Por Hernán Andrés Kruse.-
El 23 de mayo se cumplió el cuadringentésimo décimo noveno aniversario del nacimiento de un notable filósofo, lógico, lingüista, arquitecto y monje cisterciense español. Juan Caramuel Lobkowitz nació en Madrid el 23 de mayo de 1606. Con apenas doce años componía tablas astronómicas. Estudió humanidades y filosofía en la Universidad de Alcalá. Se formó en filosofía en el Monasterio de Santa María de Montederramo (Orense) y en teología en el Monasterio de Santa María del Destierro (Salamanca). En 1638 se doctoró en teología en la Universidad de Lovaina y dos años más tarde escribió un “Agustinos” contra las doctrinas jansenistas. Fue abad de Melrose (Escocia), superior abad de los benedictinos de Viena, gran vicario del arzobispo de Praga y vicario general de la Orden de Inglaterra. El papa Alejandro VII lo nombró obispo de Satriano y Campagna y después de Vigevano (Milán). Mantuvo una estrecha relación epistolar con los filósofos René Descartes y Pierre Gassendi, el polígrafo jesuita Athanasius Kircher, el capuchino y astrónomo checo Anton Maria Schyrleus de Rheita, el médico bohemio Johannes Marcus Marci, el astrónomo belga Govaert Wendelen, y muchos otros. Este genio rechazó la escolástica y se rebeló contra la autoridad de Aristóteles. Ello explica su decisión de adoptar el mecanicismo cartesiano y la teoría física del atomismo. En teología fue molinista y en moral probabilista. Su afán por conocer todo fue de tal magnitud que se lo llamó el “Leibniz español” (fuente: Wikipedia, la Enciclopedia Libre).
Buceando en Google me encontré con un ensayo de Luis Robledo Estaire (Conservatorio Superior de Música de Madrid) titulado “El cuerpo como discurso: retórica, predicación y comunicación no verbal en Caramuel” (CRITICÓN, 84-85, 2002). Quien lo lea tomará conciencia de la magnitud intelectual de Caramuel.
“El cisterciense Juan de Caramuel y Lobkowitz (Madrid, 1606-Vigevano, 1682) ejerció el ministerio de la predicación en diferentes ocasiones, por lo menos en veintidós, número éste que corresponde a los sermones recopilados por su autor en el volumen Conceptus evangelici, donde también se reproduce la oratio gratulatoria que pronunció con motivo de la coronación como rey de Hungría en 1647 de Fernando IV, hijo del emperador Fernando III. En esta publicación se señalan tres años concretos en los que predicó sendos sermones: 1643 (sermón predicado en Lovaina en una festividad mariana), 1646 (en Baviera, en la festividad del Corpus Christi) y 1647 (en la festividad de San Juan Evangelista). En cualquier caso, su carrera no se orientó hacia este particular menester. Caramuel ha pasado a la historia por su aportación a muy diferentes materias: la teología, la filosofía, el lenguaje, la matemática, la teoría musical, la arquitectura. Corresponsal de Athanasius Kircher, de Gassendi, de Descartes y de Mersenne, se formó en España (Colegio Imperial de los jesuitas en Madrid, universidad de Alcalá de Henares y universidad de Salamanca), pero pasó la mayor parte de su vida en Flandes, Bohemia, Austria e Italia, donde murió siendo obispo de Vigevano.
El pensamiento y la producción de Caramuel reflejan la ambición de su siglo: ofrecer a través de una obra de carácter enciclopédico la imagen de un mundo ordenado y legislado en base a principios universales cuyo origen y fin es la Divinidad. Caramuel, como Kircher, disecciona la existencia y la somete a razón, una razón taxonómica y normativa que le permite leer y re-escribir el mundo como un todo articulado en función de relaciones de analogía. Su propuesta de saber universal obedece, en suma, a ese especial momento histórico en el que parecieron conciliarse el pensamiento científico (y cientifista) y la cosmovisión heredada del pitagorismo. Es precisamente esta amplitud de intereses y de conocimientos, la condición paradigmática de hombre de su siglo, junto a su propia experiencia, lo que confiere enorme interés a sus referencias a la retórica y a la oratoria, en general, y a la predicación en particular. Aunque parece que no elaboró ninguna preceptiva al respecto, en alguna de sus obras expone su visión sobre la retórica y la consideración que le merece en el quehacer de su tiempo. Caramuel nos puede brindar, así, un marco conceptual mucho más amplio que el de cualquier predicador contemporáneo”.
EL DISCURSO COMO REPRESENTACIÓN
“Lo primero que llama la atención es el lugar que reserva Caramuel a la retórica en el marco general de las disciplinas. Podemos ver esto en la particular clasificación de las artes que expone en su Apparatus philosophicus. A fin de percibir mejor el afán racionalizador y taxonómico del polígrafo cisterciense, ofrezco en el Cuadro 1 una síntesis de la tabla donde lleva a cabo lo anterior. Resulta significativo que la retórica ocupe, además de un lugar dentro de las disciplinas rectoras del discurso, como ornamento y coadyuvante lógico de éste (Rhetorica est grammatica elegans, nec potest carere Dialéctica), otro lugar dentro del conjunto de actividades rectoras del movimiento corporal, afirmando de ella que «requiere el movimiento adecuado de las manos y los miembros del cuerpo». Más adelante, al explicar cada disciplina en particular, dice de la retórica que procede «regulando el movimiento de las manos de tal manera que parezca que con todos los miembros se habla y se manifiestan los sentimientos del alma…». La retórica, en tanto que oratoria, queda, así, ligada esencialmente a la actividad corporal. Pero ello es, a su vez, posible, porque Caramuel ha designado un lugar en su clasificación general a un tipo de arte (vale decir, a un conjunto de actividades) cuyo cometido específico es regular todo lo relativo a dicho movimiento corporal.
