Por Oscar Edgardo García.-
Apatía es el preciso calificativo que le cabe al electorado frente al elevado ausentismo a la convocatoria de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.
La participación en los comicios fue del 53%, un nivel muy bajo si se lo compara con el promedio histórico del orden del 77% y del máximo porcentaje de concurrencia del 86% alcanzado en el año 1983, así como también del casi 69% del año 2007, que fue una de las más bajas afluencias.
Las estadísticas y los resultados deberían ser motivos de profunda reflexión para la casta política, la pasada y la presente, dado que son demostrativos de la desvalorizada imagen de todos los políticos sin excepción alguna y de la inexistencia de efectivos liderazgos que ostenten la capacidad de lograr de la ciudadanía la aprobación de sus ideologías y el apoyo masivo para sus proyectos de gestión.
En definitiva, la interpretación racional del resultado de ĺas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires es que el 53% del electorado decidió concurrir a emitir su voto en favor del menos malo de todos los mediocres y paupérrimos candidatos y que el 47% restante dispuso no incomodarse yendo a las urnas expresando un claro y contundente sufragio: que se vayan todos…
20/05/2025 a las 2:20 AM
LA GENTE OLFATEO QUE ERA UNA MANIOBRA POLITICA DE LOS MACRI E IGNORO LA CONVOCATORIA EN GRAN MEDIDA.
MENUDO GOLPE SE DIERON LOS PRIMOS.
MILEI LES GANO AL TROTE Y SIN CASTIGAR.
SI HUBIERAN VOTADO TODOS, EL TRIUNFO HUBIERA SIDO APABULLANTE SOBRE EL PERONISMO.
20/05/2025 a las 7:44 PM
De 100 votantes, solamente lo eligieron 15 y al gordito picarón de Santoro 14 ¿de que triunfo aplastante hablan?
20/05/2025 a las 7:56 PM
No se preocupe Sr.Oscar
No solo no se irán, sino que seguirán engrosando la lista de cuasi parásitos que llenan los escritorios y asientos(cuando alcanzan)de las oficinas de todo el país.
Por gusto tómese el trabajo de revisar las listas que se presentaron para le elección de la ciudad de Bs.As. Una colosal verguenza, cuando la idea es ir hacia el bipartidismo. El que gana y el potro acompaña.
Súmele a ello los «asesores», otra descomunal falta de decoro.
Resumen; por ahora esperemos………..