicos que nos merecemos, lamentablemente. admito, por no tener opcion haber votado a cambiemos, ojo no vote a macri, si no a un grupo de personas. ahora yo, particularmente ME SIENTO DEFRAUDADO POR EL POCO CRITERIO Y POCO SENTIDO COMUN DE LA GENTE DEL GOBIERNO. que necesidad hay de eliminar retenciones, impuestos o lo que sea a LAS MINERAS, salvo que exista un compromiso con cputo y otros repecto del respaldo economico de la campaña. otra: por que subsidiamos a las petroleras? no se pero dudo. si estamos en retencion: por que tan elevado y reiterativo aumento de los combustibles.SI SE SABE QUE DESENCADENAN AUMENTOS DE TODO. de la tarifas NI HABLEMOS. SI BIEN HAY QUE ACTUALIZARLAS PERO no en un 500 o 1000 %. me da la impresion que estos y otros politicos NO TIENEN CALLE, NO TIENEN CRITERIO DE REALIDAD, NO AMAN A SUS COMPATRIOTAS. asi dejan el campo fertil para que estos delincuentes KI hagan lo imposible por volver.. creo que esta gente NO ES TRIGO LIMPIO y estoy convencidos que estan haciendo pagar todo a la clase media Y TRABAJADORA ,UNICO SOSTEN DE ESTE BENDITO PAIS. yo pregunto por que no se efectua una consertacion politica, esconomica y social? . NO HAY POBREZA ECONOMICA , LO PEOR ES que hay pauperismo espiritual. HAY QUE SEPARAR LA PAJA DEL TRIGO, primero priorizar al nativo y no darle en bandeja todo derecho a extranjeros que en parte son ILEGALES, DELINCUENTES, ASESINOS Y TRAFICANTES DE LO QUE LES PAREZCA. Se les da salud, vivienda, creditos, y ensima CREEN QUE EL ESTADO (NOSOTROS) DEBEMOS DARLE TODO. yo viaje a BOLIVIA Y ALLI NO TE DAN NI LOS BUENOS DIAS, TE DISCRIMINAN , NO TENES DERECHO LA SALUD, A LA EDUCACION, A CREDITOS, VIVIENDA . nada. ahora nosotros les damos todo. creo que los politicos deben estar a la altura de las circunstancias hay que hacer las cosas bien ya que me temo que les van a serruchar el piso. lo digo como padre, abuelo y enamorado de mi bendito pais, saludos a los foristas- aldo
09/06/2016 a las 9:35 PM
Denle un plan a este payaso con la condición de que deje de escribir estupideces. «Profundo análisis…» Profundo análisis debería hacer de los doce años de latrocinio protagonizado por la asociación ilícita llamada «kirchnerismo».
10/06/2016 a las 2:43 PM
La verdad es que los extremos se realimentan y autojustifican. Lo que me apena es que una persona preparada profesionalmente como el columnista vierta comentarios tan sesgados en sus columnas, con tan poco apego a la realidad, tomada en su conjunto, no en forma parcializada.
El gobierno kirchnerista dejó una hecatombe de deudas en la Tesorería y el Banco Central U$S 70.000 millones – habiendo pagado U$S 195.000 millones a los bonistas – dicho por la propia Cristina Fernández, pero aumentando la deuda externa de U$S 140.000 millones a U$S 220.000 millones – Datos del Ministerio de Economía, en un momento de bonanza externa, y con la infraestructura colapsada en energía, caminos, puertos, vías navegables etc.
Y ahora el autor dice que el ministro de Economía impuso una devaluación. Esa afirmación es una insensatez. Prat Gay solo reconoció lo que el mercado ya había descontado desde 2011 cuando se impuso el cepo cambiario. Podría haberlo hecho de otra manera, sin dudas. Tratando sobre todo que los tenedores de los seguros de cambio se vayan con las manos vacías. De eso no hay dudas.