Desde una perspectiva más amplia, la clasificación diseñada por Caramuel hace patente una de las constantes de ese siglo que hemos dado en llamar barroco: la preeminencia del movimiento y, en especial, del cuerpo humano en acción. A la vez, sanciona la importancia tan destacada que adquiere en la época la actio o pronuntiatio, la quinta operación de la retórica clásica, la que atiende a los gestos y a la emisión de la voz. La teatralización del sermón barroco, la potenciación, hasta el exceso, de su dimensión representativa, ha sido señalada por diversos estudiosos. Caramuel, como vamos a ver, no sólo se hace eco de todo el aparato gestual a la usanza: lo racionaliza, lo legitima y hace de él condición indispensable de la efectividad del discurso, de su capacidad persuasiva. En este Apparatus philosophions que estamos comentando, al tratar de la música y del desfase que se produce con demasiada frecuencia entre el teórico y el práctico, entre el que realmente conoce los secretos del arte y el que tan sólo tiene habilidad para materializarlos, para ejecutarlos en público, Caramuel establece una relación explícita entre «el cómico en el teatro», «los cantores en el coro» y «el predicador en el pulpito», afirmando a este respecto: “Este mismo mal ha llegado ya al púlpito y a la cátedra, y vemos a menudo en las iglesias que el dificilísimo cometido de un excelente predicador lo desempeñan sujetos inexpertos que confían a la memoria sermones ajenos y que los declaman de manera más elevada de lo que hubiera hecho el autor”. Teatro, música y predicación son, así, otras tantas manifestaciones del arte de la representación”.
LA COMUNICACIÓN NO VERBAL: UN IDIOMA NATURAL
“La obra en la que Caramuel asimila por extenso la retórica a la actio lleva un título tan desmesurado (no tanto por la extensión, sino por el concepto) como la ambición de su autor por ordenar, clasificar y elucidar todos los mecanismos de que Dios ha dotado al ser humano para expresarse: Trismegistus theologicus, latine Ter-maximus, cuius tomi sunt tres: in quibus tres virtuales et morales maximce quœ subcollant restrictionum doctrinam radicitus edisseruntur (Vigevano, 1679). Como el mismo título declara, la orientación final de esta obra en tres tomos es la teología moral, y, en concreto, la doctrina de la restrictio, tan cara a la casuística jesuítica y tan debatida en el seno de la iglesia católica desde el siglo xvii. El primer tomo lo titula POLYMNIA y trata del «idioma natural y la restrictio sensible»; el segundo es HARPOCRATES y aborda la restrictio insensible basada en el silencio; el tercero y último, HAPLOTES, estudia la restrictio mental. El afán de Caramuel por desentrañar el sentido y las diferentes manifestaciones de la restrictio se halla ligado al probabilismo que postuló y que lo convirtió en conspicuo laxista, siendo por ello atacado (y defendido) ya en su época.
El sentido que adquiere el término restrictio en el aspecto que aquí nos interesa, el del lenguaje de las manifestaciones sensibles desarrollado por Caramuel en el primer tomo de su obra, POLYMNIA, es el de determinar, precisar, elucidar o completar la expresión verbal, como su autor explica en numerosas ocasiones. Ejemplo señero de esto es el tan debatido pasaje de la vida de San Francisco en el que éste es rogado por un preso fugitivo que no delate su paso por aquel lugar, y, más adelante, siendo preguntado el santo por los perseguidores de aquél, responde: «Nadie ha pasado por aquí», llevando su mano derecha a su mano izquierda al tiempo que pronuncia estas palabras. Al comentar este pasaje, Caramuel libra al santo de toda falta a la veracidad, puesto que «como aquel por aquí era equívoco, restringió con la mano», vale decir, la indeterminación (supuesta) de la expresión verbal es reducida y precisada por el movimiento de las manos, convirtiéndose tácitamente su respuesta en algo así como: «Nadie ha pasado por esta mano». De modo que San Francisco, parafraseando a dos ilustres autores teatrales, ni miente ni deja de mentir, sino todo lo contrario. Toda la hipocresía y cinismo que han acompañado a la Iglesia católica en sus artimañas de embaucamiento, la ambigüedad calculada sobre la que ha cimentado su poder, son rubricadas con desenfado y desparpajo por Caramuel al concluir su exposición del mencionado pasaje con estas palabras: «Pero, dirás, ellos no advirtieron el movimiento de las manos. ¿Y qué? No tenía aquel santo obligación de avisarlos, y, si fueron descuidados, se les ha de achacar a ellos».
El sentido de precisión y determinación otorgado al concepto restrictio en las manifestaciones sensibles del discurso permite a Caramuel elaborar un enciclopédico tratado sobre la comunicación no verbal y sobre la elocuencia del gesto, tratado que llena el primer tomo (el más extenso) de su Trismegistus théologiens y que consagra a Polymnia, la musa de la mímica, con el siguiente encabezamiento: POLYMNIA. Del idioma natural y de la «restrictio» sensible. Este idioma natural o lenguaje de los gestos es anunciado en el subtítulo del tomo: “[Este tratado] muestra que los hombres pueden y suelen hablar comenzando por el último cabello de la cabeza y acabando con los pies, agitando la cabeza, asintiendo, negando, balanceando y moviendo las manos, pies y todo lo demás, precisando más ampliamente lo dicho en el discurso”.
Precediendo al cuerpo general de la obra van dos secciones, a modo de doble introducción, que abordan, respectivamente, la elocuencia del cuerpo humano en tanto que persona, es decir, mediante su sexo, sus cualidades, sus prejuicios, sus circunstancias, etc., y la elocuencia del cuerpo a través de su representación en pintura y escultura. Por fin, da comienzo la parte más enjundiosa de la obra. Para poner en marcha su discurso sobre la gestualidad, Caramuel vuelve a recurrir a la musa del mimo: POLYMNIA. De las «restrictiones» que nacen del gesto y del ornato. Este es el encabezamiento de la parte más importante y extensa del tomo primero correspondiente al Trismegistus théologiens, parte que el autor subdivide en 27 articuli o capítulos. En el Cuadro 2 puede verse el plan general de toda la obra. Cada articulas consta, a su vez, de diferentes sectiones. Son innumerables y, a veces, peregrinas (aunque siempre muy interesantes) las digresiones que hace Caramuel a lo largo de todo el tratado, en las que refiere anécdotas o repite temas de los que se ocupa en otras obras y que tenían para él una relevancia especial (como es el caso de su propuesta de sistema heptasilábico para la solmización).
