Por Luis Alejandro Rizzi.-
El gobierno exhibe como hechos virtuosos, superávit fiscal, baja de la inflación, mejora del salario real, reducción de la pobreza y una buena relación de tipo de cambio, entre el peso y las monedas extranjeras, dólar esencialmente.
Visto matemática, formal y estadísticamente, esos hechos son ciertos.
Lo que nos tenemos que preguntar es la calidad de esos resultados, por aquello de que lo barato suele salir muy caro.
Preguntar si el déficit o superávit fiscal es suficiente para calificar a la administración de un país. Respondo que no.
Puede haber déficits fiscales meritorios, cuando responden a gastos razonables, en especial inversión de capital. Recordemos una vez más que la Unión Europea tiene fijadas pautas del 3% para el déficit y 60% para el endeudamiento, porcentajes relacionados con los respectivos PBI.
Del mismo modo, puede haber “superávit” consecuencia de mala o insuficiencia de gestión administrativa, represión de gastos necesarios, como desinversión de capital y suspensión de obras de mantenimiento de la infraestructura existente o aquellos que tienen que ver con la situación social en los segmentos menos favorecidos.
John Rawls así sintetizaba el principio de diferencia: “Que sean para el mayor beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad: Las desigualdades sólo se justifican sí, en última instancia, mejoran la situación de aquellos que están en peor posición en la sociedad.”
Obviamente me refiero al valor real de los beneficios previsionales y asistenciales. Todas las personas que reciben beneficios previsionales no son responsables de la mala gestión del sistema y de la insuficiencia de aportantes como consecuencia de ese amplio segmento laboral informal -un 40%- como piso, del total del empleo.
Otro tema es el salario vital mínimo, que tiene que tener una estrecha relación con el costo de vida de cada sociedad, por eso tiene ese nombre.
Hoy en Argentina el salario vital mínimo es de u$s 262,64, el más bajo luego de Nicaragua -161,00- y Venezuela -u$s12,00 (sic). Si a ello agregamos que ese ingreso, medido en dólares, es consecuencia de un peso apreciado artificialmente, no dudaría en calificarlo como salario miserable.
Este hecho antisocial descalifica el “meritorio” superávit, que supera lo estimado por el FMI como razonable; a ese extremo llegó el gobierno de Javier Milei.
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC para el primer trimestre de 2025, publicada el 19 de junio, muestra una tasa de actividad del 48.2%, una tasa de empleo del 44.4% y una tasa de desocupación del 7.9%. El ingreso promedio per cápita de la población fue de $442,596, mientras que la mediana del ingreso per cápita fue de $320,000. Para junio, el salario mínimo es de $317.800,00
Ese nivel de ingresos es sinónimo de “indigencia”.
El “superávit” asimismo es consecuencia de haberse interrumpido toda obra pública de obras propiamente dichas y mantenimiento.
El superávit es consecuencia de no gastar y ajustar el gasto corriente a lo mínimo posible, con lo cual, se acumula un gasto, por ahora intangible, consecuencia de toda suspensión de obra y un nivel intolerable de injusticia social.
Hay un empobrecimiento general de la sociedad.
En mayo de 2025, una familia tipo (4 integrantes) necesitó $1.110.624 para no ser considerada pobre, según el INDEC. Este valor corresponde a la Canasta Básica Total (CBT) y refleja el costo de alimentos y servicios esenciales.
Recordemos que:
• Canasta Básica Total (CBT): Es el valor que determina la línea de pobreza e incluye alimentos, transporte, servicios públicos, vivienda, educación, salud, entre otros.
• Canasta Básica Alimentaria (CBA): Define la línea de indigencia y se centra en el costo de los alimentos.
Sin embargo, esos datos son insuficientes para fijar límites a la población indigente o pobre. Se daría la paradoja de que un peso, que no vale nada, podría mostrar la diferencia entre la indigencia y la pobreza y de ésta con el nivel más bajo de la clase media.
Pienso que estas mediciones son obsoletas y lo que se debe ponderar son tendencias sociales y lo cierto es que la sociedad argentina va en dirección hacia el empobrecimiento.
Esto es lo que nos debe preocupar, más allá del déficit o superávit fiscal.
Es absurdo pensar que la indigencia y la pobreza podrían variar de mes a mes salvo el afortunado que pueda ganar un premio en los juegos de azar, quini, loto y otros.
Es posible que el gobierno intente cerrar los cementerios públicos, por deficitarios, ya que hasta ahora ningún muerto produce bienes u ofrece servicios. Le regalo la idea al “coloso” Sturzenegger.
Por último, nos queda el tipo de cambio. “Durante el primer trimestre de 2025, la cuenta corriente registró un déficit de USD 5.191 millones, en contraste con el superávit de USD 176 millones observado en el mismo trimestre del año anterior. Esta disminución es explicada principalmente por el aumento interanual del déficit en la balanza de servicios, estimado en US$ 3.152 millones y por la disminución del superávit de la balanza de bienes en US$ 3.010 millones”, según información del INDEC.