Pero la devaluación fué producto de la descontrolada emisión de moneda del Banco Central para financiar al Tesoro durante los nefastos doce años de populismo exacerbado que vivimos.
La intervención al Indec fué una estafa flagrante y nunca sabremos a ciencia cierta el número exacto de la inflación acumulada en esos años, y por lo tanto del nivel real del dólar.
Se olvida el autor que el kirchnerismo recibió el valor del dólar a 2,60, y que el actual ministro de economía lo había hecho bajar desde 3,80 a 2,60 durante la gestón del preidente Duhalde cuando éste, Prat Gay estaba al frente del Banco Central, fortaleciendo el peso y la capacidad de ahorro e inversión de los argentinos. Ésa fué la razón del desplazamiento de éste por Martín Redrado que llevó el valor del dólar de 2,60 a 3,20 por orden del presidente Kirchner.
Luego Cristina Fernández entrega el gobierno con el dólar a 9,60 – Oficial – pero en todas las transacciones legales con bonos -el dólar bolsa – ya estaba a 14,60. Si comparamos 2,60 contra 9,60 tenemos casi 400% de devaluación durante el populismo kirchnerista y si comparamos 2,60 contra los reales 14, 60 tenemos casi 600% de devaluación.
Que yo sepa los salarios y jubilaciones no se ajustaron un 600% ni un 400%, sino a lo sumo un 300%, por lo que tenemos un empobrecimiento real del salario desde la mitad hasta un 80% de su capacidad real de compra durante el populismo que padecimos 12 años.
Ésta es la verdad señor Kruse, PURA Y DURA. Este gobierno recibió una catástrofe, pero lamentablemente ellos también son una catástrofe de gobierno, porque sabiendo el país que recibían MINTIERON en la campaña electoral, sin avisarle al pueblo argentino lo que se venía, y las medidas concretas para proteger al sector más pobre y vulnerable del país.
Se lo digo en pocas palabras: el macrismo es la continuación del kirchnerismo por otros medios. Ambos son gobiernos oligárquicos y reaccionarios, al servicio de los dueños de la Argentina.
Por esa razón voté en blanco en primera y segunda vuelta, ya que sabía que los candidatos presidenciales no decían la verdad. Y no me equivoqué al votar así por desgracia.
Saludos Cordiales
12/06/2016 a las 11:42 AM
Creo que para ser justos habria que reconocer que a algunos sectores entre los mas olvidados los esta tratando de sacar de la ignomiñosa pobreza, solo me pregunto con que plata y a costo de que deficit fiscal, pero la ampliacion de la asignacion universal por hijo va en ese sentido para palear la situacion hasta que se pueda poner en marcha el pais parado desde hace cuatro años. Recomponer las jubilaciones y pagar los juicios va en ese sentido c los mas viejitos que no pueden mas, y que han sido olvidados desde hace decadas, recomponer los sueldos de la Instituciin de las FFAA, vejadas durante años tanto en sueldos como en su honor, porque algunos integrantes que ya no la componen cometieron delitos hace mas de 40 años y sacar a sus cuadros de la pobreza tambien va en ese sentido. Dejar de esquilmar a los productores con ignomiñosas retenciones va en ese sentido. Dejar de pelearse con el mundo, amigarse, y reinsertarse en el mundo globalizado para obtener recursos para poner el pais productivo en marcha y generar los recursos necesariis para mantener estas iniciativas, en fin, me parece que algunas cosas que se prometieron se estan cumpliendo…. Lo hizo en Boca y lo convirtio en una institucion autosustentable y ganadora de todo lo que se propuso, lo hizo en la ciudad con iguales resultados, porque no lo va a hacer en el pais?
Los miembros del gobierno kirchnerista primero participaron como subversivos tratando de incendiar al pais, varias decadas despues como gobierno lo dejaron dividido e incendiado. Las comparativas de sus CVs huelgan.