Dejando a un lado muchas de estas digresiones y atendiendo a los aspectos que aquí pueden interesarnos, ofrezco en el Cuadro 3 una selección de los articuli y sectiones en que se subdivide la tercera parte del tomo I. En el proemio a esta tercera parte, Caramuel deja claro que su intención es dilucidar todo lo relativo al lenguaje de los gestos, lo que él llama el «idioma natural»: “NOTA. El lector que haya leído sobre los phrósophoi admitirá de muy buen grado que todo lo que en este libro voy a abordar por extenso (pues el tema ofrece materia abundante) gozaba de estima entre los griegos. Los phrósophoi eran actores mudos que representaban en el teatro historias muy profundas sin articular palabra y sin participación musical alguna, con el solo gesto del cuerpo, de tal manera que los espectadores casi comprendían mejor por el movimiento del cuerpo que si alguien recitase…, nadie podrá negar que el gesto pueda hablar si junto a él concurren circunstancias consignificantes”.
EL CUERPO COMO DISCURSO
“Como puede observarse en el Cuadro 3, Caramuel comienza hablando del gesto en general y procede a hacer un recorrido por el cuerpo humano considerando los diferentes recursos que éste atesora para llevar a cabo una comunicación no verbal. El lenguaje de los ojos, el de la boca y el de las manos ocupan un lugar prominente, con cuatro, cinco y cinco articuli, respectivamente, aunque alguno de éstos tiene cabida en su sistema por mera analogía sensorial, como el IX (Del habla por los colores, subsidiarios del sentido de la vista), el XXII (Del estilo, dependiente en primera instancia, como escritura, del sentido del tacto) y el XXV (Del habla de los dones y presentes, también relacionado de modo general con el tacto). Pero Caramuel va más allá de la expresión que realiza el ser humano a través del gesto; su visión totalizadora de la persona convierte a ésta en un ente «lingüístico» configurado por una ortografía, por un léxico, por una gramática, por una retórica y hasta por una dialéctica.
Los ojos, por ejemplo, tienen un léxico particular, puesto que encontramos ojos elevados, cerrados, turbados, observantes, malignos… (articulus VII, sectio VII). Asimismo, poseen una gramática, en virtud de la cual Caramuel les hace declinar substantivos y conjugar verbos (articulus VII, sectiones IV y V); además, esta gramática les condena a producir barbarismos y solecismos, verbigracia, unos ojos que mirasen con severidad al amigo o con benignidad al enemigo producirían un solecismo de la mirada (articulus VII, sectio VI). La mano corre también el riesgo de incurrir en solecismo si, al referirse el orador o recitador a la tierra, apunta al cielo, y viceversa (articulus XXI, sectio III). En cuanto a la retórica inherente a las partes del cuerpo, la palma se la llevan los ojos al explicar Caramuel a lo largo de veinticinco páginas treinta y cuatro figuras retóricas que produce la mirada (articulus VIII, sectio IV); pero es que también hay una retórica de la barba, cuya ausencia y promesa en el adolescente y en el eunuco produce la figura elipsis (articulus IV, sectio V), y otra en los brazos, que da lugar a la figura enigma cuando se mueven de forma misteriosa (articulus XIX, sectio III).
En el cuerpo hablante de Caramuel hay lugar, asimismo, para la dialéctica: los ojos que derraman lágrimas ocultamente y, a la vez, en público establecen dos premisas silogísticas de las que se infiere la consecuencia, dando lugar, de este modo, a un enthimema o silogismo incompleto (articulus X, sectio IV). El engaño, por supuesto, acecha en el lenguaje de los gestos, como cuando alguien se postra ante el vencedor de manera insincera, haciendo, así, mentir a sus rodillas (articulus XXVI). Pocas manifestaciones del cuerpo humano deja Caramuel de considerar; la risa, por ejemplo, tiene su propio apartado (articulus XIV), y la tos, de la que expone su gramática y su retórica, sin olvidar el esputo («gargajo», dice, en castellano) (articulus XV).
Bajo esta aparente embriaguez de racionalismo enciclopedístico, lo que Caramuel nos está proponiendo es un cuerpo humano significante en varios niveles. Por una parte, tenemos un cuerpo portador de signos, en su misma persona (parte I: De las «restrictiones» que conciernen a las personas, esto es, de la elocuencia derivada del sexo, del carácter, de la condición…) y en su representación (parte II: De las «restrictiones» que provienen de las pinturas de las personas) (ver Cuadro 2). Por otra, como persona actuante, tenemos un cuerpo realizador de signos (parte III: Polymnia. De las «restrictiones» que nacen del gesto y del ornato). Y, por encima de todo ello, como ente gramático y retórico, emerge el cuerpo como discurso en sí mismo, con sus reglas, sus figuras y sus incorrecciones.
Si imaginamos ahora el púlpito barroco, o el teatro, podríamos decir que un discurso se superpone a otro discurso, el que es declamado al de quien lo declama, o viceversa. La dimensión que reclama aquí la actio no puede sino reducir esencialmente el ejercicio oratorio a verdadera representación. Por otra parte, ese cuerpo portador de signos que es la persona configura un universo simbólico que Caramuel explicita en varias ocasiones, como cuando expone el significado y la simbología de los diferentes colores (articulus IX), o cuando explica que la mujer hace la genuflexión con ambas rodillas, al contrario que el hombre, porque este acto significa humildad y sumisión, y la mujer se halla obligada a una doble sumisión: a los padres y, una vez desposada, al marido; además de que la primera mujer, Eva, cometió doble pecado: comer la manzana y dársela a comer a Adán (articulus XXVI).
También configura un universo emblemático. Cuando explica el «silencioso y curioso idioma de los cabellos», como él lo denomina, Caramuel señala la elocuencia de la calavera para enseñarnos el recto camino en la vida y la preparación para la muerte, exponiendo, así, lo que podríamos considerar una teorización de la vanitas que acompaña de cierto aviso que se ve con frecuencia, según dice, en los cementerios españoles: “Tú que me miras a mí Tan triste, mortal, y feo, Mira, pecador, por ti, Que cual tú te ves me vi, Verte has cual yo me veo” (articulus IV, sectio VI, nota II). Asimismo, en el capítulo dedicado al habla de los pies, recuerda la representación de Fortuna en forma de mujer sosteniéndose con un pie sobre una esfera, pie que suple la elocuencia de la boca al mostrar el carácter inestable y errático de aquélla (articulus XXVII, sectio III).