Es obvio que hay un desbalance en el tipo de cambio, que precisamente se expresa en ese desequilibrio que se produce como consecuencia de una apreciación forzada del “peso” ante las monedas extranjeras -dólar-, que ya podemos decir subvencionan el consumo importador, de bienes y servicios.
Es obvio que lo que se intenta es controlar los precios internos por esa vía y explica los menores índices de inflación, sin tener en cuenta que de ese modo se encarecen los precios en dólares, habría un “desvió de inflación”.
Lo que no se debe hacer es plantear la alternativa devaluación o no devaluación, sino la de sinceramiento de uno de los fundamentos de la economía, como lo es el tipo de cambio.
Ante los movimientos ascendentes del precio del dólar, se comenta que Milei habría impartido “una “orden ejecutiva” tajante: el precio del dólar no se mueve hasta el 27 de octubre.
La respuesta al título. No tenemos un buen gobierno, se está incubando un “mileizaso” que no aprueba ni el test institucional ni el económico.
UN PAPELON EN EL TRASNPORTE AEREO
La Secretaría de Transporte, a cargo de un ignoto en la materia, hace unos días dictó el decreto 378, que regula el tiempo de servicio de los tripulantes de vuelo. La ANAC, el órgano de aplicación de la aviación civil, mediante una resolución 402, suspendió su aplicación por 90 días “improrrogables”.
Suponemos que habrá renuncias y despidos “…carajo…”
Esta vez no fueron los gremios aeronáuticos. Parece que los “dueños son otros”, que terminan dilapidando lo poco que va quedando.
Pero Leandro Scatturice, traído por las fuerzas y con recursos divinos, del cielo, acaba de salvar a Flybondi y multiplicará aviones y rutas. Un consejo bíblico, cuando Jesús camina sobre el mar de Galilea para reunirse con sus discípulos, quienes están remando en una barca en medio de una tormenta, Pedro le gritó a tiempo, “es por las piedras”.
Podrá caminar el señor Scatturice por el aire…
28/06/2025 a las 9:10 AM
Para para para, Vos me estás diciendo que «el hincha lo está disfrutando» y que «Román está feliz» ??
28/06/2025 a las 3:23 PM
TIENE RAZON EL MAESTRO RIZZI CUANDO DICE QUE, UN NUMERO POR SI SOLO
NO DICE NADA. QUE LO IMPORTANTE ES LA TENDENCIA.
Y AHI SI SE EQUIVOCA, PORQUE EL PAIS EN MUCHOS RUBROS ESTA CRECIENDO A UN RITMO ENTRE EL 5 Y EL 6 %.
QUE EL CRECIMIENTO ES DESPAREJO NO CABE DUDA, NO HAY OTRO MODO EN
QUE UN PAIS CREZCA. SIEMPRE HAY UN SECTOR QUE TRACCIONA Y OTROS TARDAN MAS.
ARREGLAR UN PAIS CON LA DISTORSION DE PRECIOS RELATIVOS, COMO LO DEJO SU PREFERIDO MASSITA, NO ES COSA FACIL Y LLEVA TIEMPO Y AJUSTES.
TAMBIEN HAY SECTORES QUE VAN A LA BAJA Y HASTA POR AHI DESAPAREZCAN, ESTO INCLUYE A TODA SOCIEDAD EN MOVIMIENTO, EN UN MUNDO CAMBIANTE NO TENDRIA PORQUE SORPRENDER.
LASTIMA QUE DON RIZZI NO HAGA EL ANALISIS CONTRAFACTICO NECESARIO
PARA DETERMINAR QUE HUBIERA PASADO SI SE SEGUIAN LAS POLITICAS ANTERIORES.
ESE DETALLE FALTANTE NO LO LEGITIMA EN SUS CRITICAS.
HAY MUCHOS COMO USTED, SON LOS QUE ESTAN EN LA CONTRA O AQUELLOS A LOS QUE NADA CONFORMA.
PROPONGA UN PLAN DON RIZZI, LE PROMETEMOS UNA CRITICA JUSTA, PERO
LO SUYO NO AYUDA, AL CONTRARIO.
LO HECHO POR EL GOBIERNO HASTA AHORA ES UN MILAGRO, AUNQUE USTED
NO LO CREA.
28/06/2025 a las 7:48 PM
La renta agropecuaria está estatizada: el erario público se queda con 78% del trigo y 66 % de la soja
Tras pagar costos, en promedio, las 2/3 partes de las ganancias de los productores de campo queda para el sector público según datos de FADA.
La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina demostró que el presidente Milei incumplió sus promesas de la campaña presidencial de 2023, y, en lugar de quitar retenciones, repuso derechos de exportación con aranceles del 33% a la soja.
Aseguró una y otra vez, sin titubear, que si era electo como primer mandatario “nada tendrá retenciones”
https://youtu.be/hx4XVvgyh6o
Además no producimos alimentos, solamente materia prima. Pero una vez más, ESTAFÓ A LA CIUDADANÍA EN SU CONJUNTO.
DEJAR LOS FANATISMOS DE LADO.