Por Oscar Edgardo García.-

Apatía es el preciso calificativo que le cabe al electorado frente al elevado ausentismo a la convocatoria de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.

La participación en los comicios fue del 53%, un nivel muy bajo si se lo compara con el promedio histórico del orden del 77% y del máximo porcentaje de concurrencia del 86% alcanzado en el año 1983, así como también del casi 69% del año 2007, que fue una de las más bajas afluencias.

Las estadísticas y los resultados deberían ser motivos de profunda reflexión para la casta política, la pasada y la presente, dado que son demostrativos de la desvalorizada imagen de todos los políticos sin excepción alguna y de la inexistencia de efectivos liderazgos que ostenten la capacidad de lograr de la ciudadanía la aprobación de sus ideologías y el apoyo masivo para sus proyectos de gestión.

En definitiva, la interpretación racional del resultado de ĺas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires es que el 53% del electorado decidió concurrir a emitir su voto en favor del menos malo de todos los mediocres y paupérrimos candidatos y que el 47% restante dispuso no incomodarse yendo a las urnas expresando un claro y contundente sufragio: que se vayan todos…

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