Al abordar sistemáticamente el lenguaje gestual de cada una de las partes del cuerpo humano, en muchas ocasiones promete Caramuel más de lo que ofrece en realidad; es decir, con frecuencia, en lugar de describir las particularidades de tal lenguaje se limita a enunciarlas o a señalar su presencia en pasajes literarios que transcribe. Digamos, de pasada, que éste es uno de los aspectos que hace más amena e interesante la lectura de la obra, pues de la enorme cantidad de fuentes reproducidas sobresalen multitud de fragmentos de escritores españoles del momento o de las generaciones inmediatamente anteriores. Entre ellos, los más citados por Caramuel o, al menos, sus preferidos, habida cuenta de que les dedicará sendos capítulos en el tomo siguiente (dentro del articulus De los poetas españoles), son Lope y Quevedo; pero cita también incontables pasajes de obras de Góngora, Tirso, Pérez de Montalbán, Moreto y otros.
Esta suerte de decepción podemos sentirla al leer el articulus VI (Del habla del semblante), en el que alude a la Physiognomia de Giovanni Bañista Porta y trata de la expresión de las diferentes pasiones del alma a través del semblante, pero no especifica cuáles son éstas ni cómo lo hacen. No obstante, en conjunto, su tratado es un valioso testimonio sobre la comunicación no verbal tal como era entendida y practicada en el siglo xvii. Podemos apreciar, por ejemplo, el lenguaje de los besos, esto es, el diferente mensaje que portan atendiendo a si se dan en la cara, en la mano, en el pie, en la rodilla… (articulus XVI). Podemos también leer un pequeño tratado de quirología y aprender el lenguaje de las manos (articulus XXI, sectio IV), o conocer el significado de cada dedo y el lenguaje de los anillos en la antigüedad clásica (articulus XXI, sectio IX). Las dádivas, dones o regalos son portadores, asimismo, de mensajes diferenciados, y se revelan «mucho más eficaces que las palabras» para persuadir; algunos reflejan tan fielmente el interior del que los ofrece que se conocen como dones cantantes (articulus XXV). Los pies, por último, hablan y tienen su abecedario, un abecedario que da lugar a un lenguaje cifrado expuesto por Caramuel y del que nos refiere su uso por parte del emperador Fernando III (articulus XXVII, sectio I)”.
12/06/2025 a las 4:16 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Más miedo que poder: Cristina Kirchner busca asustar a la Justicia, pero no tiene con qué
Marcos Novaro
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
11/6/025
La dos veces presidenta, una vez vice, todavía líder del peronismo nacional y ahora aspirante a diputada provincial reunió ayer a su tropa con la excusa de homenajear a los fusilados de José León Suárez y, como siempre hace, se homenajeó a sí misma.
Lo hizo machacando con dos argumentos que, de tanto que los repitió, habría que concluir que ni ella se los cree demasiado, y menos convincentes aún resultan para los oídos a los que iban dirigidos.
Esos argumentos hablan, en resumen, de la enorme importancia que tendría para el futuro del peronismo y del país que ella siga libre y pretendiendo ser, eternamente, la “líder del pueblo”, la indiscutida abanderada de todas las causas nobles imaginables.
Y buscan demostrar, como ha repetido la señora ya hasta el cansancio, que si la meten presa es porque a los “enemigos del pueblo”, si bien se les da bastante bien ganarle elecciones (y últimamente lo vienen haciendo por amplias diferencias de las que hizo bien Cristina en no hablar), por alguna misteriosa razón eso no les basta y se han confabulado para destruirla, sacarla del juego.
EL PRIMER ARGUMENTO DE CRISTINA KIRCHNER
El primero de los argumentos con que Cristina simuló una capacidad de combate que hace tiempo no tiene y una gravitación que le es cada vez más esquiva, fue el de la inminente crisis económica que sellará, “inevitablemente”, “más temprano que tarde”, “fuera de toda duda”, la suerte del gobierno en curso.
Este punto lo repitió de todas las formas imaginables. Porque es el de sus pronósticos de pitonisa el que más le importa y el que más ha venido fallando desde que asumió Milei:
“Yo estaré presa pero la gente va a estar cada día peor”.
“La detención de una persona no va a cambiar un modelo económico que ya fracasó”.
“No hay ninguna posibilidad de que esto termine bien, no hay final feliz”.
“Este modelo tiene fecha de vencimiento”.
“Este gobierno cachivache va a terminar mal… esto va a traer una gran crisis”.
Que el liberalismo económico no puede funcionar en nuestro país es la última y desesperada certeza que necesita defender Cristina Kirchner porque sin ella su misma razón de ser se evapora: si otros tuvieran éxito donde ella y su marido fracasaron, domeñar la inflación y generar un proceso de crecimiento estable y razonablemente integrado a la economía internacional, ese fracaso suyo quedaría inapelablemente confirmado, y más aún, se volvería históricamente comprobable que el entero proyecto kirchnerista, el de volver a cerrar la economía y desequilibrar las cuentas públicas, para alentar un crecimiento “autárquico” a costa de una inflación cada vez más alta, fue un error imperdonable.
Se entiende, entonces, que Cristina no crea “en los finales felices”. No los puede haber, todos tenemos que compartir con ella su fracaso, resignarnos a ese destino.
EL SEGUNDO ARGUMENTO DE CRISTINA KIRCHNER
El segundo argumento era aún más ofensivo y tétrico para su auditorio, y tal vez por eso lo planteó con menos insistencia y no quiso abundar demasiado, a ver si todavía el truco manipulatorio quedaba en evidencia.
Consistió en afirmar: “Si me meten presa, el campo nacional y popular no tendrá más liderazgo”, y que el momento exigía “abandonar las mezquindades” y dejar de estar atentos “a los lugares en las listas” para “estar al lado de los que sufren”.
Una advertencia manifiestamente dirigida contra Axel Kicillof y los suyos, a los que ninguneó en su pretensión de construir una nueva conducción, y descalificó por la dura negociación en que están trabados con La Cámpora por el control del poder territorial del peronismo. Pero que debería aplicársele antes que nada a ella misma: finalmente fue la propia Cristina la que primereó a todos los demás reservándose un lugar en las listas bonaerenses, y lo hizo muy mezquinamente, eligiendo para sí la única posición que tiene chances de salir airosa.
Como sea, Cristina se mostró convencida de que si se “descabeza” al peronismo, por más que ello sea fruto de un fallo judicial recontra hiperrevisado y muy sólidamente afirmado en infinidad de pruebas, y pese a que durante varios gobiernos ella abusó del poder público para frenarlo, entorpecerlo, desviarlo y deslegitimarlo, lo que va a resultar es una crisis política de proporciones enormes. Tan enormes como las que resultaron de la proscripción de Perón en los años cincuenta del siglo pasado, fusilamientos incluidos.
Pero, de nuevo, tal vez lo que Cristina transmite, con sus ridículas exageraciones y analogías descabelladas, es el temor a que nada de eso suceda. A que, al contrario, “la democracia tal como la conocimos” no decaiga, sino que se beneficie. Que la ciudadanía no se indigne y rebele, sino que contemple la novedad con tranquilidad y distancia, entre escéptica y cansada, como hace últimamente con casi todo lo que la escena política le ofrece, y que la propia dirigencia peronista prefiera seguir su vida como si nada.
O incluso peor, que ante la alternativa de seguir siendo el partido de la inflación, la corrupción y la apuesta al fracaso, o ser algo distinto, más y más peronistas, de la dirigencia y del llano, empiecen a buscar más en serio otros referentes.
12/06/2025 a las 4:26 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Cristina Kirchner espera una definición por el pedido de la domiciliaria
Irina Hauser
Raúl Kollmann
Página/12
12 de junio de 2025
El juez Jorge Gorini, integrante del Tribunal Oral Federal 2 (TOF2), ordenó la realización de un informe socioambiental antes de decidir si Cristina Fernández de Kirchner puede, tal como solicitó, cumplir la pena que le impuso la Corte Suprema en prisión domiciliaria. Como otro paso previo, le pidió opinión al fiscal Diego Luciani, quien pretendía la inmediata detención en cuanto se conoció la decisión de los supremos, pero el magistrado mantuvo su posición de fijar cinco días hábiles para que las nueve personas alcanzadas por la sentencia se presenten en Comodoro Py. Ese plazo se cumple el miércoles que viene. Si antes de ese día no hay una definición, la presidenta del Partido Justicialista irá a tribunales, aunque su defensa intenta que los trámites previos a la ejecución de la condena se hagan por zoom. Con su presencia, el tribunal corre el riesgo de que se geste una movilización masiva como ocurrió en abril de 2016 como cuando fue indagada por el fallecido Claudio Bonadío, uno de los icónicos de la persecución contra CFK.
LAS RAZONES DE CFK
«La prisión domiciliaria es una medida adecuada para garantizar el cumplimiento de la pena, sin afectar la dignidad ni las condiciones humanas de los solicitantes y que, de manera alguna, ello significa un privilegio personal ni mucho menos implica la impunidad del condenado», dice la presentación de los abogados de la expresidenta, Alberto Beraldi y Ari Llernovoy. Además de la cuestión de la edad, ya que al superar los 70 años puede pedir «domiciliaria», señalan que es una «obligación estatal» «velar por la seguridad de quienes ejercieron en el pasado la titularidad del Poder Ejecutivo». «Los exPresidentes de la Nación cuentan con un servicio de seguridad específico, a cargo de la División Custodia de ex Mandatarios de la Policía Federal» pero quedaría sin efecto si entra al sistema penitenciario.
Recuerdan que CFK, durante la etapa final del juicio conocido como «Vialidad», por el que la Corte confirmó su condena, «fue víctima de un intento de homicidio», que «no alcanzó su consumación por circunstancias absolutamente fortuitas». Sostienen que «por razones difíciles de explicar, no se ha podido o querido avanzar respecto a los autores intelectuales del intento de magnicidio, quienes por ende permanecen libres e impunes al día de la fecha» y que «según algunas líneas de la pesquisa, por el momento no descartadas, los instigadores del hecho mantendrían contactos directos con altos sectores del poder político y económico de nuestro país». «Incluso, una de las personas sospechadas (dicen en relación al diputado Gerardo Milman) tiene relación directa con» la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de quien depende el Servicio Penitenciario Federal (SPF).
Así muestran, entre otros argumentos, que CFK no puede cumplir su pena privativa de libertad de otra forma que no sea con detención domiciliaria: en una cárcel «no es compatible con los recaudos de seguridad que deben serle garantizados a una persona que se encuentra en la situación de nuestra asistida». Por las mismas razones de seguridad, en un penal CFK no podría compartir lugares con otras personas, pero las «medidas de aislamiento absoluto y de vigilancia permanente son incompatibles con los estándares internacionales y convencionales que rigen la ejecución penal».
«EL «SOCIOAMBIENTAL»
Cristina ofreció para cumplir la pena el domicilio donde se encuentra estos días, desde donde saluda en el balcón rodeada de militancia y gente suelta que va a darle apoyo, en la calle San José al 1100 en la Ciudad de Buenos Aires. Allí es donde se realizaría el estudio socioambiental que pidió Gorini: un/a asistente social y/o psicólogo/a va a la vivienda, verifica si hay personas a cargo o con quiénes vive, si la persona padece alguna enfermedad o tiene alguna discapacidad, si trabaja, entre otras cosas. Es un procedimiento que está a cargo de la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal (DCAEP), que depende del Poder Judicial. Se trata de uno de los pasos previos a que el tribunal decida si le da acceso a la prisión domiciliaria. La definición podría ser de los tres jueces que integran el tribunal: además de Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu (uno de los que jugaba al fútbol en la quinta Los Abrojos de Mauricio Macri y un día se mostró, como provocación, con un mate con el escudo de su equipo, el Liverpool) y Andrés Basso. De todos modos, no está claro cómo se resolverá, ya que quizá lo haga solo Gorini.
El juez ordenó esta misma medida para Nelson Periotti, ex titular de Vialidad Nacional, quien está cerca de cumplir 80 años. En el caso de Lázaro Báez, estaba cumpliendo prisión domiciliaria en Río Gallegos, pero después del fallo de la Corte por orden del juez Néstor Costabel, del Tribunal Oral Federal 4 (TOF4) que lo condenó por lavado de activos en el caso de la «Ruta del dinero», dispuso su traslado a una cárcel común, en la misma ciudad. Ese tribunal tendrá que hacer una unificación de penas.
Los abogados de la expresidenta pidieron también que «todas las notificaciones personales que deban efectuarse a Cristina Fernández de Kirchner sean practicadas por medio de una audiencia virtual, tal como se hizo con otras comunicaciones anteriores en esta causa y siguiendo la modalidad con la cual se desarrolló prácticamente todo el juicio oral». Agregaron que es «innecesario» el uso de la tobillera electrónica. «Siempre estuvo sometida al accionar de la justicia». Todo indica que, si le dan la domiciliaria no tendría que usar tobillera según estaría evaluando el tribunal.
El pedido de audiencias por Zoom apunta a evitar que la expresidenta tenga que ir a Comodoro Py y, en lo posible, que no sea alojada en dependencias de alguna fuerza de seguridad.
El tribunal mandó una notificación a la alcaidía de Comodoro Py diciéndoles que estén preparados para recibir detenidos. Si tuviera que presentarse podría estar ahí unas horas. De todos modos, esta medida puede estar destinada a otros detenidos. Si ella va habrá miles de personas afuera. La lógica indica que no tiene razón de ser que la lleven a Cavia (dependencia de la Policía Federal donde estuvieron detenidos poco tiempo quienes intentaron matar a CFK) u otra dependencia por tres o cinco días. Esto también va a generar movilización. La ex presidenta, más allá de todo, le dijo a Beraldi que no teme quedar presa en el lugar que sea. Quienes la vieron, la notaron tranquila y trabajando.
En las normas para todos los presos con domiciliaria del país no hay restricciones a las visitas ni al uso de celulares. Incluso no debe haber policías ni en la puerta, algo que no ocurrirá con ella dada la necesidad de la custodia. Habrá que ver si el tribunal pone alguna restricción para su actividad política.
Las personas privadas de la libertad votan, no deberían quedar afectados sus derechos a actividad partidaria aunque no pueda ser candidata. Es posible que la fiscalía intente poner cuestionamientos sobre estos asuntos.
LOS FISCALES SIGUEN CON SU OFENSIVA
Ante la decisión de Gorini de habilitar cinco días hábiles (que sería ocho de corrido) para que los condenados se presenten en Comodoro Py los fiscales del juicio, Diego Luciani y Sergio Mola –conocidos por el despliegue exagerado de su alegato en agosto de 2022, transmitido por Youtube– se quejaron. Presentaron un «recurso de reposición». ¿Qué dicen? «La ejecutoriedad de la sentencia condenatoria» «impone la inmediata detención de todas las personas condenadas para que cumplan con las respectivas penas privativas de la libertad que fueron dictadas a su respecto», señalan. Admiten que no hay un «plazo» establecido, pero acusan a Gorini de fijar la forma «de manera discrecional». «En función de ello, este Ministerio Público Fiscal exigirá a los efectos de evitar riesgos procesales, que la sentencia firme sea ejecutada de inmediato en todos sus términos», sostienen, pero no explican cuáles son los riesgos procesales.
Dicen que de acuerdo a los términos de la Corte la “tutela del sistema republicano y democrático ya no admite más demoras ni postergaciones». Según ellos el período concedido «no se compadece en absoluto con la inmediatez que exige la ley procesal vigente para la ejecución de una sentencia ya firme».
Esta nueva presentación denota el siniestro papel jugado por los fiscales Luciani y Mola y el espíritu persecutorio. Durante los tres años del juicio, habían tenido una actuación más bien tímida. Pero, sorpresivamente, después de un viaje a Estados Unidos, se despacharon con un alegato de nueve audiencias, orientado a dar espectáculo y a mencionar pruebas inexistentes que ni siquiera se había presentado antes.
12/06/2025 a las 4:36 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El movimiento nacional y popular frente al neofascismo
Jorge Alemán
Página/12
11 de junio de 2025
Si hay algo que se revela a través de la detención de Cristina Kirchner es que ciertos antagonismos históricos que tuvieron mucho peso en la realidad argentina han quedado desplazados. El antagonismo peronismo – antiperonismo, el más frecuente en nuestra historia política, en la situación actual y a partir de la condena a Cristina, pierde cierta vigencia.
No es que haya dejado de existir y que no se manifieste con fuerza en muchos de los episodios que atraviesan nuestra actualidad, si no que después de la captura del gobierno por la ultraderecha, una nueva confrontación se pone en primer término y exige ser asumida por su gravedad.
Ya no se trata solo de estar contra los gorilas; la condena a Cristina ha desplazado la cuestión; existe una ultraderecha internacional organizada por distintos poderes mundiales que tiene al Presidente argentino como uno de sus personajes privilegiados.
El Presidente argentino es gorila, pero también una pieza de la ultraderecha internacional cuyo funcionamiento se distingue de los fascismos históricos.
Se trata de comprender definitivamente que se está combatiendo una nueva realidad que exige conocer muy bien los dispositivos de poder y de producción de subjetividad de los nuevos neofascismos. Existe una gran inercia social a raíz de las distintas intervenciones de la tecnología que vienen a contrariar el deseo de militancia; un gran campo social reaccionario poblado de nubes ideológicas indescifrables e inconsistentes conduce a una desafección de la política.
Relativizar la condición neofascista del actual gobierno argentino puede ser un error político muy serio en la medida que se desconozca la complicidad que mantiene con él un vasto sector de la sociedad.
La orientación estratégica que impone la gravedad de la situación actual sería la inclusión de las izquierdas, las fuerzas progresistas, los patriotas, al movimiento nacional y popular. En suma, un movimiento que incluya a todas y a todos los que consideran a la ultraderecha neoliberal un insulto a la condición humana.
12/06/2025 a las 6:02 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Un fallo con consecuencias misteriosas
Carlos Pagni
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
12/6/025
La resolución de la Corte Suprema de Justicia convalidando la condena contra Cristina Kirchner en la causa “Vialidad” representa una saludable reivindicación del principio de igualdad ante la ley. Termina de disponer la prisión para alguien tan poderoso como la expresidenta. El pronunciamiento de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti se aparta de una antigua inercia de la Justicia federal: la de proveer impunidad a los que cometen actos de corrupción.
Se trata, por lo tanto, de un mensaje que va más allá de la señora de Kirchner y los demás condenados en el caso. Cualquier figura con posiciones gravitantes en la vida pública debería imaginar que, si delinque, está expuesta a una sanción penal. En un momento histórico de gran transformación, en el que se ha vuelto confuso dónde radican los centros de autoridad, la Corte demostró que no ha perdido la capacidad de marcar límites.
La condena de Cristina Kirchner viene acompañada, como exige el Código Penal, de una inhabilitación perpetua para el ejercicio de la función pública. Al tratarse de la titular del principal partido de la oposición, alguien a quien las encuestas asignan una intención de voto que ronda el 30% y que lleva el rating a marcas de 8 puntos cuando aparece por televisión, esa prohibición podría abrigar consecuencias políticas todavía misteriosas. En las primeras horas siguientes a esta condena la centralidad de la expresidenta no ha hecho más que expandirse.
Los tres magistrados optaron por el camino que el tribunal ya había seguido en expedientes como el de Milagro Sala en 2022: rechazó el recurso de queja refutando los argumentos de la defensa. Podría haberlo descartado sin justificarlo, es decir, remitiéndose al artículo 280 del Código de Procedimientos Civil y Comercial, como hizo en 2020 con Amado Boudou en el caso Ciccone.
Las razones que expusieron en el fallo que se conoció anteayer desnudaron algunas deficiencias en el trabajo de Carlos Beraldi, el defensor de la expresidenta. Por ejemplo, los jueces reprocharon a Beraldi haber admitido el vínculo comercial existente entre la señora de Kirchner y Lázaro Báez, beneficiario del régimen de obra pública montado en Santa Cruz. También pusieron en evidencia que, cuando el escrito presentado por la expresidenta reprocha a algunos magistrados haber practicado deportes con Mauricio Macri, no demuestra qué consecuencias habría tenido esa camaradería sobre las decisiones judiciales.
Rosatti, Rosenkrantz y Lorenzetti invalidaron el argumento de la defensa sosteniendo que los chats exhumados del celular de José López, una prueba crucial del juicio oral, fueron incorporados al proceso de manera extemporánea. El máximo tribunal repite el criterio de instancias anteriores: cuando esos intercambios de López fueron presentados por la fiscalía, Beraldi no les prestó atención; por lo tanto, no los objetó ni rechazó.
Uno de los reproches que formuló la señora de Kirchner al tratamiento de su caso es que se hayan realizado pocas pericias sobre las obras públicas objetadas en Santa Cruz. La Corte da vuelta el argumento y afirma que no fueron necesarias más que cinco pericias para encontrar un sinfín de irregularidades.
Los tres jueces pusieron mucho énfasis en rechazar la doctrina de la persecución o lawfare. Recuerdan que el expediente fue analizado por numerosísimos jueces y fiscales, muchos de ellos designados por gobiernos kirchneristas. Es cierto que la versión kirchnerista más frecuente de esa denuncia del lawfare es muy heterodoxa. No alega que se trate de la persecución de un inocente. Sugiere, en cambio, que la arbitrariedad consiste en que se considere a la señora de Kirchner la única culpable. Es decir, que los tribunales apliquen con ella una severidad de la que se salvan otros funcionarios o políticos que han cometido también actos corruptos.
Este es el núcleo de la tesis kirchnerista y de una buena parte de la izquierda, en general: el sistema penal es más tolerante con la corrupción de otros actores políticos, porque en la señora de Kirchner se está condenando la orientación de una política. Esa política, sostiene esta tesis, motiva la persecución penal no porque quienes la ejecutaron sean más “delincuentes”, sino porque afectaron más que los otros el derecho de propiedad. La clásica tesis del marxismo, según la cual el aparato institucional es un aparato de clase, se pone aquí en funcionamiento encarnada en nombres y apellidos.
Es posible que el mayor error del escrito de Beraldi haya sido omitir el pedido de declaración de inconstitucionalidad para la inhabilitación perpetua. El defensor de Cristina Kirchner podría haber alegado que se trata de una cancelación del derecho a ser elegida que afecta garantías asignadas por la Constitución. El desacierto consiste en que ahora será muy difícil llevar ese reproche a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Allí sólo se admiten reclamos que hayan sido formulados también en la instancia local del juicio.
Hay una pregunta inevitable: ¿Con una abogacía de mayor calidad el destino de la expresidenta hubiera sido diferente? Es muy probable que no. El caudal de información sobre irregularidades en el manejo de la obra pública es tan voluminoso que evitar una condena parece una meta inalcanzable. Al revés: a la expresidenta le podría haber ido peor. Ella se benefició con la desarticulación de grandes negocios irregulares en distintos expedientes. El más relevante: la investigación sobre facturas apócrifas de Lázaro Báez se derivó a los tribunales de Bahía Blanca.
En relación con las derivaciones internacionales del fallo de la Corte, ayer se conoció una inesperada: la asociación Republican Action for Argentina se dirigió a Catherine O’Hagan Wolfe, jueza de la Cámara de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York, para denunciar la relación entre la condenada Cristina Kirchner y la familia Eskenazi. La intención de esa institución, que lidera el abogado Fernando Irazu, es hacer notar que el modo en que los Eskenazi ingresaron a YPF, de la mano de los Kirchner, corroe la legitimidad de su reclamo por la estatización de la compañía. El reclamo de los Eskenazi está hoy en poder del fondo Burford, que demanda 16.000 millones de dólares al Estado nacional.
La sanción de la expresidenta y jefa oficial del PJ, irreprochable desde el punto de vista judicial, abre un mar de incógnitas políticas. Ella está inhabilitada para postularse a un cargo representativo. Tampoco puede ejercer la función pública. Salvo que haya un indulto, sólo queda una hendija para evitar esa interdicción: el artículo 20 del Código Penal prevé que pueda recuperar esos derechos, en determinadas condiciones, como mantener buena conducta y haber reparado el daño, dentro de cinco años.
Con independencia de ese plazo conjetural, Cristina Kirchner no tiene previsto retirarse del oficio. Es posible que la elección de su departamento del barrio de Constitución como lugar de detención tenga que ver con esa tenacidad. Una quinta en el conurbano sería mucho más recreativa, pero la alejaría del lugar de las decisiones. Respecto del confinamiento, ella aclaró ante sus íntimos que se someterá a las decisiones de los jueces. No quiere escuchar hablar de que estará “atrincherada”.
Los interrogantes que se abren desde el martes son innumerables. Por ejemplo, ¿habrá alguien en septiembre capaz de absorber al electorado dispuesto a votar por ella? Todavía no se sabe quién encabezará la lista del PJ en su reemplazo en la tercera sección electoral. Tal vez Máximo Kirchner, para mantener el apellido en la boleta. Lo que sí se sabe es que esa lista la confeccionará ella. Siempre y cuando haya elecciones en septiembre. Porque una de las consecuencias de la condena es que aumentó, al menos en estas horas, la autoridad de la señora de Kirchner, quien acaso presione con más éxito sobre Axel Kicillof para unificar los comicios en octubre.
Kicillof es una de las grandes víctimas de la resolución del martes. El peronista que se oponga a la voluntad de la expresidenta corre el riesgo subliminal de incurrir en un acto de traición. A propósito, en el nuevo contexto: ¿Asistirá Kicillof a la reunión a la que fue invitado por los grandes empresarios de AEA? Carlos Ruckauf interpretó bien anoche el efecto del fallo de la Corte sobre la capacidad de decisión de la condenada cuando declaró: “Cristina perdió la libertad pero gano la lapicera y convertirá San José 1111 en su lugar de detención, pero también en su propia Puerta de Hierro”.
La Argentina ingresó a una escena en la que Brasil está sumergido desde 2019. Dimensiones importantes del juego electoral se gestionan en los tribunales. Lula da Silva fue retirado de la carrera en 2018 y no pudo competir con Jair Bolsonaro. Sobre Bolsonaro ya pesa una inhabilitación hasta el año 2030. Anteayer, sin ir más lejos, convirtió en un acto de campaña una sesión televisada del juicio que se le sigue por el intento de golpe de Estado de enero de 2022.
La exclusión de esos líderes de la competencia por el poder, más allá de su corrección jurídica, ha vuelto mucho más áspera la convivencia entre los brasileños. ¿En la Argentina hay que esperar algo parecido? Ayer Leopoldo Moreau, que pertenece al círculo más estrecho de Cristina Kirchner, anunció que el peronismo se retirará de las comisiones del Congreso en protesta por la ruptura del pacto democrático fundado en 1983.
En el Consejo de la Magistratura, que preside el juez Rosatti, los representantes del PJ también insinuaron una sublevación. Una sublevación minoritaria. Y el académico Diego Molea amagó con un documento suscripto por profesores de Derecho de universidades nacionales para impugnar el pronunciamiento de la Corte. Se lo frustraron desde la UBA. La eventual radicalización tuvo otro indicio ayer: la trotskista Myriam Bregman, de excelente relación con Máximo Kirchner, visitó a la expresidenta. Agustín Rossi, por su parte, que fue el último candidato a vicepresidente del PJ, anticipó que “indulto y unidad de todos los partidos populares contra Milei son las condiciones para nuestro candidato en 2027”.
El peronismo de Santa Fe, en el que milita Rossi, emitió un comunicado oficial ayer, con la misma posición. El peronismo de Santa Fe, en el que militó Rosatti. ¿El peronismo de Lorenzetti? Es obvio que el fallo de la Corte no entraña una proscripción. Hábil, Cristina Kirchner intentó construirla, precipitando el lanzamiento de su candidatura provincial. Por otra parte, que no se pueda hablar de proscripción no significa que sectores del peronismo no se comportarán como si la hubiera. Es la gran incógnita. Para despejarla habrá que ver cómo decanta la indignación partidaria generada por el fallo.
Moreau justificó el vaciamiento de las comisiones parlamentarias por parte del PJ en que “el Congreso está sitiado”. Se refería a las fuerzas de seguridad que rodeaban el palacio. Fue más allá y habló del avance de una tendencia autoritaria liderada por Milei. Desde el Gobierno, sin embargo, se observan las primeras secuelas de la sanción sobre Cristina Kirchner con bastante prudencia. El Presidente celebró que la República funcione. Y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, adoptó la misma línea, aclarando que eso no implicaba celebrar el pronunciamiento de los jueces.
La disonancia con esa moderación corrió por cuenta de José Luis Espert, candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. En un acto académico de la Universidad Católica Argentina citó un tuit que él mismo había emitido en 2012, en el que insultaba a Florencia Kirchner. Se ganó un abucheo. Y también aplausos. Espert festejó el fallo porque “la política no puede tener chorros dentro de la competencia”. El economista es parte de una negociación con Cristian Ritondo para elaborar la lista de La Libertad Avanza y el Pro para octubre.
La reacción muy prudente del oficialismo acaso sea un modo de preservar una negociación en curso. Representantes de la Casa Rosada y de la señora de Kirchner discuten la postulación de dos candidatos para cubrir las vacantes de la Corte. Sobre la identidad de esos interlocutores pesa un gran hermetismo. Pero es sabido que desde hace meses existe canal de comunicación muy intenso entre el exsecretario de Justicia Juan Martín Mena y su sucesor, el actual secretario, Sebastián Amerio. Este funcionario responde al Mago del Kremlin Santiago Caputo, quien siempre defendió la conveniencia de un trato con Cristina Kirchner para resolver la cuestión judicial.
La posición se volvió todavía más firme cuando fracasó la incorporación de Ariel Lijo al tribunal. Es muy posible que en el actual clima de tensión estas tratativas hayan quedado en suspenso. Pero sería lógico que el kirchnerismo quiera relanzarlas antes de que se sepa si su jefa ganó o perdió poder con las novedades judiciales. Es un pacto muy ambicioso por su dificultad. Y cuesta imaginar que se puede llevar a cabo si cada bando opina sobre la calidad del candidato del bando contrario.
Si las conversaciones llegaran a buen puerto, habría aparecido una gran novedad: dos actores relevantes, Milei y la señora de Kirchner, habrían activado los dos tercios del Senado. Una herramienta para designar jueces de la Corte que puede servir también a otros propósitos. Un cambio no esperado.
La relación del kirchnerismo con la Corte no podría estar más dañada. Pero no es un enojo homogéneo. El blanco principal del fastidio es Lorenzetti: “Él nos mandaba a decir que Lijo llegaba y se sentaba sobre el expediente para que no hubiera condena”. El malestar es anterior y se expresó en la recusación de ese ministro, que fue denegada. Cristina Kirchner y sus principales colaboradores le reprochan a Lorenzetti haber divulgado la versión de que el kirchnerismo había vetado a Lijo en el Senado para conseguir que Rosatti y Rosenkrantz aplazara la ratificación del fallo del tribunal oral.
Astutos, Rosatti y Rosenkrantz intentaron desmentir esa habladuría con un detalle casi imperceptible: el martes a la tarde dejaron trascender que ya había sido presentado el voto de ellos dos; es decir, faltaba el de Lorenzetti. Al parecer, quisieron insinuar, no estaba tan apurado en mandar a la expresidenta tras las rejas.